Pájaros en la memoria

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares mediante alquiler o prstamo pblicos. Edita: Excmo. Ayuntamiento de Elda Concejala de Cultura Depsito Legal: A. 448-2007 Impreso en Espaa - Printed in Spain Imprime: Impreselda, Elda (Alicante) PA os mEmoR1A de Sacra Leal NOTA BIOGRFICA Nacida en Elda. En 1994 public su primer poemario bajo el titulo de La revolucin del llanto, publicado por Ediciones Torremozas. Tambin en esta editorial, ha sido incluida en las antologas colectivas, dirigidas por Luzmara Jimnez Faro: * Voces Nuevas IV seleccin de poetisas (1987) * Mujeres y caf (1995) * Poetisas espaolas antologa -tomo IV de 1976 a 2001 (2002) Sus poemas han sido tambin publicados en diversas revistas literarias nacionales e internacionales. En 1986 consigui el ler Premio Local en el VIII Certamen de Poesa El Serfico. En 2002 fue seleccionada en el ler Premio Internacional de poesa amorosa del Crculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca. Tambin cuenta en su haber con guiones para teatro y radio, as como diversos textos de carcter infantil. Del mismo modo ha participado y sigue participando en recitales poticos tanto colectivos como individuales. De su inclusin en el teatro se pueden destacar las interpretaciones con el grupo Carasses teatro en las obras: Fedra (Adaptacin), La boda (Bertol Brech), Zorongo Lorquiano (creacin colectiva), Entre la miel y la hiel (poemas propios), etc. 4 PRLOGO Casi nunca leo el prlogo de los libros. Una reaccin a la que no le he encontrado explicacin. Tampoco se la he buscado. Es en este momento, en que me dispongo a hacer uno, cuando he cado en la cuenta. Seguramente ocurre como cuando te hacen un regalo, lo que menos interesa es el envoltorio, y lo realmente importante es aquello que permanece oculto y que tiene por destino tu persona. As pues, en cierto modo, me alegro de que todo lo que escriba a partir de este momento slo sea una cubierta, un papel efmero que termine en el cubo de la basura, porque el mrito de este presente est en el interior, en este caso en el regalo que os ofrece Sacra Leal con su nuevo poemario. Sacra es una orfebre que realiza un trabajo minucioso. Pero esa minuciosidad no est en las manos, como le ocurre al artesano, est en los recovecos de su existencia, en el alambique que, como todos los poetas, sita en un lugar recndito y en el que destila los sentimientos humanos para, luego, tejerlos con el lenguaje exacto que har de un poema una obra sublime y mgica con la capacidad de crear un torrente de sensaciones al llegar al lector sin tener en cuenta el tiempo y el espacio. Cuando Sacra teje su poesa, hila fino. No le interesan los tapices recargados. Utiliza, ms bien, la suavidad de la araa que construye una red sutil pero perfecta, con la que consigue atraparnos igual que hace la telaraa con las gotas de roco. 6 En esa sencillez en que los poemas de Sacra aparecen con un mundo de espacios y objetos cotidianos, se encierran las nicas verdades del hombre y de la mujer, las que al fi nal nos interesan, las que, hoy por hoy siguen conformando nuestro ser y nuestra existencia: el amor, el deseo, la pasin, el tiempo, las ausencias... Esos sentimientos se van deslizando entre las bellas imgenes que va creando Sacra, haciendo de cada poema un universo de sensaciones. Sabe, como nadie, hacer que las cosas ms insignificantes se llenen de vida y de mensajes, especialmente de mensajes: el crujir de un mueble, el tacto sobre una tela, el tic -tac de un reloj o la efmera fragancia de un perfume. Y con esos mimbres hace que sintamos el fro de una despedida, la desesperacin de un beso sin amor, el hambre de una caricia o la felicidad de un encuentro. Aunque cada uno en su acercamiento ntimo con la lectura le ponga rostros, nombres o tiempos al fro, la desesperacin, el hambre o la felicidad, todos participamos en un mismo ritual. Ya hace