Espolón de la Cruz (Penya del Corv)

1 Crnica de una roca Pe nya del Corb / Espoln de la Cruz Juan Manuel Maestre Carbonell Coleccin Nuestra pequea historia Nmero 3 Publican: Excmo. Ayuntamiento de Petrer y Grupo Cuentamontes 2 Crnica de una roca Pe nya del Corb / Espoln de la Cruz Primera edicin 2017 Textos: Juan Manuel Maestre Carbonell Foto Portada: del autor de esta edicin: Excmo. Ayuntamiento de Petrer y Grupo Cuentamontes ISBN: 978- 84-95254 -61-0 Depsito Legal: A-404- 2017 3 Crnica de una roca Pe nya del Corb / Espoln de la Cruz Gua de escaladas y algo ms por Juan Manuel Maestre Carbonell 4 All, junto al espoln, hice mis primeras escaladas con una cuerda de verdad guiados por los miembros del G.E.M. que haban recibido el encargo del presidente, a fin de prepararnos para asistir al curso de escalada que por aqul entonces realizaba la E.N.A.M. valenciana. Dedicado a ti, piedra calcrea, caliza y podrida, que fuiste principio y escuela de mis aos mozos de vida. Y, a la pandilla de jvenes soadores que dieron el impulso definitivo a la escalada en nuestro Valle. El autor 6 Durante la ltima entrevista de Daniel Esteve, en Las Pedreras, en agosto de 2015. 7 Prlogo Soy lo que t forjaste Con tu amistad y comprensin. Maestre El montaismo en nuestra zona ha tenido un auge desbordado en las dos ltimas dcadas. La escalada local, fue fruto de este auge y en esta complicada especialidad hemos visto pasar montaeros atrados por la novedad, por la emocin del riesgo, por la superacin, y tantas facetas que aureolan al escalador, pero su estancia fue fugaz y nada o muy poco qued de su paso. Fueron sin embargo, unos pocos hombres, excelentes monta eros, expertos escaladores, los que quedaron tras aos de sacrif icio y entrega y entre ellos el autor de Espoln de la Cruz (Crnica de una roca) . Esta obra sencilla, amena, detallada que se lee c omo un curioso relato, es el libro pionero del montaismo local, que con el transcurso del tiempo, cuando por ley natural el mo n 8 taismo, la escalada, declinen en inters e incluso desaparezcan, o se transforme, como toda aficin que nace, vive y muere, qu edar en los archivos esta crnica, esta obra de escalada, que se rvir a la posteridad como fiel historia de una poca, de una af icin y sobre todo la historia y vivencia de la presencia de un tr ozo de terreno, de un peasco, que sirvi de escuela de escalada, de forjadores de hombres, de compaerismo y de hermandad, valores tan necesarios a la sociedad actual. Desearamos fervientemente que el camino, la va abierta por el amigo Maestre, sea seguida por otros escaladores, mont aeros y dems hombres del deporte y la cultura local para sacar a relucir tantas y tantas cosas y acontecimientos dignos de pla smarse y que constituiran la pequea historia de unas facetas de nuestra zona o regin y de una poca. Daniel Esteve Poveda Presidente del C.E.E. 9 Dos versiones Desde que en 1977 Daniel Esteve escribiera el prlogo que antecede, hasta el momento de la publicacin de este trabajo, han transcurrido cuarenta aos de tal suerte que, lo escrito entonces con la pretensin de ser una gua de escaladas, es hoy mucho ms: el testimonio de una poca en la que se produjo el despegue deportivo de esta actividad en la comarca, siendo nuestro valle la cuna y aquellas paredes el lugar concreto donde todo aquel movimiento tuvo su mejor escenario. En este doble ejercicio que propongo, que en adelante qu edar destacado en tipografa normal, para el texto original y en esta cursiva, para lo ahora aadido, he querido respetar litera lmente lo escrito en aquellos aos y a la vez resituar, con la per spectiva del tiempo transcurrido, todo el contexto en el que se pr odujo aquel impulso que, habindose desarrollado hasta la masif icacin de una manera insospechada entonces, contina teniendo carencias en lo social. De esta manera, lo que quiso ser este libro, entonces veinte aos despus del nacimiento del excursionismo eldense, espero que ahora sea una crnica ms detallada de aquel periodo, cuando ya se cumplen seis decenios de montaismo en nuestra ciudad Introduccin 1977 El desarrollo del montaismo en la regin valenciana, durante estos ltimos aos, ha sabido marchar paralelo al pr oducido en todo el mbito nacional. Cada da son ms los clubs que existen federados y por lo tanto, mayor es el nmero de d eportistas que han elegido el montaismo como medio de expr esin, lo que hace suponer que estamos ya en una etapa de neta superacin, no slo en cuanto a la cantidad de practicantes, sino 10 tambin a la calidad de sus actividades. Cada domingo, acuden a las peas y paredes rocosas de nuestras montaas, mayor nm ero de gentes; por lo general jvenes escaladores, en busca de su propia superacin personal. En muchos casos, ocurre que llegan por primera vez a una zona sin que nadie pueda guiarles, da rles una idea del trazado de las vas existentes, de su dificultad, del material que necesitan, etc. Otros por el contrario, dejan de visitar determinados lugares precisamente porque no los con ocen y, en muchos casos, ni siquiera saben de su existencia. Muchas veces, ocurre que una cordada repite una va ya abierta que desconocan y la bautizan de nuevo con otro nombre distinto, creando una gran confusin que se acrecienta con el paso del tiempo, y esto en el mejor de los casos ya que, otras v eces, los nombres de las vas, sin que se sepa nunca cmo, han sido cambiados por otros, lo que constituye, a mi modo de ver, una falta de veracidad que podramos llamar geogrfica, al tie mpo que supone una prdida injusta de un trozo de nuestra hist oria, la de nuestro montaismo. sta, aun cuando sea local, cons idero es la historia ms cercana a nosotros y la que por lo tanto ms conocemos o deberamos conocer, por la lgica convivencia que origina nuestra proximidad geogrfica. Estos dos motivos, que podran llamarse tcnico e hist rico, han sido los motores que me han impulsado al acometer el presente trabajo que, para m, se ha mostrado como una especie de va literaria con innumerables dificultad es, hasta el punto de que si tuviera que hacer una apreciacin tcnica, en lo personal tendra que considerarla como un sexto grado mantenido. Ha sido como una de esas escaladas de las que no te bajas al princ ipio porque el compaero te anima y da la moral que a uno en esos momentos le falta. En este caso, mi compaero de cordada no fue uno so lo, sino que han sido innumerables compaeros de siempre, camaradas de muchas escaladas. Ha sido en conjunto, un Club: el Alpino, quien me supo infundir el nimo a seguir en estas lides. He intentado ser objetivo y sobre todo veraz, desde el principio hasta el fin, a lo largo de este pequeo libro que no pr etende ser otra cosa que una especie de crnica de una roca y un 11 lugar, en una mezcla histrico-tcnica a modo de gua montaera sobre una zona que para m tiene el peculiar y doble atractivo de ser un rincn clsico del montaismo de nuestro valle, donde muchos de nuestros jvenes escaladores iniciaron y seguirn iniciando sus andaduras en este noble deporte de la cuerda. El otro atractivo, el que quiz orient esta andadura literaria ma es, sin lugar a dudas, la vinculacin de esta roca con mis prim eros pasos en la escalada. Es por tanto, como un homenaje pers onal hacia este lugar al que entraable y particularmente me sie nto ligado en su pequea historia, desde mis jvenes comienzos de inexperto nefito. Por ltimo, he de aclarar que el aspecto histrico ha sido recogido en su totalidad de los protagonistas que originaros esta historia. As, las fechas, datos y ancdotas que se citan, son de verdadera fiabilidad. En algunos casos, el paso del tiempo tran scurrido ha motivado el olvido de una fecha o un nombre, en cuyo caso lo hago constar. En cuanto al aspecto tcnico, he de significar que ha sido tratado de manera personal sobre la propia experiencia partic ular y confirmado por miembros destacados de la Agrupacin de Escalada del Club Alpino Eldense, en reunin especial convocada al efecto, con el fin de establecer de manera definitiva las apr eciaciones de dificultad de las vas de escalada que figuran en esta gua. Quedan pues cubiertas, con la publicacin del presente trabajo, las posibilidades de un error futuro o una confusin hi strica en torno a quines, cundo y cmo abrieron los itinerarios que se citan, as como su graduacin de dificultad actual, sin pe rjuicio de que en un futuro, ms o menos lejano, sufran una desv alorizacin tcnica, merced a las innovaciones en el equipo y a la evolucin ascendente del deporte de la escalada en el mundo. El autor. 12 Original del prlogo firmado por Daniel Esteve. 13 Introduccin 2017 Destac Daniel en su prlogo que ste es el libro pionero del montaismo local y es cierto, pues aunque esta obra no pudo ser publicada en su momento, por no tener ni experiencia, ni m edios, en 1978 s pudo ver la luz una edicin muy resumida de este trabajo que, en tan slo 10 pginas, se centr en recrear los grf icos y brevsimas reseas de situacin y recorridos. Se hicieron dos ediciones y un total de mil ejemplares de aquella gua resumida de escalada, que fue la primera publicacin hecha en imprenta y con una gran tirada, junto al Manual de iniciacin de La Marcha Dufour (300 ejemplares mediante fotocopia, tambin aparecida en 1978 y realizada en equipo por Miguel Verd, Florencio Prez, Juan Antonio Riquelme y el que suscribe). Ambos libritos, ya totalmente agotados, fueron editados por el S.I.M. (Servicio de Inform acin de Montaa) del Club Alpino Eldense, bajo la direccin de Anastasio Higueruela y constituyen la prehistoria de la literatura de montaa en este Valle que no vera hasta el ao 1999 la prim era publicacin de carcter histrico y montaero con la edicin de los dos tomos de Memorias de un presidente del propio Daniel Esteve Poveda. 14 La mencin que hace Daniel a lo fugaz del paso de anteri ores escaladores, se refera a la primera seccin de escalada que tuvo el Centro Excursionista Eldense, cuyo vocal fue Jos Navarro Brotons, alias Pipona, donde militaron tambin por espacio de slo unos pocos meses, su hermano Pascual y Jos Poveda Yago, considerados los pioneros de la escalada en este Valle. Fallida aquella primera hornada (si bien Navarro sigui escalando fuera de la sociedad), surgi el G.E.M. (Grupo Eldense de Montaa), como seccin del Centro donde, entre otros, formaban parte de este grupo los hermanos, Juanito y Antonio Riquelme, Oswaldo Fernndez, Constantino Callado, Miguel Verd, Luis Blanes y algunos ms quienes, dentro de un concepto ms deportivo del ex cursionismo, comenzaron a llevar a cabo salidas a la Alta Mo ntaa, travesas y algunas prcticas de escalada, aunque no como una actividad en s misma y ms bien como acertado entrenamie nto para poder llevar a cabo actividades de mayor calado alpino. Desde 1957 hasta 1968 fecha de la creacin del G.E.C.E. (Grupo de Escalada del C.E.E.), ese haba sido el panorama que Daniel lamenta en su prlogo, motivo por el que casi diez aos de spus, en el momento de su redaccin a principios de 1977, consid er que ya estaba consolidada la escalada, tras el largo periodo de crecimiento que en aquella ltima dcada se estaba viviendo . Cabe resaltar que Daniel acced i a prologar esta gua, pese a que tan slo unos meses antes yo haba dejado la disciplina del Centro para fundar el Club Alpino, cuando todos pensaban que mi relacin con l __ que siempre haba sido excelente __ se haba roto, por ser yo el presidente de la nueva sociedad. Sentencia el prologuista el valor histrico de este trabajo para el futuro, algo que en aquellos tiempos recuerdo que era mi segunda intencin por detrs de lo que en mi juventud valoraba ms, que era una gua de escaladas y tal vez pudo ser porque e ntonces haba una ausencia total de ellas en nuestra Regin Vale nciana, a diferencia de la gran cantidad de informacin existente en la actualidad, junto a las muy prolficas aparecidas en Internet. Tengo que decir que ahora las guas ya no me resultan atractivas, pese a que tengo en mi biblioteca montaera cerca de quinientas de ellas. 15 Curiosamente, proclama Daniel el deseo de que el camino abierto por m sea seguido por otros escaladores y montaeros, dndose la paradoja de que, como antes he dicho, sera l mismo el siguiente en publicar un tema montaero que para m es la fuente do nde todos los cronistas posteriores hemos de ir a recabar info rmacin en sus Memorias de un presidente . Respecto a mi introduccin del ao 1977, vista con la pers- pectiva de los aos transcurridos, adems de mi bisoez literaria, detecto lo incipiente del momento federativo pues, donde muy p ocos eran los clubs y sociedades de montaa existentes, hoy rebasan el medio millar en el conjunto de las tres provincias valencianas. Era tambin muy cierta, la pobreza editorial en toda la regin donde el valenciano Jos Soler Carnicer ya haba comenzado a publicar sus Rutas valencianas en 1963, pero Rafael Cebrin Gimeno, todava no haba publicado su primer trabajo: Montaas valencianas I , libro que aparecera ms tarde , en 1981. En nue stra provincia, Antonio Calero Pic acababa de publicar su pera prima Montaas de Alicante en aquel mismo ao de 1977. Si observamos, concluiremos que todos ellos comenzaron publicando guas montaeras por lo que tambin yo, deb seguir la corriente del momento, ante la ausencia de informacin existente. Menciono yo la Pe nya del Corb como un rincn clsico y era cierto pues, por su situacin y baja altitud, queda resguardada del sol hasta bien entrada la maana, lo cual convierte a la zona en muy deseable, especialmente durante los meses de ms calor. Esto, unido a la escasa actividad en otras zonas como La Forad, donde en aquellos aos slo existan contadas rutas y todas en su vertiente Sur, donde ms aprieta el calor, nos hicieron preferir este espoln como destino asiduo. Si hoy, la cara Norte de la Forad se ha convertido en el lugar ms deseado para los meses de esto, entonces sus paredes se presentaban inaccesibles y fue por aquellos finales de los setenta cuando comenz una frentica actividad en pos de la conquista de sus formidables desplomes. Dejo claro que cuanto en esta gua queda escrito, est co nvenientemente certificado, gracias a la colaboracin solicitada a los escaladores ms activos de aquel momento y finalizo mi intr oduccin suponiendo una devaluacin de las graduaciones de dif i 16 cultad en aquellas rutas abiertas que, hoy cuarenta aos despus, apenas ha tenido incidencia, lo que viene a dar mayor valor a los escaladores de aquel momento quienes, con una bota rgida, ms apropiada para la alta montaa que para la escalada (vase fot ografa de portada) y clavos o tacos de madera de fabricacin pr opia, fuimos capaces de solventar todas las dificultades que la caliza opuso, sin olvidar que fue all en el techo de la va Daniel Esteve donde por primera vez se usaron en nuestra zona el buril y las cl avijas de expansin y tambin golos, que son el antecedente de los modernos parabolts. Volviendo al prlogo de Daniel, desconcierta leer la posib ilidad de que la escalada pueda declinar en inters o incluso que de- saparezca y me vienen a la mente las palabras que tantas veces le escuch pronunciar a este sabio hombre, referidas a que si la civili zacin ms grande e importante que conocemos fue la R omana y aquella desapareci, con mayor razn puede desap arecer nuestra cultura por lo que dejar constancia de aquellos sucesos, mediante esta humilde crnica de autor, bien estar para las futuras generaciones que habiten este valle y gocen o no de nuestras montaas y de la prctica de la escalada. Por ltimo, cabe sealar que de la misma manera, al final de cada captulo de lo que constituye el primitivo manuscrito que nunca lleg a publicarse y cuando as proceda comentar, aplica ndo esta misma cursiva y fondo gris como signo diferenciador, las claves oportunas para mejor entender aquel momento que hoy ya es historia. * Manuscrito original 17 Situacin, acceso y generalidades 18 La Penya del Corb o Espoln de la Cruz. 19 Situacin Croquis realizado en 1977 y sobre el que pocos cambios se han producido. En la provincia de Alicante y ubicada en el trmino mun icipal de Petrel (Valles del Vinalop), al Norte de la capital mun icipal, enlazando las sierras del Maigm, LArguenya y el Cid, se extiende de N. a S. una pequea sierra, cuya denominacin es Serra del Cavall (Sierra del Caballo), que debe su nombre posibl emente a la semejanza de la montaa (vista desde la ciudad de Elda) con la del tronco de un caballo, al cual le faltara la cabeza y por supuesto las patas. La sierra est cubierta en algunos lugares de pinos y monte bajo. Su cota mxima es el vrtice geodsico del mismo nombre, cuya altitud sobre el nivel del mar es de 933 metros; tiene otra cumbre secundaria denominada LAlt de Cardenes (Alto de Cardenas), siendo la altitud de sta 889 metros. La sierra no presenta paredes ni barrancos de importa ncia en su cara S. que mira al valle de Elda, lugar por donde tiene mejores accesos. nicamente se advierten unas formaciones ro 20 cosas a media altura entre la base y la cumbre, desplazadas sobre el lado izquierdo casi en la vertical bajo la cima, en cuyo co njunto de pequeas paredes se alza un espoln que