viernes, 29 de marzo de 2024

“Un trecho de un sendero perfumado”

Rafael Carcelén
26 mayo 2017
3.760
“Un trecho de un sendero perfumado”
La profesora y escritora Carmen Canet.

-LO BUENO SI BREVE-

El plan previsto en esta sección de Lo bueno si breve, referida a los aforismos y su evolución desde la antigüedad a nuestros días, se completó con la entrada del argentino Antonio Porchia. Ciertamente, en este apretado recorrido por once autores no están todos los que son, pero se trataba de detenerse en aquellos que de uno u otro modo contribuyeron a que el género fuese evolucionando y constituyéndose en lo que es hoy.

 Pretendo finalmente cerrar esta sección con otros tres libros recientes de tres escritores en lengua española: Malabarismos de Carmen Canet, El equilibrista de Andrés Neuman y Larga brevedad de Rafael Lechowski. Sin duda, y en un momento en el que el género goza de una salud envidiable, no son los únicos pero sí representativos de la orientación hacia la que los más jóvenes creadores lo dirigen hoy. De modo que en esta entrada y en las de las dos semanas próximas hablaré de estas tres obras y sus autores.

Carmen Canet (Almería, 1955) es más conocida como profesora en la Universidad de Granada y crítica literaria que como escritora propiamente. Experta en el género aforístico y su evolución en Europa y en España, Malabarismos, publicado el pasado 2016 en Valparaíso ediciones (Granada), es su primer libro. “El aforismo es un trecho de un sendero perfumado: los que huelen las palabras, las transmiten con aroma” escribe la autora, definiendo todo un género realmente sin definirlo. Porque como su título indica, sin juego malabar el aforismo no funciona: esa mezcla de honda reflexión, emoción etérea y lenguaje aligerado le da un toque muy característico a ese “pensar a golpes” para conseguir una “aparente levedad profunda”, en palabras de Canet. 

Cartel con la presentación del libro Malabarismos, de Carmen Canet.

Por su parte, acierta Luís García Montero al remarcar la semejanza entre “autorretrato y poética” que atraviesa todo el libro, destacando además que “se trata de mirar con palabras, de medir las sílabas de la vida, de sentir el habla y los silencios cuidados para capturar en la escritura una conclusión con muchos años a la espalda o para desatar el pensamiento inagotable que cabe en un segundo”. O como ha señalado la poeta Trinidad Gan, “a través de todo un ejercicio de sutileza y lucidez, conjugando en sus textos con excelente ritmo el humor, lo humano, lo social y lo poético, nos entrega inteligentes reflexiones como si fueran brasas encendidas en el hogar del pensamiento que, chisporroteantes aún, debemos coger con manos hábiles y rápidas para dibujar con ellas la elíptica de otra visión del mundo”.

Organizados en el libro en cuatro secciones, los aforismos nos hablan de la vida, del amor y la amistad, de la agilidad de las ideas o del ingenio de las artes. Bien podría considerarse su trabajo como el propio de una alquimista, pues en sus aforismos se condensan -depurados al máximo- toda la lucidez, la sensibilidad y los más refinados rasgos estilísticos que han ido decantando al género durante siglos. Sabiduría, emoción, ironía, sentido del humor, juegos lingüísticos, paradojas, imágenes y metáforas bien calibradas… conviven de un modo armonioso en estos textos que acaban siendo auténticos equilibrios malabares.

Carmen Canet participando en un club de lectura.

He aquí una muestra con doce de los aforismos del libro: 

- En tiempos de crisis viene mejor pensar en breve.

- La amistad es una obra. El amor, un edificio en construcción y deconstrucción.

- La sonrisa es una línea curva que hace más recto el camino.

- El desprecio, ese disfraz de la envidia.

- De los museos se sale exhausto. No se pueden ver varios seguidos. Sobran salas, faltan alas.

- El otoño es una mala estación para los melancólicos: hay personas que se deshojan.

- Los mayores analgésicos: el ibuprotiempo, el paracetatiempo y el nolotiempo.

- La soledad es la última forma del amor.

- Cuando nos equivocamos tanto, aprendemos a equivocarnos mejor.

- La felicidad desvela. La infelicidad también.

- Los sentimientos conducen a las palabras. Las palabras no conducen.

- La vida es un borrador que no se puede pasar a limpio.

Rafael Carcelén
Rafael Carcelén
Acerca del autor

Además de disfrutar como maestro de escuela, me encanta escribir. Y leer. Y subir los montes alicantinos. Y jugar al ajedrez. Y… siempre me sigue apeteciendo aprender. Y segregar lo que aprendo -lo que vivo, lo que siento- en artículos, poemas y aforismos como éste: “¿Es imaginable la felicidad en un grano de pimienta?”

Leer más

Bloqueador de anuncios detectado

Por favor, desactiva el bloqueador de anuncios o añade www.valledeelda.com a la lista de autorizados para seguir navegando por nuestra web.

Volver a cargar

Las cookies son importantes para ti, influyen en tu experiencia de navegación. Usamos cookies técnicas y analíticas. Puedes consultar nuestra Política de cookies. Al hacer click en "Aceptar", consientes que todas las cookies se guarden en tu dispositivo o puedes configurarlas o rechazar su uso pulsando en "Configurar".

Aceptar Configurar