I hui on anem?

Apuntes y recuerdos de una caminante Reme Millà Poveda Hacer el prólogo de las famosas excursiones de Reme me llena de satisfacción por varias razones. Para empezar, a Reme Millà Poveda la considero una amiga “de corazón”, y además le tengo un gran respeto, como persona luchadora, fuerte, con las ideas muy claras.Escribo estas líneas en un lugar donde somos felices todos aquellos que amamos la naturaleza, apoyado en una mesa rústica y como fondo Els Castellarets. Mañana tranquila y silenciosa, alguna chicharra rompe el silencio. Como amigo y también como máximo responsable de una entidad montañera como es el Centro Excursionista de Petrer, quiero presentaros a una mujer y un trabajo. La mujer, muy sensitiva y responsable, ser que ha sabido cristalizar los valores eternos, como la palabra, la amistad, el respeto, el afecto, la pasión y el amor por las cosas eternas y las auténticas. Por su trabajo, como responsable montañero, la felicito, porque este es un trabajo hecho con ilusión semana tras semana, pateándose todo nuestro territorio, recordándonoslo a todos los enterados y descubriendo a los nuevos los senderos que nos acercan a lugares entrañables y míticos, que a los mayores nos hace recordar una y mil aventuras, como la Cueva de Mosén Francés, cómo llegar al valle de Caprala por la Costera del Tibero o subir a la ermita de Catí haciendo sendas. Además, nos lleva de la mano explicándonos las originalidades del camino, como los topónimos y las curiosidades, y lo hace de manera didáctica, como está acostumbrada a hacer en su tarea con los niños. Seguro estoy que a mucha gente ha hecho un gran favor al descubrirles estas rutas, que hay que hacer, como dice ella, con gran respeto, como patrimonio que son, de todo ser viviente, tenga o no tenga cordura. Por lo tanto, felicito desde la profundidad de mi corazón a la persona y al trabajo, en estos instantes en que las nubes le ponen sombrero a la Cresteria del Pic del Frare. Un abrazo, Remei. Vicent Verdú i Mollà Presidente del Centro Excursionista de Petrer Prólogo Consejos 1. Informáos bien de la ruta que habéis escogido y de sus características. 2. Hay que tener en cuenta la época del año e ir siempre bien equipados. 3. No abandonéis los caminos señalizados y sed respetuosos con el medio. 4. Recoged siempre la propia basura. No ensuciéis. 5. Los mejores recuerdos se guardan en la memoria. No hace falta llevarse nada . 6. Respetad los sonidos de la naturaleza. 7. No encendáis fuego. 8. Evitad las zonas de cría y alimentación de los animales. 9. Respetad las propiedades de los demás, campos de cultivo, señales... Índice 01. Rambla de Puça Una ruta diferente ......................................................... 06 02. Petrer - Serra de les Fermoses .................... 08 03. Petrer – Arenal de Pruna – L’Avaiol ......... 10 04. Caprala Está encantada ................................................................. 12 05. Alrededor de Caprala ............................................... 14 06. Vamos a la Cova l’Aigua ....................................... 16 07. Xocolate ja, ja, ja .................................................................................... 18 08. Una de barrancos: el de Escurina ................. 20 09. A L’Avaiol por el Corral de Borrasca ....... 22 10. La Velleta Una cortita y buena ................................................................ 24 11. L’Avaiol – Costera Blanca - Rambla del Queixal – Les Fermoses ............................ 26 12. Aprisco Coto del Manco ......................................... 28 13. Els Castellarets “El pequeño Cid” ........................................................... 30 14. Del valle a la cima .................................................... 32 15. Del Calafate a Catí pasando ........................... 34 por la Casa Cancio 16. El Pantanet Una obra de ingeniería ..................................................... 36 17. Vamos a la ermita de Catí ................................ 38 18. L’Esquinal ¿El Jerte petrerense? ............................................... 40 19. El Pantà d’Elda ................................................................ 42 20. Vamos a la Cova de Mossén Francés .... 44 21. ¿El alto de qué? De la Xumenera, de Guisop o de Pedro Payá ................................. 46 22. De Catí a las Cases d’Onil ................................ 48 23. De vuelta por Catí ....................................................... 50 24. Del Pantanet al Pou de Neu ............................. 52 25. Va de cuevas: la de L’Ull, Frescoreta, Perico, El Vicari ................................................................ 54 26. Un paseo por l’Esplanada de la Muntanya ................................................................................ 56 27. Petrer - Tir de Colom - Arenal Un paseo distinto ......................................................... 58 28. Petrer – Barranc de Salinetes ........................ 60 29. La Replana ........................................................................... 62 30. El Perrió Pozo de tranquilidad ................................................ 64 31. A Els Xaparrals A coger hierbecillas .................................................... 66 32. Madroño y coscoja ...................................................... 68 33. Otra cara de la Serra del Cavall ................. 70 34. Por El Calafate ................................................................ 72 35. Aventura o Jaimitada .............................................. 74 36. Bateig Una ruta especial ........................................................... 76 37. Sólo para máquinas humanas ...................... 78 38. Por El Catxuli Un ejemplo de parque rural ............................ 80 39. A la Serra del Cavall ............................................... 82 40. La cara más desconocida de El Sit .......... 84 Página Ruta RutaPágina Rutas Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante E sta ruta es una llamada para proteger una forma de vida de nuestros antepasados. Es parte de la historia de un pueblo, el nuestro. Hace poco tiempo, leí una entrevista que le hicieron a Sebastián Álvaro, alma mater del programa “Al Filo de lo Imposible”, donde decía: “Pasamos la década de los 70 soñando con cambiar el mundo, y ahora descubrimos que ni siquiera somos capaces de conservarlo”. Eso está en la misma onda de lo que había pensado tantas veces del hecho de que quien se olvida de sus raíces pierde su identidad, y la mejor manera de proteger y conservar nuestro patrimonio es conocerlo. ¡Bueno! Empezaremos la vueltecita en L’Algoleja, nos metemos en la rambla, convertida en vereda por su degradación, donde veremos las primeras muestras de arquitectura que podríamos llamar troglodita por aquello de estar excavada en la tierra en una zona de cierto desnivel; son “las cuevas del río”, casi todas están habitadas y mantienen una temperatura constante alrededor de 18º tanto en verano como en invierno. Casi al mismo tiempo aparece delante de nosotros el primero de los molinos, el de L’Assut (antigua vaquería). Continuamos adelante, tenemos algo que se parece a una especie de torre, es la Canal de Ferro, acueducto modernista, y acto seguido vemos el Molí de Mahoma, un poco más arriba tenemos el Molí del Pinxe y, sin salirnos de la rambla y a mano derecha, tenemos La Calera (aquí se hacía la cal). Hacemos un pequeño paréntesis para fijarnos en la acequia que nos acompañará durante gran parte del trayecto y que llevaba el agua desde un molino a otro, y es que los molinos molían el trigo y otros cereales para hacer harina, ayudados por la acción del agua. Otra cosa que también podemos observar son los materiales con los que se construían los molinos, mejor dicho, lo que queda de ellos; son materiales del entorno próximo: piedra, madera, ladrillo, y están situados, como podréis ver, cerca de corrientes de agua. AGUA… NADIE LO DIRÍA. Cruzando un camino asfaltado que irá a parar a El Figueralet, aparece un ensanche que no tiene pinta de rambla. De repente otro molino, El Turco. En este sí que se puede ver bien el “cup” (lagar), la acequia. El resto del molino hay que imaginárselo y seguro que lo podemos hacer. A la izquierda del molino alzamos la mirada y encontramos cuevas y un gran arco natural creado por la erosión. Cada vez que paso por allí, como un movimiento reflejo, miro arriba por si aún se mantiene en pie, si resiste, y sí... es fuerte, parece mentira. Debajo del arco tenemos un manantial de agua fría y un charco donde, incluso, podemos encontrar ranas o renacuajos (según la época del año) y, si sois valientes, yo no lo soy, os podéis remojar. De nuevo otro molino, el de La Pólvora. Como su nombre indica parece que este molino no era para moler grano sino azufre, la prueba la encontramos un poco más adelante, donde aparecen restos de un polvorín justo debajo de un gran salto que le dará el nombre a otro molino, de El Salt. Continuamos hacia arriba y tenemos el Molí de Ponça (perfectamente integrado en el entorno como si formara parte de la vivienda). Después de atravesar una ramblita muy diferente, llena de baladres, tropezamos con el último de los molinos, Molí Ganxo, más conocido como Molí la Reixa (hoy convertido en mesón-restaurante). La vegetación que encontraremos a lo largo de esta escapada va desde juncos, paleras, aliagas, zarzas, correhuelas, taráis hasta un largo etcétera. Rambla de Puça Una ruta diferente Duración: 2 horas Dificultad: baja 01 01 Rambla de Puça / Una ruta diferente Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 02 L a montaña, aparte de darte la satisfacción de estar en contacto con la naturaleza, también nos permite conocer a mucha gente, como en el caso de Lourdes. Gracias a ella, la montaña, nos une un nudo de amistad. Como dice el refrán: “ Company de sort, es fa amic fort ”. Comenzaremos pasando por alto el tramo de la Rambla de Puça y nos situaremos en el último de los molinos, el Molí Ganxo, actualmente Molí la Reixa. Después de pasar el restaurante, aparece un camino de tierra a la izquierda; iremos por él y pasaremos las fincas de la Lloma de Baix y la Lloma de Dalt. De repente, nos encontramos con un camino asfaltado que nos llevará casi al final del paraje denominado Puça (hace muchos años fue eje de la actividad agrícola), pero antes de dejarlo giramos la vista a la izquierda y veremos otra finca, el Ranxo Grande (antiguamente se decía Casa del Bessó). Si somos observadores, y me consta que sí, podemos apreciar que todos los bancales están plantados de cultivos tradicionales mediterráneos, así tenemos almendros, olivos, cereales y al fondo aparecen tímidamente cerezos. Ya hemos pasado el último de los chalés y tenemos delante de nosotros un repecho, el paisaje comienza a cambiar: pinos, romeros, brezo de invierno ( petorrí ), tomillo, estepa blanca… Campos de cebada plantada por los cazadores. Poco a poco nos encontramos en un cruce de caminos; si cogemos el de la izquierda iremos al Alt de Càrdenes, si continuamos seguido iremos a parar a L’Avaiol, y si vamos a mano derecha conoceremos Les Fermoses, que es de lo que se trata hoy. Una vez tenemos claro que debemos coger el camino de la derecha, respiramos fuerte porque a lo mejor se deja sentir el olor de lavanda fruto de aquel proyecto de plantación (habéis de afinar mucho el olfato). Continuamos y vuelven a aparecer dos caminos, el de la izquierda está claro que se trata de una finca privada, La Costa. Lo sabremos porque hay una cadena, entonces iremos a la derecha. Al poco tiempo vuelve a aparecer un pequeño cruce de caminos; en esta ocasión será la izquierda la que mande, así no nos pelearemos. Ja, ja, ja... es una broma. Más adelante, y después de bajar y subir una torrentera, a mano izquierda aparece un mojón que indicará la entrada del sendero, que sin abandonarlo nos llevará al Collat de les Fermoses. Cada tramo del sendero nos abrirá los ojos a distintos tipo de paisaje. De pasada, aprovecharemos para poder respirar, beber un chupito de agua y descansar un poco (apenas para no helarnos). Cuando hemos recorrido una tercera parte dominamos todo el valle de L’Avaiol (a lo largo de todo el sendero encontramos unas rayas rojas y blancas, esto nos recuerda que estamos en el GR-7, Gran Sendero Europeo, que va desde Grecia a Gibraltar). A mediados del trayecto tenemos frente a nosotros el Alt de Peret, y cuando estamos arriba somos los amos de todo aquello donde llega la vista. Nos merecemos un buen almuerzo, relajarnos, gozar de lo que tenemos delante de nosotros, inmortalizar la escena con una cámara de fotos, pensar, en fin... Antes de volver, podemos subir al Alt de les Fermoses, desde donde veremos la otra parte del término que nos faltaba o, si queremos hacer la senda de verdad, podemos continuar acto seguido por el camino ancho y llegaremos hasta Castalla, y allí podremos reponer fuerzas con un buen plato de gazpachos (llevad mucho cuidado de no empacharos, ya que debéis volver, si no tenéis coche). Petrer - Serra de les Fermoses Duración: 3 horas Dificultad: media 02 Petrer - Serra de les Fermoses Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 03 N os reuniremos en L’Algoleja y por debajo del puente de la autovía marcharemos hasta la carretera que va a Catí, la cruzaremos, vamos hacia arriba por Aigua-rius, pero en este caso iremos siempre a la derecha como si fuéramos a buscar el algarrobo donde está la senda que sube a la Serra del Cavall. Este camino no tiene pérdida. ¿Ya estamos situados? Pues bien, en esta ocasión dejaremos el árbol de lado y proseguiremos nuestro camino. Un poco más adelante, frente a nosotros, si alzamos la vista veremos encima de una loma una casa antigua, la Casa del Pi, y otra de construcción más moderna, la de Buig. El camino se abre en dos, cogemos el de la izquierda, pasaremos cerca de la Cova de Boira (está a la izquierda). El camino transcurre paralelo a una rambleta , pronto notamos la presencia de arena y de algunas construcciones abandonadas, por la cantidad de ladrillos. Es hora de ir con cuidado, porque si no, estaremos ante el Arenal de Pruna y no nos percataremos, ya que parece una de tantas montañas sin vegetación. Poco a poco, el camino va estrechándose hasta convertirse en una senda, no muy definida, que “tela”. Cogemos aire, descansamos y arriba el repecho. Después de todo es un gran placer, ya que desde arriba se verá cómo ha cambiado el paisaje. Hemos visto cosas bonitas y otras que no lo son tanto. A medida que vamos bajando por una senda que encontramos frente a nosotros, al fondo divisaremos el valle de L’Avaiol y, seguidamente, a mano izquierda, el valle de Caprala, dos de las joyas más grandes que tenemos y que debemos hacer lo posible para encontrar el equilibrio entre la protección del medio ambiente con gozar de la naturaleza. Es un pensamiento en voz alta sobre lo que habría que reflexionar (queda dicho sin más). De un momento a otro se formará una especie de llano. Si os fijáis, a la izquierda aparece una senda que va hacia abajo hasta llegar al campamento de Caprala. Hay que decir que este tramo es muy interesante porque es muy bonito y por la gran cantidad de vegetación que iremos encontrando si decidimos ir por ahí; pero también podremos continuar la senda desde donde estamos, ya que tiene su encanto y así llegaremos a la Casa de l’Avaiol, propiedad de la Diputación de Alicante. Para volver, lo podemos hacer por el mismo lugar (por si acaso), o podemos decidir aventurarnos, y si es así lo haremos por el Collat de Xarpa, dejando la casa a mano derecha. Frente a nosotros, más adelante, hay un panel informativo, de allí sale un caminito, lo cogemos, bajamos una rambleta y, al subirla, volvemos al camino que pronto se convertirá en senda para volver a salir a un camino ancho, ya estamos en el Collat de Xarpa. Pasamos las casas, poco después aparecerá la Cova de Faïnco, y bastante más adelante volveremos a ver la Cova de Boira y nos sonará el camino de vuelta desde donde estamos. Petrer – Arenal de Pruna – L’Avaiol Duración: 2 ½ horas Dificultad: baja 03 Petrer – Arenal de Pruna – L’Avaiol Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante E s una sencilla propuesta caminadora apta para toda la familia, un paseo muy cómodo. La mejor ruta para llegar a Caprala es por la Costera del Tibero, que según dice la leyenda, Tiberio el romano, para desplazarse desde Caprala a Petrer, utilizaba este sendero. Si es cierto o no... queda en suspenso. Lo que sí es cierto es que en esta zona se asentaron varias civilizaciones. ¿Cómo llegar? Quedaremos en el aparcamiento del campo de fútbol “Barxell”, pasaremos el puente de la autovía y a la izquierda nos enfilaremos hacia Aigua-rius. De repente, otro cruce de caminos, cogeremos el que tenemos frente a nosotros y dejaremos la Base Iris a la derecha. Continuamos carretera hacia arriba y más adelante tenemos otro cruce, cogeremos el de la izquierda y, sin soltarlo, nos toparemos con una caseta. Con prudencia y por la parte izquierda, nos percataremos que hay un sendero, la Costera del Tibero, que poco a poco va cobrando altura hasta llegar a un pequeño collado donde podemos ver que confluyen otros senderos: si cogemos el de la derecha nos llevará a la Cova de Boira, si elegimos el de la izquierda iremos a parar a L’Almorxó. Nosotros elegimos el que tenemos delante, y como el que no quiere la cosa, vamos bajando al mismo tiempo que va cambiando el tipo de vegetación, ya que pasamos de una parte de secano pura y dura a ver las primeras comunidades de pinos que nos acompañarán el resto del camino. Mirando en la lejanía podemos ver el Arenal de l’Almorxó, y si el día está claro incluso Sax. Al final del sendero tenemos un camino sin asfaltar, iremos a la derecha. Un poco más adelante observamos la presencia de arena, esto nos hará pensar que estamos muy cerca de un arenal, no nos equivocamos, ya que estamos en la espalda del desaparecido Arenal de Pruna. Tris, tras, tris, tras... Objetivo cumplido, ya estamos en el Campamento de Caprala. Tomaremos un bocado y continuando el camino tenemos la Casa Marcos, donde salía un buen chorro de agua para refrescarnos. A la hora de volver, lo haremos después de pasar la Casa Marcos, donde aparece un camino a la derecha que nos llevará hasta el caserío de Caprala, tierra llena de historia, tradiciones, costumbre… Caprala tiene algo que la hace especial. “ Y si un día viajero o amigo,si un buen día nos visitas,párate un instante y goza...Respira hondo y atentamente escucha...