pese a ser su verdadero nombre Penya del Corb (Pe a del Cuervo), es ms conocido por los escaladores de la zona como Espoln de la Cruz, debido a la cruz de hierro situada en la cima del mismo, en m emoria del fallecido montaero Pascual Navarro Brotons. Su situacin geogrfica, la hallaremos en las coordenadas X854-Y473 del plano director de Elda, hoja 871, cuarto IV, escala 1:25.000 de la Cartografa Militar de Espaa. El espoln se alza en el lado izquierdo de una formacin rocosa, poco vertical en su conjunto e inestable, que domina la cima del espoln cuya altitud sobre el nivel del mar es de 720 metros, siendo slo accesible mediante la escalada. *** Nada que rectificar y poco que aadir, cuarenta aos de spus, salvo el leve crecimiento del casco urbano. Si miramos el cr oquis de 1977, debajo del dibujo del campo de futbol, situaramos hoy el centro comercial de Carrefour y una rotonda con una fuente luminosa, al otro lado de la cual, una nueva gasolinera y otro ce ntro comercial (Bassa El Moro) son, junto al asfaltado del camino hasta el ltimo cruce y la existencia de un depsito de agua, poco antes de llegar al algarrobo, las diferencias ms notables ocurridas durante el casi medio siglo transcurrido. Destacar tambin, que adems de la urbanizacin de esta parte de la ciudad que ahora se llama Petrer, la carretera general se ha reconvertido en una aut ova y el acceso que vemos se corresponde con la Salida Norte. Esta prdida de actualidad, se produca con frecuencia en aquellos tiempos de continuos cambios, por ello nunca me gust aron las guas, pues cuando se figuran en ellas trayectos de aprox imacin y croquis cerca de poblaciones, cuestin inevitable en nue stro territorio, pronto se quedan desfasados, algo que ya me haba ocurrido con anterioridad cuando el CEE propuso la creacin de una gua de itinerarios montaeros y puse inters en ello, pese a que nunca lleg a ver la luz. 21 Accesos Tomando como punto de partida el cruce entre los acc esos a Petrel __ centro de ciudad __ , la carretera a la partida de Cat y salida a la general nacional 330 Madrid-Alicante, pasaremos bajo el puente sobre el cual transcurre esta ltima y justo a la salida del pequeo tnel, y en el lado izquierdo, parte un camino, el cual al poco rato asciende mediante empinada cuesta por la margen izquierda de una redondeada loma en direccin a la Sierra, que la tenemos frente a nosotros (foto 1). Subiendo en direccin a la sierra Este camino, transcurre junto a numerosas casas ver aniegas situadas a ambos lados del mismo. Siempre marcharemos en direccin N. dejando las ciudades de Elda y Petrel a nuestras espaldas. 22 Dejaremos el camino al llegar a la altura de un caracter stico algarrobo, situado al lado mismo de ste, en la parte derecha de nuestro itinerario (1) . Junto a este rbol, parte en lnea recta primero, para a scender en zigzag posteriormente, una estrecha senda que tran scurre por la empinada ladera de la montaa en direccin a unas rocas, desde donde el Espoln se divisa hacia el lado izquierdo, frente a nosotros. Al llegar a estas rocas, deberemos dejar la bien marcada senda que asciende por la derecha de las mismas y que es el it inerario de acceso a la cima de la montaa, para seguir en lnea recta por la izquierda de las rocas y bajo las mismas, por una desdibujada senda que nos llevar sin prdida hasta el pie del espoln en su cara Sur, visible ya en todo momento del recorrido final (fotos 2 y 3) Este itinerario es el ms cmodo y clsico para alcanzar la base del espoln, no obstante y sabiendo su localizacin, el acceso puede realizarse por cualquier lugar, dado la inexistencia de dificultades en cualquier vertiente de la sierra. *** (1) En caso de pasarnos de largo el algarrobo citado, nos daremos cuenta pocos metros despus al divisar, a la salida de la prxima curva del camino, el Espoln de la Cruz al final de un empinado barranco. En este caso, deberemos retroc eder unos metros hasta localizar el algarrobo caracterstico citado. 23 Perspectiva desde el Sur. 24 El espoln, se sita en la parte baja del peasco Ya he indicado, al referirme al croquis del itinerario, que ha cambiado poco por lo que al referirme al relato sobre el acceso al espoln, cabe apuntar las siguientes diferencias: En la actualidad, habindose asfaltado el camino de la izquierda, ya no se sube por el cerro en cuesta sino que se contina por el asfalto hasta que este acaba. Antes de llegar al caracterst ico algarrobo, que continua en pie, encontraremos un depsito de agua y respecto a la senda, lamentar que la masificacin de su uso la ha degradado mucho y lo que entonces era un simple sendero de montaa, hoy ha degenerado en bravas canales, casi zanjas por donde el agua terminar por destruir el escaso sedimento de ti erras que se solapa sobre la roca calcrea, principal caracterstica de esta montaa. En el tramo final, igualmente, lo que antao fue un desd ibujado senderillo slo transitado por una veintena de escaladores, hoy se encuentra perfectamente marcado sin lugar a prdida. Finalmente, con respecto a una posible pasada de largo del inicio del sendero junto al algarrobo, ya no es necesario regresar a buscar esta referencia, toda vez que en la siguiente curva y seg uramente por los muchos que se han extraviado, se ha originado otro sendero por el que enlazar con el original y si cabe con mayor comodidad. 25 Horarios Desde el punto indicado de partida, se puede seguir el itinerario reseado en vehculo hasta el inicio de la senda junto al algarrobo. Tiempo necesario: 7 minutos. A pie, desde el punto de partida hasta el algarrobo: 25 minutos. Desde el algarrobo, hasta el pie de la cara Sur del espoln: 20 minutos. (Tiempos controlados a paso normal). *** Nada que cambiar en este apartado, cuyos horarios siguen siendo vlidos. Accesos al colla do Este del espoln desde la cara Sur Lgicamente, para alcanzar cualquier vertiente del esp oln deberemos bordear ste, bien por el lado derecho, o bien por el izquierdo. No obstante, no le estar de ms al visitante (sobre todo al no escalador), saber las caractersticas de estos accesos que son, en general, mediante trepada a excepcin del que tran scurre por el lado derecho a unos veinte metros de la gran cueva y que asciende por una inclinada especie de canal mal dibujada, hasta situarnos casi a la altura de la cumbre del espoln, para bajar posteriormente hacia la izquierda hasta el collado donde se inician las vas Corta y Pipona. Para alcanzar desde este punto los itinerarios de escalada en la cara Noreste, bajaremos desde el collado hacia la derecha unos metros, encontrando primero la va Ma -Ma y unos metros ms abajo la va Greta -427. 26 Otros itinerarios frecuentemente utilizados son el que bordea el espoln por el lado izquierdo, pasando por el comienzo de la va Larga para ascender mediante una trepada, por detrs del espoln hasta la base de la cara Norte y seguir desde all h acia el collado, que asciende en trepada, a tramos complicados, por la derecha de la gran cueva y en lnea recta hasta el collado. De estos itinerarios, el ms fcil y cmodo es el citado en primer lugar y sobre todo, es el menos complicado para el de scenso desde el collado. *** No se trataba de una cuestin balad, pues solan acomp aar a los escaladores algunos excursionistas que carecan de exp eriencia en escalada y el peligro en algunos puntos es real. El agua No existe posibilidad de tomar agua, ni en los alrededores del espoln, ni durante el itinerario de aproximacin al mismo, salvo que se pida en alguna de las casas junto al camino. Una vez se inicia la senda, slo existe la posibilidad de encontrar alguno de los calderones (2) que se hallan en las ra mblas situadas a ambos lados de la loma por la que asciende la senda. El ms importante, se encuentra en la del lado derecho, a unos trescientos metros ascendiendo desde el algarrobo. *** Es evidente que antao bebamos en los calderones, cosa que por el peligro de una mayor concentracin de animales ya no es recomendable por salud. (2) Hueco en la roca, donde queda estancada el agua procedente de la lluvia. Debemos descartar esta posibilidad en los meses de sequa y an en invierno, conviene cerciorarse de que no se encuentre corrompida. 27 Botiqun Existe un botiqun de primeros auxilios, situado a unos cinco metros de altura del suelo, en la primera cueva de la va Isabel en la cara Oeste. El acceso es sencillo y rpido para quien practique la escalada. Este botiqun, fue colocado por el ya des aparecido G.E.C.E. y es repuesto peridicamente por los escalad ores de nuestra zona. En l, hallaremos lo imprescindible para una primera cura, en caso de accidente, ya que slo contiene algunos elementos como mercurocromo, vendas, esparadrapo, goma to rniquete, tablillas, etc. *** Aquello da muestra de lo mucho que nos desplazbamos a esta zona los escaladores de la poca. Refugios No existe construccin alguna en los alrededores del e spoln que permita el cobijo de los visitantes contra las incleme ncias del tiempo. Slo se hallan pequeas cuevas naturales, en la roca, donde poder refugiarse en caso de lluvia o fro y son, por lo general, incmodas y pequeas. En cuanto a vivaquear al aire libre, los escaladores de la zona, suelen hacerlo repartidos entre los pequeos rellanos exi stentes al pie de las vas de la cara Oeste, o bien en las pequeas cuevas cuya capacidad es para una o dos personas, como mx imo, en cada una de ellas. Un refugio ms cmodo, lo constituye una cueva natural, en la roca donde se bifurcan las sendas de acceso a la cumbre de la sierra y la que viene al espoln. Esta cueva, es fcilmente vis ible desde el espoln. *** 28 Tampoco nada ha cambiado desde entonces, pese a que mucho se habl, en aquel tiempo, de pedir el permiso correspo ndiente y construir un pequeo refugio-vivac, dado lo incmodo del lugar para pasar la noche, algo que era entonces muy frecuente pues gustbamos de largas charlas, muchas veces al calor de una diminuta hoguera para calentarnos. Fueron momentos donde todo estaba por hacer y la creatividad afloraba en aquellas veladas al pie de las paredes. Recuerdo que, en ocasiones llegbamos separ ados tras ver a nuestras novias y a distintas horas, pues sabamos que all estaban los compaeros y una enriquecedora tertulia bajo las estrellas. Climatologa El clima en nuestra zona es ms bien hmedo durante el invierno y en el Espoln de la Cruz lo es todava ms, si tenemos en cuenta su situacin en una zona de umbra, hundido bajo los resaltes del promontorio rocoso por el E.N.E. y por la ladera de acceso a la cumbre de la sierra, por el Este, muy superiores en altitud y lo suficientemente prximas al espoln para impedir que los rayos del Sol alcancen al mismo, hasta muy entrada la maana, cerca ya del medio da. Esto hace de este lugar un sitio agradable durante los meses de verano, ya que se puede escalar sin las molestias del trrido sol, hasta mediado el da. Como contrapartida, durante los meses de invierno, el fro es intenso, hasta que el Sol alcanza el espoln. Esta circunstancia es bien conocida por los escalad ores de la zona que generalmente visitan el lugar, con mayor fr ecuencia, durante la poca estival, cuando el calor en otras zonas se hace casi insoportable para la prctica de la escalada. *** Nada ha cambiado, salvo el evidente cambio climtico que est alterando las temperaturas, entre otros factores. 29 Geomorfologa del Espoln El estado de la roca, de composicin caliza, se presenta de forma ligeramente distinta en cada una de las vertientes del e spoln siendo en general poco slida, en especial al principio de la cara O.N.O., entre las vas Penlope y Larga, al final de la propia va Penlope y al final de la cara Este, e ntre las vas Treinta y uno y Corta , o sea, final del Diedro del Mechero, en cuyos casos la roca es marga, con gran porcentaje de arcilla, siendo este porcentaje menor en el resto de las paredes. No ob stante, en algunos puntos, como en el principio de la va Larga y al final de la va Marina, la roca se presenta algo descompuesta. As, en la vertiente Norte, por donde transcurren las vas Greta 427 y Ma -Ma, la pared es ms sombra, sin embargo, dado la verticalidad y pulido de la roca, no existen problemas de de sprendimientos por lo compacta de toda la pared. Cindonos ya a la geomorfologa, aplicada a la escalada, dir que las presas son excelentes y abundantes en la arista N.N.O. (va Larga), aun cuando existe una marcada descomp osicin, pero el paso de las mltiples cordadas ha limpiado casi por completo el itinerario, evitndose as los siempre peligrosos desprendimientos de piedras. En la cara Norte, las presas son casi nulas en las dos vas existentes, sobre todo en los inicios. En la vertiente Este, las presas son slidas en general, a excepcin de la va Pipona que carece casi por completo de ellas, as como el Diedro del Mechero que se encuentra de scompuesto. En lo que respecta al clave de hierros para la superacin en artificial, conviene tener en consideracin la poco consiste ncia de esta caliza que, aun cuando retiene fuertemente los clavos, tienden a descuartizarse las fisuras de los claves, por el continuo uso a que se las somete, lo que origina el agrandamiento de las gr ietas y por consiguiente obliga al empleo de hierros de mayor anchura, a medida que transcurre el tiempo. Ello es debido, en parte, al mal uso del material que han efectuado algunas cord a 30 das, al introducir clavos de un grosor superior al de la hendidura de clave, rompiendo sta y as sucesivamente. La solucin al problema, consistira en dejar fijos algunos pitones, sobre todo en las vas de la cara Oeste, pero desgraci adamente, tambin en nuestro deporte, existen gentes que no se paran a pensar estas motivaciones y se llevan los hierros aba ndonados para este fin, como si con ello hicieran alguna proeza. Algunos escaladores del valle, conscientes tambin de este pr oblema, introducen trozos de barra de estantera (algunos son enormes), con lo que el problema del clave se resuelve pero, por contrapartida, afean las vas hasta el extremo de que ms que itinerarios de escalada parecen chatarreras. Aprovecho la ocasin que me brindan estas lneas, para hacer un ruego a mis compaeros los escaladores, sean o no de esta zona, para que eviten el introducir estas estanteras que tanto deforman nuestras vas de escalada y estimularles a que, si hemos de solucionar este problema del clave, lo hagamos de una manera ms ortodoxa, acorde con la esttica de nuestro deporte. Creo que la solucin sera fabricar clavijas de tipo casero, lo ms similares posible en cuanto a su forma, a las tradicionales, de este modo, pienso que al no tener un valor monetario, no tent aran a los depredadores de vas que obstaculizan nuestros inte ntos de solucin al problema del clave en nuestras zonas de esc alada. *** Resulta evidente que hoy el problema est solucionado en aquellas rutas que han sido equipadas con parabolts, algo que como hemos visto ya en aquellos aos comenz a ser un problema de degradacin al que, en nuestra ignorancia sobre el futuro que estaba por llegar, tratbamos de dar soluciones que se correspo ndan ms con aquella poca y sus limitaciones. Me ha gustado, no obstante, el recordar la sensibilidad que ya tenamos los primeros escaladores y en este sentido me viene a la memoria las jornadas de limpieza que, de cuando en cuando, nos obligbamos a llevar a cabo, ante la suciedad reinante en el lugar, 31 especialmente en los rincones donde solamos sentarnos para c omer. Aquello ocurra en un tiempo donde todava nada se haba escuchado sobre el cuidado medioambiental, palabra que por aquel entonces, de existir, ni siquiera la habamos escuchado nunca, por lo que fuimos aprendiendo sobre la propia experiencia, que mejor que tener cargar con voluminosas bolsas de basura, sera no tirar los desperdicios al suelo alegremente, ni enterrarlos bajo piedras. Viendo hoy el detalle con el que se describa el estado de cada seccin de pared del espoln, queda todava ms remarcad a la problemtica sobre la degradacin del medio que observbamos y que nos fue educando, gracias al propio conocimiento, haciendo bueno el dicho montaero que pregona que slo se ama lo que se conoce, gran leccin, entre las muchas que slo se pueden ap render del ejemplo de los mayores inculcado desde las sociedades, pues slo el aprendizaje por medio de los clubs montaeros podr acabar con la ignorancia de toda la actual caterva de grupos ind ependientes, cuya cultura montaera nunca podrn aprender. Material Indicadas las particularidades de la constitucin geolg ica del espoln y sus vas de acceso, tan slo me queda indicaros las caractersticas del material ms idneo para la realizacin de las escaladas. Despus de lo expuesto anteriormente, es obvio que las clavijas ms necesarias son las de tipo medianamente grandes o grandes, como las de tipo bong-bong americanas, de wolframio; tambin las de tipo U o V y algunas del modelo llamado un iversal. Este material, es necesario para las vas de la cara Oeste. En el resto de las vertientes, dado el poco clave necesario, con alguna de cada tendremos suficiente. Observaremos entonces, que el material de tipo plano o fino, no tiene utilidad en el espoln (salvo raras excepciones) y por supuesto debemos desechar las llamadas extrafinas o de cuchara. 