La Virgen de la Salud ya luce bonita para las Fiestas Mayores
Isabel Bonete es camarera de la Virgen de la Salud desde 2009. El año pasado tuvo que vestirla, junto a sus once compañeras camareras, a puerta cerrada, a causa de la crisis sanitaria. Este año tampoco puede compartir este momento tan especial, como pasaba años atrás, con los eldenses. Para Isabel Bonete es un privilegio poder vestir, tocar y arreglar a la Virgen, y aprovecha esos momentos para pedirle lo mejor para ella y los suyos: "Yo le digo, tú sabes mis necesidades, sabes lo que anhelo", afirma. Algunas personas le dicen que pida por gente enferma o que les pase un pañuelo.
Como cada 6 de septiembre las camareras han tenido una cita ineludible, este mediodía han vestido a la Virgen una vez más sin público, pues ha sido un acto a puerta cerrada por la pandemia. Con mimo, devoción y cuidado, las camareras han comenzado poniendo sobre el miriñaque de la imagen las enaguas, y sobre estas, el manto azul celeste. Este es una recreación del manto de manila de la Virgen de 1858, el único que se salvó del incendio de la iglesia en el que también se perdieron las imágenes de los Santos Patronos originales. Además le han colocado las joyas y alhajas donadas por los fieles que la Virgen lucirá durante las fiestas. También se ha preparado la imagen del patrón. Una vez vestida, se ha situado la Virgen de la Salud junto al Cristo del Buen Suceso en el altar, que se ha decorado con flores. Los patronos permanecerán allí hasta el próximo domingo 19 de septiembre.
Pese a que los actos son menos multitudinarios, siguen transmitiendo la devoción y el cariño que los eldenses sienten por los Santos Patronos: "La gente tiene muchísima devoción a la Virgen y al Cristo, es un sentimiento difícil de explicar", confiesa Isabel Bonete.
El rango de edad de las camareras de la Virgen de la Salud va desde los 40 a los 70 años, "se busca gente de todas las parroquias, de la Inmaculada, de San Francisco, hay catequistas, hay gente de Cáritas... Nos gustaría que entrara gente más joven", añade. Ahora mismo hay lista de espera para ser camarera de la Virgen, pues sólo pueden ser doce personas, ya que más serían demasiadas. Hace dos años entraron seis nuevas camareras, "pero desde que empezó la pandemia no hemos podido juntarnos, nosotras siempre nos hemos reunido durante todo el año para preparar cosas y también para vernos, somos una piña", afirma.
El día de más nerviosismo para las camareras de Elda es precisamente hoy, día 6 de septiembre, el momento de vestir a la Virgen de la Salud con "el traje de bonito", así es como llaman a los mantos que se le ponen para fiestas. Hay dos mantos especiales, uno fue una donación de una familia eldense, y otro es el del Ayuntamiento con el escudo de Elda. Existe otro manto muy especial para las camareras que no puede usarse debido a su antigüedad, ya que tuvo su origen cuando una familia eldense que residía en Manila pidió a la Virgen de la Salud que les salvase de sufrir el cólera, y como agradecimiento, mandaron hacer un manto de Manila que aún se conserva.
"Lo más complicado es que todo quede bien, que la Virgen esté lo más bonita posible, y que la gente no vea ningún fallo", afirma Bonete. Además de vestirla, también se encargan de las flores, de arreglar el altar y de recoger toda la iglesia: "A veces se nos hace la una de la mañana recogiendo", confiesa Isabel Bonete. Después del novenario, las camareras le dejan la ropa hasta el 1 de noviembre. La Virgen de la Salud tiene tres trajes distintos y cada año lleva uno diferente.
Isabel Bonete deseaba que este año la gente pudiera disfrutar de cómo visten a la Virgen de la Salud "aunque sea un grupo acotado de gente, Elda lo necesita", pero por la pandemia no ha sido posible.