¿No oyes?... ¡Lo notas!...Ya ves... CAPRALA ESTÁ ENCANTADA.” * Bonmatí *Extraído de El Carrer , julio de 1991. Y ahora cogemos un camino a la izquierda que nos llevará por toda la Rambla de Majadahonda, donde podremos ver la Casa del Dolç, el arenal “pequeño”, y por último el Arenal de l’Almorxó, actualmente declarado Paraje Natural Municipal por tratarse de un caso muy extraño. Debemos contribuir entre todos y todas a evitar su deterioro y a aprender a respetar el entorno. Desde aquí, frente al Arenal, aparece a mano izquierda un camino marcado de blanco y amarillo, es la ruta de L’Assagador, recientemente recuperada por nuestro ayuntamiento, que está muy bien señalizada y nos llevará sin ninguna duda hasta Petrer pasando por Aigua-rius (ya nos suena por donde vamos, ¿verdad?). Caprala Está encantada Duración: 2 horas Dificultad: baja 04 04 Caprala / Está encantada Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante N os situaremos a la derecha de la Casa Marcos. Una vez pasada la balsa, entre un pino y una valla sale un sendero, lo cogemos y pronto veremos (es un decir) las marcas amarillas y blancas algo difusas pero que nos conducirán por gran parte del trayecto. Id con mucho cuidado y afilad muy bien todos los sentidos porque resulta un poco difícil de describir. El primer tramo discurre por una zona de pinos que va a parar a un ensanche que está lleno de arena. A la derecha, y marcada con unas piedras dispuestas unas delante de otras, aparece una senda que irá por el medio de pinos subiendo, planeando... Arriba veremos un sendero a la izquierda. Es un continuo subir y bajar. Nos aprovecharán de guía unos mojones. ¡¡¡QUÉ ALBOROTO!!! Ahora parece que la senda se convierte en camino (más o menos). A la izquierda tenemos unos bancales sin trabajar, bajamos un poquito y otra vez a la derecha. El camino es muy agradable. Empezamos a ver signos de civilización, porque a la izquierda y abajo aparecen unos chalés y a la derecha una valla blanca que da paso a otro un poco más alto. Aparece un camino asfaltado delante de nosotros, lo cruzamos y continuamos frente a nosotros. Si alzamos la cabeza desde aquí tendremos el Alt de Peret (a la derecha) y el Xocolate (a la izquierda) separados por el Barranc d’Escurina. Al cabo de un rato, aparece otro camino asfaltado, esta vez no tenemos más remedio que ir por él. Llegaremos a un paraje lleno de pinos (en esta zona hace algunos años se montaba el campamento de la OJE, donde han participado un gran número de jóvenes de Petrer, muchos de ellos dedicados al mundo de la política hoy en día), y el camino baja. Ya abajo, giramos a la izquierda buscando el abrevadero, nos refrescamos un poco y continuamos el camino hacia delante. A continuación, tenemos la Bassa de Caprala, que según un artículo firmado por Maite Román y Héctor Navarro en El Carrer de los años 86 y 91, es de origen romano, está levantada sobre grandes sillares de piedra y argamasa y se llena de agua de la mina. Podremos ver todavía adosado en un lado un lavador con una gran pila de lavar (está escondida en medio de unos árboles y además llena de broza). Un poco más arriba tenemos un grupo de casas viejas súper bien conservadas (de la familia Bernabé, Navarro, Payà...) y un poco más adelante empieza el asfalto y gran cantidad de chalés y casitas de campo. Nosotros continuaremos el camino que tenemos de frente hasta llegar al caserío de Caprala. Es interesante dar una vueltecita y ver cosas como la era donde el día 1 de mayo se celebra la fiesta de la Santa Creu que congrega a muchísima gente, la majestuosa Casa de l’Esperança (me encanta la casa, yo siempre había dicho que si tuviera bastante dinero la compraría, aunque pienso que ya es un poco tarde). Reanudemos de nuevo el camino. Pasaremos por los últimos chalés. Se acaba el asfalto. Bajaremos hasta una rambleta y, al volverla a subir, estaremos otra vez en la Casa Marcos. Alrededor de Caprala Duración: 2 horas Dificultad: baja 05 05 Alrededor de Caprala Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 06 V amos a empezar este paseo desde la Casa de l’Avaiol, aunque haremos un breve recordatorio: iremos por Aigua-rius buscando el algarrobo que sube a la Serra del Cavall, seguimos, pasamos por la Cova de Boira, el Arenal de Pruna y así llegamos al albergue de L’Avaiol, propiedad de la Diputación. Bien, estamos situados frente a la casa mirando hacia Caprala y bajaremos por un camino ancho, pasamos una cadena, continuamos un poco y a mano izquierda tendremos una senda por donde iremos a parar a una rambla, la rodeamos y otra vez salimos a un camino ancho. Seguimos y un poco más adelante cruzaremos otra rambleta y nos enfilamos hacia la fuente de agua, pero antes de llegar, a mano derecha sube un camino un poco pedregoso, vamos por él. Pronto aparece a mano izquierda una casa, la de Antonia Martínez, la Pelà (mujer de carácter fuerte), y más adelante a la derecha, la era. Poco a poco lo que parecía un camino va convirtiéndose en una senda que va subiendo por la loma que tenemos frente a nosotros. En todo momento nos acompañará a la derecha el Barranc d’Escurina, id con mucho cuidado. Hemos llegado a un llano y tenemos una senda a la izquierda y otra a la derecha. Cogeremos la de la derecha, bajamos un poco para poder continuar la vereda, que nos llevará sin ningún problema a nuestro destino. De vez en cuando observamos con el rabillo del ojo si el barranco está a la derecha, y si es así vamos bien. De un momento a otro se pierde la senda y nos hará pensar si estamos equivocados, pero no, porque tan pronto pasamos un trozo de peña, se vuelve a recuperar. Un poco más adelante, a nuestro paso, encontramos una cueva, la de El Murciano, donde aún es muy posible que podamos ver un horno que hay al lado de la puerta. Continuamos el camino, una pequeña bajada, ahora subimos, ahora trepamos... y en un santiamén aparecen sabinas, zarzas e incluso una higuera. Como si fuéramos Rambo atravesamos los matorrales, escalamos un poco y encontramos una cueva natural un poco ahumada; miramos con ojos de explorador. Hum, hum, hum... un chorillo de agua. Continuamos ojeándolo todo y ahí tenemos un nacimiento (ahora no está tan salvaje, lástima). Si queréis contarla , ya sabéis dónde estamos. Volveremos por donde hemos venido. Y recuerda que: “La más larga de las caminatas, empieza con un paso” . Vamos a la Cova l’Aigua Duración: 3 horas Dificultad: media 06 Vamos a la Cova l’Aigua Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 07 L a ruta la comenzaremos desde el nacimiento de Caprala haciendo una pequeña parte del recorrido igual que el anterior (las personas más valientes lo pueden hacer entero tranquilamente desde Petrer). El padre de mi amiga Salut, J. Octavio Maestre, decía que se llamaba Xocolate por lo empachoso que resulta subir, y es posible que tuviera un poco de razón. Recordaremos que antes de llegar al nacimiento y a mano derecha tenemos un camino pedregoso, más adelante una casa, la de la Pelà; subimos una senda hasta llegar a un llano. ¿Estamos situados? Pues bien, ahora iremos a la izquierda prestando mucha atención porque la vereda tan pronto aparece como desaparece y vuelve a aparecer. ¿Seguro que la hay? Sí. Poco a poco vamos ganando altura. Después de trepar un poco tenemos delante de nosotros una casa en ruinas. Si acabamos de empezar, será la excusa perfecta para gozar de este rincón tan maravilloso, llamado Racó Coloma. Mientras estamos por allí podemos escudriñar un poco, así veremos un pozo de arrastre muy curioso. Queda exactamente en la parte derecha de la casa a medida que estamos delante de ella (a mí me encanta sentirme una gran exploradora o una investigadora. Con imaginación puedes convertirte en el personaje que quieras). Si venimos desde Petrer caminando es un buen momento para hacer una paradita, tomar una fruta o fruto seco y agua porque... “ahora viene lo bueno”. Tan pronto recuperamos fuerzas, nos ponemos en marcha. Por la parte de detrás de la casa, después de subir unos bancales, veremos un camino, si se puede decir así, con un chorrito de agua por en medio. Está bastante empinado, pero a trancas y barrancas, o sea con dificultad, vamos subiendo hasta encontrarnos con un camino que parece estar un poco más arreglado, vamos a la derecha por él. El camino parece no acabar nunca, cuando pensamos que ya hemos llegado, aún continúa, pero como no tenemos prisa vamos mirando todo lo que tenemos delante de nosotros, que no es poco. Si el día fuera claro, a medida que vamos hacia arriba y a mano izquierda podremos ver incluso Sax, si miramos atrás divisaremos todo el valle de Caprala y L’Avaiol, es todo tan verde que por un momento parece que no estamos en Petrer y el tipo de vegetación tampoco es el que tenemos por costumbre ver: sabinas, enebros... Ya parece que estamos llegando. Efectivamente, aquí tenemos un montón de piedras, mojón o hito, que nos viene a decir que estamos en el punto más alto de la montaña. Si escarbamos en este montón encontraremos una pequeña caja de plástico, dentro hay un bloc y un bolígrafo por si queréis firmar. Ahí se pueden encontrar cosas como estas: “El placer de la montaña es que siempre está ahí, como un buen amigo, te escucha, te desconecta, te relaja y te hace respirar hondo. Te carga la batería y te renueva el alma”. Moisés Pérez M. 06/01/02 Si continuamos la senda, un poco más abajo y a mano izquierda, con mucha atención, podremos almorzar y hacer balance tranquilamente al abrigo de una roca grande que hace las veces de cueva. Bien, debemos volver y lo haremos subiendo al mojón y siguiendo todo el camino que habíamos hecho, pero en esta ocasión no pasaremos por el Racó Coloma, nos enfilaremos hacia abajo e iremos a parar a uno de tantos chalés que hay en Caprala. Xocolate ja, ja, ja Duración: 3 horas Dificultad: media /alta 07 Xocolate / ja, ja, ja Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 08 L a marcha la empezaremos en el Campamento de Caprala donde, después de retroceder un poco nuestros pasos y a espaldas de la Casa Marcos, entre un pino alto y la valla de una caseta de campo, aparece una senda que, yendo por ella sin soltarla y después de subir y bajar alguna que otra vez, siempre siguiendo las marcas amarillas y blancas, nos llevará hasta un camino asfaltado. Vamos por él a la derecha, haremos una pequeña subida y, al bajar a una especie de rambla, veremos de frente y a la izquierda de nosotros cómo otra rambla, pero honda, sale al paso, es el Barranc d’Escurina, situado entre el Alt de Peret a la derecha y los contrafuertes del Xocolate a la izquierda. Es la primera vez que iremos por lugares como estos, ya que las ramblas por donde hemos venido caminando hasta ahora eran mucho más abiertas, no tan encañonadas, por lo tanto es una nueva aventura para todos, que al fin y al cabo es de lo que se trata, de descubrir cosas y lugares diferentes. Pronto nos percataremos de que aparecen tramos un poco más comprometidos y otros más ligeros, pero una cosa es cierta, que todo tiene importancia por insignificante que parezca, que todo vale la pena: una piedra, una flor, un agujero... Al cabo de un rato de acordarnos de todo el mundo saldremos a un camino ancho del suelo que nos llevará a una era donde hasta no hace demasiado tiempo estaba la Casa de les Fermoses, quien lo diría, parece que fue una magnífica casa llena de señorío y encanto que, como muchas, son víctimas de saqueos, robos, especulaciones... Esto es cuestión de sensibilidad y parece no estar de moda en estos tiempos. Ante unos maravillosos pinos haremos nuestro pequeño descanso para reponer fuerzas. Desde los mismos pinos, frente a ellos a la derecha bajará una senda, al principio un poco desdibujada, después ya más definida, que nos acercará hasta una rambla situada en la parte de abajo. Nosotros seguiremos por la rambla y llegará el momento de Una de barrancos: el de Escurina Duración: 3 horas Dificultad: media /alta abandonar-la para coger una senda, a la izquierda, que va ascendiendo caminando entre pinos. A la derecha nos acompaña en todo momento otro barranco, el de El Queixal o de Peret, nombre que le viene dado por la montaña que tenemos a la derecha también. Id observando muy bien, ya que hay una construcción muy curiosa, una especie de pesebre medio cueva hecho de roca y ladrillo. Ir por el barranco es un poco más difícil, por lo menos para mí. Llegados a un llano la senda se convierte en una pequeña pista de tierra blanca, por eso recibe el nombre de Costera Blanca. Esta va descendiendo. Ya al final, el camino-sendero se bifurca, nosotros cogeremos el de la izquierda, y después de ir serpenteando un rato llegaremos al Pouet de Jesús, después de haber pasado antes por un rincón muy bonito, el Racó dels Casats. Volvemos a hacer una paradita, nos queda un poco pero de vez en cuando es bueno ir reposando las sales que perdemos mientras caminamos. Ahora, la senda nos llevará a una bajada y a continuación empezaremos una subida, que parece más fuerte de lo que en realidad es, hasta llegar a una pista. Por la derecha empezamos a bajar, y fijáos porque a la derecha tenemos la Casa de l’Indio y un poco más adelante iremos a parar al camino que nos lleva a L’Avaiol si continuamos yendo a la derecha (por la izquierda iríamos a La Costa) . Entonces, una vez tenemos las Cases de Villaplana casi delante, las dejaremos a nuestra derecha tomando el camino de la izquierda para llegar al albergue propiedad de Diputación. Una novedad: este año hay una piscina como toca. Por detrás de la casa cogeremos otra senda que, transcurriendo entre un pinar joven, llegará a una especie de collado. Desde allí, estaremos muy atentos y cogeremos una senda que, descendiéndola, nos llevará hasta el Campamento de Caprala. A medida que vamos bajando tenemos unas vistas maravillosas de todo el valle de Caprala. He modificado un poco el recorrido para que todo el mundo pueda disfrutar. 08 Una de barrancos: el de Escurina Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 09 E sta caminata resulta muy agradable porque prácticamente es toda llana, pero no por eso fea, al contrario. Si no, aquí tenéis la frase del filósofo hispanoárabe Averroes: “ En la naturaleza, no hay nada superfluo” , y tenía muchísima razón. Como tantas otras veces, empezaremos en L’Algoleja, iremos por el camino de Aigua-rius, de allí al algarrobo (por el que subimos a la Serra del Cavall) y, dejándolo de lado, iremos en búsqueda de la Casa del Pi, la Casa de Buig y la Cova de Boira. Al llegar al cruce que va al Arenal de Pruna o al Collat de Xarpa elegiremos el camino de la derecha. Después de subir un poco el repecho, a mano izquierda sale una senda que bajará a un camino que está bastante menos cuidado, parece una montaña rusa; subimos, planeamos, bajamos, volvemos a subir... Tened en cuenta que nos acompañará prácticamente todo el recorrido a la izquierda la Rambla del Tio Bonifà y a la derecha de un momento a otro aparecerá la Cova de Faïnco, más arriba el Collat de Xarpa. Un pequeño respiro. Vamos por el camino que tenemos frente a nosotros y, un poco más adelante, a la derecha, sube un camino ancho hacia las canteras, que las dejaremos de paso a la derecha. Otra duda razonable, se ha acabado el camino ancho. A la derecha surge una vereda (esta nos llevará al Alt de Càrdenes ) y frente a nosotros, escondido entre pinos, otro. Iremos por este último y no nos podemos ni imaginar la que nos espera. Pronto tenemos delante de nosotros una especie de corral o lo que queda de él, es el Corral de Borrasca. Creo que es un buen momento, si nos apetece, de tomar un bocado. Justo por detrás del corral tendremos una senda que bajará una pendiente un poco pronunciada para volver a subir. Es increíble todo lo que tenemos frente a nosotros, verdaderamente no parece, ni mucho menos, el Petrer que estamos acostumbrados a ver desde la autovía, estamos rodeados de pinos por todos lados. Continuamos caminando hasta que aparecen dos “chalecitos”. ¡Atención!, antes de llegar, a mano izquierda habrá otra senda que nos llevará donde nosotros queremos ir. Primero planeamos y después empezaremos a descender hasta llegar a la Casa d’Hipólito, en L’Avaiol. A veces tienen la chimenea encendida y a medida que vamos bajando parece que estamos inmersos en el cuento de Blancanieves, por lo menos a mí me parece así. Una vez estamos aquí, iremos a la derecha por un camino ancho. Más adelante cogeremos el camino de la izquierda, si queremos ir al albergue que la Diputación tiene en L’Avaiol, o seguimos a la derecha e iremos a las Cases de Villaplana, también en L’Avaiol. De una u otra forma el regreso a Petrer está claro: si cogemos la primera opción a la izquierda del albergue tenemos un camino ancho que pronto se convertirá en senda y que nos llevará al Collat de Xarpa, y desde allí ya sabemos, hacemos lo mismo que cuando habíamos comenzado. Si elegimos la segunda opción, simplemente es continuar el camino que pasa por delante de la Casa dels Villaplanes y donde aparece un cruce iremos a la derecha, además, parece que es el camino principal. En un abrir y cerrar de ojos, sin tardar mucho, pasaremos por la Cova de Samuel y enseguida estaremos en La Costa. De nuevo otro cruce, en esta ocasión seguiremos frente a nosotros. En un segundo nos encontraremos en Puça. Continuamos carretera hacia abajo y a la altura de la primera curva dejaremos la carretera para coger otra que nos llevará al Molí la Reixa, después de pasar por las casas de la Lloma de Dalt y Baix. Una vez cruzamos la carretera del Molí la Reixa adentrarnos en la rambla, es fácil, tan sólo hay que seguir toda la ruta llamada de Els Molins. A l’Avaiol por el Corral de Borrasca Duración: 3 horas Dificultad: media 09 A l’Avaiol por el Corral de Borrasca Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 10 O s sugiero un lugar que está relativamente cerca del pueblo y bastante lejano como para estar tú solo. Un lugar donde poder ir con toda la familia, es una buena excusa para que conozcan su entorno. Desde L’Esplanada nos enfilamos por la calle Gabriel Brotons, calle Castelar hasta llegar a la placita de La Foia, desde ahí vamos hacia el colegio que lleva su nombre, cruzamos el puente de la autovía y enseguida giramos a la izquierda buscando el depósito; pasaremos por la Cova de l’Ull, subimos la cuesta y una vez llegamos al collado continuamos por el camino ancho hacia el pinar. Después de pasar los primeros pinos en el lado izquierdo, junto a un gran pino, desciende una senda (también podemos continuar el camino hasta llegar a una especie de almacén pintado de color verde–tierra por estar camuflado con el paraje, pero no deja de ser un parche postizo. Ya que estamos aquí saquemos provecho a lo que vemos: las Basses de Ferrussa, la especie de invernadero...). Estamos en la serreta conocida como Les Saleres. Volvemos unos pasos atrás hasta encontrar unas piedras que nos señalan una bajada para coger una senda que nos llevará al mismo lugar que si hubiéramos cogido la senda anterior. Sin soltarla vamos tranquilamente subiendo para después descender y volver a subir otra vez, siempre siguiendo la senda que tenemos frente a nosotros. Habrá un momento, en un gran llano y en que, antes de bajar, si miramos frente a nosotros y un poquito a la derecha, al fondo veremos una imagen sola, parece una viejecita sentada en su silla, es La Velleta: Por gracia de la naturaleza es reina de la colinay le rinden vasallajedel buitre a la golondrina. Pasamos de ir por una sierra con matorrales y hierbecillas de todo tipo: tomillo, enebros, vareta la Velleta Una cortita y buena Duración: 2 horas Dificultad: baja de S. Josep, esparragueras... hasta llegar a ver una zona poblada de pinos. Una vez estamos ahí, a la izquierda asciende la senda, merece la pena subir porque arriba tendremos una magnífica vista de la sierra más emblemática de Petrer, El Sit. Si vais por Pascua, puede ser un buen lugar para sacar las habas, la longaniza y morcilla seca, la fritada de conejo y alcachofa, la tortilla de patata, para acabar con la mona (recordad dejar las cosas mejor que las hemos encontrado). Podremos jugar a la cuerda, correa, al escondite... Será diferente. No me digáis, ¡qué tranquilidad en un mundo que está perdiendo los papeles! Es hora de volver a casa, bajaremos todo el repecho y, una vez abajo, en lugar de ir por el mismo lugar, lo haremos siguiendo una senda que tenemos frente a nosotros y que aparece medio marcada por piedras (formando un corredor). En esta senda la vegetación ha cambiado, aparte de los pinos (muchos de ellos decorados con bolsas de gusanos) que nos acompañarán gran parte del recorrido. Tenemos romeros, estepas, brezo... El canto de los pájaros también está presente, podíamos acompañarlos con canciones de Pascua como: De l’Horteta venim, Tots som de la quadrella, Ja s’acosta Pasqua... De vez en cuando girad la cabeza a la izquierda y hacia arriba para ver mejor la figura de La Velleta. No nos hace falta ir a la Ciudad Encantada de Cuenca, Petrer también tiene muchos parajes encantados, aquí tenéis una muestra. Es una broma, sería una frivolidad por mi parte pensar así. A medida que vamos bajando, a la derecha tendremos una vista agradable de la Finca Ferrussa y frente a nosotros tenemos las poblaciones de Elda y Petrer, que no se sabe dónde empieza una y acaba la otra. La senda se vuelve un poco más ancha. Zigzagueamos un poco siguiendo las curvas del camino, pasamos cerca de un panel informativo y de ahí a la carretera; a la derecha iremos a Petrer y si nos vamos hacia la izquierda podemos ir o a la Xabola o a Petrer por L’Horteta. 