Los petrerenses vuelven al Castillo por Santa Bárbara
Los petrenses han cumplido un año más con una tradición que se remonta, al menos, a principios del siglo XX. Cada 4 de diciembre, Día de Santa Bárbara, numerosas personas suben hasta el punto más alto del casco urbano, el Castillo. Este año el punto más visitado ha sido el calabozo, pues ha vuelto a abrirse al público.
Este punto tuvo que permanecer cerrado durante los dos últimos años a causa de la pandemia. Pero hoy, los visitantes no solo han podido entrar de nuevo en este pequeño rincón en el que encerraban a los detenidos sino aprender su historia gracias al director del Museo Dámaso Navarro, Fernando Tendero.
Tendero ha detallado que en su construcción, los musulmanes ubicaron este espacio bajo la torre como depósito de agua y que los cristianos lo reconvirtieron en un calabozo. Además ha mostrado a los pequeños grupos que iban entrando por su diminuta entrada los dibujos que hicieron los presos como un calendario, letras árabes e incluso la cruz papal, soldados o una escena de caza del siglo XVI.
Quienes han visitado el Castillo también han podido ver las firmas que quedan en este espacio, pues antes de su reconstrucción, la población en este día subía y firmaba. Algunas se remontan, al menos, a 1930 y en otras se puede ver que había turistas llegados desde Madrid.
Tras visitar cada rincón de esta fortaleza, la visita acaba en la sala noble del Castillo, donde los visitantes han podido firmar en un lienzo de papel de grandes dimensiones, para seguir con esta tradición sin dañar las paredes del castillo.