Cuándo y quién inventó la máquina de coser
Uno de los avances más significativos de la industria del calzado fue la invención de la máquina de coser; su comercialización se realizaría a partir de la mitad del siglo XIX y con máquinas manuales de escasa rapidez e incluso dudosa precisión. Pero la evolución de la máquina de coser revolucionó la fabricación de prendas de vestir y también las de calzado. Quiere esto decir que hasta ese siglo XIX, los zapatos se cosían a mano. Nuestras aparadoras, que conocen perfectamente el oficio y saben de lo que estamos hablando, pueden valorar mejor que nadie lo que supone coser todas las piezas de un zapato enteramente a mano con aguja y dedal, o hacerlo a máquina, aunque esta sea lenta, imprecisa en la puntada e incluso rudimentaria (como fueron las primeras). Todo se hacía a mano y por ello las producciones de las fábricas eran escasas y costosas, con un "cuello de botella" en el cosido que más adelante conoceríamos como aparado.
La máquina de coser no se inventa de la noche a la mañana. En 1755, en Londres, Charles Weinsthal patentó una aguja par y en 1790 también patentó una maquina con la que se agujeraba el cuero, con ello se sentaban los principios de la futura máquina de coser que no aparecería hasta el año 1830, cuando el sastre Barthelemy Thimonnier, casado con una bordadora, inventa la máquina de coser funcional. Pero años más tarde se descubrió, en la oficina de patentes, que en 1790 una máquina de coser había sido patentada por Thomas Saint, quien realmente sería el primero en usar una patente comercial. Pero a ese dato no se llegó hasta el año 1874 (cuarenta y cuatro años después de que todo el mundo reconociera a Thimonnier como el auténtico inventor).
La máquina de coser más conocida de aquellos años y la que más se comercializó y vendió fue, en 1845, la de Elias Howe que realizaba 200 puntos por minuto y hacía punto de cadeneta.
En el año 1859 se innovaría el movimiento hacia arriba y abajo por Isaac Merrit Singer, quien con sus constantes innovaciones casi copó el mercado mundial de máquinas de coser y en especial la máquina industrial para coser pieles, de la que derivaría la máquina de aparar.
José María Amat Amer, es un apasionado del calzado. Como ingeniero técnico, el destino lo encaminó hacia la industria de su ciudad. Como profesor de Tecnología del Calzado, llego a conocer investigando, la industria del calzado. Publicando algunos libros sobre tecnología, artesanía y desarrollo social; siempre con el calzado como única premisa. El Museo del Calzado fue una de las realizaciones que le llevó a pasar de técnico a un apasionado del zapato. Con la mejor de las intenciones, y siempre con la pretensión de prestigiar la industria y el calzado de la ciudad de Elda, colabora en este blog para crear más amigos con inquietudes similares.