32 En lo que se refiere a la utilizacin de tacos de madera, slo precisaremos uno, si pensamos ascender por la va Directa F.M.F., en la cara Oeste ya que este taco es necesario para s uperar el desplome inicial y como nunca se aguanta slidamente, es siempre recuperado por las cordadas. Otros tacos de madera necesarios son el de la va Ma -Ma y ste se encuentra fijo en la grieta de salida, no obstante y hasta la fecha, este itinerario no ha sido muy repetido y el otro taco, tambin fijo, lo encontraremos en la va Diedro del Mechero. En el resto de las vas, no es pr eciso el empleo de este tipo de material. En cuanto a cuerdas, con las de 40 metros tenemos suf iciente hasta para el rappel, siendo conveniente utilizar doble cuerda si pensamos hacer en especial la va Daniel Esteve, en la cara Oeste, con lo que evitaramos el excesivo roce, sobre todo en su segundo largo del techo. *** Este apartado, debido al actual equipamiento con par abolts es hoy prcticamente innecesario. Tambin el desarrollo del material, especialmente friends y empotradores, que entonces no existan, evitaran en gran medida el uso de clavijas. Resultan hoy como reliquias, aquellos tacos de madera que entonces eran imprescindibles y que han pasado a ser objetos de museo. Y me viene a la memoria como se los encargaba a Jos Francisco, compaero escalador que por ser carpintero, me los fabricaba atendiendo a las medidas que, a vista y ojo de buen c ubero, tomaba cuando la dificultad me lo exiga. Varios modelos de clavijas y el necesario taco de madera. 33 El descenso del espoln El descenso del espoln, por cualquiera de sus vertientes, no digo que sea imposible, pero s difcil y sobre todo muy arriesgado, si pretendiramos hacerlo destrepando. Es mucho ms seguro y cmodo efectuarlo mediante el rappel. Existen dos emplazamientos para el rappel montados con clavijas tipo escarpias, largas y mosquetones de hierro; uno en la misma cima del espoln y a la salida de las vas Corta, Pipona y Ma -Ma. Y el otro a la salida de las vas Larga y Greta -427 en el rellano de la arista Norte, bajo la cima del espoln. El primero transcurre por la cara Este, hasta el collado, recorriendo la va Pipona en su parte final. E ste rappel, al final del mismo, es ligeramente desplomado, aun cuando se llega a apoyar los pies en la pared. Fue el primero que se mont para descender de la cumbre (foto 4). El otro emplazamiento de rappel fue montado en 1975, es por tanto ms reciente. Transcurre justo por la va Greta 427 en la cara Norte. Es ms cmodo que el anterior y algo ms corto, no obstante, ambos tienen poca altura (unos ocho metros) (fotos 5,6 y 7). *** Recuerdo que en alguna ocasin, he bajado del espoln sin el uso de la cuerda de rappel, destrepando la va Greta-427, lo cual es temerario y no tiene ms justificacin que un exceso de juventud y de equivocada confianza, provocado por las muchas repeticiones que de aquellas vas hice en aquellos aos y por ello lo menciono, adems de que con el nivel de riesgo que muchos escaladores ace ptan en la actualidad, aquellas barbaridades de mi juventud, a muchos pueden parecerles una soberana tontera. Yo, incluso hoy, no se lo recomiendo a nadie e insisto en la peligrosidad de tan i nnecesarias maniobras. 34 En cuanto al montaje de los dos rapeles existentes en el Espoln, el primero lo instalaron Jos Navarro y Jos Poveda el mi smo da de la apertura de la va Larga, la primera ruta abierta en esta pea a principios del ao 1963 y el segundo por la cara Norte ya fue obra de nuestro grupo ya que, en ocasiones, ramos tantas las cordadas que coincidamos en la cima que fue conveniente d uplicar las posibilidades de descenso. Jos Navarro Pipona saliendo de la va Corta (1963) , por donde transcurre el primero de los rapeles equipados en aquel mismo ao. 35 Un jovencsimo Ramn en el rappel de la Cara Este del espoln 36 (A) Mere, en la terraza donde est emplazado el rappel Norte. (B) Juan Antonio Serrano en el rappel Norte. (C) Ramn Martnez en el Rappel Norte. 37 Los alrededores del Espoln Circundando al espoln, existen pequeas paredes de roca, alguna de las cuales tienen mayor altura que varios de los itinerarios del propio espoln. En estas paredes se han realizado algunas vas, cuyas dificultades, en algunos casos, son superiores a las de las vas del propio espoln, no obstante, nunca las hemos considerado debido tal vez a que carecen del atractivo de una cumbre inaccesible como es el caso de la Peny del Corb, tan pr xima a estas paredes, motivo por el cual no se mencionan en esta gua que se cie nica y exclusivamente a los itinerarios de a scensin al espoln. *** Para aquella generacin de escaladores era evidente que, teniendo todo por hacer en una cumbre inaccesible, aquellas par edes carecan del inters y en todo caso, cuando en alguna ocasin hicimos prcticas de escalada, nunca llegamos a darles nombre a ninguno de los itinerarios. Yo recuerdo muy especialmente aquella ocasin en la qu e los miembros del G.E.M. nos llevaron a los hermanos Alberto y A rnaldo Beltrn, Jos Juan Cataln, Paquito Moya y a m, para prep ararnos un poco antes de ir al cursillo de la E.N.A.M. y tambin, tiempo despus, algn que otro da que estaba lloviendo y nos qu edamos a dormir al cobijo de alguna cueva, cerca del cruce de se ndas. En aquellas paredes tambin hicimos algunas escaladas, sin que nunca les pusiramos nombre a ninguno de los evidentes itin erarios que hoy ya estn considerados como vas de escalada, pues resulta una zona donde todava llega el sol ms tarde, lo cual tiene mayor atractivo cuando el calor aprieta. 38 De abajo arriba: Arnaldo Beltrn, Francisco Moya y el autor (1965) 39 Resea histrica 40 Perspectiva del Espoln, desde una cueva cercana. 41 Segn una popular y vieja leyenda, Rodrigo Daz de Vivar, el Cid Campeador, en una de sus campaas cercanas a nuestra comarca, se vio de pronto solo y acosado por una numerosa ho rda de sarracenos. En su carrera de huida, ascendi a la cima de la Silla, en la Sierra del Cid y, encontrando el camino cortado por los altos barrancos, pic espuelas a Babieca, realizando un salto de fbula hasta la cspide de la otra montaa que tena enfrente, burlando as a sus tenaces perseguidores. Cuenta la leyenda, que los cascos del noble animal quedaron marcados para siempre sobre la calcrea roca cimera. Pero esta fbula, quiz por vieja y popular, o quiz por ser eso, una leyenda, cuenta con varias versiones que difieren entre s pues, mientras unos dicen que el salto fue ste, otros op inan que lo realiz a la inversa; hasta hay quien dice que, el Mo Cid, se reuni con sus soldados a paso tranquilo de su corcel, descendiendo sin prisa la sierra, mientras otros porfan sobre el tema haciendo valer su versin de que, solo y no con corcel, de scendi Rodrigo de la montaa, pues all, tras el tremendo salto, qued para siempre Babieca, petrificado sobre la roca, dando su figura a la Sierra y de ah que sta obtuviera el nombre que tod ava lleva. Fbulas aparte, dejando a un lado viejas leyendas, lo cie rto y verdad es la similitud de la sierra, por sus formas, al tronco de un caballo, al que le faltara la cabeza y tambin las patas lo que, sin duda, dio origen al nombre que tan fielmente refleja, como ya se ha dicho en otro captulo anterior. Verdico y lgico, por otro lado, parece el nombre de Pe nya del Corb (Pea del Cuervo), con el que los habitantes cercanos al lugar, conocen la roca que nosotros llamamos Espoln de la Cruz. El nombre de Penya del Corb, se debe a la existencia, aos atrs, de un nido de estos negros crvidos. De ello, doy partic ularmente fe, pues en verdad habitaron aquel lugar hace ya algn tiempo. Tena su nido la pareja en un cmodo hueco, bajo el t echo de la Gran cueva, lejos del alcance de indiscretos. Hoy ya no estn, el nido est abandonado y vaco, est muerto y siento que pudiramos ser nosotros, con nuestros ruidos, quienes les pudi 42 ramos haber hecho levantar el vuelo, aunque tengo razones para pensar que no fue as. * Ao 1963 Tras este prembulo, ms o menos curioso y entrando ya en la parte concerniente a la escalada, sta comenz cuando Jos Navarro Brotons Pipona y Jos Poveda Yago, coronaban por primera vez la cima del espoln, tras ascender por la arista N.N.O., recorriendo lo que con el tiempo conocemos como la va Larga. Esto ocurra a finales de 1963, cuando esta faceta del montaismo comenzaba a ser conocida en nuestro valle gracias a esta cordada pionera. Cuerda de camo, clavijas y mosquetones nacionales de tipo rectangular y una clavija de las llamadas escarpias, de gran longitud y los modelos de tipo vertical y de anilla. Eran tiempos en los que la cuerda de perln todava no se conoca por estos lugares, siendo por aquel entonces de camo, pesadas e incmodas; los mosquetones y las clavijas, eran de fabr icacin nacional, por supuesto, los mosquetones se concret aban en dos tipos, todos de hierro muy pesados: rectangulares, con y sin seguro y aquellos, algo ms pequeos, llamados de pera y tambin los haba con seguro a rosca. En lo que se refiere a las clavijas, el surtido en cuanto grosor o caractersticas se co n 43 cretaba en mnimas diferencias que consistan en ser de tipo vertical u horizontal. Las haba todas de una pieza y las llamadas de anilla y de estas ltimas, mucho ms largas, eran las llamadas escarpias. Por el contrario, muy diminutas y de dudoso resu ltado para escaladas en tcnica libre, estaban las llamadas pit onisas, tambin de anilla pero ms endeble pues se de formaban al colgarte de ellas sobre unos estribos, tambin de cuerdas de camo, que haba que fabricarse uno mismo, con peldaos de madera, ya que no se conocan en el mercado espaol. En fin, recuerdo como ancdota que entonces una clavija costaba 7 pesetas y un mosquetn 25 pesetas, si se trataba del de tipo rectangular, que eran los buenos, ya que el de pera costaba tan solo 16 pesetas (i Euro equivale a 166,386 pesetas). S, dec ididamente fueron otros tiempos que ya no volvern. Aquel mismo ao, el da 5 de octubre, la misma cordada abra un nuevo itinerario, el segundo al espoln, esta vez por el lado opuesto: la va Corta en la cara Este. *** Al principio de la irrupcin de nuestro grupo, el G.E.C.E. en el espoln, en 1968, la va Corta fue la ms recorrida, pues es la ms sencilla para coronar la cima, tiempo al que, aproximad amente, pertenece la fotografa en la que vemos a dos jvenes escaladores de aquella poca: arriba el segundo escalador encaminndose al paso de salida a la cumbre mientras el primero de la segunda cordada aguarda paciente, en el descanso existente, antes de acometer el diedro. 44 Sobre mi introduccin de aquella poca, cabe aadir que existe otra versin ms, del salto del Cid Campeador, que sita su aterrizaje, esta vez, en trmino municipal de Elda, al pie del monte de Boln, sobre una roca que por sus singulares orificios se la d enomina La pat asegurando que aquellos son las huellas de los cascos delanteros de Babieca, as son las leyendas. Respecto a la Penya del Corb, recuerdo que un domingo no paraban de graznar unas cras de cuervo en el nido que ya sab amos exista en la Gran cueva, pues habamos visto entrar y salir en las semanas anteriores a la madre, pero ni en los das anteriores ni en ese da vimos aparecer al ave, pero s habamos escuchado los graznidos insistentes de sus cras por lo que, suponiendo que algo le haba pasado a mam cuervo, Pipona decidi subir hasta el nido y rescatar a las aves de la inanicin. Durante toda la operacin, estuvimos intentando verla sobrevolar sobre nosotros, pues era frecuente verla entrar y salir, creyendo seguro su nido bajo la gran cueva, pero ni rastro. Navarro baj a los dos polluelos del nido en su mochila y pudimos constatar que uno de ellos estaba en muy mal estado y no sobrevivi, segn me contaron. El otro tuve ocasin de verlo, ya desarrollado, en el patio de la casa donde uno de los chicos se lo llev para cuidarlo hasta que se hizo adulto y creo que lo solt en la misma sierra del Caballo meses despus. Era un gran cuervo negro y brillante que permaneca muy salvaje, cuando le vi. Lo cierto y verdad es que nunca ms volvimos a ver otro cuervo por el lugar, cosa que tambin ha ocurrido en otras zonas de nuestras montaas. Desde luego, cuando llegamos all en el 68, ninguno de n osotros, ni Navarro, ni otros escaladores de Petrer, saban que aquel espoln tuviera el nombre de Penya del Corb y comenzamos a d enominarlo como el Espoln de la Sierra del Caballo y fue despus, al colocar la seal en la cumbre, cuando comenzamos espontneamente a llamarle Espoln de la Cruz, hasta que muchos aos de spus alguien nos dijo su verdadero nombre. Fue a partir de la ed icin de mi gua resumida de escaladas cuando se populariz el nombre valenciano y los montaeros y escaladores comenzamos a referirnos a l indistintamente con ambos trminos, aunque los 45 eldenses siempre hemos tendido ms a llamarle Espoln de la Cruz y los valencianos Penya del Corb, lo cual dio origen a ms de un debate amistoso y hasta acalorado, entre unos y otros. Pues cuando se deca que los de Elda habamos obrado mal cambiando el no mbre a la pea, contestbamos que de no haber sido por los eldenses que fuimos los primeros en conquistarlo y en publicar de su existencia, todava no existira, apelando tambin al derecho que, desde tiempos victorianos, han tenido siembre los primeros expl oradores y conquistadores a nominar los territorios conquistados. Afortunadamente, nunca lleg al agua al ro y siempre qued en ancdota de buena camaradera entre unos y otros. Por otro lado ste es un tema que se repite en otros muchos parajes del trmino de Petrer, muy probablemente debido a lo separados que, desde tiempo inmemorial hemos estado entre vecinos, cosa que ya denunci el propio historiador y gegrafo Cabanilles. Sobre aquel primer material que tuvimos ocasin de con ocer en esta zona, nada que aadir salvo el sacrificio que costaba ahorrar aquellas 7 pesetas para comprar cada clavija, de la paga que nos daban nuestros padres y en ese sentido result en aquel tiempo fundamental, la compra del material que hacan las soci edades de montaa, motivo por el cual era considerado como mat erial colectivo. Como muestra de la evolucin de los precios en los cuarenta aos transcurridos aquellas 7 pesetas equivalen hoy a 0,042 cntimos de euro, las 16 pesetas del mosquetn de pera a 0,096 cntimos de euro y las 25 pesetas del mosquetn rectangular equivale a 0,15 cntimos de nuestro euro actual. Aquel primer material, obligaba con frecuencia a tener que clavar en flor, dos o ms clavijas juntas, para igualar la anchura de las grietas. Tres clavijas juntas en una misma grieta. Clavar en flor. 46 Ao 1964 A partir de entonces se consigui tambin por Jos Nav arro, la va Pipona, a la derecha de la va Corta por la misma placa por la que transcurre el rappel de esta cara Este. No se ha podido averiguar (Navarro no lo recuerda) la fecha exacta de la primera ascensin por esta ruta, as como tampoco se tiene m ucha seguridad sobre quin fue su compaero de cordada aunque cabe suponer que tambin debi ser Jos Poveda Yago y en lo que respecta a la fecha, cabe suponerse a principios de 1964. *** Pipona, abriendo la va que lleva su nombre. 47 El nico documento , de aquella poca, que he podido rec oger de Navarro es un trozo de libreta, que estaba entre unas viejas fotografas que me entreg hace aos, donde su compaero Jos Poveda tomaba notas sobre el terreno de la va escalada. Estas notas, segn me cuentan, posteriormente eran pasadas a limpio, pero ha sido imposible recuperarlas. Se deduce del contenido de la misma que se trata de la va Corta, pues no se menciona el uso de estribos y la graduacin de III se corresponde al situarse en la cara Este. En ella vemos que la fecha de apertura de la va corta tuvo lugar el da 5 de octubre de 1963, fecha que he podido saber al encontrar esta hoja de papel, mucho tiempo despus de que escribiera este trabajo sobre el esp oln. En cualquier caso, s se sabe que la va Pipona se abri despus de la primera (unos meses, me cuenta Navarro en una entrevista) por lo que estima que debi ser a principios de 1964 o como mucho a mediados de ese ao. La nota es de Jos Poveda quien, segn me cuenta Navarro, se ocupaba de hacer ,las fichas de todas aquellas primeras escaladas. 