10 la Velleta / Una cortita y buena Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 11 P odemos ir por L’Avaiol, reanudando y repasando la ruta y, una vez pasemos la balsa de la Casa dels Villaplanes, será el primer camino que aparece a mano izquierda. O bien hacer toda la Rambla de Puça, tramo llamado de Els Molins, hasta el Molí la Reixa; de allí subiremos a La Costa pasando por Puça (haced memoria, en cantidad de ocasiones hemos estado por aquí), seguimos todo recto pasando la Casa de Samuel, y bastante más adelante, cuando casi tenemos la balsa de la Casa dels Villaplanes encima de nosotros, veremos a la derecha un camino. Tanto de una forma como de otra ya estamos situados, pues bien, ahora empezamos. Iremos un buen tramo hacia arriba, pasaremos unos pilones con una cadena (no sé cómo la encontraréis, si abierta o cerrada), nos acompañarán las señales rojas y blancas GR-7, recordad que significaba sendero de gran recorrido. Parece que está llano, pero vamos poco a poco cogiendo altura, observamos también a la izquierda una casa bastante cuidada, es la Casa de l’Indio, y ya debemos ser todo ojos porque de un momento a otro dejaremos el camino ancho para enfilarnos a la izquierda por un sendero que en un lado está marcado con dos mojones pequeños, que nos hará bajar a una rambleta donde podemos ver el Pouet de Jesús, un lugar especial, tranquilo. A la derecha del pozo hay una senda que sube, vamos por ella. Durante todo el trayecto iremos entre pinos y gran cantidad de plantas autóctonas: romeros, estepa, brezo, enebros... Pasaremos por rinconcillos llenos de encanto, uno de ellos es el Racó dels Casats y el otro el Racó de l’Abuela (dicen que hay una casa semienterrada, yo no la he visto). Sin percatarnos la senda se empina un poco más y la tierra que pisamos está más suelta y además de color blancuzco. ¿Será que estamos en la Costera Blanca? Pues premio, estáis en lo cierto. Una vez nos encontramos arriba del repecho, miramos a la izquierda y advertimos un barranco, L’Avaiol – Costera Blanca Rambla del Queixal – les Fermoses Duración: 4 horas Dificultad: media el de El Queixal, y una montaña, el Alt de Peret. Éstos nos harán compañía durante gran parte del recorrido. También podremos ver una especie de pesebre, medio de roca, medio de obra, y márgenes hechos que nos hacen pensar que hace poquito habrían bancales y que posiblemente esta especie de cueva fuera el refugio que utilizaban los pastores, pero... ¿por donde subían? ¿Cómo se ha erosionado tanto el terreno? ¿Por qué? Éstas son algunas incógnitas que quedan ahí, cada uno/una que encuentre la respuesta adecuada si es que la hay. Continuamos nuestra excursión siguiendo la senda que a veces también se convierte en camino hasta que debemos bajar a la rambla; seguimos por ella un rato y aquí volvemos a tener dos opciones, ya que, un poco más adelante, a la derecha y señalada por un mojón, sale una senda que nos llevará al Collat de les Fermoses. Pero si pasamos esta señal un poco, encontraremos a la izquierda otra senda que, sin dejarla, nos llevará a la Casa de les Fermoses. No, no estoy loca, hace algunos años ahí había una casa muy importante, tenía unas bodegas muy bonitas, una señora casa con garita y una capilla situada en la otra parte de la era, al lado del corral para el ganado. De todo esto, lo único que queda es una gran cantidad de escombros y un aljibe muy original que podemos encontrar en la parte trasera de la casa. Es hora de volver y lo haremos por el mismo caminito por donde hemos venido, es decir, bajamos la senda, pero cuando tengamos la rambla delante de nosotros iremos a la izquierda, continuamos la senda, hacemos una bajada y volvemos a subir, para volver a bajar otra vez a una especie de rambla arreglada que pronto se convierte en camino. Pasaremos por un aljibe y una balsita. Seguimos nuestro camino y en un momento dado aparece un cruce de caminos, nosotros iremos a la derecha, a la izquierda apareceríamos en Castalla y creo que queremos volver a casa. Estamos en el Collat de les Fermoses; tan sólo debemos continuar bajando sin dejar el camino. En un santiamén estaremos en La Costa y a la izquierda iremos al Molí la Reixa. 11 L’Avaiol – Costera Blanca - Rambla del Queixal – les Fermoses Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 12 Y a va siendo hora que dé las gracias a mis padres por ayudarme a querer tanto la tierra. Cada rincón tiene, para mí, un encanto especial. Gozo de las plantas, de las piedras, de los animalillos (no tanto), del silencio… de todo lo que nos acompaña a lo largo de cada salida por insignificante que sea. Dicho esto, empezaremos otra vez en el Molí la Reixa, aunque este primer tramo desde Petrer lo tengamos más visto que el betún, al fin y al cabo de lo que se trata es de ir conociendo palmo a palmo el término, de poder comprobar los cambios que experimenta el campo... El principio del recorrido lo haremos como si fuéramos a Les Fermoses (os haré un breve y rápido resumen: vamos a la derecha del restaurante Molí la Reixa y acto seguido iremos a parar a Puça. Arriba de la cuesta estaremos en La Costa y una vez pasemos La Costa y bajemos una torrentera, iremos a la izquierda). ¿Queda claro? Sí, estupendo (Uf! siempre repitiendo las cosas, perdonad, es defecto profesional). En esta ocasión cogeremos el camino que tenemos frente a nosotros y que es muy ancho (el sendero de Les Fermoses queda a mano izquierda). Al principio hay una cuestecilla, pero después iremos planeando por un camino lleno de pinos y de gran cantidad de arbustos aromáticos, entre ellos el romero, que florece todo el año, de color verde el tallo y las hojas alargadas donde nacen ramilletes de flores entre azules y violetas. Si cogemos una ramilla y la metemos en la boca notaremos el sabor tan intenso. Según el refranero español: “ De las virtudes del romero p odría escribirse un libro entero”. Continuamos nuestro paseo y más adelante pasaremos por un pozo y una casa, de El Bubo, en escombros, ya que el abandono acelera la ruina de estas casas. Siempre a la izquierda, aparecen unos pilones con una cadena, lo bordeamos todo y continuamos nuestro camino. Durante todo el trayecto, si lo hacemos en primavera, nos Aprisco Coto del Manco Duración: 3 horas Dificultad: baja acompañarán mariposas de colores brillantes, que tan pronto se paran en las flores como huyen como si tuvieran miedo. Llegamos debajo de unos pinos grandiosos y, a la izquierda, aparece un camino ancho, cerca tenemos matas de manzanilla y rabo de gato. Sólo por el espectáculo que supone el final del trayecto ya merece la pena. Es un paraje verdaderamente idílico (parece la casa de Blancanieves); encontraremos un grupo de dependencias magníficamente rotuladas: “Casa del Pastor, Lavadero, Leñera”... Estamos en el Aprisco Coto del Manco, de reojo aún podremos leer las pocas letras que quedan. Hemos fantaseado, hemos soñado un poco... Ya es hora de volver a la realidad y de reanudar el camino de regreso. Caminamos hacia atrás hasta llegar a los pinos. Entonces, iremos a la izquierda, el camino continúa siendo ancho. Pasamos apenas por delante del pozo de la Casa Castalla, aún quedan tubos, hierros... por el medio de los bancales (malas lenguas dicen que es el causante de que el pozo de L’Esquinal haya descendido su nivel). Un poco más adelante iremos a la derecha, desde donde divisamos las espaldas de un caserío, estamos en la Casa Castalla, a partir de aquí empieza “el valle de Jerte petrolanco” por la gran cantidad de cerezos que hay. Creo que tendremos la suerte de ver el contraste del verde intenso de los árboles con la gran cantidad de punto rojos que son las cerezas, lástima que no estén floridos porque es un espectáculo digno de admiración. Continuamos y encontramos otra casa, la de Els Pins, muy bien arreglada (si está Josele por allí le podéis comprar algún kilo de cerezas y veréis, yo siempre digo que es “contrabando”). Continuamos el camino de regreso disfrutando en gran parte de él de los cerezos, hasta llegar a un cruce de caminos que nos suena mucho porque hace bien poquito hemos pasado por él. Iremos a la izquierda mirando todas las fincas que habíamos visto en la subida (Ranxo Grande, Llomes de Dalt y Baix…). 12 Aprisco Coto del Manco Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 13 N uestros vecinos le llaman “El pequeño Cid“ por el gran parecido con la Serra del Sit, pero a escala más pequeña. El primer tramo de la ruta es bien conocido por todos, se parte de la Rambla de Puça, concretamente la de Els Molins, hasta llegar al Molí la Reixa, donde continuaremos aproximadamente un kilómetro carretera hacia adelante, una vez pasamos el badén (rebaje hecho en la carretera para conducir el agua de una parte a otra de la rambla), a mano derecha sube un camino asfaltado, lo continuamos después a la izquierda hasta topar con las señales de una finca privada, entonces cogeremos el camino, otra vez, de la derecha (este camino es de tierra). Nos acompañarán campos con almendros. Allá por el mes de febrero es muy posible que encontremos los almendros floridos, es un espectáculo digno de ver y no perdérselo. A partir de aquí cambia el paisaje, el camino poco a poco va estrechádose, y se queda en un sendero que va ganando altura. Llegará un momento que podremos elegir: - Continuar el sendero, donde podremos disfrutar del paisaje que tenemos en la lejanía y también de la vegetación. - Ir a la derecha por un sendero empinado (es un poco más ancho que el sendero) de piedra un poco suelta. Los primeros pasos son difíciles y duros pero arriba entenderemos muchas cosas, entre las cuales el nombre de la casa abandonada, Mirabuenos, y de verdad que el nombre está puesto que ni pintado, podéis comprobarlo. Tanto si hemos cogido uno como otro iremos a parar al mismo lugar, una carretera asfaltada. Iremos a la derecha, carretera hacia arriba y, sin cansarnos, pronto veremos un monolito de piedra que dice “Parque de Montaña Daniel Esteve”, o sea Rabosa, propiedad del Centro Excursionista Eldense, pues bien, justo frente a este, a la derecha, hay un pequeño sendero, lo cogeremos, respiraremos fuerte porque está bastante empinado (es corto pero... jodido), Els Castellarets “El pequeño Cid” Duración: 3 horas Dificultad: baja / media además siempre nos queda la esperanza que “todo lo que sube, debe bajar”, como dice el refranero, y es verdad, lo comprobaremos rápidamente porque empieza un pequeño descenso que acaba en una especie de llano. Aquí tenemos tres opciones: a la izquierda nos llevará a Rabosa, a la derecha iremos a L’Almadrava, y la que nosotros cogeremos, que está enfrente, lo que pasa es que la senda está un poco escondida; una vez la hemos localizado y con mucha tranquilidad nos llevará sin ningún problema a la cima de Els Castellarets (según la Dra. Rubiera es posible que hubiera una torrecilla árabe, lo que si es cierto es que aquí existió un yacimiento arqueológico donde se encontraron restos que van desde finales del s. X al s. XII). Nos acomodamos muy bien, sacamos el agua, el bocadillo, y entre trago y mordisco las pupilas no dan abasto a todo lo que tenemos alrededor nuestro, desde la hermana mayor, la Serra del Sit, a El Maigmó, El Maigmonet, el Pic del Frare... El regreso podremos hacerlo una vez que hemos bajado de la sierra, y con mucha atención buscaremos desde el llano a mano izquierda un sendero, que sin dejarlo nos llevará a un camino ancho donde podremos ver cantidad de bancales plantados de olivos jóvenes y muy bien cuidados. Estamos pasando por la finca antiguamente llamada la Casa del Sastre, después pasamos por la Casa del Vell o Casa de Marino. Una vez estamos en la carretera asfaltada iremos a la derecha un kilómetro aproximadamente y otra vez a la derecha en el próximo cruce (a la izquierda nos adentraríamos en L’Almadrava, donde hay muchísimas casas de campo utilizadas como segundas viviendas por gente tanto de Petrer como de fuera, aquí también podemos degustar un buen arroz) y pronto encontramos una balsa abandonada a la izquierda del camino (hasta aquí veníamos a bañarnos mi hermana y yo con mi padre). Un poco más adelante se supone que está el famoso Xorret de l’Almadrava (si por curiosidad queréis verlo, a mano derecha desde la misma carretera se puede coger un camino asfaltado que baja; un poquito después la decepción será tremenda). Continuamos nuestro camino hasta llegar a casa. 13 Els Castellarets / “El pequeño Cid” Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 14 C omo este paseo también transcurre por Catí sería buena idea dejar el coche en el hotel. Volvemos desde donde hemos dejado el coche, a la izquierda un trocito por la carretera y, justamente frente a un pino que tenemos a la izquierda, aparece un rótulo que dice Mirador, unas indicaciones de senderos de pequeño recorrido e incluso un panel informativo; pues bien, cogemos el camino sin asfaltar pasando por el lateral de una cadena que impide el paso de coches. Lo que no sabemos es si lo habrán conseguido. Durante nuestro ascenso estaremos rodeados de romeros, coscojas, estepas blancas, pinos... También nos acompañarán las marcas amarillas y blancas colocadas en lugares visibles (aunque la pintura no lo sea tanto) que nos orientarán. A medida que vamos subiendo haremos ejercicios de cuello a izquierda y derecha para ver Planisses, el Alt de Guisop, el Pic del Frare (seguramente el nombre le viene por el gran parecido que tiene la peña con el hábito de un fraile) y frente a nosotros el gran cerro de El Despenyador. Llegados a un gran llano nos podremos recrear un poco más y observar la gran cantidad de verde que nos rodea con unas motas blancas o alguna que otra columna de humo de las chimeneas de los pocos chalés que hay en la zona o del área recreativa desde donde puede ser que nos llegue una mezcla de olores: chuletas, longaniza, gachamiga... Continuamos subiendo, mientras nos acompañan los ruidos de abejas y pájaros. Dentro de muy poco nos encontraremos con un cruce, pero tranquilos que Diputación ha tenido la precaución de señalizarlo todo. A veces parece la Esplanada de Alicante. Vamos a la izquierda, subimos un pequeño repecho. ¿Pero qué es esto que veo? ¿No puede ser? Una trampilla de agua potable. ¿Qué querrá decir…? ¡Ah, el enigma está resuelto! Tenemos una fuente, pero ya nos extrañaba, no lleva agua. Encontramos otras especies de vegetación como es la albaida. Ahora mismo iremos a la derecha por una pendiente con muchos destrozos hechos por algún desesperado, y nos encontramos El Mirador, desde donde, si el día nos acompaña, podremos asistir a un auténtico espectáculo que bien podremos nombrarlo con el título que un buen amigo mío, Xavi Torres, pusiera a un CD grabado con los alumnos de La Foia y que se llamaba DE PETRER AL MÓN. ¿Os parezco exagerada, verdad? Yo me conformo con poca cosa, puede ser cuestión genética o simplemente de educación por parte de una gran persona, mi padre, que nos transmitió el amor por la naturaleza en el amplio sentido de la palabra, inculcándonos respeto por todo lo que nos rodea, desde el árbol más maravilloso hasta la hierbecilla más insignificante. Todo es importante en la vida, como las personas. Cuando ya nos hemos recreado un rato, digamos que el itinerario más familiar acabaría aquí, pero para la gente más intrépida y con ganas de más continuaremos, así que una vez salimos del Mirador a la derecha aparece un sendero un poco escarpado que nos llevará a una pared parecida a una torrentera, por donde iniciaremos la ascensión al Pic del Frare (1.211 metros de altitud) si nos vamos a la izquierda, y a El Despenyador (1.260 metros) si lo hacemos a la derecha. Como el coche lo hemos dejado en el hotel, nos interesa ir por El Despenyador. No tiene pérdida. Desde la misma cima podremos ver todo el valle de Catí, la Foia de Castalla, Onil, Ibi... Prestad mucha atención a la hora de bajar, que lo haremos por unos peñones primero y después por una senda hasta el depósito de agua en el Collat de Teranyines o El Portell, y de ahí carretera hacia abajo iremos a buscar el coche. Del valle a la cima Duración: 3 horas Dificultad: media 14 Del valle a la cima Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 15 A plicándonos la frase esa que dice que “los ratos de ocio son para hacer algo provechoso”, os propongo una ruta que será circular, ya que la iniciaremos en el mismo lugar donde después la acabaremos. Podremos dejar el coche, por ejemplo, en los aparcamientos del hotel de Catí. A medida que salimos y, teniendo frente a nosotros el hotel, nos dirigimos a la derecha. Cuando se bifurca el camino, otra vez a la derecha. Bajando veremos una especie de lago artificial y unos bancos que nos invitan a descansar, aunque nosotros no hemos sudado la camiseta. A continuación seguimos por el camino de la izquierda, que está sin asfaltar, pasando al lado de una gran carrasca, que la pobre, entre las heladas de este invierno y el calor que hemos sufrido en el verano, está muy marchita. Muchos caminos irán apareciendo a nuestro paso, nosotros siempre iremos por el de la izquierda sin hacer ni caso. A la derecha veremos la Casa de l’Administració por la parte de detrás y un “chalé especial” en medio de unas olivos. Los bancales de almendros que encontramos a nuestro paso están semi abandonados. A un lado del camino, en un margen, observad una escalera hecha de