Elda una historia para todos

ELDA una historia para todos AYUNTAMIENTO DE ELDA 1.999 Texto: J.V. Cabezuelo Pliego A.M. Poveda Navarro J. Samper Alczar Ilustraciones: C. Valor Esteve EDITA: Concejala de Patrimonio Histrico Seccin de Publicaciones del Excmo. Ayuntamiento de Elda. J.V Cabezuelo Pliego, A.M. Poueda Navarro, J. Samper Alczar, C. Valor Esteve Excmo. Ayuntamiento de Elda, edicin de 1999. Fotografas: Juan Jos Pagn, EMIDESA, Museo Arqueolgico Municipal de Elda. leo portada: Vista general de la Ciudad y el Valle. Obra original de E. Amors. 1921. Propiedad del Ayuntamiento Ilustraciones: Camilo Valor Esteve. Coordinador: Antonio M. Poueda Navarro. Maquetacin: Estudio Creacin Gente. Fotomecnica: Fotograbados Garca s.coop. u. Impresin: Quinta Impresin, S.L. DEPSITO LEGAL: I.S.B.N.: 84-87962-13-0 La obra que tienes en tus manos es un recorrido por la historia de nues- tra Ciudad y sus pobladores; un viaje cmodo y divertido en donde encon- traremos respuesta a muchas preguntas, descubriremos algunos de los erro- res ms frecuentes en la interpretacin de nuestro pasado y llegaremos a entender cmo todo aquello que nos ha ocurrido tiene mucho que ver con lo que suceda en otros pueblos, en otras tierras. Sin duda, al alejarnos en el tiempo, nos asombrar la presencia de grupos humanos, hace 5.000 aos, en Camara y en el Pantano y nos sentiremos amigos de aquellos iberos que vivan en El Monastil y formaron la primera cul- tura que lea y escriba. Saber que exista una ruta fluvial en el Vinalop que serva para el comercio de nuestros antepasados y que el bosque mediterr- neo, con su rica y variada fauna y flora, era comn en el Valle, nos har inte- rrogarnos acerca de la calidad de nuestro actual medio ambiente. Sede obispal y casi siempre tierra fronteriza, Elda ha ido cambiando a lo largo de los siglos, en ocasiones de manera lenta, en otras con brusquedad. Pero no ha sido una historia aburrida. En las pginas de este libro podrs des- cubrir hechos sorprendentes, como nuestra condicin de Capital de Espaa durante el final de la II Repblica. Hace ahora 20 aos que nuestra historia cambi para bien con la apro- bacin de la Constitucin Espaola. La historia que maana se escribir depende de ti, depende de todos. Juan Pascual Azorn Soriano Alcalde de Elda Prlogo Qu queremos contar Qu nos proponemos Este libro, aunque no lo pudiera parecer, es un libro de historia, la de Elda. Sin embargo, es un libro de historia muy peculiar, dirigido a un pblico lector tambin muy peculiar: los jvenes. Los autores, cons- cientes de las dificultades que entraa un trabajo de estas caractersticas, pretendemos, bsicamente, dar luz no a sesudos investigadores ni espe- cialistas en esto y en aquello, sino a una promocin infinitamente ms numerosa de jvenes y menos jvenes interesados por una historia patria, la protagonizada por sus ancestros directos, no por Viriato, el Cid, Felipe V o Pablo Iglesias, que huyen del academicismo imperante en la mayor parte de publicaciones. Docentes inquietos y sabedores de las dolencias de la Historia y de las carencias de alumnos y convecinos, dirigimos a esa mayora este libro sobre la historia de Elda, haciendo un recorrido analtico y sinttico por el devenir histrico de esta locali- dad desde la oscura noche de los tiempos prehistricos hasta el pre- sente que vivimos. Obra en la que, a pesar de que su leitmotiv es la urbe que le da nombre, se encuadran todos los acontecimientos en un marco general que da inteligibilidad a los sucesos. El primer pobla- miento, la romanizacin, la islamizacin, la reconquista, las luchas fora les, la industrializacin, la democracia... son fenmenos que reciben una amena explicacin en este trabajo, que sin duda servir de apoyo a los intereses de la Reforma Educativa en marcha, dado que desde ella se pretende un acercamiento a las realidades generales a travs de los casos particulares. Se trata, pues, de una historia de Elda para nios realizada desde presupuestos historiogrficos y pedaggicos vanguardistas, donde texto e imagen se conjugan en uno para hacer comprender al lector de forma sencilla, pero impactante, el proceso histrico que se analiza. Una his- toria de Elda para nios, para jvenes, pero tambin para todos aque- llos mayores que nunca han dejado de jugar con su imaginacin. Por ello, pensamos que adems de un libro, esta Historia de Elda puede y debe ser un punto de encuentro entre padres e hijos, as como tambin el puente que mantenga frrea la memoria histrica de lo eldense entre los eldenses. Este libro es una apuesta de futuro. No es un juguete, no es un cmic, es un arma contra el desconocimiento y la intolerancia. Todos fuimos Elda, iberos, griegos, pnicos, romanos, germanos, bizantinos, musulmanes, castellanos y valencianos. Todos construimos el pasado del que somos herederos y que tenemos la obligacin, s, la obligacin, no slo de conservar sino tambin de agrandar, conociendo, sabiendo ms sobre nosotros mismos. Este libro, pues, no es un juguete, aunque sirve para entretener, para aprender, para soar desde una realidad con- creta: Elda. LOS AUTORES I Quizs no sea el lugar ms bonito del mundo, pero es donde vivimos, donde se hunden nuestras raices y donde se desarrolla nuestra historia. EL NOMBRE o primero que tenis que saber es que Elda no siempre se ha lla- mado as. A lo largo de su historia ha recibido varios nombres segn el idioma de la gente que la habitaba. Tampoco ha estado siempre en el mismo lugar, pero esto ya lo veris ms adelante. A que todos conocis la calle Dahellos o la gasolinera Idella Y puede que, si alguno ha preguntado de dnde vienen esos nombres, le hayan con- testado que as se llamaba Elda en poca de los romanos y de los moros res- pectivamente. Bueno, pues nada de eso. Pero hay que ver lo populares que son estos dos nombres. Lo cierto es que no sabemos exactamente cmo se llamaba Elda en la antigedad. Y no lo sabemos porque, sencillamente, Elda no exista, al menos en el lugar que hoy est. Lo que s exista en aquellos tiempos era El Monastil; no el instituto de Secundaria, sino el poblado que se encuentra en el extremo Este de la sierra de La Torreta, all donde el ro Vinalop hace un cerrado meandro despus de recorrer el pantano. Este poblado estuvo habitado durante miles de aos, pero no sabemos con seguridad qu nom- bre tuvo, aunque dicen los arquelogos que hay algunos indicios de que en poca ibrica podra haberse llamado Ilo. 7 o C roczJ 3 Ad Polem o :2 Cts SucrOk -- at d Stutuis. Ad Turres Ad Ara , o ...9 ac,Thier CartInyo SPortnar cujunturn glentia, Porlum Suc rone O oniJrn Lucen tum Ad Leones Allon Situacin de Ello en la calzada romana a su paso por el Vinalop segn el Itinerario de Antonino 8 Ya en el siglo II, en tiempo de los romanos, tenemos alguna pista. Existe un documento conocido como el Itinerario de Antonino, que es como una gua de carreteras romanas que serva a los viajeros para conocer las rutas que cruzaban el imperio y donde aparecen los nombres de las ciuda- des importantes y paradores donde podan descansar. Una de las princi- pales autopistas de la poca que encontramos en este documento era la Va Augusta, que conduca nada menos que desde Roma hasta Cdiz, ciu- dad que por aquel entonces era muy importante. Pues bien, despus de abandonar Turres (en Fuente La Higuera) hay una indicacin ad Ello, es decir, un desvo hacia una poblacin llamada Ello. Como la nica ciudad importante de los alrededores era el poblado de El Monastil pensamos que se era su nombre en la poca romana. El lo viene en la Edad Media, cuando se empiezan a recuperar docu- mentos antiguos y la mayora de las personas no saba leer o lea bastante mal. Muchas palabras se copiaban sin entender del todo lo que decan, as que el nombre de Ello aparece como Eloe, Edelle, Dadlo, Idella y Dahellos. Durante algn tiempo se dijo que estos dos ltimos nombres los pusieron los moros y hasta hay gente que an sigue cometiendo este error, porque lo cierto es que son palabras latinas y no rabes. Pero hay ms: tam- bin se oye decir que algunos de estos nombres se traducen como casa del Sol y casa de regalo, que ya hay que echarle imaginacin al asunto; pero no vale dejarse llevar por la fantasa, hay que ser sinceros y reconocer que nuestro pueblo era un pequeo ncleo habitado muy poco importante cuan- do llegan los musulmanes a nuestro valle y su nombre no aparece escrito en ninguna parte. Comienza a tener importancia despus de la conquista cris- tiana a mediados del siglo XIII, cuando alrededor del castillo se form una poblacin musulmana que empez a ser conocida como lila, Ella, Etla o Elda. 9 EL COMIENZO ues resulta que este pueblo, que es el nuestro, tiene una historia muy larga. Tan larga es que el comienzo se pierde en la noche de los tiempos. Seguro que sabis que, despus de otros homnidos, hace unos cien mil aos habit nuestra pennsula el llamado hombre de Neanderthal, especie que fue sustituida por el sapiens sapiens o Cromagnon har unos trein- ta mil aos. No es que ste fuese ms fuerte que el anterior, sino que era bastante ms inteligente. Por aquel entonces el clima cambi sensiblemente y los grandes mamfe- ros que componan la fauna europea emigraron hacia el norte. Los grupos de cazadores tuvieron que hacer una gran eleccin: o se iban tras ellos o se quedaban y se adaptaban a las nuevas condiciones climticas. Esta decisin supona dejar de ser nmadas y convertirse en sedentarios. Ya sabemos que eligieron esta segunda opcin, con lo que comenzaron unos cambios eco- nmicos y sociales que se conocen con el nombre de Revolucin Neoltica. Los hombres tuvieron que aprovechar cuantos recursos ofreca la nueva situacin y esto pasaba por domesticar especies vegetales y ani- males que estuviesen a disposicin del consumidor en todo momento. As nacieron la agricultura y la ganadera y, para conservar y transportar ali- mentos y mercancas, inventaron la cermica. 