El Pizarro desapareció hace 50 años

La actitud del Atlético de Madrid y de la Federación hundieron al equipo eldense

El próximo 9 de mayo se cumplen 50 años de la desaparición del Pizarro tras las fuertes sanciones impuestas al equipo eldense por parte del Comité de Competición de la Federación Española de Balonmano a raíz de la pasividad que adoptó el Atlético de Madrid en su última visita al equipo pizarrista.

Recordar que el Pizarro emerge en la década de los años cuarenta del pasado siglo cuando el Frente de Juventudes reclutó a varios jugadores procedentes del baloncesto local para jugar al balonmano. El nombre de Pizarro tuvo su origen en la centuria de cadetes de la delegación eldense del citado organismo, ya que a cada centuria se le concedió un nombre de conquistador, siendo su primer presidente Francisco Miró Cremades.

Aunque el equipo comenzó llamándose Pizarro Frente de Juventudes tuvo después otras tres denominaciones: Pizarro antiguos miembros del Frente de Juventudes, Club Balonmano Pizarro y cuando desapareció, en mayo de 1971, su nomenclatura era la de Sociedad Cultural y Deportiva Pizarro, con sede social en la calle de José María Pemán.

Primeros partidos

Los inicios de sus compromisos oficiales los dirimió en una pista de tierra habilitada para la práctica del balonmano en el histórico y desaparecido campo de deportes El Parque, donde se encuentra actualmente el Museo del Calzado. Sin embargo, cuando fue obligado a jugar en superficie de cemento, trasladó sus encuentros a la pista Paz, un cine de verano al que con anterioridad se le llamó Cine Gloria, inmueble que estaba situado en la calle Padre Manjón (frente al ambulatorio de la Seguridad Social) hasta que se inauguró en 1968 la polideportiva municipal en la calle Perú, que por entonces no estaba cubierta ni cerrada.

Dos ascensos

El primer ascenso del Pizarro a la División de Honor de balonmano masculino (ahora llamada Liga Asobal) llegó en 1959 tras disputar una liguilla de ascenso ante el Elche y el Obras del Puerto de Alicante. Precisamente su debut en esa categoría fue contra el Atlético de Madrid, que hizo todo lo posible para que desapareciera el Pizarro doce años después. Sólo estuvo una temporada entre los mejores porque al acabar la Liga de 1959-60 descendió al no superar una promoción de permanencia.

El segundo ascenso lo consiguió en abril de 1961 tras acabar invicto en la Liga y salir airoso del décimo Campeonato de España de primera categoría ante el Atlético de Córdoba, Levante de Valencia, OAR Gracia de Sabadell y Anoeta de San Sebastián. El torneo se disputó en la cancha del Obras del Puerto de Alicante, donde el Pizarro logró un éxito absoluto al proclamarse campeón sin conocer la derrota y superar después la fase de ascenso para retornar a División de Honor, en la que logró un tercer puesto en la temporada 1964-65 y una cuarta plaza en la campaña 1966-67.

El Atlético de Madrid

La vida del Pizarro estuvo marcada por el club madrileño, ya que los colchoneros no terminaban de digerir perder ante un equipo “de pueblo” como los rojiblancos calificaban a Elda. En ese sentido todo fue bien mientras los de Madrid se llevaban los puntos de cancha eldense hasta que llegó la temporada 1964-65 y perdieron por vez primera en Elda (15-6), y en la campaña 1966-67 nueva victoria pizarrista (18-17). Aunque eso sí, el Pizarro nunca pudo arrancar ni un punto de la capital de España: “Aquello era la guerra”, afirma el exportero y capitán Laureano García Fernández (Elda, 1944), junto al que fuera extremo Pepe Martínez Riquelme (Elda, 1941), los cuales aceptaron la invitación de Valle de Elda para recordar lo sucedido hace medio siglo ante el Atlético de Madrid, que en la temporada 1967-68 perdió por última vez (14-13) en la pista Paz, mientras que en la campaña siguiente, ya en la polideportiva municipal, los rojiblancos ganaron en Elda (10-12), aunque en la temporada 1969-70, el Pizarro volvió a vencer (15-13) antes de afrontar la que sería su última campaña. 

 

El escándalo

El 7 de marzo de 1971, la polideportiva de la calle Perú fue escenario del mayor escándalo y vergüenza que ha vivido el balonmano español por la antideportiva actitud de un club de la solera del Atlético de Madrid, cuyo equipo de balonmano se negó a competir el último cuarto de hora de un encuentro sin incidentes y cuyo primer periodo finalizó con victoria eldense (8-6) a pesar de adelantarse los madrileños por 0-2.

