Elisabeth Justicia: “Recibo muchos mensajes de gratitud hacia Dominga porque ha visibilizado a las personas mayores”

La eldense Elisabeth Justicia es una de las ilustradoras punteras en el ámbito nacional. Varias editoriales se han interesado por las viñetas de su personaje de Dominga, una anciana simpática que destapa las incongruencias de la sociedad desde su lucidez y realismo. Finalmente, ha sido la importante empresa Penguin la que ha publicado su libro con una gran tirada para que esté presente en todas las librerías de España. El libro Dominga habla sola se presenta el próximo viernes, día 5 de mayo, a las 19 horas, en la Fundación Paurides.

Elisabeth Justicia se licenció en Bellas Artes y realizó el máster en Producción Artística, lo que la llevó al mundo de la ilustración tradicional y digital. En paralelo, y durante más de 10 años, trabajó como diseñadora gráfica en el mundo de las aplicaciones telefónicas. Un día sintió que necesitaba darle a su carrera un nuevo enfoque más social y se formó como Técnica en Integración Social. Desde entonces su formación artística se ha visto mucho más enriquecida.

Ha expuesto su trabajo como ilustradora en diferentes salas de Alicante, Valencia y Barcelona y ha llevado sus proyectos audiovisuales a diversos festivales de animación. Actualmente trabaja a tiempo completo en la ilustración y está inmersa en la promoción nacional de su libro Dominga habla sola.

¿Cómo nace el proyecto de dibujar a Dominga?

Durante los meses que estuvimos en casa, inicié una serie que llamé “Dibujos confinados” y comencé a publicarlos en las redes sociales. Se trataba de una serie de dibujos diarios relacionados con los sentimientos y emociones que podíamos sentir durante los meses que estábamos en casa, y que perdió sentido cuando pudimos empezar a salir de nuevo. Pero la necesidad de seguir contando cosas y expresando mi opinión seguía ahí. Así que apareció Dominga como excusa para continuar haciéndolo un año después de la pandemia.

¿Por qué la protagonista es una mujer mayor y no una mujer joven como usted?

Dominga es una mujer mayor que da visibilidad a una generación que, progresivamente, se va poniendo en un segundo plano, a pesar de que se trata de una generación importantísima y que ha conseguido la mayoría de comodidades y bienestar de los que disfrutamos ahora. Han vivido muchos cambios y han luchado por otros tantos, y es totalmente injusto que ahora sean los más invisibles en una sociedad que parece estar enfocada en los jóvenes.

Durante la pandemia vimos la fragilidad que les envuelve y eso me tocó muy de cerca. Necesitaba mostrar que son mucho más de lo que se vio durante esos meses. Y aquí tiene mucho que ver mi abuela, en quien está totalmente inspirada Dominga. Una persona con la que tengo una gran relación, quien me ha hecho ver todo esto que os comento y que ha sido y será mi gran ejemplo a seguir.

En realidad, Dominga es una filósofa de la vida.

Su filosofía de vida se basa en el equilibrio. La vida no es ni una fantasía donde ser felices sin parar ni un drama constante en el que vivir amargados y pendientes de lo malo que nos pasa.

Nos pasan cosas, y esas cosas son buenas y son malas. Y sean como sean, la vida sigue. El enfoque de las viñetas y del micromundo de Dominga se basa en no perder de vista el aspecto social, intentar gestionar de la mejor manera posible nuestras emociones y ponerle un poquito de humor a la vida, eso siempre ayuda a mantener el equilibrio.

La aceptación del personaje de Dominga es increíble.

Yo misma estoy sorprendida. Es cierto que las redes sociales te brindan una gran oportunidad para dar a conocer tu trabajo, pero no esperaba este tipo de acogida y el trampolín que ha supuesto. Cuento ya con cerca de 160.000 seguidores, solo en Instagram, y debo decir que estoy muy agradecida. He descubierto toda una comunidad que llena de amor a Dominga, que se interesa por ella, que comparte sus opiniones, que debate, pregunta, añade y valora tremendamente el trabajo que hay detrás.