piedra donde los escalones están suspendidos en el aire, seguramente quien lo hizo no tenía ningún título de arquitecto y ahí está intacta mirando cómo pasa el tiempo. Llegamos a una era, a un lado tímidamente hay una construcción que tiene la estructura de un depósito, estamos en La Ferreria. Cruzamos la era y a la derecha, una senda va subiendo, no mucho, y llega a la ermita de la Puríssima Concepció. Pasamos por delante de ella y vamos hacia arriba también por una senda que tenemos frente a nosotros y que no la dejaremos en un tiempo. Paralelamente a esta pronto veremos un camino, nosotros continuamos por donde vamos. Todo el camino parece un gran balcón desde donde veremos todo el valle de El Calafate. Al fondo, como amo y señor, como siempre El Sit, a la derecha y un poco lejos divisaremos Els Castellarets y a la izquierda Del Calafate a Catí pasando por la Casa Cancio Duración: 3 horas Dificultad: media aparece La Foradà, Alt de Guisop, El Maigmonet y El Maigmó. Descendemos hasta llegar a un llano con un cruce de caminos, y nos enfilamos hacia esa especie de pilares de piedra que nos da la bienvenida, es la Porta de Ferro y a partir de aquí empezamos el descenso de una manera fuerte (es peor subir por donde vamos que bajar). Id mirando a un lugar y otro para no perder ningún detalle. Si estáis muy atentos veréis a la izquierda una cueva-vivenda, la de El Sofre, nombre que le viene dado por su mina. Una vez estamos abajo, iremos a la izquierda por un camino ancho y muy arreglado que poco a poco va empinándose, parece que no se acaba nunca. A la derecha habremos dejado la Casa del Calafate. Nos llama la atención lo cuidado que está todo: almendros, camino... No podía ser de otra manera, ya que la propietaria de esta finca no es otra que la Diputación. De repente, tenemos delante de nosotros, en medio de una era, una caseta de vigilancia muy bien integrada en el paisaje, la acompaña una casa que la hace única en toda la zona, ya que está en perfecto estado de conservación exteriormente, imagino que por dentro estará igual o mejor. Es la Casa Cancio. Por el lateral del corral de la casa, el camino asciende, vamos por él y pronto se convertirá en senda, donde deberemos aplicarnos y estar súper atentos porque unas veces se pierde y otras iremos a parar a unos bancales, que ahora están labrados y que deberemos cruzar por el medio. No os preocupéis, que sin salirnos de la senda y mirando a un lado y a otro para no equivocarnos iremos a parar a un camino ancho que, si recordáis la gente que sigue las rutas, nos llevará a La Foradà si vamos a la derecha, pero como vamos de regreso lo haremos a la izquierda. Seguramente, a partir de aquí se acabará la tranquilidad y encontraremos algún que otro coche, pero ¡qué le vamos a hacer!, los caminos están hechos para todos y todas. Aunque nos gustaría hacer nuestro el dicho que: “ Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automóvil”. En un santiamén estaremos en La Ferreria, y desde allí, volviendo por donde habíamos pasado al principio de nuestro recorrido, llegaremos al lugar donde habíamos dejado el coche. 15 Del Calafate a Catí pasando por la Casa Cancio Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 16 E mpezaremos el paseo desde el Molí la Reixa, pero si queréis caminar un poco más podéis salir desde Petrer, ya sabéis, haciendo todo el tramo de la rambla llamada de Els Molins. Iremos carretera hacia arriba y después de pasar el badén, cogeremos la rambla, pero atención, ya que tenemos dos opciones para ir hasta El Pantanet: - Una: después de empezar a subir un camino ancho iremos a la derecha, por el medio de un pinar joven y en estado salvaje, tenemos incluso un coche tumbado (ya hace unos cuantos años), después treparemos por una especie de orilla para ir a parar a unos bancales yermos llenos de esparto, romeros, aliagas y otras hierbas. De ahí saldremos a un camino que, siguiéndolo todo, llegaremos a la Finca de la Gurrama (esta la veremos a la izquierda). Nosotros, enseguida que bajamos, iremos a la derecha siguiendo paralelos a una rambla. Una senda bien pateada nos marcará el camino, que no tiene pérdida, aunque sí que debemos estar muy atentos porque llegará un momento que cuando pasamos por una especie de anfiteatro rocoso, a la derecha sale una senda ancha y otra más estrecha, que es la que cogeremos. Una vez esquivamos un tronco caído aparecerá un agujero (tapado con rejas y troncos) a un lado. Con mucho cuidado, subiremos hasta llegar a la Bassa de la Gurrama. Allí veremos abrevaderos para los ganados y una canaleta que la deberemos continuar para saber dónde nos llevará. - La segunda opción (a mí particularmente me gusta más): continuamos el camino del principio pero vamos bastante más arriba para coger, después de haber subido la cuesta, una senda que tenemos a la derecha, igual que la rambla, que nos seguirá o, mejor dicho, la seguiremos en paralelo hasta bajar a la rambla y cruzarla para llevarla ahora a la izquierda. El trayecto es semejante al de la Rambla de l’Esquinal y pasa pronto a las formaciones rocosas, erosionadas muy fácilmente creando un paisaje barrancoso de unas dimensiones mucho más grandes, ya que los charcos parecen auténticas piscinas por el tamaño que El Pantanet Una obra de ingeniería Duración: 2 ½ horas Dificultad: media tienen (es más que probable que encontremos ranas bañándose). Una vez más, estás tú solo en medio de un espectáculo maravilloso. Pronto saldremos al camino de la finca, y sólo debemos cruzar y coger la senda frente a nosotros y seguirla de la misma manera que lo habíamos hecho en la opción anterior. Hemos llegado a este punto. Pues bien, veremos una canaleta hecha de piedra por donde pasa agua, sólo debemos seguirla. Hace unos años continuamente pasaba agua sin parar, la balsa estaba siempre llena, hoy pasa muy poquita agua, la balsa está medio vacía.... Mientras dura el trayecto, unas veces veremos la canalización de piedra, otras una especie de acequia, miraremos a derecha e izquierda para admirar todo lo que nos rodea: a la derecha una rambla escoltada por gran cantidad de pinos y a la izquierda una gran masa arbórea. ¡Atención!, porque aparece una indicación para ir a la Cresteria del Pic del Frare. Nosotros en esta ocasión bajamos a la rambla y vamos por ella, pronto tendremos delante de nosotros la Presa del Pantà. Nos podemos poner justo debajo de la puerta y refrescarnos seguro en el agua que cae por la hiedra. Reflexionad un poco sobre la obra que tenemos alrededor nuestro, hecha en el siglo XVII, y que no llegó a utilizarse porque pronto se cubrió toda de sedimentos y formó un gran bancal que queda en la parte de arriba. Es un buen lugar para descansar, tomar un bocado y plantearnos el regreso, que lo haremos volviendo sobre nuestros pasos unos 500 metros aproximadamente, y a mano izquierda veremos una senda empinada y marcada, que nos llevará a la carretera que va a Catí-Rabosa, la cruzamos y continuamos nuestro camino, en medio de pinos donceles, restos de una canalización que iba desde el Parat del Catxuli hasta las balsas “gemelas” destinadas al riego y hoy en día abandonadas, y por último pasaremos por la Foia Falsa. Recordad ir por detrás de la casa y así no molestaremos. Un poco más abajo, otra vez la carretera que, en un santiamén, nos llevará al Molí la Reixa (si decidimos comenzar desde allí) y de frente, a la ruta de los malparados molinos si continuamos rambla hacia abajo hasta llegar a Petrer. 16 El Pantanet / Una obra de ingeniería Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 17 P odemos dejar el coche en el Molí la Reixa, para hacer la excursión un poco más larga. Caminaremos bien pegaditos a la izquierda por la carretera hacia Catí, bajamos el badén, continuamos una curva pronunciada y en la siguiente, antes de llegar (es más ancha y arreglada) cogeremos un camino sin asfaltar que aparece junto a unos olivos y nos llevará al paraje conocido como Foia Falsa. Los cultivos que nos acompañan son de secano: aparte de los olivos también están los almendros, que ahora (estamos a principios de invierno) presentan una imagen un poco triste. ¡Atención!, antes de llegar a la casa desviáos un poquito para no pasar por en medio; lo haremos justo por detrás yendo a parar a un pino grandísimo. Continuamos nuestro camino hacia arriba, pronto veremos unas balsas donde se recogía el agua del “parat” a través de una canaleta cortada en roca la mayor parte del trayecto. Sin percatarnos, después de trepar, saldremos a la carretera que va a Rabosa y Catí. Vamos por el margen izquierdo y, un poco antes del cruce, pasamos a la derecha con mucho cuidado para ver el Parat del Catxuli, obra hecha de piedra, parecida a un ribazo para detener y aprovechar el agua. Un buen ejemplo de arquitectura rural que sería necesario no descuidar. Ya en el cruce vamos a la derecha y, a unos 500 metros, aparece a la izquierda un camino ancho, semiasfaltado, poco soleado. Estamos en el paraje llamado El Catxuli, vemos la casa a nuestra izquierda. Este es un paseo muy relajado, podemos ir mirando las plantas que encontramos a nuestro paso y escuchar el ruido de algún pájaro. Hablando de plantas, seguramente veremos por todos lados una, el brezo de invierno ( petorrí ), de flores pequeñas agrupadas en pequeños ramos y de color rosa intenso que alegra la vista de los caminantes en una época del año donde parece que todo está dormido. También diremos que es muy apreciada por las abejas en la época de hacer miel, muy valorada a pesar de tener el color tan oscuro. Hemos llegado a un gran llano. ¿Ahora qué? Pues bien, iremos a la izquierda, pero no por el camino ancho, sino por uno que va estrechándose hasta convertirse en un sendero, y que además está señalizado de amarillo Nos vamos a la ermita de Catí Duración: 4 horas Dificultad: baja y blanco. Estamos en el Collat d’Amorós o de Moros (según el mapa que encuentres). Si tenemos la suerte y amanece un día claro, nos podremos recrear gozando de las vistas tan maravillosas que se presentan delante de nosotros. Llega un momento en que parece que el sendero vaya a parar a un camino ancho, pero si os fijáis, continúa paralelo a él, así estaremos bastante más tranquilos. Pasaremos al lado de una caseta de vigilancia. Avanzamos un poco y, enseguida, cogeremos el sendero que está a la derecha y saldremos al camino. En poco tiempo estaremos en la ermita de la Puríssima Concepció, conocida como la ermita de Catí, donde, según cuentan las malas lenguas, se celebraba misa sólo cuando el señor cura era invitado a comer a cualquiera de las fincas: Orgue, Fadrins, Carrascalet, Administració, Ferreria, Calafate, Cancio... ¿Este lugar tiene algo de mágico? Almorzamos muy bien, llenamos los pulmones de aire puro y nos planteamos volver. Pero no lo haremos por el mismo lugar. Nos ponemos frente a la puerta de la ermita, mirándola, y nos vamos un poquito a la izquierda, donde veremos un camino ancho en la parte de abajo; bajamos siguiendo por él hacia la izquierda. Durante un buen tramo iremos por una pista muy cómoda que nos irá sonando cada vez más. Aparecerá dentro de nada, a la izquierda, la entrada del sendero por donde hacía muy poco habíamos pasado; ni caso, nosotros continuamos adelante y ya cuando estamos en un llano en plena curva, muy pronunciada, para empezar el descenso, a la derecha, o a medida que vamos frente a nosotros, veremos una vereda (más de uno se equivoca), la cogemos y nos llevará por toda la sombra hasta la Casa del Pantanet, después de una bajada. Senderos por donde gracias a hombres como Carlos Bofill, que va arreglando, picando piedras, haciéndolos más anchos... podemos ir más tranquilos. Bueno, eso de tranquilos es un decir, porque la montaña se ha vuelto peligrosa entre los aficionados a las bicis, las motos de dos y cuatros ruedas que salen por todos los lados... y otros pegando tiros, estamos apañados. Haced caso de los carteles que nos han acompañado en parte del trayecto: “Disfruta de este paraje y al irte no dejes ni rastro de tu presencia” . 17 Nos vamos a la ermita de Catí Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 18 P ara ir hasta allí, nos adentraremos en la rambla que tenemos a la izquierda después de pasar el badén que hay después del Molí la Reixa. Ya en la rambla veremos cómo las rocas que encontramos a su paso son modeladas por la fuerza del agua. Si queréis, a la altura de un pino que está en medio de la rambla, a la derecha, sale una senda que va paralela a la rambla pasando por olivos y almendros abandonados, así como restos de una canalización de agua derribada. Escudriñamos y veremos una mina de agua, La Bienvenida, y un poco más adelante, al lado de una comunidad de pinos casi a las faldas de una montaña grisácea, a la izquierda y detrás de una puerta amarilla se encuentra la mina de Petrer. Continuamos a la derecha, por en medio de la rambla. A partir de ahora veremos, a los lados, una especie de pozos peligrosos, están al descubierto y la protección es mínima. Al lado de estos pozos aparecen árboles de talla elegante y de tamaño considerable y que no son habituales en nuestras montañas: las carrascas. Ahora mismo tenemos un pino con una señal X, nosotros continuamos por la rambla. Un cruce. ¿Ahora qué? Pues vamos por la derecha siguiendo esta rambla que parece estar mejor. Muchísima gente odia caminar por ellas porque vas en un continuo bamboleo, el cuerpo se mueve como un vaivén. Tal vez aparezca el tramo más bonito de la rambla. Las rocas están esculpidas de manera caprichosa: unas forman escalones, otras forman capas, charcos llenos de agua, desfiladero de bordes abruptos y excavados por las aguas de un río... Por un día nos convertimos en Cuadra Salcedo (o bien que cada uno/una elija el personaje que le gustaría ser) debiendo trepar para evitar todo tipo de obstáculos. Muy pronto a la izquierda saldrá un camino que también nos llevará a L’Esquinal, pero ya que estamos dentro de la rambla continuaremos por ella. ¿Os parece bien? Enseguida empezamos a ver cubos de agua, bidones... Esto nos alerta de que la civilización debe de estar cerca. Efectivamente, vemos casas de campo y un camino. Vamos por él a la izquierda y una vez subimos la cuesta tenemos delante de nosotros un verdadero espectáculo. Por el mes de marzo o abril este paraje parece sacado de un libro de cuentos, donde se mezcla el color blancuzco de las flores con el marrón del tronco y la tierra grisácea. Parece que un pintor de estilo naif hubiera cogido un toque de color y convertira el blanco en rojo y verde. Los ojos nos harán chiribitas por el espectáculo. Un poco más adelante a la derecha subirá un camino que nos llevará a la Casa Castalla y a la Casa dels Pins (podemos pasar y comprar unas cerezas recientemente recolectadas, el sabor no es el mismo y además Josele siempre está dispuesto). Bueno, continuamos nuestro camino de vuelta. Vamos carretera hacia abajo y, ¡atención!, porque una vez pasamos una finca que pone “La Xinquera”, a la izquierda aparecen las marcas amarillas y blancas y un cartel indicador de una vía pecuaria. Si seguimos las marcas, nos llevarán a la rambla por donde antes habíamos pasado. Gozad de los olores, de los colores, del canto de los pájaros, del silencio, de la soledad y de un largo etcétera. L’Esquinal ¿El Jerte petrerense? Duración: 3 horas Dificultad: media 18 L’Esquinal / ¿El Jerte petrerense? Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 19 Q uedaremos en el barrio de El Guirnei y nos dirigiremos por debajo del puente hacia la izquierda y otra vez a la izquierda (aquí hay dos cruces, atención). Caminando caminando pasaremos cerca de una gasolinera que está a la izquierda, por el medio de la antigua sede de la Cruz Roja y por encima de un puente por donde pasaba la “carretera nacional” que iba a Madrid. Subimos una cuesta muy empinada. Una vez arriba veremos a izquierda y derecha un montón de casas diseminadas muy viejas pero que en su momento fueron importantes, entre las que se encontraba una fábrica de lonas, hablamos de Sta. Bàrbara. Por en medio de este caserío también esa carretera que nombrábamos antes hacía acto de presencia con sus curvas tan temerosas. El paraje tenía, incluso, un nacimiento y unos charcos donde algún que otro se ha bañado. El camino transcurre paralelo a la autovía. Bajamos y, cuando estemos abajo, inmediatamente vamos a la izquierda buscando los tres ojos del puente; aparecerá la marca roja que muy pronto la dejaremos. Cruzamos a la otra parte y nos espera otro puente muy diferente, lo pasamos, subimos una pequeña cuesta. Una vez arriba, enseguida iremos a la izquierda, y dejaremos a la derecha una caseta y un camino que irá a parar a la carretera. El camino por el que vamos es ancho. Nos acompaña la mayor parte del tiempo una rambla llena de cañas, taráis y en menor cantidad tabaco moruno. El ruido de las cañas (si tenemos suerte y hace un poquito de aire) a veces simula agua. Verdaderamente relajante. La montaña, Monastil, que tenemos en la otra parte de la rambla, está siendo repoblada poco a poco con pinos para detener la erosión tan evidente que sufre. Parece que estamos jugando al gato y al ratón, porque igual es un camino como se convierte en sendero para pasar a camino y así sucesivamente. El Pantà d’Elda Duración: 2 horas Dificultad: baja En todo esto, veremos algo que parece una fortaleza árabe o un viejo castillo medieval. Estamos en la Presa del Pantà; podremos subir por unas escaleras que quedan justo delante de nosotros, pero observad que a la derecha tenemos una especie de mirador desde donde se contempla un paisaje espléndido. En la otra parte de la rambla veremos unas escaleras hechas en la misma roca. Ahora que todo está casi seco, es imposible pensar que aquí, en este lugar, mucha gente ha dejado su vida, en esas aguas peligrosas y llenas de remolinos. Cuesta creer pero es cierto. Bueno, cruzaremos de un extremo al otro, por encima del muro. A continuación, pasaremos por encima de un pontezuelo minúsculo que está situado a la derecha. Ya en el sendero nos acompañarán, por todas partes, taráis de tamaño considerable e incluso pasaremos por en medio de ellos sintiendo una frescura muy agradable. Pronto la vegetación se amplía a eucaliptos y pinos. Al cabo de un momento, empezarán a aparecer las primeras construcciones. Más adelante, un puente muy diferente, por él pasa el tren. Lo cruzaremos por debajo y seguiremos nuestro camino, que continúa siendo ancho. Todo está más seco que una mojama. Enseguida, otros dos puentes de construcción y usos diferentes: canalización de agua y una carretera. Al cruzar este último, prestad mucha atención porque iremos a la otra parte cruzando la vía y todas las precauciones son pocas. ID CON CUIDADO. Cuando estemos en el otro lado, a la izquierda veremos una gran pinar y un caserío, es la finca El Poblet. Vamos a la derecha, caminamos un poco y nos encontraremos ante un grupo de casas de la Pedrera Baja. Continuamos el camino entre pinos polvorientos y encontraremos la subestación hidroeléctrica. La pasamos y saldremos a la carretera que nos conducirá a la derecha por encima del puente a la otra parte de la autovía. Desde allí