Los libros sacramentales de la parroquia de Santa Ana, una joya histórica
La parroquia de Santa Ana cuenta con una joya del patrimonio eldense desconocida por gran parte de la población. Se trata del gran archivo documental en el que aparecen registrados los nacimientos que tuvieron lugar en Elda desde 1572, lo que permite conocer el pasado de la ciudad así como observar reconocidos apellidos eldenses como Guarinos o Amat. Lo que sin duda resalta más entre sus páginas es la aparición de los Coloma, la importante familia que durante los siglos XVI y XVII tuvieron una gran relevancia no el Reino de España.
El Cronista de Elda, Gabriel Segura, afirma que "este archivo de registro que incluye libros de nacimientos es una auténtica joya, tiene más valor incluso que el archivo histórico local, sin desmerecerlo, pues este último es más reciente. Aunque la iglesia de Santa Ana fue destruida, muy pocos libros se quemaron, por suerte estaban guardados en la Vicaría y por ello se conservan", explica.
Estos libros, denominados sacramentales o quinquelibri, recogen la información parroquial desde mediados del siglo XVI. Figuran apellidos como Milik -una importante familia morisca que daría nombre a la actual zona del Melik-, y a lo largo de sus páginas se pueden observar cómo los apellidos moriscos van desaparecido hasta que en el siglo XVII, con la repoblación de cristianos viejos, aparecen apellidos ligados a la ciudad en la actualidad como Guarinos -que descienden de un alcaide del castillo-, Beltrán o Amat, que tienen solera en la ciudad, indica Segura.
Estos libros, escritos a mano, permanecen a buen recaudo y se protegen ya que recogen una parte importante de la historia de la ciudad y, por ello, deben conservarse con sumo cuidado, asegura el párroco de Santa Ana, Antonio Verdú.
Entre sus páginas, que comienzan recogiendo nacimientos desde 1572, se puede ver cómo la familia Coloma estaba totalmente integrada en el día a día de Elda. No solo muchos de sus miembros se bautizaron en la antigua iglesia, como el cuarto conde de Elda, Juan Andrés Coloma, sino que también demuestra que los miembros de esta familia hicieron vida en la ciudad. A Juan Andrés lo bautizó Gregorio Aguilar, párroco de Petrer, en Santa Ana, señala Segura.
El investigador local Miguel Ángel Guill, añade que "aunque los Coloma ocuparon cargos de importancia, no hay mucha información sobre ellos, y esta documentación nos permite situar dónde nacieron o vivieron, dónde hacían su vida cotidiana". Asegura que los libros de bautismo que Elda conserva son esenciales porque permiten ver que los Coloma fueron personas cercanas, de hecho apadrinaban bebés de sus súbditos eldenses. Otros miembros de la familia que figuran en el libro son las hijas de Juan Coloma, María e Isabel, en 1559 y 1560 respectivamente.
Guill explica que la ausencia en estos documentos de la familia a partir del tercer Conde de Elda, Juan Coloma, "da a entender que poco a poco la familia va visitando menos Elda; cuando muere su padre, se van marchando y apenas vuelven a la villa". Si algo tiene claro Guill es que "el momento más importante de la familia Coloma fue cuando residía en la ciudad, luego fueron perdiendo importancia y se marcharon porque ya tenían que acudir a la puerta del rey a tocar para que les atendieran", comenta.
También asegura que "el 22 de noviembre de 1583 el archivo recoge cómo el duque de Maqueda de Elche e Isabel de Saa apadrinaron a una niña, Anna, y, aunque no se conoce quién es, sí muestra que ese día ocurrió algo importante para que el duque visitara Elda".
Y estos son solo algunos de los datos que permiten descubrir parte de la historia de la ciudad a través de estos importantes archivos.