¿Qué es lo más bonito que le han dicho relacionado con ella?

Recibo muchos mensajes de agradecimiento hacia Dominga por dar visibilidad a las personas mayores. Gracias a este proyecto, se me han presentado oportunidades para impartir talleres de empoderamiento a mujeres mayores, de ilustración enfocada a cómo hablar desde la emoción o la reflexión, etc.

Una de las anécdotas que más me gusta fue, tras el intercambio de varios mensajes, un paquete que recibí de un centro de mayores. Me enviaron una caja llena de regalos hechos por todos los usuarios del centro. ¡Fue maravilloso!

Varias editoriales contactaron con usted para publicar el libro. ¿Cómo fue este proceso?

Ese proceso ha sido increíble. Desde que acabé la universidad no he dejado de esforzarme por conseguir algo más en el mundo de la ilustración y soy muy consciente de la carrera de fondo que supone. Y, de repente, nace Dominga ¡y con ella todas las cosas buenas que trae! Varias editoriales se pusieron en contacto conmigo para ofrecerme publicar un libro relacionado con el proyecto Dominga habla sola, dándome total libertad creativa y poniendo a mi disposición todo aquello que pudiese necesitar. ¡Así que estoy encantada!

La pandemia fue inspiradora para usted.

Sí, el confinamiento me sentó realmente bien. Fui consciente de lo que significa poner el freno de mano a una sociedad acelerada y poder, de verdad, centrarme en mí y escucharme. Ahí es cuando realmente te das cuenta de cuáles son tus necesidades y el ritmo que pide tu cuerpo.

Afortunadamente todo a mi alrededor estaba bien: mi familia, mi entorno y el sitio donde viví (y disfruté) en solitario el confinamiento. Incluso podía salir con mi perra cuando quisiera y

pasear por una playa desierta que normalmente pertenece a turistas. Esos nuevos placeres siempre despiertan nuevas emociones.

Dominga destapa muchas incongruencias de nuestra sociedad.

Creo que vivimos en una sociedad muy egoísta y muy poco empática y que esto podría ser una de las raíces de muchos de los problemas que tenemos actualmente. Por ejemplo (y de esto hablo en el libro de Dominga), construimos una sociedad para vivir en comunidad; sin embargo, la soledad no deseada se ha convertido en un gran problema del mundo urbano social. Y es que resulta que la sociedad actual lo que hace es crear personas solas. He ahí una de esas incongruencias de las que habla Dominga.

¿Cuál considera que es el problema más grave que sufre la gente mayor?

Creo que es precisamente este, la soledad no deseada. Pero hay muchos más, claro. Existe el edadismo, al que parece que ahora se le está empezando a dar más visibilidad, el sexismo (que afecta mucho más a las mujeres mayores), las presión por un envejecimiento activo, sin arrugas, sin canas… y en el que parece que toda muestra de hacerse mayor debería disimularse en lugar de empoderarnos. ¡Cumplir años debería verse como el logro que es!

¿Qué pueden aportarnos las personas mayores?

Se trata de una generación que ha vivido tanto que seríamos muy tontos si no lo aprovechamos y si no escuchamos todo lo que tienen que contarnos desde esa sabiduría que se adquiere con los años y con el haber vivido mucho. Muchas veces enfocar nuestros problemas o nuestras dudas desde una perspectiva como la suya ayuda más de lo que imaginamos.

¿Qué otros libros ha ilustrado?

Ya son varios los libros publicados en los que he trabajado y todos me gustan por igual. Es verdad que el de Dominga me llena especialmente por la cercanía con el personaje, pero recuerdo con especial cariño uno titulado El secreto de las piedras blandas que ganó un premio como mejor libro editado y otro que salió el año pasado, enfocado al público infantil, y que trata el tema de la muerte con delicadeza pero sin tabúes ni traumas, titulado Mamá, ¿adónde vamos cuando nos morimos?, ambos escritos por Susana Esteve, a quien creo que conoces bien (bromea).