domingo, 1 de diciembre de 2024

Con "Los gavilanes" volvió en triunfo la zarzuela “de verdad” a su teatro

Elías Bernabé Pérez
30 octubre 2021
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Con "Los gavilanes" volvió en triunfo la zarzuela “de verdad” a su teatro

Tenía que ser así. Una zarzuela con Mario Gas como director de escena no podía traicionar ni al género, ni a sus autores, en contra de lo que de vez en cuando viene ocurriendo últimamente.

Y con Los gavilanes, volvió la zarzuela de verdad al teatro donde se estrenó, el de La Zarzuela de Madrid en diciembre de 1923, cuyo éxito consolidó al compositor Jacinto Guerrero y al libretista José Ramos Martín, quienes ya habían mostrado sus aptitudes en dos estrenos anteriores: La alsaciana y La montería.

En esta nueva reposición el triunfo, más que éxito, ha sido sonado. Junto a un elenco de cantantes y actores de máxima garantía, tanto la dirección musical de Jordi Bernácer como la artística de Mario Gas han rayado a un gran nivel.

Incluso en la última de las funciones, la del domingo 24, con el entusiasmo desatado en las butacas, el tenor jerezano Ismael Jordi tuvo que bisar la romanza Flor roja, algo que ya estuvo a punto de producirse en sesiones anteriores.

Mario Gas que años atrás dejó bien clara su impronta en obras de Pablo Sorozábal, de las olvidadas, representadas en el Teatro Español de Madrid, lo volvió a bordar en el de La Zarzuela, en 2018, con su puesta en escena de La tabernera del puerto.

La crítica muy favorable al estreno madrileño fue unánime. Algo que raras veces ocurre.  Por ello cuando se representó en La Maestranza de Sevilla, no faltó un crítico de medio escrito cuyas consideraciones hacia esta Tabernera fueron bastante negativas.

 

Y ahora, de nuevo,  Mario Gas ha vuelto a dar en la diana, con otro título de ambiente marinero, Los gavilanes, de la cual se han caído dos funciones, la del estreno del 8 de octubre y la del día 21, debido a una huelga sectorial de empleados del INAEM (Instituto Nacional de las Artes y la Música).

En líneas generales, las críticas aparecidas en los medios han sido bastante favorables a esta nueva producción. Particularmente me resulta reconfortante leer la que Miccone publicó en el portal web www.zarzuela.net el lunes día 11.

Miccone, es un personaje de ficción, bufón de la corte de la zarzuela La dogaresa, que imaginariamente reside en Venecia. “Viajó” hasta Madrid a presenciar la representación del día 9 (actuaba el segundo reparto, pero era el estreno porque el día 8 no hubo función, debido a la huelga).

 

Antes de su regreso virtual a Venecia, Miccone escribe una carta que no tiene desperdicio al editor de zarzuela.net, Mr. Webber, (este sí es un personaje real. Christopher Webber. Doy fé, coincidí con él dos veces en Madrid.)  y que me tomo la libertad de reproducir parcialmente.

Dice Miccone:

Querido Mr. Webber:

He abandonado por unos días mi querida Venecia y le escribo esta carta desde Madrid, hoy lunes, descansando de una borrachera de zarzuela. De zarzuela de verdad; de la que hoy no abunda. El sábado pasado acudí al teatro de la calle Jovellanos para disfrutar de la nueva producción de los Gavilanes, firmada por Mario Gas ¡y todavía me dura la emoción!

Estará de acuerdo conmigo con que al leer los libretos de Ramos Martín (el hijo del gran Ramos Carrión) uno suele concluir que se trata de mal teatro: personajes planos, dramaturgias torpemente desarrolladas y escenas parsimoniosamente hilvanadas con la sola excusa de propiciar al compositor situaciones musicales. Sin embargo, cómo puede cambiar esta percepción cuando un director de escena inteligente (insisto: inteligente) sabe leer entre las líneas de textos como los de La alsaciana, La montería o la obra que aquí nos ocupa.

 

Para “sus” Gavilanes, Mario Gas ha puesto en escena ...¡Los gavilanes! Lo cual hoy en día, ya es toda una osadía. Se percibe no solo interés por el texto y la música, sino verdadero gusto por la zarzuela de los años 20 con todas sus rutinas. Gas nos invita a un viaje en el tiempo desacomplejado con una dirección actoral que acierta al poner en valor lo mejor de esta obra: su emoción. En todos los números musicales observamos un clasicismo en el conjunto escénico-coreográfico que, de convencional, hoy resulta vanguardista. Los diálogos, impecablemente ensayados, limpios de morcillas y de ciertas reiteraciones, nos hicieron entender lo que estos libretos (supuestamente “malos” para tontos como yo) tienen casi de teatro pirandelliano.

En realidad, Gas no se toma Los gavilanes muy “en serio”: para él (con toda lógica) se trata de un guiñol, de una fábula casi infantil que cien años después sigue bombardeando el corazón del público apoyada en una partitura en la que Guerrero también juega a la “vieja zarzuela” a lo Marina (el libreto señala una ambientación en 1845) hibridada con ciertos toques de opereta moderna. (…)

(…) ¡ Espero verle muy pronto por Madrid, Mr.Webber! ¡Yo regreso a Venecia!