miramos el camino que habíamos cogido antes, lo seguimos y ya hemos llegado a casa. 19 El Pantà d’Elda Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 20 D ejaremos el coche en el aparcamiento del hotel del Xorret de Catí e iremos a la derecha. Enseguida a la izquierda carretera hacia arriba pasaremos por muchos chalés y nos darán la bienvenida unos perros (eso es por si queremos pasar desapercibidos). Ya en plena curva dejaremos el asfalto para ir, acto seguido, frente a nosotros por un camino ancho de tierra y lleno, además de surcos, de unos montones de tierra que se supone que los harán para impedir el paso de vehículos, pero como siempre una gran cantidad de motos, quads y bicis se apoderan del paisaje. Seguro que os habéis percatado de las marcas amarillas y blancas, pues bueno, esto se aprovechará de referencia, ya que parte del trayecto nos acompañarán. Pronto abandonaremos el camino ancho para coger una senda ancha a la derecha (la marca la tenemos en la rama del pino). Poco a poco veremos cómo vamos cogiendo altura. La subida es bastante cómoda porque va haciendo zigzag; debemos procurar entre todos no salirnos del camino evitando hacer destrozos e ir abriendo nuevas sendas, ya que contribuirían a erosionar cada vez más el terreno. Dentro de poco iremos por una senda que parece que está empedrada por la posición en la que aparecen las piedras, como si estuvieran puestas a cosa hecha. En la parte más alta tenemos una especie de llano. Mientras respiramos y cogemos fuerza para acabar de subir miramos frente a nosotros y veremos una estampa como pocas: una vista gris de El Sit y Els Castellarets rodeados por el verde de Rasos, Collat Amorós, Ferreria y en la parte más alta el azul del cielo motejado con blanco por las nubes. Continuamos y un poco más adelante, junto a un palo indicador y mirando a la izquierda, veremos otra parte bonita como es desde el Pic del Frare a El Despenyador pasando por toda la Cresteria. A partir de aquí el sendero va estrechándose y la vegetación se duplica en variedades y va apareciendo gran cantidad de pinos, coscojas, romeros, estepas... Por un momento parece que no estamos en Petrer del verdor que encontramos a nuestro paso. Las raíces de los árboles, en este caso de los pinos, a veces parecen escalones para que podamos subir más cómodamente. También a una y otra parte del sendero aparecen grandes marcas de tierra movida seguro que por algún jabalí que ha estado revolcándose a gusto. La cuesta va empinándose poco a poco, pero casi que no nos percatamos y en un santiamén estamos arriba. Vamos a la Cova de Mossén Francés Duración: 3 horas Dificultad: media Cogiendo como referencia una piedra con las marcas blancas y amarillas, puesta en medio del sendero, iremos a la izquierda en lugar de continuar hacia arriba, y sin hacer caso de la cantidad de sendas que van abriéndose a nuestro paso continuamos hasta llegar a una gran peña y a una especie de balconada desde donde nos lanzamos a ver el mundo... Estamos en la Cova de Mossén Francés, que según se cuenta había en Castalla un rector aficionado a la caza con hurón, aunque muy a menudo estos animalillos huían. Cansado de que los hurones lo abandoraran, colocó dinamita y, como consecuencia de la explosión, quedó al descubierto una gran cueva que antiguamente sirvió de refugio a los pastores. Continuamos nuestro camino. Volvemos atrás algunos pasos para coger el sendero y saldremos a una especie de bancal grande, lo bordeamos por la derecha y a medio camino aparece una senda también a la derecha que nos llevará a una pista. Ahora iremos a la izquierda. Veremos el bancal donde habíamos salido y otros bancales más, plantados de cereales por los cazadores. Es un paseo precioso donde veremos plantas que hasta ahora no habíamos visto, como la salvia (la hoja es parecida a la de la estepa blanca). Sus propiedades son grandísimas, ya lo dice el refrán: “ Quien tiene salvia en su huerto, tiene salud en su cuerpo ”. Las coscojas se convierten en carrascas de un tamaño respetable. También se puede ver otra planta que sólo aparece en las alturas, como es el “coixí de monja”. Empezamos a bajar para encontrarnos con una especie de iglú, pero no de hielo sino de piedras. Es un pozo de nieve increíble, ¡qué construcción más curiosa!, difícil de hacer y de entender. Historia de una época no muy lejana, historia de nuestro pueblo que apreciamos bien poquito porque somos capaces de dejarla caer sin poner remedio, como tantas otras cosas: molinos, Canal de Ferro... En una parte del pozo aparece otro tipo de construcción semejante a una vivienda, era exactamente el taller donde se trabajaba y manipulaba el hielo que se sacaba del pozo. Continuamos el descenso y llegamos a un cruce, nosotros iremos a la izquierda, pero antes mirad lo que tenemos frente a nosotros, se puede ver tranquilamente Castalla, Onil, Ibi... ¡Qué afortunados somos de tener todos estos parajes donde desconectar de tantos y tantos problemas diarios y estar solos en medio de la naturaleza! Una vez bajo nos topamos con la carretera y, frente a nosotros, tenemos un depósito. Cogemos carretera hacia abajo, y sin enterarnos, pronto estaremos donde hemos dejado el coche. 20 Vamos a la Cova de Mossén Francés Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 21 E l primer tramo lo haremos desde los aparcamientos del hotel Xorret de Catí, pero una vez bordeamos la piscina, ¡atención!, porque nos dejaremos la carretera en el segundo cruce que encontremos a la derecha (como referencia diremos que hay un cartel que dice, o mejor, querría decir Propiedad Privada). Vamos por él, otra vez el camino se separará, uno que va a la Casa d’Alfredo y el otro por donde iremos nosotros. Pronto llegaremos a una especie de llano, ahora tendréis tres caminos: izquierda, derecha y de frente. Iremos por este último después de superar una pequeña subida. Sin darnos cuenta cogeremos una senda (más o menos) a la derecha que nos conducirá a un camino ancho, pero vamos con mucho cuidado porque la dejaremos para coger una senda que aparece marcada por pequeños mojones a la izquierda, para volver otra vez a salir al camino ancho. Si hemos estado muy atentos, las marcas amarillas y blancas hace tiempo que nos acompañan, sólo tenemos que seguirlas para cumplir nuestro objetivo. El camino se acaba, para volverse a hacer una vereda que transcurre entre pinos, coscojas, aliagas, carrascas… Vamos poco a poco ganando altura. Todo lo que nos rodea es maravilloso por la cantidad de rincones de gran belleza y cubiertos de musgo. Salimos a una especie de cortafuegos y aquí tenemos dos opciones: tomemos aire y subimos a la cima del Alt de Guisop de 1.249 m, y una vez que lo atravesemos tendremos una senda escondida y bastante salvaje que va por en medio de carrascas. Cualquiera de las dos opciones que hemos elegido nos conducirá a una caseta con antenas, “la Caseta del Maigmonet o el observatorio de Castalla”, y frente a nosotros el majestuoso Maigmó y, a medida que vamos girando, alrededor nuestro veremos las sierras de Aitana, Puig Campana, Sit… y pueblos como Tibi o Agost. Es un buen lugar para tomar un bocado y relajarse un poco: “ Contempla con ojos radiantes el mundo que te rodea, porque los mayores secretos se esconden siempre donde menos se piensa. El que no cree en la magia nunca la encontrará ”. Volveremos sobre nuestros pasos para coger un camino de tierra que sale a la derecha. Es bastante agradable y si seguimos las marcas muchas veces nos ahorraremos hacer subidas innecesarias y acortaremos sin hacer destrozos para volver a parar al camino ancho. Dentro de muy poco, aparecerá un gran espacio abierto y las marcas continuarán por el camino ancho a la derecha. En esta ocasión os invito a que continuéis frente a vosotros por un camino que se convertirá en senda y que, después de una bajada y de atravesar un bancal, volveremos a coger el camino empinado con una pendiente no demasiado fuerte. Una vez arriba, y después de planear un poco, estad atentos porque a la izquierda tendremos, otra vez, las marcas que nos llevarán a los bancales que hay en la parte de arriba de la Cova de Mossén Francés. Vamos por el lateral, cogemos la bajada y saldremos a la carretera que nos conduce hasta el hotel. Una vez en los pinos, si decidís ir a la Cova de Mossén Francés, simplemente id a la derecha y pronto os encontraréis con ella. ¿El alto de qué? De la Xumenera, de Guisop o de Pedro Payá Duración: 3 ½ horas Dificultad: media /alta 21 ¿El alto de qué? De la Xumenera, de Guisop o de Pedro Payá Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 22 E mpezaremos desde Catí enfilándonos hacia el área recreativa, yendo por la carretera que sube entre el hotel y el monolito dedicado a los ciclistas. Una vez llegamos a las barbacoas, cruzamos la carretera y, atravesando una pequeña rambla, veremos unas escaleras hechas con travesaños de madera de las vías. De manera cómoda iremos subiendo por ellas hasta salir a la parte más alta, donde tenemos el refugio y unas cabañas. Bordeándolas iremos a parar a un camino ancho, enseguida a la izquierda y después de hacer un giro e ir hacia arriba estaremos en la carretera. Buscaremos el depósito, y una vez lo pasamos, continuamos carretera hacia abajo y a la derecha. Al lado de una señal indicadora del desnivel que tiene, aparece una senda que nos llevará a un camino ancho. Vamos por ella entre pinos, carrascas, coscojas... y cuando después de una curva el camino vuelve a empinarse y subir, frente a nosotros y un poquito escondida, tenemos una senda preciosa que nos acortará el camino, para volver a salir otra vez al camino ancho. Al cabo de un rato, y después de pasar por unos bancales magníficamente cuidados y un aljibe a mano izquierda, aparecerán unas masías que están en un estado lamentable, pero por las dependencias que parece que tenían, es posible que fueran casas importantes; estoy hablando de las Cases d’Onil (ahora mismo están valladas para evitar peligros). Es un lugar idóneo por hacer una parada, mirar, descansar... Reanudemos nuestro camino yendo hacia la izquierda, aunque al momento, cuando este se bifurca, cogeremos el de la derecha, pasando por una encina muy grande. Por el borde de unos bancales veremos una senda que, marcada por unas señales en forma de flecha blanca pintada en los pinos, sube de manera suave y cómoda. El caminar se hace ameno. En un rato iremos a parar al camino ancho y, sin soltarlo, estaremos en las antenas de El Maigmonet. Aquí me parece que es un buen lugar para matar a quien nos mataba, seguramente os roncarán los intestinos. ¡Qué paisaje! ¡Poned los ojos como naranjas! ¡Es sencillamente fascinante! Podremos desde aquí entender las palabras escritas por Enric Valor: “ La Foia de Castalla està tancada per un cercle d’altes i majestuoses serres... Al racó septentrional, trobem el poble d’Onil, industrial i assolellat... Ibi net, clar i singularment lluminós... el petit poble de Tibi encavallat en un terreny trencat...i reclinat en un crestall de penya viva coronat per un castell mig en ruïnes, Castalla nou i vell, camperol i senyorívol ”. El regreso lo haremos por el Alt de Guisop, volviendo sobre nuestros pasos, deshaciendo un poco el camino, pero en lugar de subir esa cuesta tan empinada, a la derecha, después de pasar el cruce de caminos por donde ya habíamos pasado, aparecen unos mojones discretamente señalizados, que nos indican una senda preciosa entre coscojas y carrascas pequeñas llenas de musgo, que hacen el lugar un poco especial y al mismo tiempo tétrico, que nos puede trasladar a un mundo mágico dependiendo de la imaginación de cada uno. Saldremos a una especie de camino o de llano; si miramos a la izquierda veremos una cuesta que nos quita el hipo, nosotros lo cruzaremos para meternos de lleno en otra senda igualmente bonita, con rincones dignos de una estampa navideña. Después de caminar por la senda, que igual se ensancha como se estrecha, iremos a parar a un camino de tierra. Al llegar a un cruce, nosotros cogeremos la izquierda y así bajaremos a la Casa del Carrascalet. Desde allí se ve el hotel de Catí. De Catí a las Cases d’Onil Duración: 4 horas Dificultad: media 22 De Catí a las Cases d’Onil Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 23 S aldremos desde el hotel yendo a la derecha por una carretera asfaltada y, después de pasar el lago artificial, iremos a la izquierda por una pista o camino muy bien arreglado. Siempre iremos siguiéndolo sin hacer caso de los cruces que encontramos a una parte y otra hasta llegar a una especie de era, La Ferreria. Aquí cogeremos el camino de la izquierda, ya que el de la derecha nos llevará finalmente al Collat Amorós y Calafate, pasando por la ermita. Si sois curiosos y creo que sí, podéis acercaros hasta un palo indicador donde aparecen 4 o 5 señales de rutas con los kilómetros, para que os hagáis una idea de lo que camináis. Al cabo de un rato, caminando entre pinos y bancales de almendros, estaremos en un alto donde probablemente haya bastantes coches (yo le llamo el párking de la escalada). Si cogemos el camino que va por la izquierda nos llevará al Estret d’Agost, y no es el caso. En cambio, si vamos por un caminito disimulado que aparece a la derecha por el medio de pinos, iremos a parar a un bancal yermo. Si miramos hacia la roca veremos cómo las peñas cogen formas caprichosas (parece que estemos viendo una abuela). Lo cruzamos por un lado cogiendo una senda que tenemos frente a nosotros y que sin pensarlo nos llevará a la parte de abajo de La Foradà, una de las mejores escuelas de escalada en roca del todo el país, equipada con cantidad de vías con más y menos grados de dificultad y unos nombres de lo más original, y se llama Foradà porque precisamente tiene un agujero que atraviesa la montaña de la sombra a la solana. Bien, continuando por la senda, que es muy cómoda y bonita por la gran cantidad de pinos, y dándole toda la vuelta, iremos a la parte de la solana; seguro que encontraremos gente escalando. Vemos otro bancal yermo, lo cruzamos y cogemos una senda que aparece a la derecha señalizada con las marcas amarillas y blancas. Después de pasar entre unas peñas un poco oscuras, saldremos a la parte más clara donde, si miramos frente a nosotros y un poco a la izquierda, otras rocas cogen formas distintas. Así, De vuelta por Catí Duración: 3 horas Dificultad: media tenemos un mono, un moro, una tortuga... Ya os dije en una ocasión que aquí tenemos la Ciutat Encantada Petrerina. Si miráis a la derecha y hacia abajo veremos al fondo El Calafate, un trocito de la Casa Cancio y más cerca de nosotros unas ruinas, las de L’Alaig. Una vez más estamos en un bancal, pero aquí a la derecha baja un camino, que yendo por él llegaremos a dichas fincas. Nosotros ni caso, continuamos nuestra marcha no sin antes pegarle una ojeada a unos escombros que tenemos a la izquierda, es la Casa del Tro. A medida que venimos de fisgonear, tenemos una senda a la izquierda, vamos por ella hasta llegar a unos grandes bancales yermos. Nos dirigimos a una especie de cresta que hacen las rocas, y desde aquí el espectáculo que se divisa no encuentro palabras para explicarlo: el Pont del Vidre, L’Assut, el Estret d’Agost... e incluso el mar. Si desde allí miramos a la izquierda tendremos la majestuosidad de El Maigmó, con el cambio de color debido a sus vertientes y las peñas rojas. Es un lugar idóneo para acabar o empezar el año pidiendo que se cumpla lo que dice que: La felicidad consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y algo que esperar, porque si no sabes gozar de la vida, inevitablemente serás una carga para los otros. Es un momento excelente para hacer balance y pensar en lo que podemos hacer para mejorarlo. Podemos recorrer todo el bancal hasta llegar a una carretera o por lo menos lo que queda de ella, estamos en Els Palomarets, quien lo diría. La vuelta podríamos hacerla yendo carretera hacia arriba hasta llegar a un depósito. Estaremos en los Rasos de Catí, desde allí bajaremos a El Calafate, subiremos al Collat Amorós y ya estaremos prácticamente en el hotel, que es donde habíamos dejado el coche. Yo os propongo volver por el mismo lugar, porque ya veréis cómo no parece ni el mismo camino. Siempre se debe ir en un sentido y otro. Cambia mucho. Una vez estamos en La Ferreria podemos hacer una visita a la ermita de la Puríssima Concepció; desde allí la vista también es muy espectacular. Si nos ha sabido a poco podemos bajar hasta el pozo de nieve de la Finca de l’Administració y al hotel. 