C f1j^10A01 ELD A 1 9 9 8 Del 4 0l 8 de j^^^o E^ Ho^o^ o So^ A^^o^^o Abod Fia,éa Dcelofadat de ^A^6fdt IYf11^1^0 Po6laeión inka^fada dA la U.M.D.E.F. A SAN ANTÓN, por F.E.R.T. EDITORIAL, por José Blanes Peinado SALUDA DEL ALCALDE, por Juan Pascual Azorín Soriano SALUDA DEL PRESIDENTE DE LA UNDEF, por Antonio Torreblanca Algarra SALUDA MAYORDOMÍA, por Antonio Barceló Marco SALUDA PÁRROCO DE SANTA ANA, por José Navarro Navarro . I) CRÓNICAS Y CONCURSOS CRÓNICA DE UN AÑO, por José A. Sirvent Mullor CRÓNICA DE FIESTAS 1997, por José A. Sirvent Mullor PREGÓN 1997, por Joaquín Kremel PROCLAMACIÓN DE CARGOS INFANTILES, por Miguel Barcala Vizcaíno XII CERTAMEN DE MÚSICA FESTERA XXVIII CONCURSO DE FOTOGRAFÍAS V CONCURSO DE CARTELES DE FIESTAS LA FIESTA VISTA POR LOS NIÑOS II) TEMAS HISTÓRICOS LA KÁBILA DE LOS MOROS MARROQUÍES: UNA CASA CON HISTORIA EN LA ANTIGUA PLAZA DE LAS PARRAS, por Gabriel Segura Herrero INTRODUCCIÓN HISTÓRICA DE LAS EMBAJADAS, por José Luis Bazán López SABOR DE ROMANCERO, por Juan Madrona LA FIESTA DE MOROS Y CRISTIANOS EN ELDA EN EL SIGLO XIX: CAUSAS DE SU DESAPARICIÓN, por José Blanes Peinado LA ERMITA DE SAN ANTÓN: UN ESPACIO SAGRADO ENTRE MOROS Y CRIS TIANOS, por Antonio Poveda Navarro EL BANDO CRISTIANO DE ELDA: NOMBRES DE SUS COMPARSAS Y HOMÓNIMAS DE OTRAS POBLACIONES, por Juan J. Capel Sánchez MOROS Y CRISTIANOS EN MÉJICO, por Manuel Serrano González III) TEMAS RELIGIOSOS UN DOCUMENTO IMPORTANTE, por Ginés Pardo García LO RELIGIOSO EN LA FIESTA Y EN LA DE ELDA, por José L Mansanet Ribes LA RUTA DE SAN ANTÓN, por Ramón Candelas Orgilés MOROS Y CRISTIANOS Y RELIGIOSIDAD INSEPARABLES, por Vicente Valero Bellot DE SAN ANTÓN A SAN ANDRÉS, por Juan Madrona IV) COLABORACIONES FESTERAS SER Y PARECERLO, por Luis Sánchez Sánchez LA FIESTA DE MOROS Y CRISTIANOS DE ELDA: UNA GRAN MANIFESTACIÓN POPULAR Y PARTICIPATIVA, por José Blanes Peinado SENTIMIENTOS FESTEROS, por Carlos Amo Sirvent ABANDERADAS, por Francisco Mollá Montesinos CURIOSIDADES SOBRE MOROS Y CRISTIANOS, por Concepción Quero Lacruz iHE VISTO LLORAR A UN MORO!, por José Luis Bazán López EL REFLEJO DE... UNA CARRETA DIABÓLICA, por José Pascual Casáñez DE ATAVÍOS FEMENINOS, por Alfredo Rojas FRANCISCO TETILLA RUBIO: UN AMANTE DE LA FIESTA UN POCO OLVIDA DO, por Vicente Valero Bellot HOMENAJE AL MÚSICO, por José Casao Lucas EELIZ CUMPLEAÑOS, por Pedro Gras Chinchilla LA FIESTA DE MOROS Y CRISTIANOS EN ELDA (SEGÚN JOSÉ LUIS BAZÁN), por Eduardo Navarro Romero zESCRIBO?, por Pedro Gras Chinchilla CAPITÁN PIRATA 96, por Antonio José Maestre V) COMPARSAS Y JUNTA DE GOBIERNO COMPARSA DE MARROQUÍES COMPARSA DE REALISTAS COMPARSA DE LAS HUESTES DEL CADÍ COMPARSA DE MUSULMANES COMPARSA DE ZÍNGAROS COMPARSA DE ESTUDIANTES COMPARSA DE PIRATAS COMPARSA DE CONTRABANDISTAS COMPARSA DE CRISTIANOS JUNTA DE GOBIERNO NOTAS DEL CONGRESO, por Jorge Bellod López PARA LORENA, por Rufina López ABANDERADA CONTRABANDISTA, por Milagros Olivares PASAN LOS CONTRABANDISTAS, por José Antonio Sirvent Mullor OTRAS POESÍAS VII) RECORDANDO: HACE 50 AÑOS PREGÓN PROGRAMA DE ACTOS 1948 A LOS 50 AÑOS DE ZÍNGARO, por Jenaro Vera Navarro IN MEMORIAM GUIÓN DE ACTOS 1998 Edita: JUNTA CENTRAL DE COMPARSAS Comisión de revista: CELIA ONCINA, REMEDIOS PÉREZ, TERESA GIL, JOSÉ BLANES, ÁNGEL VERA Diseño, fotomecánica e impresión: GRÁFICAS DÍAZ, S.L San Vicente/Alicante Encuadernación: ENCUADERNACIONES MOSCÚ, S.L Alicante Portada: Óleo de PATROCINIO NAVARRO Relación de fotógrafos: ALBERT RICO, Francisco BELTRÁN MARTÍNEZ, Antonio CANDELA BELÉN, Manuel CANDELAS ORGILÉS, Ramón CARLSON ^ CORBÍ SIRVENT, Heliodoro CRUCES GONZÁLEZ, Juan CRUCES LAGO, Pedro ESTEBAN, Vicente EGIDO LÓPEZ, Francisco José FOTO TECNO GARCÍA RICHART, Rafael GARCÍA CAMPOS, José Manuel GARCÍA TORRES, Alejandro GONZÁLEZ ESTEVE, José Antonio HERRERO CASTAÑO, Natividad IZQUIERDO CARRILLO, Alfonso JUAN PÉREZ, Salvador JUAN PINA, Vicente MILÁN AMAT, José NOGUERAS RAMÓN, Manuel ONCINA AMAT, Celia ORTIZ ARTEAGA, Ernesto PAGÁN HERNÁNDEZ, Juan José PÉREZ ALBEROLA, Luis Joayuín RICO VIZCAÍNO, Pascual RAMÓN PAYÁ, Eliazar SIRVENT POMARES, José VERA GUARINOS, Gabriel Ángel VERA MAESTRE, Javier Relación de dibujantes: CASÁÑEZ BANON, José Pascual LAGUNA BLASCO, Joaquín NAVARRO PASTOR, Alberto SANZ GARCÍA, Ángel Ejemplares: t S00 Depósito Legal: A.286-1998 Dirección Internet: http://www.alces/moroseld. Los artículos y colaboraciones publicadas en la Revista de Fiestas de 1998 reflejan la opinión de sus autores y no presuponen la opinión de la entidad editora. La Junta Central de Comparsas se reserva el derecho de publicar las colaboraciones no solicitadas, así como de resumirlas o extractarlas cuan do lo considere oportuno. No se devolverán los originales no solicitados, ni se facilitará información posterior o telefónica sobre ellos. M A Sa^ A^Eó^ frenda de amor sincera de fervores e ilusiones de sentimientos, pcasiones los festeros y festeras presentan con celo y gozo al glorioso y bendito Scan Antón. Larga barba y pelo ccano en su rostro crece sereno, con Zca mircada fija y catenta en el libro que humilde lee el glorioso y bendito San Antón. La Fiestca nos trae su mensaje de hcarta convivencica y solidcarica paz ccargcado, que Zos festeros ofrecen gozosos ante Za imagen devotca y bella del glorioso y bendito San Antón. Amado de Dios y de Zos hombres el Santo Abad con su mirada abarca como lema esencial que claro reza en el texto sagrcado en que ahora píensa el glorioso y bendito San Antón. A él encomendamos nuestra gesta de Zos Moros y Cristianos de Eldca, y fieles y devotos de su imagen santa anhelamos que nos vele y proteja el glorioso y bendito San Antón. F. E. R. T. Q 2 W W ^ Z Q n g ^^.T ^^ 7^.^^ti. O O CS W W N ^ ^ U Ed ^ Eo ^^ a l n año ^níts, al llega^° la dulce y suave primcwer^r, apcrrece la Fiesta en todo su esplerzdor. De nuevo las calles cle ^iuestra Eldci se viste^z de gala pc^^ a ANGEL VERA acoger gozosas a moros y cristianos, yue un^ vez m^rs coszten^lerán en su incruen t^ y ficticic^ Uatall^r, c^porta^z^lo sie espe rada alegría y sus espléndidas vive^zcias a esta sociedacl eldense ávida de Fiesta. Y como heraldo anunciador cle tal evento aparece esta revista yue nos trae el e^acanto y frescu^-a ^le esos a^atiguos programas ^le fiestas que pr•egonabaya cr los cuat^^o vie^2tos de Za ese^acia feste^^a toda la pc^rczfernalic^ del acontecimiento anual cle la representación de Moros y Cristic^nos. Después de tres e^liciones, que han marc^cdo toda unc^ renovación que hct pretendi^lo dignificar y pote^acictr esta puhlicación, llega estc^ czcarta que cie^°ra un ciclo de Za revistct de fiestas y que pretendemos gice sec^ el colofón de est^ evo lución paulatzna que J^c^gc^ llegar c^l festero una dig^za ^nuestra de lo que es ^^ pretende ser nuestra Fiesta. L^a co^nisió^i encargadc^ se siente scttisfecha del traba jo realizado y esper^ que se hctyan logrc^ clo los objetivos que e^z su día prete^a^li mos. Co^no portavoz de lc^ comisión y al ^nis^no tier^zpo co^no preside^zte del pri^ner organis^^zo rector de ^2uestra Fiesta, me sentiría plen^anzente correspondido y cohnado si la revista hubiera^ llegado e interes^do a todos cuantos colnpone^z nuestra gran fa^nilza festera. Ésa ha sido nuestra única intención: que sea un vehí culo digno y riguroso de todo el aconte cer festerq de sus vivencias y sentimien tos para bie^z de nuestra c^ncestral Fiesta de Moros y Cristianos. Por Zc^ Fiesta y con la Fiesta, siempre. J. Blanes Sal^da del Al^alde d^ Elda Z calendario festero y nuestros deseos no an dan muy bien avenidos. Mientras que aquél nos lleva hasta el final de la ANGELVERA primavera, desde el invierno ante rior andamos buscando una excusa para tantear lo que será. Por eso no es única esa sensación de retraso que termina por desbordarnos. No nos debe extrañar, pues, ese sorprendente binomio entre Elda y su Fiesta de Moros y Cristianos, como pareja inseparable y unida que, en ocasiones, nos hace dudar que pueda existir el uno sin el otro. Desde mediados de los ochenta hasta la actualidad, nuestras Fiestas han adquirido un justo eyuilihrio entre espontaneidad y originalidad, por un ladq y tradición por el otro. Mantener este equilibrio -cosa nada fácil-, es un valor que conviene con servar. Yaquí elAlcalde viene obligado a avivar los deseos, a empujar al feste ro, a invitar al extraño, para que en 1998 sea aún mejor. Pero me pregun to: ^es necesario?Yo creo que no lo es. Andan los festeros sol^rados de ganas; el ciudadano dispuesto a lle nar de púhlico los desfiles; la música festera que no para en el trabajo, en los preparativos... Así que esteAlcalde deja la página abierta, porque tengo que probarme el traje, y llamar a los compañeros... Nos vemos en la resaca del martes. Ahora me esperan, y a vosotros también. Juan Pascual Azorín Soriano Alc^rlde rle Elrln ^J O Sal^ ddl P^^d^Ee d^ I^ UNDEF FoTO nACHivo stinrrrclos festeros cle Elda: f^^ estárs oh•a c^ez e^a frestas, eta t^trestrns qrieridcrs frestns c!e moros ^^ cristianus en bonor u Sun ^1^ntón, clue anucrlnzente celebr^rrs ett fechns tcrn prósinz^s nl c^ernno. Precisanaente esas fecbns de pri nteros cle junro hucett posiU7e qtte clrscurrcm cnn arncis tent[^erntin•ns e^wiclr^bles qrre facorecera el eaj^lenclor de i^uestras dos Entraclas, In cristiana del sábcrclo ^^ ln nta•n clel clontingo, ^^ e/ crnabietate festr i^o clue se respircr en Irr cr^lle ^^^ e^t los fcitnosos curn^ telrllos, cjr^e bnceit trnt i^toJuidnbles hs rrocbes feste ras. Pero ruesh•crs frestcrs no sólo so^a eso. Soaa atzz^cl.^o naíis, son tcranbré^z otros natrchos actos eaacantadoa•es coano Icrs dos en:bajc^clas. Irts procesrottes e^t hoator c^ San ^?ntóia, etc., c1ue no de^érs olt^rclci% Pero las fiestc^s de Gldc^ so^t entarrñables pnra nzí no sólo [^or eso. Tmnbiéia por e! elenaento huntnno clire nornacrlntente lcis r^conapaitn, ^^ e^t este ccrso ntírs. Son entrcriiables tcanrUrén, eta prrarter lugcn; pa• los buetros antigos c^rre he hecho en i^itestra qaiericlrt citaclctd ^^ gire me ba^t hecho setitír e^a ellcr coa^to e^a la ^nía prnpicr. Son erttruñcrhles por lrr buenrr ncogida que sienapre nte han ctispensc^do conao presidente de la GN.D.E.E, babiéndonte reclhiclo siempre con e.rtre nzc^ cor•dirr/rdcrd.Iso^a etah•ctitnblespor la labor, nlag raífrcrr, clue hr^ realr^ado t^uestro Jrr^ztca Cent^^al de Conapcirscts. naejorataclo ^^ clrgnrficcntclq ttarrs si cave, c^uestr^s frestrrs. Y naejorcrnclo ,^^ clignifrcanc7o tnnt bréat strscrspectos or•r,^uttr^c^trros. de !os ycte se ettcnr gct lct nte^tcionada J«^atn Ce^itrnl. Esa Inbor era pr•o de la fiesta hcr Ilegaclo a sci ailnzrnnció^a, c/irixá, este enero pasctclo, con Icr a^raatizacrón rlel Congreso de las Fiestas de F.Idn, en ctt^^^ presentr^crón tuue el honor cle interi^enir pot• í^tt^itaciótt cle la Jrutta Cen trc^l. Conao Presrcle^ate cle Ict UtVD.E.E, consic/ero qcte fice eaaornaenaente posrtic^o pnra Ins fiestas de Eldcr, porqrae e^t él se ea[acrsieroaz, con libertcrcl p transpa rencra, lospr•oblenans itzrrs hraportaaates t^tre tie^ae hoy^ díci la fiestcr en t^arestrr^ poblacróat. Porcltte, ^zo ^aos eaagañe^tzos, ^d^ciblc^^zdo se entieaide la ge^ate^^ ^^ e1 cliá logo es el tíatico cr+naitto pnra e^atenderse ^^ conapeaae trc^rse los festeros 7^ los c/irigeiates de la frestcr, porclue es Ir^ cúticn fo^^nrcr cle clue los c/irrgentes cono^cnn lc^ ntrr^aerr^ cle pe^asar cle los festeros ^^ de qaee los festeros conozcrrn ^^ pttedan i^alorcn• lcr lubor cle los clirigen tes.Yeso fue lo c^«e hr^bo c^llí, dirrlogo, ^^ ese diálogo ^ segzu•o qaie ftte fi•i^ctí ĵ ero. A ello hc^y^ cltte cntaclir !cr pe^ fectrr o^s^cntrc+ción clue !n crcotrtpctñó, ejentplcrr y srn inaprot^isacrones cle ^ti^tgiín trpa Ojalrr cantda el ejetrzplo en uh^as poUlacrottes ^^ co^agresos conao éste se re[^ita^i en otros rutrcbos Irtgcu•es. Festeros ^^ clrrrge^ates cle Lldcr; c/ar^e no os c^irepn ningunn clucla de c^ue, si ucubo nv ^rrtnnclnto conzo presidente en el presente ario. gunrclnré uar hzmejo rabJe rectterclo de t^osotros y de los bccetaos naonzentns que be pcrscrdo eaa t^teestra conrpmíía. Que paséis iozrrs fiestrrs ntirp felrces ^^ cltre os sigciis siipera^^do conto ^^n lo l^acérs cnio h•cts ctño. A^ztonio Torreblanca Algar7^n Pre.rirle^ite de la I?,^:D.F..E Sa lu da d d l a Ma y o ^ do mi a ANGEL VERA e n ŭ evo llegó el mes de junio y todos nos disponemos a respon der a la convocatoria de nuestras fiestas de Moros y Cris tianos en honor a San Antonio Abad. En primer lugar quiero felicitar a todos aquellos que las hacen posibles. Reconocer su trahajo y generosidad.• a las juntas directivas de las comparsas, festeros, Junta Central y en especial a los Mayor domos de San Antón, no sólo por el esfuerzo que cada uno en su par cela dedica para que cada año la fiesta sea engrandecida, sino tam bién por saber transmitir a los que les rodean ese sentimiento de dedi cación a la misma, con objeto de perpetuar la fiesta en todo su esplendor. ^La Fiesta va a comenzar.^ Va mos a vivirla con ilusión, alegr-ía, intensidad, teniendo en cuenta que es ŭ n breve momento, fruto del esfuerzo de muchos y como tal fruto os invito a todos a que los valoréis y entre todos consigamos una espléndida celehración. Antonio Barceló Marco Presic^en te Sa l ^ d dl P^ ^ «o d ^ S^ E a A^ VICENTE ESTEBAN on lc^ celebració^z del primer Co^zg^°eso de Moros y Cristic^nos se hc^ escrito zcna páginc^ de extr^vrdinari^ importancia para el ^nundo feste^°o de nuestro pueblo. Espc^cios de encuentro para el diálogo y la reflexión so^z, sin duda, signos de esperanzc^, que nos ahren al optimis^no y nos hacen avanzar en la crec^ción y desarro llo de nuest^°os proyectos. La lectura c^°eyente cle la z^icl^i nos llevc^ a descul^rir, e^a espc^cios como estos, la f^°escu^•c^ y l^ vitali dad con la que el Espíritu está actuando en nuestro mundo, en nuestro puehlo y en nieestrc^ fiestc^. EZ mismo Espíritu que animó y for taleció a San Antón en las decisio nes radicales de su vida está hoy invitándonos c^ un diálogo con nosotros ^nismos y con todas las ^°ealidades de nzaestra sociedad, con el fin de que a todos llegue el calor humano y espiritical que la palahra FIESTA encierra en sí mis^na. Desde c^quí, como siempre, me uno a todos vosotros, e invoco la protección de Sa^z Antón, para que el Espíritu del Señor nos aco^npañe y«hc^ga prósperas lcts ohras de nuestr^s ^ncrnos». ^PELICES PIESTAS! José Navarro Navar^°o Párroco rle S^^tta ^ I ^i^r ^ ^ C r ó nKO d ^l a ñ o 1447 I año en Elda siem pre comienza muy bien, pues a la ilusión de los regalos de Reyes, se añacle la preparación de la Media Fiesta en honor de San Antón, y la pues ta en marcha de los proyectos festeros, desarrollándose todo como sigue: Enero 10.- En la Casa Grande del Jardín de la Música, inaugura ción y entrega de premios del XXVII Concurso de Fotografías, otorgándose los siguientes: Tema Elda, Ernesto Ortiz Arteaga, Francisco Manuel Escri ba Sáez y Gabriel Ángel Vera Guarinos. Tema Moros y Cristianos, Pacual Rico Vizcaíno, Vicente Hernández Gil, Salvador Juan Pérez y Eleazar Ramón Payá. Por su parte las comparsas premiaron a: Vicente Hernández Gil, Contrabandistas; José Anto nio González Esteve, Estudiantes y Piratas; Ernesto Ortiz Arteaga, Zíngaros; Ramón Hurtado López, Huestes del Cadí; Gabriel Ángel Vera Guarinos, Marroquíes; Pedro Cruces Lago, Musulmanes; decla rándose desiertos los correspon dientes a Cristianos y Realistas. EI Jurado estuvo compuesto por Marc Pascual Domínguez, Vicen te Olmos Navarro, Javier Mollá Revert y Francisco Payá Busquiel, y la entrega de premios la reali zaron Juan Pascual Azorín, Alcal de de Elda; Manuel Serrano, Con cejal de Cultura, y José Blanes, presidente de la Junta Central. Enero 11.- A las 600 de la tarde presentación en «EI Almi nar» del vídeo oficial de las pasa das fiestas de 1996, y a las 830 inauguración de la exposición de trajes «Hechos en Elda». Enero 12.- Jornada de puertas abiertas en «EI Alminar», con concurso infantil de dibujos y entrega de regalos a los niños asistentes. Este acto estuvo presi dido por las abanderadas y capi tanes infantiles. Enero 17.- A las 730 de la tarde, Santa Misa en la Ermita del Santo con bendición del «Pan de San Antón» y encendido de las tradicionales hogueras, habién dose recuperado los tradicionales bailes alrededor de la misma. A las 1000 de la noche, en el Salón Juanjo, de Petrer, cena de her mandad y entrega de premios a las escuadras destacadas en 1996, presentando el acta Miguel Barcala. Enero 18.- La Mayordomía de San Antón entronca con las viejas tradiciones, iniciando el día con la típica diana con dul zaina y tamboril, celebrándose a las 1230 en la Plaza del Ayunta miento las características cuca ñas. Z 0 ^ Ú A la tarde desfile de todas las comparsas hasta la ermita para trasladar a San Antón hasta la Iglesia de Santa Ana, disparándo se a su Ilegada una traca de colo res. Este mismo día la Comparsa de Estudiantes celebró su cena anual, en la que se homenajeó a los cargos entrantes y salientes, así como a la escuadra Camali cos II, la cabo Pilar Alfaro, y se distinguió con el Botón de Oro a Isabel Sánchez Corbí. Por su parte, la Escuadra «Sirokos» entregó a la comparsa de Moros Musulmanes «EI Siroko de Plata». Enero 19.- A las 1100 de la mañana y tras la Misa en honor a San Antón, se procedió a trasla darlo hasta su ermita entre salvas de arcabucería, y el disparo de una gran mascletá. A la 100 de la tarde, desfile oficial de la Media Fiesta por las escuadras premiadas: «Cruzados Mágicos» de los Cristianos; «Anda luzas» de los Contrabandistas; «Hipotenusas» de los Estudiantes; «Chaparros» de los Piratas; «Ya gos» de los Zíngaros; «Saharauis» de los Marroquíes; «RubayyAT» de los Realistas; «Huríes» de los Musulmanes, y«Gips Alham II» de las Huestes, así como todos los car gos festeros y una escuadra más de cada comparsa. Canal Nou dio cumplida noti cia de esta celebración a través del programa «Comunitat Valen ciana en Directe», con locución de Marisa Pastor, a la que acompañó el cronista de la Junta Cen tral, José A. Sirvent. Enero 30. La Comparsa de Estudiantes celebra una asamblea extraordinaria. La Comparsa de Zíngaros convoca un concurso infantil de dibujo para crear el logotipo de sus bodas de oro. Enero 31. La Comparsa de Moros Musulmanes celebra su asamblea anual en la que presen ta el cartel de su cincuentenario, anunciando que en febrero se editará un disco compacto con música festera. Febrero 7. Se convoca el XII Certamen de Música Festera, en el que la obra obligada será una marcha dedicada al «Embajador Moro», la cual se ha encargado al maestro Daniel Ferrero Silvaje. Febrero 8. En la sede de los Contrabandistas se hace entrega de la bandera a los cargos de 1997: María Begoña Artillo Oli vares y Juan Miguel Puentes Qui les, despidiéndose a los herma nos Gema, Maite y Joaqui Puche Herrero que los ostentaron en 1996. La Comparsa Huestes del Cadí, convoca su XVIII Concurso de Minicuadros. Febrero 12.- La Escuadra Esponjas de los Moros Realistas, convoca un concurso nacional de diseño gráfico para camisetas. Febrero 15.Cena de la Comparsa Cristianos. En ella se entregan premios a la escuadra Don Pelayo y a la cabo Paqui Guarinos Requena, presentándo se los nuevos cargos festeros, Isa bel Sanz Juan y Evaristo Rico Monzó, entregándose por prime ra vez la insignia de oro a)uan Paredes Orgilés y a Luis Javaloyas Sebastiá, ambos acreditados y eminentes festeros. Febrero 18.- La Comisión de Embajadas y Alardos de la Junta Central en un acto íntimo cele brado en «Las Brasas» rindió homenaje a Francisco Molla Calvo, que durante veinte años ha representado en la misma a las Huestes del Cadí, amenizando el acto el Embajador Moro Jorge Bellod López con sus versos Ilenos de gracejo y buen humor. Febrero 22.- En la Capitanía de los Musulmanes el presidente de la Junta Central y cronista de la comparsa, José Blanes Peina do, presenta la revista conmemo rativa del cincuentenario en un brillante y concurrido acto. Febrero 23.- En el Salón de Actos del Instituto «Azorín» la Banda del C.E. Santa Cecilia, que fue nombrada «Musulmana de Honor», interpretó un concierto que sirvió de presentación al C.D. editado por los Musulma nes, asistiendo como el día ante ^^ rior las autoridades municipales y representantes de todas las com parsas. En este C.D. figuran, entre otras composiciones, «Elda Mu sulmana», «Sirokos», «Musulma nes 92», «Musulmanes Cincuen tenario», «Musulmanes Meclio Siglo», original del compositor Alberto Pardo Caturla, padre de nuestro asesor religioso, y la mar cha de procesión «Virgen de la Salud», obra póstuma de M. Mar tín Ballester. Febrero 27. Se hace público que ocho bandas de música I^an solicitado su participación en el XII Certamen de Música Festera. Febrero 28.- La Comparsa de Moros Realistas celebra su cena de hermandad QUE CONTÓ CON LA PRESENCIA DE UNA REPRESENTACIÓN de los Realistas de Villena con su madrina Lucía Sánchez, actuando de mantenedor el cronista de la comparsa, Antonio Manuel Pere da Navarro. José Andrés, Hipólito Juan y Enrique Navarro recibieron el título de Realista de Honor. La escuadra «Moros Lechuguinos» regaló a la comparsa una gumia que desfiló en los primeros años de la Fiesta y Andrés Moreno pro metió un traje del primer año con el que desfiló José Vidal Alba. Recibieron premios las escuadras «Negritos Buenos» , «Moras Azu 405 JUNTA CENTRAL DE COMPARSAS les» y«No Tinc Res», rindiendo homenaje a Rosa Ana y Ramón Escandell, cargos 1995/1996, y a Ana Belén y Eloy Roig, cargos 1997, a los cuales dedicó unas sentidas palabras el «Realista Honorario» José A. Sirvent. Marzo 8. Los Musulmanes realizan un pasacalle desde el domicilio de la Abanderada Infantil hasta la Capitanía, donde se dedica una merienda a los niños de la comparsa. La Comparsa de Piratas reali za el relevo de sus cargos feste ros presentando a Cristina García Uribelarrea y Gabriel García Moratalla, premiando a las es cuadras «Cachi», «Ram Ram», «Tiburones» y «Tolo», imponién dose la insignia de oro a Benja mín Rueda Catalán, Juan Ibáñez Martínez y Octavio Sánchez Ibá ñez. La Comparsa Zíngaros entre ga los premios de su concurso infantil a Daniel Pérez Avendaño, del Colegio «Padre Manjón», y a Cristina Laguna Martínez, del Colegio «Santa Teresa». Marzo 14.- En la Casa Gran de del Jardín de la Música, expo sición de carteles para la fiesta de 1997, premiándose a Vicente Beltrá Juan y a José María Barce ló. Por su parte, la Comparsa de Musulmanes inaugura la exposi DE MOROS Y CRISTIANOS DE ELDA ción conmemorativa de su cin cuentenario. Salvaclor Lázaro obtiene el premio de diseño gráfico de camisetas convocado por la escuadra «Esponjas» de los Mo ros Realistas. Marzo 15.- En la Casa de la Cultura presentación de los car gos musulmanes con la asistencia especial de representantes de los Moros Viejos de Villena y los Moros Fronterizos de Petrel, rea lizándose al final del acto un pasacalles hasta la Capitanía, donde se ofreció un vino español a todos los asistentes. Marzo 17.- M. Jesús y José Maestre, Abanderada y Capitán 1996 de los Marroquíes, regala ron una nueva bandera a la com parsa, que fue bendecida en la misa celebrada en la Ermita del Santo. Marzo 19.- Se hace público que el actor Joaquín Kremel será el pregonero de la próxima Fiesta de Moros y Cristianos. Marzo 22.- Acto festero de los Moros Marroquíes en el que fueron premiadas las escuadras «Alioly», «Diez Moros», proce diéndose al relevo de los cargos tanto mayores como infantiles, anunciándose la próxima apari ción de un libro sobre la Fiesta en Elda, obra de José Luis Bazán. Marzo 27.- Se anuncia que el compositor eldense Javier Ortiz ha compuesto una misa festera en honor de San Antón, teniendo el propósito de estrenarla en las próximas fiestas. Abril 11. En el Cine Cervan á tes se celebra la Gala Musulmana de homenaje a todos sus cargos festeros, así como a los presiden tes y fundadores. También se entregaron obsequios a los car gos de todas las comparsas eldenses, contándose con la actuación del ballet de Ana Calvo, que abrió el acto. Abril 20. Desfile conmemo rativo de las Bodas de Oro Mus^dmanas, en el que además de esta comparsa desfilaron una escuadra de cada una de las res tantes comparsas eldenses, así como representaciones de Ville na, Castalla, Biar, Muro de Alcoy, Petrel y Elche, cerrando el mismo toclas las abanderadas de estos cincuenta años. Este acto también fue retrans mitido por Canal Nou con la colaboración del cronista de la Junta Central. Abril 26. Cena de los Contra bandistas, durante la cual se pre mió a las escuadras «Andaluzas», «EI Puntico» y «Martirio», efec tuándose el relevo de cargos y otorgándose «EI Contrabandista de Plata» a Rafael Soriano Gonzá lez, y a los hermanos Gregorio y Gerardo Sánchez García, siendo distinguido Francisco Vera Beltrán con el Contrabandista de Oro. Abril 29. EI Ayuntamiento hace públicas una serie de nor ^ mas para las próximas fiestas, entre las que destacan la prohibi ción de instalar barras portátiles en las calles por las que discurran actos oficiales y la obligación de emitir música festera. Mayo 2. En el Salón de Actos de «EI Alminar» y presidido por el Alcalde de Elda, Concejal de Fies tas y Presidente de la Junta Cen tral, tuvo lugar el acto de presen tación de la Revista 1997, a cargo del cronista de la Junta Central que desmenuzó su contenido des tacando la valía de los colabora dores y la importancia de la revista para su historia local. Mayo 3. XII Concierto de w Música Festera en el que además ó de la obra obligada, «Embajador V ^ Moro», se interpretaron las si ^ guientes composiciones: Banda de Cox, «La Romana», de Aman do Blanquer; La Esperanza de San Vicente, «EI barranc del sinc», de Rafael Mullor; Banda de Gan día, «Boronat Llobat», de Miguel Vercher; y Banda de Genovés, « Pel teu avi», de Damián Duarte, las deliberaciones del jurado com puesto por Gerardo Pérez Bus quier, Juan Enrique Canet Todoli y Daniel Ferrero Silvaje; la A. del C.E. «Santa Cecilia» ofreció un variado concierto. Mayo 5.- Fallo del Concurso de Minicuadros convocado por las Huestes del Cadí, resultando ganador Marblo Marc Baludeau. Como dato anecdótico hay que señalar que un periódico tituló su artículo sobre este asun to atrib^ryendo a los Zíngaros la paternidad del concurso. Mayo 10.- «Cena del Té», organizada por las Huestes del Cadí, en la que entregaron los premios del XVIII Concurso de Minicuadros, así como a la escuadra «Allí va Bar», presen tando a los cargos festeros 1997. La velada discurrió con locu ción de Conchita Alcaraz y de Jorge Bellod, que desvelaron los nombres de Ramón Albero Gon zález, a quien se concedió «EI Cadí de Oro» y el de José Manuel Orovio, que recibió «La Mezqui ta de las Huestes». Mayo 11.- En la Plaza de Castelar concierto de Música Fes tera a cargo de la A del C.E. «Santa Cecilia», que intercaló obras dedicadas a Elda con otros foráneos. Mayo 16.- Cena zíngara, en la que tras presentar a sus cargos festeros fue otorgada la «Z» de oro al zíngaro fundador, José Pérez Pérez. En este acto, en el que estuvo una representación de los Zíngaros de Altozano, el alcalde de la ciu dad entregó a la comparsa, al igual que ha hecho con todas, un boni to cuadro con el escudo de Elda. Mayo 22. EI Rector de la Universidad «San Pablo» de Madrid, José Tomás Raga Gil, presentó el libro de José Luis Bazán, «La Fiesta de Moros y Cristianos de Elda», patrocinado por la Comparsa de Moros Ma rroquíes. EI acto, celebrado en la Casa de Cultura, fue muy concurrido y muy elogiado por los asistentes. Mayo 24. Desfile de cargos festeros entrantes y salientes hasta la plaza de Castelar, donde no se pudo celebrár el pregón ni el relevo de cargos debido al aguacero que comenzó a caer de forma inesperada. Mayo 25. Nuevo desfile de cargos festeros comenzando a las 700 de la tarde la proclamación de infantiles y a las 930 de la noche la de mayores, actuando en ambos el ballet del Conserva torio de Danza de Novelda. EI pregonero, Joaquín Kremel, resultó muy del agrado del públi co por su sentido del humor y la sencillez de que hizo gala. Mayo 30. Entradica Cristia na que estuvo muy concurrida. Mayo 31. Entradica Mora, con idéntico entusiasmo que la anterior. Junio 7. Un centenar de his toriadores asisten en Elda a unas ponencias sobre «EI Castillo Señorial» y «Fortaleza y Monar quía» dentro de los actos organi zados por la Sociedad Española de Estudios Medievales, aprove chando para ver la Fiesta de Moros, que algunos de ellos ya conocían siendo grandes propa gandistas de la misma. Julio 4.- En el Salón de Actos del Instituto Azorín se presenta el vídeo oficial de las fiestas 1997, realizado por Frames Produccio nes con textos del cronista José Antonio Sirvent. Agosto 29. Radio Vivir con cede el I Premio de Moros y Cristianos «EI Alminar», otorgándose a los Moros Realistas y a los Con trabandistas, este premio que se entregará durante la Media Fiesta consistente en dos tallas del escultor eldense Alejandro Pérez Verdú. Septiembre 7.- La sociedacl gastronómica y festera «EI Ma bre» entrega su distinción al bai larín y coreógrafo Antonio Ga des. Septiembre 27.- Se bendice la nueva bandera de los Zíngaros, regalo de la escuadra «Rapso dia». Esta bandera es igual a la primera que tuvo la comparsa. Tras la bendición, realizada en Santa Ana, se efectuó un pasacaIles hasta el «Z Club», donde se sirvió un vino español. Octubre 4. Los Zíngaros presentan el logotipo de su cincuentenario, elegido en un con curso de dibujo infantil. Octubre 17.- En la ermita de San Antón se celebró el primer «Bautizo festero» del que fue objeto M. Teresa Milán Bernico la, hija de Pepe Milán, de las Fiuestes del Cadí, y de M.