Pasión por San Antón
La hoguera de San Antón volvió ayer a Elda para calentar los corazones festeros, cumpliendo así con una tradición que se remonta ocho décadas atrás en el tiempo. Como cada 17 de enero el entorno de la ermita del santo anacoreta se llenó de cientos personas para acompañar al patrón de los Moros y Cristianos sobre las 20 horas.
La “hoguerica” ardió tras la misa presidida por Lucio Arnaiz, párroco de la Inmaculada. El sacerdote aseguró que San Antón “tiene gancho popular”, pues atrae a gran parte de la población. Por su parte, la presidenta de la Mayordomía de San Antón, Sonia Rocamora, tomó la palabra y en su primer discurso destacó su agradecimiento por quienes les ayudan en su día a día. Especialmente destacó que “son las aportaciones de los eldenses las que hacen posible que se pueda celebrar el día de San Antón”.
La actividad comenzó con la llegada de la leña en el carro arrastrado por un burro así como de los representantes festeros y municipales. En el pasacalles puso la nota musical la AMCE Santa Cecilia.
Después se ofició la misa y seguidamente salió San Antón portado a hombros por los Moros Realistas con el repique de la campana y su himno A San Antón. Seguidamente se bendijeron los panes y los animales -levantados en alto- para dar paso al momento más esperado, las “vueltecicas” del santo anacoreta a la hoguera situada en la avenida Novo Hamburgo, también a cargo de lis Moros Realistas. El fuego volvió a convertir en cenizas la leña tras más de un año, ya que en 2023 la hoguera no se pudo encender a causa del viento.
A continuación se bailaron las danzas típicas por parte de La Faltriquera mientras el Colla de la Mayordomía tocaba. Entonces San Antón volvió a su ermita mientras el público cantaba A San Antón. La noche acabó con el reparto de los 4.500 panes en la reinaugurada Placeta de San Antón.
Destacaba la gran cantidad de mascotas, especialmente perros, que los ciudadanos llevaron para que el sacerdote los bendijera, si bien se pudieron ver algunos gatos. Algunos de ellos iban ataviados con distintivos festeros.
Sin frío pero con el calor de la hoguera
Con 17 grados de temperatura, este año resultó extraña la ausencia del frío tan característico de este día. Y es que aunque los festeros portaban como siempre las bufandas de sus comparsas, se utilizaron más como complemento que como pieza de abrigo.