La hoguera de San Antón calentó los corazones festeros
“San Antón sale de su ermita, cuando los Moros y Cristianos abren su corazón, a la fiesta de este pueblo, hermosa tradición, que llevamos muy adentro fieles a nuestro santo”, la letra del pasodoble A San Antón describe a la perfección lo ocurrido ayer, 17 de enero, día del patrón de las fiestas más multitudinarias de la ciudad a las puertas de la ermita del santo anacoreta.
Elda tuvo que esperar dos años para volver a celebrar el día de San Antón y los corazones festeros se volvieron a calentar gracias a su "hoguerica". Lo cierto es que fue un acto mucho menos multitudinario que en los años de prepandemia, no obstante, un buen número de eldenses, con su mascarilla y manteniendo la distancia física, arroparon este acto, haciendo caso omiso del frío. Muchas personas llevaban los distintivos de sus comparsas.
La actividad comenzó con la llegada de la leña en un carro arrastrado por un burro y los representantes festeros, sin cargos en esta ocasión, desde Santa Ana a la ermita en un pasacalles al que puso la música la AMCE Santa Cecilia. Seguidamente comenzó la misa a cargo de párroco de Santa Ana, Antonio Verdú, con la ayuda de los sacerdotes Julio César Rioja y Francisco Carlos.
En esta eucaristía, muy diferente a la del año anterior que fue a puerta cerrada en el interior de Santa Ana y para un puñado de personas, Verdú afirmó que la población debe seguir el ejemplo de San Antón: “No darle importancia a lo material, por ello es importante levantar la vista del móvil para atender las necesidades de las personas que están cerca”. El párroco también afirmó que “la fiesta de Moros y Cristianos también se tienen que vivir en el interior, debe ser una fiesta del alma que acerque a San Antón al corazón y por ello se han de celebrar demostrando amor al patrón”, dijo. De la misma forma, en la misa se pidió por el personal del Hospital General Universitario “que tanto están haciendo, pero también por los pacientes, porque acabe esta pandemia”.
Por su parte, el presidente de la Mayordomía, David Guardiola, afirmó que “es importante sacar lo mejor de cada uno, tender puentes, ir a lo esencial y al amor”.
Tras la eucaristía los representantes de la Junta Central sacaron a hombros a San Antón de su ermita mientras sonaba el pasodoble A San Antón gracias al coro de la Mayordomía, y los presentes seguían la letra con emoción. Entonces el patrón de la fiesta dio las tres “vueltecicas” a la hoguera, situada en la avenida Novo Hamburgo, mientras la colla de la Mayordomía tocaba diferentes piezas y se bailaban las danzas típicas.
Debido a la pandemia, la bendición del pan y las mascotas fue diferente, pues San Antón seguidamente volvió a su ermita mientras la población aplaudía con emoción y cantaba de nuevo a pleno pulmón de nuevo A San Antón. Sin duda fue una prueba de las ganas que tienen de que la fiesta vuelva. La población hizo luego dos colas, una para recoger el pan ya bendecido y otra para que las mascotas fuesen bendecidas. Así, en esta ocasión la imagen no se adentró entre la población por seguridad sanitaria.
Fue una noche que muchos recordarán, pues este fue uno de los últimos actos de Moros y Cristianos que se pudo celebrar antes de la pandemia y ha sido uno de los primeros que se han podido recuperar tras casi dos años.