Elda retrocede hasta el siglo XII para conocer su historia
El casco antiguo de Elda viajó ayer en el tiempo, concretamente hasta el siglo XII, para conocer cómo era la vida de los ciudadanos que habitaban la villa eldense en la Edad Media. La visita teatralizada "Los Portales de Elda" permitió a unas 150 personas descubrir la ubicación de las nueve puertas de la gran muralla que protegía la ciudad. Los actores de Carasses Teatro interpretaron con maestría numerosas situaciones del día a día de los vecinos que habitaban el pueblo.
Las poesías mas divertidas de El Seráfico, la racionalización del agua debido a su escasez o la leyenda que narra cómo Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, consiguió de un salto llegar desde el Cid hasta Bolón tras verse rodeado por un ejército enemigo fueron algunos de los hechos que se recrearon durante el recorrido, guiado por la mismísima "Cañamona", una mujer que vivió en el siglo XIII y que pasó a la historia local gracias a que una calle llevaba su apodo, si bien nadie conoce su verdadero nombre ni a qué se debió dicho mote. Una de la claves del recorrido fue la parada de San Antón, donde junto a la ermita se recordaron los bailes en honor al santo anacoreta que la tradición ha cuidado y mantenido a lo largo de los años.
Además los asistentes pudieron conocer algunas de las curiosidades de la ciudad, como por ejemplo que la calle del Clérigo conserva el mismo nombre desde hace casi mil años. Sin duda el protagonista de la noche fue el Castillo de Elda, que a lo largo de los siglos pasó de una mano a otra hasta que a finales del siglo XVIII fue abandonado a su suerte. Fortaleza que a su vez servía para defender a la ciudad de ataques exteriores. Pese a que los asistentes no pudieron subir al mismo, ya que está siendo rehabilitado, se destacó que "esto es una gran señal, por fin los eldenses se han dado cuenta del gran patrimonio que poseen, y que hay que cuidarlo, pues si no pronto pasará a ser historia".
"Los portales de Elda" concluyó con una vistosa danza en la que se representó cómo la ciudad pasó de manos cristianas y moras hasta que finalmente el bando de la cruz volvió a conquistar la villa. Bailes que concluyeron con un espectáculo de fuego que asombró a niños y mayores.
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