Pd: ¿Ha visto ya la conferencia de nuestro colega Mario Lerena en el canal de Youtube de La Zarzuela? No se la pierda, es excepcional.” 

En su carta a Mr.Webber, el bufón Miccone no puede decir más con menos. Y es que quienes conocen el deambular de la zarzuela en los últimos tiempos, en los escasos teatros donde se ofrecen las grandes producciones, habrá sabido leer entre líneas todo aquello que Miccone ha dejado muy, muy claro, sin citarlo. Con delicadeza exquisita y sin ofender a nadie. Imposible decirlo mejor.

¿Acaso Miccone estaría pensando en el expolio (aunque recibiera el premio MAX) al que se vio sometido esa obra maestra de la zarzuela que es Doña Francisquita, de Amadeo Vives?. ¿O recordaría el destrozo de los dos títulos dedicados a Granada,   como fueron La vida breve, de Manuel de Falla, o La tempranica, de Gerónimo Giménez?. No andaría muy lejos de esto Miccone al decirle a Mr. Webber “...le escribo esta carta desde Madrid, hoy lunes, descansando de una borrachera de zarzuela. De zarzuela de verdad; de la que hoy no abunda.”

Es una lástima que las críticas o reseñas que sobre los estrenos zarzuelísticos que se publican en zarzuela.net, no aparezcan en los enlaces de publicaciones especializadas.

 

Todo aquel que visite esta página, editada en Inglaterra ¡y por un inglés amante de la lírica española! que viaja con frecuencia a Madrid, y se detenga a leer las críticas que en ella se publican sobre los estrenos, habrá apreciado que son mucho más extensas que las de la prensa diaria (por ello mucho más ricas en detalles) y quienes las firman evidencian conocer con perfección  el terreno que pisan. Al respecto, me hubiera gustado conocer la que firma Cosme Marina en el periódico La nueva España, de Oviedo, del día 21. Pero su lectura en internet es solo para suscriptores.

Y sobre la recomendación de Miccone a Mr.Webber para que vea la conferencia sobre Los gavilanes de Mario Lerena (está en You tube) yo sí le he hecho caso, y me la he visto por dos veces. Como muy bien dice el bufón es excepcional. Una lección magistral, añado, pronunciada de forma amena y con un lenguaje sencillo y directo. Hasta se me hace corta. Además, el mismo Lerena ejecuta al piano con gran delicadeza los ejemplos musicales que cita.

Después de leer la carta del supuesto veneciano me entraron ganas de viajar a Madrid, como he hecho decenas de veces en los últimos treinta años, pero las escasas localidades que quedaban a la venta, para cualquier función, eran sin visibilidad. En temporadas anteriores siempre las he adquirido con bastante tiempo de antelación. Esta vez no lo hice, por el COVID, y confiado en que se ofrecería una representación en directo por internet, pero no ha sido así. Desde que pasó la huelga de 2018 todas las producciones líricas del Teatro de la Zarzuela se han ofrecido por internet. Pero parece ser que, de momento, se han terminado, y nos hemos quedado con las ganas de ver estos Gavilanes excepcionales. Veremos que ocurre con los títulos próximos.

Y a todo esto Miccone volvió a Madrid (lo suyo es vicio. ¡Desplazarse otra vez desde Venecia para ver una misma obra!) Me lo comentó un amigo madrileño, que lo conoce y coincidió con él en el teatro. Claro que lo hizo para verla por los cantantes del primer reparto. Y con el bis de Ismael Jordi incluido, saldría como para escribir otra carta a Mr.Webber.           

Llenos diarios, con el aforo completo

Como era de esperar todas las funciones celebradas han contado con el teatro lleno a rebosar. En la mayoría de ellas agotándose las localidades. Y cuando ha sobrado alguna ha sido del último piso y sin visibilidad. Las que cuestan a 5 euros, y si eres menor de 30 años o mayor de 65, su precio es de 2,50 euros.

Y ha sido una suerte para el público, en primer lugar, y para todos quienes conforman el teatro, que no haya habido restricciones en el aforo, y se hayan puesto a la venta todas las butacas.

Que Los gavilanes es una zarzuela de repertorio, y siempre que se representa recibe el calor del público, es algo innegable. Recuerdo que hace algunos años fue la única zarzuela programada dentro de la temporada del Teatro Principal de Alicante. Su director artístico era el mismo que el de un festival de verano, que se celebraba en el puerto. Y ese mismo año la repitió en este escenario al aire libre. Fueron las dos únicas representaciones de zarzuela programadas durante ese año en la capital alicantina, excepción hecha de las que representaba la Peña Lírica local, los domingos por la tarde, en el Salón Parroquial del barrio de Benalúa.

Y hablando de “Gavilanes alicantinos” justo es dejar constancia de que en esta producción del Teatro de la Zarzuela, ha habido presencia artística de nuestra tierra. El director musical Jordi Bernácer, de Alcoy, y una de las dos mezzos que han encarnado a Adriana, la crevillentina Sandra Ferrández. Ambos gozan de carreras operísticas internacionales de primer nivel. 