11 En la pennsula ibrica estos cambios se produjeron ms o menos hacia el 5000-3000 a.C., que fue cuando en nuestro valle se instalaron grupos humanos en la sierra de Camara y en el norte del Pantano, pero sabemos muy poco de ellos. Despus de milenios de venir utilizando las piedras para construir herra- mientas, el hombre primitivo las conoca muy bien y diferenciaba las que ser- van para fabricar herramientas y las que servan para hacer adornos, como el oro, la plata, la azurita, la malaquita... Esta ltima, cuando la calentaban mucho, formaba una pasta que al enfriarse se converta en un nuevo ele- mento al que se le poda dar forma y filo. Haba nacido la metalurgia del cobre y la Humanidad entr en la Edad de los Metales, concretamente en la Edad del Cobre, llamada tambin Calcoltico (del griego khalkos = cobre y lithos = piedra) o Eneoltico (del latn aenus = cobre). Como en esta poca se dedi- caban a la agricultura, los anti- guos eldenses, que eran muy pocos, se instalaron en las zonas llanas y con agua del Pantano y de la Casa Color. Era alrede- dor de los aos 2500-2000 a.C. Cultivaban trigo, cebada, cen- teno, habas, mijo, lentejas y otras leguminosas. Tambin hacan pan de la harina de las bellotas porque, por entonces, existan grandes cantidades de encinas en nuestro valle. Seguan cazando y pescaban en las aguas del ro Vinalop, cosa que hoy resulta sorprendente. i 4 043 00( Restos de varas personas enterradas con su ajuar, en El trabajo en el campo era la Cueva de la Casa Color, del perodo Calcoltico muy sencillo: primero quitaban los matorrales y los quemaban, despus trabajaban la tierra con pequeas azadas de piedra y con un palo hacan hoyos donde colocaban las semillas. Vivan al aire libre, en cabaas circulares que tenan un zcalo o base de piedra que cubran con caas y ramas y se enterraban en cuevas naturales del monte, donde quedaban sepultadas familias enteras. Un buen da, hace unos dos mil aos, se produjo un invento revolucio- nario: alguien tuvo la genial idea de fundir cobre y estao juntos y obtener 12 un nuevo material mucho ms duro que los otros dos: el bronce. Y comen- zaron las complicaciones porque la vida en comunidad tiene sus problemas. La posesin de tierras y ganado hizo aparecer las desigualdades entre las gentes y los ms pobres no tuvieron ms remedio que depender de los ms ricos. El ms rico de todos se convirti en el jefe o rey y la competencia por las tierras y los minerales trajo la guerra. De esta manera se vieron obliga- dos a trasladar los poblados a lugares elevados y los rodearon de murallas. As es como surgen poblados en el Puente de la Jaud, en el Pen del Trinitario y en El Monastil. El Puente de la Jaud est situado en la margen izquierda del ro Vinalop yendo hacia Novelda, a la altura aproximada del puente del ferro- carril. El Pen del Trinitario es un peasco que se encuentra en la ladera Sur de Boln y que se llama as porque dicen que su forma recuerda la figura de un monje Hay que ver qu imaginacin! Se puede ver desde la carretera, enfrente del Centro Excursionista Eldense. All existen restos de un pequeo pobla- do y entre los enterramientos que se han encontrado tenemos el ms conocido del Museo Arqueolgico de Elda: es el de un nio pequeo que descansa sobre una estera de esparto y que fue cubierto con un lienzo y ramitas. El ms importante de todos es El Monastil, que se encuentra en el extremo oriental de la sierra de La Torreta, en la parte que se ve desde la carretera de Madrid, y est rode- ado por el ro Vinalop. Aunque no por irse a vivir al monte abandonan la agricultura, ni mucho menos. Siguieron cultivando las tierras llanas y nos han dejado muchos restos, como dientes de hoz de slex, morteros, molinos de mano, etc. Nio de la Edad del Bronce con restos de su ves- tido de lino y una cesta de esparto, enterrado en una cueva de Boln 13 LOS IBEROS n contra de lo que pueda parecer, los primeros turistas que visitaron nuestras costas no fueron los suecos, sino los fenicios, aunque stos no venan buscando el sol precisamente, sino para hacer negocios con los atrasados nativos, a los que cambiaban objetos decorativos, adornos y chucheras que traan del otro extremo del Mediterrneo por metales y otras materias que se hallaban en abundancia en estos lugares. Y claro, a esta tierra le pusieron un nombre. Como lo que ms les llam la atencin fue la cantidad de conejos que haba, la llamaron el pas de los conejos, slo que en fenicio, I-shepham-im. Por estas fechas comienzan a llegar los griegos, que tambin quisieron aportar algo en esto de poner nombres y la llamaron Iberia, tierra del ro Iber (Ebro), y a todos sus habitantes les llamaron iberos. Como los fenicios no se entretenan en escribir nada y en cambio los grie- gos tenan mucha aficin a hacerlo, el nombre de Iberia dur bastante tiem- po, al menos hasta que los romanos prefirieron la forma fenicia y la llama- ron Hispania. As que ya sabemos que los iberos eran, sencillamente, los nativos de Iberia, pero como los escritores griegos son tan minuciosos, no se conten- taron con poner nombre a todo el territorio, sino que lo dividieron en algo 17 parecido a regiones o comarcas, y es as como nos enteramos de que los antiguos eldenses ocupaban la regin de Iberia llamada Contestania: ms o menos las tierras situadas entre los ros Jcar y Segura. A los fenicios les fueron mal las cosas porque sus vecinos babilonios con- quistaron sus ciudades all por el ao 573 a.C. y los griegos se hicieron cargo de sus negocios por el Mediterrneo occidental. Pero a los griegos les dur poco el buen momento porque unos parientes de los fenicios, los car- tagineses, les vencieron en la batalla naval de Alalia (535 a.C.) y se queda- ron con el monopolio del comercio con Iberia. De todas estas guerras, que ni les iban ni les venan, no se libraron los iberos, ya que tanto los griegos como los cartagineses los emplearon como mercenarios o soldados a sueldo. Tenan fama de fieros guerreros nuestros antepasados; usaban una espada corta muy especial, la terrible falcata, muy temida por sus enemigos porque su filo era capaz de cortar los cascos y las corazas. En el Museo hay algunos pedazos de una de ellas, claro que estn muy deteriorados por el xido y apenas queda nada de reconocible. Tambin usaban la honda, un malvolo invento con el que lanzaban piezas de plomo llamadas glandes contra las cabezas de sus enemigos. Podis ver algunas en nuestro Museo. Esta escultura de piedra es un cuerpo de ave que era la forma de una sirena ibrica, animal fan- tstico que se coloc sobre una tumba monumental de El Monastil (M. Arqueolgico Municipal) 18 Entre las calles y viviendas de la ciudad ibrica de El Monastil pasearon algunas damas que per- tenecan a la lite social, pero tambin trabajaron artistas artesanos como un conocido maestro ceramista que realiz excelentes pinturas Con todos estos contactos, podis imaginar que las costumbres de los iberos fueron evolucionando y su cultura se fue enriqueciendo con las apor- taciones fenicias, griegas y cartaginesas. Una de las cosas ms caractersticas de los iberos, entre ellos los de El Monastil, es la cermica. Hicieron una gran variedad de objetos, vasijas, platos, cuencos, etc., muchos de ellos decorados con animales, vegetales, escenas de caza y, sobre todo, con ban- das circulares con SSSS. En el Museo hay varios ejemplos de esta cermica. Tambin los iberos tenan sus manas a la hora de enterrar a los muertos: los quemaban en una gran hoguera o pira funeraria, aunque suponemos que, como ahora, no todos podran permitirse este lujo. Luego metan las cenizas, los huesos y algunos objetos personales del difunto en unas vasijas y las enterraban en cementerios que los historiadores, que todo lo compli- can, llaman necrpolis. La de El Monastil an no se ha encontrado, pero todo se andar. De momento ya tenemos tres objetos funerarios entre los que destaca una sirena ibrica de estilo griego. Alguien adivina dnde pueden verse El poblado ibrico ms importante de nuestro valle era El Monastil. Como la poblacin haba aumentado, no slo estaba habitada la parte supe- rior, sino tambin la pequea planicie que hay en la ladera sur. El lugar es estupendo porque estaba bien protegido y el ro le proporcionaba agua para el riego, consumo y serva de ruta hacia la costa. Urna de cermica iberorromana (siglos I a. C. - 1 d. C.) con decoracin vegetal pintada, de El Monastil (Museo Arqueolgico Municipal) 20 Adems de cereales, los iberos de El Monastil tam- bin cultivaban ajos, cebollas, habas, vid, higueras y pal- meras datileras. Tenan telares para hilar los tejidos de lana y lino con los que confeccionaban la ropa. Haba tanto esparto por aqu que la zona ocupada por esta planta llegaba hasta Cartagena y los romanos la deno- minaron Campus Spartarius y a la propia Cartagena la llamaron Carthago Spartaria. Con todo lo que se sabe de los iberos, su lengua permanece an en el misterio. A pesar de los intentos que se han hecho para descifrar- la nadie lo ha conseguido. Podemos leerla, pero no traducirla. Es un enigma que est esperando a que se resuel- va. Alguien se anima As pues, los iberos del valle de Elda fueron los primeros en aprender a leer, escribir y utilizar un sistema de nmeros, pesas y medidas. Tambin, a imitacin de griegos y cartagineses, fueron los primeros en utilizar las monedas para el comercio de la poca. La religin fue muy importante entre estos iberos que, a menudo, dibujaban a sus dioses y sus cultos en las cermicas que se fabricaban en El Monastil, algunas de las cuales se pueden ver en el Museo. Sobre todo tuvieron devocin a una diosa madre, diosa de la vida y de la muerte, de los animales y las plantas. Junto a ella fue muy importante el culto a un dios guerrero, dios de los caballos y de los ani- males en general. LLEGAN LOS ROMANOS en el ao 218 a.C. llegaron los romanos. Sus guerras con los car- tagineses les trajeron a la pennsula, engaaron a los indgenas, ven- cieron a los cartagineses, echaron un vistazo a lo que podan sacar... y se quedaron con todo. Porque aqu haba casi de todo: oro, plata, plomo, cinabrio, esparto, sal, salazones y garum. Este nombrecito aparece en algu- nos mapas de historia situado en las costas mediterrneas y ms de una vez alguno se habr preguntado qu demonios es. Bien, pues el garum era una salsa muy solicitada por los pueblos del Mediterrneo, sobre todo por los romanos, para sazonar y dar sabor a muchos de sus platos. Estaba hecha con cabezas y vsceras de pescado puestas a fermentar. Repugnante, no Pues a ellos les gustaba mucho. Como los romanos eran ms civilizados, los iberos comenzaron a imitar su forma de vivir, sus costumbres y su lengua. Algo as como ahora hacemos con todo lo americano, pero ms exagerado. Haba comenzado la romani- zacin y los iberos se convirtieron en hispanorromanos. La ciudad de Elo fue muy pronto romanizada y alcanz una cierta influencia. Sus habitantes llegaron a comerciar con lugares tan lejanos como Italia y el sur de Francia. La pequea llanura de la ladera sur se llen de talle- res de