` Teresa de los Zíngaros. Octubre 27. Asamblea de Compromisarios de la Junta Cen tral en la que se aprueban las cuentas de 1997, el presupuesto de 1998 y se perfilan los actos cle la Media Fiesta y del próximo año. Octubre 30. Clausura de la exposición de trajes festeros rea lizados por minusválidos. Esta muestra estuvo abierta desde el día 25 y fue muy visitada, constituyendo un éxito. Noviembre 2.- La Junta Cen tral convoca el Concurso Anual de Fotografías sobre los temas «Elda» y «Moros y Cristianos». Noviembre 3.- En la Casa de Cultura, el presidente de la Junta Central imparte una conferencia sobre los antecedentes históricos de la Fiesta ante los alumnos de la UNED: Noviembre 15.- La Junta Central convoca el I Congreso Local sobre los Moros y Cristia nos en la que se trataron temas tan interesantes como «La masifi cación en la Fiesta», «La músi ca», «EI traje oficial» , «La religio sidad» y«La Fiesta su non econo mía». Noviembre 16.- La Compar sa de Moros Musulmanes con voca una comisión para que establezca ^m traje oficial feme nino. Diciembre 5. Se cierra el plazo de presentación de origina- les para el concurso anual de car teles. La Comparsa de Zíngaros convoca un concurso literario infantil. Y con asambleas de las distin tas comparsas, se va perfilando el comienzo del año 1998, que se augura muy «movido» desde el punto de vistá festero, deseando desde aquí a todos el mayor éxito en sus proyectos. José Antonio Sirvent Mullor Cronista J^mta Central C^Ka ^ I^ F^a d^ 1997 ueves, 5 de j^mio, CO MIENZA LA CUENTA ATRÁS, aunque la «entrada de bandas» está programa da para las 800 de la tarde. Mucho antes de esta hora las calles de Elda comien zan a verse invadidas por gentes con el traje oficial de sus comparsas. A la hora en punto la Sociedad Instructiva Musical «Santa Cecilia» inicia el desfile interpre tando «Alcázar Nuevo» seguida, entre los aplausos de un n^mieroso pílblico, de las bandas de todas las comparsas con sus banderines al frente, los cuales fueron por tados por )osé Astor, de Zíngaros; Santos Muñoz, de Musulmanes; Juan A. Gil, de Marroquíes; José Romero, de Contraban distas; José María Guill, de Piratas, Luis Javaloyes, de Cristianos; Mariángeles Mar tínez, de Huestes; Juan C. Poveda, de Estu diantes, y José A. Bailén, de Realistas. Concentradas todas ante el cástillo de tiestas, y bajo la dirección del director de la A.M.C. aSanta Cecilia», se interpretó el pasodoble «Idella», que fue coreado por Entrada Gistiana. ^^s^ e^^^^ _ _ ^ ^: y ^ ^^^ Un nLlnler050 IJÚIJIICO Cllle n0 podemos cuantificar pero que Ilenaba la calle Colón y adyacentes, el cual, tras las palabras de saludo del Alcalde de Elda, D. Juan Pas cual Azorín, quien dio la bienvenida a todos y dio la señal de arranque con el dis paro de una mascletá, fue retirándose para preparar los actos de la noche consistetes en la retreta en la que se siguen recuperan do las escuadras con afarolicos» y el dis paro de un castillo de fuegos artificiales. Señalaremos que en el concurso cle bandas resultaron galardonadas por este orden la «Unión Musical» de Petrel, que interpretó «Mi Barcelona», y la Sociedad «Ciudad de Asís» de Alicante, que desfiló interpretando «Zíngaros». Trasladu clel Sint^^. REGRESÓ DESDE SU ERMITA.- A las 1100 de la mañana y siendo portado por miembros de las Huestes del Cadí, se ini ció el traslado de San Antón hasta la igle sia de Santa Ana, siendo acompal^ado por los componentes de la Mayordomía que Ilevaban su estandarte y por los cargos tes teros de las diversas comparsas, así como por un numeroso grupo de arcabuceros que fueron disparando salvas. Recibido que fue por el párroco, D. José Navarro, que pronunció unas palabras de saludo a todos los festeros, fue colocado en cm lugar preferente en el presbiterio para pre sidir los actos de estos días. Por la tarde y a las 700 concreta mente, los nilios iniciaron su desfile que como siempre, sorprendió a todos los espectadores, dada la brillantez y alegría, además del buen hacer de que hacen gala los alevines de festeros. EI público se volcó VIERNES, 6 DE JUNIO, SAN ANTÓN E ^^r^,d^, ^le aa^,das. Procesitin. desde el inicio que realizó la Comparsa de Musulmanes, que celebrará sus Bodas de Oro, hasta el final del mismo. Por la noche v con el buen sabor fes tero dejado por los pequeños las calles de Elda fueron invadidas por la alegría y la música que cada año invierten el ritmo del tiempo dwante la Fiesta. SÁBADO, 7 DE JUNIO. LAS GALAS DE LOS CRISTIANOS DESLUMBRARON LAS CALLES DE ELDA.- A las 1000 de la mañana se inició el desfile de las compar sas disparando el alardo, para dar paso a la embajada del moro, antes de la cual fue leído por el profesor Juan Rubio un texto escrito por el director del Museo Arqueológico, D. Antonio Poveda. Tras la batalla y asalto al castillo se dislocó la concentración festera marcando un paréntesis hasta las 600 de la tarde, en que tuvo lugar la aTriunial Entrada Cristiana», que fue ini ciada precisamente por la comparsa de este nombre con un elegante boato, sien do contemplado el desfile por un centenar de historiadores, expertos medievalistas, yue fueron invitados por el Ayuntamiento, ya que están celebrando unas jornadas científicas organizadas por la Fundación de Estudios Medievales. La noche de nuevo volvió a reunir y a hermanar al bando moro y al bando cris tiano. DOMINGO, 8 DE JUNIO. LOS MOROS ENCANDILARON.- A las 800 de la mañana y con más asistencia que otras veces, se inició la Diana Festera, antes de la cual la concejalía de fiestas había preparado chocolate y churros para todos. A las 1100 de la mañana: Desfile ofrenda hasta la Iglesia de Santa Ana, donde se celebró la Misa en honor de San Antón y en la cual contrajeron matrimonio el Capitán y la Abanderada de los Contrabandistas, a lo largo de esta mañana tam bién Canal Nou realizó varias conexiones para sus programas «Comunitat Valencia na en Directe» , que fueron comentadas por nuestro cronista. A las 600 de la tarde, el Bando Moro, encabezado por el boato de los Musulma nes inició la «Majestuosa Entrada Mora», con la que pusieron contrapunto a la sensacional entrada que anteriormente había protagonizado el Bando Cristiano. Esta en trada fue presenciada por representantes de todos los pueblos festeros integrados en ^ á Embaj^irl.i. la UNDEF que luego fueron agasajados en EI Alminar, destacando en sus comentarios las palabras laudatorias para la fiesta eldense. Por la noche idéntico programa que en días anteriores. Música y alegría en las calles eldenses. LUNES, 9 DE JUNIO. REGRESO A LA ERMITA.- A las ^1000 de la mañana el Bando Moro inició el desfile disparando al alardo, teniendo lugar a continuación la Embajada Cristiana, antes de la cual vol vieron a ser leídas las palabras escritas por D. Antonio Poveda, y durante la cual vol vieron a brillar como magníficos que son los embajadores Jorge Bellod y Carlos Amo. Hay que señalar la numerosa presencia de público en este acto. A la tarde y siendo portado de nuevo por las Huestes del Cadí, se inició la pro cesión de San Antón que tras recorrer las principales calles de Elda, se dirigió hasta su ermita, donde quedó práctica mente sepultado por los cientos de flores que se le arrojaron y que compitieron en colorido con el castillo de fuegos artifi ciales que puso fin a unas fiestas cuyo recuerdo nos hace soñar con las del año venidero. José A. Sirvent Mullor Cronista Junta Central a ^^^^^ u^- ^J P ^ ^^ ` 47 an Antón nos Cója a todos confesa dos, a mí el prime ro. Amén. Queridos festeros y festeras: un invento diabólico, el telé fono móvil, la voz cálida, aterciope lada y mediterránea cle Antonio Bel trán y sus poderosos argumentos son los únicos responsables (yo me lavo las manos) de lo que aquí, a partir de ahora, pueda pasar. Fue una Ilamada tan cariñosa y emotiva, me sentí tan honrado y halagado, que mi sí al pregón fue, creo, el sí más supersónico de toda mi vida. Ni siquiera me di unos lógicos segundos para hacerme una prudente reflexión: Zserás tú capaz de Ilevar a cabo esa responsabili dad con el acierto y la categoría que merecen tanto la ciudad de Elda como sus entrañables gentes? Está claro que tenía un proble ma: escribir el pregón. Pero... tcómo se hace un pregón? Ni idea. De pronto me vino así como un rayo de luz y fui al diccionario. Busqué «pregonar». Y viene, ya lo creo que viene. Me Ilevé una gran alegría. Entusiasmado leí la primera definición. Pregonar: «Anunciar algo con un pregón». iManda huevos!, que diría Trillo, menuda ayuda. Más abajo decía... Pregonar: «Anunciar una mer cancía a gritos por la calle». Evi dentemente éste no era el caso. Había una definición que sirvió, además, para cortar de cuajo mi entusiasmo inicial. Pregonar: «Decir una cosa para que la sepan todos». iDios mío! pensé, Zqué les cuento yo de Elda a estos señores que ellos no sepan? A punto ya de caer en una pro funda depresión intenté, no me importa confesarlo a estas alturas, ha^erles una pequeña trampa. Verán, mi oficio no es el de escribir, mi oficio se basa simplemente en decir cosas que, con mayor o menor fortuna, escriben los demás. Creí lógico por tanto encargar el pregón a algún escritor de renombre. En prin cipio recurrí a las plumas más afa madas: Antonio Gala, Terenci Moix, Antonio cle Villena, Vicente Molina Foix. Insisto, las plumas más afama das del país. Desistí, me iba a salir la broma a más de un millón la línea. iMenudo bingo! Inmediatamente tiré de agenda y me puse a buscar escritores más económicos. También fracasé. Esta ban todos ocupados escribiendo series para televisión. Como comprenderán estaba cada vez más agobiado. De pronto una idea brillante. ZY si les leo el maravilloso pregón del 95 pronun ciado por Juan Echanove? zSe da rán cuenta? Juan decía así: «Quiero saludaros a todos y os agradezco la deferencia que habéis tenido con migo, al elegirme como pregonero a los cuatro vientos... de vuestra alegría, de vuestra hospitalidad, de vuestras tradiciones, de vuestra vida en una palabra...». iCómo no se iban a dar cuenta! De todas formas creo que ha merecido la pena repetir este sentido y bello párrafo. Lo suscribo en su totalidad de todo corazón. iClaro, ahora entiendo por qué a)uan le dan papeles de abogado y yo sigo de operario con mi mono azul! Llegado a este punto decidí que hacer trampa era indigno y que no tenía más remedio que sacarme yo mismo las castañas del fuego. Y eso hice. Cogí el bolígrafo, que no la pluma, y unos folios, natural mente en blanco. AI cabo de tres días seguían.en blanco. Yo los con templaba aturdido, con dolor de cabeza. Créo que uno de ellos Ilegó incluso a sacarme la lengua. Pero no me dejé amilanar y refle xioné: «Si los eldenses pasan 360 días al año preparando sus fiestas... Zno podré yo pasar tres, o cuatro, o los que sean, intentando hacer un pre gón? Eso sí, imi primer pregón! Es la primera vez que hago un pregón. Y caray con la primera vez... iQué difícil es la primera vez!, Zo no se acuerdan ustedes de aquella prime ra vez?..., ya me entienden..., el que diga que no tuvo miedo mien te. iQué nervios la primera vez! iQué torpeza! ZSerá como dicen?, Zquedaré bien? Fíjate, mi amigo Juan ya ha echado un pregón y yo todavía no... Por las noches soñaba que era capaz de echar cuatro pregones seguidos, sin sacar los papeles, fumando -eso sí- un cigarrillo entre pregón y pregón. También tenía pesa clillas: zy si por el contrario me sale un pregón precoz? zSe imaginan? «Eldenses, hala, a divertirse»... iQué verg^ienza! 7^^ Ante tal barullo mental no me quedó más remedio que consultar a un buen psiquiatra, lo hice. Afortunadamente me sacó del atasco.., me sacó también un buen dinero, pero eso es lo de menos. «Joaquín -me dijo- estos señores de Elda no querrán un pregonero neurótico, que es en lo que te estás convirtiendo. Olvidas que has teni do la suerte de ser invitado a sus fiestas. iNada menos que a sus fies tas! ZTe enteras? No te han invitado a un congreso de física cuántica. Y las fiestas, por muy serias que sean, y las de Elda de Moros y Cristianos lo son, sirven para divertirse. Sirven para disipar lo cotidiano, los en frentamientos, las bajas pasiones, la intolerancia..., en una palabra «el mal rollo». Las fiestas de Elda entierran el gris y resucitan el color. Las fiestas de Moros y Cristianos «hermosean la vida» como muy bien dice José Navarro, párroco de Santa Ana. «Así que, Joaquín, anda pa Elda, a ser un eldense más y diviértete». Y aquí me tienen, gracias al psi quiatra, clispuesto a divertirme. Y una de las cosas que más me divier ten del mundo es contar historias. Si me permiten les contaré una. Hace muchos, muchos años, quizá más de mil, una princesa mora se alejó de su palacio a pesar de los consejos de su padre. Ella no iba a dejar de bañarse en el río por el mero hecho de que allí pudiera haber ejércitos cristianos. iFaltaría más!, iaquellos bárbaros a los que despreciaba profundamente! Aquella tarde se atrevió, inclu so, a ir sola. Estando ya en el agua escuchó voces. Eran voces cristia nas. Logró esconderse antes de que la vieran pero ellos encontraron su caballo. «Si hay un caballo tiene que haber uno de esos moros por aquí cerca», se dijeron. E inmediatamen te empezó la búsqueda. Varias veces anduvieron cerca de ella pero no la vieron. Hasta que pasó lo que tenía que pasar: un hombre casi tan moreno como ella apartó las ramas que la cubrían. Sus ojos eran brillantes y encendidos. Tras un silencio una sonrisa y sólo dos palabras: « iHasta mañana!%. Paulatinamente la princesa dejó de oír voces, cuando salió encontró su caballo atado al mismo árbol. AI día siguiente salió de su pala cio rebosante de pasión. Pasó por el sitio donde había sido descubier ta el día anterior y siguió sin mirar atrás. Escuchó entonces el galopar de un caballo y los ojos se le encendieron de alegría. Calculó que la seguiría hasta el bosque y que allí la abordaría. Entonces el jinete cristiano hizo algo inesperado, acercó su caballo al de ella y cogió su mano. iSuéltame la mano!, dijo ella. zMe prometes que seguirás a mi lado?, respondió él. No te prometo nada, pero suél tame la mano. ÉI soltó la mano y ella tuvo una feliz sensación ante su pequeña victoria. Claro que si la volviese a coger no la retiraría: había salido de casa precisamente para que ocurriera aquello... «Tienes la belleza de una estre Ila, zcómo te Ilamas?», preguntó él. «zPor qué te voy a decir mi nombre?», dijo insinuante. «Porque es lo que deben hacer dos personas que acaban de cono cerse y que ya saben que se pertenecen». Siguieron andando, perdieron la noción del tiempo. «Ahora tenemos que volver -dijo la princesa-. Hemos Ilegado al bosque». «EI mundo no se acaba al Ilegar al bosque», contestó el cristiano. Los dos entraron en el bosque y... ya nunca más se supo de ellos. Que cada uno le ponga a esta his toria el final que quiera... Amigos eldenses, vamos a vivir con alegría estos días de fiesta, vamos a recrear la entrada de los moros, la de los cristianos, los des files triunfales, la conquista de los castillos. Vamos a disfrutar de las bandas de música, de las calles, de la pól vora, de la hermandad, del buen yantar... Pero sobre todo disfrutemos, como en la historia, de la mirada de amor de una abanderada cristiana a un capitán árabe. Esto es lo que yo espero vivir aquí con vosotros. Muchas gracias por haberme invitado y felices fiestas. Ah, quiero que observéis que no he hablado en ningún momento de zapatos. Gracias. Joaquín Kremel ^^ P^«lomnáón dd Abo^ddrnda ^ ► Co ^ p^Eandt InEan á l^ 1997 a tarde del 25 de mayo, día previsto para la celebración de este importantísi mo acto festero, se vió ligeramente alte rada. Las malas con diciones meteorológicas del día anterior, con crna fuerte tormenta que descargó sobre la ciudad, no hizo posible la «Proclamación y Pregón» de los mayores. Afortu nadamente ese domingo 25 fue generoso en cuanto al tiempo y per mitió la ralización de ambos actos, siendo preciso reestructurar y ade cuar horarios para que estos pudie ran Ilevarse a cabo. Los niños fueron las rutilantes estrellas de aquella tarde inolvida ble, para todos los que tuvimos la suerte de saborear la gracia, espon= taneidad y seriedad con que los más jóvenes de la Fiesta asumen sus respectivos papeles en cada una de sus comparsas y en el acto del relevo. En esta ocasión, un año más, fui el encargado de conducir el acto como mantenedor. Y así, por enci ma, cuento cómo sucedió todo. Sobre las siete de la tarde dió comienzo el acontecimiento, ante una gran expectación, dando paso en principio a las Abanderadas y Capitanes 1966, que entraron por este orden: MUSULMANES: Abanderada: Laura Beltrán López Capitán: Daniel Vera Manero MARROQUÍES: Abanderada: Aida París Mora Capitán: Carlos Aguado Maestre REALISTAS: Abanderada: Yaiza Juan García Capitán: Manuel Martínez Juan HUESTES DEL CADÍ: Abanderada: Elena Amat Lax Capitán: Carlos Cobes Cascales A continuación hicieron su entrada los representantes salientes del «Bando Cristiano». CRISTIANOS: Abanderada: María Jesús Se rrano Rodríguez Capitán: Miguel Ángel García Marco PI RATAS: Abanderada: Teresa Sánchez Orgilés Capitán: Jorge Bañón Rico ESTUDIANTES: Abanderada: Jessica Pedrero Rocamora Capitán: Jorge Juan Ferrero Leal ZÍNGAROS: Abanderada: Laura Martínez Llopis Capitán: Guillem Ferrer Juan CONTRABANDISTAS: Abanderada: María del Mar Vera González Capitán: José Ibáñez Delicado Seguidamente fueron entrando por la pasarela los nuevos cargos 1997 que fueron recibidos igual mente con grandes aplausos. AI igual que los salientes, los primeros en subir al escenario fue ron los representantes del «Bando Moro»: MUSULMANES: Abanderada: Patricia Alonso ^ Hernández w Capitán: Jaime Bellot Bernabéu rrolló perfectamente, alternando Capitanías del «Bando Cristiano» y del «Bando Moro». Con el cambio de bandera y los obsequios para salientes y entrantes por parte de la Jcmta Central, fueron proclamados los cargos clel noventa y siete, en medio de grandes aplausos del público que Ilenaba el recinto de la Plaza Castelar. Momentos sin duda de emoción. Mientras se preparaba el ballet, Ilegó el momento de decir les algo a los protagonistas de aque Ila tarde inolvidable: „r ^ 1^ ^ ^ : -. MARROQUÍES: Abanderada: Olga Esteve Bazán Capitán: Javier Rivera Riquelme REALISTAS: Abanderada: Noelia Arteseros Navarro Capitán: Álvaro Castro Huesca HUESTES DEL CADÍ: Abanderada: Lorena López Moltó. Capitán: César López Vizcaíno. La música festera varió y de las marchas moras se pasó a los paso dobles que definían los próximos protagonistas: CRISTIANOS: Abanderada: Nerea Hernández Poveda Capitán: Daniel Pérez Jiménez PI RATAS: Abanderada: María José García Uribelarrea Capitán: Victor Bañón Rico ESTUDIANTES: Abanderada: Ana Fernández López Capitán: José Vicente Fernández Navarro ZÍNGAROS: Abanderada: Sara Maestre Verdú Capitán: Javier Vera Maestre CONTRABANDISTAS: Abanderada: Natalie Boye Selva Capitán: Sergio García Revert Cada uno de ellos, con perfecto orden, fueron ocupando sus lugares asignados en el escenario, para de inmediato recibir en su honor, la pri mera actuación ĉ lel «Ballet del Conservatorio Elemental de Danza de Novelda», que deliciosamente interpretó una escena de «La Ca cería» de Vivaldi. Tras el primer número de ballet, dirigí unas palabras especialmente para los salientes: «;Que bonito ha resultado!... Es el merecido presente para los cargos salientes y para los que vais a tomar posesión de las respectivas Capi tanias... Bueno, he dicho salien tes... y, sí, realmente lo sois porque cedéis el sitio de Abanderada y Capitán a los que van a desempeñar los cargos en este 1977. Pero como siempre digo, porque es verdad, aquí no se marcha nadie, porque vais a seguir siendo buenos «Festeros», con más razón si cabe, y como tales seguiréis el camino de la superación... Y quién sabe si dentro de unos años volveréis a vivir la experiencia de ser Abanderadas y Capitanes representando a los ma yores en cada una de vuestras com- parsas. Estoy seguro que sí, porque tenéis genio para ello». Y Ilegó el momento del relevo de cargos, con un ritual que se desa «Pues yo... seg^m el guión... tenía que dirigir ahora unas pala bras para todos vosotros... Y a mí me gustaría deciros algo distinto, que os divirtiese un poco. Pero la verdad es que no se me ocurren muchas cosas nuevas. Lo que sí os quiero decir y para que lo sepáis (ya sabéis aquella frase de moda: «que lo sepas» ), que despué de haber consumado el relevo, cada uno está ahora en su sitio en «la Fiesta» del noventa y siete, que tenemos tan próxima. Pero iojo!... Todos dentro de «la Fiesta» que es lo importante. Por lo tanto son momentos de mucha alegría para todos vosotros que estáis siendo las estrellas de éste «Acto Festero», salientes y entrantes. Y muy orgu Ilosos que os tenéis todos que sen tir, por muchas razones que no pararía de explicar. Primero, por que estáis demostrando vuestra condición de buenos «Festeros%. Los salientes por vuestra extraorcli naria labor el año pasado, ejercien do con buen porte y simpatía los cargos de «Abanderadas» y «Ca pitanes», especialmente en ese maravilloso «Desfile Infantil» que te néis y que tanta admiración des pierta en todos los que tenemos la suerte de contemplarlo. A los que habéis recibido hace unos instantes banda y bandera, «la Capitanía» para las fiestas de este año, orgullo sos también porque acabáis de confirmar la buena maclera festera que tenéis al Ilevar adelante estos cargos de tanta responsabilidacl. Fijaos que he dicho «confirmar, la buena madera» , porque vuestra participación en «la Fiesta», a pesar de vuestra corta edad, viene ya de atrás en la mayoría de vosotros. m ~ Primero como «Festeros» en bra zos de vuestros padres cuando todavía no habíais aprendido a andar. Luego en las carrozas, y después ya como Festeros de a pie, que es sin distinción de edades, cuando se hace bien, algo muy serio e importante en «la Fiesta». Debéis en definitiva sentiros todos orgullosos porque lo habéis hecho ahora, aquí, fenomenal... Y mi rad... los que están ahí abajo aplaudiendo y admirando este «Acto», están muy felices de veros aquí. Y zsabéis porqué?... Entre otras cosas porque ven que «la Fiesta» late con más fuerza que nunca... y vosotros sois los héroes de esta maravillosa película o mejor, realidad que son nuestras «Fiestas de Moros y Cristianos». Pero os voy a contar una peque ña anécdota que nunca he sabido si fue sueño o me sucedió de verdad. iEscuchad!: Un día de «Fiestas» , sería el viernes, después del «Desfile In fantil»... (no sé..., podría ser sobre las 8 de la tarde o así), paseaba yo por la calle Juan Carlos I, hacia la Plaza Castelar (subía hacia aquí), cuando en una de las sillas que estaban en la calle, me fijé que había sentado un anciano que esta ba como medio dormido... Me Ilamó mucho la atención porque su indumentaria era un tanto extraña. Llevaba una fez, pero ni sus ropas, ni lo que le cubría la cabeza coin cidían con ninguna comparsa de aquí. AI principio me impresionó un poco porque pensé que le pasa ba algo malo... Me acerqué a él, y le zarandeé suavemente preguntán dole « zLe ocurre algo?»... Y abrien do los ojos me dijo con una expre sión bondadosa «zEstoy en Elda, verdad?»... «iSi!», le contesté, «y estamos en Fiestas» .«iAlá es gran de!, me dijo, «Se ha cumplido mi deseo». Después me explicó una extraña historia... Me dijo que él había vivido en otros tiempos en el pasado, cuando estas tierras esta ban dominadas por el moro, y se producían cruentas y sangrientas batallas entre moros y cristianos. Eran momentos de la reconquista cristiana. «Aquí mismo donde esta mos ahora», me dijo aquel extraño anciano, «se libró una gran batalla» (entonces claro, este lugar era una gran Ilanura que formaba el valle de Elda, rodeada por las montañas que nos circundan). «Por «Bolón» y por lo que hoy es «EI Cid» asoma ban alfanjes, cimitarras y tizonas, presagio de la dura batalla que se avecinaba»... (No daba yo crédito a lo que me contaba). Continuó diciéndome que años más tarde, un día, cuando se encontraba ralizan do sus labores en el campo, se encontró con una especie de frasco que por su apariencia había estaclo allí enterrado muchos años. Como pesaba lo destapó para ver qué contenía. Y cual sería su sorpresa cuando en medio de una densa nube se le apareció un genio, pare cido al de la lámpara de Aladino. EI cual tan solo estaba dispuesto a concederle un solo deseo. No era tan generoso como el de Aladino que otorgaba como sabéis tres deseos. Aquél extraordinario hom bre le pidió sencillamente que le permitiese ver en el futuro aquella guerra convertida en una fiesta, donde todo fuese ficticio, donde reinase la alegría, la hermandad ila Fiesta!. Me dijo también que era muy feliz porque su deseo se había cumplido, y estaba maravillado con nuestrá «Fiesta». Me decía sin parar «iese «Desfile Infantil»!, iese «Desfile Infantil»!... ies un don!... ies un don!»... Ya os podéis imagi nar que me quedé de piedra al oir lo que me contaba, volví la cabeza pensativo y al mirarle de nuevo, había desaparecido. No sé. Lo mismo fue mi propio cansancio festero lo que me hizo ver aquella alucinación, lo mismo fue ver dad... iquién sabe!. Ésta es la his toria. No sé si os ha gustado, pero tal como sucedió os la he contado, y es la primera y la última vez que lo hago». Continuó el acto con un fantás tico número musical ofrecido por el «Ballet del Conservatorio de Danza de Novelda» que interpretó una coreografía basada en «EI Ba teo» de Chueca, que terminó con la sorpresa de los danzarines cuan do sacaron a bailar a Abanderadas y Capitanes, en medio de grandes aplausos, que se prolongaron hasta que en perfecto orden abandona- ron el escenario. Unos, contentos por los maravillosos días que les esperaban como nuevos cargos. Otros, orgullosos de haber vivido tan importante experiencia que, sin duda, permanecerá siempre imbo rrable en su recuerdo. Así transcurrido el acto de «Proclamación de Abanderadas y Capitanes Infantiles 1997», que concluyó con un iViva San Antón! Miguel Barcala Vizcaíno XI^ ^e^éanen ^ Múpea Fe^ke^s ELDA 1497 Biografía de DANIEL FERRERO SILUAJE Compositor ace en Ontinyent el 12 de marzo de 1965. Empezó sus estudios musicales en la escuela de la Banda «Unión Artística Musi cal», matriculándose después en el Centro Musi cal «)osé Melchor Gomis» de Ontinyent, estu diando con D. José M.^ Ferrero Pastor y con el padre Vicente Pérez Jorge. Posteriormente termina la carrera en el Conservatorio Superior de Música de Valencia. Es profesor de Solfeo, Teoría de la Música y Repentización, y titulado superior en las especia lidades de Composición e Instrumentación, Dirección de Orquesta, Trompa y Dirección de Coros, obteniendo Mención de Honor en las dos últimas. En 1987 asume la dirección de la Banda de Ontinyent, con la que ha grabado varios discos y ha conseguido dos primeros premios en los certá menes de Cullera y Elda. Actualmente es profesor de Trompa y Formas en el Conservatorio Superior de Música «Óscar Esplá» de Alicante. SE CELEBRÓ CON GRAN ÉXITO EL «^I CERTAMEN DE MLTSICA FESTERA» La Banda de Genovés consiguió el primer premio ^w ^ ° Z ^ ^^^-^^y^^^^^, - - : -Y--a: y, ^ Un momento del Certamen de Música Festera 199J, celebrado en el ^udito rium de Castelar el pasado día 3 y en el que intervinieron cuatro bandas de l4^lencia y Alicante. En la noche del pasado día 3, se celebró en el auditorium de los Jardi nes de Castelar el certamen de Música Festera que cada año viene convo cando la Junta Central de Comparsas de Moros y Cristianos, y que en el presente Ilegaba a su duodécima edición, habiendo ya conseguido en todo este tiempo un gran prestigio en el mundillo de las bandas de música de nuestra región, muy relacionadas con las Fiestas de Moros y Cristianos. Como ya se viene haciendo desde hace años, tomaron parte en el certamen cuatro agrupaciones musicales, elegidas por sorteo entre las ocho que notificaron su propósito de participar. La única salvedad estuvo en que una de las bandas elegidas, el Centro Instructi^ro Musical de Benimaclet (Valencial, tuvo que renunciar, siendo sustituida por «La Esperanza», de San Vicente del Raspeig. Previamente al certamen propiamente dicho, las bandas se con gregaron en la plaza de la Constitución, ante el Ayuntamiento, donde le fue impuesta a cada wia de ellas un corbatín conmemorativo. A conti nuación se inició el pasacalles por el centro de la ciudad, hasta los Jar dines de Castelar, donde iba a celebrarse, como ya hemos dicho, este certamen. Cada w^a de las bandas interpretó una pieza obligada, que este año estaba dedicada al «Embajador Moro», compuesta por el maestro Daniel Ferrero, director de la banda de Onteniente y profesor en el Con servatorio Superior de Música «Oscar Esplá», de Alicante. Además, cada una de las bandas interpretó otra, de libre elección, en la torma siguiente: La «Cultural Instructiva Unión Musical Genovense», de Genovés (Valencia), bajo la dirección de Francisco Sánchez Roca, ejecutó ^rPel teu avi», original de Darian Molina. La Sociedad Musical «La Armónica», de Cox, dirigida por Antonio Rueda Peco, interpretó «La Romana», de Amando Blanquer. La «Unión Artístico-Musical San Francisco de Borja», de Gandía, bajo la batuta de Miguel Vercher Talens, eligió «Boronat-Llobeb^, origi nal del citado director. Por último, la Sociedad Musical «La Esperanza», de San Vicente del Raspeig, dirigida por su titular, interpretó rrEl Barranc del Sina, de R. Mullor Grau. Folosmfies premiada en el XXVIII Comulgo de FoIostafis Je Elda Tercer Premio Tema Elda. Título: «AMANECER». Autor: RAFAEL GARCÍA RICHART. Segundo Premio Tema Elda. Autor: ERNESTO ORTIZ ARTEAGA Primer Premio Tema Elda Título: «NUBE DE FIESTA» Autor: FRANCISCO ALBERT RICO Premio Infantil. Autor: JOSÉ MANUEL GARCÍA CAMPOS. Premio Ambiente Título: « PÓLVORA» Autor: SALVADOR JUAN PÉREZ Premio Bando Cristiano. Autor: ÁNGEL VERA GUARINOS Premio Bando Moro Autor: ELIAZAR ROMÁN PAYÁ Co ^é ^Id ^ ^mia é o ^ cn c^ ^oMU U O ó d ^ o^Eal^ óa Il^oro^ y GúEiono^ óc E lóa Moros y Cristianos Dcl 4 al 8 dc iunic^ (Dc:clurad.