La ermita de San Antón, 70 años como punto de encuentro festero
La ermita de San Antón en Elda es mucho más que un lugar de culto, es un punto de encuentro de los eldenses, un espacio que rezuma pasión y orgullo por las fiestas más multitudinarias de la ciudad, los Moros y Cristianos. Este lugar marca el inicio y el final de los festejos que giran en torno al santo anacoreta, patrón de la fiesta.
El culto en Elda por San Antón está datado a partir de 1478, de manera que hace 542 años que los eldenses veneran a Antonio Abad, patrón de los animales, indica el cronista de Elda, Gabriel Segura. Desde el siglo XIX y hasta la segunda década del siglo XX la localidad contaba con una ermita medieval en honor al santo, pero debido a la falta de cuidado y su estado de abandono, entre 1929 y 1930 fue declarada en ruina y tuvo que ser derruida. Esta se encontraba en los terrenos que ahora ocupa la placeta de San Antón, que se amplió.
Solo unos años después, durante la Guerra Civil, la imagen de San Antón desapareció junto a la de los Santos Patronos en una gran pira que calcinó por completo la iglesia de Santa Ana. Tras la guerra se volvieron a esculpir las imágenes y estas permanecieron de 1939 a 1945 en una iglesia provisional, ubicada en un edificio situado en los terrenos de la actual Plaza Mayor, que después se convirtieron en el cine Alcázar.
Gabriel Segura explica que con la vuelta de los Moros y Cristianos en 1944 se decidió que estas fiestas seguirían siendo en honor a San Antón, por lo que pronto surgió la necesidad de recuperar la ermita como espacio de culto al patrón. Promovida por el teniente de alcalde Julio Beneit, comenzó la búsqueda de terrenos en la zona donde se encontraba la ermita anterior. Fue una de las Beltranas, Práxedes Beltrán Olcina la que en 1949 cedió un terreno en la calle Independencia al obispado para que se construyese este espacio religioso.
El Ayuntamiento se encargó de su construcción tras una cuestación entre los vecinos. El 1 de enero de 1950 se puso la primera piedra de esta ermita que se inauguraría el 28 de mayo de ese mismo año durante las fiestas, y desde ese momento San Antón permanece en ella, salvo cuando se traslada a Santa Ana. Se trata de un edificio con una sola nave, de cerca de 10 metros de largo por seis de ancho, dotada de espadaña en la fachada con un pequeño campanil, y tiene pináculos laterales a modo de adorno.
El cronista de Elda explica que actualmente tanto el patrón como la ermita tienen mayor protagonismo que antaño, pues se han potenciado tanto desde Junta Central como desde la Mayordomía. El presidente de la Junta Central de Comparsas, Pedro García, recalca que “en estos 70 años la ermita se ha convertido en un punto de encuentro y en el lugar donde se inician y acaban las fiestas de Moros y Cristianos”. De hecho, al principio no tenían tanta importancia, pero “se ha conseguido que todo gire en torno al hogar del patrón y que este sea un punto de unión para festeros y no festeros”.
Una vez al mes se celebra una misa por comparsa, y durante la Media Fiesta se organiza una jornada de puertas abiertas, además del Día de San Antón. Durante las fiestas de Moros y Cristianos se hacen dos actos, el viernes por la mañana tiene lugar el traslado del santo y el lunes por la noche el patrón regresa a su ermita, donde espera hasta el nuevo año.
El presidente de la Mayordomía de San Antón, David Guardiola, adelanta que durante el año se celebrará alguna actividad para poner en valor este espacio religioso. Además, señala que tras la Media Fiesta se realizarán una serie de actuaciones para poner a punto la ermita y que esté impoluta de cara a los Moros y Cristianos de 2020 y para que luzca perfecta y aguante con salud el paso de los años para que los eldenses sigan disfrutándolo.