cermica, telares, fundiciones, etc., donde se fabricaban grandes can- 23 tidades de objetos para uso cotidia- no en los hogares, como recipientes donde guardaban la produccin de vino, cereales, aceite, etc., que pro- ducan las villae para mandarla a los mercados. Tambin trabajaban mucho el esparto, con el que hac- an gran cantidad de capazos y cuer- das que los romanos necesitaban para las minas de Cartagena y para sus barcos. Las villae eran fincas situadas en las mrgenes del ro y dedicadas a la agricultura y a la ganadera. Normalmente sus dueos eran romanos que utilizaban a los hispa- nos como trabajadores. Estaban compuestas por la casa principal y dependencias como establos, laga- res, bodegas, etc. Algunas casas contaban con los ms modernos En estas nforas los romanos traan aceite a Ello (Museo Arqueolgico Municipal) Los romanos que habitaron en la ciudad de El Monastil y alrededores dejaron algunos ejemplos de su arte, en este caso es un relie- ve cermico donde un romano con toga se prepara para sacrificar un toro adelantos de la poca en cuestin de comodidad, como baos de agua caliente, pavimentos decora- dos con mosaicos, objetos de cris- tal y de lujo. Los romanos ricos, o los que podan permitirse el lujo, tenan una vajilla de los domin- gos, es decir, la de las grandes celebraciones, que mandaban traer desde Italia o desde el Sur de Francia. Los arquelogos, que son tan aficionados a los nombres raros, la llaman terra sigillata, es decir, cermica marcada. Los habitantes de Ello manda- ban sus productos a travs de la ruta fluvial del Vinalop hasta el Portus Ilicitanus (Santa Pola), donde eran embarcados hacia los 24 Durante los dos ltimos siglos anteriores al cam- bio de era, soldados y mercaderes romanos tran- sitaron por nuestras principales carreteras, una de las cuales llevaba hasta ELLO (El Monastil) Estas lmparas contenan aceite y una mecha con la que los romanos se iluminaban. (Museo Arqueolgico Municipal) mercados. Tambin por la misma ruta llegaban a Elo mercancas que necesitaban sus habitantes. De este modo, la produccin agraria y, en general, toda la actividad labo- ral, conoci un enorme aumento y por ello los elotanos alcanzaron un alto nivel de comercio y consumo. Adems, la presencia de algunos romanos y el modo de vivir a la roma- na que adoptaron muchos iberos de Elo dio lugar a que unos cuantos dio- ses romanos recibieran culto en nuestras tierras, como parece que ocurri, principalmente, con la diosa Venus. En esta poca comenzaron a usarse muchas y variadas monedas roma- nas, alguna emitidas en las colonias prximas de Ilici (Elche) y Carthago Nova (Cartagena). Tambin fue el momento en que una nueva lengua, el latn, comienza a ensearse, hablarse y escribirse, como se ve en las pala- bras escritas sobre piedras y cermicas encontradas en El Monastil y en las villas rurales del territorio de Elda. 26 El paso e incluso el establecimiento de romanos en El Monastil, influy en sus habitantes iberos, que en muchas ocasiones dejaron a sus pies sus vestimentas y modos de comportamiento, para adoptar formas de vida a la romana HASTA TUVIMOS OBISPOS! no slo llegaban mercancas, tambin lleg el cristianismo. En el siglo IV el imperio romano se haba hecho cristiano y la nueva religin haba llegado a Elo, donde se form una pequea pero importan- te comunidad cristiana. Igual que ahora, los cristianos antiguos de Elo usaban muchos objetos relacionados con su religin, como lmparas de aceite (lucernas), platos, etc., con smbolos cristianos, y los ms ricos se compraban sarcfagos de mrmol decorados con escenas de la Biblia, como uno, del que slo queda un pedazo que se guarda en el Museo y que representa al profeta Jons arrojado desde un barco al mar, donde es devorado por un monstruo. La comunidad cristiana dispona de algunas iglesias, la ms importante estaba en la parte alta de Elo, pero tambin las haba en el campo. En algu- na de ellas se enterraba a algn personaje al que la gente consideraba santo y entonces muchos queran enterrarse junto a l y se formaba un cemente- rio. Es el caso de la que se encontr en la Casa Color. Los arquelogos lla- man a este tipo de iglesia martyrium. Y de esta forma transcurri el tiempo hasta que los visigodos sustituye- 31 ron a los romanos. Los visigodos crearon un reino en Espaa y se hicieron todos cristianos. Para controlar todo el territorio y hacerse obedecer, los reyes necesitaban que alguien con autoridad sobre la poblacin les repre- sentara en algunos lugares. Estos representantes fueron los obispos cristia- nos, que tenan mucha influencia entre el pueblo. Resulta que, all por el siglo VI, una parte de las tierras levantinas fue conquistada por el empera- dor de Bizancio y algunos obispados cayeron en su poder. Entonces, el rey de los visigodos orden que se creara el obispado de Elo, en la frontera de los -dos territorios, para controlar y administrar la zona del Vinalop de modo que, por poquito tiempo, hasta tuvimos obispos! Al menos conoce- mos los nombres de tres de ellos. Pero no vayis a pensar que los obispos visigodos eran como los de ahora. En la sede del obispado exista un equipo de personas encargadas de recaudar impuestos y organizar la vida pblica de la ciudad, principalmente en las cuestiones relacionadas con el comercio. Para ello disponan de unos pesos oficiales que servan de modelo para los que utilizaban los comercian- Base octogonal de columna de la baslica visi- goda de El Monastil (Museo Arqueolgico Municipal) 32 Sarcfago cristiano encontrado en Elda. Entre los romanos que primitivamente formaron una importante comunidad cristiana en la ciudad de El Monastil (ELLO) y las villas rurales de sus cercanas, haba personas muy ricas que se hacan ente- rrar en sarcfagos de mrmol de Italia, que eran autnticas obras de arte, como la de esta lmina tes en sus tiendas, pues todos deban pesar lo mismo para evitar engaar a los consumidores. Varios de estos pesos, de bronce y de plomo, se pueden ver en el Museo. La llegada de los visigodos y la creacin de un obispado entre los cristia- nos de Elo, favoreci la aparicin de obras de arquitectura religiosa con decoraciones nuevas. As, en lo alto de El Monastil, donde exista una anti- gua iglesia, se han recogido piezas de poca visigoda pertenecientes a sta como parte de un altar de mrmol, una base de columna y fragmentos de ventanales o celosas de piedra. Adems, a la iglesia se le aadi una pared en forma de herradura, llamada bside, donde se sentaban el obispo y su squito. 33 ELDA MUSULMANA ntre los musulmanes corra el rumor de que la pennsula ibrica era algo as como el paraso terrenal, con grandes ros que regaban fera- ces huertas, frescos jardines y frondosos bosques llenos de caza y eso, para ellos, que venan del desierto, deba de ser como un oasis maravi- lloso. Olvidos de las leyendas de amores y traiciones que por ah se cuen- tan sobre los motivos de la invasin musulmana. Lo cierto es que el reino visigodo estaba dividido en dos bandos y uno de ellos llam a los musulma- nes en su ayuda. En el ao 711 atravesaron el Estrecho de Gibraltar, ven- cieron a los visigodos, conquistaron la pennsula en pocos meses y se que- daron durante ocho siglos. En el ao 713 apareci por Orihuela un grupo de musulmanes encarga- do de conquistar las tierras levantinas. All mandaba un noble visigodo lla- mado Tudmir o Teodomiro, que al ver a los moros se le quitaron las ganas de luchar y, como no era tonto, lleg a un acuerdo amistoso con ellos. A cambio de conservar el poder les entreg todo el territorio y se hizo vasallo del emir musulmn. Este acuerdo se conoce con el nombre de Pacto de Tudmir y la nueva provincia musulmana se llam cora de Tudmir. Se encontraba situada entre las provincias de Murcia y Alicante y el sur de la de Albacete y en ella qued incluida la poblacin hispanovisigoda del valle de Elda, que se encontraba dispersa por las laderas de El Monastil, de Boln 35 y en algunos otros lugares cercanos al ro. La vida en Elo fue languidecien- do hasta convertirse en una simple alquera musulmana, es decir un con- junto de casas cuyos habitantes se dedicaban a la agricultura. Cuando a partir del ao 1172 los cristianos de los reinos del norte empe- zaron a ser un peligro, los musulmanes fortificaron la frontera del Vinalop con fortalezas que servan para defender el territorio, vigilar los caminos y tambin para proteger a la poblacin que se cobijaba en ellas en caso de ata- que. La entrada al valle de Elda estaba vigilada por la antigua Elo y la sali- da por El Sambo, Pero el centro, donde se encontraban las alqueras, esta- ba desprotegido, as que decidieron construir una fortaleza en un cerro que se encuentra en la orilla izquierda del Vinalop. All se refugiaban los cam- pesinos cuando haba algn peligro as que, como era ms seguro vivir cerca del castillo, all que se fueron a instalar una pequea comunidad (aljama) que fue el autntico origen de la ciudad de Elda. Al principio, la villa de Ella fue el mismo castillo con su arrabal, por lo que aparece en documentos medievales como castrum et villam o castiello et villa. Maqueta que reconstruye cmo fue el Castillo Alczar de Elda (elaborada por la Escuela Taller de Elda) La pequea villa musulmana de Elda no tena murallas. El muro de proteccin lo formaban las paredes traseras de las casas, que se construan una junto a otra, pero, como haba que entrar y salir, dejaron cuatro puertas: el Portal del ngel al oeste, la de las eras al noroes- te, una tercera al suroeste del castillo y una cuarta al sur, al final de la calle Coln. Parte de una gran tapadera de cermica musulmana con textos del Corn, hallazgo de la calle Gonzalo Sempere (Museo Arqueolgico Municipal) 36 Las calles eran pequeas, estrechas y sinuosas, con muchos rincones y recodos y algunas era callejones sin salida. Haba varias plazas, entre las que destaca la Plaza del ngel, que luego recibi los nombres de plaza de Abajo, del Ayuntamiento y de la Constitucin. Fue un lugar muy importante en la vida de Elda durante muchos siglos porque en ella se reuna la gente para tratar asuntos importantes como la administracin de justicia, la celebracin del mercado semanal y la feria anual de diciembre. Hasta hace muy poco todava se celebraba all la feria de juguetes del da de la Inmaculada. Como la poblacin que viva dispersa por el valle necesitaba un lugar de oracin, construyeron una pequea mezquita cerca del ro para aprovechar el agua porque, a lo mejor no lo sabis, los musulmanes