^ ^ic;tit^l d^ Int^r^s Turísticu) «Jonás». Primer Premio Carteles de Moros y Cristianos. Autor: HELIODORO CORBÍ VASALO ^.a^kaa^d 2 / /é l «Dos espadas». Segundo Premio Carteles de Moros y Cristianos. Autor: JUAN ÁNGEL SÁIZ MANRIQUE 3 ^._ I ^^ L vV ^ ^ q c^ JL I `.^I,i ^^ La k ád il a d e l o i ^o ro^ I^aw quia^ Uns e aa wn ñii Ea i a n Ia aE i ^ua plmo ó e la Pmro ^ a existencia de las comparsas en las fies tas de Moros yCristianos, como entida des aglutinadoras de un grupo de gente bajo el común denominador de una misma bandera, atuendo y con unas mis mas señas de identidad festera, suele ir acompañada en casi todos los pueblos y ciudades donde está presente la fiesta, de la existencia de los denominados cuartelillos, kábilas o casales, que vienen a constituirse en el lugar de trabajo, reu nión y hermandad de todos los compar sistas. Sin embargo, en muy contadas ocasiones estos inmuebles dejan de ser meros domicilios para convertirse en verdaderos protago nistas en un reducido espacio de las publicaciones y revistas festeras editadas por las distintas asociaciones, juntas centrales, directivas, etc. Mas bien se suelen pro digar colaboraciones literarias con base histórica o de investigación sobre diversos aspectos de la historia de la Fiesta, de sus hombres, del origen y evolución de la ves timenta, etc. Por contra, no se encuentran recogidos aquellos retazos históricos concernientes a las casas, muchas de ellas centenarias, e incluso bicentenarias, que albergan las sedes de las comparsas; de modo especial aquellas que forman parte de la trama urbana más anti gua de las ciudades y pueblos. Inmuebles que, además de la propia historia anterior a su uso festero, están Ilenos de gratos recuerdos, todavía vivos en las mente ŝ y corazones de muchos festeros, de risas alegres y lágrimas emocio- nadas, de tristeza y añoranza, de trabajo y esfuerzo per sonal y colectivo, nunca suficientemente reconocido; en definitiva, de todo un cúmulo de sentimientos generado por cuantas generaciones festeras han desfilado bajo sus techos, colaborando a hacer realidad los sueños de mu chos y facilitando la existencia de un punto de encuentro entre todos los comparsistas. Creyendo firmemente que la recuperación del Casco Antiguo de Elda pasa necesariamente por la implica ción del mayor número de sectores sociales y colectivos ciudadanos, no pasa inadvertido el papel fundamental que en este anhelo, muchas veces incomprendido por unos y por otros desprestigiado «con nocturnidad y ale vosía», deben jugar los colectivos festeros que integran la fiesta de Moros y Cristianos, como puntas de lanza que, respetando la personalidad y características urbanísticas propias del barrio más frágil de Elda, afiancen entre la mayor parte de los eldenses festeros la voluntad de recuperar para la Elda de hoy en día las calles, pla zas, rincones y casas de la Elda de ayer, acondicionadas para usos y actividades actuales. Todo ello con el legíti mo fin dar vida a un barrio en el que nacieron, jugaron y crecieron un buen número de festeros que añoran sus calles con sabor a historia; de recuperar un barrio olvi dado por todos y «proscrito» y maltratado durante legis laturas por los gestores municipales, con el objetivo bien de enmarcar determinados actos de la Fiesta en el entorno urbano donde se desarrollaron las primigenia ŝ fiestas de Moros y Cristianos de Elda duranté el siglo XIX, confiriendo solera y abolengo a dererminados actos; bien con el fin de integrar el castillo de Elda -en proceso de restauración- como escenario monumental apropiado para otros actos de la Fiesta; o, bien instalan do en el Casco Antiguo las sedes de las comparsas que participan en la Fiesta, por ser este barrio el más apropia do por su carácter histórico, por haberse desarrollado en sus calles la verdadera convivencia entre moros y cristia nos eldenses durante más de 350 años, y por disponer en su seno, de grandes inmuebles todavía en pie, que con un proceso de rehabilitación pueden albergar tanto las sedes mencionadas como otras dependencias u organismos, sin tener que recurrir a la demolición y nueva edificación con una tipología no apropiada y sin respeto por el entor no. En esta última línea, pero sin entrar en una reflexión y en un discurso que no corresponde al momento, el sen tido de esta colaboración no es otra que la de presentar ^m caso donde se conjuga el aspecto social de la Fiesta con la conservación, adaptación y revitalización de una casa y un espacio público del Casco Antiguo de Elda. Nos referimos, como el lector habrá intuido por el título del artículo, a la kábila de la Comparsa de Moros Marroquíes. Inmueble situado en un poco valorado rin cón eldense, que arrastra tras de sí más de 200 años de historia, conjugando los últimos nueve como kábila de la comparsa de los Moros Marroquíes. Para terminar por una parte con estas líneas de refle xión introductoria y empezar con el tema central que nos ocupa, permítanos el lector, como recurso literario ya utí lizado en otras ocasiones, y al efecto de facilitar la narra ción y transmisión de una serie de datos históricos que expuestos fríamente no serían nada atractivos, que la casa o la kábila cobre vida y, por el arte de la magia literaria, se convierta en verdadera y única protagonista de su his toria, siendo ella la que relate, en primera persona, la his toria de sus moradores, los avatares sorteados a lo largo del tiempo y cómo afronta el futuro. «Desde mi nacimiento, la Plaza o, como preferirían los eldenses de antes, Plazuela de las Parras ha sido mi fiel e inseparable compañera a lo largo de los doscientos años de vida. Mi nacimiento hay que remontarle, sin duda alguna, como más adelante se verá y como así me lo aseguran quienes entienden de estas cosas, al siglo XVIII. Desde el Setecientos hasta la actualidad han pasado bajo mi morada un buen número de propietarios que han vivido, compartido y gravado diversas circunstancias familiares, jurídicas y fiscales, conformándome un largo «curriculum aedificii», del cual, y por no aburrir al curio so lector únicamente voy a detenerme en aquellas fechas, personas, acontecimientos y circunstancias más significa tivos, alcanzando hasta la adquisición que de mí hizo la comparsa de Moros Marroquíes, con el fin ya conocido por todos, y disfrutado por mis moros favoritos. A pesar de que la primera noticia escrita documen tal sobre mi existencia data de 1866, donde se me des cribe como: «... una casa almazara, situada en (...) la villa de Elda, plaza de las Parras, cuyo número de policía se ignora, lindante por derecha saliendo con tierras de Julián Pastor, izquierda con las de Blas Amat y Guarinos y espaldas con las de Joaquin^ Gil, viuda. Ualorada en seis mil novecientos ochenta y cuatro reales...» mi nacimiento o construcción se remonta bastante tiempo atrás, pues todavía recuerdo la muerte, en 1828, en una de las habitaciones de la planta superior, de doña Francisca María Bernabé y Payá, quién me legó, junto con un importante lote de tierras, a su hijo Francisco Amat y Bernabé, que al igual que su madre abandonó este mundo en la misma habitación, allá por el año 1865. EI 2 de noviembre de 1865, ya en el lecho de muer te, Francisco Amat y Bernabé otorgó, junto con su espo sa Joaquina Amat y Amat, testamento mancomunado ante el notario de Monóvar, don Pedro Juan Iborra, por el cual, y entre otras disposiciones, instituyeron heredero universal de todos sus bienes a su único hijo Joaquín Amat y Amat (n. 1842), quién a la sazón tenía 23 años de edad, por lo cual y según la legislación civil vigente era considerado menor de edad, disponiendo el nombramiento de un albacea y curador en la persona de don Joaquín Sempere y Vidal. A los pocos días, el 4 de noviembre, fallecía Francisco Amat y Bernabé, legando a su hijo la cantidad de 13.34025 escudos y la posesión de la casa familiar, valorada en 698400 escudos. Como se puede ver, la familia Amat-Bernabé fue mi propietaria a lo largo de más de un siglo, pues justo en el último año del siglo XIX, Joaquín Amat y Amat decidió mi venta a favor de Fulgencio Sánchez Rico, vecino suyo y carretero de profesión. Tanto por mi condición de casa almazara como por la posesión de otras fincas se puede intuir que los miem bros de la familia Amat-Bernabé debieron pertenecer al grupo de modestos labradores y propietarios agrícolas eldenses que, generación tras generación, como indican sus apellidos, se habían dedicado al cultivo de las tierras, girando sus vidas entorno a las mismas, de las que obten drían los productos que les permitirían vivir cómoda mente. De ahí que la transformación de la aceituna, una vez cosechada, en aceite, -proceso que tenía lugar en la planta baja- diera lugar al término de «casa almazara», que es como se me ha conocido y definido legalmente, para diferenciarme respecto a mis vecinas. Mi nuevo dueño, que me adquirió con fecha de 27 de abril de 1900, por la elevada suma de 1.250 pesetas, no lo hizo con el fin de instalar en mí su residencia sino de utilizar mis instalaciones agropecuarias así como de servir de aval financiero para otros negocios. Dinámica económica plagada de hipotecas, fianzas, embargos y subastas que se prolongará durante los primeros treinta años del siglo XX. Así, en diciembre de 1907, Fulgencio Sánchez procedió a hipotecarme a favor del Aycmtamiento de Elda, por la cantidad de 1.000 pesetas como fianza exigida para el arriendo del cobro del impuesto de municipal de consumos durante todo el año 1908. Proceso que se vol vió a repetir para el cumplimiento del contrato de arriendo del mismo impuesto para los años 1910, 1911 y 1912. Pero en esta ocasión, el arrendatario no fue Fulgencio Sánchez, que actuó como fiador y avalista de su vecino Francisco Pérez Maestre. Esta última hipoteca pesará sobre mí clurante doce largos años, hasta que en julio de 1924, siendo alcalde de Elda don Francisco López Pérez, fue cancelada ante el notario don Guillermo Cabrera y Navarro. Sin embargo, en mayo de 1925, Fulgencio Sánchez Rico vuelve a hipo tecar la casa, junto con otras casas y tierras, a favor de Demetrio Esteve Vicent, como fianza de un préstamo de 8.000 pesetas, por un plazo de dos años y con un interés anual del 8%. Tras la muerte de Fulgencio Sánchez el 8 de agosto de 1925, la propiedad fue dividida entre su viuda doña Inocencia Catalán Gras, a quien en pago de los bienes ganaciales correspondió una mitad en pleno dominio y otra mitad en usufructo; y su hija Piedad Sánchez Ca talán, a quén correspondió, según sus derechos legítimos sucesorios, la muda propiedad de la otra mitad. Correspondiendo a su viuda la obligación legal de sol ventar las deudas hipotecarias que pesaban sobre mí. Cuestión que en realidad no estuvo nunca clara entre madre e hija. La división de la propiedad entre madre e hija con Ilevó el agravamiento de las cargas fiscales y bancarias existentes, puesto que, la parte de Piedad Sánchez fue embargada (junio, 1926) para hacer frente a las elevadas deudas de su esposo, don Rafael Ayala Laliga, con ter ĉ e ros. En este estado, la muda propiedad, jurito con un lote de tierras y fincas, fue hipotecada (noviembre, 1926) a favor de la compañía mercantil, domiciliada en Barce lona, «Curtidos A. Iglesias, S.A.», en garantía de un prés tamo de 35.000 pesetas. Préstamo que, no satisfecho en el plazo estipulado, condujo al embargo de la parte de Piedad Sánchez, por auto dictado por el Juzgado de Primera Instancia de Barcelona (agosto, 1927). Situación de embargo de la que no se libró la parte de la propiedad correspondiente a doña Inocencia Catalán Gras, cuya mitad en pleno dominio y el usufruc to de la restante mitad sufrió un embargo preventivo (noviembre, 1928), a instancias del Juzgado de Primera Instancia de Monóvar, a favor de doña Francisca Verdú Brotons, para cubrir la cantidad de 7.000 pesetas mas los intereses correspondientes. En esta caótica situación, y por decisión judicial la muda propiedad de la mitad de la propiedad es enajenada a Piedad Sánchez y adjudicada a la entidad mercantil «Curtidos Iglesias, S.A.» (diciembre, 1928). Sin embargo, Piedad Sánchez recuperará parte de la propiedad al morir doña Inocencia (marzo, 1929) y legar a su hija la otra mitad. Parte que pronto será an^astrada en la vorágine de embargos e hipotecas a favor del Banco Español de Crédito (junio, 1929). En esta situación inmobiliaria y de hipotecas múltiples y embargos varios, el Juzgado de Pri mera Instancia de Monóvar ordena la cancelación total de la propiedad de todas las parte litigantes y saca a pública subasta la totalidad de la propiedad para hacer frente a la primera hipoteca ejecutada a favor de De metrio Esteve (mayo, 1925). AI quedar desierta la subas ta, este recibió en pago de su deuda la totalidad de la pro piedad (enero, 1930). ^ A partir de este momento, mi situación legal volverá a la normalidad sin sufrir más altercados bancarios y judi ciales, resaltando únicamente los cambios de propieta rios experimentados. Así, en diciembre de 1934, De metrio Esteve me vendió a Florencio Sánchez Valero, casado con María Rico Bañón. Este último no tardó ni siquiera un año en volver a enajenarme, puesto que en junio de 1935 fui objeto de compra venta a favor de Manuel Rico Romero, soltero por entonces y cortador de profesión, en cuyas manos permanecí hasta 1943. Pasando con la familia Rico-Navarro (pues Manuel Rico casó con Josefa Navarrro luan) el duro trance de la Guerra Civil, que tantas penurias trajo cuando acabó. En 1943 volveré a ser objeto de venta a favor de dos hermanos, losé y Josefa Pérez Camús, quienes a su vez, en marzo de 1944 me vendieron a don José Martínez Galiana, comerciante de profesión y casado con María Francés Mora por el precio de 4.000 pesetas. Tras el falle cimiento, en febrero de 1952 de José Martínez, y en pago de los bienes gananciales, pasé a ser propiedad de su esposa, quién en junio de 1955 me vendió a Francisco Monzó Vidal; quién a su vez, en 1958, volvió a vender me a Augusto Gómez Collado, casado con Isabel del Rey Navalón. A lo largo de 30 años los miembros de la fami lia Gómez-Del Rey vivirán en mi seno, hasta que, una vez muerto el cabeza de familia en 1974, en abril de 1989 la Comparsa de Moros Marroquíes me compren para habilitarme como sede festera. Como ha podido comprobar el tenaz lector, mi his toria ha sido una casi interminable sucesión de propieta rios, unos más considerados que otros, unos con unos objetivos de sacar rentabilidad de mí en el mercado inmobiliario y otros con el fin de vivir en mi morada la mayor cantidad de años posibles con sus respectivas familias. En definitiva, una tranquila, sosegada y laborio sa existencia durante el siglo XIX y una trepidante viven cia cargada de cambios de propietarios y situaciones legales diversas durante el siglo XX, acorde con el palpi tante desarrollo de la industrial ciudad de Elda. Fenómeno que también quedó reflejado en mi situa ción en el callejero eldense, pues frente a la inmutabilidad tradicional de la Ilamada Plazuela de las Parras, donde resi dí desde mi construcción, la sucesión de acontecimientos y episodios de la vida política española tanto a nivel nacional como a nivel local, conllevó el cambio de denominación de esta entrañable plaza hasta la pérdida del nombre tradicio nal y su integración como ^rn tramo más de calle. No siempre el nombre de la plaza donde resido ha sido el actual como parte integrante de la calle San Agustin. EI origen de esta plaza hay que remontarle a los siglos XVI y XVII cuando era conocida popularmente como « Plazuela de las Parras». Ignorando el por qué de esta denominación, aunque es de fácil suposición. Topónimo urbano que se mantendría inalterado a lo largo de los siglos XVIII y XIX. Siendo en la tercera década del siglo XX, hacia 1926, cuando a raíz del cambio de nombre de la antigua calle «del Matador», que da acceso a la plaza, por el de la «Libertad», más en consonancia con los aires y anhelos políticos imperantes por entonces, la plaza per dió entidad como espacio urbano propio, al ver su nom bre suprimido y ser integrada en la calle con el nuevo nombre. Cambio, sin duda, producido atendiendo al falso concepto de progreso y desarrollo urbano y con aquiescencia de la desarraigada costumbre enquistada en este pueblo, por entonces iYa Ciudad! Z Z 0 Q ___-:...e.m.-_- ...: :. ^ ^ _._ ^^ ^ ^^^^^ Sin embargo, la calle de la Libertad también tuvo los días contados en el nomenclátor del callejero eldense, pues con el derrocamiento de la II República, y ^ma vez ocupada Elda por las tropas del ejército del general Franco, se procedió a la sustitución inmediata de aquellos nombres de calles que recordaran directa e indirectamente el régi men político anterior. Así, entre otras muchas, la calle de la Libertad pasó a denominarse de San Agustín, quedando nuevamente integrada en ella la antigua plaza como un tramo más de calle. Situación en la que se mantiene en la actualidad, a pesar de su singularidad urbana que la dife rencia del resto del callejero circundante. Será en relación con el nombre de este doctor de la Iglesia y con la nueva era de manifestaciones religiosas populares imperantes durante décadas después de la Guerra Civil, con el que hay que poner la hornacina con una imagen del santo existente en mi fachada. Pequeño altar o punto devocional callejero hoy en día perdido como tantas y tantas manifestaciones similares en Elda por ese afán desmedido de las gentes y autoridades de este pueblo de acabar con todo lo antiguo, al identificar erróneamente lo antiguo con lo viejo. Sin percibir las ventajas y mejora en la calidad de vida que produce al ciudadano la conservación, el mantenimiento y el uso de elementos urbanos ancestrales, que puedan hablar del origen de una ciudad, demostrando el grado cultural y el buen hacer de sus gentes. Relatando mi historia no he pretendido demostrar otra cosa que poner en evidencia la larga historia que arrastran las casas antiguas de Elda. Y que a pesar del lamentable estado de conservación de algunas de ellas, hay que conocer su historia para poder apreciarlas en su justa medida. Así, y aunque mi historia no esté plagada de grandes ni relevantes acontecimientos sociales o polí ticos decisivos en la historia de nuestro pueblo, como puede ser el caso de algcmas de mis vecinas, mis paredes han albergado a lo largo de generaciones las alegrías y penas de personas y familias eldenses enteras, que son los que realmente han formado la historia y vida de esta ciudad, posibilitando todo lo que es Elda hoy en día. Gabriel Segura Herrero (Arqueólogo Juan Marhuenda Soler (Presidente cle Mosaico) In^rodu ee ión 6 ^i Eó ^^^ a d e l a dmóajada na de las parcelas más determi nante y necesa ria de la Fiesta es, sin ninguna duda, las Emba jadas. Esta realidad debe con vertirse en el acto central de la actividad festera porque desa rrolla una misión narrativa de unos sucesos históricos, que han ocurrido en distintas po blaciones hace muchos años. Bien es verdad que algunos núcleos festeros viven ciertas contradicciones al no contar en sus verdaderas historias los su cesos que se declaman en sus Embajadas. También ha preva lecido la «moda» en muchos lugares de adoptar textos de otras Embajadas con ligerísimas variaciones. EI texto de Jijona, publicado en 1847 tiene esca sas diferencias con el de Alcoy. EI de Onil ha sido adoptado casi al pie de la letra en Mucha miel, Biar, Bocairente, Ibi... EI texto de Villena, Sax y Petrel se está declámando en numerosas ciudades festeras con ciertos cambios y matices. A priori valoramos estos «plagios» porque comprende mos la necesidad de contar con unos buenos textos y más si la población correspondiente no ha tenido una persona capaz de elaborar las Embajadas. Desde luego estamos convenci dos y le damos la importancia necesaria cuando el texto de este acto tan representativo es originario del lugar donde se pone en práctica. Desde hace algunos años existe una admirable pugna entre los estudiosos de la Fiesta para intentar demostrar el ori gen de las Embajadas. Pensa mos que la mayoría de razona mientos pueden ser correctos porque no existe ningún tipo de contradicción y todos nos pue den dar el correspondiente sig nificado de sus orígenes. Las teorías más representativas las podemos sintetizar en dos pos turas: a) La necesidad que tenía la arcabucería de una Embajada para complementar una base fundamental de la Fiesta. b) Los parlamentos festeros nacieron a través de las repre sentaciones teatrales, y han evolucionado desde los juegos de cañas hasta nuestros días. Basándonos en la última teoría, no podemos olvidar la complejidad que existe a la hora de buscar los orígenes del texto literario, teniendo en cuenta que en la primera docu mentación aparecida sobre nuestra Fiesta que fue la «Cró nica del Condestable Miguel Lucas de Iranzo» no se especi fica la existencia de ninguna comedia festera. Tuvo que Ile gar el siglo XVI para que nacie ra una costumbre del pueblo que consistía en celebrar la fiesta del patrón, eon una representación cón argumentos históricos de alguna leyenda local. Según iba evolucionando el arte escénico en España duran te el siglo XVII, las obras de moros y cristianos Ilegaron a tener una gran popularidad que se perdió cuando el teatro «su frió» la reforma de Lope de Vega. Estas comedias termina- ron formando parte de las fiestas patronales de la población. Dentro del texto literario nos podemos encontrar una serie de valores como patriotis mo, lealtad a lo tradicional, re ligiosidad y heroísmo que en cubren la conocida dualidad moro-cristiana, y un desarrollo evolutivo influenciado por de terminados aspectos de la his toria político-cultural española. Es imprescindible comentar algunos de ellos para que nos permita conocer los condicio namientos más influyentes den tro de un orden cronológico. 1.°) EI aspecto literario sobre los moros y cristianos se originó con aquellos romances fronterizos que por lo general eran sencillos, tolerantes y pacíficos. Uno de los ejemplos es el romance dirigido por el rey Juan II al moro Abenámar. 2.°) Las esencias alegóricas al tema festero no se olvidaron durante los siglos XVI y XVII e incluso, tuvieron una muy bue na acogida como consecuencia de las obras escritas por perso najes tan importantes como Ruiz de Alarcón y Miguel de Cervantes. 3.°) Las planificaciones rea lizadas por Cadalso y Jovella nos dentro del tema festero fue ron coincidentes con las direc trices políticas y culturales de la época. 4.°) Una vez que algunos borbones tuvieron el poder en sus manos buscaron fórmulas para reavivar el patriotismo. Las comedias del siglo XVIII iban todas dirigidas a la lealtad al rey y a encontrar héroes y mitos como ocurría en siglos anterio res. 5.°) Nada más terminar la guerra de la Independencia las Embajadas salieron muy poten ciadas por la xenofobia hacia los franceses, ya que el odio pasó del musulmán al francés. 6.°) Creemos, y por eso lo hemos dejado para el final, que el contexto más propicio para que se desarrollaran las Emba jadas fue el Romanticismo. Trazó el ambiente ideal para que nacieran los actuales parla mentos. Esta influencia se nota en la Embajada alcoyana que su texto central tiene grandes dosis de romanticismo. Y para terminar es necesario comentar la problemática que existe con el anonimato de sus autores, que no permite estu diar de una manera definitiva esta parcela de la Fiesta. Es obvio que para conocer la his toria de cualquier núcleo feste ro es necesario conocer perfec tamente sus orígenes y funda mentos, con las Embajadas ocurre lo mismo, cuando no se conoce al autor obliga a los investigadores a deambular por unas encrucijadas históricas. Pasa igual con los anacronis mos existentes en algunos tex tos, ya que introducen datos que no se corresponden con la realidad histórica y confunden a los estudiosos. José Luis Bazán López $aó or d d ron^ a nee^ o s muy justo el orgullo de nuestras Fiestas de Moros y Cristianos por la participación activa que en ellas tiene la mujer eldense. Más mujeres que hombres. zHay algún otro pueblo, entre los que celebran esas fiestas, que pueda vanagloriarse de tan sugestivo carisma? Esa circcrostancia, o mejor, esa esencia de la Yiesta elden se nos incita a investigar sobre el inicio y el desarrollo de los Moros y Cristianos, tratando de averiguar cuándo y cómo fue el principio de estas fiestas y cómo y cuándo empezó a inter venir en ellas el elemento femenino. Sobre todo esto último: cuándo se incluyeron en la Fiesta de Moros y Gistianos esas «féminas andariegas» due diría Santa Teresa. Nuestro esfuerzo resultó bastante seco y desalentador. Tendremos que retrotraernos a los siglos VIII y IX, aquellos tris tísimos tiempos en que casi toda España se vio sojuzgada por los mahometanos. Si para el insigne Menéndez Pidal le resultó muy difícil la investigación sobre esos oscuros siglos, cuánto más espinoso será ese tema para los que sólo somos malos monaguillos en el sagrado templo de la investigación histórica. Algo nos ayudará el romancero español, y también el romancero morisco, esas dos ricas fuentes de nuestra histo ria; porque el romancero y los Moros y Cristianos se nutren de los dos mismos sentimientos: el amor y la guerra, Venus y Marte, en deliciosa conjunción. Juglares medievales y fes teros modernos presentan una misma catadura. Pasaremos rápidamente nuestra atención sobre los dos siglos VIII y IX de la conquista musulmana. Los zéjeles, las jarchas y las muwachajas de los sarracenos y las primeras etapas de nuestro romancero no nos dan pruebas de yue ya hubiera entonces fiestas de Moros y G istianos. Y si las hubo, tuvieron que ser exclusivamente de moros y muy a pesar de los cristianos. Los españoles no estaban entonces para fiestas; y mucho menos las españolitas, a las que se les pondría carne de gallina, cuando oyeran aquellos versos de un des conocido juglar: «Quiero vos decir otra cosa que los hace retraer: que prenden a los cristianos e los facen cocer», aunque es increíble que los moros Ilegaran a tan feroz e inútil crueldad. Pero no es ditícil imaginar con qué temblor de piernas escucharían las cristianas guapas aquello del Uibuto anual a los moros; de las cien muchachitas bien escogidas: «Cien doncellas fermosas que fuesen por casar habían las por Castilla cada una a buscar». EI mencionado D. Ramón Menéndez Pidal, en sus libros «Poesía juglaresca y juglares» y«Flor nueva de romances viejos» y otros muchos escritos, nos informa sobre juglaresas troteras y cantaderas que vendían sus cantos, sus bailes y sus cuerpos; pero ni una palabra sobre festeras cristianas. Pasados esos dos atroces siglos, la juglaresca cristiana se desparrama prodigando fiestas por las tierras castellanas y levantinas. Siguen Marte y Venus emparejados con los Moros y Cristianos; pero ahora la guerra ha invertido sus den^oteros; ahora ya va de arriba para abajo; ya se hace posible la fiesta y hasta la intervención de las mujeres, aunque no nos lo con finnen datos concretos de aquella barahúnda de juglares. Los juglares eran unas nutridas agrupaciones de gentes muy variadas y de no muy buena catadura: vagabundos, mendigos, ciegos; trapisondistas de todas clases, que iban de pueblo en pueblo divirtiendo a la gente. No encontramos vestigios esaitos que nos lo confirmen; pero estamos segu ros de que esos payasos fueron en los siglos X y XI los ini ciadores de la Fiesta de Moros y Cristianos. Nos zambullimos en el siglo XII, concretamente en el año 1151, con la alegría de haber hallado la más antigua referencia a la Fiesta de Moros y Cristianos. Los eldenses que hayan conservado la revista que publi caron los Musulmanes por sus bodas de plata podrán releer lo que escribimos entonces respecto a esa fecha de 11^1, muy probablemente la más antigua referencia indudable res pecto a la Fiesta de Moros y Cristianos. Decíamos allí: «Hojeando las Crónicas del Reino de Ara gón, vemos que en ese año, con motivo de la coronación de la Reina Doña Petronila, hija del Rey Monje, y esposa de D. Ramón Berenguer, de Barcelona, se celebraron en Lérida unas grandiosas íiestas en la que intervinieron más de 2.000 jugla res de uno y otro sexo. Nos dicen las crónicas que precedió al cortejo nupcial que se dirigía a la catedral de Lérida cma gran masa de juglares ejecutando danzas de carácter desa^iptivo, entre ellas UN COMBATE DE MOROS Y CRISTIANOS». A partir de esa fecha inicial, de 1151, y durante los siglos XIII, XIV y XV, son ya abundantes las referencias a los Moros y Cristianos. En 1263 para divertir a los reyes de Castilla que visitaban las tierras aragonesas; en 1328 para testejar en Zaragoza la coronación de Alfonso IV, etc. A esas fiestas se refieren las conocidas coplas de Jorge Manrique: «zQué se fizo el rey Don Juan? Los infantes de Aragón, zqué se ficieron? zQué fue de tanto galín? zQué 1ue de tanta invención como trujeron?». Ramón Mcmtaner describe unas bodas reales de ese tiempo diciendo: alban además juglares, ora caballeros sal vajes, ora otros, más de mil, y tal ^ritería había que no pare cía sino que el cielo y la tierra se venían abajo». De la astuosidad de aquellas fiestas nos siguen hablan do las Coplas de Jorge Manrique: «pQué se fizo aquel trovar, las músicas acordadas que traían? zQué se fizo aquel danzar y aquellas ropas chapadas que traían?». De ese tiempo es el famoso Arcipreste de Hita que nos dice haber compuesto muchas canciones para «cantaderas» de las que iban con los ju^lares. ^ Y ciñéndonos a los Moros y Cristianos de Elda, nos asal ta la sospecha de que en esos siglos, especialmente én el siglo XIV, ya debieron los eldenses disfrutar algo de los Moros y Cristianos. En la penúltima decena de ese siglo se encontraba en Elda la Reina D.