La zarzuela en el cine (6)
Mediado el mes de abril del año pasado nos ocupábamos de la quinta entrega sobre la zarzuela en el cine. El abordar temas de actualidad ha ocasionado que el penúltimo artículo de la serie llegue doce meses después.
Nos ocupamos esta vez de aquellas películas que, a partir de mediados los años cuarenta del siglo pasado, ya contaron con guiones originales. Un cine musical, todavía en blanco y negro, que se ocupó de la lírica con películas no basadas en los argumentos de zarzuela, dando protagonismo a cantantes jóvenes que ya triunfaban a nivel internacional en el mundo de la ópera.
La primera de la que tenemos noticias, y que está disponible en internet, es Una chica de opereta, estrenada en 1944. Dirigida por Ramón Quadreny tuvo como protagonistas principales a la actriz-cantante Josita Hernán, junto a Luis Prendes y un jovencísimo Fernando Fernán Gómez. En ella se narra la historia de una joven cantante que busca triunfar para vengar a su padre. Un compositor humilde del que se aprovecha un editor de música, al comprarle sus obras a bajo precio para luego publicarlas a nombre de su propio hijo. Musicalmente se escuchan algunos pasajes de la obra póstuma de José Serrano La venta de los gatos, estrenada en 1943.
María de los Ángeles Morales
Triunfal y fugaz fue la vida artística de esta magnífica soprano madrileña. Obtuvo el primer premio en el primer concurso internacional de canto promovido por la empresa Philips, celebrado en La Haya, en 1948. A partir de ahí le llovieron los contratos para actuar en los teatros de ópera mas importantes. En 1950 protagonizó la película Teatro Apolo, junto a Jorge Negrete, nada mas y nada menos. El éxito estaba más que asegurado, y Teatro Apolo fue uno de los hitos del cine español de aquellos años (1*). Estuvo dirigida por Rafael Gil.
Esta película relata la época dorada de la “Catedral del Género Chico”, como así se conocía al Apolo, con un final que invita fácilmente al lagrimeo, al tratarse de la última función allí representada y su cierre definitivo. Ver y escuchar cantar zarzuela a Jorge Negrete resulta cuanto menos interesante.
El año anterior el “charro mexicano” había rodado otra película en España, Jalisco canta en Sevilla, formando pareja con la ya popular Carmen Sevilla.
María de los Ángeles Morales repitió en 1951 con La canción de la Malibrán, cuyo reparto incluyó otros cantantes líricos destacados del momento, como la soprano Raquel Rodrigo y el tenor Chano Gonzalo, con dirección de Luis Escobar.
Esta película acerca al espectador la vida voluptuosa de la cantante de ópera de ascendencia española María García Sitches, María Malibrán a partir de su matrimonio, que triunfó en Europa y Norteamérica durante la primera mitad del siglo XIX.
Y como no hay dos sin tres, María de los Ángeles Morales protagonizó en 1952 De Madrid al cielo. Una deliciosa y divertida comedia, donde da vida a una joven extremeña, de humilde condición familiar, que llega a Madrid dispuesta a triunfar en el mundo de la zarzuela. Lo conseguirá, no sin afrontar serias dificultades. Dirigida de nuevo por Rafael Gil, Gustavo Rojo es el galán, mientras que Manolo Morán y Julia Caba Alba están de dulce en sus roles respectivos.
A pesar de su exitosa carrera en los teatros y en las pantallas, en 1954 decidió retirarse en plena juventud. Vivió apartada del mundo del espectáculo durante largo tiempo. Falleció en Madrid en 2013, en el anonimato más profundo. Dejó grabadas en disco LP las zarzuelas Doña Francisquita y Luisa Fernanda, en versiones dirigidas por Ataúlfo Argenta. Su retirada permitió que otra “voz de ángel” de la lírica española, Pilar Lorengar, grabase un buen número de títulos, bajo la dirección del músico cántabro.
La voz de Ausensi, todo un lujo
En 1952 aparecía en algunas películas musicales españolas el sonido pregrabado, es decir, el play-back.