Tras Los gavilanes, Sorozábal por partida doble

Una vez finalizadas las sesiones de Los gavilanes en el Teatro de la Zarzuela, la última fue el domingo 24, el siguiente título que se verá sobre su escenario es La tabernera del puerto, en la magnífica producción escénica de Mario Gas, estrenada hace tres temporadas. Se ofrecerán ocho funciones, justo las mismas que no se pudieron ver en su día, a causa de una huelga general del personal del INAEM (1).

Serán del 19 al 28 de noviembre. Y otro cantante de Crevillente (la cantera de la ciudad de las alfombras es inagotable. Levantas una loseta y encuentras una gran voz) será protagonista en cuatro de las ocho funciones programadas. Antonio Gandía, que ya ha visitado el coliseo madrileño en varias ocasiones anteriores.

Después habrá que esperar casi dos meses, para la nueva producción escénica de la temporada. Será toda una novedad: Entre Sevilla y Triana. La penúltima zarzuela estrenada por Pablo Sorozábal, en 1950, y que nunca se ha representado en el Teatro de la Zarzuela.

No es una producción de nuevo cuño, ya que se estrenó en 2012 en el Teatro Arriaga de Bilbao, habiendo visitado otros escenarios, como el Maestranza de Sevilla o el Campoamor de Oviedo. Con dirección escénica del murciano Curro Carreres, para él han sido los mayores elogios de la crítica.

Y me alegro que sea así. Lo conocí en Murcia, allá por 1993, cuando él era estudiante de arte dramático, en un homenaje que se le tributó a Manuel Ausensi, en el Teatro Romea, en cuyo turno de alocuciones intervine, siendo Carreres el mantenedor del acto. Era un joven muy entusiasta que ya apuntaba buenas maneras.

 

1*:

En marzo de 2018 el Ministerio de Cultura en connivencia con los rectores del Teatro Real de Madrid, anunciaron la inminente creación de un Teatro Lírico Nacional, que englobaría al Real y La Zarzuela, lo cual pilló de sorpresa a todo el equipo directivo y personal del coliseo zarzuelístico.

Esta circunstancia, motivó que todo el personal de los diferentes espacios del INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música) protagonizara varias concentraciones así como un determinado número de paros, que en el caso de La tabernera del puerto afectaron a un total de 8 representaciones.

En este blog nos hicimos eco, recogiendo informaciones que aparecían en la prensa diaria,  y publicamos cinco artículos, en las fechas siguientes:

23 de marzo. 14 de abril. 5 y 17 de mayo y 21 de junio.

Ilustraciones musicales:

1- Los gavilanes. Romanza de Gustavo.

Javier Camarena, tenor. Ángel Rodríguez, piano. Teatro Real de Madrid.

2- Los Gavilanes. Escena y dúo de Juan y Adriana

Ismael Pons, Milagros Martín, Enrique Ferrer y Elena Gallardo.

3-Los Gavilanes. Marcha de la amistad.

Milagros Martín. Coro Voces para la Paz y orquesta Músicos Solidarios.

4- La tabernera del puerto. Romanza de Leandro

Antonio Gandía – Teatro de la Zarzuela 201

5- Entre Sevilla y Triana. “Tú que sabes del cariño”. Audio.

 Alfredo Kraus. Grabación 1958.

6- Los gavilanes. Conferencia del Teatro de la Zarzuela de Madrid.

Mario Lerena. Julio 2021.

Elías Bernabé Pérez
Elías Bernabé Pérez
Acerca del autor

Mis recuerdos más remotos que me atrajeron a la zarzuela me trasladan a sesenta años atrás. Primero escuchando los fragmentos que sonaban con frecuencia en la radio. También gracias a las fantasías, preludios e intermedios que interpretaban las bandas de música en los conciertos de las fiestas de octubre de Petrer. El templete donde actuaban estaba justo ante la fachada de mi casa.

Lo que más me gustaba de la Semana Santa es que en la radio solo se emitía música clásica. El viernes y sábado santo las emisoras enmudecían.

Lo más intenso vino en la época dorada del tocadiscos. Lo compró mi abuelo materno en 1963. La primera zarzuela que entró en casa fue Doña Francisquita con Kraus y Olaria. Es una grabación incompleta, pero suficiente para que me la aprendiese de memoria. Mi abuelo estaba impedido y era yo quien la ponía todos los mediodías y noches durante dos semanas consecutivas. A los quince días compramos un segundo disco: La generala, de nuevo con Kraus y Olaria. Y ya fuimos alternando. Después vino Maruxa. Y yo con solo 13 años me entusiasmé con ella y también la aprendí. Sí, digo bien. ¡A mis 13 años ya me encantaba Maruxa!

Ahí comenzó todo y ya no he parado. Siempre como aficionado.

Como le dice un padre a su hijo al final del documental de TVE sobre zarzuela La romanza de Madrid, de 1988, “Te acompañarán toda tu vida, porque son inmortales”.

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