48 Ao 1965 De igual manera, se desconoce la fecha en la que se real iz la primera ascensin por la cara Oeste, al conseguir la apert ura de la va Marina por la cordada compuesta po r Jos Navarro Brotons Pipona y Elios Pay Reig Gatet. No obstante, se sita esta ascensin hacia el ao 1965, dado que aproximadamente por ese tiempo comenzaron a escalar juntos formando cordada ambos escaladores. Esta va debe su nombre a una de las hijas de Pipona y se la confunda muchas veces como la va Mari Emi. Posiblemente se deba este error, que durante mucho tiempo perdur en el nimo de mucha gente, a una mala interpretacin del nombre verdadero, durante los primeros aos, lo que origin que se fuera transmitiendo a las nuevas generaciones de escaladores, siempre bajo el mismo error. Creo que esta gua contribuir de manera definitiva a restablecer su verdadero nombre a esta va que, de una manera tan incomprensible haba perdido, con el paso de los aos y el consiguiente engao a la historia de nuestro montaismo local. *** Parece que aquel error se debi a que ambos nombres eran de m ujer y alguien debi confundir a Pipona con Moneo, otro comp aero del grupo, pues pegado a la va Marina, se le atribuy ta mbin equivocadamente, la va Penlope, nombre de una hija de este ltimo, lo cual fue la causa de confusin. Con la aparicin de la gua resumida primero y la gua posterior de esta misma zona, obra de Juan Pedro Verd, Manuel Amat y Jos Francisco Hern ndez el entuerto qued aclarado definitivamente, pues nunca se refiri al nombre de la mujer de Moneo, Mar-Emi sino, supuest amente, el de la hija Penlope y para colmo es otra ruta paralela y muy prxima. A lo largo del tiempo transcurrido, he entrevistado a a mbos escaladores: Pipona y Gatet sobre estas y otras rutas, pero la mala costumbre de no publicar, ni anotar nada, ha originado que algunos datos sea imposible ya que los recuerden. 49 Jos Navarro y Elios Pay, el da de la apertura de la va Marina en 1965. 50 Ao 1968 Pasamos as al ao 1968 cuando en un radiante sbado del mes de mayo, de nuevo Jos Navarro y Elios Pay y algunos amigos, entre los que yo mismo me encontraba, llegamos junto al alg arrobo, donde comenzaba la senda de acceso al espoln, en la furgoneta que nos transportaba junto a una pesada cruz de r edondeadas y gruesas varillas de hierro de forja que tenamos como propsito instalar en la cima del Espoln. Entonces, ni siquiera imaginamos que pronto, con aquella seal, cambiara la denominacin de aquella roca en la que pe nsbamos enclavarla, aunque ms que cambiar el nombre del e spoln, puedo deciros que lo estbamos bautizando pues, como ya dije, nosotros no tenamos conocimiento de que aquel trozo de piedra, donde pasbamos nuestras maanas de los domingos, fuese conocido como la Penya del Corb. Esto es comprensible si tenemos en cuenta que, por tratarse de un lugar apartado de la senda principal de acceso a la cima de la montaa, nadie pasaba por all, al menos mientras nosotros estbamos en el lugar. Recuerdo como pesaba la dichosa cruz. Mientras la p equea comitiva de compaeros ascenda aquel da por el send ero, portando cemento y agua, Navarro y yo cargbamos como cristo, y nunca mejor dicho, con la seal atajando en lnea recta por el intrincado barranco, monte a travs, para no tener que realizar las maniobras obligadas a cada vuelta de la senda. No se me olvida que los ltimos metros fueron ya de pesadilla, bajo el calor de la tarde. Navarro, que llevaba el mayor peso de la cruz, resoplaba a cada paso y yo, pese a que soportaba la cola, de m enor peso, iba ya que ni vea y slo notaba, clavados sobre mis huesos, las duras varillas de hierro. Tras descargar nuestra pesada apuesta en el collado Su reste, bajo las vas Corta y Pipona y los sacos de arena y c emento y tambin el agua, que haban subido los compaeros, regresamos a nuestras casas desde donde habramos de volver al da siguiente para acabar el trabajo comenzad o. 51 As, el domingo por la maana del 20 de mayo, el espoln conoci una afluencia de visitantes poco corriente; algunos mo ntaeros y escaladores, haban pasado all la noche vivaqueando, como era costumbre, otros iban llegando a medida que transc urran las primeras horas del da. Entre los all presentes se e ncontraba el presidente del Centro Excursionista de Petrel que, en aquella fecha, era el Sr. Medina quien hizo entrega de una placa en memoria del malogrado montaero, y hermano de Pipona Pascual Navarro, que fue sujetada a la cruz. Mientras unos se ocupaban en preparar el emplazamie nto de la cruz, otros realizbamos las maniobras necesarias para izar la misma, lo cual fue posible mediante el esfuerzo de varios hombres sobre la cumbre, ayudados por otros tanto desde el collado por medio de varias cuerdas a las que iba fuertemente sujeta. La cruz, en el espoln, Pascual Navarro y la placa en su memoria. Tras fijar la cruz en el lugar donde todava se encuentra, la cordada compuesta por Navarro y H elios abran la va Pascual Navarro por la arista Sur. El dato anecdtico de aquel da, fue el vuelo que Helios protagoniz, al saltarle la primera clavija del 52 desplome inicial y que, afortunadamente, no revisti mayor co nsecuencia que el consiguiente susto y revolcn. La ruta fue cat alogada inicialmente como Muy Difcil (V), pero posteriormente, como se ver en el grfico correspondiente, sera desvalorizada. De este da quedaron filmados en una pelcula particular de Jos Navarro, los pormenores ocurridos en el lugar. *** Sobresalen en el relato de aquel tiempo, en cuanto a la historia de este espoln se refiere, la apertura de la va en memoria de Pascual Navarro, hermano de Pipona y la colocacin de la cruz que le recuerda, ambos hechos coincidentes en un mismo da (20 de mayo de 1968. Pero aquel ao en el que como vemos yo estaba s aliendo a escalar con Pipona y Gatet fue cuando le propuse a Navarro su regreso al Centro Excursionista Eldense para volver a dirigir la Seccin de Escalada, como ya ocurriera en los inicios de la sociedad montaera. Le dije que ya ramos cinco o seis jvenes interesados en la escalada y que sera bueno encauzar esta actividad desde un grupo afn a la sociedad eldense, pero l continuaba disgustado con su junta directiva y su negativa provoc que tuvi era que tomar las riendas de aquel proyecto yo mismo, cosa que hice por aquellas mismas fechas, pues en agosto del mismo ao, al regreso de un viaje al pirineo, en el que tuve que unirme a escal adores de otras regiones, por encontrarme sin ningn compaero con el que poder escalar, reun en la sede del CEE al grupo de am igos y ese mismo domingo nos desplazamos hasta la Sierra de C abreras donde convinimos la creacin del G.E.C.E. (Grupo de Escal ada del C.E.E.), cosa que qued oficialmente registrado el da 11 de agosto exactamente. Los fundadores que me acompaaron en aquella aventura fueron: Rafael Montero Fernndez, Jos Miguel Rico Snchez, Ricardo Vicedo Gonzlez, Juan Snchez Sanz y Ant onio Martnez Id ez Mere. 53 Pascual Navarro haba fallecido en el mes de abril y Pip ona pidi a la iglesia de San Fr ancisco de Sales, que acababa de trasladarse a un templo nuevo, la vieja cruz de hierro que presida el anterior y esa es la cruz que todava sigue en la cima del Esp oln. El 16 de noviembre de aquel ao, aprobaba la Federacin Valenciana de Montaismo la creacin del grupo que a partir de aquel ao sigui creciendo en nmero y tom el recoleto lugar como lugar preferido para sus actividades, cosa bastante lgica, pues estaba prcticamente todo por hacer en aquellas paredes. El autor con Jos Miguel Rico, otro de los fundadores del G.E.C.E. 54 Ao 1969 Un ao despus, el da 5 de mayo, Ricardo Vicedo Gonz lez y yo, hacamos cumbre tras realizar la va ms dura de las existentes entonces en el espoln. Decidimos denominarla Daniel Esteve, constituyendo para nosotros una gran prueba, ya que fue la primera vez que utilizamos los pitones de buril de los ll amados golos, como nico medio posible de superacin. sta, si no me equivoco y creo no hacerlo, fue la primera vez que se util izaron estos pitones en toda nuestra zona, siendo por lo tanto una novedad que nos pareci, en aquel entonces, muy dura. No ob stante, he de decir que nos llev bastante tiempo el acabar la va ya que todo haba comenzado unas semanas antes, cuando R icardo Vicedo acometi la ruta hasta alcanzar el punto donde se colocara luego el primer golo, teniendo que retirarse desde ese punto ante la inexistencia de fisuras para el clave. A domingo siguiente, provistos de las diminutas clavijas, alcanzbamos, tras colocar el golo, el punto de reunin para salir de la pared por la izquierda del techo, en un largo de cuerda que luego sera la variante de salida de esta ruta y que, en la a ctualidad, es el largo clsico utilizado por las cordadas que atacan la v a Isabel. Esta apertura de la variante ocurra el da 9 de abril y una semana despus, el da 16, Ricardo en compaa de otro buen compaero: Rafael Montero Fernndez, salan de la reunin para forzar el techo sin conseguirlo y teniendo que salir a la cima por la variante ya comentada, realizando as la segunda repeticin de la variante. El da 23 del mismo mes, o sea siete das despus, Rafael Montero y yo, forzbamos nuevamente el techo sin resultados positivos, pero ya el primer golo del techo haba sido colocado no sin pocos esfuerzos, agotando toda la maana en el intento. Buril, martillo y una gran constancia, eran necesarios para poder colocar una de aquellas diminutas clavijas . 55 Fue el da 30 de abril cuando, tras colocar el ltimo golo a la salida del desplome, consegu alcanzar la cumbre del esp oln, con mucha dificultad, excesivamente cansado e inseguro, lo que motiv que me tuvieran que auxiliar con una cuerda desde la cima, mtodo nada ortodoxo que tir por tierra todos los esfue rzos del da, pues no estbamos contentos con el sistema emple ado. Una semana ms tarde, conseguiramos Ricardo Vicedo y yo acabar la tan trada y llevada ascensin de manera totalmente deportiva, sin ayudas, como es costumbre en nuestro deporte, sin la colaboracin de ayudas ajenas a la propia cordada. Era el da 5 de mayo y como ya dije, decidimos l y yo, denominarla va Daniel Esteve, siendo como un humilde homenaje hacia la pe rsona de nuestro presidente en el Centro Excursionista Eldense, quien tanto nos haba alentado y ayudado en la realizacin de nuestras aspiraciones deportivas. Paso de salida del Techo de la va Daniel Esteve 56 La va Daniel Esteve, signific en aquellos tiempos para la nueva generacin de escaladores que estaba naciendo, la pr imera prueba de soltura en escalada en el grupo, antes de acom eter rutas de mayor dificultad. En otro aspecto, en el concerniente a la historia de este espoln, constituy el romper la norma hab itual en el lugar ya que, hasta entonces, todos los itinerarios exi stentes haban sido realizados por un mismo escalador, Jos N avarro Pipona, pionero indiscutible de la escalada en ste y en otros muchos lugares de nuestra comarca y a partir de aquel da, seran otros muchos quienes, tomando el relevo, contribuiramos con nuestro esfuerzo a configurar la historia de las escaladas en este lugar. La va fue catalogada, en un principio como Muy Difcil, superior. El paso del tiempo y el avance de la tcnica le han arrancado el sub-grado, no obstante, continua siendo un itiner ario del que nadie de cuantos lo realizan queda defraudado. *** El buril penetra en la roca a golpes y se va girando para que la punta extraiga el polvo de caliza resultante. La profundidad del orificio debe ser lo ms exacto posible para que la clavija de expansin haga el tope con el fondo del agujero lo suficiente para que el tornillo al expandir quede fuertemente sujeto, pero sin abrir demasiado, lo cual podra romper la roca. En cambio la clavija tipo golo ba staba con hacer el orificio lo suficientemente profundo para que entrase toda, siendo ms difcil que la roca rompiese si se haba elegido el tamao de broca adecuado. 57 La va Daniel Esteve fue como una prueba de madurez de los escaladores de aquel momento donde la tcnica de estribos o escalada artificial estaba usndose en toda Espaa para vencer aquellas rutas que, hasta entonces, haban sido consideradas como imposibles. Adems fue la primera vez que se usaron aquellas cl avijas de tipo golo que, a diferencia de las de expansin, evitaban que nuestra dbil caliza se rompiera ya que entraban totalmente a presin sobre el orificio laboriosamente practicado en la roca, en muchas ocasiones, en posiciones incomodas. Efectivamente, fue a partir de aquella apertura, cuando aquella nueva generacin de escaladores asumi que haba lleg adoi el momento de relevar a los pioneros en consecucin de nuevas rutas de escalada en nuestra zona. Daniel Esteve Poveda. La eleccin del nombre de aquella va que fue, durante un tiempo, una de las ms difciles de la comarca fue el justo recon ocimiento a la persona que desde la fundacin del Centro Excursi onista Eldense, ms haba trabajado para crear en Elda un grupo de escaladores. En la actualidad, ha cambiado el sistema de gradu aciones, materiales y tcnica y la va est catalogada como 6c+. 58 Ao 1970 En 1970, dos nuevos itinerarios surcaran las vertientes del espoln. El primero, la va Greta -427 se llev a cabo el da 25 de abril. Fue una escalada cmoda y bonita, realizada en t cnica artificial (A-1), en una maana bastante fra, Anastasio H igueruela Sanz y yo. Pese a lo tecnificado de su denominacin Greta -427, significa el nombre de una perra que tena mi compaero, gran amigo de los animales y 427 los da de existencia ms o menos que, en aquel da, tena el animal. Era la primera ruta abierta en esta cara NE del espoln. Fue anecdtico el nombre y se debi a que toda la maana estuvo mi compaero hablando de su perro y as, el noble can pas a tener algo en comn con nuestro deporte. El otro itinerario, se llev a cabo a conciencia buscando un acceso ms sencillo y menos tcnico que la va Corta. La abrimos Manuel Bravo Castello y yo, sin ningn problema, tal y como preveamos y como no se nos ocurra ningn nombre que ponerle al nuevo itinerario decidimos que se llamara va Trei nta y uno que era el da siguiente al de su fecha de apertura que fue el da 30 de agosto de 1970 y la razn por la cual no le pus imos esa fecha, era porque en Boln ya exista otra ruta denom inada Sbado treinta con el fin de evitar posibles confusiones. *** Efectivamente, recuerdo aquellas aperturas de unas vas fciles que fueron realizadas sin gran pretensin, aprovechando un domingo cualquiera pues no exista entonces, o al menos yo no lo recuerdo, una intencin desmedida por abrir nuevas rutas, sino que aquello se suceda casi sin proponrselo. Quiero decir que no fue el mismo caso que la va Daniel Esteve, en cuyo techo nos ha bamos estado fijando durante mucho tiempo. Con Wili, (Anastasio Higueruela) recuerdo haber compartido muchas escaladas, en cambio con Manuel Bravo, ni siquiera recordaba haber abierto esta ruta, cosa que debo fiar a los registros que lo certifican: 59 Parte de la actividad de aquel da firmada por los escaladores Como muestra de la pulcritud con la que se llevaba el regi stro vemos como, durante toda la existencia del G.E. C, se hicieron fichas de las actividades realizadas por sus componentes, lo cual ha permitido conocer con exactitud las fechas de realizacin de aquellas actividades con la especial importancia que tiene esto, en el caso de la apertura de nuevos itinerarios de escalada, adems de otros pequeos datos que pueden servir para avivar la memoria de los intervinientes en cada una de aquellas actividades. 60 Ao 1971 Haca ya bastante tiempo que yo le tena puesto el ojo a un posible nuevo itinerario que transcurriera, en su segunda mitad, por la marcada chimenea existente entre las vas Daniel Esteve y Pascual Navarro y por fin, el da 16 de mayo de 1971, en compaa de Domingo Botella Riquelme, atacamos la extr aplomada hornacina inicial. Superado este primer paso, la pared se mostr algo co mplicada por la descomposicin de la roca hasta la salida del ligero desplome, mediante tcnica artificial para despus convertirse en un bello itinerario rectilneo y en libre hasta la cumbre. De antemano, habamos acordado que la llamaramos Directsima F.M.F. que son las iniciales del nombre y apellidos de don Francisco Moya Femenia, fallecido progenitor de nuestro compaero y amigo Paquito Moya, el cual haba sido fotgrafo de profesin y maravillosa persona de tremendo y tierno humani smo con el que tuve ocasin de disfrutar aleccionadoras veladas. Fue un gran hombre al que conocamos desde nios y al que qu isimos recordar con este itinerario elegante y hermoso en el que, el escalador, goza del placer de la ascensin. Fue catalogada como Difcil, superior (IV sup.), graduacin que ha mantenido. Otro itinerario abierto en este mismo ao, tambin en la cara Oeste, fue la variante de entrada a la reunin de la va D aniel Esteve que, con el tiempo, fue completada con la variante de salida de esta misma va y pas a denominarse va Isabel sobre la cual carezco de informacin sobre la razn de dicho nombre, aun cuando es de suponer se trate de algn familiar de los ape rturistas que, fueron la cordada compuesta por Domingo Botella y Jos Miguel Mart, si bien en el parte de actividad, firmado por Domingo, constan como escaladores ese da, Domingo Botella y GEM, dado que Jos Miguel Mart perteneca en aquellos mome ntos al citado grupo de montaa y espordicamente realizaba a lguna escalada. La fecha que figura es la del da 12 de septiembre de 1971. Cabe sealar la polmica que se suscit sobre esta ape rtura, ya que otros escaladores argumentaron que en esa fecha, 61 esta ruta ya estaba abierta por unos escaladores del Centro E xcursionista de Petrer cuyos nombres y veracidad de dichos c omentarios, nunca he podido constatar. *** Sobre la Directsima F.M.F. sealar que se tr ata de un itinerario que, en su segunda mitad, tiene las caractersticas de una gran escalada sin tener gran dificultad. En aquellos momentos, estbamos en vsperas de partir hacia la que habra de ser la prim era expedicin intercontinental de nuestro Valle y de toda la provincia de Alicante Operacin Atlas -71, y ya tenamos una gran seguridad. Francisco Moya Femenia, fue un reconocido fotgrafo. Respecto a la polmica suscitada sobre la Va Isabel, aa dir que, en el parte de la apertura figur como va M Isabel y en el mismo no aparece el nombre de Antonio Riquelme, que s figura en la gua del ao 2007 antes mencionada, cuyos autores son M anuel Amat, Juan Pedro Verd y Jos Francisco Hernndez, descon ociendo quin o quines aportaron este nombre equivocadamente. 