ms de una dcada que Sacra nos ofreci La revolucin del llanto. Ahora aparece su segundo libro. Una coleccin de poemas que ha ido madurando a travs del tiempo y de los acontecimientos: Pjaros en la memoria. Ha llegado el momento de dar a luz un nuevo libro con todo lo que de sufrimiento y placer supone. Este recin nacido est ahora entre tus manos y entre las de otros muchos. Ya no es de Sacra, es nuestro. ANTONIO SANTOS 7 A mi Alma... mi vida. A mi hija Alma... mi vida. A los pjaros que habitan mi memoria en la soledad de los paisajes y en la algaraba de los recuerdos. Por todo lo que conservan mis ojos y lo que han olvidado mis neuronas. Porque un da decid estar viva y me fui a buscarte con el tero en la maleta de mis sueos. Porque slo el amarte me salva, cada da, de naufragar en mi propio olvido. PJAROS EN LA MEMORIA No s qu hacer contigo, amigo, ni con ese bal pleno de mariposas que dejaste ante mi puerta una noche de cometas y de agosto. No s qu hacer contigo, ni con tus maletas, ni con las ventanas sin cortinas que construiste en mi alma y que me llena de pjaros la memoria. No s, amigo, cada da es ms grande este espacio vestido de ausencia en el que aletean tus cosas, tus palabras, y ese elixir mgico que me da la vida. No s qu hacer contigo, ni con esta lejana sembrada de adelfas y liblulas azules, ni con esta alacena que has dejado llena de dulces y almbar en sazn. 12 No s, amigo, no s qu hacer contigo, ni con este abrazo primero y delirante que has dejado sembrado eternamente en mi lecho embrionario de mujer. Y aun sabiendo que esta distancia es ocenica abro la puerta cada da esperando or tus pasos aplaudiendo en el silencio. 13 1. LOS NIDOS DE LA MEMORIA Tengo slo una amante: mi memoria. ANTONIO PORPETTA LA CEGUERA No me reconozco los ojos. A menudo se escapan rodando por las alcantarillas del sueo y bucean en lo impensable como espritus malvolos, -descarnada entraa de luz-. Se escapan de sus cuencas, se independizan y buscan anarquas de libertades imposibles en la insistencia de la memoria. Me siento desarmada sin ellos, herida en la intimidad de mis paisajes, en la soledad de mis vsceras ajadas por un lacnico rictus de melancola. Mas, es imposible retener su vuelo, la libertad es ms grande que el latido y s que, aun lacerndome en la herida, estoy predestinada a la ceguera de los vivos. 16 A MEDIAS Cuando era una nia soaba con encontrar un prncipe azul, un galante caballero, un enamorado eterno; por eso, hasta bien entrada mi juventud, errante por los lagos y las charcas, oteando entre los juncos y el nenfar, hall y bes la boca de todas las ranas. (Nadie me ense jams que hay cuentos que son ciertos slo a medias...) 17 DAS DE OTOO A mis padres Yo no s que tienen estos das de otoo que a ti nada te gustan. A veces, es necesario sentar la melancola a nuestra mesa, darle cobijo, mesarle los cabellos y deslizar caricias furtivas en sus prpados. A veces es necesario, amor, aunque t no lo comprendas, vestir de ocre las paredes encaladas, descolgar los cuadros y la memoria y hacer un balance, como collares de cuentas, con el rancio andamiaje de nuestra historia. Es necesario, a menudo, sacar a pasear la aoranza, quitar el polvo a aquel lbum de fotografas donde posados nuestros ojos tristes, inertes, se detienen en ese instante azul y fugazmente feliz. 18 Es necesario vaciar el bal de la abuela y orear las lanas y esas escondidas lgrimas que han ido almacenando ros de amargura contenida en las tormentas diarias. No ves.., hay que dar brillo a aquel viejo espejo para mirarnos de frente, entre las canas y la envidia de ya no ser tersos como antes, ni galantes; para mirarnos, de nuevo, con los ojos de aquellos nios que soaron alcanzar un da el paraso de la felicidad. 19 AMOR Y OLVIDO Quizs lo mejor es que deshaga las maletas y me quede a vivir contigo, por ms que lo he intentado siempre he vuelto a tu puerta clamndote perdn y es que, amante mo, el amor es ms grande que el olvido. 