El adiós a Los Tanques, un lugar emblemático en Elda
Luis Oliver lleva toda una vida detrás de la barra de uno de los bares con más historia de Elda, Los Tanques. Oliver "cuelga el delantal" después de 55 años trabajando en este bar que abrió sus puertas en 1963 regentado por su hermano Blas. Los hijos de Luis no quieren desarrollar su vida profesional en el sacrificado mundo de la hostelería.
La familia Oliver Martínez llegó a Elda procedente de Galera, Granada, en 1963, para quedarse un bar en propiedad, "pero cuando llegamos aquí los propietarios se echaron atrás y mi hermano mayor decidió montar lo que hoy es el bar Los Tanques", ha explicado a Valle de Elda el actual dueño, Luis Oliver.
Desde el principio, este local empezó a adquirir mucha fama "porque mi hermano puso un serpentín de cerveza, probablemente el primero que hubo en Elda y, además, lo convirtió en un bar de tapas".
Luis estuvo ayudando a su familia en el bar desde que tenía 11 años de edad, pero no fue hasta el año 1975 cuando se puso al frente del negocio, mientras que su hermano Blas se hizo carnicero: "Los Tanques ha sido un bar familiar. Aquí ha trabajado mi madre, mi padrastro, mi hermano, mi mujer y mis hijos", afirma.
Un negocio con mucha historia y grandes momentos como la famosa "Fiesta del Melocotón" que surgió de dos escuadras, "Los bocaperros" de la comparsa de los Piratas y "Los cruzados mágicos" de la comparsa de los Cristianos, para hacer "una fiesta remember donde se juntaba gente de diferentes edades. Lo pasábamos muy bien, pero al final dejamos de hacerla porque con el paso de los años era una locura la cantidad de gente que venía", declara el dueño de Los Tanques.
Oliver añade que a Los Tanques "la gente siempre ha venido a pasárselo bien, ya sea antes de ir a la discoteca o de marcharse a trabajar. De hecho, hubo un día que vino el párroco de Santa Ana, José Navarro, y me dijo que traería al obispo a cenar. A mí me sorprendió porque pensaba que preferiría llevarlo a un restaurante del centro. Llegaron una hora antes de lo esperado y aquí yo tenía a alguna peña que estaba pasando la tarde, y al final el obispo se lo pasó tan bien que quiso volver en otra ocasión", recuerda Luis.
A lo largo de todos estos años, por el mítico bar han pasado muchas peñas o "cuadrillas", como las llama Oliver, que han disfrutado de muchos momentos en este bar. Cuando se enteraron de que Luis se jubilaba le hicieron un homenaje: la peña El Hierro o la de Los Tanques se acercaron la pasada semana para darle un obsequio en un encuentro donde el propio Oliver estuvo firmando jarras de cerveza que quedarán en el recuerdo de todos ellos.
"Llevamos varios días que viene mucha gente a despedirse. Este es un bar muy familiar y especial. Estoy muy agradecido a todo el mundo por el cariño que me han dado a lo largo de estos años. Siempre los llevaré en el corazón", asegura Luis Oliver.
Los Tanques cerró sus puertas ayer domingo, 24 de diciembre, día de Nochebuena. Oliver aprovechará estos días de Navidad "para pensar qué hacer con el negocio".