62 Ao 1972 En este ao, se lleva a cabo la finalizacin de una nueva ruta que ya haba sido intentada en varias ocasiones sin result ados positivos, claro que las cordadas anteriores tampoco haban ido a por todas, como se suele decir en nuestro argot. Fue el da 1 de mayo de 1972 cuando, junto al villenero Simn Diego Maci Toms nos empeamos en salvar los casi tres metros desprovi stos de fisuras donde clavar, ligeramente desplomados, que h aban cerrado el paso a las cordadas precedentes as que, tras i ntentarlo a la manera tradicional con los mismos negativos resu ltados, se nos ocurri ensayar el lanzamiento de una bola hecha con nudos de cuerda, tal y como habamos visto recientemente en una pelcula antigua de escalada en solitario as que, ni corto ni perezoso, plantado sobre el ltimo peldao de los estribos de la clavija ms alta que haba logrado introducir, pude lanzar ha sta la cima, no sin a antes tener varios intentos fallidos, un nudo cabeza de mono, bastante imperfecto pero ms grande hecho con otra cuerda auxiliar que finalmente qued atascado en la grieta que en la cumbre es mucho ms ancha, tratndose de la misma fractura que se poda ver desde mi incmoda posicin y funcion al cuarto o quinto intento. Tena el grosor de unos dos puos y pese a que los nudos no estaban perfectos, qued fi rmemente sujeta y pude comprobar que no era un truco lo que haba visto en aquella vieja pelcula de escalada. Super con mucha lentitud aquellos tres metros hasta que pude meter una buena clavija como seguro, antes de salir a la cima y tener que confiarme a la cabeza de mono, pese a que me pareci muy segura. De esta manera, por mis propios medios, ayudado de un par de nudos Prusik, anudados con cordinos, co nsegu solucionar aquel problema de la falta de fisura en el de splome. La ancdota curiosa y a la vez aterradora fue, cuando una vez alcanzada la cumbre del espoln, pude comprobar que el basto nudo no estaba atascado en la fisura, como yo haba s upuesto sino que, milagrosamente se mantena sujeta sobre el n 63 fimo canto de una roca enclavada en el suelo de la cima, no e ncontrando explicacin a que no se hubiera soltado de tan prec ario enclave, dado las vibraciones a las que estuvo sometida la cuerda, mientras ascenda colgado de ella. Llamaramos a esta va Ma -Ma que son las iniciales de los apellidos de ambos ape rturistas Maestre y Maci. Nudo cabeza de mono. A la derecha montaje de un nudo Prusik sobre la cuerda. *** Slo aadir que aquella experiencia result muy emoci onante pues nunca antes haba llevado a cabo esta tcnica que, cie rtamente haba visto en una antigua pelcula en blanco y negro de un escalador en los Alpes. 64 Ao 1975 Tras varios aos sin realizarse ningn itinerario nuevo, el 31 de agosto, tras varios intentos sin conseguir pasar de la reunin, se logra abrir la va Penelope, la cual transcurre inmedi atamente a la izquierda de la va Marina, habindose colocado cinco clavijas golo en el primer largo. Es un itinerario ms recto abierto por la cordada compuesta por Juan Mataix Cams, Jos Joaqun Berbegal Celestino y Manuel Juan Albert, quienes forz aron el segundo largo de salida flanqueando los descompuestos desplomes tras los que se alcanza la cima del espoln. Se trata de un tramo bastante precario e inseguro que hace que esta ruta se realice, en su segunda mitad con poca frecuencia, usando la sal ida de la va Marina. El nombre de Penlope, se debi a un anuncio public itario que uno de los componentes de la cordada llevaba pegado en una de las prendas que vesta aquel da. *** Lo paradjico de la denominacin de esta va, es que m uchos piensan que dicho nombre se debe a una hija de Jos Prez Moneo y que ste fue quien la haba abierto, cuando la realidad es que Penlope no haba nacido en aquellas fechas, ya que naci y fue bautizada en la ermita de Cat en el ao 1977, en un acto mu ltitudinario al que asisti la prctica totalidad del Club Alpino E ldense, que haba sido fundado como luego veremos, en el mes de septiembre de 1976. Yo mismo fui su padrino. 65 Ao 1976 Al carecer de datos, para una afirmacin efectiva, he de decir que se supone que fue durante el ao 1976 cuando se i ntent o se consigui la va Espoln O.N.O.. Se desconoce quienes fueron los primeros ascensionistas ya que se haban venido o bservando las seales caractersticas de clave en la roca, por aqu ellas fechas. Las primeras noticias que me llegaron de la escalada de esta va fueron al realizar su ascensin, un ao despus, el 3 de julio de 1977, la cordada compuesta por Jos Prez Moneo y Antonio Martnez Idaez Mere quienes me confirmaron que ellos crean haber sido los primeros tiempo atrs. *** Precisamente tambin yo estaba all, aquel sbado por la tarde, y ese fue el comentario que me hicieron, pues recordaban no haber visto marcas en la roca que les hiciese pensar que aquella ruta ya estaba abierta. Esta falta de informacin se produjo por el gran desbar ajuste que en nuestro grupo se estaba produciendo en aquellos m omentos donde se estaba cociendo toda la problemtica que llev a la totalidad de los grupos G.E.M., G.E.C.E. y MOG.E.C.E.(Montaeros del GECE) a abandonar el Centro Excursionista Eldense y fundar una nueva sociedad montaera a la que llamamos Club Alpino Eldense que fue creada el 27 de septiembre de 1976, un episodio del que nunca se dieron detalles y del que ya anunci en mi primer libro publicado Mi primera expedicin (2006) que, en su momento dara cuenta en esta crnica de una roca, pues siempre tuve claro que este espoln fue testigo de muchas tertulias en aquellos momentos de desamparo del Grupo de Escalada del C.E.E. por lo que, cumpliendo la palabra dada, es el momento de dejar mi test imonio sobre los detalles de aquella escisin, al menos mi versin de los hechos, teniendo en cuenta que no en vano fui el primer pres idente del Alpino y parte importante de aquella etapa de la historia 66 del montaismo en este Valle, sin perjuicio de que aquellos que se sientan ofendidos por mis manifestaciones, relaten sus propias versiones. Bajo esa premisa expongo yo las mas, cuarenta aos de spus, cuando el paso del tiempo ha eliminado sentimientos de agravio, al menos por mi parte. Desde siempre estuvo previsto que tendra que ser aqu, en esta Crnica de una roca , donde deba ser contado aquel epis odio de nuestra pequea historia montaera que tan presente est uvo en aquel tiempo revuelto e ilusionante. El G.E.C.E. En lo reflejado hasta ahora, sobre el Grupo de Escalada del Centro Excursionista Eldense, sabemos que fue fundado en agosto del ao 1968 y quienes fueron aquellos seis fundadores. El Grupo en la Sierra de Cabreras, en diciembre de 1968. Detrs : Juan Snchez Sanz , Antonio Martnez Idez (Mere), Jos Miguel Rico Snchez. Sentados: Ricardo Vicedo Gonzlez, Rafael Montero Fernndez y Juan Manuel Maestre Carbonell. 67 Durante aquel segundo semestre del ao, nos pasebamos por el saln social con el material de escalada para provocar que el resto de jvenes conociesen la existencia de nuestro grupo y aqu ella estrategia, que al principio no dio resultado, tampoco nos i mpo rtaba mucho pues cada semana la aprovechbamos para ir a escalar a las Peas del Marn, a la Sierra de Cabreras y al Espoln de la Cruz, nombre que se hizo popular, ante el desconocimiento del original Penya del Corb. De los primeros cinco chicos que de cidimos fundar el Grupo, slo quedbamos tres: Rafael Montero, Jos Miguel Rico y yo, lo que da una idea de la soledad en la que nos encontrbamos en un determinado momento. Pero aquello haba cambiado en 1967 pues, poco a poco fueron acercndose gente nueva, siempre jvenes excursionistas que empezaron a sentirse atrados por esta nueva actividad, cuyas crnicas ya tenan reflejo en el semanario local. Nuestra primera preocupacin, adems de estructurar y organizar el grupo administrativa y econmicamente, ya que p agbamos una cuota extra para poder disponer de una economa propia que sumar a las subvenciones que anualmente conceda el Centro para todas sus secciones, fue la de solicitar a la entonces Escuela Valenciana de Montaismo (E.N.A.M.) la organizacin de cursos de escalada en nuestra zona. Tambin organizamos charlas y proyecciones para dar a conocer a los socios montaeros esta actividad. Aparte del GECE, aparecan y desaparecan de cuando en cuando, los veteranos montaeros del GEM, que nunca llegaron a querer integrarse como escaladores, seguramente por la diferencia de edad, al ser ellos de diez a doce aos mayores que la media de nuestro grupo que estaba en los diecisiete aos, ms o menos. El GECE, pronto fue una referencia a nivel provincial pues se convirti en un grupo compacto que haca muchas actividades y algunas entonces muy novedosas como la primera reunin de esc aladores, rescates en el Pen de Ifach, escaladas en el Pirineo y en los Alpes y otras actividades montaeras no muy habituales en aquellos aos, por su carcter tcnico. 68 A principio de 1970, tan slo un ao y medio despus de la fundacin del grupo, pusimos en marcha la Operacin Atlas-71 que signific para aquella poca una actividad extraordinaria, siendo la primera salida intercontinental que se llev a cabo a n ivel provincial (tiempo despus supimos que aquella haba sido la octava expedicin espaola a las montaas del Alto Atlas Marr oqu, lo cual certifica la importancia del momento), hasta la Telev isin Espaola nos hizo una entrevista a las afueras de Alicante, ya que nos negamos a que se nos entrevistase en la Explanada, falt ara ms! Nosotros somos eldenses, les dijimos, y montaron las c maras delante de una fbrica que pareciera que era de calzados, en el extrarradio de la capital. Miembros de la Operacin Atlas -71 . De izquierda a derecha: Antonio Riquelme Albert, Jos Miguel Mart Juan, Pedro Cano Gimnez, Antonio Martnez Idez (Mere), Ricardo Vicedo Gonzlez y Juan Manuel Maestre Carbonell. Lleg un momento en el que la cantidad de jvenes de 12 o 13 aos que venan a apuntarse al grupo creci y tuvimos que o rganizar turnos entre nosotros para dedicarles algunos fines de semana para ensearles tcnicas de orientacin y de marcha, vivac y 69 pr cticas de escalada, pero esto ltimo slo una vez al mes ya que pretendamos que la escalada fuese una tcnica ms dentro del contexto de lo que entendamos __ y cuarenta aos despus sigo entendiendo igual __ , debe ser un montaero completo, en un smil de alpinista completo. A esta seccin le llamamos MOGECE, que como ya dije quiere decir Montaeros del GECE. Ayudamos igualmente a reorganizar el GEM que se haba desarticulado y se fue nutriendo de montaeros que sabiendo esc alar no tenan esta prctica como exclusiva, cosa que generalmente ocurra en el GECE. En definitiva, aquella seccin de escalada, haba crecido y lleg a ser muy numerosa, convirtindose casi en una sociedad, dentro de la sociedad que se haba transformado, por actividad montaera y cultural, en la punta de lanza del montaismo, hasta el punto que, sin darnos cuenta, nos estbamos ganando la an imadversin del vice-presidente de la seccin de montaa quien, empez a criticar a nuestras espaldas el comportamiento de nue stro grupo, con afirmaciones tales como que nos emborrachbamos en la montaa y cosas peyorativas por el estilo. La sociedad, a nuestro juicio, haba dejado de lado, en m anos de aquel vice-presidente, lo esencial del Centro, la verdadera razn de ser de la entidad, que siempre fue el excursionismo y el montaismo, al embarcarse en un proyecto gigantesco como fue y es, La Ciudad Deportiva del CEE. Era algo tan evidente que hasta los ms jvenes lo vimos y he de decir que no fuimos los nicos, pues tambin se manifestaron en aquellos tiempos otros monta eros que no compartan el nuevo rumbo al que se estaba llevando a la sociedad montaera. Puestas as las cosas, nuestro grupo, viendo la desperson alizacin del centro y la prdida de la identidad montaera que se estaba produciendo, le propuso a la directiva que destinase un local anexo a las oficinas de la calle Menndez Pelayo a la creacin de un Hogar montaero, donde poder celebrar reuniones, hacer charlas y proyecciones de temtica montaera, pues nos pareca esencial reunir a todas las fuerzas de la montaa, excursionistas, montaeros y escaladores, para hacer pia frente al resto de se cciones (lleg a tener 22 vocalas y entre ellas hasta una de pir agismo), y as ocurra que si nos reunamos los lunes, all ya no haba quien se entendiera pues tambin se reunan los equipos del 70 campeonato de ftbol que nos molestaban con sus jaleos y temas arbitrales, menudos jaleos se montaban! Y si nos reunamos los viernes, entonces ramos nosotros los que molestbamos los ens ayos de los Amigos de la Msica. Durante un tiempo, estuvimos viendo el local anexo y cr eyendo que finalmente la directiva accedera a nuestra peticin y cuando nos dijo que no poda ser, nos ofrecimos a alquilar nosotros por nuestra cuenta otro local que ya habamos visto y que perten eciera al CEE bajo el nombre de Hogar Montaero cosa que no era imposible ya que, en aquellos mismos momentos la sociedad tena el local y oficinas y tambin el local destinado exclusivamente a museo, adems de la Ciudad Deportiva y el Parque de montaa. All nos dimos cuenta de que algo estaba fallando, pues la propuesta todava sigo considerndola, buena no, magnfica! El propio Daniel Esteve, muchos aos despus se dio cuenta de su error y de quin era quin en aquella polmica, pero en aquellos momentos slo le import la Ciudad Deportiva y la entonces r eciente adquisicin del Parque de Montaa, que tenan a los direct ivos colapsados de problemas. Aquello, unido al desprestigio que, segn nos iban comentando otros directivos, ms afines a los pla nteamientos de nuestro grupo, continu en aumento a cargo del antes aludido Vice-presidente de la Seccin de montaa, fueron las principales causas de que optsemos por abandonar aquella ent idad. Verdaderamente aquella directiva hizo cosas de autntico escndalo contra aquel grupo de jvenes que habamos levantado este deporte durante los ltimos ocho aos, situndolo a la cabeza de la provincia, cosas como subvencionar a dos anteriores comp aeros nuestros a los que expulsamos por negarse a ensear a los nios, y a tener que pagar una cuota; unos autnticos egostas del deporte que pretendan dedicarse exclusivamente a la escalada y que se les subvencionase por sus logros, mientras los dems no podamos hacerlo por asumir tareas de enseanza y de organiz acin en la misma sociedad. Una equivocacin que el propio Daniel tuvo que reconocer muchos aos despus, ms todava dndose cuenta del engao en el que cayeron los directivos, agobiados por los compromisos econmicos que la sociedad estaba contrayendo, 71 pues hubo ms personas de aquella junta directiva que as lo rec onocieron. As fue como, los mismos jvenes que empezaron a escalar siendo del CEE, acabaron el resto de vas como miembros del Club Alpino Eldense, que no tard en convertirse en una excelente ref erencia del montaismo con ms de 25 expediciones intercontine ntales llevadas a cabo. Aquel comportamiento de la directiva del CEE fue una tra icin a un grupo de jvenes que habamos levantado el montaismo hasta cotas que ni los propios fundadores de la entidad haban logrado antes. Todo ello sabiendo que lo estaban haciendo mal, c omo lo demuestra el hecho de que ocultaron, como se oculta un del ito, pues un delito es, para una directiva, tener una vocala de escalada y estar dando subvenciones de escalada a espaldas de su propio vocal. Aunque slo sea un delito moral. La historia se ha encargado de demostrar el tremendo error de aquellos directivos, empujados por la maledicencia de aquel nefasto directivo, el cual poda llevarse al monte una bota de vino para los almuerzos, como siempre se hizo y todava se hace y acus a los jvenes de borrachos, pero sin atreverse a decirlo en la cara, tal fue su cobarda. Tard el propio presidente en darse cuenta y eso que debi haberlo advertido cuando el nclito directivo, sin ninguna prepar acin alpinstica se erigi en jefe de una expedicin que sirvi para demostrar su incapacidad, a tenor de su actuacin en la misma, segn la versin de un compaero expedicionario. Lo curioso fue que, aquellos que nada queran saber de vender loteras, ni ayudar a los nios, no tardaron en crear otro grupo y meter cizaa entre los chicos que llegaron de nuevas, co ntra los que habamos tenido que abandonar el centro. Lo ms importante es que gracias a todo aquello, surgi un nuevo club y ah quedan sus indiscutibles logros deportivos que la mayor parte de directivos del CEE tuvieron que reconocer con el presidente a la cabeza. Lo triste es que la labor cultural que est llevando a cabo en estos momentos el Grupo literario y montaero Cuentamontes, pudo haber tenido lugar hace cuarenta aos y no nos dejaron hacerla por culpa de envidias y egos personales. 