se lavan los pies, las manos y la cara antes de hacer sus oraciones; pero cuando se form la villa alrededor del castillo levantaron una ms grande cerca del casco urba- no. La primera estaba donde hoy se encuentra la ermita de San Antn y era conocida como la mezquita vieja; la otra, llamada Mezquita Mayor, estaba donde ms tarde se edific la iglesia de Santa Ana. Y dominndolo todo estaba el castillo: residencia de los seores y sm- bolo de su poder. Panormica del Castillo de Elda tomada desde el este 37 Al principio, el castillo no fue ms que una fortaleza que serva para defender a la poblacin y controlar la ruta del ro, pero estuvo poco tiempo en manos musulmanas porque, en el ao 1244, las tierras del valle pasaron a formar parte del reino castellano de Murcia y en 1296 a la Corona de Aragn. Sus propietarios fueron miembros de la familia real aragonesa, los condes de Cocentaina y los condes de Elda, que hicieron obras importantes para convertirlo en un autntico palacio. Ampliaron el recinto, reforzaron las murallas y aadieron torres hasta las nueve definitivas. La puerta de entrada al castillo est al pie de una de las dos torres circu- lares porque parece que as era ms fcil de defender. Una vez dentro, lo primero que se encuentra es un gran patio, llamado de armas, rodeado por las dependencias del castillo, como las bodegas, los establos, los alma- cenes, las despensas, las habitaciones de los soldados de la guardia, etc., que estaban en la planta baja. En la planta alta estaban las habitaciones del seor, de su familia y la capilla. Tambin tena un pozo desde donde se sacaba agua del ro y dos gran- des cisternas para almacenar el agua de lluvia. Todava se conserva la ms grande. La Elda medieval siempre estuvo habitada por musulmanes y cristianos 38 Despus de vivir en el castillo durante ms de trescientos aos, los con- des de Elda se trasladaron a Valencia y, desde entonces, comenz a dete- riorarse porque dejaron de hacerse reparaciones. Con el tiempo pas a ser propiedad del Estado, pero termin vendindolo a particulares que lo derri- baron para aprovechar los mrmoles, las maderas, los muebles, las tejas, etc. Muchos de sus materiales se utilizaron para construir los antiguos puen- tes del camino de la estacin y algunas casas del barrio antiguo entre el Castillo y el Ayuntamiento. Durante algn tiempo, lo que haba sido el Palacio de los condes y el lugar ms importante de Elda, se convirti casi en un vertedero de escom- bros y basuras olvidado por todos. Pero ltimamente se est recuperando gracias a los trabajos arqueolgicos y a las labores de restauracin que estn haciendo de l un lugar visitable que, con el tiempo, se podr convertir en el monumento histrico ms importante de nuestro pueblo. 39 VASALLOS Y SEORES e la vida y actividad de los habitantes de Elda durante los cuatrocien- tos aos siguientes a la invasin se sabe muy poco. Formaron peque- os asentamientos rurales llamados alqueras. Con el tiempo se fue- ron convirtiendo al Islam y asimilando la cultura musulmana. Muchos luga- res eldenses deben su nombre al que le pusieron los musulmanes. Por ejem- plo, tenemos El Monastil, El Campico, Alfaguara, Agualejas, El Melic, Almafr, La Jaud, etc. Por cierto, El Monastil se llama as porque los musulmanes creyeron que la vieja iglesia construida en la antigua Elo era un monasterio, que en su lengua es Al-munastir. La poblacin musulmana prosper gracias a la agricultura, al mercado y a la feria. Cultivaban lo de siempre: cereales, vid y olivo. Parte de la uva la dedicaban a elaborar vino porque, a pesar de lo que suele creerse, los musul- manes espaoles beban vino, y otra parte la secaban al sol y convertan en pasas, un alimento que tena mucho xito y con el que comerciaban. Pero adems de estos cultivos de secano, tambin tenan pequeas huertas en las que plantaban habas, hortalizas y frutales, algunos tan conocidos como las higueras, los albaricoqueros y los granados. Los montes los aprovechaban para el pastoreo de cabras y ovejas y para recoger lea. Tambin se dedi- caban a la fabricacin de seda. Este tejido lo obtenan a partir de los gusa- nos de seda que alimentaban con hojas de morera, rbol muy abundante por estas tierras y que ahora volvemos a ver a todo lo largo de la Avenida del Mediterrneo. 43 La autoridad ms importante del pueblo era el alcad, que era una espe- cie de juez. Despus estaba el alamn, que se encargaba de los impuestos, un consejo de viejos que ayudaba al alamn y un calmedina encargado de que se cumplieran las leyes. Mientras no aparecieron los cristianos, la vida transcurri de forma ms o menos apacible pero, un buen da, los castellanos y los aragoneses deci- dieron apoderarse de las tierras valencianas. Las cosas comenzaron a complicarse cuando el rey Jaime I conquist Valencia en el ao 1238 y desde entonces se acab la tranquili- dad porque el valle de Elda se encon- tr, de golpe y porrazo, en tierra de frontera entre Castilla y Aragn. Resulta que los reyes entregaban villa et castiello a los nobles que les ayudaban en la conquista. El cas- tillo les serva como residencia y lugar fortificado desde donde salan las expediciones militares y la villa les proporcionaba dinero en forma de tributos que pagaban los habitantes. Primero fueron los castellanos los que ocuparon Ella y aqu aparece el primer seor feudal de la villa: fue el da 15 de abril de 1244 cuando el rey Fernando III de Castilla la entreg al noble Guillermo el Alemn. A partir de esa fecha empezaron los mareos porque Elda pas de mano en mano por diferentes seores castellanos hasta que, en el ao 1296, pas a la Corona de Aragn, formando parte de la Gobernacin General de Orihuela. De los diversos seores que tuvo Elda en los siglos XIV y XV, los ms importantes pertenecieron a la familia valen- ciana de los Corella, aunque stos la vendieron pronto a otra familia valen- ciana, la de los Coloma, que fueron los que ms tiempo vivieron en el cas- tillo y que formaron el condado de Elda con Elda, Petrer y Salinas y man- daron construir la iglesia de Santa Ana y el convento de Nuestra Seora de Los ngeles. Miniatura donde se representa el asalto a una ciudad medieval, de las Cantigas de Alfonso X El Sabio 44 Con los cristianos empezaron los problemas para los musulmanes: se les prohibi casarse con cristianos, llevar armas y beber vino fuera de su alja- ma, invocar en pblico el nombre de Mahoma y el de Al, tampoco podan irse a vivir a otros lugares ni salir del trmino municipal para coger lea o cazar. Pero tambin a veces los seores se preocuparon por sus vasallos: favo- recieron el desarrollo de la agricultura concediendo agua de Villena y per- miso para celebrar el mercado y la feria anual. Claro que, de este modo, conseguan ellos ms beneficios. Loseta y Alfardn cermi- cos de Manises con el escu- do de armas y el lema de los Corella. Aparecidos en el Castillo de Elda, S. XV (Museo Arqueolgico Municipal) 45 YA PARTIR DE AHORA, TODOS CRISTIANOS n el ao 1525, el rey Carlos I orden que todos los mudjares valen- cianos se convirtieran al cristianismo. Desde ese momento pasaron a llamarse moriscos y sus mezquitas fueron transformadas en iglesias cristianas. A los pobres moriscos les pas de todo. Resulta que los haban bautizado a la fuerza y encima tenan que ser buenos cristianos. Claro que, por enton- ces, se pensaba que ser buenos cristianos era comportarse como cristianos y para eso haba que obligarles a perder sus costumbres. No podan hablar rabe ni en pblico ni en privado, se les prohibieron sus bailes y fiestas tra- dicionales, deban tener abiertas las puertas de sus casas los das festivos musulmanes para que todo el que pasase pudiera comprobar que no estaban de celebraciones, las mujeres no podan usar el velo y todos deban cambiar sus nombres y apellidos por otros cristianos. Se les prohibi hasta baarse, as, como suena!, y para asegurarse de esto destruyeron todos los baos moriscos. Como a perro flaco todo son pulgas, a los moriscos les toc la china con el rey Felipe III. Porque resulta que, a pesar de todas las prohibiciones, muchos seguan conservando sus costumbres, as que el rey orden que fue- sen expulsados de la pennsula. 49 Hoy nos parece una barbaridad, pero entonces haba mucha intoleran- cia hacia los que eran distintos y no se supo resolver de otra manera un pro- blema de convivencia. La orden, en el reino de Valencia, la firm el 22 de septiembre el virrey, marqus de Caracena. Se les dio un plazo de tres das para irse, pero slo les permitieron llevarse los bienes que pudiesen transportar encima, excepto oro y plata. As que tuvieron que mal- vender todas sus propiedades. La salida, como podis imaginar, fue muy triste. Familias enteras que siempre haban vivido en Elda y cuyos padres, abuelos, bisabuelos, etc., eran eldenses, tuvieron que abandonar sus hacia 1529 casas, sus campos y su pueblo para no volver nunca ms. Era el mes de octubre de 1609. Para que os hagis una idea del desastre, pensad que Elda tena unos 2.200 habitantes, fueron expul- sados alrededor de 1.760 moriscos y slo quedaron en el pueblo unos 480 habitantes cristianos. 494.4 J%4.)I.1,-4fsrvtlowiw*-.4311 48.3/4j.f. 4 Jw-e, Morisca con su hija con el vestido tpico, Como la villa qued casi despoblada y los campos de cultivo abandonados, el conde tuvo que traer gente de otros lugares para que vivieran y trabajaran aqu. Para eso, el conde public un documento llamado Carta Puebla, que se conserva el Archivo Histrico Municipal, en el que explicaba las condicio- nes para instalarse en Elda. Vena a decir que l era el dueo de la tierra y la ceda a los vasallos a cambio del juramento de fidelidad y del pago de unas rentas. Claro que tambin se reservaba los dos molinos, los derechos de almazara, dos hornos, la taberna, la panadera, el mesn, la carnicera, el reparto de la sal, la tienda y la feria a cambio de un alquiler. Los nuevos pobla- dores se comprometan a pagarle una cantidad de dinero al ao (pecho), la octava parte de los frutos y la dcima de las cras de ganado nacidas cada ao (diezmo), la sptima parte de todo el grano que deba ser molido en los moli- nos del conde, el pago del transporte del agua que proceda de la fuente de Nuestra Seora de las Virtudes de Villena y la limpieza de la acequia dos veces al ao, a no vender o hipotecar casas y tierras sin permiso del seor y a residir en la villa bajo pena de perder los bienes recibidos. 