La Procesión cierra unas excelentes fiestas de Moros y Cristianos de Elda
Elda despierta tras cinco días de pura pasión festera. Anoche la ciudad puso el broche de oro a los Moros y Cristianos con la Procesión y Traslado de San Antón. Con cientos de voces cantando A San Antón, el santo anacoreta volvía ayer a su ermita pasadas las 22:30 horas. Fueron muchas las personas que no pudieron contener la emoción por el fin de las fiestas, entre ellos David Juan, que deja el cargo de Embajador Moro.
La Procesión comenzó a las 18:30 horas desde el templo de Santa Ana, cuando el repique de campanas anunciaba la salida de salida del patrón de las fiestas y, por tanto, el principio del final de los Moros y Cristianos.
Los Embajadores junto a los estandartes de las comparsas abrían el paso a Musulmanes, Marroquíes, Realistas, Huestes del Cadí, Crisitanos, Piratas, Estudiantes, Zíngaros y Contrabandistas. Estos últimos fueron los encargados de portar a San Antón.
El patrón despertaba los aplausos del público, que vio procesionar con solemnidad a miles de festeros. Como es tradición, la AMCE Santa Cecilia cerraba esta procesión interpretando Cristo del Buen Suceso, Mi Amargura, La Caida y Madrugá de Canela y Clavo.
Los festeros, como es habitual, optaron por maquillajes suaves en esta tarde en la que realizaron el recorrido con caras serias.
Una gran palmera dio por finalizada la procesión a las puertas de Santa Ana para, seguidamente, trasladar a San Antón a su ermita, donde entró tras los fuegos artificiales y mientras los presentes cantaban su himno. La emoción se reflejaba en muchas caras y muchas personas no pudieron contener las lágrimas, como los cargos que veían concluir cinco días de ensueño.
El último acto fue el traslado del estandarte del Santo hasta la sede de la Junta Central de Comparsas, la Casa de la Viuda de Rosas, en la calle Nueva, lo que significó el punto y final de las fiestas.
El presidente de la Junta Central, Pedro Serrano, hizo una valoración muy positiva de sus primeras fiestas en el cargo y destacó la elevada participación de público y festeros así como la importancia de que el tiempo hubiera respetado los actos, pues la previsión era que lloviera todos los días. También resaltó el esfuerzo realizado por los miembros de la Junta Central para que cada acto saliera bien.
Ahora comienza una nueva cuenta atrás, y quedan 366 días para los Moros y Cristianos de 2024, previstos en el calendario del 6 al 10 de junio. Esta fecha podría cambiar debido a las elecciones europeas.
