La Revolución Mexicana y Pancho Villa en la historia del calzado
En la última parte del siglo XIX, un español, Emiliano Arroyo, se instaló en la ciudad de Hidalgo del Parral, ubicada en el sur del estado de Chihuahua en México. Dicho empresario fue construyendo talleres adosados a su primitiva construcción hasta conseguir una gran factoría con un estilo tendente al Art Nouveau, en el que se producían miles de pares de zapatos y además contaba con un amplio estudio de diseño e incluso una zona destinada a la terminación de los curtidos de pieles. Una parte importante de los trabajadores de aquella ciudad, trabajaban para la industria de Arroyo que estaba ubicada en lo que es ahora la entrada a la colonia Talleres, en la calle llamada "Peña Pobre".
Ese enorme edificio de mampostería pasaría a la historia de México y enlazaría también la propia historia de la industria del calzado del español Emiliano Arroyo que fabricaba los calzados con la marca "La Parralense".
En plena revolución de México, las tropas del general Francisco Villa, el 24 de marzo de 1912, tomaron la ciudad de Hidalgo del Parral y se asentaron en el lugar la tropa y la plana mayor de Pancho Villa. La fábrica y sus naves fueron puestas a disposición del famoso general que utilizó ese enclave como punto de actuación para sus proyectos de revuelta revolucionaria contra el régimen de Porfirio Díaz, prometiendo a los campesinos la devolución de las tierras injustamente arrebatadas durante la prolongada dictadura porfirista (1876-1911) junto con Emiliano Zapata.
Tras innumerables guerrillas, alianzas y conflictos, el presidente del país ofreció a Villa una "retirada honrosa" en una hacienda regalada por el estado, en la población en la que había establecido sus cuarteles generales, pero víctima de varios atentados, al final, el 20 de julio de 1923 fue alcanzado en una emboscada muy cerca de la antigua fábrica de calzados "La Parralense".
Se ha hablado mucho sobre esa edificación que fue testigo de los últimos años de Pancho Villa, uniendo hazañas reales y fantásticas a la historia de este revolucionario. Lo cierto es que el lugar se ha convertido en centro de peregrinación para los estudiosos de la vida de Villa y también para aquellos que admiran las gestas de este analfabeto mexicano que llegó ser general honorífico del ejercito.
Los vestigios de este simple edificio que sirvió para la publicidad del Centenario de la Revolución, mostrando los detalles únicos de la época colonial en la ciudad. Pese a que la construcción se ha iluminado por el Ayuntamiento en épocas de afluencia turística, el sitio continúa siendo vandalizado, estando en peligro de perder su identidad.
En la actualidad se está realizando una reconstrucción de los recintos de la antigua fábrica de calzados para darles el aspecto que debía tener en la época de Villa y convertirla en un lugar turístico con todas las garantías.
Ni que decir tiene que ese industrial Emiliano Arroyo que procedía de España y llegaría a México en el final del Virreinato y por ello de la época colonial que acabaría en 1821, creó riqueza y una industria del calzado que por las dimensiones y los talleres que la formaban, debió tener una gran importancia en la época. Lo que no hemos podido aclarar es la zona de la que Arroyo procedía y que naturalmente debía también estar desarrollada en la fabricación de calzado en España. Teniendo en cuenta que coincidente con aquellos años de la Revolución Mexicana, en España la ciudad de Elda iniciaba y asentaba la fabricación de calzados de calidad, por lo que la familia Arroyo debió tener contactos con nuestra industria local.
José María Amat Amer, es un apasionado del calzado. Como ingeniero técnico, el destino lo encaminó hacia la industria de su ciudad. Como profesor de Tecnología del Calzado, llego a conocer investigando, la industria del calzado. Publicando algunos libros sobre tecnología, artesanía y desarrollo social; siempre con el calzado como única premisa. El Museo del Calzado fue una de las realizaciones que le llevó a pasar de técnico a un apasionado del zapato. Con la mejor de las intenciones, y siempre con la pretensión de prestigiar la industria y el calzado de la ciudad de Elda, colabora en este blog para crear más amigos con inquietudes similares.