50 , Pginas iniciales de la Carta Puebla de Elda Las condiciones eran duras, pero la gente comenz a acudir. Cmo esta- ran las cosas en otros lugares para que aceptaran venir a Elda! El conde administraba justicia y cuando l no estaba lo representaba un delegado suyo llamado Procurador General y Bayle del condado. Tambin nombraba cada ao a los cargos municipales encargados del gobier- no de la villa. Los ms importantes eran un Justicia Mayor y cuatro Jurados, que eran los que tomaban decisiones sobre la vida del municipio. Tambin haba un Musta9af o Almotacn encargado del mercado y de controlar los pesos y las medidas pbli- cas, un Sobrecequiero encargado de repartir las aguas del riego y un Clavario que administraba el dinero municipal. Exista adems una especie de asamblea local llamada Consell for- mada por 24 Consejeros que se reu- nan para las cuestiones ms importan- tes que afectaban a todo el pueblo. Cuando se construy el pantano se cre un nuevo cargo, el Alcaide del panta- no, encargado de vigilarlo y controlar el agua que se reparta para el riego. Portada del Libro del Mustacaf de Elda. (Archivo Municipal) 51 En el siglo XVI, la familia de los Coloma obtuvo el ttulo de Condes de Elda, transformando el castillo en su residencia palaciega, desde donde dominaron todas las actividades de sus tierras de Elda, Petrer y Salinas u44.41t1.1. ,:k 1t...111:Zr1IMCMV40 ,,PIRC.r.0,1:1111ZZI:r4g%1 ~I Ab b bt,tYA Pintura que recoge el desembarco de moriscos valencianos que, como los de Elda, fueron desem- barcados en Orn y el norte de frica. Un buen nmero de los moriscos eldenses fueron a instalar- se en Tlemecn, despus de que el Conde de Elda les embarcase, personalmente, en las costas ali- cantinas. Solamente algn nio pudo escapar a esta expulsin masiva, pues, como en otros luga- res, ciertas familias cristianas acogieron y ocultaron, en sus casas y haciendas, a un reducido nme- ro de chicos jvenes Platos de lujo como ste, de cermica hispano-morisca, fabricado en los hornos de Manises, fueron los ltimos que usaron los moriscos de Elda en sus casas de la zona de la actual calle Coln. El plato de la foto se hall entre los restos de una casa derribada en esa calle, y fue realizado por un ceramista a finales del siglo XVI o inicios del XVII. Se puede ver en el Museo Arqueolgico 53 AGUA VA! a sabis que aqu en Elda siempre hemos tenido problemas con el agua. O no llueve nada o cae el diluvio y es un desastre. Pues cuan- do el pueblo viva de la agricultura el problema era an ms gordo, como podis imaginar. La primera vez que se intent solucionar el problema de las aguas de riego fue en 1392, cuando la seora de Elda, que era la reina de Aragn doa Violante de Bar, y su marido el rey Juan I concedieron a los musul- manes eldenses el uso de las escurrimbres (aguas sobrantes) de Villena y de las aguas de la Fuente del Chopo o de las Virtudes. Pero como no era suficiente para toda la huerta, Elda le compr a Sax el agua de la Fuente de Emperador y a Villena la Fuente del Chopo. Claro que todas estas aguas haba que traerlas y para eso construyeron la acequia llamada del Conde, pero antes de llegar a Elda el agua pasaba por Sax y sus agricultores se que- daban con toda la que queran. Por este motivo los sajeos y los eldenses siempre estaban metidos en peleas y trifulcas que acababan en los tribuna- les. Con el tiempo fueron aumentando las necesidades de agua para regar, as que los eldenses pensaron que podran aprovechar toda la que se perda del ro si construan un pantano. De manera que, en 1684, llegaron a un 55 Restos de una de las mansiones y fincas de explotacin rural de Elda, conocida como la finca Lacy acuerdo con el conde: a cambio de no pagarle los pechos se comprometan a construir el pantano pagndolo de su bolsillo. Pusieron manos a la obra y el pantano se termin en 1698. Pero mira t por dnde, hicieron mal los clculos y les sali pequeo. Las fuertes lluvias del otoo de 1783 provoca- ron una riada que revent el muro. Pero como no hay mal que por bien no venga, el accidente sirvi para hacer bien las cosas y emprendieron la cons- truccin de un nuevo pantano con mejores materiales y ms resistente. Lo acabaron en 1890 y es el mismo que ahora podis visitar. El Pantano es uno de los parajes ms bonitos que tenemos en Elda, pero tambin es uno de los peor cuidados. Hace algn tiempo haba muchos tarais y hasta se poda baar la gente!, pero ahora el agua viene muy con- taminada y est muy estropeado porque se han hecho obras del ferrocarril, de la autova y de la conduccin de las aguas residuales de Sax. An as, es nuestro Pantano y entre todos debemos echar una mano para recuperarlo y cuidarlo. 56 Pero no slo la huerta necesitaba agua, tambin en la poblacin la nece- sitaban para beber. El agua llegaba a las tres fuentes pblicas de la villa: una estaba a espaldas de la iglesia de Santa Ana, otra en la plaza del ngel y la tercera en la placeta del Hospital, que no es el de ahora, sino que estaba en la actual calle San Roque. Haba una cuarta en la ermita de San Antn, pero no era agua buena, sino que la usaban para riego y para las caballeras. Este agua buena vena de los manantiales de Caprala y de Santa Brbara y haba que conducirla a la villa a travs de canalizaciones y acueductos como el que todava se puede ver en el barrio de San Rafael, enfrente del cemen- terio y que cruza la rambla de Puqa. Pero estaba el problema de que naca en Petrer y all queran usarla para regar sus campos, as que muchas veces cor- taban el paso impidiendo que llegase hasta Elda, con lo que tambin haba que meterse en pleitos con ellos. Acueducto de San Rafael (s. XVII) con el que se traan las aguas al Valle de Elda 57 MAULETS Y BOTIFLERS 1 siglo XVIII comenz en Espaa con una guerra, porque resulta que una parte quera como rey a Felipe V y la otra a Carlos de Austria, as que la cosa se resolvi a tiros. Muy civilizado! Fue la llamada Guerra de Sucesin: Castilla contra Valencia, botiflers contra maulets, . . ., los vecinos de la calle de la Tripa contra el resto de sus vecinos eldenses! Porque no creis que todo el Reino de Valencia tom partido por el mismo bando. Hubo partidarios de Felipe, los llamados botiflers, y parti- darios de Carlos, los llamados maulets; y hasta en Elda, donde casi todo el pueblo era borbnico, los vecinos de la calle de La Tripa defendan al archi- duque. As que, como la mayora de los eldenses defendan al rey Felipe V, orga- nizaron una pequea fuerza armada que particip en la batalla de Almansa y en la liberacin del castillo de Alicante, que estaba en poder de los ingle- ses, aliados del archiduque. Como Elda estaba en zona de guerra, sus habitantes tomaron todas las precauciones que pudieron: arreglaron la gran cisterna del castillo para tener agua de reserva, tapiaron las bocacalles y dejaron slo algunos portales 61 abiertos para poder entrar. Pero a pesar de todo, las tropas del archiduque la ocuparon dos veces: la primera desde julio hasta octubre de 1706 y la segunda desde febrero hasta abril de 1707, esta vez con el propio conde de Elda, don Francisco Coloma, al frente de las tropas enemigas. Tambin el ejrcito borbnico estuvo por aqu varias veces y siempre haba que darles comida, pienso para los caballos, dinero, etc., de manera que, con amigos o enemigos, los eldenses siempre salan perdiendo. El 25 de abril de 1707 el ejrcito de Felipe V venci al de Carlos de Austria en la Batalla de Almansa y conquist Valencia. El rey, muy enfa- dado con los valencianos, suprimi sus Fueros y desde entonces todo tuvo que hacerse como en Castilla: las leyes, los impuestos, la vida municipal y el idioma. Desde entonces se habla castellano en Elda. Fue suprimido el antiguo Consell, que era la representacin del pueblo, y tambin le cambiaron el nombre a los antiguos cargos municipales, que pasaron a llamarse alcalde y regidores. Se impusieron un montn de impuestos nuevos sobre las actividades de compraventa, sobre algunos pro- ductos como el papel sellado, el tabaco, la sal, etc. y uno especial, llamado Equivalente, que deban pagar todos los vecinos. Cuando termina una guerra son pocos los que salen ganando, o mejor dicho, ganan los de siempre. Y si no, fijaos en el caso de Elda. El conde, que haba pertenecido al bando perdedor, fue castigado por el rey a salir deste- rrado de Espaa y a perder sus derechos sobre el condado, pero a los pocos aos fue perdonado y volvi a recuperarlo todo. Claro que, mientras tanto,e1 rey nombr seor de Elda al conde de Atri para que siguiera cobrando los impuestos del condado. En cambio, el pueblo de Elda haba permanecido fiel al rey y le haba ayu- dado. Cuando termin la guerra se encontraba en una mala situacin por- que mucha gente se haba ido o haba muerto y los campos estaban aban- donados; se haban hecho muchos gastos y apenas haba dinero, as que el pueblo pidi ayuda al rey para rehacer la vida. Pues bien, todo lo que se le ocurri al rey fue conceder a Elda el ttulo de FIDELSIMA, el honor de colo- car la Flor de Lis en su escudo en memoria de su lealtad y aplazar durante dos aos el pago de sus deudas. A los vecinos de Elda y de su aldea, Salinas, se les permiti usar armas y tenerlas en sus casas. Menos da una piedra! 64 Los eldenses se encontraron divididos a la hora de participar en una especie de guerra civil, llamada de Sucesin, de modo que en Elda hubo parti- darios de la Casa Real de los Borbones, pero tam- bin de los Austrias, que fueron los derrotados DE VASALLOS A CIUDADANOS ambin el siglo XIX comienza con una guerra, aunque casi podra- mos decir que fue un guerra que nunca existi. Esto suena un poco raro, no, pero la verdad es que tanto a Francia como a Espaa se les olvid declararla. Es la que se conoce como Guerra de la Independencia. Comenz el 2 de mayo de 1808 cuando el pueblo espaol supo que el emperador de Francia, Napolen Bonaparte, haba nombrado rey de Espaa a su hermano Jos. Pensaban que el autntico rey estaba prisione- ro en Francia, cuando lo que haba ocurrido fue que le haba regalado la corona a Napolen. Y es que, en aquellos tiempos, los reinos eran propie- dad privada de los reyes y hacan con ellos lo que les daba la gana. Lo cierto y verdad es que Espaa estaba invadida por el ejrcito francs, que el rey era tambin un francs y que una gran parte de los espaoles no lo acept. Inmediatamente se organiz la resistencia en las ciudades ms importantes, donde los ciudadanos formaron Juntas encargadas del gobier- no y de la defensa. La Junta de Valencia orden que todos los pueblos del reino se preparasen para hacer frente al ejrcito enemigo. La villa de Elda hizo lo que pudo pero, como de armas estaban los eldenses bastante esca- sos, hubo que preparar chuzos, palas y hachas para defenderse. Menos mal que al final no vinieron los franceses! 