° Sibilia de Fortiá, esposa de Pedro IV el Ceremonioso. Aunque no nos lo diga Don Lamberto AmaC, sabemos que tanto el rey como la reina eran fervorosos entu siastas de las fiestas, y mcry especialmente de las actuaciones de los juglares que siempre iban a parar a los Moros y Cris tianos. Y sabemos también que en la corte de ese rey cere monioso había una «cantadera» Ilamada Isabel, muy amiga de la hija de la reina Sibilia, cuyo nombre también era Isa bel. zY no podría haber sucedido que la reina, tan amiga de lujos y fiestas, se hubiera U^aído con ella a la «cantadera» Isa bel, conocedora de las correrías de los juglares, para solaz de ella misma y de su hija? Ese siglo XIV y el siguiente, el siglo de Isabel la Católi ca, eran muy propicios para festejar la alegría de las victorias cristianas. Muy favorable fue para la Fiesta de Moros y Cristianos el siglo XVI. Se habían terminado por completo las larguísi mas guerras entre los seguidores de las dos tendencias reli giosas tan opuestas. En cada pueblecico vivían juntos y en buena armonía los cristianos y los moros, sin odiar a nadie más que a los judíos, que vivían en barrio aparte, la judería. Victoriosa y con absoluta libertad actúa en las plazas públi cas la ilusionada juglaría. «arte de ciego juglar que canta muchas fazañas v con un solo cantar mueve todas las Españas». Fueron muchas y muy sonadas las actuaciones de los juglares en ese tiempo, destacándose sobre todas las que se hicieron en Toledo el año 1533 testejando la Ileyada del emperador Carlos V al puerto de Barcelona. La vida en los pueblos había sufiido un cambio enorme. Ese mismo Carlos V dio muy pronto la orden de convertir en iglesias a istianas todas las que habían sido mezquitas moras, una de ellas la que ahoia es iglesia de Santa Ana. EI romancero, como los Moros y Cristianos, se reviste de suavidades amistosas: «Yo me era mora, moraima, morilla de un bel catare; cristiano vino a mi puerta cuitado por me engañare. -Ábreme la puerta, mora, y Alá te guarde de male». o cuando nos insinúa aquello tan inocentemente encanta dor: «zLa niña que amores ha sola cómo dormirá?», acmque no por eso perdió el romancero, patrón de nues tros Moros y Cristianos, su retahila de evocaciones guerreras: «Tañendo añaliles e dando alaridos, las tierras e cielos semejan conmovidos». En el siglo XVII tuvo que sufrir nuestra tiesta importan tes cambios. Recordemos que al principio de ese siglo, el año 1609, tuvo lugar la expulsión de los moriscos, dejan do vacías la mayor parte de las casas de los pueblos levanti nos. En Elda de las 440 ramilias que había fueron expulsadas 360; y en Petrer quedaron sólo 15 iamilias, que optaron por bajarse a ocupar casas de las que en Elda habían dejado vací as los moriscos expulsados, según nos dicen los historiadores. Lloraron mucho las moras expulsadas. Lloraron también las santas mujeres cristianas que adoptaron a los graciosos niños y niñas musulmanas menores de 4 años a los que no afecta ba la expulsión. Pero la Fiesta de Moros y Cristianos tuvo que aceptar cambios y mejoras muy importantes. Hay constancia de que en Caudete se celebraron Moros y Cristianos en el año 1616, apenas siete años después de la expulsión de los moris cos, y también se celebraban en Alcoy en 1668. Muy detalladamente nos informa sobre Moros y Gistia nos la «Vida de Estebanillo González» , también de ese siglo, año 1645, en la que podemos leer lo siguiente: «Con estos discursos Ilegamos a la aldea a la una cle la tarde y hallamos en su plaza dos compañías de labradores, la crna de moros con ballestas de bodoques, otra de cristia nos con bocas de fuego. Tenían hecho de madera ^m castillo de mediana capacidad y altura». EI siglo XVIII empezó mal para las Fiestas de Moros y Cris tianos. En el año 1707 se dio la batalla de Almansa con muy dolorosas consecuencias para los pueblos cercanos como Elda. Y aumentaron más aun las dificultades con las varias órdenes de los nuevos reves, los Borbones, prohibiendo toda clase de armas dentro de las poblaciones. La tradicional fiesta quedó atrofiada y casi extinguida hasta que en el año 1785 el rey Carlos III autorizó plenamente la celebración. Resurge la fiesta, briosa y prometedora a principios del siglo XIX, salvados ya los tristes años de la invasión napoleó nica. Pero nada sabemos de la intervención de las mujeres en esas manifestaciones. Don Emilio Castelar en su librito «Recuerdos de mi pue blo, las Fiestas de Elda», ni una sola palabra nos dice sobre las mujeres en las comparsas. Alguno pensará que iclaro!, como D. Emilio fue crn solteronazo toda su vida... Pero no es por eso. Tampoco Don Lamberto Amat nos hace luz sobre esa modalidad de la fiesta. Hemos de pensar que las muje res intervenían tan sólo como espectadoras. Pero nuestro romancero seguía y sigue animando nues tras fiestas, desgranando joyas valiosas de nuestra tradición. Entrado ya el siglo XX, en el año 1974, D. José M.` de Cossío pudo recoger de viva voz setenta romances populares. Y yo mismo en los años de mi infancia pasada en mi querido Mon tealegre, pude escuchar en plena calle aquellos de!iciosos romancillos que cantaban las muchachas en forma dialogada: «-Yo me voy con los moros a defender la paz. -No vayas con los moros; te martirizarán. -Eso es lo que yo quiero, lo que voy a buscar». O aquel otro romance, más moderno, también dialogado: a-zDónde vas, AlYOnso XII? zDónde vas, triste de ti? -Voy en busca de Mercedes, que ayer tarde no la vi. -A Mercedes no la busques, que Mercedes no está aquí; cuatro duques la Ilevaban por las calles de Madrid». Pero a pesar de tanta juglaría y de tanto romancero nos quedamos sin saber desde cuándo hay comparsas femeninas en la Fiesta de Moros y Cristianos. Porque aquellas que se mezclaban con los juglares en la Edad Media, las juglaresas, troteras y cantaderas, tan desvergonzadas y provocativas, no pudieron ser muchachas cristianas, sino despreciable miseria morisca. Y lo que a nosotros nos interesa es esa moderna introducción de muchachas cristianas en la maravillosa fiesta. Ya lo presentía, goloso y acertado, el Arcipreste de Hita, «Ca en mujer lozana, fermosa e cortés todo el bien del mcrndo e todo placer es». Juan Madrona «PÓU^ORA Ib. Manuel Candela Belén (Crei^illent) l^ ^^ ^ I ^^ ^ r G ^ ^ ^ ^ ^ ^lO XIX : ^ ^ a d^ ^ d^opo ^ ^ stá plenamente estudiada y analizada la Fiesta de Moros y Cristianos que nuestro pueblo cele braba a lo largo del siglo XIX. D. Emilio Caste lar nos habla de una primera etapa alrededor de 1840; el historiador D. Lamberto Amat nos ha transmitido la crónica de unas fiestas que arrancan de 1863 ó 64 y que se viene cele brando hasta fines del siglo. Otros testimonios orales y materiales, así como documentos con servados en el archivo municipal, nos hablan de estas fiestas que Elda celebraba en el pasado siglo y que creo que están suficientemente atestiguadas. Pero lo cierto es que estas tiestas desaparecen en las postrimerías del siglo -no se sabe con certeza ni por qué motivos ni en qué fecha determinada- pero sí está claro que no Ilegan en ningún caso a celebrarse en los albores del siglo XX. zCuáles pueden ser los motivos que hacen que desaparezcan las fiestas de Moros y Cristianos en Elda? Hay varios y diversos fac tores que los historiadores y estudiosos de la Fiesta han venido con siderando en torno a esta pérdida de nuestra identidad festera: 1.) Por un lado, es curioso citar una anécdota que nos cuen ta Hipólito Navarro, historiador y festero petrelense, en un artículo publicado en la Revista de Petrel de 1978. Dice así nuestro insig ne vecino, al relatar diversas cuestiones sobre la fiesta de Petrel: «Otra anécdota no menos famosa fue aquella con los festeros de Elda. No sé por qué, y alguna razón tendría que haber, la Mahoma o el Mahoma, nos lo compartíamos con los de Sax. AI Ilegar la Fies ta de Petrel, los de Sax traían la Mahoma y ésta venía con un letre ro que decía: «Soy de Sax y la cabeza de Petrel». Pues bien, un año, después de la Embajada, al conquistar la fortaleza los cristianos, como era costumbre, le pegaron tuego al enorme puro que Ilevaba -que no era más que un respetable cohete- y como de costumbre también la cabeza se hizo añicos. Aquel año, como desde siempre, los sajeños estaban bajo el castillo esperando la clásica explosión y al acabarse el acto la bajaron para Ilevársela hacia Sax. Pero allí estaban también los festeros de Elda con la misma pretensión. Huelga decir la que se armó. Unos y otros queriendo Ilevarse el tro feo y, como era de esperar, brillaron los garrotes y los garrotazos, hasta que al fin, con la ayuda de los de Petrel, más o menos mal tratada, salió para su otro pueblo. Aquel año, que sería sobre 186... y tantos, se acabaron las fiestas de Elda. zFue esta la causa? Nadie ha podido explicarlo hasta ahora» (Hipólito Navarro dixit). En relación a la pregunta que se hace el autor al final de su relato, se puede hoy contestar negativamente, ya que existen testi monios posteriores de la existencia de nuestra tiesta hasta finales del siglo XIX. 2.`-) Otro factor que se puede consignar en torno a esta pérdi da de la fiesta decimonónico, son las epidemias que asolaban nues tra ciudad con frecuente asiduidad en aquellas épocas, y concreta mente la de 1885, de cólera morbo, fue una terrible plaga para la población que se vio mermada en 456 eldenses por las muertes ocasionadas por dicha enfermedad. 3.) Por otra parte, la crisis económica fue muy notoria en nuestro pueblo. Por aquellas fechas tardías del siglo se perdió una buena parte de nuestra riqueza agrícola. Las huertas de nuestro valle, otrora frondosas y ubérrimas, ven mermada su capacidad de seguir adelante precisamente por falta de agua para el riego. Nues tro Vinalopó sufre una creciente salinidad en la calidad de sus aguas, procedente de la desecación de unas lagunas en las cercanías de Villena, cuyas aguas van a parar al sufrido río. EI desastre económico es palpable y muchísimos eldenses tienen que emigrar -principalmente a Andalucía- en busca del sustento diario. 4.`) A esto hay que añadir -según nos cuenta D. Vicente Coro nel en la Revista de Moros y Cristianos de 1949- un sangriento suceso que ocurrió en una de aquellas Embajadas en las postrime rías del siglo pasado. Era Embajador Moro -según el relato- D. Francisco Coronel (padre del autor del artículo), y el cristiano D. Francisco Laliga. Y sucedió que, cuando éste se encontraba enarde cido de coraje, contestando al Embajador de las huestes mahometa nas, sonó un disparo y un ;ay! desgarrador se escapó del pecho del cristiano Embajador. Y fue que en la esquina, frente al Ayuntamien to, existía una casita de planta baja, que servía de albergue al alcai de de las cárceles del partido, situadas entonces en la Ilamada plaza de Abajo. Y desde esta casa, que dominaba dicha plaza, un sacer dote de mente extraviada, entendido por Macanas, disparó sobre el Embajador Cristiano diciéndole: «;Ahí va eso, Colorao!». Y la cara del Embajador se vio acribillada de perdigones^. Cualquiera que sea la versión certera sobre los últimos coletazos de la Fiesta de Moros y Cristianos del siglo pasado en nuestros lares eldenses, lo que sí se puede constatar es que en el siglo XX ya no queda ningún resquicio que nos hable de estas celebraciones en el mes de enero. La Fiesta de San Antón sigue celebrándose con sus bailes típicos, hogueras y cucañas, y con la celebración meramen te religiosa, pero nada se dice ya de sus Moros y Cristianos que, andando el tiempo -habrían de pasar todavía muchos y azarosos años- resurge fuerte y vigorosa de la mano de nuestros vecinos pue blos donde sí se mantenía viva la Ilama cristiano-mora: Petrel, Sax y Villena. José Blanes Peinado NOTAS Hipólito Navarro Villaplana: «Anécdotas de la Fiesta de Petrel». Rev. Moros y Cristianos. Petrel, 1978. José L Bazán: «La Fiesta de Moros y Cristianos de Elda. Análisis histórico, cul tural y social», 7997. V. CoroneL «;^h del moro!». Rev. Moros y Cristianos, Elda, 1949. l a di m ié a ^ Ĵ on á n éó n un c^p a ^i o ^do ce^ «IVloro^ y Gi^ionoa^ a ermita de San Antonio Abad, mís popu larmente clenominacla de San Antón, fue siempre motivo de sugerentes leyenclas tiadicionales cle los eldenses, que querían ver en aquella la sede cle una mezquita musulmana o la más primitiva iglesia de Elcla. En este pequeño artículos vamos a intentar demostrar que ambas suposicio nes son correctas, ya que la antigua ermita cle San Antón (ubicada hasta poco antes cle 1920 jcrnto a la placeta actual) era una vetusta construcción sagracla que primero sirvió de mezquita vieja (la más antigua y menor) de la comcmiclad islámica de la pequeña población meclieval cle Elcla, entonces Ilamada posiblemente ILLA, que poste riormente, quizá a lo largo clel siglo XV, fue requisada por los aistianos que le clieron uso como iglesia, al parecer bajo la advocación cle Santa Catalina Mártir. Descle que en los primeros años de la actual clécada de los 90, propiciamos la recuperación y estuclio clel texto decli cado a Elda en el Compendio Histórico escrito por el eruclito Josef Montesinos, en Orihuela, a finales del siglo XVIII (acmque con añadidos de comienzos clé la siguiente centuria), han surgiclo crn buen número cle estuclios históricos que a partir de ese manusoito han tratado cliversos aspectos históricos de Elcla. También nuestro artículo es especial mente deuclor de Montesinos, pues gra cias a la reterencia que hace sobre las antiguas ermitas cle Elda, ahora podemos afirmar con certeza que la ermita ^de San Antón, también Ilamada de Santa Catalina Mártir, era la iglesia medieval que con esa advocación se había origi nado en la que había siclo mezquita musulmana. EI esu ito de Montesinos de hacia el año 1795, menciona que en una cle las princi^^ales calles de esta Villa de Elda, se halla de tiempo inme morial (pues fue la Mezc^uita cle los Moros) una aseada primorosa Hermita, titulad^ de Santa Cathalina Mártir y cle San Antonio Abacl... (Montesinos, 1795 (1997], X, Cap. 11, 702 [107J). Otro eruclito, en este caso elclense, L. Amat y Sempere, cita entre las ermitas cle la población una deoicada ^ San Antonio AUacl en la plazuela cle su nom La ^ntigua ermita cle San Antón y su placeta se^;ún clibujo cle Alberto Navan^. bre... La traclición ase^ura queesta enni ta existía ya en tiempo de los moros... (que) fue en remotos tiempos la Yglesia cle los cristianos... (Amat, 1873 11983J, I, Cap. VI, 42, Cap. VII, 45). En el uso que hace A. Navarro (1980, I, 1 28-129) de la obra de L. Amat, coincicle con éste en aceptar la posibili dacl de que la ennita de San Antón fuese la primera iglesia cle Elda, antes de que se Yundase Ia actual Iglesia de Santa Ana, en el año 1528, poco después cle que comenzase la etapa en la que los Coloma fueron señores de Elda. Sin embargo, ninguno de estos eru clitos podía tener la certeza de que la ermita de San Antón fuese la más anti gua iglesia eldense, de la que aún acep tando su existencia no habían identifica do bajo qué advocación y nombre habría sido fundada. Por otro laclo, la suposición cle que hubiese cma primitiva iglesia o capellanía en la Elda medieval es correcta, y se puecle argumentar con varios clocumen tos y obras escritas de los siglos XV y XVI. Seg^rn crn documento aportado por el obispo de Cartagena, Diego de Co montes (1447-1458), la reina Violante de Aragón había creado cma capellanía en la iglesia cle su villa cle Elda, en la última década del siglo XIV. Para esas fechas está doccm^entada la presencia de una suYiciente población cristiana que necesita crn lugar donde satisfacer sus necesidades de culto, sin embargo, su poca entidad numérica posibilita que para ello fuese scrticiente el espacio des tinado a tal efecto en el castillo de la población, donde seguramente tuvo lugar la citada creación. Si bien alguien poclría objetar que el lugar cloncle se habría emplazado sería doncle estuvo la primitiva ermita de San Antón, hay que indicar que esa idea se debe descartar, pues un clocumento de principios del siglo XV (del Archivo de la Corona de Aragón, Procesos 1-4-3-1, toclavía inédito, pero del que nos ha informado amablemente nuestro buen amigo y mejor investigaclor, José V. Cabezuelo Pliego), nos menciona un in ciclente aconteciclo entre un matrimonio musulmán de Elda, que tuvo lugar cuan clo el mariclo traía a su mujer desde Aspe por el camino que venía de Monóvar, ciel que la saca para Ilevarla a la mez quita vella (viejal que estaba hacia la caída del río, donde unos maleantes habían acordado con el marido asaltar a la esposa, portadora de una rica dote, que habrían de repartirse. No hay duda, el camino de Monóvar entra a Elda por el oeste y si nos desviamos un poco del mismo hacia el río nos encontramos con la ermita de San Antón, que por tanto coincide con la situación que ocupó la citada mezquita vieja. En una zona donde ya habíamos propuesto su posi ble existencia (Poveda, 1994, 37). De modo que, durante gran parte del siglo XV ésta pudo seguir funcionando como lugar de culto islámico. A finales de esa centcnia o a comienzos del XVI, en todo caso antes de la conversión de los moros del Reino, a partir del año 1519, Elda contaba con una iglesia que es mencionada por Lm notario de Mon forte, Diego de Aracil, que dice no saber bajo qué advocación estaba (Abad, 1927, 25, nota 14). Seguramente se refería a la mezquita vieja ahora ya reconvertida en iglesia de Santa Catalina, pues en el año 1451 el Papa Nicolás V dictó una bula en la que exigía a Ximén Pérez de Corella, señor de Elda, que edificase crna iglesia en la villa, cosa que no se cumpliría hasta el año 1528, cuando el nuevo señor, Juan Coloma, requise y reestructure la mez quita mayor para convertirla en la parro quial Iglesia de Santa Ana. La existencia de dos iglesias en la población a finales del primer tercio del siglo XVI parece evidente, sobre todo si tenemos en cuenta la documentación eclesiástica de la época. En la misma se observan varias citas muy imprecisas c{ue han dado lugar a la confusión que muestra tener Lamberto Amat, que al hablar del origen de la iglesia de Santa Ana menciona que su primera denomi nación fue Santa Catalina, nombre que sin embargo dice no existe en ningCln documento del Archivo Parroquial de Santa Ana, salvo en Llna copia legal de la escritura de su constitución, donde pare cen mezclarse datos de las dos iglesias existentes. Un posible ejemplo de ello es que en el año 1522, según otra nota del mismo archivo, existe un cura conocido como Mosén Juan Falcó que regía una iglesia cuyos gastos eran sufragados mediante censos perpetuos emitidos a su favor. Este cura y su iglesia no pueden relacionarse con otro lug^r sacro.que no sea la iglesia de Santa Catalina, pues hasta el 6 de diciembre de 1528 no exis tiría la de Santa Ana (Amat, 1873 119831, 47). La confusión puede estar, también, en que ambas se han originado sobre mezquitas musulmanas requisadas para su conversión en parroquias cristianas, de modo que la ambigiiedad de las tuen tes escritas presenta referencias sesgadas de la fundación de una iglesia sobre una mezquita, confundiendo las iglesias que se corresponden con otras tantas mezqui tas que también son confundidas. Por fortuna, en la década de los años 80, se ha encontrado un expediente sobre Curatos fundados en lugares de moriscos del Obispado de Orihuela, que rue redactado en el año 1597, y en el que se menciona la existencia de una parroquia con el título de Santa Ana para la que se pide se edifique la casa abadía y se concluya la tercera fase de su construcción, pero además, y esto es lo más interesante, se indica que debe ser derribada la antigua mezquita que está ahora bajo la advocación de Santa Catalina mártir, cuyas rentas deben pasar a la nueva Iglesia (Martínez, 1982), es decir, la de Santa Ana. Posiblemente, al perder esos ingresos tuvo que subsistir relegada a la mera ermita de Santa Catalina, que tras la expulsión de los moriscos de Elda, en 1609, y la Ilegada de nuevos pobladores cristia nos, se pudo añadir, quizás por influen cia de éstos, la otra titularidad, la de San Antón. Con ambas advocaciones se denominó nuestra ermita hasta el paso del siglo XVIII al XIX, como nos demuestra la anteriormente citada des cripción realizada por J. Montesinos. Sin embargo, al Ilegar a la época de L. Amat, en el año 1873, ya se había per dido la advocación de Santa Catalina. Evidentemente, después de pasar revista a todos estos oatos es asombrosa y sugestiva la coincidencia de que nuestras actuales Fiestas de Moros y Cristia nos, tienen en la ermita de San Antón un espacio sagrado que fue primero, de aquellos moros y aquellos cristianos, y después, ahora, de los modernos moros y cristianos. Sobresale, pues, una evi dencia, no hay más legítimo y mejor lugar para nuestra Historia y para nues tra Fiesta que la ermita de San Antón, donde ambas funden sus raíces. Antonio M. Poveda Ndvarro Asesor Histórico cle la Junta Central cle Comparsas cle Elrla BIBLIOGRAFÍA ABAD NAVARRO, E: 1927. La Magdalena y Novel da. Murcia. AMAT Y SEMPERE, L: 1873 119831. Elda. Su antigiiedacL Su historia, I. Universiclad cle Alicante Ayuntamiento cle Elda. MARTÍNEZ VALLS, J.: 1982. «Los moriscos cle la Diócesis cle Orihuela a finales clel siglo XVI y legislación particular canónica sobre los mis mos», Anales cle la Universirlad de Alicante. Facultad de Derecho, 1. Alicante, pp. 213-272. MONTESINOS PEREZ, J.: 179^ 119971. Las e^ce lencias 1^ limdación de la muy noble y firlelísima villa de Elcla, su panoquial iglesia, ermitas e ilus tres hijos suyos, con otras cosas en Compenrlio Histórico Oriolano, tomo X, Cap. IL Orihuela. Elda IJosé A. Ortega Camús, Transcriptor). NAVARRO PASTOR, A.: 1981. 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Y he repe tido muchas veces, y más que lo haré; que una cosa es la Fiesta de la Historia y otra la Historia de la Fies ta. AI socaire de esto mencionaré ^ma sabrosa anécdota que ocurrió en cma filá alcoyana, concretamente la Magenta, donde en una ocasión invitaron a un diplomático de un país árabe surgido tras la II Guerra Mundial, y el buen sefior, dio las quejas de que el escudo de la Filá portara una estrella de seis pcmtas en lugar de cinco, que es la que corresponde a la ortodoxia musulmana, mientras aquella lo es de la judía; incluso sugirió que lo cambiaran en pro de la autenticidad. Evidentemente se le dio la explicación de que toda la vida había sido así y con su «error» seguiría, pero sé de buena tinta que muchos magenteros exclamaron: «zPero qué dice este tío de cambiar nuestro escudo, que tiene más aiios que su país?». Todo lo anterior nos Ileva a la conclusión que siempre hemos de tener en cuenta, de que el pueblo maneja su pro pia historia y la vive a su manera, y luego Ilegan los «puristas» o«pseudopuristas», tratando de dar explicaciones más o menos ilustradas, que no ilustrativas, de una realidad que no tiene vuelta de hoja. Analicemos si no, los nombres del Bando Cristiano de Elda. Todos son anacrónicos menos uno, que se Ilama preci samente «Cristianos», sin más calificativo, ni significado local, ni regional, ni siquiera nacional. Claro, que se me podrá decir que Piratas había en la Edad Media, y Contrabandistas, y Estudiantes, e incluso Zíngaros, y yo añadiría que no sólo en la Edad Media, sino en el presente y posible mente en él futuro, pero no desde luego con los atuendos que desfilan en Elda. Esto sin mencionar que siendo «puristas» auténticos, ni en el traje ni en los nombres podría desfi lar nadie en Elda que traspasara los límites de los siglos VIII al XIII, épocas de la Ilamada Conquista y Reconquista, que es lo que oficialmente se conmemora en la ciudad eldense. Lo mismo o parecido podríamos decir de casi todas las poblaciones del ámbito festero de los Moros y Cristianos. EI que esto sea así no le quita ningún mérito, ni se lo añade a las fiestas eldenses. Impón a un pueblo la Fiesta que debe hacer y la verás desaparecer. Y el pueblo festero de Elda hace años que decidió sus nombres, sus trajes y su modo de hacer la Fiesta y no hay que buscar ningún otro tipo de justi ficación. Porque tampoco luchaban con arcabuces en el siglo XIII, y mucho menos en el VIII y sin embargo lo hemos admi tido todos los festeros como herencia de la Soldadesca, sea mos más puristas o menos. Son lo que yo Ilamo «licencias festeras». Y que conste que la nomenclatura del Bando Cris tiano de Elda no es única, sino que algunas de sus comparsas son de las más extendidas por el ámbito de la Fiesta. Así, Comparsa de Piratas en el Bando Cristiano tenemos en: Beniganim, Benissa, Callosa dEnsarriá, Castalla, Fuente la Higuera, Jijona, LOlleria, Muro de Alcoy, Muchamiel, Orihuela, Santa Pola y Villajoyosa. Sin contar otros grupos de Corsarios o Bucaneros, con idéntica o parecida indu mentaria. Los Contrabandistas son la comparsa más extendida del Bando Cristiano en nuestra Fiesta. No olvidemos la mimeti zación lógica que implica el que, cuando se retoma una fies ta o se f^mda en un lugar, es por personas que han visitado otras fiestas y desean que se celebre en la localidad y se dan casos frecuentes de que asumen las mismas comparsas de la Fiesta que más les ha gustado. Si a esto añadimos la fuerte inmigración andaluza en otras épocas en la provincia de Ali cante sobre todo, no es de extrañar la enorme expansión de esta comparsa que encontiamos en: Aielo de Malferit, Alcoy, los barrios de Altozano, San Blas y Villafranqueza de Alican te, Almoradí, Altea, Beniganim, donde se Ilaman Bandole ros, Calpe, Caudete, donde se denominan Mirenos, Cocen taina, Fontanares, Fuente la Higuera, Ibi, Jijona, LOlleria, donde también se Ilaman Bandoleros, Montorte del Cid, Muro de Alcoy, Muchamiel, Onteniente, Orihuela, Santo mera, San Vicente del Raspeig, Villajoyosa y Villena, donde se Ilaman Andaluces. La Comparsa de Cristianos, es como ya hemos dicho la que más se ciñe, tanto por el nombre como por el atuendo a la época medieval. Su nombre aparece en poblaciones muy antiguas celebrando la Fiesta, donde en sus orígenes sólo había dos comparsas que coincidían con el Bando corres pondiente y son, por tanto, las más antiguas. También apa rece en otras poblaciones en que hay tantos anacronismos en su bando, que se distinguen como los de la época medie val. Aparecen en Benejama, Campo de Mirra, Castalla, Fuente la Higuera, Jijona, Montorte del Cid, Onil, San Vicen te del Raspeig, Sax y Villena. Otra comparsa relativamente extendida son los Estu diantes, que en la mayoría de las poblaciones se caracteri zan por su desenfado a la hora de desfilar y por el gran componente joven de sus miembros. Los tenemos en Aspe, Bene jama, Bocairente, Elche, Fontanares, Onil, Onteniente, Petrel, San Vicente del Raspeig y Villena. Finalmente la Comparsa de Zíngaros es la más atípica y peculiar del Bando Cristiano eldense y sólo tiene una homó nima en el barrio alicantino de Altozano, acmque creo que también ha aparecido en una ciudad castellana reciente mente incorporada a la Fiesta. Juan José Capel Sánchez Asesor Histórico cle la UNDEF n ^0 ^ 0 1 y ^^ ilii ano t cn ^é^ it o los ^Moros y los Soldaditos^ ia^istianos obviamen tel. La comunidad indí;ena cle Urapicho se encuentra en plena sierra p^n^hepecha. Vi^^en y^ son sus fuentes de h^abajo la agricul tura v la artesanía. Sus habitantes consen^an con más autenticidad su lengua, forma de ^^estir ^^ cos tumbres para la realización de sus fiestas sociales y religiosas. Para la organización de la fiesta del 8 cle sep tiembre, Ilamada cw^iosamente de ^^a^^iclad, v donde se celebra la danza de los «Moros v Solda ditos» participan los dos barrios del pueblo, quie nes forman comisiones para el arreglo del templo, contratan bandas de música, queman el castillo y realizan el «jaripeo». Las imágenes de la Vii^^en que sacan en pro cesión la adornan con flores del campo, frutas del tiempo ^^ panes. Se ^^isten de «moros y soldaclov^, principalmente la gente joven y los niños. Obsér vese en los atuendos ^^ ^^estidos el gran colorismo, así como sobre todo en los gorros nada moros por cierto v en los pantalones la gran influencia de los vestidos antiguos de las culturas autóctonas meji canas. Las clanzas de moros y cristianos están exten didas por todo el territorio mejicano. Los iasgos de las máscaras marcan profundas diferencias, mien n mi ^^iaje y visita a Méjico me Ilenó de entusiasmo y orgullo, por qué no decirlo como espariol, el conocer de cerca una fiesta pare cida a nuestros moros v cristianos en el pueblecito de URAPICHO, perteneciente a la clemarcación cle P^RACHO. Se celebra el 8 de septiembre como nuestras tiestas patronales de Elda. Se denomina la fiesta ^^ danza de tras yue los aistianos tienen rasgos europeos, de tez clara, trecuentemente ojos claros y cabellos rubios, las máscaras de los moros acostumbran a ser de color rojo. La máscara v foto número 1 representa a Santiago y procede del m^micipio de Lodo Prieto en el Estado de Méjico. La máscara y foto número 2, es cle un a^istiano del Estaclo de Veraauz. La foto ^^ máscara ním^ero 3 es de Pilatos, Capitán de los moroti, procede del Estado de Gue rrero. FOTO 1. hláscara cle S^ntilho. Est^do clc Méjico z a ^ a a w n 0 La máscara ^^ foto níimero ^4 es cle un moro del Estado de Veracruz v la ním^ero ^ pertenece a un moro del Estado de Hiclalgo. Vemos yue si bien en otras culturas las más caras se usaron ^^ se usan en ceremonias de inicia ción a sectas sea^etas, en la circuncisión, en ritos de fertilidacl, demanda cle buenas cosechas, cere monias tunerarias, culto a los antepasados. En ^A^léjico se usan con fines festi^^os y en este caso en las fiestas de Moros ^^ Q^istianos mejicanas. Manuel Serrano González z ^ a ^ 0 i FOTO?. A-Iíscara cle Gis[iano. Estado de 