Javier Esteve regresa a casa tras estudiar diez meses en Canadá con la beca Amancio Ortega
El joven eldense Javier Esteve partió hacia Canadá el mes de septiembre del pasado año para cursar allí sus estudios de primero de Bachiller tras conseguir una de las becas de la Fundación Amancio Ortega. Una vez finalizado el curso escolar, el joven de 16 años ha vuelto a casa con una experiencia “realmente buena” que le ha hecho madurar y que recordará toda su vida.
Javier Esteve fue seleccionado entre más de 7.000 jóvenes para disfrutar de la beca de estudios en el extranjero, y su destino fue la provincia canadiense de Nova Scotia. Una vez allí, fue recibido por su familia de acogida: “Tuve mucha suerte porque me tocó una familia maravillosa que desde el primer día me trató como uno más”, asegura el joven estudiante.
El siguiente paso de Javier fue escoger las asignaturas que quería cursar, ya que afirma que “el sistema educativo de Canadá no es como el de España. Allí hay que alcanzar un número de créditos y para ello puedes escoger las asignaturas que más se ajusten a tus intereses”. De ese modo, los alumnos pueden elegir diferentes actividades como teatro o filmografía, por ejemplo, para alcanzar sus objetivos del curso. Además, otra de las diferencias con respecto a la educación española es el número de alumnos por clase: “Los grupos en el aula son más pequeños y de esta manera los profesores pueden implicarse de manera más individual con cada alumno”, asegura Esteve.
Una Navidad de película
Uno de los aspectos más complicados de salvar fue la distancia con su familia: “Al principio todo es nuevo y te centras en disfrutar, pero cuando pasa el primer mes empiezas a echar de menos a la familia y a los amigos de España”, señala el joven estudiante. Sin embargo, Javier asegura que una de las claves para no arrojar la toalla “es pensar que estás viviendo una experiencia única, que te lo has ganado y que tu vida va a seguir igual cuando vuelvas a casa”. Esos son algunos de los consejos que el propio Javier ha comentado a los tres alumnos de Elda que parten hacia Canadá y Estados Unidos este año gracias a la misma beca en la que él fue pionero.
En los diez meses que vivió en Nova Scotia también pudo disfrutar de la Navidad fuera de España: “Tenía ganas de comprobar si se vive de la misma manera que se ve en las películas, y es exactamente igual”, asegura, al tiempo que recuerda con nostalgia que su familia de acogida “tenía una cabaña en un bosque cerca de un lago, sobre el que paseé cuando se heló en invierno y también jugué en la nieve con mis hermanos de acogida”.
Al margen de los estudios, Javier aprovechó el tiempo libre junto a sus amigos nativos y conoció diferentes ciudades, como Halifax, la capital de la provincia: “Lo bueno de Canadá es que se puede conducir con 16 años, entonces mis amigos tenían coche y viajábamos a la ciudad para ir al cine o salir a divertirnos”, asegura.
Tras diez meses de aventura, Javier ha dejado atrás muchos amigos, aunque alguno de ellos ya lo ha visitado en España. Este joven de Elda ha madurado en otro país y ha vuelto a casa decidido a terminar sus estudios de segundo de Bachiller en su instituto, La Melva, antes de marcharse a la universidad, donde quiere estudiar la cerrera de Medicina.
Una vez que ha probado la experiencia de vivir fuera de casa, Javier quiere volver a estudiar en el extranjero: “Me gustaría probar un nuevo destino por Europa, pero seguro que volveré a Canadá para visitar a mis amigos”, señala al tiempo que recomienda a todos los jóvenes estudiantes vivir su experiencia con la beca, ya que “es un año fuera de casa donde vas a experimentar cosas nuevas y a conocer diferentes culturas, no se pierde nada por rellenar la solicitud y lo que puedes conseguir si te aceptan es algo que recordarás toda la vida”, asegura con felicidad.