72 Ao 1977 Fue precisamente trabajando en la preparacin de este libro, cuando me di cuenta de los posibles itinerarios que todava caba descubrir en el espoln y decid intentarlos, pensando que con ello hara ms perdurable la vigencia de esta gua. As, una tarde, en compaa de Jos Martnez Rovira, nos desplazamos hasta el lugar, decididos a realizar un itinerario a todas luces lgico como lo es el Diedro del mechero, denominacin pint oresca como casi todas las que se le ponen a las vas de escalada, en esta poca. El que la llamramos as, se debi a la prdida, durante el transcurso de la escalada, de un encendedor. Esto ocurra el da 23 de junio de 1977. Aquel mismo da, Rovira y yo, comenzamos a forzar un nuevo itinerario en la cara Oeste, entre las vas Penlope y E spoln O.N.O., debiendo desistir al acabarse el tiempo de luz, d eja ndo los doce primeros metros de la pared equipados, hasta que tres das despus, el 26 del mismo mes, siguiendo nuestras ind icaciones, la cordada compuesta por Antonio Martnez (Mere) y Jos Prez Moneo, acababan el itinerario siguiendo una lnea recta y evitando el trazado de la salida de la va Marina. Se denomin esta va con el nombre de Pedro Ayu ste, en memoria de un compaero del Club Alpino Eldense, fallecido en accidente de trfico dos das antes. Es sin duda sta, la mejor manera de recordar a aquellas personas que, de alguna manera, convivieron entre nosotros en la montaa. Este mismo ao, el da 10 de noviembre, la cordada co mpuesta por Jos Martnez Rovira y Fernando Ozaeta Tamayo, abran una variante al techo de la va Daniel Esteve, po r el lado derecho, que resulta ms fuerte que el trazado original, mxime al tener que colocar los tres golos necesarios para superar el techo. Se denomin a esta variante con el nombre de Rovira que es el apellido materno de uno de los componentes de aquella cordada y como, familiarmente, se conoce a este escalador entre sus compaeros. 73 Ao 1978 Cuando ya haba dado por finalizado este trabajo, creo que para llevarme jocosamente la contraria, en este ao de 1978, Jos Martnez Rovira y Jos Prez Moneo, decidieron buscar una nueva ruta para ponerle mi nombre. No s bien si fue para fast idiarme el trabajo acabado, lo cierto es que eligieron un pao de roca donde todava caba una ruta, aunque he de decir que casi con calzador entre las vas Diedro del Mechero y Corta. Cuando ya estaba Rovira en la cima, me lo comunicaron a gritos, invitndome a formar parte de su cordada a lo que, nat uralmente no pude negarme. Fue un honor, ms por el detalle de mis dos compaeros que por la va en s misma, que es corta y sin ninguna historia, ms all que la de una camaradera entraable. Este ha sido un breve resumen de una parte de la historia de nuestro Espoln de la Cruz/Penya del Corb, lo que podramos llamar el captulo oficial, luego existen otros captulos ya de nd ole personal de cada uno de cuantos alguna vez pisamos su cu mbre; vivencias anecdticas y humanas que cada cual guarda en un rincn de sus recuerdos y que configuran, en sntesis, la historia de cada da de nuestro deporte. Esta que aqu he reseado, la parte oficial, ni es importa nte ni fue heroica ni, afortunadamente ha sido dramtica pues me alegra decir que no ha habido que lamentar, en este lugar, ningn accidente de importancia en estos aos de intenso subir y bajar esta cima, nicamente las cadas sufridas por los escaladores que recorrieron sus vas y stas no han pasado de ser anecdticos vuelos. El ms importante lo protagoniz Jos Francisco Maestre Prez, compaero y amigo, quien se precipit al vaco al intentar el paso de sal ida de la va Marina a la cumbre, desprendind osele la gran laja de roca a la que estaba sujeto y cayendo hasta pocos metros del suelo donde le retuvo la cuerda que aseguraba en aquel momento su compaero de cordada Jos Prez Moneo que se encontraba en la reunin de la va Larga. Cito este inc idente por creer que fue la mayor cada sufrida por nadie en estas paredes pues, al menos yo, no tengo constancia de un vuelo m ayor y, por otra parte, ya es difcil que se pueda producir dado el 74 recorrido de ste, que recorri desde arriba hasta abajo, prct icamente toda la seccin del espoln Oeste. Esto ocurra el da 29 de junio de 1972 y, afortunadamente, sin ninguna consecuencia de importancia. Finalmente, quiero cerrar este captulo con una vivencia personal que refleja, por s misma, uno de los atractivos que para m tiene esta roca y que lo constituyen los recuerdos de aquellas hermosas horas de juventud, robadas al sueo en tertulias agr adables y muy humanas, como aquella en la que, a do, vivimos dos buenos camaradas y que ambos resumimos as en un poema al alimn, escrito en la soledad de la noche, bajo un estrellado cielo y a la luz de una solitaria vela. Aquel poema titulado Juego de luces y sombras, dice as: Juego de luces y sombras, Luna llena y silenciosa, No existe mejor momento, Para iniciar esta prosa. Dos camaradas que cuentan, Sus penas y alegras. Dos compaeros que reviven, Su vida, da a da. Juego de luces y sombras, Noche estrellada y hermosa, Llena de alegres recuerdos Que, de suspiros rebosa. Pronto quedar en la penumbra, El lugar que nos acoge. Pronto se extinguir la llama, Que suavemente nos alumbra. Mas siempre perdurar el recuerdo, De aquellos bellos momentos, Junto aquel buen camarada, Y aquel juego de luces y sombras. Wili y Maestre 75 Quince aos de escaladas en el espoln han dado para 17 itinerarios y 4 variantes que recorren todas sus caras, quedando para nuestra pequea historia local una relacin de nombres propios de los primeros aperturistas y el total de las vas escal adas de cada uno de ellos: Grfico de los aperturistas, hasta 1978. NOTA: Al final del captulo IV se relacionan los siguientes hasta 2007. LOS NOMBRES DEL ESPOLN Vas Jos Navarro Brotons Pipona 5 Jos Poveda Yago 3 Helios Pay Reig Gatet 2 Juan Manuel Maestre Carbonell 7 Ricardo Vicedo Gonzlez 1 Anastasio Higueruela Sanz 1 Manuel Bravo Castell 1 Domingo Botella Riquelme 2 Antonio Riquelme Albert 1 Jos Miguel Mart Juan 1 Simn Diego Maci Toms 1 Juan Mataix Cams 1 Jos Joaqun Berbegal Celestino 1 Manuel Juan Albert 1 Jos Martnez Rovira 3 Antonio Martnez Idez 1 Jos Prez Moneo 2 Fernando Ozaeta Tamayo 1 76 1977 fue el ltimo ao que qued consignado en esta gua, que refleja todo lo realizado en los primeros 15 aos de actividad en el lugar y un ao despus, estando ya acabado este trabajo, ocurri la apertura de la va con mi apellido, pero ya habamos publ icado la gua resumida y este itinerario no pudo aparecer. No sera el nico caso pues desde entonces hasta hoy, nu evas rutas surcan el espoln y el mismo se encuentra, en gran med ida, equipado con parabols dotando de una mayor seguridad los itinerarios que quedaran reflejados en el siguiente captulo si bien, todas ellas han quedado reflejadas en la magnfica gua de Manuel Amat, Juan Pedro Verd y Jos Francisco Hernndez; todas, menos la va Maestre debido seguramente por lo antes comentado, al ser una va que no apareci nunca en ninguna gua pues tiene poca relevancia. La va Maestre va por el centro, recta. 77 Vas de escalada 78 Helios Pay Gatet en la va Pipona 79 Al final se incluye una relacin de todos los itinerarios exi stentes, en la actualidad, en el espoln hasta el ao 2007, ms la antes aludida va que lleva mi apellido, si bien y como ya dije en mi introduccin, este libro no pretende ser una gua de escalada pues ya existen otras que cumplen mejor este cometido y por ello no he cambiado ni una coma de las descripciones hechas cuarenta aos antes ya que, tambin estas, son el reflejo de aquella poca. Como he venido haciendo hasta ahora, cualquier apreci acin que he credo conveniente, ha quedado reflejada igualmente al final de este captulo. Dibujo de Mario Roig, para el libro Montaas de nuestro Valle 80 Este captulo, el principal de este libro, puede ser que se preste a polmica o discusin, tanto en lo que se refiere a los horarios, como a las dificultades tcnicas reseadas en las vas que se citan, as como al nmero de clavijas que indico como neces arias. Sabido es, que no todos los hombres tienen las mismas facultades fsicas, ni todos los escaladores las condiciones tcn icas y as, lo que para unos puede resultar difcil, para otros, m ejor capacitados puede ser fcil o menos expuesto. No obstante, mi criterio me dice que es ms conveniente valorar las dificult ades en una gua pecando en exceso, mejor que en defecto. Esto puede parecer un intento de dar ms importancia de la que pu edan tener las vas, pero no es ese el motivo que me mueve en mis apreciaciones, sino que entiendo que es mucho mejor que el e scalador que no conoce una va, y se adentre en ella, sepa que puede realmente acometer las dificultades descritas en la gua y si luego, estas dificultades que esperaba encontrar, a l le par ecen menores pues mucho mejor ya que, de esta manera, evitar emos sorpresas a quienes recorren por primera vez estos itiner arios. En lo que se refiere al tiempo a invertir en las distintas vas, estn calculados para una cordada de dos personas, tenie ndo en cuenta que no son ni muy rpidos, ni muy lentos. La graduacin de dificultades es, generalmente, la que sus primeros ascensionistas les impusieron, toda vez que ellos mi smos, con el paso del tiempo las ha ido desvalorizando en algunos casos, adems de haber sido revisadas, como en la introduccin de este libro digo. En cuanto al nmero de clavijas necesarias para cada ascensin, est basado en la normativa general de los ascensioni stas que repiten estas rutas con frecuencia. Mosquetn y clavija Nacional. 81 Itinerario n 1 Va Larga Dificultad: III AD (Algo difcil) Tcnica: Libre La va comienza en la misma arista y contina por ella hasta llegar a un pequeo desplome formando hueco. En este punto, nos saldremos hacia el lado derecho para alcanzar, en diagonal, un gran arbusto y desembocar en una plataforma incl inada que atravesaremos para alcanzar el diminuto apoyo situado hacia la izquierda, en el mismo borde de la arista, lugar donde se encuentra la reunin. Desde este punto de relevo, proseguir en lnea recta por la misma arista que, unos metros ms arriba, desemboca en la terraza donde est emplazado el rappel de la cara Norte. En este punto, terminan las dificultades, restndonos nicamente una fcil trepada de unos doce metros (II) hasta la cima del espoln. Material necesario: para una cordada de dos personas, es de 3 clavijas con sus correspondientes mosquetones y una cuerda de 30 metros. Las clavijas, se suelen introducir: una a mitad de la primera parte de la arista, otra a la salida del hueco hacia el arbusto y la tercera como seguro en el punto de reunin siendo conveniente cl avar otra para dar el paso de salida de la reunin. Tiempo empleado: 20 minutos. Moneo, saliendo de la reunin de la va larga, es asegurado por Antonio Martnez, Mere. Obsrv ese que mientras el primero lleva un arns de pecho, confeccionado de manera casera, uniendo varias secciones de cordino, Mere lleva atada la cuerda directamente al pecho y ambos calzan bota rgida de alta montaa, pues todava no se conoca el calzado denominado pie de gato. 82 Cara Norte del espoln. 83 Itinerario n 1 a Variante de salida, de la va Larga por la va Espoln ON O Dificultad: III AD (Algo difcil) Tcnica: Libre Desde el punto de reunin de la va Larga , salir por una fisura poco marcada, situada algo a la derecha de la arista, en lugar de hacerlo por la misma arista situada en el lado izquierdo, hasta alcanzar el rellano de la cima. Itinerario n 1 b Variante de salida, de la va Larga por la va Marina Dificultad: III AD (Algo difcil) Tcnica: Libre Desde el punto de reunin, descender un poco hacia la izquierda para alcanzar el inclinado descanso que pasamos a la subida para, desde all bordear por la derecha en un paso tran sversal, hasta alcanzar la fisura, algo descompuesta, de la salida por la va Marina. Itinerario n 2 Va Greta-427 Dificultad: A-1 AD (Algo difcil) Tcnica: Artificial Comienza la va en artificial (A-1), siguiendo una marcada fisura, inclinada ligeramente hacia la izquierda, fcil y cmoda, hasta llegar bajo un pequeo resalte del que saldremos hacia la derecha a una plataforma inclinada hacia el vaco que nos da el acceso al rellano de la arista Norte donde se encuentra emplaz ado el Rappel Norte. Material necesario: 5 clavijas y sus correspondientes mosqu etones y una cuerda de 30 metros. Normalmente esta va se e ncuentra parcialmente clavada (tres de las cinco clavijas), dado que se recorre con bastante frecuencia como va de escuela para tcnica de artificial. 84 Grfico original de la cara Norte. 85 Tiempo necesario: para una cordada de dos escaladores variar dependiendo si se encuentra provista de las clavijas o no, pero aun teniendo que colocar las 5 clavijas tardaremos unos 30 m inutos. Itinerario n 3 Va Ma-Ma Dificultad: A-1+ AD, sup. (Algo difcil, superior) Tcnica: Artificial Es quiz, en la actualidad, una de las vas de mayor co mplicacin, de ah que muy pocos escaladores la repitan, debido sin duda a lo poco ortodoxo de su tcnica, que ms se parece a un entrenamiento de escalada en solitario, que a una cordada cls ica. Sealada en el grfico con el nmero (3), comienza, ya desde el suelo, en artificial, muy cerca del borde del espoln que da a la cara Este, hasta alcanzar la altura del desplome amarille nto, desde donde debe lanzarse una cuerda auxiliar con una pelota de nudos en un extremo hasta que la bola de nudos quede ata scada en una grieta situada entre dos bloques, en la cima, distante del escalador a unos siete metros aproximadamente. Una vez conseguido que la cuerda quede atascada por empotramiento del nudo (no resulta sencillo), la sujetaremos a la clavija en la que estamos colgados sobre los estribos y procederemos a ascender mediante prusik de cordino o la utilizacin de unos puos met licos, los dos metros infranqueables que nos separan de una e strecha fisura en la que, una vez colocado una nueva clavija, vo lveremos a continuar nuestra escalada en artificial hasta la cu mbre, en lnea recta, por la marcada y ancha fisura apta para clav ijas de tipo grande o tacos de madera. Material necesario: una cuerda de 30 metros, un cordino aux iliar o cuerda de 10 o ms metros; 8 clavijas y mosquetones, e stribos y un taco de madera (suele estar abandonado en la fisura de salida). Tiempo necesario: depende de la destreza al lanzar la cuerda auxiliar y un poco tambin de la suerte de que sta, quede o no 86 atascada prontamente. La altura de la pared es tan slo de unos 12 metros. La solucin para evitar tener que realizar esta trab ajosa maniobra, sera introducir uno o dos pitones golo o de expansin, buscando bien una parte de la roca que resultase s lida en el amarillento desplome, poco slido en general. Itinerario n 4 Va Pipona Dificultad: A-1 AD (Algo difcil) Tcnica: Artificial Comienza la va, ascendiendo por el bloque apoyado en la pared, hasta situarse encima del mismo. Desde este punto, real izaremos un paso transversal hacia la derecha ya en artificial, de unos dos metros, hasta alcanzar el mismo borde derecho del espoln y ascender, tambin en artificial, hasta la cima, en lnea recta. Material necesario: una cuerda de 30 metros que conviene ut ilizarla en doble y 8 clavijas con sus correspondientes mosquet ones, estribos y algunas drizas con las que facilitar el deslizamie nto de la cuerda en el paso transversal. Tiempo necesario: para una cordada de dos personas es de 35 minutos aproximadamente. Itinerario n 5 Va Corta Dificultad: III AD (Algo difcil) Tcnica: Libre Es la va ms corta, tal y como su nombre indica, de cua ntas existen para acceder a la cumbre del espoln. Suele ser util izada para alcanzar la cima con rapidez y tambin para enseanza de tcnicas en bavaresa a los jvenes escaladores. Comienza en el mismo collado, superando el bloque apoyado a la pared Este, al igual que debe hacerse para la va Pipona. 87 Desde encima del bloque, continuaremos recto por la fisura y diedro, bien por empotramiento de pies y manos o bien en Dulfer, hasta situarnos bajo un diminuto techo que nos cierra el paso. En este punto, saldremos por la derecha del mismo, en un paso rpido para alcanzar las presas de la cumbre que est muy prxima. Suele haber abandonada una clavija en este paso para dar con seguridad este paso de salida. Material necesario: una cuerda de 30 metros, dos clavijas y dos mosquetones (en caso de estar la clavija antes indicada en el paso de salida, slo necesitaremos un clavo que introduciremos al situarnos encima del bloque apoyado, al principio del diedro. Tiempo necesario: para una cordada de dos personas es de 15 minutos aproximadamente. Casco de moto y otro para el compaero y cuerda atada al pecho. Va Corta, ao 1967. 88 Gr fico original al que se le ha incluido la va Maestre. 