1eracruz ^,Alejir^. FOTO ;. ,liáscara de Pil itos. Est^do de Guen^ero (hléjico.l FOTO -!. Máscaia de hloro. Btaclo rle 1%racruz (Aléjicol. FOTO 5. i^1áscara de ^ti^loro. Btaclo de Hidalgo i;^^léjicoi. UA ^O ^YAIdA` 0 IAIP O fi a llid costumbrados a los hallazgos de carácter histórico sobre la Fiesta y sus orígenes, es posible que algcmo al leer el título haya pensado que me voy a referir a algún hallazgo de este tipo. No. EI documento del que voy a hablar es un docu mento de futuro, no del pasado. Me refiero al que con el título La a.nimación misio nera cle la religiosidad popular, y elaborado por el Consejo Diocesano de Pastoral, ha publicado la Dió cesis de Orihuela-Alicante, la nuestra. Aquellos que amamos la fiesta y estamos preo cupados por ella, conscientes del tesoro tradicional que tenemos en nuestras manos, y conscientes tam bién de nuestra obligación de preservarlo, mejorar lo y legarlo, podemos sentirnos contentos porque es un documento que analiza, ifumina y sugiere cami nos. Y esto que es necesario para todos, concretamen te a Elda nos viene con mucha oportunidad, ya que la celebración de nuestro Congreso Local ha sido mani festación de lo viva que está la fiesta y apuesta de fcrtu ro por ella. Encontrar un documento como éste, senci Ilo, claro y sugiriendo pistas es encontrar quién nos acompañe en nuestro caminar y en nuestras búsque das. Bienvenido, pues, tan estupendo compañero de camino. Y si la primera característica del citado documen to es su carácter de futuro, la segunda podríamos decir que es la claridad, pero no me refiero a hora a la manera expositiva, que también lo es, sino al fondo. No es ^m doccrmento exhaustivo, ni lo pretende. No es un documento cerrado, el tono ^eneral del mismo lo indica. Es un documento clarificador de con ceptos y de principios. Clarificador a la hora de definir lo que es religiosi dad popular: «La religiosidad es una cliniensión profunda de la persona hrnnana referida al totalmente otro, al ser transcendente, a la divinidad... La religiosiclacl popular es el moclo como cada pueblo se expresa según su icliosincrasia cultcn-al (geografía, historia, clirna, economía, políti ca...)». Clarificador a la hora de situarla con cma mirada sociológica: «Las manifestaciones rle reli,:;iosidad popular sufrieron en nuestra cliócesis un retroceso en ^la pri rnera etapa del post-Concilio. Hoy, por rnotivos diversos, asistimos a un rebrote cle las manifesta ciones de religiosidad popular. Este rebrote resulta muy interpelante, porque coin cicle con el avance cle un estilo de vicla y cle un tipo de persona cada vez m^s secularizaclo (quevive en la prictica como si lo de Dios fuera irrele va n te). La religiosidacl popular es ^ma realidad rica y com pleja, que puecle y clebe ser aborclada descle pers pectivas cliferentes: religiosa, cristiana, artística, cultural, turística... Es una realiclad, por tanto, que corre el riesgo cle ser monopolizacla por una o algunas cle estas clife rentes perspectivas. Integrar estas diversas pers pectivas en w^ equilibrio armónico o respetuoso cle cacla una de ellas es una tarea clifícil pero segu ramente posible» ^. Clarificador a la hora de valorarla en el contexto eclesial, en el ámbito de expresión de lo religioso: «La iglesia descle el comienzo cle su historia, aprenclió a expresar el mensaje cristiano con los conceptos y en la leng^ua de cacla pueblo y procu ró ilustrarlo aclemás con el saber filosófico. Procedió así a fin de aclaptar el Evangelio al nivel clel saber popular y a las exigencias de los sabios, en cuanto era posible... Cacla expresión cle relig^iosidad popular surge, en un momento histórico concreto, como incultura ción cle la fe; en su origen es expresíón pública y compartida de la fe cristiana. Como la cultura cambia, las maniíestaciones cle religiosiclacl popular van también cambianclo y aclaptánclose a las nuevas sensibiliclades cultcn-ales. Hemos pasado de la galaxia cle G^rtenberg (la in^prenta, la palabra...) a la de Mac Luhan e Inter net (la imagen, los medios moclernos de comuni cación, las autopistas de la info^^mación...). La reli^iosiclacl popular se construyó siempre y muy sabiamente sobre ^ma síntesis de palabra + oído + vista + movimiento + acción + protagonis mo + lugares también profanos... Tal vez hubo algo de reacción frente a una iglesia que privilegió la palabra, el oíclo, y los lugares sagraclos. Descle ^ esta taerspectiva ^oclemos clecir que la reli^iosiclacl ^opular es un grito del ^uehlo para no reclucir al hombre a una sola de las dimensiones cle su per sonalidad». Creo que con estas muestras breves podemos hacer nos una iclea clel talante clel clocumento. En Elcla, se^;ím toclos cojncjclíamos en nuestro Con^reso, está en alza todo lo que se refiere a San Antón en las Fiestas de Moros y Cristianos, en su honor. Tjenen, pues, mucho de manifestación cle religiosidad popular muchos de los actos cle nuestra Fiesta. También ésta globalmente con sideracla. De ahí que yo haya traído a colación a esta revista el hecho cle la aparición clel cloc^m^ent^. Pero hay más toclavía, y es el carácter coincidente y convergente cle toclo lo que en este documento se expresa con lo que han siclo las comunicacjones, ponencia y recomendacjones que en nuestro Congre so salieron a la luz sobre la religiosiclacl de la Fiesta. Esto será objeto cle otro artículo posterior. Baste hoy con hacer acuse cle recibo clescle esta tribuna cle nues tra5 t12Sta5. Ojalá que pucliéramos contar con las conclusiones y recomenclacjones clel inconcluso Simposium cle Caravana que organizó la UNDEF y que tan buenas perspectivas abrjó y tantas expectatjvas, al menos en algunos, suscitó. Sería ^m gran complemento tanto a nuestro Congreso como al Documento. Como en el artículo clel pasaclo año recogí, allí hubo buenas exposiciones, pero no fue posible ^m cambio cle impresiones en prof^mdiclacl, nj siquiera crn clebate mínimo, sólo se apuntaron temas que, cle por sí, están picliendo la seguncla parte. zSerí posible? EI buen hacer cle los hombres y mujeres cle la UNDEF nos hace confiar en que sí. Ginés Pardo García Asesor Reli^;ioso cle la Junta Central EI Consejo Diocesano de Pastoral es el consejo (urm^do por laicos y saccrdotes, represenlantes de todos los 5mbitos c^lesiales, que tiene como tarca asesorar il obispo ^ al conjuntu de la diácesis, en aquellos temas quc o bien cl obispo, o hicn la as^mhlea de la di6cesis le plan teé. EI tema de la religiosidad popular, cuyo documcnto final, en forma de documento de trabajo, ha salido i la luz ^ finales del 97, es el resul tido de las refleaiones teniclas por dicho consejo durante el curso )G97 a petic ión de la As^mblea Diocesana de junio de 1996. ` Doc. citado, pág. 1 . Doc. citado, pígs. í3 y 9. ` Doc. citado, págs. 13 ^^ 1-^. Lo « I ^ g^ ^ o d^ l a ► F ^e^ Eo y e n l o de E l da icsta es activiclad lúclica que realizan los hombres, y también los pucblos, en determinaclos momentos de su anual clevenir, ex presanclo su ale ĝ ría de vivir, que no es más yue la armonía cle uno consigo mismo, con los demás y con el munclo que le roclea. Y se preguntará que relación tiene lo lúclico con lo rcli7ioso^. Depencle cle la clase cle riesta que se celebre. Si se trata de un carnaval, eviclentemente ningcma; si se trata cle la Fiesta cle Moros v G^istianos, eviclentemente mucha, porque lo religioso no sólo ha sido lo bísico en el origen cle la Fiesta cle Moros y Gistianos tal como nosotros la realizamos, sino porque la iunción social que la Fiesta realiza no se agota en la mera materialiclacl clel solaz -lo láclico pues por su tiama, origen y argumento, le recuercla al hoir^bre, en un mensaje toclo lo subliminal que se quieia, hechos históricos (locales o nacionales) en los que se vió envuel ta la comuniclacl en una lucha cle siglos en defensa cle unas creencias, y cle una forma cle vida cle la yue actualmente soinos herecleros. La Fiesta de Moros y Cristianos se halla muy extendida por tocla España, acloptanclo for mas cliversas, v naturalmente en cacla área su origen puecle haber obedeciclo a causas clistintas, aunque en toclas su base haya sido la con frontación moro-cristiana. En nuestra área geográfica -el norte alicantino y sur valenciano- la Fiesta es el resul taclo actual cle la evolución cle la fiesta patronal cuando se le incorporó la fcmción solclaclesca en los siglos XVI y XVII, yue era una comparse- ría yue renclía honores al patrón local, y santos titulares cle iglesias v ermitas, acompaiiánclole en las procesiones cÍe su festiviclacl con salvas cle arcabucería, como aún acontece actualmente en muchas de esas poblaciones. EI actuar militarizaclo cle la solclaclesca v su arcabucería, ^miclo al clima cle controntación moro-cristiana yue se respiraba en el ainbiente popular por los ataques cle la piratería moro berberisca en las costas mecliterráneas, y el recuerclo va lejano cle la Reconyuista rememo iado por ^la presencia clc numerosa población morisca hasta su expulsión en 1609, hicieron quc lentamente la fiesta patronal e^^olucionara en los siglos XVII y XVIII, transformai^clo esa activiclacl festiva en una función representativa cle episodios cle la Reconquista (castillo, emba jaclas, batallas, etc) yue se hacía como otrencla v se realizaba en honor clel Santo, invocanclo 0 proclamanclo su intercesión. Después, ya a finales clel siglo XIX y primera initacl clel XX, evolucionaron los clestiles cle los contenclientes, se hicieron cacla vez más suntuosos hasta Ilegar a las actuales «6itradas». i^lisa Fes(cva. En esa evolución lo primero ha siclo la fiesta patronal, lo religioso. Lo segunclo en apa recer lo histórico-guerreia; v luego lo lúclico cle la suntuosiclacl cle los clestiles; y por ese orden. Hay por tanto claras connotaciones entre los espiritual-religioso, lo histórico-^uenero, y lo lúclico-espectacular, los tres tactores yue inte gran la Fiesta, tal coi^o la concibieron las poblaciones que son centenarias en su realización, que acuñaron un moclelo cle Fiesta y una clenominación cuyo conteniclo, lo yue se ha veniclo Ilamando trilogía festera, clebemos res petar, pues no sería lícito Ilamar Fiesta cle Moros y Cristianos sólo a parte cle ese conteni clo, los desfiles. Lo que ha ocurriclo en los tiempos actua les es yue los actos proranos desfiles, entraclas, ofrenclas, retretas, etc.., que nacieron como apénclice cle lo religioso y dc lo histórico-gue rrero, se han agigantado tanto yue han Ilegaclo a eclipsar hasta los propios orígenes de la Fiesta, que son los que marcaron la sencla que en buena lógica no se clebe abanclonar, salvo que queramos tiansformarla en otro tipo cle fiesta, en un carnaval. Lo religioso aparece ahora como algo secundario, clesclibujado, y donde lo yue se estima como realmente importante son los cles files. De ahí a querer prescinclir cle lo religioso no hay más que un paso. En el Congreso cle Villena, en 197d, se debatió ampliamente la vinculación o no de la Fiesta a las celebraciones religiosas, pero mayoritariamente se Ilegó a estas conclusiones: 1.^1 La Fiesta cle Moros y Cristianos tiene como razón tundamental cle ser la exaltación cle los valores reli^iosos y tradicionales yue rememo ran la epopeya cle la Reconyuista. 2.1 La Fiesta de Moros y Cristianos posee valores eminente mente religiosos que cleben conservarse e incluso potenciarse para que aclquiera mayor autenticiclacl...». Las voces clisiclentes, alguna cle ellas cle sacerclotes, iban contra el folklorismo cle los actos religiosos testeros, que «se queden sola mente en puro folklore y espectáculo, y que no Ileven a tomar unas actitucles religiosas profun clas», y en que ano se cleben imponer creen cias»..., etc Lo que se trataba en realiclacl era cle salvar «lo religioso clel folklorismo en que puclieran clerivar», en el proceso cle seculariza ción en que se halla inmerso el hombre actual, cloncle se tiencle a«fosilizar» lo religioso, sin incorporarle los cambios en profcmdiclacl que se van procluciendo en la actitucl religiosa. Con ese enfoque la cuestión gana profun cliclacl, pero no clebeinos olviclar que se trata cle tiesta, yue la Fiesta cle Moros y Cristianos por su tema y estructura es una rememoración que evoca hechos históricos, que la grancliosiclad en la torma, que pudiera interpretarse como folklórica, no estí reñicla con la representación cle unos hechos, que una cosa es «religiosiclacl^^ como sentimiento íntimo, clevocional por cuia intercesión tenida como celestial, y otra cosa ^lo religioso», entencliclo como conjun(o cle principios, normas morales y piácticas tormales derivaclas de creencias religiosas. Y clescle este último punto cle vista es evi dente que la Fiesta por su origen en el seno cle la fiesta patronal Ileva implícito «lo religioso», confirmaclo aclemás porque en las poblaciones que Ilevan más de un siglo en la realización cle la Fiesta -y en otras también-, la Fiesta se enfo caba y enfoca como un acto en honor clel patrón, o titular cle la ermita, y así lo pregonan carteles, revistas _ y reglainentación de organiza ciones festeras. La cuestión hoy día hay que contemplar la teniendo en cuenta la época en que cad^ población ha incorporado los moros v cristia nos como tiesta popular. En las poblaciones que son centenarias en la Fiesta, lo religioso es incuestionable, no hay más que ir a Bocairente, Sax, etc... En las poblaciones donde la Fiesta ha sur t;ido a partir de mediados del siglo XX, lo pri- mero no era lo religioso, ni siquiera lo históri co, lo yue se perseguía en primer lugar era lo lúdico de los destiles, aunyue tímidamente se hace una vinculación a lo rcligiooso en fonn^ de ofrendas florales, bautizos festeros, etc., lo que demuestia que se hacen estuerzos por reencontrarse con el tactor religioso de la Fiesta. La cuestión también varía según que la Fiesta se haya incorporado por la población «con ocasión de la iiesta patronal, o en fecha distinta de la misma, pues en el primer caso puede e^^olucionar más rápidamente ^ hacerse en honor del santo titular. A partir de 19^40 la Fiesta de Moros y Cristianos inicia una fuerte expansión. Muchas poblaciones uiecesitan» una tiest^ popular, y ningun^ como la de Moros y Cristianos, que es una de las mejores formas de recreación comu nitaria. Elda se acuerda entonces de que en el siglo XIX hacía moros y cristianos, segíin cl tes timonio, entre otros, de D. Emilio Castelar, en su libro de 1879: «Recuerdos de Elda o las fies tas de mi pueblo», al decir que se celebraban en enero, el día de San Antón, que «los cristia nos viejos por devoción al santo de la testividad particip^ban con ardor infantil en aquella mojiganga»... que «ambos ejércitos se confundían en el estruendo que armaban (de pólvora) por cuarenta y ocho seguidas»... que «EI castillo de cartón pintado parecíanos real y etectiva forta leza en cuyos muros los enemigos de nuestr^ religión oprimí^n y vejaban a la patria», etc., etc. Y Elda en 19^3 trata de reinstauiar su Fiesta, y lo consolida en 19^4^1, de la mano de lo yue entonces se Ilamaba aComisión Restauradoia de Moros y Cristianos». Es cierto que desde el principio está allí San Antón y la pólvora, pero la primacía sobre todo se la Ilevaban los desfiles, estando «des cuidados» -según confiesan algunos testeros los otros factores de la Fiesta, hasta el exh^emo de que castillo y pólvora tueron confinados pronto al campo de deportes como si estuvie ran apestados, de donde fueron rescatados más adelante por los loables esfueizos de la Comisión Delegada de Guerrillas y Embajidas. En cuanto a San Antón, la re^^ista venía diciendo al publicar su imagen «San Antonio Abad. Bajo cuya ach^ocación se celebra la Fiesta de Moros y Qistianos», o«Patrono de la Fiesta de Moros y Cristianos», y ya muy últimz mente «Moros y CYistianos en honor de San Antonio Abad», avance muy significativo. En los primeros años se hizo la Fiesta en enero, pero la climatología adversa, y quizás la preeminencia de otros factores Ile^^aron a cele brarla a partir de 1947 en ma^^o-junio, aunyue eso sí, desde siemprc había habido misa y pro cesión ese día, v cuando se pasa a junio, «subi da y bajada del santo» desde la ermita a la Iglesia de Santa Ana, con los cultos tiadiciona les v sah^as de arcabucería. Quizás todo ello de forma tibi^, pero hay que tener en cuenta que la areligiosidad» tam poco se improvisa, que la devoción al Santo se fue ina^ementando por el esfuerzo de su antigua Mayordomía v la Junta Central, y que yui zás la celebración de la «Media Fiesta» no fuera ajena a ello, a pesar de que en un princi pio supuso evidente lejanía. En el editorial de la revista de 1980 ya queda p^tente ese deseo al decir «Algo se ha conseguido, peia aún falta mucho para que la fiesta haya calado en lo más hondo de los par ticipantes, y que ^ la diversión -deiiominador común de todos ellos, se una linnemente una tradición, a la que se pudiera añadir una devo ción, que con ella queremos impulsar, para yue en años sucesivos... las venideras (Fiestas) se encuenh^en con los finnes pilares que en otros pueblos tiene y que en otros tiempos, en el nuestro, debió tener, pari quc sr^ si^i c^^l^^hian do con más entusiasmo que en la aclualidad se realiza». Elda está en esa líne^ de upcr^ición, ^^ así lo ^^e Jenaro Vera IRe^^ista 1991^, al dccir: :... se ha fortalecido la devoción por cl Santo y estamos en el mejor camino para una fi^anca recu peración de una de I^s partes fcmdamentales de la Trilogía Festeia, la de^roción y prueba de ello es yue desde hace dos años la capacidad de la ermita es insuficiente para dar cabida a los asis tentes a las misas allí celebr^das». Y en el mismo sentido abunda Ginés Pardo (Rev. 19951 en su artículo «San Antón se ha hecho un sitio», al decir._ «Repasando los acontecimientos festeros de estos cincuenta y un ^ños, da la impresión que San Antón ha sido en muchas ocasiones más una excusa para la fiesta que un motivo. Hoy la procesión es masi ^^a y respetuosa y, en general, los comparsistas sienten simpatía y cariño por esa imagen bona chona y serena que se abre camino a hombros de las comparsas y que es capaz de infundir su serenidad y hacer recordar yue, más allá de aquello por lo que día a día nos afanamos, hay otra realidad... Nada más Ilamativo que ese gesto de aponerse de pie que viene el santo». En definitiva, podríamos decir que la Fiesta de Moros y Cristianos de Elda, en su evo lución, ha seguido cm camino inverso al que hicieron las poblaciones centenarias en la Fiesta, donde primero fue lo religioso, luego lo histórico-guerrero y finalmente la espectacula ridad de los desfiles, pues en Elda lo primero y principal fueron los destiles, luego se tue forta leciendo lo histórico-guerrero y finalmente se está potenciando lo religioso, paia que en la restacn^ación de su Fiesta Ilegar a la atrilogía fes tera», que es lo que esencialmente integra en nuestra árca geográfica festera la denominación Fiesta de Moros y Cristianos. w w ^ z Q José Luis Mansanet Ribes L A fYi O ^ J O A ^ e O A amos a hablar de las ermitas de San Antón, sin las cuales nos resultaría difí cil concebir al Santo que era esencialmente ermitaiio. Espero que el lector me acompañe a realizar un itinerario por las ermi tas cle la provincia dedica das a San Antonio, lo quc podríamos Ilamar la «Ru ta de San Antón». Imaginémonos ^^iajeros que, procedentes de Va lencia y tras subir al puer to de ^llbaida, entramos en nuestra pro^^incia por el destiladero del río ^lgres, entre el Benicaclell ^^ la sierra de A1^3riola. A poco, nos encontramos en MURO DE ALCOY^ la primera ermita bajo la advocación cle San ^n(ón, en el cruce cle la carretera de /átiva a Alicante con la de Cocentain^ a Denia. Su construcción, es del ídtimo cuarto clel S. XVII, entre 1677 v 1688. La fachada se caracteriza por U^es arcos de medio punto que airean el pórtico, sobre él arcó central un panel cerámico con San ^ntonio Abad v San Antonio de Paclua, más arriba un óculo o^^al y la espaclaña. Preside la iglesia un retablo, mezcla de renacen tis(a y barroco yue acoge, bajo un dosel doiado, las imágenes de ambos santos. EI 1 i cle enero, ies(i^^idad de San Antonio Abad, se traslada la imagen a la iglesia parroquial y se ^^uelve el domingo; también se bendicen el pan, los animales y los campos. EI 13 de junio se celebra la testi^^idad de San Antonio cle Padua. Siguiendo nuestro camino Ilegamos a COCEN TAINA. Allí, en la Plaza del Plá, encontramos el Pal ^cio Condal por cu^^o patio se accede a la capilla de San ^ntonio Abad. Esta capilla, (ambién denominada ermi ta, debió ser construida en la misma techa que el Palacio, es decir en la segunda mitad del S. XIII. Una puerta, bajo arco de medio punto, nos intro duce en la capilla. De planta rectangular, en la cabecera se encuentra el altar mayor ^^ a los pies de la ;Tribuna cle los Condes». La Tribuna es una pequeña habitación que domina la capilla ^^ está comw^icacla con los Salones de Embajadores del palacio y ser^^ia para que los condes pudieran asistir a las tunciones religiosas. Aunque la bó^eda de crucería, apo^2da en ménsulas, es cle origen gótico la clecoración, más tar RUTA DE SAN ANTONIO día, es completamente renacentista. EI retablo, cle madera tallada v dorada, es obra del pintor contestano Nicolás Borr^3s, data de principios del S. XVII y consta cle nue^^e tablas. Una de ellas representa al patrono de la capilla: San Antonio Abacl. Lo más importante de la historia de este recinto es que el 19 de abril del afio 1^2Q la imagen de la Viir^en ^^taría de un cuadro, que presidia el retablo, Iloró hasta veintisiete lágrimas de sangre. A partir de este momento a la imagen se la Ilamó ^.Virgen del ^btilagro^^. v fue declarada Patrona de Cocentaina. EI cuadro original se conserva en el convento de Clarisas, junto al palacio. En ALCOY nos espera la si^uiente ermita. Pasada la ciudad cogemos la carretera que Ile^^a a la Font-Roja y, a poco, nos desviamos a la izquiercla, es la antigua carretera de Ibi que subía una larga ^^ empina da cuesta y, a su término, había una ^^enta para cambiar los caballos de tiro, y jw^to a ella una ermita cleclicada a San Antonio ^ Santa Bárbara. Su entorno lo forma el Carrascal de Alco^^. Desde la ermita se goza de una espléndida vista de Ía ciudad, el Bananco del Cint, I^llben^i y el Nlontcabrer. En la «Relación cle 1790» se le atribuye una antigiiedad del año 1300; sin embargo, el primer docwnento es de 1^16. EI ediricio actual data cle principios rlel siglo XVilll, lo que atesfigua un sillar con la fecha 1773 que e^iste, medio enterrado, en la esquina izquierda. En la fachacla hay un nicho poco piafundo que, hasta hace poco, albergaba un retablo cerámico con San Antón muv deterioraclo; encima del nicho se alza la espadaiia. La nave tiene torma de a^uz griega, los techos abovedados y una dipula ciega. Preside la igle sia un retablo de estilo neoclásico, en cuva hornacina se albergaba la imagen de San Antonio. Por la derecha del presbiterio se entra a la primitiva ermita, que deno ta su estilo medieval por los arcos diatragma apuntados. en los que se consen^an parte de las pinturas antiguas con motivos tloiales. La imagen de San Antón es guardada cada ai5o por un miembro cle Hermandad de Labradores y subida para la celebración de la festividad, el 17 cle enero o días próximos, en que los alcoyanos cumplen con la tradición de la romería ^^ una ^ran «rostidar. Continuamos en clirección a Elda y Ilegamos a ONIL cuya ermita de San Antón se reduce a un recuer- do. La ermita era muy an(ig_ua yz que se nombia en el Libro de Visita A^obispal cle 160d. Se situaba a las atueras de la villa, junto a una a^uz humilladero que todavía exista En esta ermita se ubicaba eÍ hermoso tríptico cle Santiago, ^^erdadera joya procedente de la Alfafara f Villena Onil Iglesia antigua de ^^tontserrat, que hoy preside la Iglesia ParroquiaL La ermita era, al pnrecer, mediana y aseada, tenía sobre la puerta un panel cerámico v la espadai^a coronaba la tachada. Fue derruida no ^hace mucho, ocupando su sitio r^arias ^^iviendas, v sólo queda el tes limonio de la antigua cruz, traslaclacÍa cle lu;ar. No obstante, desde ella, se puede admirar una hermosa panorámica cle la Ho^a de Castalla. San Antón de VILLENA es una ermita muy an(i ^ua que se nombra va en la Relación de Felipe II de 1575. Situada hov en el centro de la ciudad, es de nave rectangular, con seis tramos separados por columnas y arcos formeros, cornisa perimetral, de la que arranca la boóreda de cai^ón, y dqula sobre pechinas. EI retablo, renacentista, acoge una imagen de San ^lnlón peculiai; pues lo representa en eclacl jo^^en ^^ que en ^lugar cle mirar el libro e^angélico, mira al irente, nos mira. Desde la víspeia de la testi^^idad, en el atrio se reparten hasta ;cuatro mil! (oiias; al atardecer, en una placeta, cercana, se enciende una gran hoguera y, en la maiiana de la tiesta, tiene lugar, después de la Misa, una romería que desfila por la puerta donde son ben decidos toda clase cle animales. Como itinerario alternati^^o, si el viajero lo pretiere, desde Muro puede hacer el camino por el V^alle de Agres, y pasada esta población se Ilega al término de ALFAFARA, donde se encuentra la ermita de San .1n(onio Abad ^^ ^l` S. de I^ Luz. Se desconoce la fecha de su construcción. La ermita tiene la característica de ser muv alta, por lo que se apo^^a en sólidos contrafuertes. La tachada es auste ra, sin más adorno que la puerta v un ^^entano entre esta y la espadaiia que la culmina. La nave consta de tres tramos separados por pilastias ^^ arcos fajones, de la cornisa, que recorre todo el perímetro, arranca la bóve da de cañón. EI retablo es de estilo neoclásico rena centista, realizaclo con estucos imitanclo mármoL En una hornacina, sobre la misma peana, es(án las imáge nes de San Antonio ,qbad v a.Vuestra Sra. de la Lr¢. Sólo se abre el culto en las iiestas de San Antonio Abad, el 17 cle enero, y la testividad de N. S. de la Luz, el 1 de ma^^o. Aquí damos por terminado, por este aiio, nues tro itinerario ^^isitando ermitas de San Antonio, invitan clo a quien me lea a que no se conten(c con ello sino que las visite, no se arrepentirá, todas tienen su encanto. 1 pidamos que el Santo nos de salucl para, en aiios ^^enideros, ir completando nuestra peregrinación por las ermitas de San An(ón dcl resto de la provincia. Ramón Candelas Orgilés Alcoy Cocentaina ^ Valencia Muro ^ ► ^ ^ y C ^„ E ^ ^o , y ^I ^ g^orid n d IA/C^Mfa6I61 eciente est5 la celebración clel I CONGRESO LOC,^L DE MOROS Y CRISTI^,VOS, en el cual los clistintos ponentes expusieron sus puntos de vista sobre los asuntos que les fueron enco menclaclos o libremente eli ^;ieron, toclos ellos cle sercla dera actualiclacl y clirigiclos a alcanzar una máxim^ per fección en el clesarrollo cle los testejos. En la presenta ción clel Congreso, por parte de la Comisión organizaclora nos clecía .