20 LA TRISTEZA Queda prendida a mis prpados como racimo de uvas imperecederas que, a fuerza de no destilar buen vino, se inventan hiel entre los verdes pmpanos. Y es as siempre. Lo que ms me molesta es que an no he aprendido a negarme a la vendimia. 21 SER O... N0 SER Yo que cre que la luz era ma MIGUEL HERNNDEZ Este equipaje no es el mo, me he dado cuenta por ese atado de venas que se acomoda entre los calcetines, por ese dilatado corazn de trapo que salta entre las camisas, descompasado y confundido, comiendo de los ojales y los bolsillos. Por favor, seor conserje, este equipaje no es el mo. Alguien medio muerto o recin nacido debi olvidarlo en la premura de este viaje sin calendario. 22 Yo, que siempre viajo con maleta transparente, ropa limpia y vsceras impolutas, no reconozco este desorden premeditado, esta maraa sangunea, este caos de guerras nfimas y letales. Necesito el libro de reclamaciones! Alguien ha confundido su vida con la ma y se ha llevado mis recuerdos y mis ojos a saber a qu recnditas soledades. Necesito una explicacin urgente, algn trmite de cortesa, una cdula, un informe, una denuncia... un pliego de descargo para mi conciencia! Seor conserje... seor... seor Dios, aunque... ligeramente se le parece, este equipaje... creo... no es el mo...! 23 HANIELN Tal vez fuera ms fcil desaparecer, perder la huella, el recuerdo, la memoria... pero no tengo ningn mago a mano si acaso un vecino fl autista que convive con ratas desde que fue expulsado de Hameln. 24 VISITA NOCTURNA Mientras yo viva vivirn mis muertos. AMADO NERVO Los espritus ocupan el dormitorio, ausentes que han vuelto a recoger sus legados: una caricia, el olor de las fresas, la esencia de los jazmines o una noche de invierno al calor de unos brazos. Han venido, estn aqu y, tras recorrer kilmetros de luz, se han recostado en mi cama mientras descansan y cuentan las hazaas de la vida ms all de la muerte. 25 ULISES Te espero de tal manera que se me olvida vivir. LUIS ROSALES Las sirenas aguardan tu viaje de vuelta cuando ya no recuerdes el sabor de mis ojos ni el crter piadoso de mis labios. Esperan pacientes, Ulises, mientras yo coso y descoso tu ausencia procurndome das de regresos mltiples. 26 COSTUMBRE La maana se viste de acostumbrado hoy taciturno y vaco. Se aprueban leyes, se olvida al hambriento, surgen nuevas guerras y silencios en los teros del mundo. No hay antdoto para el odio, no hay vacuna para la soledad del ciego, todo son nmeros, nmeros y palabras vacas en el eclipsado llanto de un latido. Y la muerte acecha sobrecargando la alforja de inocentes abrazos sin despedida. Tambin para m habr una lejana cuando ya no recuerde el nombre de los hombres a los que am, sin saberlo, en silencio. 27 CANCIN Aprovecho ahora el mutismo de tus prpados, el descanso de tus acerados dedos, el leve letargo de tu palabra... Aprovecho este instante de reposo estelar donde las tormentas se diluyen en la suave claridad que nos contempla. Aprovecho y te digo, aun sabiendo que t escuchas las rtmicas baladas del sueo, aprovecho y te canto: Amor, es intil la luz sin tus besos. 28 LA RESURRECCIN DE LAS LUCIRNAGAS Se qued con su propia tristeza llorndose en los zapatos y fue abandonando migas en el sendero de los infelices como el que se olvida de apagar la luz en la resurreccin de las lucirnagas. Se perdi el milagro y ahora la maravilla es de otros. 29 2. AMAMANTANDO PJAROS Yo vivo ahora entre gente que pertenece a la familia de los pjaros JAIM GURI INDIFERENCIA A Jess Rubio Domnguez in memriam, iVamos, tpate los hombros, que se te asoman las alas! AMADO NERVO Sucede que, de repente, me han nacido alas. De los costados, de la voz, del corazn, de las nalgas. Alas de terciopelo, de algodn, de esperanza. De los ojos, de las manos, de la lengua, del estmago. Alas de beso, de luz, de tierra. Alas de culpa, de pecado. Alas de prpura y azucena. Y sucede, de repente, que voy por la calle y nadie se da cuenta. 