Antonio Maura, hijo adoptivo de Elda
Un viernes, 2 de septiembre de 1904, hoy hace 114 años, el ayuntamiento de la nueva y flamante ciudad de Elda nombraba a Antonio Maura, presidente del Consejo de Ministros, como “Hijo Adoptivo de la Ciudad de Elda”.
En agosto de 1904, y en reconocimiento a la contribución industrial y comercial de Elda a la economía nacional derivada del espectacular desarrollo de la industria del calzado durante las últimas dos décadas, Alfonso XIII firmaba la concesión a Elda del título de ciudad, al igual que en años anteriores se le había concedido a las vecinas Castalla (1890), Monóvar (1900), Novelda (1901), etc.
En agradecimiento por la concesión del título y categoría de ciudad a la otrora “villa de Elda” en agosto de 1904, el ayuntamiento de Elda, reunido en sesión plenaria y presidido por José Joaquín González Amat acordó declarar a Antonio Maura Montaner, a la sazón, presidente del gobierno, como hijo adoptivo de la ciudad de Elda.
Antonio Maura y Montaner (1835-1925) fue uno de los políticos conservadores claves de principios de siglo XX. Aunque procedente del Partido Liberal, con el que llegó incluso a ser ministro de Ultramar y de Gracia y Justicia, acabó militando en el Partido Conservador, al que dirigió entre 1903 y 1913; llegando a la jefatura del gobierno en cinco ocasiones. Propugnó una “revolución desde arriba” para regenerar las instituciones y combatir la oligarquía y el caciquismo, como males endémicos de la política española vinculados al turnismo político entre liberales y conservadores.
Parece que el ascenso en el rango urbano de Elda fue conseguido gracias a las gestiones realizadas por José Joaquín González Amat, alcalde de Elda (1904-1909) por el Partido Conservador, durante la visita de Antonio Maura a Alicante en mayo de 1904, cuando al paso de la comitiva gubernamental por la estación del ferrocarril el presidente del gobierno fue recibido en Elda con vítores y muestras de afecto, frente a las protestas o indiferencias en el resto de estaciones por las que pasaba el tren gubernamental.
Pero el agradecimiento al presidente del gobierno no solo quedó en su reconocimiento como “Hijo adoptivo de la ciudad de Elda”, sino que el ayuntamiento también tomó el acuerdo de rotular una calle en su nombre, perpetuando así su memoria en el callejero eldense. La calle elegida fue una de las más importantes de Elda: la por entonces llamada calle La Esperanza, que antes lo fue del Mesón, y que hoy en día, a pesar de los cambios de régimen político durante el siglo XX, todavía conserva el nombre de Calle Antonio Maura.
En febrero de 1905, una comisión municipal formada por el alcalde, don José Joaquín González Amat y don Vicente Maestre Sempere, se desplazó a Madrid para entregar a Maura el título de “Hijo adoptivo de Elda” en un artístico pergamino original del artista don Manuel Alfaro, de Córdoba, siendo recibidos por el presidente del Consejo de Ministros con toda suerte de atenciones.