Así encontramos La danza del corazón, donde Manuel Ausensi, todo un lujazo, pone voz a varios fragmentos, mayormente de la ópera Maruxa, de Amadeo Vives. Esta película se centra en los avatares de una compañía itinerante de zarzuela, de nivel bajo, y los devaneos de su director con alguna de sus cantantes. Dirigida por Raúl Alfonso está protagonizada por Toni Leblanc, Manuel Monroy e Isabel de Castro.
El propio Ausensi protagoniza una aparición fugaz y sin primeros planos en la película sobre el Rey Alfonso XII Donde vas triste de ti, cuando la reina asiste a una representación de ópera. El cantante que está actuando en el escenario durante esta escena es el barítono catalán, interpretando el aria de Fígaro de El barbero de Sevilla.
Hasta cinco años después no encontramos otra película donde su protagonista sea una cantante, más o menos lírica, y se interprete algún fragmento de zarzuela, usando de nuevo el sonido pregrabado. Filmada ya en color, en 1957 se estrenó La guerra empieza en Cuba. Título que despista bastante sobre su contenido, pues quien no la haya visto puede pensar, y además con toda la razón, que se trata de un film bélico al estilo de Los últimos de Filipinas. Sin embargo, lo único que tiene de beligerante es el enfrentamiento de dos hermanas gemelas, de caracteres antagónicos, una de las cuales se dedica al mundo del espectáculo con el nombre de Juanita la Guajira. Una deslumbrante Emma Penella protagoniza el doble papel, siendo la soprano Luisa de Córdoba quien interpreta la parte musical, de una banda sonora dirigida por su esposo en la vida real, el compositor Salvador Ruiz de Luna. Con Gustavo Rojo como galán la dirección de La guerra empieza en Cuba es de Manuel Mur Oti.
En 1958 llegaba La tirana, película de ambiente goyesco basada en la vida de María Rosario Fernández, célebre actriz de finales del siglo XVIII. El mismo Francisco de Goya la inmortalizó en dos retratos. Son sus protagonistas principales Paquita Rico y Gustavo Rojo, dirigidos por Juan de Orduña. En La tirana junto a varios pasajes orquestales zarzuelísticos se interpretan algunas tonadillas escénicas, género precursor de la zarzuela moderna.
Ana María Olaria, otra delicia
Una de las sopranos españolas de mayor proyección, que también abandonó la escena muy pronto, al contraer matrimonio, Ana María Olaria,que protagonizó la película Música de ayer, estrenada en 1958. Sin duda una creación para lucimiento de la cantante valenciana, de los guionistas Jesús María de Arozamena y Antonio Mas Guindal, dirigida por Juan de Orduña.
Afortunadamente Ana María Olaria visitó los estudios de grabación antes de su retirada prematura. Junto a Alfredo Kraus nos legó tres grabaciones discográficas de referencia: la zarzuela Doña Francisquita y las operetas La generala y Eva. (2*)
Igual que en De Madrid al cielo, en Música de ayer la protagonista, Laura Gayán, es una joven aspirante a cantante (aunque esta con apoyo de una familia noble) que obtiene el primer premio en un concurso de canto lírico. Hasta 18 números musicales se interpretan en esta película, la gran mayoría de ellos de zarzuela, con alguna canción popular española y aria de ópera. Un hecho destacable, y que dice mucho en favor del trabajo documental de guionista y director, es que todos los cantables pertenecen a obras estrenadas antes de 1906, que es cuando se supone se desarrolla la película. Todos excepto el dúo de Molinos de viento, con el cual acaba la película. Esta zarzuela-opereta fue estrenada en 1910. Pero no se produce incongruencia alguna, pues justo antes de la escena final aparece en pantalla un sobretítulo que indica 1910.
Hecho curioso de la banda sonora de Música de ayer es que en los cantables se mezcla el sonido directo con el pregrabado. A los actores Armando Calvo y José Moreno les prestan su voz los barítonos Luis Sagi Vela y Tomás Alvarez. Presencia destacada actuando y cantando es la del tenor Emilio Vendrell, hijo.
Entre las protagonistas secundarias de esta película se encuentra María Candelaría Fernández, profesora de canto y foniatra, muy vinculada a Elda y Petrer, por ser aquí donde tiene establecida su consulta de foniatría desde hace mas de 25 años.