34 TUS MANOS Tus manos, que abarcan el universo, todo lo crean y modelan, todo lo eternizan, todo lo llenan. Tus manos, las que me recorren y envuelven, todo lo ocupan, todo lo iluminan, todo lo inventan y bucean. Tus manos, hombre, discpulas de la vida, pequeos dioses fabricando el mundo para m. 35 LA IDEOLOGA A Clarisa Sabiendo que jams me he equivocado en nada, sino en las cosas que yo ms quera. LUIS ROSALES Me pregunt por la calle de un afamado general. Yo le contest, casi ofendida, que era pacifista y slo transitaba calles con nombres de flores. Las ideologas a veces me matan. No le he vuelto a ver y ahora s que era el amor de mi vida. 36 ACURDATE Palabras para Jos A. Goytisolo Uno empieza a defender su vida para acabar perdindola. Escribe versos, abre paraguas de ptalos marchitos o se esconde en los portales a masturbarse la conciencia. Despus viene la polica, con mucho ruido y siempre tarde, y nos registra los bolsillos del alma por si andamos con el contrabando de la alegra. Es ilegal salirse uno con la suya, delito o prisin por intil o anarquista, o por poeta, o por imbcil, o por todo a la vez, o. . . por nada. Sean cuales sean los gobiernos de reaccionarios est el cementerio lleno. 37 Pero quiero que sepas, compaero de tristeza, que si un da te llega una carta de esas sin firma ni remite que prometen algo menos que cordura, no la tires a reciclar entre esos versos que nunca escribiste por miedo a la palabra, no la incineres entre los huesos y la melancola que prometen milagros a los poetas locos, no la dejes caer desde un balcn cualquiera porque quiero que sepas que un da te am y que an te sigo amando. . . acurdate. 38 EN OCASIONES VEO VERSOS A estas alturas todo el mundo sabe que Bruce Willis estaba muerto, que el malo de las galaxias es el padre del bueno y que Mister Marshall pas de largo arrancando las banderitas de los balcones pobres. Que Norman era un enfermo travestido de madre y Conan un asesino con fi rma de gobernador, que los huevos de Groucho no llegaron al camarote ni los zapatos de Chaplin los remend un dictador. Es lo que tiene el cine, el the end te deja medio muerto o medio vivo, amnsico o fantasmagrico, casi desintelectualmente pensativo o eruditamente meditabundo... Qu pelculas aquellas, qu derroche de imaginativa arrogancia, qu tristeza de aparente realidad y que lejos, siempre, nos sigue quedando Pars! 39 AMANTES A Sango, siempre. Dos amantes dichosos no tienen fi n ni muerte, nacen y mueren muchas veces mientras viven, tienen la eternidad de la naturaleza. PABLO NERUDA Yo iba amenazando con darme la muerte en cada recodo del calendario, en las esquinas mutantes de la historia, en el tmido devenir de las horas... Yo iba imaginndome un suicidio para mis manos vacas. Entonces, viniste t y, tras tensar todos los arcos, me enseriaste a cazar la luz, yo te recompens con amor y lgrimas y hoy somos amantes, esperanzados amantes cohabitando el da. 40 EL RESCATE Todo est en m. No s lo que es, pero s que est en m. WALT WHITMAN Rescato de este hoy el recuerdo impreciso de una brizna de hierba, la lejana estampida del mar en las rocas, tus labios regalndome nctar un da ms... Slo por este da, antisocial y profano, me revuelvo en mi caparazn y me miro el ombligo sabiendo que l es el centro del mundo. 41 COSAS BANALES A Leticia Aprovecho y te mando unos cuantos secretos, ya sabes, cosas banales, hartura de sentirme lejos, de tanta cercana interrogante. Los aos con sus canas y su peso, las ganas con su tentacin inevitable y este lapidario suceso de sentirme rozando lo inimaginable. Aprovecho y te mando unos cuantos versos, una lgrima rota, un llanto reciente... ya ves, cosas banales, slabas dulces tejiendo un te quiero. 