67 El desbarajuste de los primeros momentos fue de pelcula. Por aqu no pasaba ningn francs, pero gente armada vigilaba los caminos por su cuen- ta y a veces se meta con pacficos viajeros a los que daba sustos de muerte, as que el alcalde tuvo que intervenir para poner un poco de orden. De lo que se dice guerra, los eldenses no se enteraron; eso s, casi al final aparecieron tropas francesas que iban de paso y entonces no valieron de nada todos los preparativos de defensa, porque una cosa es la buena volun- tad y otra tener que enfrentarse al mejor ejrcito de Europa. As que no hubo ms remedio que darles todo lo que pedan. Cuando termin la guerra algunas cosas comenzaron a cambiar. Ya sabis que los nobles eran los dueos de las tierras, cobraban a los vasallos y tenan derechos sobre ellos. Bien, pues a partir de ahora el gobierno comenz a qui- tarles poder empezando por el derecho sobre sus tierras y propiedades. Tambin a la Iglesia se le quitaron sus propiedades y a los Ayuntamientos los bienes comunes, que se llamaban Propios. Pero no se le ocurri otra cosa que ponerlo todo a la venta. Es lo que se llama Desamortizacin. Algunos campesinos salieron ganando porque pudieron comprarse alguna pequea finca y ya no tenan que pagar rentas por la tierra que trabajaban; pero los ms pobres salieron perdiendo, ya que no podan seguir utilizando las tierras comunes. En Elda fueron a parar a manos particulares el castillo, las tierras del convento, las de la iglesia, los montes Barrancada, Marn, Lobera, Camara, Boln, Bateig y Torreta, lugares donde antes los eldenses podan recoger lea, esparto y llevar a pastar sus rebaos; varias parcelas de tierras de secano con olivos, la Casa-tienda, la Casa-escuela y la carnicera. La entrada de Elda desde el este con restos de una cruz de trmino. Primeras dcadas del siglo XX 68 Vista del casco antiguo desde el Castillo Como tambin les haban quitado a los seores el poder de nombrar los cargos municipales, se hicieron leyes para que los vecinos eligieran a los Ayuntamientos. La primera vez que los eldenses y todos los espaoles se convirtieron en ciudadanos mediante el derecho al voto fue el 27 de sep- tiembre de 1811. Pero no se haca como ahora, sino que el vecindario elega a unas personas que luego nombraban al Ayuntamiento. Este procedimiento es lo que se llama sufragio universal indirecto y en segundo grado. Fue la primera vez en la historia que los ciudadanos ejercieron poderes que antes pertenecan a los seores, es decir, podan decidir sobre orden pblico, mercados, caminos, obras pblicas, sanidad, enseanza, crce- les, cementerios, etc. Escultura mutilada de piedra con policro- ma del antiguo convento de Nuestra Seora de los ngeles, construido en Elda por los Condes. (Museo Arqueolgico Municipal) 69 El antiguo convento de Sta. 1V12 de los ngeles y la iglesia de Sta. Ana en una foto de Elda de media- dos del siglo XIX Otra cosa que cambi fue que el rey dej de tener todo el poder y se redac- t una Constitucin en la que se explicaban todos los derechos que tenan los ciudadanos y cmo deba organizarse Espaa; y as, por ejemplo, se inventaron las provincias, donde el gobierno puso a un funcionario llamado Gobernador Civil para hacer que se cumplieran sus rdenes. Para defender la Constitucin, mantener el orden pblico y proteger los hogares y trminos municipales se cre una especie de polica llamada Milicia Nacional a las rdenes de los alcaldes. La formaban los propios vecinos y su funcionamien- to era tan democrtico que la tropa elega a los oficiales y los oficiales elegan al comandante. 70 Pero, algn tiempo ms tarde, un gobierno al que le gustaba controlarlo todo pens que eso de que a los alcaldes los eligiera el pueblo no estaba nada bien y cambi la ley para que los nombrara el gobernador civil. Por este moti- vo, un militar llamado Pantalen Bon se sublev en Alicante contra el gobierno y se dirigi a varios pueblos para reclutar tropas. Primero fue a Alcoy, donde no le recibieron muy bien y, de regreso a Alicante, pas por Elda. A la altura de la partida de Santa Brbara le estaban esperando tropas del gobierno, entre las que estaba la Milicia eldense, y el 5 de febrero de 1844 tuvo lugar una batalla. El coronel Bon fue derrotado y le fusilaron en Alicante. Pero no termin ah la cosa, faltara ms! Como al gobierno tampoco le gustaba la Milicia porque obedeca directamente a sus alcaldes, decidi supri- mirla. Entonces cre un cuerpo militar para que se encargase del orden pbli- co y estuviese a sus rdenes: la Guardia Civil. Panormica de Elda a mitad del siglo XIX 71 A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, Elda caminaba hacia su industrializacin, de modo que la actividad municipal creci para preparar los grandes proyectos de la Elda ante- rior a la Guerra Civil Maqueta que reconstruye cmo fue la antigua Iglesia de Santa Ana (elaborada por la Escuela Taller de Elda) 73 ENTRE BANCALES Y TALLERICOS a huerta eldense no era muy grande, pero los campesinos saban sacarle provecho aunque, de vez en cuando, se presentaban algunas calamidades como plagas de langosta, sequas, heladas, pedriscos y malas cosechas que venan a amargarles la vida. Como el trmino munici- pal era muy pequeo, era difcil dedicar ms tierras al cultivo, as que empe- zaron a aprovecharse las tierras cercanas a las ramblas y las laderas de los montes. En Elda se cultivaba de todo un poco: cereales, maz, hortalizas, ajos, chi- rivas, patatas, cardos, nabos, coles y lechugas, pero estos cultivos eran de poca importancia a causa de la escasez y mala calidad del agua de riego. Sin embargo, algunas frutas eran tan buenas que hasta se vendan fuera de Elda, como las peretas, las peras, las manzanas y los albaricoques. Tambin se daban bien las ciruelas, las granadas, los membrillos y los jnjoles. Pero el exceso de explotacin y los problemas de abastecimiento de agua hicieron que, poco a poco, la tierra fuese perdiendo su fertilidad, lo que obli- g a sustituir los cultivos de huerta por los de secano. As que los productos que ms se terminaron cultivando fueron la vid, el olivo y el almendro. 75 La vid se haba cultivado desde mucho tiempo atrs, pero una enferme- dad llamada oidium acab con muchas cepas. Las que quedaron daban una uva de mala calidad que se dedicaba a convertirse en aguardiente o alcohol, as que fueron sustituidas por olivos y almendros. El olivar eldense era muy importante y produca un aceite tan bueno que hasta gan varios premios. Pero la verdadera novedad fue el cultivo de almendros. Este rbol no se haba plantado nunca en Elda pero, cuando descubrieron que se daba de maravilla, llegaron a plantar hasta treinta mil de ms de ocho variedades distintas! Si os paseis por los campos de los alrededores todava podris ver que estos dos tipos de rboles son los que ms abundan. Pero no todos los eldenses se ganaban la vida con la agricultura. Tambin haba en el pueblo molinos de harina y de papel, algunos telares y varias fbricas de aguardiente y de jabn. El jabn de entonces se fabricaba de una forma muy curiosa: quemaban una planta llamada barrilla, muy abundante por estas tierras, y mezclaban sus cenizas con grasa o aceite. Una actividad que ya conocis y que viene del tiempo de los iberos era la manipulacin y transformacin del esparto o atocha. Pero ahora se haca en plan industrial. Para trabajar el esparto primero haba que majarlo y de eso se encargaban los martinetes, unos artilugios que aprovechaban el agua del ro para mover una especie de martillo que lo machacaba. Con l se hacan felpudos, esteras, cofines (ruedas para las prensas de vino y acei- te) y cordelillo (aqu lo llamaban filete). A esta tarea se dedicaban algunos jornaleros durante las pocas de poco trabajo y tambin mujeres y nios, que as conseguan llevar a sus casas algn dinero extra. Otro pluriempleo de los eldenses era la arriera, es decir, el transporte de mercancas utilizando animales. Era un trabajo al que se dedicaban algu- nos campesinos con sus animales de labor cuando escaseaba el trabajo en el campo. Esta actividad permiti ganarse la vida a mucha gente hasta que lleg el ferrocarril. La llegada del nuevo invento supuso una enorme mejora en los transportes, pero los arrieros desaparecieron aunque, gracias a ellos, se consigui un buen conocimiento de los mercados comarcales y regiona- les, donde ya se empezaba a conocer el calzado eldense. Y es que, all a mediados del siglo XIX, la industria del esparto haba deja- do de ser rentable, la agricultura no daba para alimentar a todo el pueblo y muchos trabajadores tenan que emigrar en busca de trabajo a otros lugares. Como la necesidad aviva el ingenio, algunas familias empezaron a fabricar zapatos en su casa de forma artesanal pensando en venderlos para sacar algo de dinero. Al principio, esta industria era poco importante porque se 76 fabricaban pequeas cantidades y apenas dejaba beneficios, aunque tampo- co era necesario invertir una gran cantidad de dinero. Unas veces bastaba con lo que tenan ahorrado o con lo que ganaban, pero tambin lo pedan prestado. Los zapatos que fabricaban se los daban a los arrieros, que los transpor- taban en sus carros junto con cestos, capazos y otras artesanas para ven- derlos en los pueblos de la comarca. Claro que tambin algunos pensaron en vender directamente los zapatos que fabricaban y viajaban a otros pue- blos en carros o tartanas. Les llamaban vendedores de zapatos en ambulancia, lo que quiere decir que eran vendedores ambulantes. Algunos eldenses, sobre todo cam- pesinos con animales de carga, se ganaron la vida como arrieros al distribuir los productos del valle por diversos mercados 77 Tpica tartana de los arrieros del transporte eldense Tambin haba quien decidi dedicarse a lo que se puede considerar industria auxiliar. Y as aparecen las primeras tiendas de curtidos y el primer taller de hormas, hechas a mano, claro. Poco a poco aquello empez a tener xito. La gente compraba zapatos y ms eldenses se animaron a fabricar. Aunque al principio el mercado era slo comarcal o regional, con la llegada del tren se pudo llegar a ms sitios, ms rpido y ms barato, as que, en poco tiempo la demanda de calzado fabricado en Elda se fue haciendo mayor, las casas se quedaron pequeas y hubo de utilizarse locales ms grandes que recibieron el nombre de talleres de calzado. Alguno de estos primeros fabricantes ya empezaron a ver las ventajas de la publicidad y se anunciaban en la prensa local y provincial. 