Las banderas de los estadios
Las generaciones actuales no han tenido la ocasión de conocer la histórica y curiosa tradición que hubo en Elda de colocar, en lo alto de las paredes del campo de fútbol, las banderas de todos los equipos del grupo donde jugaba el Eldense, bien en Tercera o en Segunda División.
Era una especie de ritual que daba colorido en los días de partido de Liga en El Parque o en los primeros años del Estadio Municipal, luego llamado Pepico Amat, tradición y ritual que comenzó en Elda en la década de los cincuenta y desapareció a finales de los años sesenta del pasado siglo.
Las enseñas se colocaban en fila, separadas por un metro de distancia. Su colocación se efectuaba el mismo día de los partidos de fútbol por la mañana y el orden que regía era el mismo que tenían los equipos cada jornada en la clasificación general, independientemente de que el Eldense fuera líder o colista de su grupo.
Cuando finalizaba el partido que disputaba el Deportivo, los mismos empleados que las habían colocado las retiraban y guardaban hasta el siguiente compromiso liguero para protegerlas de la intemperie y de las adversas condiciones climatológicas, pero era todo un espectáculo contemplar los colores vivos de esas banderas que jalonaban el recinto deportivo municipal.
Sin embargo, hay clubes que mantienen esa antigua tradición de poner y quitar las banderas de los equipos de fútbol como hacen en el hispalense Ramón Sánchez Pizjuán con el Sevilla en Primera División o en el canario Heliodoro Rodríguez López con el Tenerife en Segunda División, imagen que vio el propio Eldense cuando jugó en suelo tinerfeño el pasado 19 de febrero.
Divisa amarilla
La pasada jornada visitó el Nuevo Pepico Amat el Villarreal B, un equipo que viste todo de amarillo y, debido a ello, por momentos, cuando los castellonenses botaban un saque de esquina, llamaba la atención el banderín del córner, que es del mismo tono que la indumentaria del filial del submarino amarillo, dando la impresión de que el equipo visitante jugaba como local. Esto derivó en alguna sugerencia como que los palos de cada una de las cuatro esquinas del rectángulo de juego eldense pudieran vestirse con los colores y el escudo del conjunto azulgrana.