Los Moros y Cristianos ponen el broche a su "Centenorio"
Las fiestas de Moros y Cristianos de Elda pusieron ayer el punto final a un año intenso en el que han celebrado no solo su 75º aniversario sino el centenario de Don Juan Tenorio o dos tubos y un real. Anoche se celebró el acto de clausura del “Centenorio -fusión de centenario y Tenorio- de una parodia al estilo calgaldero que cumple un siglo de historia”, dijo uno de los directores de la obra, Miguel Barcala.
Este acto sirvió de homenaje a todos los hombres que han participado en esta obra así como para presentar un corto sobre el Tenorio y una revista del centenario en el que solo participa el género masculino por tradición.
El presidente de honor de la Junta Central, Pepe Blanes, fue el encargado de presentar la revista de la que se han editado 400 ejemplares, con 112 páginas y una portada de Salvador Lázaro, quien también hizo el anagrama del centenario. Cada pie de página incluye frases características de la obra como “Bon día fa!” o “Y la cabeza y la gobanilla me partí” y en su interior recoge la historia de esta representación que solo ha tenido tres interrupciones en este siglo de historia.
Durante los últimos meses se han llevado a cabo diferentes actos del Tenorio eldense como representaciones en el geriátrico y en la Plaza Mayor, una mesa redonda sobre el teatro local y una exposición, además de las dos representaciones del 28 de diciembre en el Teatro Castelar, cuyo tercer palco ha recibido el nombre del autor de la obra Emilio Rico Albert.
El presidente de la Junta Central, Pedro García, destacó la importancia de esta representación y agradeció “a toda la gente que ha apoyado a la parte más solidaria de los Moros y Cristianos”. Prueba de ello es que esta misma semana los actores han hecho entrega de la recaudación del 2019, 3.000 euros, a la Asociación de Enfermos Mentales de Elda, Petrer y comarca. De esta forma, cien años después, este colectivo sigue ayudando de forma altruista a aquellos colectivos de la ciudad que más lo necesitan.
El acto concluyó con un aperitivo en la sede de la Junta Central, la Casa de la Viuda de Rosas.