23 De vuelta por Catí Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 24 D ejaremos el coche en el Molí la Reixa y desde allí vamos carretera hacia arriba hasta llegar a una curva muy cerrada y protegida. Frente a esta, tenemos un camino ancho de tierra, que nos llevará a una finca de la Foia Falsa, la pasamos y vamos hacia arriba hasta encontrarnos la carretera, la cruzamos y cogemos una senda que bajará hasta una rambla. Muy pronto, si vamos a la derecha, iremos a parar a la Presa del Pantanet. Treparemos por la pared de la presa hasta salir a la parte de arriba, a una especie de bancales (esto es el Pantà, la que pasa es que muy pronto se colmó de tierra, ramas...). Los cruzaremos por el borde e iremos a parar a la carretera (a la izquierda nos llevará a Catí y a la derecha iremos a Petrer). La atravesamos y, pasando al lado de un abrevadero, cogemos una senda que transcurre por el medio de almendros y granadas abandonadas. Aparecerá otro rótulo indicador. Caminando podremos escuchar el ruido del agua y es porque nos acompaña una canal por donde pasa (la misma que veremos en El Pantanet). Después de pasar por una especie de puente lleno de juncos y subir una cuesta empinada iremos a parar a una casa en ruinas. A su derecha tenemos un pino que está acotado porque si os fijáis bien, hay un agujero hondo que supone un peligro para todos. Parece que unas piedras situadas unas al lado de otras nos señalan el camino que debemos coger. También podremos de vez en cuando echar una ojeada a las marcas blancas y amarillas que nos acompañarán todo el trayecto. Encontraremos unos pinos que, estratégicamente colocados, nos invitan a descansar. Continuamos y bajamos a la rambla. Unos pozos (dos en concreto) están en los lados. La senda nos llevará entre pinos, para convertirse en rambla con la incomodidad que supone caminar por ella (a mí particularmente me gusta), se estrechará y pasaremos encañonados entre dos paredes, se volverá ancha y así todo el camino. Mientras caminamos podéis ir mirando por todos lados, siempre se encuentran cosas curiosas como una rueda de trillar que hace las funciones de límite, cantidad de espliego… Pero atención, delante de nosotros se presenta un empinado y fuerte repecho, deberemos dejar la rambla a la izquierda, que además está señalizada con una X, y nos acompañará todo el tiempo una gran cantidad de pinos que harán nuestro paseo agradable. Bajamos a la rambla para volver a repetir lo mismo, aunque la subida no sea tan fuerte, es un repecho, y las raíces de los pinos formarán una especie de escalones. Otra vez iremos a parar a la rambla, el paisaje cambia, ya que no hay árboles y los pocos que encontramos están en el suelo caídos por un incendio. Ahora la senda se convierte en un camino bastante ancho, llegaremos a una zona llena de juncos, el camino se hace muy cómodo y con sombra. Muy pronto aparece una casa, se trata de la Finca de l’Administració, aunque antes de llegar, a la derecha se alza un árbol majestuoso, “ el castaño de indias ”, que si ahora es imponente, en la época de floración es digno de ser plasmado en el lienzo. Un poco más adelante de este árbol el camino que tenemos a la derecha nos llevará al Pou de Neu, o mejor dicho, a lo que queda de él. También está protegido para evitar problemas, pero si no se actúa rápidamente no quedará nada. Continuamos la senda y saldremos a un camino ancho. Si lo cruzamos veremos la ermita. Volvamos al camino para poder regresar. Tenemos dos opciones, volver por el mismo lugar o ir por el camino ancho hasta llegar a El Catxuli, y de allí por Mirabuenos hasta el Molí la Reixa. Del Pantanet al Pou de Neu Duración: 2 horas Dificultad: media 24 Del Pantanet al Pou de Neu Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 25 Los días están hechos de instantes, que han de vivirse intensamente. Existen toda clase de instantes, y ninguno merece la pena ser ignorado, porque son lo único que poseemos. Stephen Sondhein E n esta ocasión, nos reuniremos en la plaza de La Foia. Un poco más adelante, simplemente por curiosidad, podemos ir cuesta hacia arriba hasta el castillo para ver las cuevas situadas en la misma muralla. Nosotros iremos a la derecha y después a la izquierda buscando Cuatrovientos. Cruzamos por encima del puente de la autovía y enseguida giramos a la izquierda hacia el depósito de agua, bordeamos la cadena, continuamos, la decepción está a punto de llegar: estamos ante la primera de las cuevas, la de L’Ull (podremos imaginarla detrás de unas puertas de cierre metálico). Seguimos por la cuesta, de vez en cuando merece la pena ir revolviéndose y mirar el paisaje. Una vez estamos arriba de esta serreta, Les Saleres, iremos a la izquierda abandonando el camino ancho para ir por una senda que al principio parece no estar muy bien. Pasaremos por cantidad de bancales dejados de la mano de Dios, después aparecen otros que están labrados, pronto saldremos a un camino asfaltado, estamos en el paraje llamado El Ginebre, vamos por él y, más adelante, a la derecha, aparece un camino de tierra, continuamos por él y, sin pensarlo, iremos a parar a la otra parte de El Ginebre. Cruzaremos el camino asfaltado y cogeremos uno de tierra a la derecha para pronto dejarlo e ir a la izquierda por una senda que transcurre al lado de un pino. Pasaremos por la Cova de l’Assegurat, y sendero hacia arriba dejaremos otras cuevas a la izquierda, de las que nos separa una pequeña rambla. Oiremos, tal vez sí, tal vez no, ladridos de perros que nos amenizarán un poquito, pero se nos olvidará. El paisaje cambia, la presencia de pinos se hace notar y en un suspiro estaremos en la Cova de Frescoreta, es de las cuevas más grandes, tiene incluso un aljibe. Por todas partes veremos plantas aromáticas de distinto tipo. Respiramos fuerte, y por la izquierda de la cueva hay una especie de sendero-camino un poquito empinadillo que nos llevará a la pista forestal de El Sit (ahora, como está hecha de hormigón, pasan más coches, id con cuidado). Bueno, primero nos espera una curva pronunciada a la derecha y después otra a la izquierda. Aquí mismo, en plena curva, a la derecha, sale una senda que nos conducirá a la Cova Perico (abrigo natural en roca, posiblemente por la erosión del terreno). Volvemos a salir a la pista y durante un bueno rato iremos zigzagueando arriba y abajo, pero de repente vemos que el camino baja en picado en una pendiente fortísima, y al final se cruza una carreterita, continuamos bajando. Frente a nosotros tenemos un camino de tierra que va hacia abajo, lo cogemos, nos conducirá a una rambleta preciosa, caminamos por ella a la derecha siendo todo ojos y mirando hacia arriba de vez en cuando, porque muy pronto tendremos, en lo alto, la última de las cuevas, la de El Vicari, que si las paredes hablaran podrían decir mucho de aquellas reuniones clandestinas en tiempos donde la democracia era impensable. Una vez hemos fisgoneado, siempre con mucho respeto, volveremos a la rambla e iremos abajo hasta llegar a una canalización en alto. Mirando mirando veremos las marcas amarillas y blancas a la derecha, las seguimos e iremos a parar a una carreterita, esta nos conducirá a la izquierda hasta el Racó Xoli (el nombre correcto de este paraje es Les Ventetes) y a la derecha, a Petrer pasando por L’Almadrava. Va de cuevas: la de L’Ull, Frescoreta, Perico, El Vicari Duración: 5 horas Dificultad: media 25 Va de cuevas: la de L’Ull, Frescoreta, Perico, El Vicari Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 26 P ara aquellas personas que estén en buena forma física os recomiendo que vayáis andando desde Petrer. Lo podéis hacer carretera hacia arriba por L’Almadrava, y una vez lleguéis, veréis un cartel indicador que nos llevará a Les Ventetes y al Racó Xoli. Para hacer un poco de boca, contaré que pasaremos por El Cossi, nacimiento de agua que aparece en una de las curvas de la carretera a la derecha, y a la izquierda si os acordáis está la Cova del Vicari descrita más atrás. Una vez llegamos a la zona de aparcamiento, veremos que en la parte de arriba hay un camino de tierra, lo cogemos y durante todo el trayecto sólo debemos ir un poquito pendientes de las señales amarillas y blancas. Es un camino muy cómodo, ancho y nada dificultoso que nos permite ir en grupo hablando tranquilamente. Pasaremos al lado de una balsa con agua clara. Mi marido y yo deducimos que esta se surte de agua de Rabosa para después llevarla hasta el Racó Xoli. ¡¡¡Casi nada los ingenieros!!! Al cabo de un rato, id con cuidado, porque aparece un camino a la izquierda, aunque un cartel nos indicará claramente la dirección que cogeremos si queremos ir hacia la cima del Sit, en el Racó Xoli o en Rabosa. Nosotros debemos continuar para bajar hasta una rambleta, y una vez hemos pasado por debajo de un “acueducto moderno con goma de riego incluida”, a la derecha, cogeremos una senda, aunque primero habrá que trepar un poco. Una vez arriba id siguiendo las marcas, porque como veréis hay un cruce de sendas. El paraje es muy interesante. Otra cuestecilla y, no sé si os habéis percatado de la especie de puente que está a la derecha, está hecho de forma natural, un tronco de árbol actúa de refuerzo. Una vez arriba pasaremos por encima de esa especie de puente natural. Recordad que en el campo y en la montaña hay que ir con el objetivo de descubrir cosas nuevas, por eso es tan importante que vayamos mirando a una parte y otra para encontrar las novedades que, Un paseo por L’Esplanada de la Muntanya Duración: 2 horas Dificultad: baja la naturaleza unas veces, y la mano del hombre otras, nos ofrecen. Continuamos nuestro caminar rodeados de pinos. Pasado un tiempo tenemos una subida escarpada por la erosión de los fenómenos llamados naturales, como son el agua, viento... y ¿por qué no decirlo?, también las personas contribuimos y tenemos parte de culpa en lo del deterioro del medio ambiente en nuestras actuaciones, abriendo senderos donde no habían, un mal uso de los senderos existentes y un larguísimo etcétera. Debemos hacer uso y no abuso de la naturaleza, si no, pagaremos cara la factura . Una vez estamos arriba, bajaremos. Prestad atención porque a la izquierda, a un lado de la senda, una cueva nos saldrá a nuestro paso. ¡Qué construcción más curiosa! Continuamos un poco y enseguida vemos una especie de balsita (aunque llena de arbustos) con unas piedras muy bien dispuestas, es una alberca o lavadero. Una vez la hemos pasado tendremos un sendero a la izquierda y otro a la derecha que bajará a la rambla para después volver a subir, vamos por este y pronto estaremos en una casa de campo blanca, Casa Herrero, bien cuidada, y enfrente tiene un pino grandísimo que seguro hará las delicias del verano. Pensad en la cantidad de cosas que han salido a nuestro paso y los lugares tan estratégicos donde están. Continuamos nuestro camino, nunca mejor dicho, y el panorama que tenemos delante de nosotros no es nada bonito. En un abrir y cerrar de ojos estaremos en Rabosa. A lo largo de todo el trayecto, seguramente nos habremos cruzado con un número considerable de personas, de ahí el nombre de Esplanada de la Muntanya. La vuelta la haremos por el mismo lugar, ya que siempre quedan cosas por ver o que simplemente habían pasado desapercibidas y ni nos habíamos fijado. Otra opción, si es que venimos caminando desde Petrer, es decir a alguna persona que nos recoja en Rabosa. 26 Un paseo por L’Esplanada de la Muntanya Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 27 E l punto de partida podemos situarlo en L’Algoleja (nosotros lo hacemos desde El Trosset). Una vez estamos situados debajo de los pilares iremos a la izquierda justo por debajo del mismo puente. Pasamos a la otra parte y atravesamos, con mucho cuidado, unos bancales de almendros. Más adelante estaremos en la carretera de Catí a la altura de un conocido restaurante. Cruzaremos la carretera, iremos hacia arriba y a la izquierda aparece un camino sin asfaltar, vamos por él. Un poco más adelante a la izquierda pasamos por una torre de luz, bajamos a coger un camino asfaltado, pero ¡atención!, porque primero pasaremos por uno, este no es, el siguiente sí. Pronto empezaremos a ver marcas amarillas y blancas, que nos indican que estamos en un sendero de pequeño recorrido. Pegaditos a la espalda de una casa cueva, bajamos a una rambleta, volvemos a subir, otra vez bajamos y subimos para coger un sendero que hay después de pasar una cadena. Fijáos bien, vamos bordeando el Tir de Colom. Ya estamos en lo alto, en una especie de collado. ¿Qué tenemos aquí? A la derecha una senda que poco a poco va perdiéndose (si queréis comprobarlo sólo debéis ir. ¡Ánimo!, yo no lo conseguí la última vez), detrás de nosotros, tenemos Tir de Colom y frente a nosotros tenemos un camino ancho y otro (un poco más estrecho) que en principio parece un poco desdibujado, sin embargo, tranquilos, se convertirá pronto en una senda que nos llevará por medio de pinos y de gran cantidad de plantas. Si alzamos la vista veremos el Arenal de l’Almorxó. Una vez abajo y al lado de las puertas de una finca y restos de construcciones (ladrillos, cemento…) podemos ir a derecha o izquierda; lo haremos a la izquierda. Otra vez a la izquierda y a continuación dejaremos el asfalto, y a mano izquierda tenemos un camino ancho, parece que se pierde, lleno de surcos provocados por el agua y de hierba, bastante empinado (mientras subimos no decimos ni piu). Uf, uf, uf, ya estamos arriba. Miramos alrededor, esto nos suena, claro que sí, desde el collado podremos ver el Tir de Colom. Esta vez cogeremos el sendero que baja hasta la caseta y las balsas para investigar un poco. Continuamos nuestro camino por la rambleta que aparece a la derecha una vez hemos pasado la cadena. Iremos rambla hacia abajo (no está “maleja”) un poco más adelante, parece que se separa. Entonces nosotros iremos a la izquierda cogiendo un camino asfaltado que continuaremos hasta otro camino, también asfaltado, y en esta ocasión vamos a la derecha y sin percatarnos estamos en Petrer. Petrer - Tir de Colom - Arenal Un paseo distinto Duración: 2 horas Dificultad: baja 27 Petrer - Tir de Colom - Arenal / Un paseo distinto Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 28 S aldremos desde L’Esplanada e iremos hacia la autovía. Apenas empezar las Cases de Sogall iremos a la izquierda, bajaremos a la rambleta y por dentro de un tubo muy grande cruzaremos la autovía por debajo. Al salir al otro lado empezamos a ver las marcas amarillas y blancas que sin abandonarlas nos llevarán a la ruta que hoy os describo. Recorreremos parte de La Llobera, Salinetes, Monte Majo, pero una vez pasadas las últimas casas y antes de una torrentera, ¡atención!, porque a mano derecha aparece un puentecillo (puente pequeño de conducción de agua). Si observamos bien las marcas nos llevarán por debajo de él y así evitaremos dar una vuelta tremenda. Tan sólo hay que seguir las instrucciones cuando nos encontramos una valla con un cartel que nos pone “ Senderista, deja cerrada la valla ”. Como personas responsables así lo hacemos y continuamos tranquilamente el camino. Después de una fuerte bajada y subida tenemos delante de nosotros las primeras casas de la Lloma Badà. Id con cuidado porque dos señales quieren despistarnos. En esta ocasión elegiremos la que dice Colada del Tío Cirilo. Encontraremos un ensanche de color rojizo que nos hace la impresión de un paisaje lunar, volveremos a pasar, esta vez, por encima de un puentecillo y por todas partes veremos un cañar tan común en zonas húmedas. Seguimos el camino, cruzamos la carretera que lleva a la urbanización de la Lloma y, bordeando la valla de un chalé, volvemos a coger un camino sin asfaltar que aparece a la derecha. Bastante más adelante encontraremos otra carreterilla asfaltada, que a mano izquierda nos llevará a Els Col·legials y nuestro destino nos hace coger la derecha. Después de pasar una torre de luz iremos otra vez a la derecha, bajaremos a la rambla y el resto del trayecto transcurrirá por dentro de esta. Nos acompañarán todo tipo de plantas: baladres, taráis, algún que otro junco, comunidades de espartos, tomillos, romeros, espino negro, “raïmet de pastor”… Poco a poco y sin percatarnos llegaremos a la fuente de agua salada (una breve referencia a la reconstrucción, ya que se llevó a cabo por miembros del Centro Excursionista de Petrer). ¿Qué encontramos aquí? Un chorro fuerte de agua salada y balsas donde tranquilamente podemos gozar de un baño. No sería extraño que apareciese un personaje muy curioso, el Doctor Barro, que nos explicará las propiedades de los distintos tipo de arcilla (blanca, roja y verde), de la misma manera que podemos ver gente tomando baños en estas piscinas naturales. Si queréis hacer una pequeña excursión cultural, un poquito más adelante aparece un puente, subid y a la izquierda aún podemos ver lo que queda de aquel famoso balneario de Salinetes inaugurado el 3/3/1858. Digo famoso porque sus aguas eran y son consideradas altamente curativas y de manera especial están recomendadas en la curación de las afecciones de la piel. Alrededor se construyó un gran complejo, casas independientes e incluso una ermita, a la Virgen de los Dolores. Hoy tan sólo quedan escombros. En la otra parte de la autovía veremos Bateig, podremos volver por allí. Sólo debéis continuar la rambleta, pasar por debajo del puente de la autovía y enseguida a mano derecha una senda muy empinada nos llevará a una pista asfaltada. Vamos a la derecha y más adelante, a la izquierda veremos un camino ancho, sin asfaltar. De aquí hacia allá el camino transcurre paralelo a la autovía, hasta llegar a la carretera de la Lloma Badà, iremos por ella y saldremos a un lugar que nos suena, ahora tan sólo debéis continuar las marcas que nos conducirán a Petrer. Petrer – Barranc Salinetes Duración: 2 horas Dificultad: baja 28 Petrer – Barranc Salinetes Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 29 R ecordad que si es tiempo de cerezas podéis dar una vuelta por la Casa Castalla o la de Els Pins porque estamos muy cerca, ya que el coche lo dejaremos por el Ranxo Grande. Así, haciendo un poco de piernas seguiremos la carretera que está asfaltada y, en un momento dado, cuando se separe, nosotros cogeremos la de la izquierda. Una vez pasamos la última de las casetas de campo, iremos camino hacia arriba, un camino lleno de “regalladors”, hasta llegar a un cruce de caminos. Nosotros iremos a la derecha, pasaremos por el borde de una caseta arreglada por los cazadores y dejaremos a un lado la cadena de un camino que nos lleva a La Costa. Y por fin, después de una bajada y antes de empezar a subir, a la izquierda entre un montón de piedras arranca un sendero que, sin soltarlo y siempre hacia arriba, nos llevará hasta Les Fermoses. En la parte de arriba, en la loma, es un buen sitio para descansar un rato. Continuamos adelante sin hacer caso de los caminos que a la derecha y a la izquierda van saliendo. El camino, como veréis, es precioso, transcurre entre pinos y carrascas, subiendo, bajando y serpenteando hasta que delante de nosotros aparece una cuesta que es muy interesante. Tranquilos, porque a la izquierda, en los pies de la cuesta sale otro camino, entre un pino (con señal roja y blanca) y una carrasca. Iremos por él. Muy pronto otro pino con la señal X nos informa que el camino no es correcto, pero para nosotros sí que lo es. Pasaremos de un camino estrecho a otro un poco más ancho. Podemos observar que a la izquierda los bancales están yermos y que a la derecha aparecen todo tipo de arbustos, plantas y árboles. ¡¡¡Atención!!!, porque como vamos entretenidos mirando a un lado y otro veremos cómo el camino se va a la izquierda y nosotros debemos coger el de la derecha, y antes de seguirlo completo miramos, porque después de atravesar un pequeño bancal yermo el camino continúa entre pinos (seguramente habréis observado que hacía una curva y salía al camino que nos lleva hasta la era donde estaba la Casa de les Fermoses, de la que no queda nada de nada, bueno, para decir verdad, el corral). La Replana Duración: 4 horas Dificultad: media /alta Volvemos donde nos habíamos quedado. El camino discurre entre pinos, es agradable escuchar el canto de los pájaros, el silencio… (sí, habéis leído bien, el silencio también se puede escuchar, comprobadlo). Cerca del camino, a la derecha aparece un gran montón de piedras, según me han explicado es una especie de escondrijo o refugio para que ciertas especies como liebres, conejos... puedan escapar de sus depredadores. Un poco más adelante llegamos a una especie de llano sin pinos, que nos acompañaban hasta ahora. Si estamos atentos veremos cómo el camino empieza a descender, aunque a la izquierda y tímidamente entre unos pinos jóvenes, quiere mostrarse una senda. La señal hecha con piedras nos invita a ir por ahí. La senda, perfectamente dibujada, va cogiendo altura casi casi sin enterarnos. A medida que vamos subiendo, al fondo y a la derecha podemos ver el camino que habíamos dejado. De un momento a otro la senda dejará de pisar tierra para ir por la roca. Esto quiere decir que debemos prestar atención porque durante bastante trayecto nos acompañarán unos mojones estratégicamente situados (como comprobaréis está todo más que controlado). Id mirando lo que tenéis delante, detrás, a la derecha, a la izquierda, porque merece la pena. ¡Qué vista más preciosa! Como siempre, estemos donde estemos, El Sit aparece al fondo como observando. Siempre os digo que al campo hemos de ir a disfrutar y no a caminar como si fuéramos asnos, es una de las cosas que nos diferencia de ellos. Vendría al pelo una frase de la actriz K. Hepburn que dice: “ Nunca dejo de recordar que sólo existir es divertido ”. Después de un rato iremos a parar a un camino ancho (seguramente