El colegio Miguel de Cervantes tendrá una entrada sin socavones
Los seis autobuses que diariamente acceden al colegio de Educación Especial Miguel de Cervantes, ubicado en el antiguo colegio Emilio Castelar, ya no tendrán que atravesar baches y socavones cada día. El Ayuntamiento ha asfaltado el camino de acceso, una reivindicación de padres, madres y docentes desde hace catorce años. Además, el centro hastiado de no tener ni nombre en la fachada, lo han puesto con su remanente.
Los alumnos mayores del colegio Miguel de Cervantes se trasladaron desde su colegio frente al Hospital de Elda hasta el centro Emilio Castelar en el año 2006. Este era un edificio que estaba cerrado y contaba con más de 30 años de antigüedad, por lo que presentaba numerosas barreras arquitectónicas y deficiencias.
Los padres y madres han denunciado desde entonces el estado lamentable del centro con pistas deportivas inutilizables, luces sin carcasas de seguridad, rampas y baños no adaptados y en mal estado, escaleras defectuosas, pavimento sin calidad, puertas rotas, carencia en la instalación eléctrica y de agua, y es que en el cerca de medio siglo del centro, apenas se han realizado obras.
El problema más grave del centro, que tiene más de 120 alumnos, es el de las barreras arquitectónicas, ya que los alumnos son personas con diversidad funcional, en silla de ruedas o que caminan con dificultades.
El Ayuntamiento ha incluido este centro en el Plan Edificant y, aunque solicitó dos millones de euros para poder disponer de un nuevo colegio, finalmente la Conselleria les ha concedido 800.000 euros para reparar las deficiencias, no obstante, el proyecto todavía no se ha tramitado.