Javier Romero, artista y coleccionista de arte: “Mi interés por el arte lo despertó la Sala Sorolla de Miguel Ángel Esteve”
El artista y coleccionista de arte eldense Javier Romero realizó hace unas semanas junto con su marido, Michael Jenkins, una importante donación de su colección privada al Museo de Arte Contemporáneo de la Diputación de Alicante, MACA. Una colección compuesta por 291 obras de arte de 155 artistas internacionales de diferentes generaciones como Andy Warhol o Josef y Anni Alberts, para dar una visión global del panorama artístico actual, que incluye autores alicantinos como Ana Teresa Ortega o Teresa Lanceta, entre otros. Esta colección es hoy un referente del arte internacional de las últimas décadas que atiende a todas las corrientes plásticas y desarrolla un enfoque multidisciplinar que contempla dibujo, escultura, pintura, obra gráfica, fotografía, instalación, libro de artista o vídeo, que reflejan la diversidad de la práctica de los artistas modernos y contemporáneos.
Javier Romero reside actualmente en Nueva York, pero no olvida sus orígenes eldenses. Estudió Primaria en el colegio Sagrada Familia y el bachillerato con los Jesuitas de Alicante. Aunque siempre le gustó pintar, se licenció en Geografía e Historia en la Universidad de Alicante.
¿Qué despertó su interés por el arte?
Posiblemente mis primeras visitas a exposiciones en la Sala Sorolla de Elda. Era un adolescente, pero las recuerdo bien y me enseñaron a apreciar el arte. Es muy probable que no sea el único artista para quien el importante y heroico trabajo que realizó Miguel Ángel Esteve desde su galería fuese tan influyente. Posteriormente, mis primeras visitas al Museo del Prado y al Museo de la Asegurada, hoy MACA, en Alicante, fueron determinantes.
¿Cómo surge su faceta de coleccionista?
Por la admiración hacia el trabajo de otros artistas, el deseo de convivir con esas obras, y también con el fin de apoyarlos y ayudar a preservar este patrimonio artístico. Esto es lo que nos ha guiado a Michael, mi marido, y a mí a coleccionar desde hace ya bastantes años.
¿Qué es lo más bonito de ser coleccionista de arte?
Apoyar el arte y la cultura en la medida en que podamos es esencial en nuestra sociedad, pues contribuye a hacerla mejor. Gracias a la posibilidad de coleccionar hemos tenido la oportunidad también de establecer estrechas amistades con artistas y otros profesionales del arte.
Han hecho una importante donación al Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, MACA, ¿a qué se debe ese gesto tan generoso?
Michael y yo queríamos contribuir al enriquecimiento artístico y cultural del museo y de todos los alicantinos. Se trata de una extensa colección que abarca varias generaciones de artistas de las últimas cinco décadas. Es una colección internacional que incluye muchos nombres conocidos y una muy amplia representación de mujeres artistas y artistas afroamericanos. Casi todos los medios artísticos están representados e incluye una veintena de artistas alicantinos.
Usted también es artista, ¿cómo definiría su estilo?
Comencé mi trabajo artístico en la década de los 90 y desde entonces mi obra ha evolucionado partiendo de un trabajo heredero de lo conceptual a una obra centrada en la investigación de lenguajes ligados a la abstracción. He trabajado en diferentes medios artísticos, especialmente pintura, escultura o fotografía, y expuesto en galerías y espacios institucionales de Alicante, Madrid, Valencia y Nueva York.
¿Desde cuándo vive en Nueva York?
Vivo en Nueva York desde el año 2007, donde tengo mi estudio, y estoy más centrado en mi propio trabajo artístico, que, en mi trabajo en la gestión cultural y comisariado de arte, que durante mucho tiempo desarrollé en diversas instituciones en España y Nueva York.
¿Viene a Elda con frecuencia?
Venimos todos los años, pero esta pandemia ha trastocado los planes desde el comienzo de la misma. Volveremos lo antes posible. Tengo muchos recuerdos bonitos de Elda que están conmigo siempre.
En Elda existe un nutrido grupo de artistas, ¿mantiene algún contacto con alguno de ellos o sigue su obra?
Efectivamente, Elda cuenta con numerosos artistas que realizan un trabajo de calidad, como Maite Carpena o Yolanda Pérez, a quienes conozco desde hace mucho tiempo. Y claro, el magnífico trabajo de Moisés Mañas y Omar Arráez
¿Qué es necesario hoy en día a su juicio para triunfar en el complejo mundo del arte?
No hay fórmula para triunfar. Tampoco sé cuál es exactamente el significado real de esta palabra.
Como artista, lo más importante es trabajar siendo honesto con uno mismo, realizando aquello que realmente se desea hacer, y perseverando en este trabajo que es al mismo tiempo una bendición y una fatalidad.
Para finalizar, cuente algunos de sus recuerdos de Elda.
Tengo muchos recuerdos de mi adolescencia: las tardes de domingo en el jardín del Casino comiendo pipas y más pipas; los peritos de Perete; el pastel de moka de mi tía Cecilia; las primeras noches de baile en la discoteca GoGó; las tardes de cine en el Castelar, Cervantes, Coliseo, Alcázar, Lis, Cantó, Gloria y Rex; las visitas de Antonio Gades y su madre a mi tía Cecilia, su madrina; la maravillosa librería Martín Fierro como fuente inagotable de lecturas; mis primeros encuentros con el arte en la Galería Sala Sorolla; el vendedor a moto de horchata y limón en las tardes de verano; las fiestas de septiembre con Elen; las fiestas de Moros y Cristianos desde el balcón de casa de mis abuelos; el olor de los membrillos, manzanas y peras del huerto en verano; los futbolines en la calle Jardines; las visitas a la feria del calzado y ese olor a piel tan especial; el vídeo club Lydia, que me salvó tantas noches en edad más adulta; las fabulosas hermanas Haro, Castaño y García Segura; las tardes de juegos con mis primos y primas en días de Verano; mi familia y, sobre todo, mis padres.