aquel que dejamos allá abajo). A la derecha contaremos unos 55 pasos y una senda a la izquierda nos llevará hasta una especie de escultura en medio de la naturaleza: el punto geodésico que marca la altitud. Una vez hemos descansado volvemos sobre nuestros pasos, siempre nos hemos dejado cosas por ver o que simplemente no han requerido nuestra atención y que después de verlas otra vez reparamos en detalles que antes se nos habían pasado por alto. 29 La Replana Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 30 S i queremos hacerla más larga nos enfilaremos Rambla de Puça hacia arriba, pasando por los molinos d’Assut, Esperança, Pinxe, Turco, Pólvora, Salt, Ponça y Ganxo (más conocido como Molí la Reixa ). Si lo hacemos desde el Molí la Reixa cogeremos la senda que baja a la rambla como si quisiéramos ir al Molí de Ponça, y antes de llegar a este veremos a mano izquierda una senda que poco a poco va empinándose hasta llegar a un campo de olivos, y algún que otro almendro. Cuando lleguemos al primer bancal yermo que, además, aparece marcado con un mojón, iremos a la derecha siguiendo el sendero. ¡¡¡Atención!!! Sendero a la izquierda, a la derecha, de frente. ¿Cuál cogemos? El que tenemos de frente, que va cobrando altura sin darnos cuenta, saliendo a parar a un camino ancho, yendo por él a la derecha (a la izquierda tenemos las Cases del Perrió). ¡¡¡Ufffff!!! ¡Qué cuesta! Cuando lleguemos arriba, en una especie de llano, tenemos una panorámica de las vertientes de la Serra del Cavall, ¡qué cantidad de pliegues que hace!, y en la parte de abajo las Casetes de Puça. Bajamos para volver a subir (está clarísimo). Cuando llevamos media cuesta encontramos una señal amarilla y blanca que nos acompañará gran parte del trayecto (a la derecha aparece un sendero que, siguéndolo, nos llevará a El Figueralet, pero no es el objetivo, quizá otro día). Arriba del todo, se asoman tímidamente Els Castellarets, Cresteria y Pic del Frare y un trocito irreconocible de El Sit; nos da la bienvenida un cartel. Siguiendo el camino de la derecha subiremos al refugio del Centre Excursionista de Petrer. En la parte de arriba de este nos situaremos en un llano donde tendremos una vista espléndida, los Puntals del Ginebre, digna de ser plasmada en un lienzo, de las montañas nombradas. Qué paz en un mundo lleno de violencia, aprisa, de muertos sin sentido. Gracias a toda la gente que ha hecho posible que podamos gozar de un lugar como este . Volvemos sobre nuestros pasos hasta salir al caminito y continuamos bajando. A la izquierda tenemos una caseta en escombros, tiene un encanto especial, y un poco más abajo, junto a unos juncos se supone que había un nacimiento de agua (digamos que era blanda, exactamente no sé qué quiere decir eso). Volvamos un poco atrás para coger la senda otra vez. ¿Qué más nos esperará? La senda es cómoda, soleada a veces y otras veces más sombreada. El sendero nos llevará a un camino ancho. Si vamos a la derecha llegaremos a L’Almadrava pasando por la Casa del Sastre y por la de El Vell, pero nosotros iremos a la izquierda, veremos una casa, la de Payà. Continuando sendero hacia arriba llegaremos hasta un llano con tres opciones: a la derecha iremos a Els Castellarets, de frente a Rabosa y a la izquierda por donde me gustaría que fuérais. La subida es fuertecilla, aunque merece la pena, ya que desde arriba veremos la Serra de Bubo y a la derecha la Cresteria del Frare, Planisses, Alt de Guisop, Maigmonet e incluso El Maigmó. Empezamos a bajar, preparáos para escuchar ruidos de coches, la carretera que nos lleva a Rabosa la tenemos muy cerca. Vamos a la izquierda carretera hacia abajo hasta llegar, también a la izquierda, a un camino de tierra que nos llevará a Mirabuenos, y de allí a la carretera que nos conducirá a la izquierda hasta el Molí la Reixa y a la derecha a Rabosa y Catí. El Perrió Pozo de tranquilidad Duración: 3 horas Dificultad: media 30 El Perrió / Pozo de tranquilidad Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 31 P ara esta ocasión nos reuniremos en L’Esplanada y caminaremos hacia la gasolinera “El Cid”. La pasamos, dejando una rotonda muy pequeña a la derecha, pasaremos por debajo del puente y caminaremos frente a nosotros hasta llegar a otra rotonda un poco más grande. Vamos a la izquierda subiendo entre chalés. Una vez estamos arriba iremos a la izquierda, pero enseguida a la derecha. Estamos en la partida rural de La Llobera (mirad alrededor y veremos la casa del escultor que trabaja con moluscos (mejillones, almejas, conchas...). Un poco más adelante tenemos un chalé que dice “Camino del Cid” (nos aprovechará de referencia). El camino que hasta ahora estaba asfaltado lo dejamos para coger uno de tierra a la derecha. Subimos una loma, bajamos y nos encontraremos con otro camino, el que va al basurero. Lo dejamos para coger, a la derecha, un camino bastante empinadito. Seguiremos frente a nosotros (a la derecha aparecen otros dos caminitos, no hacemos caso). Aprovechad para situaros, porque pronto tenemos una rambleta, bajaremos para volver a subir por una sendeta que hay en la otra parte. Después de ir un poquito por medio de bancales de tierra blanca, yermos, y pasar por una valla “hecha polvo”, iremos a parar a un camino. A izquierda y derecha veremos dos casetas de campo. Continuamos, bajamos y, una vez abajo, vamos a la izquierda. El paisaje cambia. Preparáos, empezamos la ascensión. A la derecha tenemos el Barranc de Sento, que nos viene acompañando gran parte del trayecto. Che.... ¡Ya estamos arriba! Hacemos un descanso y mientras tanto veremos frente a nosotros la gran mole de El Sit. Ascendemos despacio por un sendero, a la derecha, marcado con una flecha de color azul y A Els Xaparrals A coger hierbecillas Duración: 4 horas Dificultad: media /alta que nos acompañará bastante a menudo. De la misma manera que tenemos pinitos pequeños. Pero pronto no tendremos ni una sombra hasta que llegamos a lo alto. Lo que sí que podremos ver, por todos los lados, es una gran cantidad de esparto, romeros, enebro, sabinas, siempreviva y un largo etcétera. De vez en cuando, dáos media vuelta y gozad de todo lo que nos rodea. Al cabo de un momento, el sendero se convierte en camino, la civilización está cerca por la cantidad de basura “de todo tipo” que vemos por todas partes y la vegetación cambia, porque al lado de los pinos aparecen pequeñas comunidades de cipreses. Frente a nosotros, una carretera, la de Els Xaparrals; la cruzamos. Vamos cuesta hacia arriba. Arriba del todo podemos ir a la derecha y subiremos a las antenas, o a la izquierda y recorreremos todo Els Xaparrals recogiendo hierbecillas. En Catí y Chaparrales las camomilas floreceny al sol que cae a raudalesgrabados de sol parecen. No la arranquéis de tirónque la privaréis de vida;segadla, y en eclosiónbrotará reverdecida. Fragmento de un poema de Paco Mollà Continuaremos cresteando todo Els Xaparrals hasta llegar a un lugar que nos suena. Si continuamos de frente, llegaremos a la cima del Sit, a la derecha El Comptador y a la izquierda a Les Covatelles (cualquiera de las tres opciones es buena, nosotros cogeremos la última). Una vez hemos bajado nos encontraremos en la carretera, iremos por ella a la derecha hasta llegar a la Xabola del Forestal y, para acabar, a Petrer (escrito así parece que está cerca pero nos queda bastante camino por recorrer). 31 A Els Xaparrals / A coger hierbecillas Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 32 P ara dar la vueltecita quedaremos en el paseo de L’Esplanada, y nos dirigiremos a La Molineta. Como sabéis, antes habremos de pasar por debajo del puente y continuaremos carretera hacia arriba. Pasaremos por una cantidad considerable de bungalous y casas de campo. Cuando pasemos los últimos bungalous que hay pegados a la carretera nos enfilamos hacia arriba. Una vez estamos arriba, la carretera se parte en dos, nosotros iremos a la derecha y, cuando otra vez aparezca un cruce, lo haremos a la izquierda y así no nos pelearemos (es broma). En medio vemos un cartel que dice VÍA PECUARIA. Continuamos nuestro camino gozando de los almendros y olivos que salen al paso. Pasamos por encima de un puente, sabemos que lo es por la barandilla y porque se supone que cuando llueve por debajo pasa mucha agua, pero hace tanto tiempo de eso que ya no me acuerdo y la rambla está más que seca. Es un trayecto agradable para la vista porque cada una de las casetas de campo o chalés tienen una estructura (arquitectónicamente hablando) distinta, un colorido diferente, etcétera. La única cosa que nos molestará serán los ladridos de los perros, que eso sí que es semejante en todas las casas. Pronto parece que la carretera desciende. A la izquierda, pegada a una valla de una caseta aparece un camino de tierra ancho. Como referencia cogeremos un poste de la luz, pues bien, vamos por él. El paisaje es totalmente desértico aunque a la derecha, unos bancales de olivos bien cuidados nos acompañarán parte del recorrido. A la izquierda hay almendros semisecos o secos, esparto, romeros casi irreconocibles por el color que presentan. Pasaremos junto a una cueva natural, la mano del hombre se nota por el mal uso. Continuamos nuestro camino, la tierra es completamente blanca, por eso el nombre del paraje, Els Blanquissals. Llegará un momento en que pensaremos que nos hemos perdido porque la roca se apodera del terreno, fijáos cómo está cortada en capas, con muchísima precisión. ¿Será el tipo de roca? Ve tú a saber. Al fondo, unos puntos verdes, de verdad que se Madroño y coscoja Duración: 2 horas Dificultad: baja agradece, le dan una nota de color en medio de los tonos grises de la tierra. Ya estamos en la comunidad de pinos y continuamos nuestro camino. Si estamos atentos oiremos risas de niños/as y alguna que otra de adulto. ¿Qué será? A medida que avanzamos irán apareciendo los tejados de unos edificios adosados, una casa sola, otro grupo de casetas iguales. Esto que tenemos delante de nosotros es la Lloma Badà, exactamente una zona. Bordeamos la pequeña loma y nos recibe una casa de campo vieja en la que aún podemos ver el horno en la fachada, el pozo tapado, y las paredes hechas de piedra están ahí aguantando el paso de los años aunque las personas contribuimos a su deterioro, quemando, metiendo basura y haciendo mil y una “fechorías”. El caminito ahora se convierte en sendeta y va hacia abajo un poco. Hasta que llegamos a la parte de abajo iremos siempre a la derecha sin hacer caso de todas las sendas que nos salgan al paso. Ahora descendemos a una especie de rambla y ya tenemos el madroñero. Cuando nos acerquemos nos percataremos que está bastante seco y lleno de inmundicia. Recuerdo que hace un puñado de años apareció catalogado en un estudio como árbol monumental. Y yo me pregunto: ¿Para qué? Ni se ha protegido, ni se ha prestado atención, al contrario. Pero como decía Confucio: “ La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y nos alejemos ”. A nuestras espaldas veremos una senda que subirá a unos bancales de olivos abandonados, los cruzamos y por una especie de rambleta (si no queréis ir por ahí, a la izquierda cogeremos una senda que va pegada a los bancales) iremos a parar a una coscoja grandísima. Esta parece estar en mejores condiciones. Enfrente de la coscoja, una senda sale al paso empinándose poco a poco. Una vez llegamos al poste de la luz que hay en lo alto, podemos bajar y subir la rambleta y coger la carretera que nos llevará a la Lloma Badà o emprender el regreso por el mismo lugar por donde hemos venido. Depende de vosotros y de las ganas que tengáis de caminar. Sea la opción que sea, debéis estar muy seguros. 32 Madroño y coscoja Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 33 I remos a la Serra del Cavall, pero no por donde siempre.Saldremos desde L’Algoleja (aparcamiento situado donde estaba la antigua escuela infantil Mare de Déu del Remei, detrás de la iglesia), y ya cuando aparecen las primeras columnas, buscaremos una senda que cruzará por debajo del puente de la autovía, y una vez estemos al otro lado y después de pasar por unos bancales, iremos a parar a la carretera de Catí. La cruzamos y siguiendo frente a nosotros y hacia arriba por una vertiente, veremos que a la izquierda sale un camino sin asfaltar. Al cabo de un rato de ir por él cogeremos una senda que pronto saldrá al camino otra vez. Pasaremos por el algarrobo por donde, a menudo, hemos subido al Pla de Sebastià en la Serra del Cavall. Al fondo, después de una curva, la Casa de Buig y la Casa Vella o de El Pi nos saludan tímidamente (otro día me decía un conocido mío que la Casa Vella también se llamaba de Isidre haciendo honor a su amo). Al llegar a un cruce iremos a la derecha y enseguida buscaremos una senda a la izquierda, no sin antes hacer un reconocimiento visual a la Cova de Boira (parece que la están arreglando, han puesto puertas, ventanas... Se habla mucho sobre quién es la persona que la ha comprado). Nosotros continuamos nuestro camino, la rambla la llevaremos a la izquierda. La Cova de Faïnco saldrá a darnos la bienvenida y un poco más arriba tenemos el Collat de Xarpa. Continuamos el camino frente a nosotros y, al momento, por la derecha subirá un camino que está un poco empinado. Una vez arriba, mirando al fondo y a la izquierda veremos un paisaje bastante montañoso: el Xocolate, Alt de Peret... Pero lo que realmente nos hace pensar si estamos en Petrer o no, es estar rodeados de pinos de cualquier tamaño a izquierda y derecha, por el concepto de sequedad que tiene la gente que no conoce nuestro término. Otra cara de la Serra del Cavall Duración: 3 ½ horas Dificultad: media El camino, de repente, se acaba. A la derecha, junto a un pino, sale una senda que nos llevará a un camino ancho (la senda también tiene su complicación). Lo atravesamos y veremos un gran llano, o puede ser que esté sembrado de semillas de cereales. Por el borde izquierdo del bancal vamos cruzándolo, y de vez en cuando saldrá a nuestro paso una especie de senda que desaparecerá para volver un poco después, es por eso que debemos ir con cuidado y coger como referencia un pino alto que tenemos frente a nosotros, después otro que está a la izquierda, otro un poquito más allá, también a la izquierda, y así hasta que vemos un pino solo bajo una peña. Nos dirigimos hacia allá y encontramos un aljibe de arrastre muy original. Este será un lugar tranquilo para sentarse y pensar en lo que tiene de positivo todo lo que nos rodea. Un refugio para el silencio. El silencio que nos ayuda a poner en orden nuestra vida (leí la frase en no sé qué revista y le va “al pelo”, no me digáis). Ya nos hemos repuesto y emprendemos la marcha. Lo haremos por la izquierda del pino, buscando un poco más abajo una pequeña comunidad de pinos. Pues bien, otra vez a la izquierda e iremos a parar a unos bancales también labrados y seguramente plantados de semillas que aprovecharán los animalillos. Los cruzamos, siempre por el borde, y saldremos a una pista o camino, vamos por él a la derecha y bajando. Desde aquí otras montañas nos saludan, como son Les Fermoses, Alt de Peret, El Bubo... De nuevo hay un cruce, nosotros cogeremos el camino de la derecha porque es el que nos llevará a Puça y, siguiendo la carretera asfaltada, iremos a parar a la carretera de Catí-Rabosa, vamos por ella a la derecha y, después de pasar dos curvas (creo que no me equivoco), veremos un camino y una casa a la izquierda, iremos por él y llegaremos hasta la rambla, llamada de Els Molins porque en ella aparecen alrededor de 7 molinos hidráulicos (desde este espacio aprovecho para reivindicar su protección). Yendo rambla hacia abajo pronto estaremos en la Canal de Ferro (también habría que hacer la actuación anterior) y en Petrer. 33 Otra cara de la Serra del Cavall Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 34 P odemos ir desde Petrer si estáis fuertes; desde el Molí la Reixa e ir por Mirabuenos si la preparación es media o dejar el coche en la pinada de El Catxuli si queremos implicar a toda la familia en nuestra aventura. Cualquier opción será buena. Nosotros nos adentramos por el camino de El Catxuli, gozando de tranquilidad y sosiego, que nos hacen tanta falta, aunque es más que probable que algun grupo de ciclistas rompa estos momentos tan especiales, pero el campo es de todos y gozar, respetar… debe formar parte de nuestra educación como ciudadanos. ¡Qué lata os doy!, ¡qué le vamos a hacer si soy así! Después de un buen rato, el camino se ensancha y aparecen cantidad de senderos y caminos, cada uno de ellos nos llevará a un lugar diferente. Nosotros cogeremos ese que tiene unas portaladas grandes de piedra, la Porta de Ferro. Antes de empezar el descenso vamos un poquito a la izquierda y sobre unas peñas podemos sentarnos y contemplar todo lo que tenemos delante de nosotros. Ahora iremos hacia abajo. El camino, convendréis conmigo, es cómodo, ancho y muy bien arreglado de lado a lado (se nota quién es la dueña: Diputación. El destino, una incógnita). Una vez hemos bajado casi completamente, a la izquierda veremos que sale un camino, si lo cogemos nos llevará a la Casa Cancio, una finca con una casa que está bien conservada, en la que tenían lugar interminables tertulias y que hasta hace poco se continuaba manteniendo como segunda vivienda. Y si continuamos un poco nos llamará la atención una especie de lago artificial y enseguida un inmenso caserón en escombros, El Calafate, que por su aspecto parece que antaño fue importante. La casa disponía de dos plantas, la primera de ellas dedicada a los agricultores y el segundo piso era para los señores, con el mobiliario más valioso. Además, tenía cámara, bodega, corral, un buen aljibe... pero tal vez la pieza de la casa más entrañable fuera el hogar. Al lado del fuego se reunían y cambiaban impresiones. Nos percataremos que en las dos casas la construcción era simple y sencilla, donde convivían el trabajo y el lugar para vivir. Frente a esta última construcción, tenemos otra ya más reciente, y si continuamos por el camino nos llevará a lo Por El Calafate Duración: 3 horas Dificultad: media que queda de L’Alaig, otra finca de la que actualmente no queda nada (en otra ruta nos pasearemos y hablaremos de dicha zona). Nosotros iremos por un camino que sale a la derecha y que va cogiendo altura. En un abrir y cerrar de ojos estaremos en la parte más alta, junto a un gran depósito de agua. Aquí podemos tomar un bocado y fisgonear por los alrededores. Después, a la derecha, iremos entre coscojas a la parte más alta, desde donde podemos tomar unas fotografías e inmortalitzar todo lo que tenemos delante de nosotros, esos impensables rincones, y así poder regresar al pueblo muy llenos. Paz en la cumbre, paz en la ladera, paz en el campo, del silencio hermana. No se veía actividad humana ni se oían ruidos, ni rumores. Enrique Amat ¡Qué poco conocemos nuestro término y cuantas cosas se esconden en él! Volvemos al depósito y frente a nosotros aparece un camino que va bajando por una especie de carretera, donde el asfalto en muchas zonas ha desaparecido y en otros “simplemente” falta un trozo de carretera por el arrastre del suelo. También observaremos que el árbol que está presente no es autóctono, se trata de eucalipto. Todo esto que parece tan extraño no parece que sea Petrer, es un paraje llamado Els Palomarets, lugar que después de un intento de urbanización se quedó en un proceso de deforestación y en consecuencia de pérdida de suelo, y una cosa está clara: “QUIEN AMA LA NATURALEZA, NO LA DESTRUYE”. Volvemos al depósito y desde allí bajamos otra vez a la Casa del Calafate. Una vez allí iniciamos el ascenso, pero pronto a la izquierda saldrá una senda que nos llevará a Rabosa por el Cantal del Moro. Según cuenta la leyenda, entre la pared de piedra que está partida en dos mitades vivió hace un puñado de años un morisco. Prestad atención, la senda tiene mucha piedra suelta y tenemos una especie de puentecito de madera en muy malas condiciones. Cuando estemos arriba nos llegará olor de chuletas, paella... Estamos llegando a la civilización: Rabosa. 