^que era necesaria la cliscusión y puesta en común cle pen samientos alrecleclor cle los clistintos aspectos que envueh^en la fiesta. Por ello era preciso org^nizar este CONGRESO cloncle se expusieron icleas, inquietucles que tengan ^m caiácter infonnativo y asesor cle los varios órganos cle gobierno cle las Comparsas y Junta Central. Pero cle las cinco ponencias presentaclas, toclas ellas interesantes queremos clestacar en este trabajo la primera, LA RELIGION EN LA FIESTA, presentacla por nuestro Asesor Religioso D. Ginés Parclo García. Para insistir en esta afinr^ación -poco valen nuesU^as moclestas palabras- queremos traer el recuerclo cle clispersos esa^itos u opiniones publi cadas con anterioridacl en meclios cle inrormación, raclioíónicos, particulares, etc, clemostrativos cle que el tema es cle perm^nente actualiclacl. Pero antes clestaquemos el aclmir^ble trab^ jo que en su PONENCIA MARCO presentó José Antonio Sir^^ent Mullor, Gonista Oricial cle la Junta Cential, sobre lo que son y cleben scr nuestras fies tas, aconsejable a conocer en el seno cle toclas las Comparsas. Volvienclo a nuestro tema principal pasamos a exponer las valiosas opiniones cIe personas o enticlacles relacionaclas con la religiosidad del comparsista. Recorclemos las palabras de D. Carmelo Dávila, Delegaclo Episcopal cle Alicante, en su homilía ofrecicla en la Eucaristía celeblacla el último clía cle I^ fiesta clel pasaclo año 1997 relacio nado con la fe «Yo soy creyente, pero no piacticante». Pero nos dice el Apóstol Sanliago en su epístola, versículo 2 cap. 14: «z(1ué le aprovecha a uno, hermanos míos, clecir «1o ten^;o fe, si no tiene obras»? zPoclrí sal^^arle la fe? En el Boletín festero corresponcliente al mes de junio cle 1997, Evaristo Pla Meclina, clirecti^^o de la Unión cle Festejos cle San Bonifacio Márfir v Presidente cle los Moros Viejos, cle Petrel, publica ba un trabajo con el siguiente título: «La Religión como vínculo (estero para nuestias fiestas. De su m^nifiesto, por su verdaclero interés, sacamos los siguientes párrafos: «Ya en el primer Contireso cle MOROS Y CRISTIANOS celebraclo en A^i^llena en 1971 se puso cle m^nifiesto la preocupación que sobre relit;iosiclacl e^istía en la fiesta. «Las fiestas de MOROS 1 CRISTIANOS tienen toclas un mar caclo senticlo religioso». Se reíiere a aquellos pue blos que por su solera v tiaclición Ile^an con oi;^uIlo el nombre cle ^^t. y Ĉ ., las otras manifestaciones testeras que realizan, clesfiles v otros más o menos vistosos se les cletecta, a las cÍaras, que la religio siclacl y lo histórico brillan por su ausencia. Los actos que se realizan buscan la m^gnificencia y el lujo pero se observa en los festeros que Ia asisten cia a los actos religiosos en honor clel Patrono cle las fiestas, es mínima, pues solo acuclen aquellos que ^^erclacleramenle sienten la Ilamacla cle la tra clición. Finaliza lanzanclo un reto a los cliri;cntcs cle la U^VDEF y a las Juntas Centrales locales para que no centren su labor en lograrque los clesfiles sean maravillosos sino que, sobre toclo, se vislum bre el sentir religioso e histórico que clebe scr I^ única e inainovible moti^^ación para Ile^ar aclelante nuestros icleales íesteros. fYo he presenciaclo cluran te la Santa Misa celebrada en la ermita del Santo cl clomingo clía 16 cle enero pasado, unos pequefios grupos de tieles o testeros, fueia del recinto, puesto que la cabicla en él es limitada, hablar en voz alta clurante la celebración cle la Eucaristía v no respetar el clebiclo silencio en la parte mis solemne cle la misa, la Consa^ración, continu^nclo la conversa ción comi si asistieran a cualquier otro actol. EI cliario alicantino LVFORMACIÓN, en el número corresponcliente aI clomin;o 12 cle octu bre cle 1997, publicaba un trabajo de D. Enrique Cutillas Bernal, sobre .La religiosiclacl en 1^10R05 Y CRISTIANOS». Las representaciones cle M. y G, en particular Ias apareciclas en los últimos 30 años están bajo la aclvocación cle un Santo. Se hacen orrenclas cle flores, misas, colectas, etc, si por celebrar estos actos y estar bajo el patrocinio cle un Santo consicleramos religiosidacl también hibríamos cle hacerlo con otras fiestas paganas. Primero es la clevoción popular y cle ella nace la fiesta. La religiosidad es la causa y la fiesta la con SeClJ2nCldv, En el mes de junio cle 1983 publicab^ en nuestro semanario VALLE DE ELDA un modesto U^abajo con el mismo título que el presente: «MOROS 1 CRISTIANOS 1 RELIGIOSIDAD I^VSE PARABLES». En él comenzaba hacienclo historia cle la reconquista de España a los moros, puecle clecirse que en Las Alpujan^as, en Sierr^ Ne^^acla se libró en 1^6£S como en ningún otro lug^r lo que hov clenominamos r,Fiesta cle Moros v G^istianos» y las batallas se ganaban Ile^^anclo por clelante los penclones con la Guz, símbolo clel a^isti^nismo. Como institución la fiesta se halla estructu racla en U^es iactores principales al el espiritual religioso, vinculaclo al PaUono; bl el histórico, a la epopeya nacional de la reconquista; cl el popular, el pueblo actúa masivamente en su celeblación clínclola carácter espectaculac Nuestras fiestas cle MOIZOS Y CRISTIANOS pues, tienen un marcado e invariable senticlo cristiano-religioso. Consicleramos insepaiables, en su base y en su desarrollo las fiestas de MOROS 1 CRISTIANOS y su religiosidacL Es posible que en este siglo XX aquellas costumbres están fuera cle lugar, que la tiesta tiene un carácter ^^ una personaliclacl pro pias, pero si la fiesta es consecuencia cle una tra clición y su nacimiento se clebe a ést^, si se piercle puecle tambalearse, porque los pueblos que no ;uarclan, no respetan y no aman sus viejas tladi ciones son pueblos sin alm^, sin vida espiritual. Si estos ^^alores un clía clesaparecieran, si la fiesta se conrirtiera nacla más en lo externo, lo material v hubiera clesapareciclo su esencia, lo funclamentaÍ, entonces podríamos clecir que la habíamos con vertido en un carna^^al o cosa análoga. Vicente Valero Bellot D e Son An E ón a San And^ ocla persona elclense con cierto ^,raclo de cultura sabe que en aquellos tiempos en que ^^ivían en Elcla los moros en armonía con los cristianos tsi};lo VIII hasta prin cilios clel XVIp, cacla cual practicaba su acostcmihracla reli 4;lOn; IOS n101OS en tiU mezquila, en el solar que ahora ocupa la iglesia cle Santa Ana, y los cristianos en la crmita cle San Antón, junto il castillo. Amhos templos, bien sepaia clos, estaban en los extremos cle la población. Con lauclable acierto las fiestas cle Moros y Gistianos se pusicleron clescle el pri mer momento b^jo el patrocinió cle San Antón v se celebraban el clía 17 cle enero, fecha q^ue la Iglesia cleclica a este santo; peru los elclenses, con esa frivoliclacl que lamenta blemente los caracteriza, traslaclaron esas fiestas a los primeros clía5 cle junio por clos motivos (unclamenfales: porque en enero suele hacer clemasiaclo frío para desfilar son rienclo, y porque así era mejor para servir cumpliclamente los pecliclos de zapatos. Ese cambio se hizo hace pocos aiios sin respeto a la traclicicín, que ya venía cle siglos bien cargacla cle clevoción a San Antón. Pero las fiestas cle Moros y Cristianos siguieron, como siempre, en honor a San Antón. ^Por qué? Porquc los cristianos cle los antiguos tiempos, incultos campesinos, tuvieron siem pre una arrais;aclísima clevoción a San Antcín, patrono ^- protector cle los animales clomésti cos: gallinas, perros, palomas, cabias, conejos, etc, y, sobre toclo, los cerclos, los «gorrinicos, uno cle los cuales, por lo menos, era el ali mento básico cle la familia clurante toclo el ario. ;Cómo recuerclan tola^^ía los viejos clc: ahora aquellas suculentas «tajás cle tocino» que seguían a los sabrosos gazpachos con lie bre remojaclos con largo trago cle vino aiiejo! iVaya si mereda ir junto al santo bien hechor el hiena^^enturaclo «t;orrinico cle San Antón»! Era el íclolo cle toclo el pueblo. Cada aiio alguna cle las familias más puclientes clel pueblo le regalaba a San Antón uno cle los cerclos que aiaba. Y el animalito, en libertacl por las calles clel pueblo, servía cle ju+;uete a la chi quillería, y lo acariciaban y alimentaban las mujeres, y lo acot;ían los sencillos campesi nos con un religioso respeto. EI clía cle San Antón se celebraba en la plaza el sorteo, y el clichoso cerclito, aclorna clo con lazos cle secla y bencleciclo por el seiior cura, perclía su Iibcrtacl, queclanclo en propieclacl cle la (amilia aÍortunacla en el sor teo hasta el clía 30 de noviembre, festiviclacl cle San Anclrés en que, según la costumbre, se claba trabajo a toclos los carniceros matarifes que había en el pueblo, y el bien engorclaclo cerclito sanantoiiero no quedaba exento cle la general matanza. Han pasaclo los años y los sis;los, y los imagineros si^uen colocanclo el cerdito a los pies cle San Antón. No me extrafiaría que algún clespistaclo comparsista piense que si el cerclito va a los pies cle San Antcín es porque al santo le gus taban las buenas atajás de tocino» regaclas con ^^íno manchego. No, por favor; queremos hablar en serio; la santiclacl est^í en las antí poclas cle la voraciclacl y la glotonería. EI cer clito a los pies cle San Antón, con su grrniiclo amorliguaclo por respeto a la altísima posi ción en que lo han colocaclo, quierc decimos clos cosas: que clebemos respetar con entra ñable satisfacción las venerables tradiciones cle nuestros abuelos, y que clebemos ser cau tos en la soberbia cle las actuales manifesta ciones festc^ras. EI silencioso grcniido clel ino cente animalito parece querer clecirnos: «Tanto lujo, lanto brillo, tantos colores, tanto escánclalo, no esti en armonía con lo que le gustaha al santo enamoiaclo cle las buenas obras silenciaclav. La fiesta de San Antón ha teniclo una clis paratacla evolución a lo lai;^o del tiempo. Nada se parece, por ejemplo, la procesión que vemos hoy, exhibición cle lujos y cle soberbia cle unos cuantos, a la hw»ilcle y emocionacla pieclacl con que toclos los hahi tantes clel pueblo acompariaban en cle^^oto murmullo dc^ oración al santo patrón cle los animales clomésticos. Por eso, si el silencioso cerdito sananto riero pucliera hablar, nos recorclaría las henno sas palabras que hay en cl primer capítulo cle un hermoso libro, el único que leían los pocos campesinos que sabían leer, el ímico libro que me le±;aron mis grises abuelos: «No se cansa el ojo cle ver ni el oíclo de oír. Vanitas vanitatum, vaniclacl cle vaniclades y toclo vaniclacl». ^Nunca habeís teniclo el Kempis en vuestras manos? Pero San Antón, que siempre está leye^n clo ese libro, es muv tolerante y sahe que nc^ foclos hemos naciclo paia ser santos como í^l. ^uan Madrona S d^ y ^ e«^^ o I festero, cuanclo lo es cle verclacl, aclquiere un talante especial, hasta un porte, que le hace cliferenciarse cle quien no lo es. Fiay un algo en su forma de comw^icarse con los clemás, en su trato, ea^ sus expresiones, incluso en su manera cle afrontar y resolver los problemas cle a cliario, que le hace cliferente. Se nota que es festero. Incluso si es joven. Frecuentemente salclrán en su conversación alusiones a la Fiesta, frases festeras. Si tararea mienhas se lim pia los zapatos, o en la clucha, posible mente sea un pasocloble o compases cle crna marcha mora lo que salga cle entre sus lahios. La Fiesta se va metienclo tanto entre los huesos, en la sangre que corre por las venas, que se muestra al exterior casi sin querer. Por eso clecimos «ser festero», no «estar de festero», o «vestirse cle festero». Hay lugares cloncle se le nota al festero que cualquier clía clel ario, sin ser cle Fiesta, se clirige a su filá o comparsa. Se le nota que ha cleja clo aparcaclos todos sus asuntos para meterse en el munclo cle la Fiesta. Y esto es bueno, ^unque puecla pare cer exagerado o agobiante. Es bueno porque mentaliza al festero en su papel clentro cle la historia, ya que la Ficsta, no hay c{uc: olviclarlo nunca y es cosa seria, es historia, tiene sus raíces, su por qué en la historia. Y esto ha cle tenerlo presente tanto el que participa activamente en la Fiesta, como el c{ue lo hace pasivamente en forma de especta clor, niás o menos interesaclo. Y cuanclo se está mentalizado que ser festero es importante, no cma mera Yorma cle clis fraz o cliversión distinta, se respetarí todo lo que concierne a la Fiesta y no se usará a ésta ni a sus cosis de manera espúrea. Toclos los miembros cle una comuni clacl tienen la obligación cle respetar la Fiesla. Incluso ayuellos que no la tienen como cosa scrya. Mucho mís el festero. Éste tiene la obligación, como la mujer clel César, de serlo y parecerlo. Precisamente paia clistin^uirse cle los que apro vechan la Fiesta, quizí guiaclos por su poca edacl y menos cliscernimiento, para enclosarse crn pantalón moro (^por qué no uno cristiano? ZPorqué es mís incó moclo para clanzar por ahí vaso en manó?), una impersonal camiseta que an^rncia cualquier electrocloméstico y zapatillas cleportivas y lanzarse a la calle hacienclo el gamben-o la mayoría cle las veces. Esos no son festeros, cierlamenle, pero clan iclea falsa al visitante cle que sí lo son. Se me clice c{ue no hay forma cle impeclir a nadie que se vista como yuie ra. Puecle ser verclacl. Pero también es cierto que clonde la Fiesta está prestigiacla y se encuenh-a enraizacla en el cora zón de Coda la población, no se dan estos casos cle f11ta cle respeto a algo que clebe representar parte de la sustan ^ cia cle ese pueblo. Z Contra eso clebe luchar el festero, no w ^, igualánclose nunca a los susoclichos Ipor ^ justificar a los que así actúan, ni siquie mucho calor que haga); no clanclo pie a ra por cmos momentos. EI traje es el clistintivo cle la Fiesta y mís concretamente cle un grupo, una filá, una comparsa (y yué poco me gusta este nombre). Por eso precisamente necesita mucho respeto y son los pro pios festeros los que han cle clar ejemplo de ese respeto, para dejar en riclículo a los que no se lo tienen. Por eso es bueno mantener a macha martillo la presencia clel traje oficial clel grupo, que lo clistingue cle los clemás, aunque no despreciemos la incrustación clel traje especial, pero yue si bien cla vistosiclacl, no clebe primar sobre aquel. EI festero tiene que aislar al que toma la Fiesta a chacota y como único motivo cle «clesmaclre» más que cual quier viernes-noche. Tiene que clemostiar a todo el munclo que eso no va con él o con ella. Tiene que hacer ver a toclo el mcmclo, incluso a los convecinos, lo que cle verclacl es ser festero, algo que se muestra en toclos los momentos: en el buen porte en las Entraclas; en la presen cia en las Embajaclas; en la actuación en el clisparo; en la asistencia a misas y pro cesiones; y tamhién en los momenlos cle divertirse én su cuartel o su kábila. No basta con decir: «Yo soy un huen festero». H^y que parecerlo también, en el porte, en el vesticlo, en las maneras, el saber estar, el comportarse. La gente a primera vista nos va a juzgar por lo yue ve. Por tanto hay que ser como se le peclía a la mujer clel César: ser honracla y además parecerlo. Luis Sánchez Sánchez Secretari^^ General dc Ia^UNDEF l ^ ^`^ka ^C IJ ► oro^ y C ^u^^na ó^ E ldo: una ^on moni Íc^i ai^ n ^w ^ m i pm á ^o éiv o n 1969 la Fiesta elclense cele bra con tocla pompa y boato los veinticinco años cle esta nueva anclaclcn^a. Fue un gran acontecimiento festero y so cial, que caus6 impacto en la sociedacl eldense y que fue el germen cle un gran clespegue cle la fiesta. Las clistintas comparsas que componían el mul ticolor abanico de este singular festejo, fueron crecienclo y aumentando -en su inmensa mayoría- el número cle componentes, clejanclo ya paso, en la clécacla de los 70, a la incorpo ración cle la mujer que, a partir cle este momento, va a participar como una festera más en el seno cle la manifestación cristiano mora. Hasta ese momento, la mujer sólo salía cle manera expresa, en los cargos representati vos -ahanderacla- y poco más. En la inmensa mavoría cle las comparsas tenían cabicla las mujeres, no se les restringía su participación pero, sin embargo, no pertenecían como miembros cle pleno clerecho en las clistintas agrupaciones, e incluso, y precisamente por ello, no pagaban las cuotas corresponclientes para pocler salir a fiestas. Pero a partir cle los años 70, se rompe esta clinámica y la mujer pasa a ocupar su puesto en las comparsas, con plenitucl de clerechos y deberes, y a formar cacla vez escuaclras más numerosas y casi equiparables -en número- a las formaclas exclusivamente por los hombres. La evolución que experimenta la fiesta en los años 70 y 80 es esplénclicla en toclos los senti clos: a esa incorporación real de la mujer, a una mayor participación cle la juventucl, no sólo en la propia tiesta sino incluso en los estamentos organizativos y directivos cle las comparsas, clebe añaclirse ese sentimiento cle clevoción popular a San Antonio Abacl, que va crecienclo y aclquirienclo mavores proporciones. La figura clel Santo patrón cle la tiesta elclense, un tanto olviclacla hasta entonces, adyuiere una gran esplenclor, y su imagen es cacla vez más vene racla por mayor número de festeros. Los actos cleclicaclos a San Antón se ven cacla vez más masiticaclos, con una participación similar a la cle otros actos que son, por natw^aleza, más populares, alegres y de gran prestigio entre los festeros. En estos años se crean igualmente clos nuevas comparsas los Caballeros clel Cid, comparsa o istiana que desaparecerá más ade lante, y las Huestes clel Caclí, mora, que actual mente se encuentra entre las existentes en la tiesta elclense. A propósito cle este crecimiento cle la ties ta, en 1987, en la Revista cle Moros y Cristia nos, José Luis Bernabeu Rico clice: ,Las fiestas están en constante crecimiento tanto por el número cle participantes como en poclerío eco nómico. Y es que necesariamente la fiesta en poblaciones como las cle la zona cle Elcla, con tiene unos ^^alores v actitucles clistintas a las clel interior, pues en estos últimos casos la fiesta responcle a los intereses cle quienes la han aeaclo, y en resumiclas cuentas pretenclen inte ^^.^r,^ ^^^^^,e grar i tocla la pobl ^ción, tanto autóctona como inmigiada: hombres y mujeres, ciudaclanos de los clistintos estamentoss sociales; en resumen, se integran toclos los nuevos moros y cristianos habitantes en el mismo territorio». Por otro lado, se procluce ^m esp!enclor enorme cle estas fiestas en lo que concierne a los trajes que utilizan quienes en ella participan. La simple utilización del traje oficial que caraderiza a las comparsas, cuyos colores y tormas clistinguen unas cle otras, cleja paso al empleo cacla vez más intenso cle trajes espe ciales -de nueva creación o alyuilaclos en otras poblaciones- que se expande cle tal manera por toclas las comparsas, especial mente las cle moros, que actualmente es clifí cil ver en un desfile cle algunas de estas agru paciones el traje oticial característico. Esto que, lógicamente, conlleva una mayor briIlantez y varieclad en el deambular cle las comparsas en entiaclas y desfiles, hace, en cambio, que mud^as veces se puecle perder la iclentidacl de las propias comparsas, que pre sentan, una tras otra, preciosas y bellas escua dras especiales sin que nada tengan que ver unas con otras en cuanto a su coloriclo e iclio sincrasia festera. Quizá clebiéramos tomar buena nota cle cómo enfocan estas situaciones pueblos ^-eci nos como Villena v Petrer, por citar tan sólo clos ejemplos. Villena otrece una fiesta muy participativa, pero que conserva con bastante ficleliclacl su tradición transmiticla de paclres a hijos y que los villeneros se resisten a cambiar. La fiesta cle Villena ha evolucionaclo -qué duda cabe- pero mantiene la esencia cle su ancestral traclición y la manera e idiosincrasia propias del ser y sentir villenero. Petrer, por otro laclo, presenta una fiesta muy cercana a la de Elda -pues en sus fuentes han bebiclo esl^e cialmenteios festeros que han creaclo v consoliclacb la anual fiesta elclense-, y decimos que es muy cercana en cuanto a la vistosiclacl y elegancia de sus trajes, a la marcialiclad cle sus escuaclras y, en especial, a la figura esen cial y extraorclinariamente elegante cle su abanderacla. Sin embargo, también Petrer mantiene esa verdaclera tradición,^ ese senti miento festero transmiticlo cle generación en generación y que el festero petrelense muestra hoy con especial orgullo. En clefinitiva, tres fiestas muy hareciclas en lo yue se refiere a manitestacicín plena y auténtica clel pueblo, en la especial especta culariclacl cle trajes y abalorios, v en la partici pación cle tocla una colectiviclacl, cle toclo un pueblo en torno a la representación festera de los Moros v Cristianos. Pero cacla una de ellas, lógicamente, presenta sus especiales connotaciones, su propia icliosincrasia que las hace clistintas, y en ello raclica la riqueza y varieclacl cle esta fiesta yue es una y diversa a la vez. Paia acabar, nos es lícito cletectar los nuevos caminos yue existen y especialmente en la elclense: canalizar esta participación espontá nea cle toclo un colectivo, inciclienclo en toclos los aspectos que hay que perfeccionar clentro cle la propia fiesta, con un componente cultu ial y artístico que enriquezca -como cle hecho ya sucecle- la expresión festera, y en potenciar toclo aquello que refuerce las raíces y la propia iclenticlacl cle la Fiesta que, en resumiclas cuen tas, lo es clel propio pueblo que las celebra. IConclusiones de la ponencia leída en el 11 C^un greso de Fiestas de la Comunidad I^^lencian,i,. José Blanes Peinado • fi S6 A i11111P A i O t 1^1idf O l D entro del hermoso aba nico de posibilidacles iacionales cle sentimien tos festeros que inunclan nuestra icliosinaasia -o modo particular de par ticipar en la FIESTA existe una que con fre cuencia olvidamos -in conscientemente, qui zás- y yue a mi juicio es de total relevancia. ;La cacla wio de nosotros depositamos en la conmemoración «festera» que estamos celebrando. Y esto, claro está, sólo resulta convincente cuanclo patentizamos la ale gría externa que mana cle la misma socia lización cle la traclición. Y no importa especialmente, que esta tradición sea añeja o joven-. Lo yue verclacleramente importa, es que sea; y que todos los feste ros aceptemos nuestra parte cle responsa bilidad en conseguir que con independen cia de la edacl de nuestra fiesta, demos convenientemente la «talla», o lo que es lo mismo, no patenticemos una falta de serie clad «festiva» e irresponsable. Llegados a este punto, debe quedarnos muy claro que la fiesta sin alegría no sería tal, pero iojo!, alegría significa también -paradójicamente- contradicción, pues debe ser una alegría con serieclacl. Es decir, con responsabiliclacl. Y ya más profunclamente, responsabilidad significa volcarse totalmente en ella -por la fiesta- y para el gozo maravilloso cle la conmemoración que ilusionadamente programamos -yuié rase o no- entre toclos. Todo esto conlleva a que una vez reci bido nuestro premio -la satistacción que la FIESTA nos coiicede, al haber pocliclo dis frutar de ella-, y sienclo conscientes cle nuestra condición de pequeña partícula, con una muy eviclente capaciclacl cle fami liarización con toclo el resto cle partículas que formamos el hermoso linaje festero, valoremos intrínsecamente que la serieclacl es la que nos ha otorgaclo el clon cle la ale gría manifiesta. Sin nuestro minúsculo átomo participativo, la FIESTA no hubiera siclo igual para nadie. ;Ni tan siyuiera para nuestro venerado benefactor San Antón! Por la FIESTA, por nosotros, y por SAN ANTÓN, ;viva la seriedad! Gracias, Elcla. seriedad! ;Mcry fuerte el adjetivo!, pero una vez analizado comprenderemos que sólo es fuerte en senticlo gráfico. No lo es tanto en su acepción humana. Porque si bien es cierto que al utilizar lo en nuestro entorno social, parece que estamos clicienclo que hay que ser riguro sos en extremo en la manifestación de nuestra «festividad», no lo es tanto cuando lo utilizamos con el único propósito de revelar públicamente que la fiesta es aimportante», y en consecuencia, clebe ser fiel reflejo cle las ilusiones que todos y Carlos Amo Sirvent Embajador Gistiano En a,,radecimiento a todos aquellos tésteros que con su esfuerzo hacen grande la FIESTA, y rnuy especialmente a los que -para mí inmereciclamente me agasajaron con la máxi rna clistinción que una rnoclesta partícul a tés tera puecle imaginar. EI «G^istiano de Plata», el cual brinclo a la GR^AN F^IMILIA FESTERA de la que formo parte. A ó ^ d ero d a ontes enhiestos y ca^ules como endurecidcas Z^tgrilnas que circuncláis nuestro Vcalle con ternurct de pestañas; aguca en lct roca dormicl^a; cave en topctcios del Alhci; viento rosado del Véspero; nota errante de ecampctncas...; flores, estrofas de sol en lca tierrcz ^lesterradas; lágri^ncas de soledced iricliszando la ccalm^a...; celajes, ignotas almas...; ctsomcaos al Valle de Elda, a ver las Ahanderadcas. Abejcas de oro, dejcacl lcas flores de lci montañca; hccy ^n^cs néctar en los l^hios de nuestr^as Abcanderadcas. Una es paloma sin lí^nites en transparenciczs ingráviclas; otra es reYnanso de estrell^as temblorosas de alborada; ésta es miel clelicuescente; clquella es ritmo de llca^na: ésta, pcclma sin orillcas en lneri^i^nos clel calmca... i Torrenter^a de hermosur^! iNúhil coll^r de la gracici! FRANCISCO MOLLÁ MONTI:SINO.S (IZez^istu «,ti7^^ros 7^ Cristianus», 19^_i^ ^!7 ^;.t^.ill A[^ ^. ^ I ^^ _ , { ._ ^. ,/ r.^ ^^ ; ^^ ^.,_^ =^ !^^ F,,., . ^^*^*5...^ ^^ gR1Y ^ uii o rió o óci ^ o ó^ ^o rot y ^ riiéi o n o ^ ebido a los casi ocho siglos de invasión y convivencia entre mo ros y cristianos en nuestra penínsu la, no es de extra ñar el que ambas culturas se benefi ciaran de sus mutuas influencias. Ya dice Valdeavellano en su Historia cle EsparM que «al ser las costumbres musulmanas más refinadas que las hispano-visigodas, los cristianos, Ila mémosles así, adoptaron y aprendie ron muchas mís cosas, quizá, de los moros, que a la inversa». Lo que no cabe duda es que el pueblo ^rahe de aquella época, trajo consigo unas costumbres tan diferen tes y refinadas que no fue posible ignorarlas ni escapar a su hechizo. Muchas de ellas perduran hasta nuestros días, no en vano com^ivieron, pacíiicamente unas veces y belicosa mente otras, las tres culturas: musul mana, judía y cristiana. Así los nuevos gobernantes mci sulmanes, que establecieron su capital en Córdoba, pactaron con los nobles godos, que les habían ayudado a entrar en la península res^^etanclo sus posesiones y privilegios. No se obligó a nadie a convertir se, al contrario, se permitió a aistia nos y judíos practicar sus respectivas religiones e incluso los musulmanes compartieron las iglesias con los cris tianos, antes de edificar sus propias mezquitas. Nuestro gran Rey Jaime I, accnió la moneda Ilamada millarés a imita ción del dírhem almohade para nego ciar con AI-Andalus. Ambas monedas eran cuadradas con caracteres árahes. Las ciudades hispano-musulmanas se parecían a las ciudades árabes del norte de África y el Medio Oriente. En el centro tenían una medina o ciudad amcn^allada donde estaban los princi pales mercados, el Alcázar o residen cia gubernativa y la Mezquita Mayor, y rodeando la medina estaban los barrios periféricos. La importancia de las ciudades árabes se medía por el número de sus puertas. En la época del Califato Ome ya, Córdoba contaba con 300.000 habitantes, cifi^a enorme para la Edad Media. Era una de las cuatro ciudades mayores del mundo junto a Constanti nopla, Bagdad y EI Cairo. Las otras ciudades hispanomusulmanas más pobladas eran: Sevilla con 83.000 hahitantes; Toledo con 37.000; Granada y Badajoz con 26.000 y Zara goza y Valencia con 15.500. Cuando se consideran equilibra damente todas estas cosas, nos damos cuenta de lo mucho que tenemos que agradecer a aquellos pueblos, c^ue a pesar de ser invasores, tanto bueno nos legaron e indirectamente el que celebremos las incomparables Fiestas de Moros y Cristianos. Concepción Quero Lacruz Í Í H d ri^éo Il o r a ^ s un ^n o ro^^ A J.A. Gili clue sin yní^scc^r^ y píiblicc^mente fice cc^pa^, co^i su testi^nonio, ^le hace^° g^°ancle lcc Fiest^. Una vez más encontré un teso ro; ^qué tesoro! Me lo dieron los doce marroquíes de la escuadra MOHAMED y por supuesto un incombustible fes tero llamado GIL1. No sé si habían explorado mi mundo 0 mi persona, lo que es verídico como la Fiesta misma, fueron los develos amistosos con que me cubrieron, capaces de qui tarme las telarañas propias del novato, y darme tiernamente la vivencia inolvidable para que en plena noche me encontrara con el corazón de un festero. ajo las luces, junto a cientos de personas, a un lado y a otro, entre mú sica festera y Ileno del colo rido resplandeciente de los trajes, vi Ilorar a un festero. No olía a jazmines, aunque lo parecía, bri Ilaba toda la calle como si el sol hubiera castigado a la noche e impertérrito no quería desapare cer. Sin duda en esos momentos existía un camino Ileno de rique za que palpaba el sentir de los magnates festeros, vacíos de conflictos pero Ileno de platina dos poemas. Pudieron ser treinta lágrimas -no pude contarlas- que se deja ron caer por sus ojos festeros, ojos entrecerrados que estaban viviendo unos momentos sumer gidos debajo de la Fiesta. Estoy seguro, fueron sus cíclicas trans misiones de festero que dejaron caer en su alma toda su vida. Inmóvil, casi tan estático como San Antón, como si cruzara por un bosque de helechos, como si fuera cortado por una tijera secreta, atravesó el silencio cle las bandas, un silencio alegre, y se posó en mucho ŝ sueños y en un reposo sutil y deleitoso. La atmósfera que sintió es de las que no oscurecen, ni soporta relámpagos, es la construcción extraordinaria que fabrica am bientes festeros desiertos de apa tía y Ilenos de ilusión. Fue un acto que obliga a muchos a poblar la tierra festera y relanzar este reino tocando sus orillas misteriosas. Es el festeris mo exquisito que ha recorrido una larga geografía dentro del corazón, con ternura, sin arrugas y con San Antón en el pecho. Me sentí halagado porque le comprendí, no he cultivado ese inmenso misticismo pero he recorrido su trayectoria y he conocido este mundo, pero no conocía al festero. Sus huellas marroquíes continúan estando debajo de los techos, sobre las calles, como si el pañuelo que seca su conocido sudor lo hubiera ido derramando con dolor y alegría. Salí ganando, nadie perdió, las lágrimas luminosas quedaron allí resplandecientes como hojas caídas hace mil años en el an gosto bosque, Ilenas de vínculos para que las recojan los futuros festeros. Amigo moro, continúa con sumiendo el polén festero y deja que tus hechos y tus palabras se empapen de las vibrantes trans parencias que patentan tu vida. José Luis Bazán López E I ^^Idj . dd ... una ^ o r^ a d i a^l i^ a orrían tiempos lejanos, en un poblado zíngaro... Se presentó, como hecho, cómo un hombre sabio se encontró, en un lugar conocido y de cier to misterio, un antiguo manuscrito sobre un viejo pergamino, y en el que figuraba, en extraña lengua, un relato, con título: «EL PAIS DE ZINGARIA» Ese sabio y conocedor de todo lo antiguo y para el que ningún lugar era desconoci do,... iDudó! Había oído que ese País no era mas que una leyenda. Sin embargo, quedó comprometido por saber el contenido de su hallazgo. Comenzó su lectura y, pronto, se quedó sorprendido al encontrarse con la adverten cia siguiente: «Cuídate, ;oh lector!, que tienes este texto en tus manos, si vas a iniciar este viaje y, deseas, de verdad, Ilegar a dicho País de Zingaria, no dejes de ver todas las indicaciones del camino aquel que te Ilevará a ese nuevo lugar. Lo debes con seguir, por tu único deseo, y conocer el País donde todo hombre y mcyer son feli ces y todo es transparente, de color, calor y alegría. Si permites que tu dejadez te impida ^ pasar estas páginas, perderás el camino a este País, ya que este escrito se encuentra dispuesto tanto en el tiempo como en el espacio». EI hombre sabio, decidió su lectura, y atenerse, completamente, a las recomendaciones del manuscrito, para iniciar el viaje a dicho País. Para ello, debía poner todo en orden y emprender el viaje... Pues bien, había en aquel lugar cma morena mujer, mcry bella. Y su espléndida carreta era lugar frecuentado por artistas, científicos, juristas y toda la alta sociedad del lugar. Las demás mujeres la em^idiaban y sentían celos por el hecho de su éxito, pero ella no era feliz. A pesar de su bondad y sensibilidad, habíase apoderado, de su alma un gran sentimiento de vacio. Se enteró del viaje que el hombre sabio tenía proyectado y fue a buscarlo a su tien da, a pedirle que la Ilevara con él a buscar ese País. Le parecía que sentía amor por ese nombre. En vano intentó éste disuadirla para que