Capitanías y altos cargos de la fiesta podrían quedarse sin disparar por no tener renovada su licencia
A una semana del inicio de los esperados Moros y Cristianos, ha surgido un grave problema. El retraso de las gestiones de las licencias de armas por parte de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante ha provocado que muchos tiradores no puedan disparar, entre ellos, altos cargos de la fiesta, y a su vez que baje la cifra de arcabuceros, por lo que se tendrán que hacer dos repartos por ser menos de 500, en concreto hay 472 disparadores.
Entre los afectados se encuentran dos capitanes de la fiesta y un cargo de rango superior, pero desde Junta Central trabajan a contrarreloj para solucionar este problema que se ha producido, según fuentes de Junta Central, porque Comandancia de la Guardia Civil de Alicante se ha visto colapsada y hay atrasos en la certificación de las licencias. En concreto, los tiradores que renovaron su documentación a partir de abril son los que han quedado fuera.
Muchos festeros no pidieron sus licencias hasta la llegada del Fin de Semana Festero, al comprobar que sí volvían los Moros y Cristianos. Muchos tenían la licencia caducada, lo que ha retrasado la obtención de su licencia, ya que de renovarla sin que se caduque, podrían haber disparado, puesto que les habrían dado una prórroga.
Estas licencias tienen un periodo de cinco años. La ley entró en vigor precisamente hace un lustro y ahora es cuando se deben renovar en muchas fiestas de la zona. Esto ha provocado que solo haya 472 tiradores con su licencia en vigor, y que por tanto haya que realizar dos repartos, pues cuando hay menos de 500 no permiten que se almacene la pólvora más de 72 horas, así harán un reparto el jueves a las 10 horas y otro el viernes a las 8:30 horas para llegar hasta el lunes.
Para no tener que elegir entre un acto y otro, los festeros que no cuenten con porteadores podrán recoger sus dos kilos de pólvora en dos días, un kilo en una cantimplora el jueves y el otro en una nueva cantimplora el viernes, así podrán participar en todos los actos.
Este retraso constituye un trastorno para la fiesta, para los festeros y para la Junta Central, que incrementará los costes, pero es la solución que se ha encontrado para que los arcabuceros disfruten de la fiesta. Estos días las distintas comparsas están convocando a sus festeros para explicarles la situación, que ya conocían de antemano.