"Las energías renovables necesitan una gran superficie, pero todas las actividades económicas lo hacen"
El geógrafo y profesor de la Universidad de Alicante, Antonio Prieto, ofrece hoy una conferencia sobre Energías renovables: entre la transición energética y la protección del territorio, dentro de Los lunes son de la UNED. Será a las 19:30 horas en el salón de actos del Museo del Calzado.
¿Las energías renovables terminan de asentarse?, ¿la invasión de Ucrania ha impulsado su fomento?
Decididamente sí, las energías renovables por fin se están asentando de una manera decidida y la guerra en Ucrania ha provocado una crisis energética en Europa que, en general, tenía una gran dependencia de la energía procedente de Rusia. Para hacernos una idea clara, en 2021, el conjunto de la Unión Europea importó energía rusa por valor de unos 100 mil millones de euros, tanto gas como petróleo fundamentalmente. Con anterioridad la dependencia aún era mayor, porque en 2012 las importaciones energéticas desde Rusia rondaban los 175 millones de euros.
España y Portugal tienen un sistema energético, conforman casi una “isla” por dos motivos básicos: la tradicional relación con África y la débil conexión con el resto de Europa a través de los Pirineos. Casi la mitad del gas importado ha llegado a través de gaseoductos con Argelia y a través de barcos que transportan gas licuado procedente de varios países como Nigeria, Qatar, Noruega o Estados Unidos. Apenas el 3% del gas y el 10% del petróleo procedían de Rusia.
Sin embargo, España y Portugal están en la Unión Europea para bien y para mal, así que participan del mercado único y de sus reglas económicas. Al menos hasta que se planteó "la excepción ibérica” para excluir los precios del gas en el importe final de las facturas. Ahora, las premisas de esta “excepción” están siendo adoptadas por el resto de países de la Unión.
Hay quien asegura que las energías alternativas no interesan por motivos económicos a quienes actualmente venden la energía, ¿qué hay de real en esto?
El mercado ha cambiado mucho. En 2015, el “impuesto al sol” del tristemente famoso ministro Soria, pues el gobierno del Partido Popular en 2015 paralizó las inversiones y supuso un retroceso brutal en energías renovables. Sin embargo, en 2018 fue derogado y en 2019 se aprobó una normativa para simplificar los trámites administrativos, impulsando a la vez el autoconsumo.
Se daba la paradoja de que las grandes compañías energéticas españolas eran punteras e invertían en plantas de energías solares o eólicas en otros países como Alemania, Estados Unidos, Japón, México o Emiratos Árabes Unidos, mientras que la implantación de renovables en España estaba paralizada.
El título de su conferencia es Energías renovables: entre la transición energética y la protección del territorio, ¿se puede encontrar término medio?
Se puede (y se debe) encontrar un punto medio entre la urgente transición energética y la obligatoria protección del territorio y de sus valores ambientales, culturales y paisajísticos. Creo que es posible pero también es cierto que, muchas veces, lo urgente no nos deja ver con claridad lo necesario.
En lo que llevamos de siglo XXI ya tenemos experiencia en los resultados negativos de dejar que el mercado dirija la ocupación del territorio al libre albedrío de las grandes compañías. El modelo turístico de nuestras ciudades y de nuestras costas despreció muchas veces esos valores territoriales y apostó (casi) exclusivamente por el beneficio económico. Y así nos ha ido… que aún estamos pagando las consecuencias de aquellos despropósitos.
Es urgente obtener de fuentes renovables la energía que consumimos diariamente todas las personas en nuestras casas pero, pensando con calma, podemos preservar también nuestro territorio. Tenemos la información territorial suficiente, tenemos la legislación y los instrumentos de ordenación… ¿por qué queremos siempre ir tan deprisa?
En este sentido, creo que la Generalitat Valenciana ha trabajado bien y relativamente ágil para permitir las instalaciones de plantas solares y eólicas, pero el mercado siempre quiere las cosas más rápido (y la situación de guerra en Ucrania tampoco ayuda). Aun siendo difícil, en estos casos hay que aplicar el dicho español, “vísteme despacio, que tengo prisa”.
¿Qué ventajas tiene esta energía frente a otras?
En el conjunto de las energías renovables se incluyen la eólica, la solar, la biomasa, la hidráulica, la geotérmica o el hidrógeno verde. Estos tipos de energías renovables son seguras y no ofrecen riesgos para las personas ni para el medio ambiente, en el sentido de que la emisión de gases de efecto invernadero es prácticamente nula. Así, contribuyen a disminuir la contaminación atmosférica y, con ella, la reducción de las enfermedades. Pero, sobre todo, ayudan a paliar el cambio climático.
Se trate de un segmento económico que crea empleo que, además, está muy distribuido en el territorio. Además, no generan residuos problemáticos en su producción y cuando se desmantelan, son residuos reciclables hoy en día.
¿Y desventajas? ¿Una de estas es la gran cantidad de superficie que se necesita?
Pues sí, el consumo de grandes superficies es una de las principales desventajas de este tipo de energías. Suponen un gran impacto sobre el territorio, tanto desde el punto de vista ambiental como paisajístico. Aunque también hay que reconocer que todas las actividades económicas consumen territorio de una manera u otra. En algunos casos estamos más acostumbrados a verlas y a interiorizarlas.
Por ejemplo, la agricultura moderna industrializada ha transformado también nuestros paisajes desde las últimas décadas del siglo XX, con roturaciones, abancalamientos e invernaderos.
Por otra parte, en la provincia de Alicante hemos vivido muy bien desde siempre. En nuestras comarcas no han existido grandes instalaciones productoras de energía como pudieran ser las centrales nucleares o las térmicas… ni siquiera tenemos grandes centrales hidroeléctricas. Alicante es la quinta provincia de España en población y en aportación al PIB estatal, así que se consume mucha energía pero, sin embargo, la importamos prácticamente toda. Las energías renovables también suponen una descentralización de la producción energética y nos ha llegado la hora de contribuir y autoabastecernos.
¿Si la sociedad cambia y avanza en este sentido, ayudará a parar el cambio climático?
La sociedad ha cambiado mucho en los últimos treinta años. Aunque parezca que no, entre otras cuestiones, sí han funcionado las campañas de educación ambiental realizadas por los ayuntamientos en los colegios. Los resultados de este tipo de acciones se obtienen a largo plazo y están llegando. Hoy en día vivimos en una sociedad con conciencia ambiental, aunque sigan existiendo negacionistas e, incluso, terraplanistas.
Sin embargo, también tenemos que interiorizar las soluciones al problema ambiental y ayudar a paliar el cambio climático con pequeñas acciones y sacrificios personales en cada casa. Existe una teoría que aplicamos mucho en Geografía: la teoría del decrecimiento. Es decir, se plantea que la sostenibilidad económica es compatible con la preservación de los recursos naturales si se disminuye el consumo de bienes y energía. ¿De verdad necesitamos consumir toda la energía que consumimos? ¿Y todos los productos? ¿Podríamos dejar de comprar algunas cosas y viviríamos igual?
¿Qué mensaje quiere transmitir con su conferencia?
Creo que el título lo resume perfectamente. Las energías renovables son necesarias, pero no a cualquier precio: tenemos que preservar los valores de nuestro territorio como un recurso natural propio que fortalece nuestra identidad como sociedad. Y de paso, ¿podríamos decrecer un poco nuestro consumo? Con pequeñas acciones cotidianas podemos contribuir a paliar el cambio climático.