Petrer arropó al cómico Ángel Martín, que hizo reír a carcajadas al público del Teatro Cervantes
El cómico Ángel Martín llenó ayer el Teatro Cervantes de Petrer con su monólogo 103 noches sin ninguna distracción. El éxito estaba asegurado, hacía semanas que había colgado el cartel de entradas agotadas. El humorista no decepcionó, pues hizo reír a mandíbula batiente a los petrerenses a lo largo de cerca de casi dos horas. Al acabar realizó una firma de libros de su obra Por si las voces vuelven, en la que se abre para contar sus problemas de salud mental y dar visibilidad a la importancia de la misma.
Martín reflexionó sobre la pandemia, sobre las relaciones de pareja, pero también habló sin tapujos sobre el brote psicótico que le llevó a estar dos semanas ingresado en el ala de psiquiatría de un hospital. Normalizó las enfermedades mentales y animó a la población a cuidarse y a cuidar de los demás. Su forma de abordar su enfermedad y de ayudar con su obra a quienes han pasado o están en este proceso le ha llevado a estar varios meses entre los autores más vendidos de España.
El también presentador afirmó que ya no sentía vergüenza por ser famoso, pues es reconocido por sus monólogos y sobre todo por su paso por el programa “Sé lo que hicisteis”, algo que, admitió, le costó gestionar. También bromeó sobre los signos de hacerse mayor y describió hilarantes situaciones sobre la pandemia y sobre las medidas que los políticos han ido tomando durante estos dos años.
El cómico y escritor catalán, durante todo su monólogo, se mostró cercano e incluyó al público en su texto, lo que hizo disfrutar más a los asistentes, que se sintieron más partícipes del mismo.
Se despidió con su famoso "A hacer cosas", que dice en cada uno de sus informativos matinales que le han llevado a destacar en redes sociales por resumir la actualidad en dos minutos y 20 segundos. El público le dio un cálido aplauso final.
Tras el monólogo, en el vestíbulo del teatro se mostró cercano con quienes hicieron cola para saludarle, conversó con ellos, firmó numerosos libros a los asistentes y se hizo fotos con quienes se lo pidieron.
