Un balcón se convierte en el Castillo de Embajadas de Petrer
El confinamiento ha sido difícil para muchas personas, pero está dejando imágenes curiosas y alegres. El petrerense Vicente Belda ha diseñado en el balcón de su casa su propio Castillo de Embajadas. “Estas semanas en las que hemos estado confinados mi cabeza empezó a dar vueltas y dejé volar la imaginación para dar una chispa de humor en estos momentos por los que estamos pasando ya que en una situación normal estaríamos viviendo las fiestas de Moros y Cristianos”, explica.
“En mi casa tenía cartones y en vez de tirarlos, los medí, hice los dibujos y con un poco de pintura y trabajo en pocos días hice el Castillo de Embajadas”, explica. También comenta que ha pasado la COVID-19 y que, aunque fueron días malos sin salir de casa, aprovechó para llevar a cabo esta idea, que le ha servido como vía de escape y para no pensar en la enfermedad.
Belda tuvo claro su objetivo porque el Castillo de Embajadas “es un emblema del municipio, de pequeño para mí, la fiesta empezaba cuando se montaba el Castillo en la Plaza de Baix así que lo construí casi sin pensar”.
La Unión de Festejos convocó un concurso para decorar balcones por la Fiesta de Moros y Cristianos. Vicente Belda participa, pero su intención no es ganar un premio, sino que “engalanemos entre todos las calles de Petrer y que se refleje el sentimiento de la fiesta”.
El único problema que ha tenido este vecino en la decoración de su balcón ha sido el mal tiempo: “El aire y la lluvia me tiraron abajo el decorado y tuve que restaurarlo. No quería que en los primeros días de la fiesta se me destrozara el trabajo que había hecho”.
Los vecinos que han pasado por su céntrica calle, en la Plaza de España, lo han felicitado por el trabajo realizado. También comenta que se siente muy contento y que ha disfrutado mucho. Por otro lado, el jueves hizo sonar a través de un altavoz el pasodoble Petrel: “La Unión de Festejos promovió la emisión de música festera como el Pasodoble Petrel, así que yo la puse en un altavoz de mi casa para que pudiera escucharse desde la calle”.
Vicente Belda, al igual que muchos vecinos de la localidad, disfrutan como pueden de una fiesta de Moros y Cristianos diferente, con humor y recordando los momentos más importantes y emotivos de la fiesta.