no corriera con él todo ese riesgo y no parti cipara en una expedición tan peligrosa a un País desconocido. Ella, mostraba con insis tencia, gran perseverancia y mucho ánimo. Parece que también el hombre sentía amor por ella. Finalmente, aceptó Ilevarla. Comenzaron el viaje... vas casas, unos micrófonos para oir todo lo que se decía en privado, Y esa es la razón por la que esas gentes habían dejado de hablar de amor entre ellos. No eran telices y la materia era opaca. Continuaron, sorpren ^didos, viaje... Llegaron a cm País, Ilamado Blanco, Tras largo camino, Ilegaron a uno de los donde todo era de tal color. Encontraron ciu Ilamados Países Rojos. Y en ellos todos los dades, sin árboles, donde las casas, tan altas objetos eran rojos, salvo las rosas rojas y la que tapaban el cielo, servían a habitantes sangre, que parecían blancas. Era un país que vivían en porciones de ellas y disfruta inmenso, y se construían ciudades con una ban de lujos extremos. Su vida era monóto ^^aPidez rayana en la locura. Tenían prohibi na y no eran felices. La matcria no eia trans dos los aparatos de radio en las casas y se parente. Siguieron viaje... habían instalado altavoces en las calles. Sólo Llegaron a otro País, Ila se permitían emplear, en su lenguaje, frases hechas por sus jefes, no se permitía ninguna mado Azul. Hacía mucho otra expresión. No eran felices, y la materia frio. Todo tomaba esa tonalino era transparente. Continuaron viaje... dad. Sus g r a n Todo roca y arena, salvo algo de verde. Las montañas eran ruinas de ciudades y pueblos. Quedaron sorprendidos por su nombre, pero pronto puedieron saber que estos Países Verdes se encontraban /^ _ cubiertos de campos y jardines y, en ^` ` sensibili dad, tenían sus ner vios a flor de piel. Reque rían mucho orden y se regían por estrictas reglas y números. Vivían en habitá culos idénticos y una oscura melancolía les inspiraba un tiempo tenebroso. No eran teli ces y la materia no era transparente. Siguie ron viaje... Encontraron otro País. EI sol, radiante, les descubrió un País de destellos, Amarillo. Había hermosos palacios, bellas casas, y la gente, vestida de negro, demolía sus hermo sas construcciones para construir habitáculos sin ningún carácter, de nuevos materia les, como cajas de cerillas. Sus jefes les pro metían lujos extremos a cambio de sus anti guas mansiones que demolían. Se percataron de que sus jefes habían instalado en sus nue h a b i ta n Su encuentro fue con uno de los Países tes, de Verdes. Eran inmensos, estériles y desérticos. ellos, vivía un pueblo feliz que podía satisfacer todas sus necesidades y deseos. Hacía cro sol cálido, y había flores, frutas y cereales. EI tiempo era suave. Sus cuerpos eran sanos y robustos hasta el día que Ilegó un hombre que había inventado una máquina que hacía el trabajo de los hombres y de los animales. Los habitantes se abandonaron y dejaron que la máquina trabajara en campos, jardines y casas. Por avi dez y avaricia, se cebaron en la tierra, sacando de ella lo que fuera posible. Pron to, drenaron toda la tierra, que, sin devolverles nada, se volvió estéril y todos los anima les perecieron. Los hombres, privados de carne y leche, recibieron de sus jefes, pan y plomo, ya que la máquina era lo que podía producir. No pudieron digerir el plomo y mcry pronto tuvieron que ingerir grandes cantidades de medicamentos de amargo sabor y sales repugnantes para poder digerir lo. La población fue desapareciendo... De esa desdichada población, solo quedó cm campesino y su mujer, que vivían en paz, en un valle desde tiempos remotos. Eran felices y tenían cuanto deseaban, se amaban y habitaban en una cómoda choza que habían construido mucho tiempo atrás. Jamás se les ocurrió la idea de abandonar el valle. Lá choza del campesino parecía ser la meta del viaje pero se dieron cuenta de que el camino se hacía duro y la mujer se sintió incapaz y el hombre tuvo que Ilevarla sobre sus hombros. Ella le inclicaba el camino y el hombre sintió redoblar sus fuerzas. Llegaron a la cabaiia antes cle la puesta clel sol. La mujer Ilamó a la puerta y la campesina quecló asom bracla de ver a los recien Ilegaclos. EI campesino se alegró al ver unas per sonas que venían cle algún país lejano, más allí cle su limitado horizonte, y les rogcí enU^aran en su morada. Se clieron a conocer, intercambiaron bromas, y toclos se clivirtie ron y rieron cle buena gana. Estos clos habi tantes del valle vercle eran felices. Pero la materia no la veían transparente. Por lo tanto, el Valle Vercle no era todavía el País doncle iban. A la mañana siguiente, se clespiclieron de los campesinos. EI viaje sería largo... y se vieron sorprencliclos al ver que sus anfitrio nes les habían preparaclo una carreta, con todo lo suficiente para su marcha. Con gran agraclo, marcharon a su clestino. Tras largo trecho, se encontraron en un país_montarioso y acciclentaclo. Obsen^aron que, al ascencler, la materia se iba hacienclo mas transparente. La naturaleza les permitía traspasar, graclualmente, sus secretos, pero seguían sin ver a nadie. Se les revelaron todas las leyes cle la química y cle la clinámi ca, cle la hiclrología, cle la fisiología y cle toclas las clemás ciencias. Habían penetraclo en los secretos cle la psicología y poclían leer el pensamiento del otro, sin hablar. Continuaron mohínos, sin hablac La mujer, clistraícla, canturreaba suavemente aquella canción. Vio que el hombre se revol vía internamente contra la forma cle la can ción a causa cle fallos en las proporciones cle las progresiones matemíticas cle sus onclas sonoras por cm clefecto cle sus cuerclas voca les. Sintió, ella, un gran malestar, ya que le pareció yue el hombre había dejaclo cle amarla, y se acorclaba cle que a él le gustaba su manera de entonar esa misma canción y le encantaba ese clefecto en su forma cle can turrearla. Se sintió hericla por el rechazo clel hombre y se calló; y la tensión entre ambos, aumentó. Continuaron su ascenso y Ilegaron pron to a la región cle las nieves. La transparencia cle la materia aumentaba, y Ilegaron a ver los ítomos y moléculas que constituyen los metales y las rocas. EI hombre poclía trans formar cu^ metal en otro. Se recreó en encon trar la pieclra (ilosofal que tanto habían bus cado los antiguos y en la iclea cle que si la clescubría, regresaría entre los hombres, claría oro a los pobres y todos se harían ricos, y se suprimiría la miseria, y toclos los hom bres serían felices. Hicieron ^randes esfuerzos para proseguir el camino, pero pronto se vieron agota dos de fatiga y deciclieron pasar la noche allí en cloncle se encontraban. EI frío era perma nente. Encenclieron un fuego para calentarse. Trataron cle calentarse bajos sus ropas y man tas, acurrucaclos uno contra otro, dentro de la carreta. EI cálido calor cle sus cuerpos les hizo oh^iclar cuanto ocurría a su alredeclor, salvo el amor que sentían. Y, luego clurmie ron hasta la mañana. Cuanclo clespertaron, prepararon cm clesaycmo, y vieron, entonces, a un caballero yue les miraba y que no habían visto acer •%^ , ^J . , ^^ ^ l ^ carse, sah^o en el momento en que pasaba. Fue el caballero el primero en saluclarles con gran cortesía. A lo yue responclieron con mayor cortesía y le rogaron que compartiera su clesayuno. EI caballero les preguntó qué les había Ilevaclo a ese lugar y cuál era su destino. EI hombre responclió que querían ir al País cle Zingaria y que, pensaba, ya no estaban muy lejos cle él. Debía estar cletras de los glacia res. EI caballero se rió y clijo que no existía en parte alguna, país con ese nombre. EI hombre le preguntó lo que sabía al respecto. EI caballero cogió una piedra y la lanzó con toclas sus fueizas mas allá de los glaciares, pucliéndose escuchar con sumo silencio, pero no oyeron ruiclo al,cmo, como si un abismo se la hubiera tragaclo. EI hom bre clijo: «Zingaria no se encuentra clonde habéis lanzaclo la pieclra, sino cletrás cle esa cima nevacla», indicanclo el lugar en el que se encontraba la somhra cle la carreta. Pero, gran fue su sorpresa, al contemplar que la cima había clesaparecido. EI hombre se lanzó al manuscrito, pero lo encontró en blanco. EI hombre reprimió su clescontento ante la mofa clel cahallero, y replicó: «Tengo la cer teza cle encontiar Zingaria allí abajo, incluso si el viejo manuscrito me abanclona». La mujer había concebiclo un hijo cle él en sus entraiias. No cleseaba ancuiciárselo, pues sabía que él abanclonaría su meta, que había sido el objeto de toda su vicla y que perclería toclo su senticlo. ^ EI hombre comprenclió que clebían sepa rarse y le rogó que aceptara volverse atrás, en lugar de persisitir en correr otros riesgos, ya que habían percliclo el camino. EI hombre se ^olvió hacia el caballero y le rogó que acompaiiara a la clama hasta sus orít;enes, y prometiénclole el caballero que la Ilevaría con tocla seguriclacL EI apuesto caballero clijo, sonrienclo: «;Que extraiio es ver, cómo cro sabio se aterra a un viejo manusaito para que le guíe hacia una coli na cle nieves, aunc{ue sepa que los glaciares se encuentran en un constante movimien to!». Así, se separaron el hombre y la mujer, y sus corazones se Ilenaron de pena y tristeza. La mujer partió con el caballero, dejanclo al hombre inmerso en su trabajo y estudios cle trigonometría, sus levantamientos y sus observaciones, etectuaclos con ayuda cle sus instrumentos y tratanclo así cle encontrar cle nuevo el camino. De esta forma, prosiguió toclo el día, con sus trabajos y encontránclose a la caicla cle la tarcle en el lugar en yue había pasaclo la noche prececlente con la mujer, ante la som bra cle la carreta. Encendió fuego y las Ilamas comenzaron a hacer danzar cle nuevo la figcna cle la sombra cle la carreta. Por su clesesperación, se puso a hablar con ella... y de ella, sintió: «Los glaciares perpetuos se han tragaclo tu anhelo: Has escapaclo de lo poco que tenías, para alcanzar una quimera que, en el último momento ha despertado tu coclicia. Por servirte cle tu alma, ahora, has elegiclo un sueiio. (Con voz entrecortacla) Tus penas han cesaclo, has Ilegaclo. Aquí está tu sueño. Mi ser, alberga ensueiios y satisiace que brantos». (La carreta se iluminó y clejó cle clar sombra). AI salir la Icma, la imagen de la carreta, con el reflejo cle toclos los colores comenzó a bailar sobre la lumbre. La montaiia helacla, se transformó al compás de aquel baile, y con aires cle compliciclacl su reflejo, se fue cliluvenclo en el rescolclo cle las brasas como un amor nocturno. EI resplandor cle la luna, iluminó la noche. También moriría y la carreta, volvería a ser la quimera de cualquier otro hombre sabio, que la pretencliera. La carreta, Ilevaría siempre clentro toclo el feliz calor cle la ilusión y el amargo enre clo cle cm esperaclo cuento. José Pascual Casáñez Bañón Zín^aro D e aEa víot Femeninot 1 Comparsa eldense cle Moros Musul manes convocó un concurso, a finales del año pasado, con el fin de dotar a las féminas de la Comparsa de un traje oficial. La medida estaba justificada por el hecho de que, al parecer, y como quie ra que el atuendo festero es it;ual para ^u^os c^ue para otras, éstas introducían en él leves modificaciones, por considerarlas más adecuadas con su condición femenina. Supongo que cuando esta Revista salga a la luz, tal proyecto de cambio será ya una realidad. Y convoca do yo, amablemente, para Ilenar un hueco en la publi cación, quisiera hablar, y confío en que no sea desvariar, sobre este asunto, que por diversas circunstancias a las cuales es innecesario referirse, no me es ajeno. AI menos, si no en Elda, sí en mi ciudad natal. Claro está que no pretendo, ni mucho menos, dar luz sobre la cuestión, ni pontificar acerca de aspectos que como en el caso del vestido de la mujer, y mucho temo que en tantos otros, ni domino ni siquiera entien do. Sino dar mi parecer acerca de estos camhios, en uno de los cuales anduve metido, sin ánimo de polé micas ni enfrentamientos. Estoy pronto a abdicar de posiciones personales si las distintas y opuestas tienen la suficiente enjundia para invalidar las que yo esta blezca. EI papel de la mujer en la sociedad actual es mucho más digno y elevado que el que ha venido desempeñando hasta hace muy poco tiempo. Bien es verdad que todavía queda camino por andar en esta concreta diacronía c^ryo primer vagido data de hace poco más de dos si^los, con ocasión de la revolución francesa. Pero como ocurre en algunos movimientos o tendencias, existen en ésta partidarios desaforados cuyo ardor sobrepasa lo razonable hasta el punto de que Ilegan a perjudicar la causa que defienden. Me refiero con ello a la postura de ciertas feministas que aspiran poco menos que a considerar a hombres ymujeres de tal forma y manera que no existan más diferencias entre ellos que las inmutables que la sabia y previsora naturaleza tiene establecidas. Con lo cual no estoy yo de acuerdo, y lo declaro con la prudencia de que me revisto más arriba. Soy no el primero, pero uno más de los muchos en sostener que no debe existir ningún privilegio para el varón, y que nada que este usufructúe puede ne^;arse a una mujer por la circunstancia de su condición femenina. A la hora de aspirar a cualquier lot;ro, o a la de dis cernir quiénes deben asumir cometidos y funciones,no hay hombres ni mujeres, sino seres humanos. Lo que viene a significar que ambos tienen idénticos derechos, y en tales situaciones hay que hacer abs tracción del sexo. Pero todo lo dicho no significa que sean o hayan de entenderse como iguales y que sea aconsejable ^ma actitud tendente a oscurecer o borrar las diferencias que, que quiera o no, nos distinguen y diversifican. Así pues, yo opino, descendiendo a menudos ava tares como el del traje festero, que está bien que la mujer, cuando existan factores que lo hagan necesario, que tal vez sea frecuentemente, tenga un atuendo dis tinto al del varón. Justifican esta afirmación algunas menudas razones de orden práctico, apenas importan tes ante otros dos factores decisivos en este aspecto. Uno de ellos es el anatómico, y otro el psicológico. Anatómicamente somos distintos, verdad obvia y perogrullesca; y es natural que determinados trajes que se acomodan perfectamente a las características de un sexo, no se adapten adecuadamente a las del opuesto. Y en este caso cabe considerar razonables las demandas femeninas en algunas Comparsas de modi ficar en el caso de ellas, siquiera sea levemente, un atuendo pensado y realizado para hombres. Creo que poco podrá objetarse ante esta situación y tales demandas. Psicológicamente somos también distintos, siquie ra sea en líneas generales y salvando excepciones o casos aislados. La mujer, entre otros factores relacio nados con su conducta, sus preferencias y sus reac ciones, da una importancia notable a todo lo que se pone encima, normalmente mucho más que el hom bre, sin olvidar también las consabidas excepciones. Justo es que se vista con aquello que más le agrade o quién sabe si con lo que ella cree agradar más. La ten dencia femenina de embellecerse en cualquier aspec to para gustar más al varón, es legítima y menos super ficial de lo que tras un apresurado juicio pudiera parecer. Tal vez esta propensión hunda sus raíces en inclinaciones instintivas que están presentes en determina das especies inferiores, con las que naturalmente tanto tenemos en común. Por otra parte, no cabe oposición lógica al deseo de la mujer de parecer más bella, circunstancia que no puede ser más grata para el varón. Belleza que será siempre el resultado de un conjunto armónico en el que se compendien elementos de todo orden, incluso espirituales. Puesto que la belleza, la tantas veces indefinible atracción que ejerce la mujer sobre el hom bre, no se reduce a esa brutalidad condensacla en tres cifras en las que algunos resumen el ideal femenino. No obstante todo ello, y volviendo a los cambios en el atuendo festero de la mujer, las actuaciones en tal sentido nunca podrán constituirse en una patente de corso conducente a que un grupo de ellas adopte cualquier traje establecido a capricho o en virtud de lo que el espejo les inspire. En lo que a la Fiesta se refie re, lo aconsejable es que el atuendo de la mujer tenga una clara relación con el masculino; y que responda a la personalidad de la Comparsa y a su identidad. O dicho de otra forma: que armonice con el del varón y con la idiosincrasia de la agrupación festera. Una de las razones de orden práctico a las que ^ ^ antes aludía, sería la de que un atuendo acertado, que aceptara el conjunto femenino de una Comparsa, constituiría el elemento característico y definidor de la mujer en ella. Y cortaría la excesiva proliferación de trajes especiales que hacen perder, o al menos amino rar, la específica individualidad de los conjuntos feste ros. Es esta una razón que yo considero válida aunque haya quienes no piensen así. Mi opinión, discutible, naturalmente, con la que muchos no estarán de acuer do, es la de que una Comparsa es una asociación fes tera definida, específica, caracterizada por determina dos aspectos, el más importante de los cuales, visualmente, es el atuendo. Por esta razón pienso que las escuadras especiales han de ser escasas; deben servir para añadir, de vez en cuando, un complemento sin gular, un superádito que rompa la monotonía, una nota de distinto color, una intermisión que interrumpa visualmente el discurrir del desfile. Pero nada más. No se me oculta, sin embargo, una dificultad im portante. Me refiero a la existencia, cuando la haya, de escuadras mixtas, las compuestas por hombres y muje res. En este caso, la escuadra, estéticamente, no se caracterizaría como hasta ahora, por constituir un con junto compacto y uniforme, puesto que las diferencias entre el atuendo masculino y el femenino serían visibles. Del grado de notoriedad y posible discordancia de tales diferencias, dependerá, en cada caso, la solu ción a establecer. Que haberla, la habría, a la solución me refiero, si al fin y al cabo se considera adecuada y se adopta la división de atuendos. Alfredo Rojas F^^o T^IIa R^6^, ^^ ^^Ee á a ^a Eie ^é a un poeo o^vi ó a á o s poco menos que imper donable el olvido en que se ha tenido en las revistas de Moros y Cristianos a este hombre, venido a Elda en el año 1952 por traslado desde Salamanca por el Ministerio de Educación por su condición de maestro nacional. Pero más debemos comprenderlo en razón a que una gran mayoría de festeros actuales y de perso nas que con más o menos asiduidad han continuado en la organización de las fies tas no conocieron su paso por Elda. Francisco Tetilla nació en Salaman ca, siendo periodista de profesión com partida con la de maestro nacional, en cuya capital participó en diversos perió dicos y revistas de la ciudad y provin cia. Su destino estuvo en el Colegio «Padre Manjóm. En Elda tardó poco en granjearse la simpatía y cariño de los elden ses y de su alwrrnado, muchos de los cuales deben recordarle todavía con satisfacción; continuó su labor periodística en diarios de la capital y atendiendo a las agencias EFE y ALFIL, nacionales. Le supuso poco esfuerzo adaptarse a la vida de Elda, a sus costumbres, historia, tradiciones, a su actividad en gene ral y particularmente a las fiestas septembrinas y de MOROS Y CRIS TIANOS, con las que colaboró asi duamente por medio de su ágil pluma, y cuyas revistas nos han dejado un recuerdo indeleble. A más de su ape Ilido solía usar los seudónimos P. Tilla, T. Tilla y otros. Sus trabajos poéticos traspasaron los límites eldenses, siempre titulados CONATOS DE HUMOR. Fue cronista oficial de la ciudad, director de la revis ta de Moros y Cristianos, autor de nume rosas obras teatrales y cuentos siempre con carácter humorístico, especialmente dirigidos a la juventud, autor de la letra del pasodoble «ABANDERADAS» (que muchos desconocerán), al que puso música el entonces director de la Socie dad I.M. «Santa Cecilia», Antonio Can del, cuya composición, completa, letra y música fue publicada en la revista del año 1955 y Presidente de la Asociación de Corresponsales de Prensa y Radio a la que pertenecíamos todos los corres ponsales. Aunque se sintió siempre mcry eldense (ya decimos que Tetilla y Elda se captaron inmediatamente), jamás olvidó a su Salamanca, donde solía disfrutar sus vacaciones estivales, sin abandonar sus agencias periodísticas que ponía en manos de wi compañero. Su cargo al frente de la revista, en su dirección, sirvió como aliciente en la época de decadencia de nuestras fiestas y a su pluma, en una buena parte, se FRANCISCO TETILLA RU810. debió el resurgimiento de las mismas, pues no dejó de publicar sus comenta rios favorables en prensa y radio. Para conocimiento de nuestros fes teros y lectores, para que su recuerdo perdure y ocupe en la fiesta el lugar del que es acreedor, con la noble intención de que algunas de sus obras sean cono cidas y admiradas, de sus CONATOS DE HUMOR hemos elegido lo que en una revista de las fiestas, muy pasadas, fue publicada y en el cual se refería muy humorísticamente a todas las comparsas que compartían entonces la fiesta. La titulaba así: CONATOS DE HUMOR Cancionero de la Fiesta Te has puesto tan rebonita con tanto lujo y tal arte que hasta el caballo que montas se vuelve para mirarte. Como un bandido feroz te has puesto entre los piratas. ;Quién te conoce después freganclo la loza en casa! Dices que soy egoísta porque me parece mal que siendo moro realista no me entregues un real. Pides batallas de flores y una comparsa de suegras. Entre pétalos de rosas iban a Ilover las piedras. Ni en la comparsa se entiendenRobustiano v la Calixta. ÉI defiende a los Piratas ella a los Contrabandistas. La que se casara en Elda debiera estar obligada a Ilevar certificado de haber sido abanderada. No sé si tiene razón cuando asegura tu suegra que has escogido ser moro por tener la sangre negra. Te has visto de abanderada y tan preciosa te pones que a tu paso por las calles vas robando corazones. AI verte tan deslumbrante, tan bonita y tan compuesta no es extraño que tu novio tenga celos de la fiesta. Soy contrabandista, nena, y para mí no hay tesoro como el dulce contrabando de tu corazón de oro. Con sesenta años cumplidos canta, baila y se refresca... dice que después de muerto tiene que animar las fiestas. Si eres cargado de espaldas no salgas de capitán, porque vas a ir jorobado y nos vas a jorobar. Vicente Valero Bellot 7^ N o^d^ojd ^I ^^^^^o uiero dedicar estas líneas como homenaje y reconocimiento al músico, a ese chico o chica y a esa madre o padre a quienes también les gusta divertirse y que también tienen otras preocupaciones. No sé qué tienen las orquestas pero espe cialmente las bandas en donde el individuo de saparece en el anonimato; hay banda o no hay banda, pero n^rnca hay músicos. No le pregunten a nadie que h1ya visto pasar a ^ma de ellas quién iba tocando el fliscorno. Iban pocos o iban mu chos simplemente. iQuién va a negar la necesidad de las bandas de música en nues- ^, / tras fiestas y especialmente en las de MOROS Y CRISTIANOS! Desde el momento en que sue nan los primeros compases de un pasodoble festero se encuentra ya tan natural su presencia que solamente cuando falta es cuando nos damos cuenta de su nece sidad. Sin ellas no hav fiesta, son como el aire que respiramos, pero... than visto Uds. aplau ^ dir en algún desfile a alguna de las bandas por la interpretación , de alg^ma pieza, por la uniformidad y clignidacl de su vestuario, por el orden y disciplina de su marcha, por el número de componentes...? En ^ma banda hay clarinetes, saxos, trompetas, cajas, flautas, pero también hay bombardi- nos, saxos barítono, oboes, tubas, trompas, fagots... y en muchos de ellos se distinguen primeros, segundos, terceros,... y del conjunto sale la melodía. Sólo en alg^rn momento se destaca ^m principal, pero la norma es que prevalezca el conj^mto, el equipo, la armonía. De ahí le viene su fuerza y ahí está precisamente la causa de que el músico pase en la mayoría de las oca siones inadvertido. Pues, aunque sea una perogrullada decirlo, detrás de cada instrumento hay una persona. Sólo a lo largo de algún concierto puede recibir ese chico o chica el reconocimiento del público por medio de los aplausos. Es una satisfacción acompañar a la banda en cual quiera de sus pasacalles y constatar la alegría general con la que es recibida a su paso; cómo salen a los bal cones, se asoman a las ventanas, se detienen en la calle, sonríen, tararean la melodía acom pañada con palmas, y de ^ma forma refleja, interpretan con el contoneo de sus caderas y el movimiento de sus pies el paso del desfile. La música une, reparte sonrisas y alegría. Pero la bancla sólo es un concepto creado por nuestra mente. La realidad la constituyen 40, 50, 80 músicos coor dinados, cada uno con su nombre y apellidos, con sus problemas y alegrías, con sus sentimientos y angustias. Unos músicos que a veces se han acostaclo a las 5 cle la mañana alegrando las veladas nocturnas y que a las 8 tienen que acudir porque hay que ir a ^ buscar a la abanderada o comienza el alarde. Unos músicos que a veces tienen que sufrir largas horas de espe ra sentados en aceras y bordillos, con sueño, con los labios doloridos, y sin embargo ahí siguen dispuestos a darles a los demás la alegría que piden. Por ^ todo ello hoy me gustaría tener una pluma que supiera escoger mejor las palabras y multiplicarlas de formas distintas para dedicarles este canto, esta dedicatoria de reconocimiento. De .cualquier forma mi intención es manifiesta: GRA CIAS MÚSICOS. Continuad la fiesta. J. Casao ^^ 11 Fd ^ i z ^ u mP l e s ñ o t ^^ ran muy jóvenes. Los funclaclores cle esta escuaclra de Estucliantes cran m^ry jóvenes en una comparsa en la que abunclaba la gente joven. Para mí, la Com parsa de Estudiantes ha siclo escuela de festeros. Ha iniciaclo a muchos jóvenes en el clisfrute cle los moros y cristianos. En aquellos tiempos las escuadras de chicos y chicas se suce clían como las olas cle cm océano negro en el que las blancas golas rompían la monocromía como la espuma en la tor menta rompe la superficie de rm embra veciclo mar. Muchos jóvenes estucliantes han nutriclo, con el paso cle los años, otras comparsas cle desfilar más reposa clo. Las volteretas, las carreras y el labe- ríntico y trepiclante caracol estucliantil requiere tanta energía y tanto amor a la comparsa que no toclos los que empeza ron continúan en ella. No son muchas las escuaclras cle estucliantes que han cum pliclo 25 años en la fiesta y entre ellas, entre los elegiclos, está la escuadra aPipi». Escuaclra «Pipi» . Escuadra de nom bre ambiguo. Cuando mi amiga M. Luisa me honró con la tarea cle escribir cmas palabras sobre su escuaclra estuve tentado de hacer averiguaciones clel porqué de ese nombre, luego pensé que mejor no. Prefiero fabular. Me gusta inventar momentos, historiar lo que puclo ser, más que clar fe cle cm simple hecho acahaclo. Vamos a ver. zPipi? iDe dónde puede venir este nombre? Si tenemos en cuenta la acep ción escatológica clc la palahra pocle mos pensar que el que le puso el nom bre a la escuadra se acorclaba de cuan clo era pequeño y en el «cole» le apre taba la necesiclaN. Entonces levantaba la mano y le clecía al maestro: zpuedo ir a hacer pipí...? No, la verdad es que no me parece que sea este el origen clel nombre de la escuaclra. Veamos otra teoría. Pi es la fórmula cle la relación matemática de la cuaclratura clel círcu lo, 31416. Pero pi suena a poco y aña clieron otro pi por aquello cle la eufonía palabreril. Aclemís, eran muchos, clos escuaclras. Así que una escuaclra es pi, la otra pi, y las clos: aPipi». No. Creo, y lo creo seriamente, que « Pipi» viene cle la onomatopeya clel soniclo cle una bocina cle coche. Era la señal apre miante clel paso cle un potente vehículo que venía arrollando. EI aviso de que se estaha creanclo una escuaclra que nacía pisanclo fuerte, que peclía su sitio en la comparsa, que prometía no ser flor cle un clía, sino el árbol de huena maclera que ha clemostraclo ser en estos 25 años. Árbol clc:l que han saliclo las tiernas ramas cle su escuaclra infantil. Desde su creación la escuaclra ha pasado por dificultades, por cliscusio nes, por escisiones mís o menos traumáticas. Como en muchas escuaclras tan veteranas, se da el caso de que ni son toclos los que están ni están toclos los yue son, pero eso es normal. Mis felicitaciones a los que no están, a los que están y, sobre todo, a los que son. Pedro Gras Chinchilla Marroquí La F ic^E a óc ^o i o ^ y G ii E i a n o i d^ E lda t 16^Y11 ^016 ^YII BOiÓII , n la celebración del cincuenta aniversario de la aparición de la Comparsa de Marro quíes, se decidió, como uno más de los acto, que iban a servir para engrandecer ese momento y a la Fiesta en general, el encar gar a José Luis Bazán, conocido investiga dor de la historia local, que realizara un estudio profundo sobre la historia de nues tra fiesta, intentando, en lo posible, Ilenar las lagunas existentes por falta de documen tos, a lo que José Luis, acostumbrado a estos retos, aceptó, eml^leando tres años en realizarlo. En su libro, luchando contra la carencia de docu mentación oficial sobre el pasado de la Fiesta, nos acer ca su interpretación personal sobre estos hechos, deri vada de la asimilación y posterior reflexión de gran can tidad de escritos de toda índole, que van, como es lógi co, desde los realizados por los historiadores locales y provinciales, a comentarios de Castelar, Azorín o Jove Ilanos, pasando por todos aquellos pregoneros y aman tes de la Fiesta que, sin ser eruditos, han aportado alg^m comentario escrito sobre la misma. Además, ha Ilevado a cabo este trabajo, huyendo intencionadamente del intelectualismo, que, por su ari dez, podría alejarlo de la esfera popular, a la que im^ita a acompañarlo en