89 Itinerario n 6 Va Diedro del Mechero Dificultad: III+ AD, sup. (Algo difcil, superior) Tcnica: Libre Descendiendo en direccin Sur, unos metros desde el collado Este, comienza la va tras unos matorrales situados bajo una pequea cueva a la que habremos de llegar tras un paso fcil en libre. Desde la cueva, nos saldremos por la izquierda en un paso transversal, para regresar de nuevo, esta vez en diagonal haci a el lado derecho por una placa bastante pulida hasta alcanzar un pequeo descanso bajo el descompuesto diedro. Desde este pu nto y ya en artificial, alcanzaremos la fisura poco estable del di edro hasta superar esta y salir mediante un paso cmodo y fcil e n libre a la cima del espoln, justo a la izquierda de la cruz de hi erro. Material necesario: una cuerda de 30 metros, cuatro clavijas, un taco de madera, cinco mosquetones y estribos. (el taco de mad era suele estar fijo en la pared, casi al final del diedro) Tiempo necesario: para una cordada de dos personas, 30 min utos. Itinerario n 7 Va Treinta y uno Dificultad: III AD (Algo difcil) Tcnica: Libre Este itinerario es, sin lugar a duda, el ms rpido y senc illo para alcanzar la cima del espoln. Se trata de un bonito itin erario, cuya dificultad no pasa de ser un tercer grado, con un nico paso transversal algo ms difcil, sin llegar a ser en ningn m omento preocupante. Comienza la va, al igual que la del Diedro del Mechero, a la derecha de la gran cueva, en su parte alta, teniendo que bajar un tramo en desde el collado Este, en direccin al Sur y por el 90 mismo lugar, hasta alcanzar la pequea cueva desde donde, esta vez, saldremos por el lado izquierdo para continuar en diagonal hacia arriba hasta la cima del espoln que alcanzaremos por una especie de bocado en la roca entre dos bloques. Material necesario: Una cuerda de 30 metros y un par de clav ijas y mosquetones, ya que las nicas clavijas que se suelen nec esitar para esta ascensin, por regla general, se introducen: una en el paso transversal y la otra antes de dar el paso de salida a la cima. Tambin es frecuente, realizar la escalada con una sola clavija en el paso transversal e incluso sin clavar nada. Tiempo necesario: para una cordada de dos personas es de 15 minutos aproximadamente. Itinerario n 8 Va Pascual Navarro Dificultad: IV+ D, sup. (Difcil, superior) Tcnica: Artificial Comienza la va superando en libre la bauma inicial y redondeada de la arista Sur para situarse encima de la misma, en un descanso bastante cmodo desde donde se ataca el desplome en artificial hacia el lado izquierdo para continuar en lnea recta por la misma arista, tambin con estribos, hasta alcanzar el pu nto de reunin, situado a la altura de la cueva que sirve de reunin a la va Directsima F.M.F. (itinerario 9). Esta reunin se efecta en artificial, colgado de los estribos y apoyado en una estrecha repisa de roca. Desde la reunin, se prosigue siempre por la arista hasta alcanzar una terraza inclinada hacia el vaco, bajo una cueva, que da acceso a la cumbre del espoln por el lado izquierdo, busca ndo el canalizo de salida, entre los grandes bloques de roca donde termina la dificultad y se alcanza la cruz casi andando. Si se desea, puede efectuarse el relevo en la cueva, a la izquierda de la arista, ya que es fcil alcanzarla. Material necesario: 2 cuerdas de 3o metros (es conveniente usarla en doble para evitar el roce) 14 clavijas y mosquetones, 91 siendo aconsejable colocar drizas en el desplome inicial para evitar el roce de las cuerdas. Tambin se necesitan estribos. Tiempo necesario: para una cordada de dos personas, 2 horas. Cara Sur del espoln. En la fotografa hay una cordada escala ndo la va Isabel 92 Itinerario n 9 Va Directsima F.M.F. Dificultad: IV+ D,sup. (Difcil, superior) Tcnica: Artificial Esta va, de un trazado directo desde abajo hasta arriba, comienza a la izquierda del itinerario nmero 8 y a la parte der echa de la pequea cueva tiznada comenzando en la pequea ho rnacina , algo desplomada, usando estribos. Resulta algo engorr oso colocar un taco en el lado derecho para continuar, colgado desde ste, en lnea recta salvando el desplome para continuar en libre pasando junto a la parte derecha del punto de reunin de las vas Daniel Esteve (Itinerario nm. 11) y la va Isabel (it inerario nm. 10) hasta llegar a la cueva bajo los techos, donde se efecta la reunin de la cordada. La salida desde esta reunin, es algo aparatosa pues ha de salirse por encima, introducindose en una estrecha chimenea (siempre en libre) la cual seguiremos hasta que, al final de la misma, nos saldremos por el lado derecho, buscando el canalizo de salida a la cumbre (este canalizo es el mismo que el citado en el itinerario 8 de la va Pascual Navarro. Material necesario: para esta escalada se necesita una cuerda de 40 metros, 8 clavijas, 1 taco de madera, 9 mosquetones y e stribos. El taco de madera deberemos llevarlo ya que, debido a su escasa fijacin, suele ser recuperado por todas las cordadas. Tiempo necesario: para una cordada de dos personas es de 1 hora y 45 minutos. Itinerario n 10 Va Isabel Dificultad: IV, __ D,inf. (Difcil, inferior) Tcnica: Artificial Comienza este itinerario a la izquierda del anterior, ascendiendo por el lado derecho de una caracterstica roca adosada a la pared, por una marcada arista en forma de una especie de 93 diedro poco inclinado (III) hasta situarnos encima del bloque, a la altura de una pequea cueva (en esta cueva se encuentra el nido de material de primeros auxilios.) Desde este punto, se continua en lnea recta hacia arriba por el lado izquierdo de la cueva para salvar el pequeo muro vertical, en artificial (A-1), para desembocar en un terreno ms fcil que nos conduce, ya en libres (III), hasta una repisa cm oda donde se efecta el relevo. Este punto de reunin es el mismo que se utiliza para la va Daniel Esteve. Desde aqu se sube en diagonal buscando el lado izquierdo del techo para bordearlo y salir hacia la cima por una especie de diedro poco marcado y ancho (III). Este segundo largo es el que, en un principio se consider la variante de salida de la va Daniel Esteve, denominacin t odava bastante usada entre los escaladores de la zona. La va Isabel es el itinerario ms fcil y rpido de todos los existentes en la cara Oeste, con slo un corto paso en artif icial. Material necesario: para esta escalada es de 1 cuerda de 40 metros, 6 clavijas y mosquetones y estribos. Tiempo empleado: para una cordada de dos personas se neces ita 1 hora aproximadamente. Itinerario n 11 Va Daniel Esteve Dificultad: V MD (A-2) (Muy Difcil) Tcnica: Artificial La va Daniel Esteve, en la cara Oeste, justo en el centro mismo de la pared, es quiz la ms difcil de las existentes en el espoln. La escalada comienza en desplome desde el mismo suelo, a la izquierda de la va Isabel y de una pequea cueva a ras de tierra, se eleva unos metros por la pared desplomada y desprovista de presas por lo que es necesario usar estribos y tcnica de artificial hasta salvar una bauma, encima de la cual encontraremos una clavija de las llamadas golo. En este punto, la pared pierde ve r 94 ticalidad para continuar unos 6 metros en lnea recta y salir lu ego en libre ligeramente hacia la derecha para alcanzar un pequ eo rellano donde se efecta el relevo. Desde la reunin, se asciende en libre (III), unos metros en sentido inclinado hacia la izquierda hasta situarse bajo el t echo, en su parte izquierda. Se supera el mismo por medio de otro golo que encontraremos a la salida del techo y nos desviaremos ligeramente hacia la derecha, para salvar un pequeo resalte en forma de bauma, encima de la cual, veremos otro nuevo golo. Desde este punto se sale en libre, primero recto hasta alcanzar una fisura ancha, desde la que efectuaremos un fla nqueo hacia la izquierda para salir por una fcil fisura a la cumbre. Material necesario: para esta ascensin son 2 cuerdas de 40 m etros, 20 clavijas variadas y mosquetones, as como los estribos. Es conveniente colocar algunas drizas bajo el techo, para evitar el roce excesivo de las cuerdas contra la roca. La va se encuentra parcialmente equipada en su primera mitad. Tiempo necesario: para una cordada de dos escaladores, es de 2 horas y 30 minutos. Itinerario n 11 a Variante del techo Rovira Dificultad: V + MD, sup. (A-2+) (Muy Difcil, superior) Tcnica: Artificial Desde la misma reunin, se asciende en lnea recta hasta situarnos bajo el techo por el lado derecho del mismo (III), para superar ste por medio de tres clavijas Golos (A -2+) y enlazar con la va original en el ltimo de los golos de salida de la mi sma. (La salida del techo resulta en extremo difcil). Estribo con peldaos de aluminio. 95 Cara Sur. 96 Itinerario n 12 Va Marina Dificultad: IV D (A-1) (Difcil) Tcnica: Artificial Comienza la va en desplome (A-1), unos metros a la i zquierda de la va Daniel Esteve, por una marcada fisura que acaba en una especie de hueco, tras superar la pequea bauma. Continua en lnea recta, pasando por un desconchado perfect amente apreciable, producido por el desprendimiento de un trozo de pared, para situarnos debajo de un ligero desplome donde efectuaremos un paso transversal hacia la derecha por medio de una clavija (A-1) y continuaremos en diagonal, tambin en artif icial al principio y luego en libre, hacia la izquierda para alcanzar el pequeo rellano donde se efecta la reunin. Desde este punto, se realiza una travesa de unos ocho metros en horizontal hacia la izquierda, para alcanzar la arista y seguirla hacia arriba hasta llegar debajo de una marcada fisura, algo descompuesta. Superada sta, se alcanzan las terrazas de salida a la cumbre y con una fcil trepada (II), se alcanza la misma. La dificultad mxima es un IV con pasos de A- 1. Material necesario: 1 cuerda de 60 metros (conviene utilizarla en doble) o bien 2 cuerdas de 30 metros cada una; 15 clavijas y mosquetones, estribos y algunas drizas para evitar el roce de las cuerdas. Tiempo necesario: para la escalada por una cordada de dos componentes es de 2 horas aproximadamente. Itinerario n 13 Va Penlope Dificultad: IV+ D, sup. (Difcil, superior) Tcnica: Artificial Comienza la va en desplome, como es comn en toda esta cara Oeste y a la derecha de las rocas que veremos adosadas 97 a la pared, en el lado izquierdo de esta cara y tambin a la i zquierda de la va Marina. El inicio de esta va es fcilmente r econocible por una fisura en forma de media luna, abierta hacia la derecha y a unos dos metros y medio del suelo. Superado el desplome inicial, la va contina vertical con ayuda de unos golos caseros con a nilla hasta alcanzar un nuevo desplome ms suave. Superado el mismo, se desemboca en una zona escalonada desde donde se alcanza, ya en libre (III sup.) el punto de reunin situado bajo un desplome de color amarillento en una pequea repisa (esta reunin es la misma que sirve a la va Marina). Desde este punto, ascendemos en diagonal hacia el lado izquierdo del desplome descompuesto, para franquear el mismo por este lado y alcanzar, tras unos metros algo delicados por lo descompuesto, las terrazas que dan acceso a la cumbre del esp oln. La dificultad de los pasos es de A-1 y IV, siendo la salida algo ms complicada, por la descomposicin de la caliza. Material necesario: 2 cuerdas de 30 metros (utilizar en doble), 10 clavijas y 15 mosquetones, as como estribos y alguna driza para evitar los roces de las cuerdas. Tiempo necesario: para una cordada de dos escaladores es de 2 horas. Itinerario n 14 Va Pedro Ayuste Dificultad: IV+ D, sup. (Difcil, superior) Tcnica: Artificial Para alcanzar la base de la pared donde comienza la va, deberemos situarnos encima de las rocas, en el lado derecho de las mismas, donde se inicia el itinerario en artificial (A-1), con un primer paso en el que deberemos introducir una clavija bastante alta, debido a la inexistencia de fisuras en la primera parte de la pared. Proseguiremos, tambin en artificial (A-1), hasta alcanzar un arbusto (romero) donde pondremos una driza para salir en li 98 Cara Oeste del espoln. 99 bre (III), en un paso hacia el lado derecho hasta alcanzar un rellano desde el cual, un nuevo flanqueo hacia la izquierda, ta mbin en libre (IV), nos sita en una estrecha repisa al pie de una marcada fisura, la cual superaremos en artificial (A-1) hasta que la misma acaba. Desde aqu, colocaremos una nueva clavija para alcanzar una especie de placa desprovista de fisuras en la que, un diminuto resalte, nos servir para colgar en l un estribo (sin el mosquetn) y alcanzar as una buena fisura, situada algo hacia la izquierda. Desde ella se efecta la salida en libre (III), hasta ll egar a un pequeo descanso de roca donde montaremos la reunin de la cordada, la cual se encuentra equipada con una clavija. Desde el punto de reunin, se contina en lnea recta y en escalada libre (III), por unos fciles escalones de roca hasta a lcanzar la placa vertical que da acceso a las terrazas de la cima, mediante un paso de III, sup. La dificultad mxima de este itinerario, es la salida de la fisura en artificial, al estar desprovista de clave, lo que da al paso una graduacin de V por lo expuesto, aun cuando el paso en artificial carece de seguro al no poder fijar la cuerda a ningn mosquetn. Material necesario: 1 cuerda de 40 metros, 10 clavijas, 1 driza, 12 mosquetones y estribos. Tiempo necesario: para una cordada de dos personas, 2 horas. Itinerario n 15 Va Espoln O.N.O. Dificultad: IV D (Difcil) Tcnica: Libre A la izquierda de la va Pedro Ayuste y tambin desde encima de las rocas pero en su parte ms alta, comienza la va del Espoln O.N.O., un itinerario totalmente en libre con pasos de III en los primeros metros, hasta alcanzar un grupo de arbustos pequeos, desde donde, una placa, tambin a superar en libre con pasos de IV, sup. y V, desemboca en un terreno ms senci 100 Dibujo de la seccin del espoln O.N.O. 101 llo (III) hasta llegar a un gran arbusto de romero, encima del cual, se efecta el relevo. Desde la reunin, se contina en lnea recta hasta alca nzar las terrazas de la cumbre, saliendo por una marcada fisura, algo descompuesta. Material necesario: 1 cuerda de 40 metros, 6 clavijas y mosqu etones. Tiempo necesario: para una cordada de dos personas, 1 hora y 30 minutos. Otras variantes posibles Todos los itinerarios de la cara Oeste permiten realizar mltiples variantes ya que es fcil pasar de una a otra reunin, situadas todas ellas casi a la misma altura, e incluso antes de ll egar a las citadas reuniones, en algunas vas es posible cambiarse de itinerario mediante una brevsima travesa. La razn por la que no se incluyen en los croquis como variantes es para evitar quitar claridad a los mismos, adems de no ser corriente hacer estos mencionados cambios de vas. Por otro lado, no revisten gran dificultad para tener que ser detallados, no obstante, las resumo a continuacin: 1 De la va Pascual Navarro a la va Directsima F.M.F. y viceversa, mediante una corta travesa o desplazamiento lateral en uno u otro sentido, una vez superado el desplome inicial de la pared. 2 De la reunin de la Va Pascual Navarro a la reunin de la va Directsima F.M.F. y viceversa, mediante una travesa en uno u otro sentido. 3 De la reunin de la s vas Isabel y Daniel Esteve a la reunin de la va Directsima F.M.F. y viceversa, mediante un fcil paso de ascenso o descenso. 102 4 De la reunin de las vas Isabel y Daniel Esteve a la reunin de las vas Marina y Penlope y vic eversa, mediante un largo paso transversal (IV sup) en uno y otro sentido, si bien resulta ms engorroso de derecha a izquierda. 5 De la va Penlope a la va Marina y viceversa, en cualquier momento del primer largo, mediante un cortsimo paso transversal en uno u otro sentido. 6 De la reunin de las vas Marina y Penlope a las reuniones de las vas Pedro Ayunte y Espoln O.N.O. y viceversa, siguiendo el paso transversal de la va Marina en uno u otro sentido. 7 De la reunin de las vas Marina y Penlope a la reunin de la va Larga, siguiendo la va Marina para realizar, antes de la salida a la cumbre y a la i nversa, el itinerario de la variante b (es ms difcil y poco recomendable realizar esta travesa al contrario o sea, desde la reunin de l a va Larga a la reunin de las vas Marina y Penlope ya que, necesari amente, ha de efectuarse un descenso por el Espoln O.N.O. de unos cinco o seis metros. 8 De las reuniones de las vas Pedro Ayunte y Esp oln O.N.O. a la reunin de la va Larga, efectuando al contrario la variante del itinerario 1b de la va La rga en una travesa hacia la izquierda, antes de real izar el paso de salida de cualquiera de las vas Mar ina, Pedro Ayunte o Espoln O.N.O., al igual que en la descripcin anterior. Como vern, es posible realizar una travesa desde la reunin de la va Pascual Navarro , en la arista Sur, hasta la reunin 103 de la va Larga en la arista Norte, por lo tanto las combinaci ones a efectuar son todas las indicadas y otras muchas que se nos puedan ocurrir. Por otro lado, la mayor dificultad para realizar esta trav esa en sentido contrario, es la bajada que tendra que efectuarse desde la reunin de la va Larga hasta las reuniones de las vas Pedro Ayuste y Espoln O.N.O. po r este espoln ya citado, al describir algunas de las variantes anteriores. Si excluimos la reunin de la va Larga, tenemos que se puede efectuar, tambin fcilmente, la travesa a la inversa, de sde la va Pedro Ayuste, hasta la arista Sur o va Pas cual Navarro, sin dificultad excesiva. Han quedado reseadas igualmente las variantes a y b de salida de la va Larga y la variante Rovira Detalle de la travesa aprovechando la poca verticalidad de la pared en esta seccin. Empotradores metlicos. (Friends). Inexistentes en la poca. 104 Tabla de itinerarios NOTAS: Las ltimas 8 vas relacionadas aparecen en la gua del 2007, pero no se menciona el ao de apertura y por ello figura el signo de interrogacin: No se indican las graduaciones equivalentes a la escala de dificultad anterior. En la columna de la derecha se indican las vas que estn o no estn equipadas con par abol ts. Datos extrados en el ao 2007. 