34 Por El Calafate Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 35 P artiremos desde los aparcamientos del hotel Xorret de Catí y nos enfilaremos hacia arriba. Diputación tiene un área recreativa con casetas, barbacoas… después de haber subido los 251 escalones. Ya en la parte más alta, vamos por un camino a la derecha y después a la izquierda hasta salir a la carretera asfaltada. De allí subimos hasta el depósito que hay en el Pla de Teranyines. Descendemos en dirección a Castalla. Al cabo de un rato y antes de llegar a una curva señalizada, a mano izquierda aparece un camino de tierra, lo cogemos y nos percataremos que poco a poco va convirtiéndose en una senda que muy pronto empezará a ascender. Lo primero que observamos es que la vegetación cambia, ya que al principio eran pinos y un poco más arriba el paisaje es un poco tétrico. Tenemos unas coscojas (o por el tamaño parecen carrascas) cuyas ramas se cruzan unas con otras, lo cual dificultará la subida. A medida que vamos subiendo a la derecha veremos toda la Foia de Castalla, la vista es muy interesante, merecen la pena todos los golpes, empujones y arañazos que estamos sufriendo (os recomiendo camiseta y pantalón largo). Veréis como cuando estemos arriba se nos olvida todo … ¡¡Qué tranquilidad!! Una vez llegamos a una especie de llano, observaremos que las carrascas están dispuestas de una manera que nos invita a sentarnos, recoger fuerzas y poner en orden las ideas. Y a pensar en cosas como las que un día escribió Nietzche: “ El que nos encontremos tan a gusto con la naturaleza, proviene de que esta no tiene opinión sobre nosotros ”. Ahora continuaremos el camino a medida que salimos de donde estábamos sentados y nos iremos a la izquierda (a la derecha a medida que hemos subido). La senda pronto desaparece y deberemos coger como referencia un pedregal. Por el borde de este cruzamos a la otra parte para continuar el camino. La cima está ahí mismo, pero nunca llegamos. Después de una trepada estaremos en la parte alta, en El Despenyador, y desde allí aparece la señalización que nos indica la senda, que está a la izquierda, por donde bajaremos hasta llegar al depósito del Pla de Teranyines. Como el camino nos suena, siguiéndolo, a la derecha, llegaremos al punto de inicio. Aventura o Jaimitada Duración: 3 horas Dificultad: media 35 Aventura o Jaimitada Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 36 E mpezaremos desde L’Esplanada e iremos hacia el polígono de Salinetes atravesándolo todo hasta llegar a la parte posterior de lo que era Transportes Gómez. Entonces iremos a la derecha y una vez llegamos a la carretera, a la izquierda. Pasaremos la rotonda y continuaremos hasta el final. Aquí nos toca estar atentos, es un lugar donde el cruce de carreteras está siempre muy transitado. Con muchísima atención nos dirigimos, pegaditos a la derecha, al camino que aparece a la izquierda y que nos llevará por toda la zona denominada La Jau. ¡Qué cantidad de chalés que salen a nuestro paso, hay para todos los gustos y de todos los estilos!, así que el camino se hace más soportable y entretenido. Vamos por el segundo camino que nos salga a la izquierda (el primero es muy cortito). Después de un rato llegamos a una zona más ancha que comunica con una avenida grandísima. Seguimos de frente y llegamos a un pequeño cruce, vamos a la izquierda, pasaremos un puente (a nuestros pies los que vayan o vengan de Monóvar). Inmediatamente después de pasar el puente un camino de tierra sale a la izquierda, vamos por él, bordeamos unos chalés y continuamos hacia arriba. El camino, que es muy ancho, pronto se convierte en senda frente a nosotros. Lo cogemos. Vamos subiendo poco a poco. De repente, aparece una señalización con piedrecitas. Después de un repecho iremos zigzagueando, cogiendo altura, y en un santiamén estaremos arriba. A partir de ahora sólo hay que estar un poco atentos y hacer caso de las señales que salen a nuestro paso. Las primeras “esculturas” no tardan en aparecer. La senda llega un momento que se bifurca, una hacia la derecha y la otra a la izquierda. Iremos por esta última, subiremos un poco y de repente nos da la bienvenida un monolito que nos dice: ”Bienvenidos a Bateig. Respétalo.” A partir de ahora parece que un trozo de Elda se haya trasladado aquí: tienen sus avenidas, calles, la plaza Castelar e, incluso, una réplica de la tasca El Lelo con una especie de mesa y bancos que nos invita a sentarnos. A medida que vamos por “esas calles” (que parece que les pasan la escoba) fijáos muy bien porque una especie de altar recoge las cenizas de una persona amada y querida por los amantes de la naturaleza. ¡¡¡Aún quedan paraísos de tranquilidad!!! El regreso lo haremos por el mismo lugar, pero vosotros podéis investigar y coger el camino más os convenga. Bateig Una ruta especial Duración: 5 horas Dificultad: media 36 Bateig / Una ruta especial Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 37 P ara la ocasión quedaremos en el paseo de L’Esplanada yendo hacia la autovía, en la salida del pueblo. Una vez llegados a un pequeño puente lo cruzaremos por debajo y nos dirigiremos camino hacia arriba por la izquierda. Deberemos llevar mucha atención, ya que es muy transitado, tanto por los vecinos de las casetas de campo de todas las partidas rurales: El Forcat, El Ginebre, Els Vivers, El Pla del Pito... como por la cantidad de excursionistas que visitan El Sit cada día, y el número se incrementa los fines de semana. La subida es un poco fuerte hasta llegar arriba del todo, donde aparece un cruce de caminos presidido por una pequeña construcción protegida por una valla. Estamos hablando de la Xabola del Forestal. Todo el esfuerzo hecho hasta ahora nos irá preparando para la ascensión. Después de pasar la Xabola, a la derecha, veremos una senda que aparece señalizada. Zigzagueando por la sombra pasaremos entre pinos, madreselvas, coscojas, carrascas... y llegaremos a la Penya del Sol (más o menos estamos a mitad de camino de la cima). Respiramos hondo, vigilamos si de azúcar vamos bien, bebemos agua y continuamos. La vegetación prácticamente es la misma, pero nos llama la atención una especie de eras pequeñas, son las carboneras. Dicen que antiguamente aquí quemaban leña hasta convertirla en carbón que después bajaban al pueblo con las mulas. La recompensa por el esfuerzo realizado no tardará en llegar, ya que desde la cima, si el día es claro, veremos desde Alicante hasta Novelda sierras como El Maigmó, El Despenyador y Els Xaparrrals, entre otras. Volvemos a descansar y, una vez recuperados, continuamos en dirección a Els Xaparrals, a medida que hemos llegado a la cima a la derecha aparece una senda que nos llevará a un camino ancho. Vamos por él y al cabo de un rato estaremos en una zona ancha sin prácticamente vegetación. Atentos, para que cuando aparezcan los primeros pinos podamos ir frente a nosotros a Els Xaparrals, irnos a la derecha en dirección a Les Covatelles, o a la izquierda por una senda de auténtico vértigo, El Comptador (precisamente se dice así porque los pastores utilizaban este paso para contar el ganado). Cogeremos esta última A medida que bajamos observamos cómo la vegetación cambia. Las especies se adaptan al medio. Llegamos a una zona de sombra, el Racó Rafel. Pronto estaremos en una pista forestal muy bien arreglada. Si vamos a la izquierda llegamos a la Xabola, si vamos a la derecha hacia abajo iremos a parar a la carretera que va a L’Almadrava (izquierda) o al Racó Xoli (derecha), iremos por este. Esta carretera une Petrer y Agost. Nosotros, una vez llegamos a los aparcamientos del Racó Xoli, giraremos a la izquierda por un camino señalizado de amarillo y blanco, aunque una vez pasada una balsa pequeña cogemos una especie de camino cortafuegos con demasiado desnivel y que nos subirá hasta una casa derribada que forma parte del paraje llamado Les Ventetes. Miramos muy bien, ya que las marcas no están demasiado claras y visibles y, además, en algunas zonas hay que ayudarse con las manos. Muy pronto y casi sin percatarnos, entre carrascas, romeros, estepas... estaremos en la parte más alta, en el lado del depósito de Els Palomarets. Descansamos y nos preparamos para el regreso. Lo haremos por el camino de tierra que tenemos a la izquierda. Sin dejarlo iremos a El Calafate. Subimos la cuesta y, después de pasar esa especie de portaladas, si cogemos el camino de la derecha nos iremos al Collat Amorós, y no es el caso. Así que iremos a la izquierda por el paraje llamado El Catxuli, cruzamos la carretera y vamos hasta la finca de Mirabuenos, pasando por debajo de la casa. Nos enfilamos senda hacia abajo y llegamos a El Perrió. Ya en la carretera vamos a la izquierda y, al llegar al Molí la Reixa, lo cruzamos y nos adentramos en la llamada Rambla dels Molins, bautizada así por encontrarse la presencia de 7 molinos harineros. En nada veremos el castillo de Petrer. Sólo para máquinas humanas Duración: 6 horas Dificultad: media /alta 37 Sólo para máquinas humanas Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 38 D ejaremos el coche en los pinos que tenemos en el paraje de El Catxuli (una vez hemos pasado el cruce que va a Rabosa o a Catí) y seguiremos carretera hacia arriba en dirección a Rabosa. Cuando lleguemos al monolito que dice “Parque de Montaña Daniel Esteve” con grafiti incluido, vamos a la izquierda. Parece que otra vez vamos arriba, pero no precisamente por asfalto, sino por un camino ancho y lleno, a uno y otro lado, de romero, tomillo, coscoja, aliagas, esparto... y gran cantidad de pinos. A media cuesta nos giramos y, mirando frente a nosotros, veremos Els Castellarets. Continuamos, y ya arriba del todo, en el llano, veremos que a la izquierda sale un caminito y que al fondo tenemos una caseta de vigilancia; nos acercamos para gozar de la vista tan maravillosa. La verdad sea dicha es que está bastante camuflada en el entorno, no nos dice nada de nada. Empezamos la bajada, el camino poco a poco se convierte en sendero. A la derecha veremos la Serra del Sit y algo parecido a una teta, y ¡SÍ, HABÉIS LEÍDO BIEN! Es la Mama del Sit. ¡Atención!, porque una vez abajo aparecerá un sendero a la derecha, ni caso, seguimos y volveremos a subir. Ya arriba y junto a un mojón podremos admirar de nuevo el paisaje montuoso de Els Castellarets, El Sit, Rasos de Catí, La Foradà... Un poco más adelante encontraremos un indicador que pone Racó de la Bola y unos mojones a la derecha que señalan una vereda por donde podréis bajar para ver una gran piedra con forma de pelota o bola que le da el nombre al lugar. De vez en cuando aparecen tímidamente marcas amarillas y blancas a las que tampoco les vendría mal una manecilla de pintura. Bajamos, subimos, pasamos entre un poste de la luz tremendo y otro mojón. Desde aquí ya vemos la Cresteria del Pic del Frare y más a la izquierda el Alt de Ponce. Bajamos otra vez. Creo que os percataréis que a lo largo de todo el camino nos acompañan gran cantidad de mojones de todos los tamaños, con rótulos, sin ellos... para todos los gustos (pero no sé exactamente qué nos quieren decir con esos mojones, ya que estan demasiado seguidos y juntos). Al cabo de poco tiempo encontraremos un cruce, nosotros iremos a la izquierda. Aparece un palo indicador que dice Rasos de Catí, Cumbre del Cid, Rincón Bello y, una vez estamos abajo, ya habremos cumplido nuestro objetivo, la Porta de Ferro, que sólo tiene dos portezuelas de piedra y cemento y que nos conducirá a la finca de El Calafate y a la Casa Cancio. Vamos de regreso por el camino de la izquierda; es un camino ancho con sus canaletas para que el agua de la lluvia no haga de las suyas cuando dice: “Allá voy”. Este paseo puede ser más largo, ya sabéis: desde Petrer yendo por toda la Rambla de Puça hasta llegar al Molí la Reixa, de ahí a Mirabuenos y al monolito. Y recuerda: “ Disfruta de tu afición a tope y... llegarás lejos”. Por El Catxuli Un ejemplo de parque rural Duración: 2 horas Dificultad: baja 38 Por El Catxuli / Un ejemplo de parque rural Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 39 E sta ruta está especialmente dedicada a los amantes de la soledad y a aquellos que disfrutan con el paisaje. Si la Serra del Sit dicen que es mágica, emblemática... la del Cavall tiene una gran cantidad de leyendas que la convierten en especial. Se cuenta que aquí quedó marcada la huella de Babieca (el caballo del Cid Campeador), pero no intentéis localizarla, ya que sólo existe en la imaginación. Se trata de un recorrido circular. El comienzo de esta ruta no es demasiado agradable, ya que supone ir desde L’Algoleja (un aparcamiento que hay detrás de la iglesia), cruzar la rambla y a mano izquierda subir por una especie de camino de tierra que pronto se convierte en senda. Pasaremos por debajo del puente a la otra parte de la autovía buscando el restaurante Buenos Aires. Cruzamos la carretera, vamos hacia arriba para coger otro camino (de tierra) que sale a la izquierda. A unos 300 m aparece una bifurcación, iremos a la derecha volviendo a salir a otra carretera asfaltada, continuamos por ella hacia arriba. Id con cuidado porque nos aprovechará de referencia el depósito de Aigua-rius. A un lado del camino veremos un algarrobo grande, por detrás sale una senda que zigzagueando nos llevará hasta el Pla de Sebastià, una gran llanura plantada de trigo por los cazadores (de vez en cuando y con la excusa de ver el paisaje haremos un pequeño descanso para recuperarnos, también aprovecharemos para dirigir la mirada a la izquierda y allí aparece, toda sola, una peña llamada de El Corb o Espoló de la Creu, donde no es extraño encontrar gente haciendo escalada, ya que tienen muchas vías totalmente equipadas. Una vez hemos descansado en este llano, a la derecha sale una senda, no muy definida, que nos llevará a la Cova l’Encant, y si vamos a la izquierda empezaremos la llamada Cresteria de la Serra del Cavall. No tenemos pérdida porque hay que seguir todo el camino ancho. Observad cómo El Sit, que lo tenemos frente a nosotros, va cambiando de forma a medida que nos movemos. Otras sierras que podemos ver: Els Castellarets, Serra del Frare... Una vez pasemos la parte más alta de la Cresteria y empecemos a bajar, a mano derecha hay un pequeño sendero marcado por mojones y a unos 500 m trepamos por unas peñas grandes que nos invitan a parar para hacer un buen almuerzo, lo merecemos (si es invierno, entre mordisco y mordisco gozaremos de un paisaje típico de una estampa navideña). Volvemos al sendero y, cancioncita viene cancioncita va, bajaremos hasta encontrarnos otra vez con el camino ancho. Con mucho cuidado buscamos las señales, mojones que nos harán coger de nuevo un sendero un poco inclinado. De nuevo iremos a parar a un camino ancho, vamos a la izquierda pasando por unas canteras antiguas abandonadas. Cuando llegamos al cruce de caminos vamos a la izquierda y pronto llegamos al Collat de Xarpa, pasamos las casetas y poco después pasaremos cerca de una cueva, la de Faïnco. Cuando salgamos a un camino ancho vamos a la derecha y por debajo veremos de refilón la Cova de Boira. Una vez abajo vamos a la izquierda y, al cabo de un rato, pasaremos por el algarrobo que habíamos cogido para subir a la Serra del Cavall. A la Serra del Cavall Duración: 3 horas Dificultad: media 39 A la Serra del Cavall Reme Millà Poveda I hui… on anem? Apuntes y recuerdos de una caminante 40 A l principio no parece un itinerario muy “natural” que digamos, ya que la primera parte de la ruta la haremos por asfalto. Empezaremos a caminar desde la Xabola del Forestal (si estáis fuertes podéis salir desde Petrer) por la pista que tenemos asfaltada a la derecha. A unos dos kilómetros aproximadamente aparece un pozo blanco, el Pouet del Pi de l’Aire, donde el agua se recoge por el arrastre. Gozaremos todo el camino de la gran cantidad de árboles, sobre todo pinos, y así sin percatarnos habrán pasado otros dos kilómetros y enseguida aparecerá a la izquierda un sendero, que está marcado, y que nos llevará por Les Covatelles (cuevas naturales excavadas en la roca) hasta llegar a un llano donde un cruce nos llevará a la derecha a Els Xaparrals, frente a nosotros a El Comptador y a la izquierda a la cima de El Sit. Mientras estamos descansando en el llano, podemos asomar-nos un poco y ver los impresionantes acantilados (no apto para gente con vértigo de altura ni fobias). No es nada extraño que se llame a este paraje El Comptador ya que los pastores aprovechaban este paso estrecho para contar el ganado. Prácticamente desde que hemos salido nos acompañan todo tipo de plantas y árboles: pinos, coscojas, romeros, brezo de invierno, esparto… Si aún no ha pasado la festividad de los Reyes Magos podemos coger esparto seco “avell” y verde para hacer fallas y rodarlas esa noche mágica. De las tres opciones cogeremos la de la izquierda, donde encontraremos un camino bastante ancho (viene cresteando todo Els Xaparrals); lo continuamos pero con mucha atención porque pronto desaparecerá para, poco a poco, convertirse en un sendero desdibujado por el escaso uso. Debemos ir con mucho cuidado de no confundirnos y recordar ir siempre a la izquierda. Si alzamos la mirada nos percataremos que vamos bordeando toda la cara sur de El Sit, totalmente desconocida para muchos de nosotros. El paisaje que tenemos delante de nosotros es magnífico, se mezcla el verdor de la vegetación, el olor a tierra y el azul del cielo. No olvidéis cámara de fotos, bloc y lápiz. En un santiamén iremos a parar al sendero que todo el mundo conoce, el que sube a El Sit. A partir de aquí no tenemos pérdida, nos encontramos en “la autopista del senderista”. Continuamos hacia la izquierda, bajando hasta la Xabola. Si tenemos el coche ya estamos, si hemos subido caminando nos quedará un poquito pero cuesta abajo. La cara más desconocida de El Sit Duración: 3 horas Dificultad: media 40 La cara más desconocida de El Sit I hui on anem? abril de 2009 Edita: Ayuntamiento de Petrer Autora: Reme Millà Poveda Diseño: Queridamilagros, s.l. Impresión: Gráficas Navarro Garijo Encuadernación: Grupo Formatos Corrección lingüística: Jordi Giménez Ferrer Glòria EsM^M/IZKQa

I hui on anem?

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