Punto final al problema de inseguridad de un edificio en Nueva Fraternidad
El Ayuntamiento de Elda ha puesto fin a un problema de inseguridad que se generó en un edificio del barrio Nueva Fraternidad. Durante casi una década el edificio número 68 de la calle Murillo ha sido un foco de vandalismo y okupación, según denunciaban los propios vecinos a Valle de Elda en junio de 2016. El Ayuntamiento ha actuado de forma subsidiaria para poner fin a esta grave situación que afectaba al barrio. La imagen de la zona ha cambiado por completo, pues el edificio se ha tapiado y se ha pintado de blanco.
Este edificio fue abandonado a principios de la década pasada y en poco tiempo pasó a tener un estado ruinoso debido a que varios okupas entraron y se llevaron todo lo que pudieron, desde muebles hasta ventanas, obligando a una de las vecinas que residía en el edificio a marcharse por temor, así lo explicaba uno de los vecinos.
Ya entonces, hace seis años, el Ayuntamiento tapió una parte del edificio, pero los okupas volvieron a abrirlo y, aunque desde el Consistorio han exigido en reiteradas ocasiones a los propietarios del edificio que actuasen para poner fin a los problemas tanto estructurales como de inseguridad, estos no han hecho nada. Tras cumplirse los plazos obligatorios, ha sido el Consistorio a través del área de Urbanismo, el encargado de llevar a cabo un tapiado y reparación completa del edificio para asegurar la zona, evitar que se acceda y recuperar la normalidad en esta esquina de la localidad.
El coste total de la actuación municipal es de 54.000 euros y ahora se pedirá este montante a los propietarios. Así, se pone fin a un problema que los vecinos vienen denunciando desde hace años, así que ya respiran algo más tranquilos.