Adiós a Ernesto García Llobregat, quien dirigió las revistas Alborada y Fiestas Mayores
Ernesto García Llobregat falleció el pasado sábado a la edad de 93 años. Profesionalmente se dedicó a la fabricación de zapatos, pero su vocación fue la literatura y la pintura. Participó en la gestación del semanario Valle de Elda junto con “los tres mosqueteros”, como él llamaba a Alberto Navarro, Rodolfo Guarinos y Eduardo Gras, fundadores del periódico, sin embargo, tuvo que hacerse cargo de la dirección de la empresa familiar de calzado y no pudo continuar esa aventura con sus amigos. No obstante, él recordaba que el nombre de la publicación lo sugirió él.
Compartió, en cambio, con ellos la creación de la revista Dahellos en su juventud (1949-1953) y posteriormente se hizo cargo de la dirección de la revista Alborada, dedicada a las fiestas patronales desde el año 1967 hasta 1983, en que cambió su nombre por el de Fiestas Mayores, pues el Ayuntamiento se quedó con la cabecera. El Consistorio le entregó el pasado año un premio en reconocimiento a este trabajo. La dirección de la revista Fiestas Mayores con Pedro Civera y después Juan Vera al frente, también le han hecho varios reconocimientos públicos por su labor desinteresada.
Hombre culto y sensible, consiguió que estas revistas adquiriesen cada vez mayor calidad, y sus editoriales eran esperadas. Uno de los hechos de los que se sentía especialmente orgulloso fue la obtención del Premio Provincial a la mejor revista del año 1976. También consideraba un hecho destacable conseguir la omisión desde el primer momento de las referencias al Jefe del Estado y demás autoridades políticas en las páginas de la revista, como era costumbre en este tipo de publicaciones.
Ernesto García continuó con la dirección de la revista Fiestas Mayores hasta el año 2001, aunque después siguió colaborando con la misma. Esta publicación tiene una periodicidad anual, sin embargo, le llevaba un gran trabajo, ya que en las primeras décadas la maquetación del Alborada se realizaba a mano. Su carácter meticuloso le llevaba a dibujar en cada página todas las ilustraciones y fotografías para evitar los errores de imprenta.
Su padre, Felipe García Simón, digirió en Marsella la fábrica de Eugene H. Browne que elaboraba calzado para las tropas aliadas durante la Primera Guerra Mundial y regresó a Elda en 1920, donde fundó con un socio la primera fábrica de calzado fino de señora. Ernesto se crió entre muestrarios y sus primeros dibujos fueron de zapatos. Con los años dominó la técnica del patronaje, profesión que le recordaba la de su abuelo paterno, pionero en este campo desde finales del siglo XIX. Estudió Bachillerato en la Academia Sedano y posteriormente Comercio en Alicante.
En Madrid conoció a su mujer Julita mientras realizaba el servicio militar, quien se trasladó con él hasta Elda, donde trabajó como maestra, y ha estado con él hasta el final. Ambos han tenido dos hijos.
Fue un hombre honesto y sincero que se mantuvo con la cabeza muy lúcida hasta el final de sus días. Con Ernesto García se va una parte importante de la cultura de Elda.
El sepelio tuvo lugar en el tanatorio de Elda la mañana del domingo.