78 A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX la villa de Elda se llen de tallericos que producan artesanalmente un buen nmero de zapatos, pero en unas condiciones laborales muy duras ELDA, PARS Y LONDRES asta ahora la historia de Elda ha tenido dos grandes etapas. La pri- mera es la que se desarrolla en El Monastil. La segunda transcu- rre en la villa formada alrededor del castillo. Pues bien, el final del siglo XIX marca el comienzo del otro gran cambio, el que convierte una pequea villa agrcola en una ciudad industrial. A lo mejor, esta parte de la historia ya no te gusta tanto, pero es que ahora se van a producir ms cambios en menos tiempo y casi todo gira en torno al calzado, que es, al fin y al cabo, el motor que hace moverse a nues- tro pueblo. Ya has visto que, al principio, los zapatos se fabricaban en las propias casas y de forma artesanal, es decir, haciendo todo el zapato a mano. No era el nico trabajo de las familias, sino que lo hacan cuando haba poco trabajo en el campo o para ganar algn dinero extra. Al poco tiempo ya se instalaron los talleres de calzado que se dedicaban exclusivamente a fabricar zapatos durante todo el ao. Pero la cosa no se qued ah. Los pedidos continuaban aumentando y los talleres se quedaron pequeos. Algunos zapateros se decidieron a ampliar el negocio y aparecieron las fbricas en locales separados de las viviendas. Como se necesitaban obreros y se pagaba mejor que en el campo, muchos campesinos se decidieron a cambiar de trabajo. Tambin empezaron a venir a Elda trabajadores de otros pueblos de la comarca y de ms lejos. 81 Estos cambios hicieron que los tiempos se volvieran duros porque, como podis imaginar, apareci el problema de la vivienda: no haba suficientes casas en Elda para los que iban llegando y los alquileres se pusieron por las nubes as que, para pagarlos y poder vivir, tena que trabajar toda la familia. Adems del padre, la madre trabajaba como ama de casa y como aparado- ra. Apenas haba escuelas y los nios comenzaron a trabajar desde muy pequeos como aprendices mientras las nias ayudaban a sus madres. Estos primeros trabajadores tenan poca experiencia en el oficio y, claro, los zapatos no eran de mucha calidad. Un fabricante tuvo la idea de contra- tar a zapateros de Mahn y Almansa, ciudades con tradicin zapatera, para mejorar sus zapatos. Fue tanto su xito que hasta gan premios en exposi- ciones internacionales de Pars y Londres. En general los zapatos eldenses eran de batalla, es decir, estaban hechos para durar mucho y no haba variedad de modelos. La fabricacin manual y artesana era suficiente para atender los pedidos de los clientes pero, cuando quisieron competir con otras zonas zapateras, no hubo ms remedio que prestar atencin a la cantidad y a la calidad, as que se introdujeron las mquinas para hacer el trabajo ms rpido y comenz la especializacin en un tipo de calzado de ms calidad: el zapato fino de seora que hizo nece- sario tener en cuenta el diseo y la moda. La industria del calzado se hizo internacional a partir del ao 1959. Durante los aos anteriores la cosa no haba ido muy bien porque apenas se vendan zapatos; los aos de la guerra civil y de la postguerra fueron malos y el mercado interior estaba muy mal. Entonces, algunos fabricantes comenza- Tpica fbrica eldense de calzado en la primera parte del siglo XX 82 Pabellones donde se realizaban las primeras Ferias Internacionales de Calzado ron a darse cuenta que si no se podan vender zapatos en Espaa haba que hacerlo en el extranjero. Fue en 1959 cuando los industriales tuvieron la buena idea de montar una exposicin para dar a conocer sus productos y organizaron en el colegio Padre Manjn el I Certamen Exposicin de la Industria del Calzado y en 1960 la I Feria Nacional del Calzado e Industrias Afines. Este mismo ao se crea la FICIA, no el edificio, sino una institucin para dar a conocer la produccin zapatera de Elda y ayudar a vender ms y mejor. Desde esos momentos comienza a aumentar la produccin. En septiembre de 1961 se celebr la Feria del Calzado con carcter INTERNACIONAL y hay que ver lo que cambiaron las cosas desde enton- ces. Se produjo lo que se conoce como el boom exportador, es decir, se fabricaba mucho y casi todo va a parar a los mercados extranjeros, sobre todo a los EE.UU. Pero cuando pareca que todo el monte era organo ocurri un verdadero desastre: en 1977 los precios de las materias primas subieron mucho, sobre todo la piel, los zapatos salieron ms caros y los americanos se fueron a comprar a otros pases. Un montn de fbricas cerr y mucha gente fue al paro. Desde entonces apareci en Elda una forma nueva de trabajo: el clandestinaje, es decir, el trabajo que se hace oculto en el interior de vivien- das, en chalets, etc., y que es una manera de que muchos obreros del calza- do puedan seguir trabajando. 83 UN PUNTO GRANDE EN EL MAPA n 1833 fue cuando se crearon las provincias que ahora conocemos. La capitalidad pas de Orihuela a Alicante. Tambin se crearon las cabezas de partido judicial, es decir, ciudades donde se atendan los asuntos judiciales de otras ms pequeas. Se buscaron poblaciones importantes dentro de las comarcas y se decidi que la ms importante era Monvar. As que los asuntos de Elda se resolvan all. Elda era un pequeo pueblo que apenas destacaba en nada. Eso s, el 4 de enero de 1841 pas por primera vez el tren! Resulta que se haba termi- nado la lnea frrea que una Madrid con Alicante y se realiz el viaje de inau- guracin. Por este motivo se construy una estacin provisional, ya que no estaba previsto que el tren hiciera paradas aqu. Cuando el pueblo fue cre- ciendo en poblacin y en importancia la estacin segua en muy malas con- diciones. Los eldenses se sentan avergonzados por ella y pedan que se cons- truyera otra definitiva. Era tan vieja y tan fea que la llamaban barraca, cueva, cuartucho indecoroso, vergonzante garita, etc. pero, despus de muchos aos de pelea, se consigui una nueva que fue inaugurada en sep- tiembre de 1932. El 24 de agosto de 1904 tuvo lugar un hecho que llen de satisfaccin a los eldenses. El rey Alfonso XIII concedi el ttulo de ciudad. Por qu 87 Jardines del Casino eldense Escudo oficial de Elda, ao 1904, cuando recibi el ttulo de ciudad. Parece que tuvo bastante que ver con el buen recibimiento que el pueblo le hizo a don Antonio Maura, que era el presidente del Gobierno y que regresaba desde Alicante hacia Madrid. En todos los pueblos le recibie- ron muy mal menos en Elda. El presidente pidi el ttulo para Elda, el rey lo concedi y el Ayuntamiento le dedic una calle. Fijos si lleg a ser importante nuestra ciu- dad que hasta la visit el presidente de la II Repblica don Niceto Alcal Zamora. El 16 de enero de 1932 inaugur la plaza de Arriba, visit algunas fbricas de calzado y puso la pri- mera piedra del monumento a Emilio Castelar que se iba a levantar en el jardn que lleva su nombre. Tambin a Castelar se le haba dedicado el teatro que se construy en el ao 1904, porque resulta que era muy que- rido en Elda, donde haba pasado su infancia. Era tan importante que lleg a ser nada menos que presidente de la I Repblica espa- ola! 90 Cuando Elda empez a ser una ciudad industrial, su casco urbano era muy pequeo: se encontraba entre el castillo, la calle Gonzalo Sempere, el final de la calle San Roque, la calle Maura y la calle Nueva; lo que se llama el Casco Antiguo, pequeo pero suficiente para los pocos habitantes que tena. Pero cuando empez a venir gente a trabajar en el calzado comenz a crecer. El pueblo agrcola y pobretn se convirti en poco tiempo en una ciudad indus- trial con nuevas calles y barrios, con el teatro Castelar, el Casino, peridicos, bancos, escuelas, clubes de ftbol, salas de bailes, cines, etc. El primer barrio que se construy fue el de La Prosperidad, que se empez en 1898 y se termin en 1917. Despus vinieron El Progreso en 1921, La Fraternidad en 1922, La Ciudad Vergel en 1932. En los trein- ta primeros aos del siglo Elda creci de 6.131 habitantes hasta 20.700. Claro que este enorme aumento se debe en gran medida a la inmigracin que fue llegando para trabajar en el calzado. La importancia de Elda en la comarca fue en aumento desde principios de siglo. Mientras que en 1900 era la quinta poblacin de la comarca en nme- ro de habitantes, en 1930 ya era la primera. III t - ro - - 114 - - 4.111 N:11 _A 10- .11_ 11, OIL sh , 417:1, :lb, - a 4- : 71 1%0 - *e 1 1 4111 4400. ir II 01,4 look - Concentracin cvica en la antigua plaza del Ayuntamiento 91 Fachada antigua del Teatro Castelar El ilustre D. Emilio Castelar siempre se mani- fest como eldense y la ciudad de Elda lo ha reconocido y recordado constantemente Con la guerra y los primeros aos de la posguerra se detuvo el creci- miento pero, a partir de los aos cin- cuenta, volvi a aumentar y as, entre los aos 50 y 60, se construyeron los barrios La Nueva Fraternidad, Molinos de Flix, Virgen de la Salud, La Feria, San Francisco de Sales, Las Trescientas y Huerta Nueva. En los aos 70, La Frontera y El Polgono Almafr. Desde los aos 90 vemos como las nuevas construcciones van surgiendo en forma de chalets adosados en las afueras. Como en todo lo que se hace deprisa, hubo cosas buenas y cosas malas; por ejemplo, el alcantarillado, el ensanche y pavimentacin de calles, la instalacin del alumbrado pblico y del telfono, la compra de pozos de agua potable, etc.; pero tam- bin comenzaron a construirse edifi- cios nuevos, grandes y ... feos; porque tienes que saber que, durante esos aos, a la gente le entr algo as como una mana por desprenderse de las cosas antiguas y sustituirlas por otras nuevas. Como slo vala lo nuevo, se proyect un urbanismo ms apropia- do para los coches que para las per- sonas. Tiraron al suelo edificios anti- guos de gran valor, dejaron deteriorar- se el castillo, estropearon las plazas de la Prosperidad, Castelar y Sagasta, quitaron los rboles de las calles, etc. Todo el crecimiento urbano y la importancia industrial convirtieron a Elda en la primera ciudad de la comar- ca, pero no haba manera de dejar de depender de Monvar. Hubo que espe- rar hasta el 26 de noviembre de 1965 para que fuese nombrada cabeza de partido judicial. Por fin nos pusieron un punto grande en los mapas! 