105 A: Estilo libre B: Senda para tus dedos C: Nou dOctubre D: Vida loca E: Pascual Soler F: No se sabe G: Espoln Vinalop H: Fuerza futura 106 Es importante tener en cuenta los aos transcurridos desde la elaboracin de los datos antes mencionados ya que m ucho es lo que ha cambiado el equipo, la evolucin de la tcnica y hasta la graduacin de dificultades. Enumerando los cambios fsicos ms significativos, dir emos que hoy el uso del arns de escalada, los empotradores m etlicos, los pies de gato y los anclajes de seguro instalados en todas las vas, adems de otros adelantos tcnicos, han reducido el peligro. Por otro lado, el concepto deportivo ha evolucionado hacia la escalada en libre, ms natural, esttica y tica, superando aquella etapa que, en aquellos aos estuvo en auge mediante la escalada en artificial, que permiti entonces al escalador superar los imposibles de aquella poca. Hoy tambin, la tcnica ha mej orado gracias a los nuevos materiales y esa seguridad aadida que otorgan los robustos y fiables (por lo general) parabolts. Sorprende que la graduacin de dificultades, que tambin ha cambiado, mantenga similares grados de dificultad pese a la ausencia de la incertidumbre que supona no tener seguridad de los anclajes y lo que todava era ms incmodo, la extraordinaria dificultad que, comparndola con la ausencia actual, tenan las maniobras de introduccin de los seguros, a veces en muy prec aria estabilidad, a golpe de martillo o maza de escalada, una h erramienta que ha pasado a la historia en estas zonas. Quiero acabar este captulo incluyendo, a modo de ref erencia, la localizacin de los 8 itinerarios que se abrieron de spus de 1978 y que a pesar de no pertenecer originalmente a este trabajo, considero que debo incluir para una mejor compre nsin del mismo. Lamentablemente no he podido establecer las fechas d e apertura de estos itinerarios que aparecen en la ltima gua de escaladas publicada y que ya ha sido mencionada en otros cap tu los, una excelente gua titulada Escaladas en Alicante a todo color, muy grfica y clara, con excelentes fotografas, pero ta n necesariamente escueta que omite datos de las aperturas. 107 Captulo auxiliar 108 Aquellos aos mozos. Los motivos por los que me decid a incluir este apartado, estn encaminados a hacer ms accesible la comprensin de esta gua a los no iniciados, con el fin de facilitarles las respuestas a las posibles preguntas que les susciten aquellas palabras de nuestro argot deportivo que desconozcan. Unas razones que siguen vigentes y que, igualmente he decidido dejar, tal y como se hubieran publicado entonces. 109 Palabras tcnicas utilizadas ABRIR VA: Se denomina as, el hecho de recorrer por primera vez un itinerario de escalada que nunca antes haba realizado. ARISTA: Es el punto de unin de dos flancos montaosos afilados; tambin recibe el nombre de arista, un tramo de escalada, por muy corto que ste sea, en el que la unin de dos caras o trozos de pared, forman una lnea ms o menos cont inua hacia arriba. Arista ARTIFICIAL: Se denominan as las tcnicas de escalada en las que el escalador se vale de otros medios a parte de sus miembros para asce nder por una pared, tales como pasamanos de cuerda, pasos de ho mbros, el uso de escalerillas o estr i-bos, etc. Generalmente, una escal ada en artificial es aquella en la que para la ascensin se utilizan los antes mencionados estribos. Estribo ASEGURAR: Se llama as a una importantsima faceta de la escalada, que consiste en la retencin de la cuerda por parte de los elementos de una cordada a fin de que, en caso de cada de uno de ellos, quien asegura, pueda retener la cuerda y parar la cada. Asegurarse, es la base de la escalada y a ello se debe el principal uso de la cuerda. El segundo escalador, asegura al primero 108 BAUMA: Palabra catalana que est aceptada en el lxico de gran parte de los escaladores espaoles, con algunas excepciones. Significa el paso obligado en algunas escaladas, en el cual es imprescindible la superacin de una parte desplomada, bien por escalada libre o natural, o bien por medios artificiales. Ta mbin se aplica a la pared desplom ada o fuera de la vertical, aunque en ella no exista va de escalada alguna (Ver desplome). BAVARESA: Tcnica de escalada que consiste en hacer oposicin de fuerzas entre pies y manos para subir. Escalada en bavaresa BURIL: Herramienta que se co mpone de un mango y una broca y que con la ayuda de una maza o martillo, sirve para hacer agujeros en la roca donde introducir clavijas de expansin o golos. Buril y martillo CANALIZO: Surco en la roca, gen eralmente cubierto de piedras sue ltas e incluso arbustos. CLAVIJA: Se llaman as en escalada los clavos de distintas formas, gruesos y aleaciones que sirven para introducirse en las grietas y procurar seguridad al escalador, en caso de cada. CLAVO: Su significado es el mismo que clavija (ver clavija). Clavijas o clavos de escalada COLLADO: Se denomina collado o brecha a la parte ms baja entre dos picos. CORDADA: La cordada es el grupo de dos o ms escaladores unidos por una cuerda, durante una asce nsin o escalada. CORDINO: Cuerda ms delgada que la normal que suele usarse, hacie ndo una baga, algunas estn previ amente cosidas, aunque lo ms normal es hacer un nudo. Puede servir para distintos menesteres durante una escalada. Cordino anudado y cosido en baga 11 0 CUERDA AUXILIAR: Se trata de una cuerda para operaciones esp eciales durante una escalada, ad ems de la cuerda que se usa para encordarse la cordada. Cuerda auxiliar con arrollado normal. CHIMENEA: En escalada se llama as a la grieta vertical abierta en una pared, por cuyo interior puede subir el escalador. Ascendiendo por una chimenea DESVALORIZAR: Devaluar las dificultades previas de una va de escalada ya abierta con anterioridad. DESPLOME: Su significado es el mismo que la pala bra Bauma y tambin suele emplearse en esta zona el de Extraplomo y significa una desviacin hacia el exterior de la lnea vertical de una pared. DIEDRO: Se llama as al ngulo de roca, como un libro abierto, por el que el escalador puede subir m ediante bavaresa u otras tcnicas. DIFICULTAD: Ver Graduacin. DOBLE CUERDA: Se trata de una tcnica donde, para evitar el roce de la cuerda, es aconsejable usar dos paralelas en lugar de ir traza ndo zigzag. DRIZA: Se trata de un cordino anudado en aro, generalmente pequeo que se usa para separar el mo squetn de la clavija con lo cual se evita el roce con la roca. DLFER: Tcnica de progresin que equivale a la bavaresa, toda vez que fue el bvaro Hans Dlfer, el primero que la practic. Tambin es una tcnica de descenso en rappel. EMPOTRAR: (de empotramiento): Tcnica para escalar fisuras, emp otrando pies, piernas, brazos o manos en la misma. ESTRIBOS: Es una especie de escalerilla de tres o cuatro peldaos, de madera o aluminio que se usan para escalada en artificial. Segn preferencias se usan dos o tres estr ibos. Pareja de estribos 111 EXTRAPLOMO: Ver Desplome o Bauma. FISURA: Grieta abierta en la roca . En escalada, las fisuras si son estr echas, se utilizan para introducir clavijas o como presas de mano. Si son tan anchas que permiten se intr oduzca el brazo o la pierna se e mplean para subir mediante emp otramiento y si su amplitud es tal que tiene cabida en ella el escalador se escalan mediante tcnica de chimenea. Clavija en una grieta o fisura. GOLO: Nombre que dan los franc eses a sus micro-clavijas. La micro- clavija es un pequeo cilindro, semejante a un trocito de lpiz de 15 a 30 milmetros de longitud, que se introduce en agujeros previamente practicados en la roca con un buril. Como es de metal blando, se adapta al orificio y queda bastante firme. GRADUACIN (de dificultad): Bastan seis grados para valorar las dificultades de la escalada libre pues, si como mnimo, desde el tercer grado se aaden los sub-grados inf. y sup. (Inferior y Superior) resulta un total de 14 grados de valoracin. Estas valoraciones se describen as: I Fcil II Poco Difcil III Algo Difcil IV Difcil V Muy Difcil VI Extremadamente Difcil A cada uno de estos grados, puede aadrsele el sub-grado Superior (Sup.) o el inferior (Inf.). Esto suele hacerse cuando, por ejemplo, una escalada nos parece comparativ amente ms difcil que un III, pero no tan difcil como para designarle un IV y es, en estos casos de duda, cuando bien se grada como III Sup. o como IV Inf. segn mejor creamos. Las dificultades en esc alada artificial se expresan como sigue: A- 0: Se denomina as una escalada o un paso que siendo predomina ntemente en libre, nos agarramos a modo de presa, ya sea una clavija o cualquier otro elemento ajeno a la pared, aunque no sea necesario el uso de estribos. A- 1: Las clavijas y otros medios de ayuda son relativamente fciles de colocar y el paso o los pasos exigen poco esfuerzo, siendo necesario el uso de estribos. 112 A-2, A-3 y A4: Designan el a umento progresivo de las dificult ades en la colocacin de las clavijas, el tipo de roca y sus caractersticas si son desplomadas y como hasta un gran techo, que exijan al escal ador una tcnica ms depurada y unas cualidades tanto fsicas como psquicas excepcionales. Hay que hacer resaltar, en este sentido, que a veces, el mximo esfuerzo puede hallarse en la zona de escalada libre y no en el de la esc alada artificial. La utilizacin de las clavijas de expansin o golos se expresar con el smbolo e (Ejemplo: A -2e). As mismo, si en una escalada libre las caractersticas de la roca exigen la utilizacin de las clavijas de expa nsin o golos, para puntos de reunin, en lugar de clavijas normales, se designar este extremo a adiendo la letra e. En los croquis de escalada se utilizan los signos + (ms) y (menos) para expresar los subgrados sup. e inf. respectivamente. GRIETA: Su significado en esta gua se refiere exclusivamente a la grieta en la roca. (Ver fisura). HORNACINA: Concavidad en la pared de roca del tamao de una persona, ms o menos, que es escalada puede ser til para reuniones de la cordada, si bien en ocasiones r esulta engorroso salir luego de ellas por lo desplomado del techo de la misma. ITINERARIO: Recorrido de una excursin, ascensin o escalada. JUMAR (Puos): As se llama comnmente en esta zona, al Prusik metlico, por ser de este nombre de marca los primeros que apar ecieron. LAJA: Hoja de piedra separada parcialmente del ncleo de la pared. En escalada, las lajas constit uyen magnficas presas para manos y pies, pero hay que tantearlas previamente ya que, pueden estar poco firmes y se vendran abajo si el escalador confiara a ellas todo su peso. LARGO: Es el intervalo entre reuniones en una pared de escalada. Las escaladas se miden por largos de cuerda, sin que esto sea una medida exacta, ya que pueden existir largos de 20 metros, o incluso menos y largos de cuarenta o ms. Cuando se dice que una escalada tiene cuatro largos de cuerda, entenderemos que tendremos que realizar tres reuniones en pared antes de salir a la cima. 113 LIBRE: Escalada natural. Se realiza con el solo concurso del cuerpo y audacia del hombre, lo que no excluye que se puedan introducir seguros durante la escalada, pero nunca sern utilizadas estas clav ijas para colgarse de ellas. MOSQUETN: Es una robusta anilla de acero, aluminio y otros ale aciones resistentes y tienen dive rsas forman. En aquellos aos ap arecieron los de duralumio, pero hasta ese momento, slo usbamos los llamados Nacionales de acero y de dos formas: rectangulares y los llamados de pera. Tambin los haba con rosca de seguro, todos ellos muy pesados. Mosquetones Nacionales y el duraluminio. PASO: Se denominan as los disti ntos movimientos del escalador para superar determinados tramos de una escalada, diferenciados entre s por sus caractersticas. PITN: Su significado es el mismo que clavo y clavija. PLACA: Los escaladores llaman as a la pared de roca ms o menos vertical pero que presenta la s uperficie lisa. PRESAS: Asideros, puntos de ag arre para pies y manos, si bien se identifica ms para las manos. Tienen distintos nombres segn su orientacin y caractersticas: Presa vertical, horizontal, invertida, etc. Diferentes tipos de presas o agarres. PRUSIK: Nudo hecho con un co rdino sobre la cuerda, de mayor dimetro. Su caracterstica le hace correr libremente en una direccin y por el contrario, cuando recibe un peso o tirn excesivo se atasca. Nudo Prusik RAPPEL: Palabra francesa que emplean los escaladores espaoles y de otros pases. Su traduccin es llamada y los franceses la aplic aron a la colocacin de una cuerda doble en un punto de apoyo, cue rda que se utiliza para el descenso y 114 115 que puede recuperarse despus por el sencillo procedimiento de tirar de uno de sus cabos. Actua lmente, esta palabra se aplica a todos los sistemas que se utilizan para descender con ayuda de dicha cuerda. Sistemas que estriban en emplear la cuerda de modo que el propio cuerpo del escalador acta como un freno a fin de que los brazos no tengan que hacer fuerza alguna. El rappel es la ms corriente de las maniobras de cuerda y un excelente procedimiento para descender con rapidez por paredes abruptas. Rappel sistema Comici. El ms utilizado en aquellos aos, ya no conocamos el arns de braga todava. RELEVO: Su significado es el mi smo que reunin (Ver reunin). REPISA: Rellano ms o menos estrecho en pared, donde el escal ador puede detenerse para hacer un relevo o descansar. Repisa en pared. REUNIN: Acto de reunirse los miembros de una cordada en un punto de la pared, relevo. TACO DE MADERA: Pieza de madera en forma de cua que se utiliza en escalada para introducirlo en las grietas muy anchas. Taco de madera TECHO: Desplome muy exagerado, piedra que sobresale de la vertical de la pared. La superacin de t echos es una de las contingencias ms vistosas de la escalada y pe rmite al escalador demostrar su tcnica, su valor y su experiencia. Superando un techo en escalada. TERRAZA: En nuestro argot, ll amamos terraza a los rellanos a mplios y cmodos que encontramos en una pared de escalada. Son mayores que las cornisas o repisas. TRAVESIA (Horizontal): Progresin horizontal en una escalada. Travesa TREPADA: Escalada fcil en la cual slo es necesario el concurso de pies y manos, es decir, sin neces idad del uso de una cuerda ni otros materiales. La trepada suele ser catalogada como un II. VARIANTE: Se llama as a la de sviacin parcial de una va de esc alada. Hay variantes que tienen verdadera importancia, por constituir un atajo en la va principal, es decir, una lnea ms recta y directa, pero otras carecen por completo de inters, ya que consisten si mplemente en una ligera desviacin del camino original. VA: Se llama as al itinerario de una escalada. VIVAC: El vivac es la simple inst alacin en el suelo o en pared, para pasar la noche sin tienda de ca mpaa ni ms proteccin que la del saco de dormir y a veces ni eso, estando al aire libre. VUELO: Cada del escalador que se desprende repentinamente de las presas y queda retenido por la cuerda que asegura su compaero. *** SIGNOS EMPLEADOS Todo un lujo haber podido contar con los dibujos de autor desconoc ido que ilustraron el primer Diccionario de la Montaa, obra de mi muy admirado amigo Agustn Faus Costa, que me ha cedido muchas de sus palabras, autorizndome a su inclusin en este libro, junto a alg unas ilustraciones. Todo ello he qu erido incluirlo aqu como homenaje a estas personas, pioneras en la tarea de trasladar conocimientos a las futuras generaciones de montaeros. Mis ms sinceras gracias. 116 Crnica de una roca ndice 005. Dedicatoria 007. Prlogo 009. Introduccin 1977 013. Introduccin 2017 017 Captulo I Situacin, Acceso y Generalidades 019 Situacin 021 Accesos 025 Horarios 025 Accesos collado E. 026 El agua 027 Botiqun 027 Refugios 028 Climatologa 029 Geomorfologa del Espoln 031 Material 033 Descenso del Espoln 037 Los alrededores del Espoln 039 Captulo I I Resea histrica 042 Ao 1963 046 Ao 1964 048 Ao 1965 050 Ao 1968 054 Ao 1969 058 Ao 1970 060 Ao 1971 062 Ao 1972 064 Ao 1975 065 Ao 1976 072 Ao 1977 077 Captulo III Vas de Escalada 081 Larga 083 Var. Espoln ONO 083 Var Marina 083 Greta- 427 085 Ma-Ma 086 Pipona 086 Corta 089 Diedro del mechero 089 Treinta y uno 090 Pascual Navarro 092 Directsima FMF 092 Isabel 096 Marina 096 Penlope 097 Pedro Ayuste 099 Espoln ONO 101 Otras vas posibles 104 Tabla de vas 107 Captulo IV Captulo auxiliar 115 ndice 073 Ao 1978 117 Juan Manuel Maestre Carbonell

Espolón de la Cruz (Penya del Corv)

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