Sin embargo, corría el minuto 14 y 32 segundos de la reanudación cuando los colegiados catalanes José Álvarez García y Ramón Franch Ribas, decretaron la suspensión del encuentro, con triunfo eldense por 16-6 detallando en el acta del choque que el Atlético de Madrid “evidenció falta de combatividad y renuncia a toda acción ofensiva”. Y es que el panorama cambió en la segunda mitad: “La consigna del Atlético de Madrid, tras el descanso debió ser la de vamos a cargarnos a este equipo. Eso fue lo que hablarían en los vestuarios”, relata Pepe Martínez.

En ese sentido, los jugadores madrileños se negaron a competir ante el estupor de los árbitros y del público: “En el segundo tiempo salieron a pasearse, ya que tiraban los balones fuera y no defendían”, recuerda Laureano. Ante esa actitud, los árbitros pararon el juego y llamaron a los dos capitanes, Laureano y Madrigal: “Si su equipo no juega se suspende el partido, a lo que el capitán colchonero les respondió que él les decía que jugaran, pero si no querían él no podía hacer nada”. De ese modo, a falta de 15 minutos y 28 segundos, se suspendió lo que restaba de partido.

Sanciones

El 18 de marzo de 1971, el Comité de Competición decretó la nulidad de aquel partido y determinó que debía repetirse a puerta cerrada y en cancha neutral. Así mismo, aplicando el artículo 115 del reglamento, entonces en vigor, se ordenó que todos los partidos Pizarro-Atlético de Madrid en Elda debían disputarse en pista neutral y a puerta cerrada: “Aquello fue una tropelía del Atlético de Madrid y de la Federación Española de Balonmano porque el Pizarro era un equipo incómodo y no podían con nosotros. Además, el Atlético era el soporte de la selección nacional de balonmano. Su vicepresidente Salvador Sánchez Campano desempeñaba ese mismo cargo en la Federación Española y su entrenador Domingo Bárcenas también era el seleccionador nacional. Todo eso jugó un papel decisivo contra el Pizarro que al ser de un pueblo molestaba en Madrid”, aseveró en su día Julián Llorens Amat, central y alma mater del Pizarro.

Pero los males para los de Elda, único equipo que compitió aquel día, no acabaron ahí, ya que el Pizarro resultó multado con 500 pesetas de la época (3 euros), y vio cómo eran sancionados con cuatro partidos el jugador José Rafael Martí y con tres Laureano García, quien además fue descalificado para ejercer sus funciones de capitán durante seis meses.

La manipulación federativa desembocó en la sanción que recayó sobre Álvarez García y Franch Ribas, los árbitros que aplicaron correctamente el reglamento al dar por suspendido el partido de Elda por negarse a competir el Atlético de Madrid, de tal suerte que los colegiados catalanes fueron inhabilitados por seis meses, con la pérdida de sus derechos de arbitraje y con el consiguiente disgusto en el Colegio de Árbitros de Barcelona.

Aquel día el Pizarro formó con Laureano García y José Busquier; Gabriel Ángel Vera (1), Julián Llorens (9, 1p.), Quique Llorens,  Pepe Sarabia (2), Pedro Carpena, Joaquín Planelles (1), Ramón Cremades (1p.), Fernando Tomás, José Antonio Sirera (2) y José Rafael Martí. Por su parte, el Atlético de Madrid alineó a  Hernández y Guerrero; Andreu (2), Cuesta, Gamboa, Lerena, Juan Antonio Medina (2), Borisa, Santiago Gil, De Andrés (2), Lobera y Luis Madrigal.

Retirada del Pizarro

Después de aquel partido restaban todavía ocho jornadas para concluir el campeonato liguero de División de Honor, pero el 21 de marzo no se jugó el Pizarro-Picadero de Barcelona al impedirlo Antonio Porta Vera, entonces alcalde de Elda, con un escrito dirigido al club eldense y al jefe de la Policía Municipal “para su más exacto cumplimiento”. En el documento de fecha 20 de marzo se comunicaba que estaba pendiente de la contestación de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes y de varios escritos que le habían dirigido distintos organismos, por lo que determinó que no se jugara ningún partido en la polideportiva hasta que estuviera resuelto.

El Pizarro siguió jugando y perdió en Valencia ante el Lanas Aragón (33-13), luego afrontó dos encuentros en Elda (12-12) ante el Anaitasuna de Pamplona y 22-23 frente al Bofarull de Madrid, para perder en Sabadell (22-21) contra el OAR Gracia, y aún jugó un último partido en Elda el 2 de mayo frente al líder invicto Granollers (14-14). Luego el 9 de mayo no acudió a San Sebastián para medirse al Eguía y ese mismo día se retiró por lo que ya no disputó la última jornada de Liga en casa ante el Barcelona. Así de triste fue el final de un equipo de leyenda compuesto por jugadores de Elda que se autodefinieron como "una gran familia”.

Clasificación 1970-71