Solemnidad y devoción en el cierre de unas fiestas inolvidables
Los Moros y Cristianos de 2022 se recordarán durante años. Anoche Elda concluyó las que sin duda fueron las fiestas más ansiadas, pues la población ha esperado por ellas dos años. La Procesión y el Traslado de San Antón protagonizaron la última tarde festera. A las 22:30 horas el patrón de las fiestas cruzaba las puertas de su ermita mientras cientos de personas interpretaban el pasodoble A San Antón. Muchos festeros no pudieron contener las lágrimas de emoción tras cinco días frenéticos.
Sin duda, la protagonista de la tarde fue la solemnidad ante San Antón, pues minutos antes de las 19 horas salía el santo anacoreta del templo de Santa Ana con el repique de campanas. El sentimiento hacia el patrón se sentía en el ambiente. Entonces arrancó la Procesión que, debido a las obras de la Plaza de Arriba, partió desde la calle Pedrito Rico. Abrían los Embajadores junto a los estandartes de las comparsas y seguía el bando de la cruz con Piratas, Contrabandistas, Cristianos, Zíngaros y Estudiantes. El bando moro continuaba con Huestes del Cadí, Moros Musulmanes, Moros Realistas y Moros Marroquíes, que este año portaba al santo. San Antón despertó aplausos y vítores a su paso e iba acompañado por los representantes festeros y municipales. La AMCE Santa Cecilia cerraba esta procesión.
Como es costumbre, los festeros lucieron maquillajes más suaves, seriedad en sus rostros y procesionaron a paso lento hasta llegar al Castillo de Embajadas, donde muchas escuadras se hicieron la foto de rigor, lo que se ha convertido en una tradición de despedida.
Después de tres horas de procesión, que concluyó con una gran palmera y con San Antón en la puerta de Santa Ana rodeado de un silencio respetuoso, los Marroquíes portaron al patrón hasta su ermita, donde les esperaban cientos de personas. San Antón entró a su hogar tras los fuegos artificiales que anunciaron a Elda el final de las multitudinarias fiestas. También tuvo que cambiar el recorrido de vuelta y pasar junto al Castillo de Embajadas por la construcción de la Plaza de Arriba. Seguidamente se realizó el traslado del estandarte del Santo hasta la sede de la Junta Central de Comparsas, la Casa de la Viuda de Rosas, en la calle Nueva, lo cual significa el punto y final de las fiestas.
La ciudad pone en macha de nuevo la cuenta atrás para la llegada de los próximos Moros y Cristianos, que volverán en 360 días, pues se celebrarán del 1 al 5 de junio de 2023.
Valoración excepcional
Una vez concluidas las fiestas, el presidente de la Junta Central, Pedro García, hizo una valoración muy positiva: “Han sido las fiestas más espectaculares y más ansiadas de los últimas 76 ediciones. Ha habido una afluencia masiva en cada acto, solo puedo dar gracias a los festeros por su comportamiento, por la afluencia, por el saber estar, han sido unas fiestas de diez, excepcionales”.
García ha vivido sus últimas fiestas como máximo representante de las mismas y afirmó que le “queda la satisfacción de haber realizado unas grandísimas fiestas, me despido del cargo y de la legislatura satisfecho, cierro una etapa bonita, ya toca darle el relevo a otra persona. Estoy seguro de que quien capitanee las fiestas lo hará mejor, porque la fiesta tiene que ser más grande, superarse”. El presidente se queda este año “con los festeros, con el cariño de tanta gente que nos para para darnos la enhorabuena, y eso llena mucho, porque hemos trabajado mucho para que todo salga bien”.
Respecto a la gran afluencia tanto de público como de festeros, García dijo que “después de dos años de paréntesis, suponía cómo sería la vuelta de la fiesta, pero se han superado”.