Juan Pedro de Miguel, el eldense adoptivo que participó en dos Olimpiadas
La relación entre los Juegos Olímpicos y los deportistas de Elda es breve y se resume con la participación del nadador José Navarro portando la antorcha olímpica en los Juegos de Barcelona 92 y la de la jugadora de balonmano Isabel Ortuño jugando con la selección española en Atenas 2004. Sin embargo, hay un gran olvidado en la historia olímpica de Elda: Juan Pedro de Miguel. Si bien es cierto que nació en Madrid (13 de enero de 1958), se trasladó a Elda con once años de edad junto a su familia, y fue en esta localidad donde conoció a su mujer y donde comenzó la práctica del deporte que lo llevaría a dos Olimpiadas: el balonmano.
Tras establecerse su familia en Elda, Juan Pedro de Miguel continuó sus estudios en el centro Sagrada Familia. Sus primeros pasos en el balonmano fueron de casualidad: “Fui a ver un partido del equipo del colegio con un amigo, y a la Sagrada Familia le faltaba el portero. Ante la amenaza de suspensión, bajé de la grada y me puse en la portería para que al menos se jugara”, recuerda de Miguel. Quién le iba a decir en ese momento que pocos años después participaría en los Juegos Olímpicos de Moscú 80 y Los Ángeles 84.
La carrera de Juan Pedro de Miguel fue fulgurante. Fichó por el equipo del Centro Excursionista Eldense y con sólo 17 años se marchó al potente Calpisa de Alicante, donde consiguió proclamarse campeón de la Recopa de Europa ante el VFL Gummersbach, así como varios títulos de Liga. Tras el Calpisa firmó por el Atlético de Madrid con 22 años, al tiempo que fue seleccionado para ser portero del combinado nacional en las Olimpiadas de Moscú 80, donde España quedó en quinto puesto consiguiendo un diploma olímpico: “La verdad es que salió mejor de lo que pensábamos, porque por aquel entonces el nivel de profesionalización del balonmano español no tenía nada que ver con el resto de Europa, sobre todo en las zonas de control soviético”, señala el exguardameta eldense.
En 1982 firmó por el F.C. Barcelona de balonmano, donde estuvo hasta 1985, siendo también seleccionado para participar en los Juegos de Los Ángeles 84, donde esta vez España acabó en octava posición.
La experiencia en los Juegos Olímpicos
Juan Pedro de Miguel recuerda esa época con cariño: “Estar en unos Juegos Olímpicos es lo mejor que te puede pasar como deportista, mucho mejor que jugar un Mundial”, asegura. “Cuando vas a las Olimpiadas sabes que estás junto a los mejores deportistas del mundo, convives con ellos día a día”, señala al tiempo que guarda con especial cariño el momento en el conoció al velocista cubano Alberto Juantorena en Moscú 80.
También fue convocado para los Juegos de Seúl 88, pero una lesión en su rodilla izquierda le apartó de sus terceras olimpiadas consecutivas, donde asegura que “la Ceremonia de Inauguración es una auténtica pasada. Todo un estadio repleto recibiéndote y tú paseando junto a los mejores deportistas de tu país, los de fútbol, baloncesto, waterpolo… algo indescriptible”, afirma con emoción.
El balonmano y su vida
La práctica del balonmano ha marcado su vida: “Las cosas buenas del deporte no son sólo los triunfos y los resultados, sino lo enriquecedor que puede llegar a ser. La mayoría de mis mejores amigos se los debo al balonmano”, asegura de Miguel, quien también mantiene relación con deportistas de otras disciplinas, como el exjugador de baloncesto Juan Antonio Corbalán.
La selección española actual no ha logrado el billete para participar en los Juegos de Río, algo a lo que el exguardameta resta importancia: “Hoy en día, en el deporte de élite, los detalles marcan la diferencia. Que no se hayan clasificado no quiere decir que sea un fracaso, sino que la exigencia es tal que una pequeña acción te distancia del triunfo o la derrota”, señala Juan Pedro de Miguel, quien ha desconectado del balonmano para centrarse en su familia, pese a que confiesa que sigue disfrutando viendo deporte, “aunque desde un punto de vista distinto al del aficionado”. De este modo, entre otros conjuntos, se mantiene al día de la trayectoria que sigue el equipo del Centro Excursionista Eldense, el club que lo vio nacer y triunfar con el combinado nacional en dos Juegos Olímpicos.