Centrado el argumento de Música de ayer en los primeros años del siglo XX, en una de sus escenas se representa el hecho histórico del atentado que sufrió el Rey Alfonso XIII el día de su boda, en la calle Mayor de Madrid (3*).
1- De entre las escenas habladas que contiene esta película, de interés considerable por su contenido histórico, resulta muy ilustrativa la previa al estreno de La verbena de la Paloma. El empresario de Apolo muestra su preocupación ante la posibilidad de que el Teatro de la Zarzuela envíe reventadores para hacerla fracasar. Y en la película sí que se monta una buena gresca en el gallinero, de las que se solían producir en la época dorada de la zarzuela.
2- Muy posiblemente la versión de Doña Francisquita que grabaron en 1958 Ana María Olaria y Alfredo Kraus, con Dolores Pérez y Santiago Ramallé, dirigidos por Daniel Montorio, sea la que mayor número de ventas haya alcanzado de entre las siete versiones que se han grabado de este título señero de la zarzuela, en el formato de disco LP de vinilo. Está incompleta pues solo se editó un disco. La versión editada en esa misma época, dirigida por Ataulfo Argenta, con María de los Angeles Morales, Carlos Munguía, Ana María Iriarte y Gerardo Monreal, constaba de dos discos y no le hizo sombra en momento alguno.
3- La boda real se ofició el 31 de mayo de 1906. Del atentado salieron ilesos el rey Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia de Battenberg. Sin embargo, de entre la muchedumbre que se agolpaba en el recorrido, hubo 28 muertos y varios centenares de heridos. La bomba fue lanzada escondida en un jarrón con flores desde un balcón del número 88 de la calle Mayor.
Entre el gentío agolpado en aquel balcón se encontraba el compositor José Padilla, autor de canciones tan célebres como El relicario, La violetera y Valencia, entre otras muchas zarzuelas y operetas.
A lo largo del trayecto, desde la iglesia de los Jerónimos al Palacio Real (calles de Alcalá, Mayor y Bailén, la Puerta del Sol no existía todavía) se alquilaron unos 300 balcones, la mayoría de ellos a 2.000 pesetas de las de 1906. Sentarse en una de las sillas, instaladas por el Ayuntamiento de Madrid a pie de calle, costaba 1 peseta.
No es esta la única película española donde se incluye tal hecho histórico. Hay clara referencia al mismo en Mi calle, film de 1960 en blanco y negro, dirigido por Edgar Neville, cuyo argumento se basa en el acontecer diario de una calle madrileña, a principios del siglo XX. Es decir, una estampa costumbrista y nostálgica.
Mis recuerdos más remotos que me atrajeron a la zarzuela me trasladan a sesenta años atrás. Primero escuchando los fragmentos que sonaban con frecuencia en la radio. También gracias a las fantasías, preludios e intermedios que interpretaban las bandas de música en los conciertos de las fiestas de octubre de Petrer. El templete donde actuaban estaba justo ante la fachada de mi casa.
Lo que más me gustaba de la Semana Santa es que en la radio solo se emitía música clásica. El viernes y sábado santo las emisoras enmudecían.
Lo más intenso vino en la época dorada del tocadiscos. Lo compró mi abuelo materno en 1963. La primera zarzuela que entró en casa fue Doña Francisquita con Kraus y Olaria. Es una grabación incompleta, pero suficiente para que me la aprendiese de memoria. Mi abuelo estaba impedido y era yo quien la ponía todos los mediodías y noches durante dos semanas consecutivas. A los quince días compramos un segundo disco: La generala, de nuevo con Kraus y Olaria. Y ya fuimos alternando. Después vino Maruxa. Y yo con solo 13 años me entusiasmé con ella y también la aprendí. Sí, digo bien. ¡A mis 13 años ya me encantaba Maruxa!
Ahí comenzó todo y ya no he parado. Siempre como aficionado.
Como le dice un padre a su hijo al final del documental de TVE sobre zarzuela La romanza de Madrid, de 1988, “Te acompañarán toda tu vida, porque son inmortales”.