42 LA SED Djame besar tu corazn, hoy no quiero nada, slo necesito ese suave tacto de alondras cobijndose en la alborada de tu alma. Hoy, slo anso esa paz, redonda y mullida, de tus ojos serenos pidindome agua una vez ms. 43 FUMAR MATA Como matar mata el aburrimiento, el aburrimiento de los ricos, los ricos de las multinacionales, las multinacionales del terrorismo, el terrorismo de los ignorantes, los ignorantes de la esperanza, la esperanza de las creencias, las creencias de los polticos, los polticos del terrorismo, el terrorismo del aburrimiento... Y tambin, fumar mata. 44 TE ECHO DE MENOS A Gloria Fuertes Ya ves, Gloria, an no ha cuajado la nieve en los atades y ya ests aqu desordenndolo todo como el que busca aquel verso perdido, aquella rima perfecta que olvid en un cajn de una casa vaca, con gatos y sin gente, con sueos y sin mesa, con tinta y sin papel. O quizs sea la costumbre de molestarme la demencia ahora que yo andaba sentando la cabeza-, de alterarme la rutina, la dieta y el sueo ahora que voy poniendo en orden alfabtico los primeros auxilios de mi alma-. 45 Lo cierto es que, a pesar de todo, ya te echaba de menos porque he estado muy sola entre la gente amable, entre el saludo de la portera, entre los brazos de mi amante, entre la sonrisa de la polica, entre la benevolencia de los muertos. Y me han cuadrado todas las cuentas, y ya escribo sin faltas de ortografa, y pongo la sal justa a todos mis guisos. Te echaba de menos, Gloria, porque siendo el mundo tan perfecto me estaba muriendo del aburrimiento. 46 ESE DA Ese da sin esquinas, voluptuoso como un vientre henchido de deseo, cuando t me quieras ms y yo te odie menos. Ese da de heridas leves supurando nfimos dilemas, la gelatina adolescente presagiando un da incierto, cuando yo te quiera ms y t me odies menos. Ese da sin cortinas, permeable como un beso que navega boca adentro, cuando nos queramos ms y nos odiemos menos. Ese da, amor, de banderas blancas y amnistas, iniciaremos el regreso a casa, aquella donde nos aguarda la esperanza. 47 NATURALEZA VIVA iQu alegra, vivir sintindose vivido! PEDRO SALINAS Todos coincidieron al verme llegar que haca siglos que no se me vea tan alegre, haban crecido adelfas de mis pestaas, tulipanes y gladiolos de entre mis dientes y en mi cuello, una pareja de liblulas azules hacan nido durante semanas. Ya esperaba que los mirtos criaran entre mis manos mientras el pecho era un surtidor de idlica ambrosa. Preguntaban si sera ciruga, maquillaje, magia negra o, acaso, la vitamina C de las naranjas. Lo cierto es que, ltimamente, todos me hallaban ms alegre. Amante mo, yo que siempre hu de los espejos, al encontrarte, me acurruqu en el rompeolas de tus brazos y supe, entonces, que el amor obra milagros en el perfil enmascarado de nuestra vida. 48 AGRADECIMIENTOS ANTONIO SANTOS sin cuya fe en mi trabajo, este libro, entre otras muchas cosas, no hubiera sido posible. MIGUEL DAVIA por abrirme, desinteresadamente, las puertas de su arte, de su vida y de su amistad. LUIS LEAL por lanzarse, sin paracadas, en cada uno de mis proyectos, regalndome su tiempo y sus conocimientos. CARLOS ORTUO porque sin apenas conocernos ha credo en m y en mi poesa, poniendo en mis manos los medios para que estos versos puedan volar. ANTONIO Y LUZMARA por sus consejos, su paciencia, su cario. A mi hija Alma, a Sango, a mi familia, a mis amigos, porque ellos siguen siendo mi fuente de inspiracin. 50 NDICE NOTA BIOGRFICA PRLOGO PJAROS EN LA MEMORIA 4 6 12 1. LOS NIDOS DE LA MEMORIA La ceguera 16 A medias 17 Das de otoo 18 Amor y olvido 20 La tristeza 21 Ser o... no ser 22 Hameln 24 Visita nocturna 25 Ulises 26 Costumbre 27 Cancin 28 La resurreccin de las lucirnagas 29 2. AMAMANTANDO PJAROS Indiferencia 34 Tus manos 35 La ideologa 36 Acurdate 37 En ocasiones veo versos 39 Amantes 4 0 El rescate 4 1 Cosas banales 4 2 La sed 43 Fumar mata 44 Te echo de menos 45 Ese da 47 Naturaleza viva 48 AGRADECIMIENTOS 50

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