Francisco Amor, jefe de servicios de FOBESA: "Hemos recibido muestras de agradecimiento que nos motivan en nuestro trabajo"
Francisco Javier Amor es el jefe de servicios de Fobesa de Elda. Cuenta cómo es el trabajo que realiza todos los días el personal en limpieza, desinfección y recogida de residuos desde que se decretó el estado de alarma por la crisis sanitaria.
"El trabajo ha cambiado para todos, en la parte de las oficinas y los técnicos sí que contamos con la posibilidad de teletrabajar, pero tenemos compañeros que inevitablemente deben estar todos los días en su puesto de trabajo: los encargados que velan por los servicios y atienden a los operarios, y los operarios de limpieza que trabajan de forma normal, pero extremando las precauciones: usamos líquido para desinfectarnos las manos, tenemos que entrar de forma escalonada para no coincidir más de tres personas a la vez en las instalaciones, el servicio de recogida puerta a puerta no se lleva a cabo y están desinfectando los contenedores de RSU (Residuos Sólidos Urbanos), de recogida selectiva y el mobiliario urbano (papeleras, bancos, barandillas...). La verdad es que el cierre de los establecimientos al principio también supuso un cambio importante a la hora de realizar los trabajos, pues no había un sitio para tomarse un café o para ir al servicio.
En un principio, la epidemia se veía como algo muy lejano, pero una vez que la tuvimos aquí, la respuesta mayoritaria de los ciudadanos ha sido muy buena, incluso hemos tenido muestras de agradecimiento por nuestro trabajo (carteles que nos dejan en los contenedores), pequeños detalles que nos hacen mucha ilusión y que nos motivan y ayudan a seguir otro día más. Sí es cierto que aún hay un número importante de personas que piensan que esto no es tan grave, lo cual es triste porque hace que el esfuerzo de muchos se vea mermado por estas actitudes.
Todos los trabajadores tenemos cierto temor a un posible contagio, pero nuestra labor es fundamental y no podemos quedarnos en casa. Nuestras familias se preocupan cuando salimos de casa, por eso a veces tenemos sentimientos contradictorios: una alegría enorme cuando vemos a la ciudadanía respondiendo bien, cumpliendo las indicaciones sanitarias y facilitando las cosas y, por otro lado, los inconscientes que hacen justo lo contrario y nos ponen en peligro a todos.
Nuestro equipamiento es todo el posible en estos momentos: mascarillas, guantes de riesgo biológico y monos desechables que usan los operarios que realizan las desinfecciones y los baldeos. También disponemos de mascarillas de filtros para la desinfección.
Es cierto que las primeras semanas el ambiente era mucho más triste, faltaba calor humano por todos los sitios, en los lugares de reunión. Se echaba mucho de menos ese punto mediterráneo nuestro de unión.
Imagino que con todo esto deberíamos sacar algunas buenas conclusiones, dejar de una vez las diferencias políticas y los colores, que no nos sirven para nada, y centrar los esfuerzos en tener unos buenos servicios primarios que al final son los que nos atienden a todos y los que salvan vidas. Espero que sepamos aprender algo de todo esto, porque posiblemente no sea la única emergencia que nos encontremos en el futuro, viendo los cambios que estamos viendo en la naturaleza".