65 años de un sueño que se hizo realidad
En 1959, Elda despertó y se preparó para realizar una “arriesgada” operación para incentivar la actividad zapatera en la zona algo que, años antes, y de forma casi en voz baja, se comentaba en determinados círculos empresariales de la ciudad, pero que nadie se atrevía a poner en marcha, entre otras, por el posible riesgo de fracaso que pudiera conllevar.
Cuando Óscar Santos en su célebre proclama ¿Elda capital del calzado español? publicada el 22 de diciembre de 1956 por este semanario, en el que a través de sus páginas seguimos la información local, levantó los ánimos de muchas personas y motivó al Ayuntamiento de Elda que presidía Antonio Porta Vera, a apostar con evidentes peligros de fracaso, la fórmula de exponer sus zapatos en una sala improvisada en la Escuelas Nacionales de Padre Manjón.
Fue precisamente uno de los concejales de la corporación, Roque Calpena, concejal de Fiestas en aquel año, el que asumió el riesgo de un posible fracaso y se lanzó a materializar esa gran idea.
El Ayuntamiento arriesgó y salió victorioso
La mayor parte de los ciudadanos de Elda acogieron con satisfacción el anuncio de un primer Certamen – Exposición que debía celebrarse coincidiendo con las fiestas patronales, es decir, hace exactamente 65 años. La idea era buena en sí misma y nada se perdía con probar, estaba muy claro que el protagonismo lo dio al emprendedor de la época, y fue muy gratificante, porque no solo se expondrían zapatos, sino también serían premiados los trabajadores que realizasen un destacado diseño, o un perfecto aparado o el grupo de zapateros que consiguiesen una obra rondando la perfección, por ello la concurrencia local fue masiva y aquella experiencia exclusivamente localista demostró ante la opinión pública que Elda era una población de artistas zapateros, cosa que ya se sabía.
Antes de celebrar el “Primer Certamen Concurso – Exposición de zapatos de Elda”, estaba claro que no era una llamada siquiera provincial y mucho menos nacional, pero lo más importante era remarcar nuestra vocación zapatera y dejar constancia de la calidad de los zapatos fabricados en la ciudad.
Casi todo fueron elogios “a priori”, pocas personas ponían en duda que pudiesen extraerse buenos resultados de esta primera muestra, pero el Ayuntamiento de la ciudad, y muchos otros, pensaron que algo había que intentar ante la desgarradora situación del empleo y el estancamiento de la economía local. Mucho trabajo complejo y muchas horas en las fábricas para poder hacer los pocos zapatos que el capricho del mercado nacional encargaba a las empresas de Elda.
En aquellos años, como ahora, la debilidad del sector con una asociación de fabricantes incapaz de luchar con ideas innovadoras y que pusiese esfuerzo y dinero, estaban anclados en una situación sin futuro. Por eso tuvo que ser el municipio, sus autoridades, las que tirasen del sector y asumiesen un protagonismo que sobre el papel se le supone debieran ser de los empresarios que, naturalmente, se sumaron inmediatamente al esfuerzo municipal y aportaron ideas y medios.
Elogios y rechazos
Con anterioridad a la celebración del 65º aniversario de aquella primera muestra local, las noticias corrían y hubo muchas adhesiones, también elogios de casi todo el mundo zapatero. Se fueron uniendo entidades, personas de todo tipo y naturalmente empresarios, algunos muy representativos en el ámbito local, pero otros totalmente desconocidos que hacían zapatos donde podían y sin apenas medios. Y hubo personas que plantearon un rechazo total. Algunos eran simplemente anónimos que escribían rechazando la idea por ineficaz, pero otros, eran empresarios locales que se oponían a desvelar públicamente el contenido de sus muestrarios de temporada para evitar que fuesen copiados.
Cuando llegó septiembre, las aulas de Padre Manjón convertidas en salas de exposiciones, recibieron entre 40 y 50 mil personas y lo mejor serían los elogios de los medios de comunicación provinciales y nacionales que, haciéndose eco de aquellas presentaciones, colocaron a nuestra ciudad en lo más alto, con artículos y comentarios alabando la mano de obra zapatera que era capaz de crear arte aplicada a los zapatos.
Elda cambió la faz, y el “milagro económico” del sector zapatero empezó a caminar como ejemplo del empeño humano ante la pasividad.
El día 6 de septiembre de 1959 debe quedar en la memoria de todos.
José María Amat Amer, es un apasionado del calzado. Como ingeniero técnico, el destino lo encaminó hacia la industria de su ciudad. Como profesor de Tecnología del Calzado, llego a conocer investigando, la industria del calzado. Publicando algunos libros sobre tecnología, artesanía y desarrollo social; siempre con el calzado como única premisa. El Museo del Calzado fue una de las realizaciones que le llevó a pasar de técnico a un apasionado del zapato. Con la mejor de las intenciones, y siempre con la pretensión de prestigiar la industria y el calzado de la ciudad de Elda, colabora en este blog para crear más amigos con inquietudes similares.