Cierra la fábrica de Stuart Weitzman
La falta de pedidos ha abocado a Creaciones SW, empresa que la marca Stuart Weitzman posee al 50%, a iniciar un Expediente de Regulación de Empleo, ERE, “para la extinción de los contratos de trabajo de la totalidad de la plantilla”, según ha comunicado la empresa a los cerca de 170 trabajadores en la carta que recibieron ayer. Creaciones SW se encuentra en el polígono Les Pedreres.
El cierre ha sido provocado por el “devenir de los acontecimientos en los últimos meses, han disminuido drásticamente los pedidos para las próximas temporadas y, pese a nuestros fallidos intentos de obtener nuevos pedidos, no encontramos en una situación de absoluta falta de carga de trabajo la cual ha generado una alarmante e insalvable situación de asfixia económica”, explican en la carta. Los mismos trabajadores admiten que “no hay pedidos suficientes, la situación era insostenible”.
Unas 170 personas, trabajadores de aparado, cortado, almacén, rebajado u oficina, entre otras, han perdido su trabajo. Si algo tienen claro es que lucharán por recibir un buen despido, pues la empresa les ha comunicado que se declararán insolventes y cobrarán a través de Fogasa, lo que se traduce en cobrar menos. Así, pelearán por sus derechos y han abierto un periodo de negociación. Los trabajadores han elegido delegados como representantes.
Uno de los afectados señala que “no hay faena, los que estamos fijos vamos y no tenemos trabajo, así estaremos hasta que echen el cierre”. Este trabajador, que prefiere no dar su nombre, asegura que le preocupa su futuro, está cerca de los 60 años y teme que le cueste encontrar trabajo debido a la situación que atraviesa el sector.
Stuart Wetizman vendió su empresa en 2017, entonces contaba con 14 fábricas de calzado para el desarrollo de su producción, siete de ellas trabajan en su totalidad para la marca. Ahora, ocho años después, quedan nueve empresas en Elda y Petrer que realizan pedidos para la marca. Otro trabajador que también prefiere quedar en el anonimato afirma que de esta forma "tendrán menos costes, pues pueden apretar a las empresas a la hora de fijar precios".
Lo cierto es que tras la venta a la marca no le ha ido tan bien como se esperaba, el sector del calzado tiene que hacer frente a aranceles, al aumento del coste de las materias primas y, sobre todo, a los cambios de modas: “Ahora ya las mujeres ya no llevan tanto tacón, estamos especializados en zapato de fiesta y no se llevan tanto, es una pena”, indica uno de los trabajadores.