92 La segunda parte del siglo XIX sirvi para que Elda viese triunfar a uno de sus hijos ms ilustres, don Emilio Castelar, poltico, orador y escritor, que, llegado al poco de nacer, siempre se conside- r un eldense ESPAA, CAPITAL ELDA 114 de abril de 1931 se proclam la Segunda Repblica con gran regocijo por parte del pueblo pero, como la alegra dura poco en la casa del pobre, cuando lleg el mes de julio de 1936 unos militares se encargaron de aguar la fiesta al personal. Se sublevaron contra el gobier- no y se organiz la mayor barbaridad de toda la historia de Espaa, una gue- rra civil que dur tres aos. En los primeros das de la guerra hubo un lo espantoso y, a ro revuelto, grupos de descerebrados, que en todas partes y momentos hay, cometieron algunas barbaridades, como el asalto a viviendas de algunos importantes industriales zapateros, el incendio de la iglesia de Santa Ana y, desgraciada- mente, tambin algunos asesinatos. El Ayuntamiento dimiti y se cre un Consejo Municipal formado mayoritariamente por miembros de sindicatos obreros, una de cuyas primeras y ms desafortunadas decisiones fue la de derribar la antigua iglesia de Santa Ana, un edificio que se haba ido cons- truyendo y mejorando durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Como no estaba el horno para bollos, casi todos los grandes fabricantes tuvieron miedo y se fueron de Elda. Entonces los sindicatos se quedaron con las fbricas y formaron cooperativas para seguir trabajando. Adems, la industria eldense se encontraba en una mala situacin por falta de pedidos 95 y de dinero, as que las pequeas fbricas se unieron en una sola empresa que se llam SICEP (Sindicato de la Industria del Calzado de Elda y Petrer). Pero la guerra se alarg y no tuvieron ms remedio que ponerse a fabricar productos destinados a la guerra, como botas, camisas, correajes o mochi- las. Tambin los talleres metalrgicos se dedicaron a la fabricacin de blin- dajes para camiones, bombas, etc. Con el campo pas algo parecido. Los sindicatos expropiaron muchas fincas de cultivo porque pensaban que sus propietarios no las cultivaban bien, de manera que se entregaron a los campesinos. Aunque Elda no estaba en zona de guerra, se pas muy mal. El peor ao fue 1938 porque escasearon los alimentos y mucha gente tuvo que ir a otros pueblos a cambiar cosas por comida. Por si fuera poco, llegaron de otros lugares muchos refugiados y heridos a los que se tuvo que atender y ali- mentar. Tambin escaseaba el dinero, sobre todo las monedas que servan para las pequeas compras de diario, as que los comerciantes crearon vales para jiMILI N1 CONEJO MUNICIPAL -I DE DALflMOIMA. AL PORTA 9011 [N BILLETES DEL BANCO D ESPAA ELDA r YO 1937 EL p,t2TDA IlizEtan EL DEPOSITARIO (93 ,,mity- 5 kviCOISEJO MUNICIPAL DE EL DA L 9A4:4 /1 1/1c17iS 4717 l 5,C0 i; csf,f,f., Ki111151M9A ws/ sitosmuto Df AMTARIA CONGEJOMONICIPAL th... 4. VEINTICINCO (ENTINO; 4031 Billetes de curso legal emitidos por el Consejo Municipal de Elda durante la guerra civil Las Escuelas Graduadas (hoy Padre Manjn) al poco tiempo de ser inauguradas que sus clientes compraran en sus tiendas. Ms tarde, el Ayuntamiento resol- vi el problema poniendo en circulacin billetes de una peseta y de 50 y 25 cntimos que slo tenan valor en Elda. Cuando la guerra estaba ya casi perdida, el gobierno de la Repblica, que se encontraba en Valencia, decidi trasladarse a Elda porque era una zona ms tranquila que estaba cerca del puerto de Alicante y de un pequeo aerdromo que haba en El Ma. El presidente se aloj en la finca llamada El Poblet, situada en trmino municipal de Petrer, a la que pusieron el nombre clave de Posicin Yuste; las oficinas ministeriales se instalaron en las Escuelas Graduadas (hoy Padre Manjn) y el resto de los acompaantes del gobierno fue alojado en viviendas y chalets de las afueras. A los pocos das, la Repblica perdi la guerra y el 6 de marzo de 1939 se trasladaron a El Ma donde cogieron un avin y salieron de Espaa camino del exilio. Desde ese da, las autoridades municipales eldenses se dedicaron a pre- parar la entrega del poder local a los militares vencedores, que entraron en Elda el 29 de marzo. Por espacio de diez das, del 25 de febrero al 6 de marzo de 1939, Elda haba sido la capital de Espaa. 97 - , .` ,N l , .._~.....itio .,, 1 N.... . `,,,,`,. s - - k awso i PROTAGONISTAS, NOSOTROS orno haba ganado la guerra, el general Franco mand en Espaa durante treinta y nueve aos y no permiti libertades, ni elecciones, ni partidos polticos, ni sindicatos, ni manifestaciones, ni nada de lo que representa la participacin del pueblo. Pero, corno no hay mal que cien arios dure, en 1975 muri y comenz un cambio que se conoce como La Transicin. Pero, un poquito antes, los eldenses demostraron que no slo vivan de zapatos y comenzaron a preocuparse por los asuntos de su pueblo. La cosa empez all por el ao 1972 cuando los vecinos del barrio de la Tafalera! crearon una Asociacin de Vecinos que fue la primera de la provincia de Alicante y una de primeras de toda Espaa. Despus, otros barrios siguieron su ejemplo y se cre la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos Para qu sirve una Asociacin de Vecinos: pues para ayudar a solucionar los problemas de su barrio y del pueblo, que fue lo que hicieron, ya que gra- cias a ellas se arregl en parte el problema de la construccin de viviendas, el problema sanitario, porque Elda no tena ni residencia de la Seguridad Social y, corno apenas haba colegios para todos los nios eldenses, consi- guieron que se construyeran seis centros de E.G.B., un Instituto de BUP y dos centros de prvulos. Para que veis lo que pueden hacer unos ciudada- nos cuando quieren a su pueblo! 101 Tambin los trabajadores eldenses exigan su derecho a tener sindicatos libres. En esas estbamos cuando, en febrero de 1976, los trabajadores y empresarios del calzado comenzaron las negociaciones para acordar las con- diciones de trabajo de ese ao. Las negociaciones se pusieron duras y se pro- dujeron algunas manifestaciones callejeras. Como estas cosas an estaban prohibidas, el gobernador civil mand a la polica con orden de impedirlas. Hubo enfrentamientos entre la polica y algunos jvenes, se tiraron piedras, se dispararon tiros ... y result muerto de un disparo el joven eldense Tefilo del Valle. Otro de los momentos de gran inters para nuestro pueblo fue el llamado Movimiento Asambleario. Si preguntis a vuestros padres seguro que habrn odo hablar de l. Cmo se desarroll Pues ocurri tambin con motivo de la negociacin del convenio del calzado de 1977, pero se exten- di a Petrer, Sax, Villena, Monvar y Almansa. Resulta que los trabajadores eligieron a sus representantes en las fbricas y se organizaron en asambleas, pero los empresarios no queran negociar con ellos y se convoc una huelga. - . . 1. - ni, MIS r Al El Azorn, primer Instituto de Enseanza Secundaria para Elda y Petrer, en el ao 1967, en vsperas de ser inaugurado 102 Oln 4 4.0.11144Mime y ittrm-110 cLAst osinsPA - ((no ,..ty 950 am ANTE u 1F lv1 5ELA PATflf INIDAldem t Vi ti Ih El movimiento obrero y ciudadano de Elda reivin- dicando mejoras en el sector del calzado de los aos 70 Cuando haban llegado a un acuerdo se produjo en Elche un enfrentamiento entre trabajadores y policas y la Asamblea eldense decidi ir a la huelga por solidari- dad. Inmediatamente se unieron los trabajadores de Alicante, Albacete, Arnedo y Yecla. Como no haba forma de entenderse, se llevaron las negociaciones al Ministerio de Trabajo, que fij unas medidas. En septiembre, la Asamblea acord la vuelta al tra- bajo. La huelga haba durado desde el 24 de agosto hasta el 6 de septiembre y durante ese tiem- po no se fabric un solo zapato en Elda. Edificio actual del Ayuntamiento 103 La primera corporacin democrtica de Elda, 1979 Y por fin llegamos a una fecha que debe ser muy especial para todos. El 6 de diciembre de 1978 el pueblo de Elda, como todos los pueblos de Espaa, vot favorablemente la Constitucin. El 3 de abril de 1979 se cele- braron las primeras elecciones democrticas desde 1931. Desde entonces vivimos en democracia. 104 La Elda actual se mueve vivamente gracias a sus Asociaciones de Vecinos y a todo aquello relacio- nado con sus fiestas de Moros y Cristianos, Patro- nales y de Fallas, que son las multitudinarias y arraigadas en los barrios Y DE AHORA EN ADELANTE... en stas estamos. Ahora los ciudadanos somos los verdaderos pro- tagonistas de nuestra historia. Ante nosotros se nos presenta un futu- ro cuyas pginas estn an por escribir. Seris vosotros los encarga- dos de hacerlo pero, para ello, primero habris de conocer lo que hicieron y escribieron vuestros mayores. La Historia no slo sirve para recordar cosas, hechos, acontecimientos, sino tambin, y quiz esto sea lo ms importante, para permitirnos a nosotros mismos, a vosotros, ser partcipes de ese recuerdo, afianzar nuestros lazos con el pasado, comprenderlo para as construir un mejor futuro. Se dice que slo se ama aquello que se cono- ce; los autores de este libro, profesionales de la educacin, pensamos que as es. En este sentido, este libro puede servirte para conocer un poco mejor tu pueblo, tus races, la historia de la que t formas parte y preguntarte qu puedes hacer para que sea cada vez mejor. 106 Es la juventud eldense actual la que se ha de preparar y dotar de conocimientos para escribir las prximas, y esperamos que exitosas, pginas de la Historia de Elda PARA SABER MS: LIBROS. NAVARRO PASTOR. A.: Historia de Elda, 3 vols. Alicante, 1981 POVEDA NAVARRO, A.M.: El poblado ibero-romano de El Monastil, Elda, 1988 CABEZUELO PLIEGO, J.V.: Documentos para la historia del Valle de Elda. 1357-1370. Elda, 1991 VALER ESCANDELL, J.R., NAVARRO PASTOR, A., MARTNEZ NAVA- RRO, E. Y AMAT AMER, J.M.: Elda, 1832-1980. Industria del calzado y transformacin social. Elda, 1992 SAMPEF ALCZAR, J.: Elda a travs de la historia. Comunidad humana y territorio. Elda, 1995 REVISTAS. - Alborada - Fiestas Mayores - Alebus NDICE Prlogo 3 El nombre 7 El comienzo II Los iberos 17 Llegan los romanos 23 Hasta tuvimos obispos! 31 Elda musulmana 35 Vasallos y seores 43 Y a partir de ahora, todos cristianos 49 Agua va! 55 Maulets y botiflers 61 De vasallos a ciudadanos 67 Entre bancales y tallericos 75 Elda, Pars y Londres 81 Un punto grande en el mapa 87 Espaa, capital Elda 95 Protagonistas, nosotros 101 Y de ahora en adelante. 106 ,

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