el análisis de estos hechos, enmarca dos en el contexto histórico-social en que nacieron, a nivel nacional y local. Por esto creemos que el gran esfuerzo realizado merece un comentario, como un grano más de arena que contribuya a aumentar la difu sión de su obra entre los festeros, a quienes, realmente, va dirigida. Empieza su libro desmitificando determinados aspectos de la invasión, en la que se dieron más pactos que batallas, por lo que no se da lugar, al menos en esta zona, a la consideración de nuestra fiesta, como representación histórica de alguna reconquista armada a ni vel local. EI origen de la Fiesta de Moros y Cristianos, según la teoría sustentada por la mayoría de historiadores, es la «soldadesca», que, constituida por antiguos militares y civiles, tenía como misión el acompañamiento con sal vas de arcabucería en actos religiosos o de rendición de honores, haciendo evoluciones en su desfile, cuyo ori gen fue, a su vez, las milicias creadas por Carlos I, en el siglo XVI, y desaparecidas en 1771, por la Real Cédula de Carlos III, que prohibía el uso de cualquier arma de fuego. A este acto se fueron añadiendo en épocas posterio res, multitud de elementos religiosos y festivos, para conformar la Fiesta que hoy conocemos, y que se aven tura el autor a situarla en tres épocas. En un ejercicio meramente especulativo, sitúa la primera etapa en 1836, basándose en algunos datos, tales como el incremento en el uso de pólvora en determina das fechas, el paralelismo con la historia de otras locali dades, y otros similares, acmque reconoce la inexisten cia de cualquier documento oficial que confirme tal argumento, y, por tanto, se encuentra con la imposibili dad de dar áetalles del mismo. En la segunda etapa, que inicia en 1864, ya se basa en los escritos de Lamberto Amat, por los que conoce mos que su origen y final fueron un tanto peculiares, contándose que se debieron al estímulo de un maestro de música que, molesto con algunas personas de Sax, hizo lo posible por crear aquí una fiesta parecida, para restar asistencia a los actos sajeños. Y en cuanto al final, fue propiciado, entre otras razones, por un suceso vio lento, en el que resultó herido el embajador cristiano, por un tiro efectuado por cro sacerdote fuera de sí. De esta etapa, nos cuenta, que se desarrollaba en tres días, teniendo como escenario el Altico de San Miguel, siendo preponderantes los actos religiosos, las guerrillas y las embajadas. Los bandos estaban dirigidos por un Capitán, que hacía las veces de Embajador, y era acompañado por una Rodela. Las comparsas, a cuyo frente estaba un Alférez con fcmción de portaestandarte, eran Catalanes, Aragoneses, Romanos, Marineros y una sola comparsa mora, de la que se ignora el nombre, y a las que se sumó, años más tarde la de los Garibaldinos. En la tercera fase, la actual, vuelve a ser durante los actos en honor a San Antón, en donde revive espontá neamente la actividad festera. Aunque los Moros y Cris tianos habían desaparecido, no había pasado lo mismo con el culto al santo, creándose en 1939 la Mayordomía de San Antón, en cuyas celebraciones tradicionales del mes de enero de 1943, se fraguó la reaparición de esta fiesta, con el conocido baile de una pareja de festeros, con trajes de contrabandistas prestados de Villena, que despertó los deseos dormidos de los asistentes por resu citar la Fiesta, poniéndolo en práctica al año siguiente con un desfile informal, que daría inicio al período más brillante de los Moros y Cristianos eldenses, ayudado por el desarrollo ya imparable de la industria del calza do, que logró que estos actos fueran a más cada año, no sólo por la elevación del nivel de vida, sino porque, ante la masiva inmigración de trabajadores, sobre todo de La Mancha y Andalucía, por el auge del calzado, la Fiesta se presentaba como una puerta muy importante para conseguir la integración plena en el sistema social. Quizás derivado de estos aspectos, distingue una diferencia importante con los festejos de otras locali clades, por cuanto el inicio de sus fiestas ha sido en orden inverso al nuestro. En aquellos lugares existía, inicialmente, un acto religioso, al que se le fue unien do la reconstrucción histórica y la dramatización de las guerrillas y embajadas, para, finalmente, añadirle los desfiles. En Elda, a los desfiles emanados de una iniciativa popular completamente lúdica, ha habido paulatinamente que ir sujetándolos a otras considera ciones, aumentando la importancia de guerrillas y embajadas, y enraizando estos actos con la presencia del santo. Todo esto ha configurado la peculiar perso nalidad de la fiesta eldense. En su desarrollo destacan momentos significativos como son: Enero de 1944, fecha del primer desfile, realizado por los Contrabandistas, Cristianos, Estudiantes, Marro quíes y Realistas, ya estructurados en comparsas mandadas por un Capitán, protector del estandarte, que era portado por la Abanderada, y compuestas por escuadras dirigidas por un cabo, subordinadas, en teoría, a la figu ra del Embajador de cada bando. En 1946 tiene lugar la aparición de los Piratas y Navarros, la constitución de la Junta Central de Com parsas y la decisión del cambio de fechas, debido al rigor del invierno, trasladando los actos al mes de mayo. En 1947 aparecen los Musulmanes, única propues ta aceptada por la Junta, entre las presentadas, imagi nativas pero anacrónicas o poco sólidas, de los Maseros, Moros Orientales y Marineros. de Música. Por otro lado, desaparece la Batalla de Contetti, y se recibe del Ayuntamiento la sede estable en EI Alminar. A partir de aquí, y una vez establecido el marco temporal en que se ha desarrollado toda la Fiesta, citan do sus momentos culminantes, realiza una disección de la misma en los componentes que la forman, estudian do cada cmo de ellos por separado. Estos componentes son, según él, San Antón como aglutinante de los valores tradicionales y religiosos, sin los que la Fiesta perdería su sentido; la Junta Central, cuya misión es la de controlar y fomentar la actividad festera, a lo que contribuye con actos como el Pregón y la Proclamación de Abanderadas y Capitanes, el Certamen de Música Festera, y realizaciones como la revista o el boletín festero; y, por último, las comparsas, que permiten la integración de los festeros en la Fiesta. A continuación, expone detalladamente el desarro Ilo de todos los actos, intentado explicar el origen, evo lución y estado actual de los mismos, pasando por las Embajadas y las Guen^illas, los Desfiles, ^^^ .^, ^ ^^ S S^^oR^ G.^^ 1 Y , U ^,I^l ^^ ^^, rA• o P^IC L, S, DE^, T^^, ^ QNS L r pos ZoS Í^., S ^ r,^ ^ E^ P ŝ Y ^í/1,^T`^^,^ U^^LpS ĉ , ES 1 i^itL s QU^ e ^F^ ^ `7 ^ A,tc.nb^r2 ^O S^, ^`I`^J, ^:v^ ^ TO$R^y rOs P , ú^ f^^ Uj?D^ O E F. ^^l^^^uc r cae^or^ 1^ ^d^^Io AR s Ó j^ISFJ^^J c% /o.r p^cblo ŝ o^7 ^icii^entto P ^^A^ ^^ a;-- ^, ^ `^IÁD que lo or^^^I D: tqtol7j i ^^(c^l^} ^?c^r/Zcal^^ n En 1948 ocurre lo mismo con los Zíngaros, siendo desestimadas las comparsas de Húsares, Indios y Vaqueros. En 1955 aparecen los Marineros, que sólo durarían hasta 1959. A principios de los setenta, desaparece el acto de la Mahoma, de cuya realización se ocupaban los Marroquíes. En 1973, aparecen los Caballeros del Cid que per manecieron hasta 1981. En 1977, se crea el Desfile Infantil, buscando implantar el semillero de la Fiesta, y se incorporan las Huestes del Cadí. La Cabalgata del Humor, creada en 1981, desapare ce en 1990. Finalmente, en 1991, se aprueba un día más de fies ta, para descongestionar el programa de actos, que venía desarrollándose en los tres días tradicionales, posibilitando así la realización de la Entrada de Bandas ^u`^ro :r! ^;^ ,^.t^r^lrxo^i^^^LrCo»^^ cs^ or c1^ j ^cf, og d e f i n e n c o m o bueno, la Re treta, la Diana y la Procesión. Por último, destaca los elementos negativos, que le han sugerido su estudio de la Fiesta, y sobre los que reclama una solución, somo son la excesiva masifica ción, la poca identificación de algunas escuadras con la comparsa a la que pertenecen, la escasa participación en algunos actos, la falta de religiosidad, sobre todo en los jóvenes, y la pérdida general de la esencia de la Fies ta, a la que se considera únicamente, en muchos círcu los, un medio de lograr una satisfacción personal. Todo esto, no es, sino el apunte brevísimo de lo que se puede encontrar en esta obra, de necesario conoci miento, para todo aquel que tenga un mínimo interés en entender este fenómeno, que Ilamamos Fiesta de Moros y Cristianos, y en el que sólo queda agradecer profun damente a José Luis Bazán, la gran labor realizada, y a la Comparsa de Marroquíes, por haberla promovido. Eduardo Navarro Romero en los que ensalza la figura del Cabo, exponiendo las características aya!, una hoja en hlanco. iYa empeza mos! Y, ahora, zqué escribo yo? Veamos. Esto es para la revis ta de Moros y Cris tianos luego... iYa tengo una pista!..., escribiré sobre mo ros v cristianos. Pe ro..., una duda me asalta..., puesto que yo no soy experto en la fiesta, sino un simple festero que intenta disfrutarlas, zqué valor puede tener lo que yo cuente? Otra duda. zRealmente le importa a alguien lo que yo escriba? Otra..., zqué sentido tiene este tipo de colaboraciones para una revista? Otra... ;No! iYa está bien de dudas! Reconoce que no estás inspirado iy punto! No, tampoco, es eso. Pues entonces, zqué te ocurre? iEmpieza ya! iVale! iNo me atosigues! Ya empiezo. Pero primero voy a intentar contestarme a mis dudas... iExcusas! iTú cállate de una vez, subconsciente de las narices! iMe tomaré el tiempo que necesite y me permitiré todos los ataques de falsa modestia que me apetezca! Y, ahora, me voy a contestar y (;que te calles!) después escribiré sobre moros y critianos. Me contesto: la mayoría de festeros no somos expertos en la fiesta, simplemente la hacemos. Y la Fiesta es una cosa viva que se agita y cambia porque los fes teros se agitan y cambian. Cambian las personas, los modos de pensar, las costumbres, los talantes de los que tie nen la responsabilidad de organizarlas año tras año. Lo que cuenten los sim ples festeros importa, porque ellos viven cma parte íntima de la fiesta que no puede ser relatada por nadie que no haya vivido, por muy experto que éste sea. Me sigo contestando: lo que un festero cuente tiene el valor de lo testimonial. Si lo que se cuenta ocu rrió hace veinte o treinta años sirve para refrescar la memoria de los veteranos y la curiosidad de los recién Ilegados. Se permite así el recuerdo y la comparación con lo actual y la crítica -positiva o negativa- de los cambios producidos y de los hombres que los propiciaron. Si lo que se cuenta es contemporáneo puede dar lugar a la diversificación de puntos de vista. Leyendo con atención se pueden encontrar diferencias entre las viven cias de cm hombre y de una mujer, de cm moro o un cristiano, de un festero «de a pie» o de un directivo o autori dad local. Además, lo que hoy es coti diano mañana será historia. Bien es cierto que la Historia, con mayúscula, se escribe a grandes trancos, pero los historiadores bucean en los modestos documentos de la época si quieren impregnarse de lo que el pueblo vivía y sentía en el período estudiado. Insis to en mis autocontestaciones si una revista no tuviese colaboraciones no sería cma revista, sería un programa de fiestas. La revista es necesaria. La revista recopila, gracias a los que se preocupan -año tras año- de su publi cación (me acabo de asegurar que me publiquen este artículo), los acontece res de la fiesta, sus personajes, su tra dición, sus cambios... La revista aloja en sus páginas los sueños y esfuerzos de los osados que en ella se atreven a escribir. Los consagrados de pluma privilegiada y los que hacemos lo que podemos, nos asomamos a un foro público, con nombres y apellidos, porque consideramos que es nuestra obligación contribuir, en la medida de nuestras posihilidades, a la continui dad de una revista que consideramos necesaria. La revista recoge el modo de expresión de la época, el estilo de las ilustraciones y fotografías, las modas en maquetación y composi ción. La revista es tuente para investi gadores que historiarán la fiesta, sinte tizándola y extrapolando sus elemen tos y acciones culminantes. Bueno, creo que ya me he contestado y, después de demostrarme que no peco de vanidad atreviéndome a escribir en un sitio de estos e, incluso, puede tener algún interés y utilidad mi aportación, voy a empezar... iCaramba! Quizá mi subconsciente tenga razón al fin y al cabo. La verdad es que no estoy muy inspirado. EI año pasado escribí sobre «La Guerrilla del 75». zQué podría contar este año? zEl desfile espontáneo que se organizó al anochecer de aquel sábado en que se suspendió la entrada por la tromba de agua que cayó? zEl origen real del malentendido que provocó las peligrosas «tomas del castillo de Petrel»? 2La estampa, raya na en la heroicidad, de esa abandera dita infantil que no consentía en ba jarse del caballo cuando aquella otra tormenta ya había vaciado de público las sillas y la calle Juan Carlos I era un río de agua? Aquí hay temas y... pero ivaya!, si ya ha Ilegado la hoja. Bueno, no pasa nada. Como la revista se va a se^uir editando durante mucho tiempo, el año que viene, si Dios quiere, escribiré más. iAh!, me falta el título. Pues nada, lo pongo ahora. Y 2Gué título pongo? zYa empiezas otra vez? Venga, va. Me decido. EI título es: z E SC RIB O? Pedro Gras Chinchilla D Cap i Eá n P i^ s E o Qb unio: dos años ya que fui capitán de la Comparsa de Piratas y mi mujer su aban derada. En este día de hoy se agol pan en mí los recuerdos. Esos trajes que no te terminan, ese cielo al que se mira diciendo: zlloverá o, en cambio, habrá sol? Pidiendo al bueno de San Antón que me dé fuerzas para poder Ilevar la capitanía con vitalidad y salud, y por fin Ile garon las fiestas. Terminó la incertidumbre. Casi sin darme cuenta, yo vestido de capitán y mi mujer, como una rosa fresca, de aban derada. Preciosa estaba aquel día en que como embajadora de todos los piratas y al son de los pasodobles, su cinta ponía en mi querida bandera negra con su calavera. Abrazos, besos, risas y lágrimas recuer do de) primer día. Luego Ilegaron guerrillas, iqué emoción al frente de mis guerrilleros! En verdad creí que en una batalla estaba. Y Ilegó la tarde grande: la entra da cristiana. Cuando me di cuenta, montados a caballo estába mos y un altavoz decía: iAntonio José y Rosario, Capi tán y Abanderada c!e la Com parsa de Piratas, en marcha, que inicien el desfile! EI cora zón se me encogió y dentro de mí oí una voz que me dijo: «Adelante Pepe, y da todo lo que Ilevas dentro». Siempre pensé que fue mi buen amigo San Antón. Mi mujer impresionante. Parecía más que una abande rada, la reina de los piratas. «Guapa, guapa y guapa». Una y otra vez le repetían. Aplau sos por todas las calles. «Tore ro» a mí me decían, pues de verdad parecía un pirata de los siete mares. Fueron pasando los días: la ofrenda de flores, la entrada mora, la ú ltima guerrilla y Ilegó la procesión. Qué tarde tan bonita, tiempo de refle xión, cuerpos rotos, caras cansadas, pero el corazón Ileno de alegría por unas fies tas inolvidables y en mi nom bre y en el de mi mujer, a San Antón quiero darle las gracias. iVIVA SAN ANTÓN! Antonio José Maestre ^o^npa^ tA /^affO 9 Y1Pt ^^^ ^ ^ V ^ ^ ^ ^ 0 w _ Presidente de Honor: Presidente: Vicepresidentes: Secretario: Tesorero: Vocales: Vocales en la Comisión de Alardo y Guerrilla: ^vnEn D i^e^ é i ^r n D. EDUARDO GRAS PASCUAL D. LUIS CARRASCO MAESTRE D. MANUEL GONZÁLEZ PAYÁ - D. FLORENCIO PÉREZ MARTÍNEZ D. JOSÉ G. MAESTRE GÓMEZ D. JOSÉ GONZÁLEZ MARTÍN D.` CELIA ONCINA AMAT - D. M. CONSUELO MOYA MÁÑEZ D. VICENTE JUAN ESTEVE - D. JOAQUÍN GRACIÁ TORNERO D. JUAN ANTONIO GILI REQUENA - D. ALFONSO CEREZO REQUENA D. VICENTE ESTEVE SÁNCHEZ - D. PEDRO SERRANO GUTIÉRREZ D. ROBERTO MIRÓ JUAN D. PEDRO SERRANO GUTIÉRREZ - D. MANUEL GONZÁLEZ PAYÁ ,^ ..^ ---.` . 1 } ^,^ , .^^ C^p^E^ y A6^^ 1991 ^o^^lia Gvnl^^^ G6n^^^^^ ,^C(lfP1 (^1Ol1lCZ ^^O11 iC? ./Irt« 13^^1 C^ói^t^^^ G^^nt^^z Cop^kái y Abo^dCrado Ink^Eil 1991 ^C( C ( (^l ^^l l%PIC( ^IC^I((^^I12P ^^I^Yi ^ SÍC^^•^P ^((^ Ĉ lll A6 ^^ I ^ Eo ^^ buela, abuelita mora, florón de la hirviente farsa, que con tu sabia sonrisa vigorizas tu compar ŝ a. En los soberbios desfiles eres el mejor festero; i tantos años ya ^narcando tu huella de argento y oro.^ Tú con tus cuarenta abriles, rozagante y señorial, das a moros y a cristianos una lección magistral. Y no te supera en nada la estallante algarabía de las filás juveniles atronantes de alegría. No desluce ser abuela. Más viejo fue San Antón y ahora lo bailoteamos en devota procesión. Es hermoso ser aT^uela y tenerlo a honrosa gala, presumiendo gracia y ritmo como una fresca zagala. Tu elástica juventud de abuelita sandunguera presta coraje y pasión a la tropa veinteañera. Puedes sentirte orgullosa de aportar a nuestra fiesta tanto como la más linda jovencita peripuesta. Tu orgullo en la fiesta mora tiene entrañables perfiles por ser madre de otra madre que honra también los desfiles. Y con orgullo proclamas que tu linda nietezuela ya sabe marcar el paso como lo marca su abuela. Con terca envidia te miran las cristianas y las moras, y San Antón te agradece la constancia que atesoras. Y año tras año, ahuelita, la tradición venerable se refugia en tu sonrisa con firmeza insuperahle. Tras de ti, abuela garbosa, que a las mocitas encelas, ^qué maravilla sería una co^nparsa de abuelas! Abuela, abuelita snora con corazón de cristiana, tú eres tronco de esta fiesta de ayer, de hoy y de mañana. JUA^^T MADnonA : ^. E ^ ► d ^a p r^b d a 1991 Escuadra TABARCA Escuadra ALI o d C^ I^ y A6^^ 1998 Abanderada: MAY CARRASCO PRATS Capitán Infantil: MANUEL ALEJANDRO CANTÓ JOVER Capitán: LUIS EDUARDO CARRASCO PRATS Abanderada Infantil: ANDREA MARTÍNEZ PAYÁ ^^ Compa ^t a ^o i o ^ R d ^l it ^a ^ ^ uné a D ire^ ^ i^• n Presidente: Vicepresidente 1.°: Vicepresidente 2.°: Vicepresidente 3.°: Secretario General: Vicesecretario General: Tesorero y Contador: Secretario de Actas: Cronista: Vocales: Asesor )urídico: Asesor Musical: Delegados de Fiestas: Portaestandarte: MANUEL AMAT PIQUERAS PEDRO SÁNCHEZ TORRES JOSÉ MARÍA FORTE MUÑOZ JOSÉ SERRANO PALAO JOSÉ JOAQUÍN PÉREZ IÑÍGUEZ MANUEL BERENGUER GIL JOSÉ LUIS LUZÓN MARTÍNEZ HIPÓLITO JUAN CANTÓ ROSA ANA ESCANDELL MARTÍ ELOY ROIG MARTÍNEZ - JOSÉ REIG OLIVER - ANTONIO BERENGUER GIL JOAQUÍN LUNA MOLINA - JUAN PANADERO MUÑOZ - ANTONIO MIRA VALIENTE JUAN ALMENDROS LÓPEZ - M. TERESA TORTOSA CÓRCOLES DOLORES CAMPOS ABELLÁN - ASUNCIÓN BARCELÓ LATORRE FRANCISCO SAYAGO BAYÓN - ANA HURTADO PÉREZ FRANCISCO CLAROS PEIDRÓ ROQUE JAVIER AMAT COLLADO JOAQUÍN MARTÍ FIGUERA - JOSÉ BAILÉN RICO JOSÉ BAILÉN RICO C^^^ y Ab^d^ 1997 . C ap^k ^ y A 6^ ^ I^k^k^l 1991 ^h^C^.1O Castr•o ^IL^esc^i J^oelic^ ^I^i°t^seros ^a^c^r°^^o ^ ^_ ; ^ ^°^ 3 .^/ y^,^^^^` ^ n ^ Fam o ^ te^ ue allá por el año 1955, y ya ha Ilovido desde entonces, que la Junta Central concedió el . premio a nuestra Comparsa que la acreditaba como la mejor de ese año, y creo además, pues no tengo ninguna otra referencia, que fue el primero y el último premio que dio nues tra Junta Central. EI cuadro que fue entregado en aquel momento Ilenó de orgullo y satisfacción. Orgu Ilo por pertenecer a esta Comparsa, y satisfacción por el reconocimiento a algo que esta comparsa siempre ha sido y esperamos que sea, un objetivo primordial, el hacer nuestro trabajo festero bien hecho. Han tenido que transcurrir 42 años para que nuevamente, y en la primera ocasión que se ha organizado un concurso serio -así lo corroboran los nombres de las personas elegi das como jurados pertenecientes a diversas y diferentes opciones sociales, culturales y políticas de nuestra ciudad- se haya vuelto a conceder el premio como mejor comparsa mora a los Moros Realistas. Si tenemos en cuenta que este galardón concedido por Radio Vivir en su Primer Pre mio «EL ALMINAR», se ha concedido a los descendientes naturales de los Moros Realistas de 1955 y a la nueva savia azul, nos debe de volver a Ilenar de satisfacción el pensar que 42 años después los MOROS REALISTAS siguen trabajando igual de bien. Y lo mejor de todo esto es que este año la comparsa no ha hecho nada especial, sino lo de siempre; intentar la mejor organización, el buen desfilar, corrección y seriedad que para todo aquel que se siente Realista pasan a ser... UNA FORMA DE SER. Una forma de ser que nace en un gran porcentaje de un acto que a muchos, no realistas, les parece casi cómico, y que en cambio para nosotros es algo irreemplazable, nues tro DESFILE ENSAYO una semana antes de las fiestas, y en el cual los veteranos se jactan de su elegancia, su sobriedad y buen hacer, los nuevos toman nota mental de cómo debe ser el buen desfilar de un cabo o de una escuadra y los «peques» empiezan a impregnar se de esa sensación de que desfilar individualmente y como comparsa es algo más que ponerse un traje bonito. Espero que estos premios no tengan la tan efímera vida que tuvieron los anteriores allá por 1955 y por supuesto que esta comparsa dentro de otros 42 años lo vuelva a ganar, y que estas nuevas generaciones que nos sucederán, piensen como ahora, que no han hecho nada especial, que es una... FORMA DE SER. José )oaquín Pérez Iñíguez ! E te u a ► d ra p r^n^ od a 1997 Escuadra NEGRITOS BUENOS Escuadra NO TINC RES ^^ C^ y Ab^d d ^ 1998 Abanderada: CONCHI POVEDA MORENO ^ Capitán: PEDRO POVEDA FERNÁNDEZ Abanderada Infantil: LUCÍA POVEDA ESCANDELL Capitán Infantil: ALEJANDRO POVEDA SÁNCHEZ Co^p^^o H^^^^ ddl Cad^ ^ vn ^a D i^ee ^ i^• a Presidente: ANTONIO BARCELÓ MARCO Vicepresidente: JOSÉ MANUEL LÓPEZ ALCARAZ Secretario de Actas: MANUEL AMAT YAGO Secretario de Administración: MANUEL SÁNCHEZ GONZÁLBEZ Vocales: RAMÓN ALBERO GONZÁLEZ - ÁNGEL BUENDÍA ALBERT ANTONIO CASTELLANOS ARIAS GABRIEL CUESTA SÁNCHEZ - SALVADOR GARCÍA CUENCA FRANCISCO JOVER ALFAZ - JOAQUÍN LAGUNA BLASCO JUAN MARTÍNEZ SEGURA - JOSÉ MILÁN AMAT FRANCISCO MOLLA CALVO - FRANCISCO SOGORB GÓMEZ Comisión de Embajadas y Alardo: RAMÓN ALBERO GONZÁLEZ - FRANCISCO MOLLA CALVO Compromisarios Junta Central: MANUEL AMAT YAGO - ANTONIO CASTELLANOS ARIAS GABRIEL CUESTA SÁNCHEZ - JOSÉ MANUEL LÓPEZ ALCARAZ JUAN MARTÍNEZ SEGURA ^ Ĵ ^ J C^^ y Ab^de^ 1991 ^^^to^2^o Go^^2zález ^c^o l^lal^i ^, oli Gof^lzálc^^ ^ Cnscnlcs Co^ón y Abondeiads InEon611997 Cés^^ ^, ópez T^izc^í^^o ^, o^-^^^c^ ^, ópez l^loltó E ^ ^^^o d^a ^. ^ , f^^^^ . ^^^^^ uando está finalizando la primavera, Ilegan con fuerza y brillantez nues tras tradicionales Fiestas de Moros y Cristianos que hace que todo un pueblo se sienta arropado y Ileno de esperanza bajo la tutela de nuestro SANTO PATRÓN SAN ANTONIO ABAD. Durante cinco días todo el esfuerzo de un año se ve compensado en todos y cada uno de los actos programados. EI pasado año dimos escolta al SANTO ANACORETA; se preparó con mucha ilusión -tanto en la Media Fiesta como en las Fiestas de Junio-, ese buen hacer de las escuadras, la devoción, emoción y entusiasmo, se veía en todos y cada uno de los rostros de nues tros comparsistas. Y una vez de nuevo el SANTO en la ERMITA, nuestro corazón Ileno de orgullo y esperanzados y asimismo nos sentíamos, si cabe, más cerca de nuestro PATRÓN, fue una experiencia agradable y satisfactoria. Una nueva edición del Concurso de Pintura de la Comunidad Europea -MINICUA DROS- se celebró con record de participación ( 18.` edición). Se finalizó la 2. fase de la sede social. Y por último felicitar a la Comparsa de ZÍNGA ROS por el evento que celebran este año -CINCUENTENARIO DE SU FUNDACIÓN-, deseándoles lo mejor en todos y cada uno de los ACTOS que van a realizar. La Junta Directiva E ^ ^^ p ^ ^ 1997 . `, Escuadra CON ALMANZOR VIVIAMOS MEJOR Escuadra REALES III. C^p^C, y Abondc^ada 1 998 Abanderada: TOÑI GIL ROLDÁN Abanderada Infantil: CARLA SALA COLOMA Capitán: ÁNGEL BUENDÍA ALBERT V^ /^ ^ Capitán Infantil: PEDRO TORTOSA GARCÍA ^^ COA I ^Na ^O f 0 1 ^Y I YIM I a ll d l J Q ^ ^.J ^ Q G J YA e a Dlfd^el r0 Presidente: Vicepresidente 1.°: Vicepresidente 2.°: Vicepresidente 3.°: Secretario: Tesorero: Vicesecretario: Secretario de Actas: Cronista Oficial: Vocales: PEDRO PRADAS PÉREZ ANTONIO MALLEBRERA COPETE JAIME BELLOT CHIQUILLO MIGUEL QUILES RICO HERMELANDO AMAT PÉREZ CARLOS AMO SIRVENT ANTONIO MOLINA GIMÉNEZ JOSÉ ÁNGEL BUENDIA ALBERT JOSÉ BLANES PEINADO JUAN LATORRE ALBALADEJO - ISIDRO CALVO JUAN ANTONIO GARCÍA CLEMENTE - JOAQUÍN J. MARCO FERRIZ LUIS QUILES RICO - JULIÁN MAESTRE DELTELL JOAQUÍN ALPAÑES MARTÍNEZ - SANTOS MUÑOZ OCAÑA MANUEL SELLÉS OLIVER - JUAN SANCHIZ RUBIO MANUEL LÁZARO GRAN - JOSÉ BASILISO MUÑOZ MIRALLES MANUEL NAVARRO BELLOT - IGNACIO RIVERA ESCRIBANO Delegados Comisión Embajadas: ANTONIO MOLINA GIMÉNEZ - JOAQUÍN ALPAÑES MARTÍNEZ C^E^ y Ab^de^ 1991 () I,v ^i r lii: iii Cop^k^ y Ab^ddrod^ I^^E^I 1991 ,^C11117^C ^C 110 t ^e17^C1^7^11 ^C^b`lC(Cl ,^I1011 SO P^-^^1á^1^1Pz ^^o^ E l o^ i o dc u na ^eldór a ^i ón ra un domingo de abril que amaneció en tonos grisáceos y de amenazante Ilu via, y toda la parafemalia festera de una celebración cincuentenaria se apresta ba a inundar las rúas elderas: el oro brillante de la hueste mora relucían desde tempranas horas reflejando los tímidos rayos de sol que intentaban romper con su débil luz la tristeza ambiental de un día nublado y gris. ^ Por doyuier la música festera se dejó entrever, alegre y risúeña, acompañando a los festeros que invadían calles y plazas presurosos y especialmente preparados para tan magno aconteci miento: el desiile multitudinario y conmemorativo de una gran. efemérides, el cincuentenario musulmán. AI filo del mediodía toda esta parafemalia festiva y brillante se da cita en el itinerario oficial y habitual de los desfiles -magno teatro rihial de nuestra representación festera- para dar comienzo a esa ofrenda festera y cargada de sentimiento que la Comparsa de Musulmanes ofrecía a la Fiesta de Moros y Cristianos eldense y a toda una ciudad con motivo de su dorado cumpleaños. Una emoción intensa y sincera se desató en los festeros y festeras que, vistiendo su atuendo característico y añejo, desfilaban altaneros y orgullosos recibiendo aplausos y parabienes de toda una Fiesta, de todo un pueblo que presuroso se había lanzado a la calle a celebrar junto a la musul mana hueste -de oro y grana vestida- las tan esperadas Bodas cle Oro con la fiesta grande de Moros y Cristianos. Y cerrando tan augusto desfile, la presencia emotiva y gozosa de todas las abanderadas musul manas que a lo largo de medio siglo han ostentado con orgullo y sentimiento la blanca enseña, desde aquel iniciático año de 1947. Su presencia levanta de sus asientos a una gente enfervoriza da que Ilora y siente la Fiesta, cuando ésta es la verdadera expresión de un gran pueblo como el nuestro, solidario y festero. José Blanes Peinado E ,^u ^d ^a p ^m^ ada 1997 Escuadra ZIRÍES ;^ Escuadra PAQUI SANCHIZ ^^ C^^ y Ab^de^ 1998 Abanderada: ROSARIO PRADAS ASENCIO Capitán: PEDRO PRADAS ASENCIO Abanderada Infantil: M.a PILAR PRADAS ASENCIO Capitán Infantil: JORGE BLANES MARTÍNEZ Ll®1c Com P a a s zín ^a ^ o t ^ vn Ea D iree ^ i^• a Presidenta: MAGDALENA MAESTRE AMAT Vicepresidentes: VICENTE AMAT NÚÑEZ - SALVADOR CASÁÑEZ JUAN Secretaria de Prensa: M.` TERESA RIVERA ESCRIBANO Tesoreros: NATIVIDAD ROMÁN ROMERO JOSÉ MANUEL GARCÍA CREMADES Secretaria Correspondencia: M. DOLORES LLOPIS GUARDIOLA Vocales: EDUARDO ANDREU SUCH - PEDRO VIDAL PAYÁ JENARO VERA GUARINOS - JOAQUÍN VIDAL LÓPEZ JOSÉ JOAQUÍN RICO ESTEVAN Secretaria de Actas: ADELINA PLANELLES RICO Delegados Alardo y Embajadas: EDUARDO ANDREU SUCH - PEDRO VIDAL PAYÁ Presidente de Honor: REGINO PÉREZ MARHUENDA Cronista: JOSÉ ANTONIO SIRVENT MULLOR Capataz: JENARO VERA NAVARRO ^^^ C^^ y Ab^d ^ ^ ► 1997 C ^ ^ y A b^^ J^^ie^° T^e^°a l^lc^est^°e ^a^ n ^ l^^aestr•e ^ T^erclLi k^k^l 1 991 ^ A P YA e d ^d Ia fCA di^ión ^ omos un grupo de amigos y en honor a San Antón, celebramos unca fiestca que es de gran trctdición. A estca fiesta vosotros sois invitcados de honor, fue por los esponscales del rey nuestro señor, casóse con doña Violante húngcarca como vos, y de su egregia mano entrásteis en estca región, desde tiempo inmemorial Europa es vuestrc^ nacíón, faltaba entrar en la fiestca y lo hicísteis por amor, el que profesó ca doña Violcante D._jaime el Conquistador. JOSEFA BF.I.I_OD Fantasía ZÍNGARA dedicada al Patriarca. E ie^a ► d ra p r^m^ ad a 1997 Escuadra GYBSIES Escuadra TECLES ^ Cap ^ ^ , y Ab^d e ^ 1998 IIl Abanderada: ISABEL CARMEN FERRIS GARCÍA ^ ^ Abanderada Infantil: TERESA FORT ESPUIG Capitán: JOSÉ MIGUEL ABELLÁN MORENO Capitán Infantil: CAMILO VALOR MUÑOZ Co^p^ ^ a E ^ E ^ d ^ ^^ e^ U Z ,^ c ^ ^ ^ W ^ N L A ^ a J YAiO DIf ó ^e l tl 0 Presidente: Vicepresidente: Secretario: Vicesecretario: Tesorero: Vocales: Secretario de Actas: Cronista: Delegado Embajadas: Presidentes de Honor: Festera de Honor: JUAN GIL AZORÍN FRANCISCO ROSIQUE AMAT JUAN FRANCISCO PUCHE BERENGUER FRANCISCO JOSÉ GÓMEZ RICO MANUEL BAÑÓN PENALVA MIGUEL MARTÍN VERGARA GONZÁLEZ - FRANCISCO J. PARRADO BERMEJO FRANCISCO ORTS LÓPEZ - GUSTAVO A. ALARCÓN VIUDES MARGARITA FILLOL AZORÍN - ALFONSO IZQUIERDO CARRILLO MARÍA SALUD VERA JUAN - MARÍA MARTÍNEZ ROMERO JUAN MUÑOZ BUSQUIER JUAN CARLOS POVEDA MIRA MIGUEL M. VERGARA GONZÁLEZ JUAN MUÑOZ BUSQUIER JOSÉ VERA JUAN - ANTONIO M. LUCAS DÍAZ VICTORIA E. GARCÍA CASÁÑEZ C^ y Ab^d^da 1997 ^OSC( ^oranlor^t ^orrn^lorn C^ y Ab^^ 1^611447 Jos^^ V ir^^ ► 1 tc ^ ^^^r ► Irnl^(^^_ ^ J^a i^ ^u^ro . ylnc^ -^P ► ^ii^^l^(^^z ^^^^^^z E^E^d^^Ed^ Jd tia^d SO ^o^ n el año 1948, ejerció la presidencia de la J^mta Central por prime ra vez -y única- un miembro de la Comparsa de Estudiantes; Maxi miliano Aguado Bernabé. Unos meses antes, en 1947, suyo fue el voto que en nombre de los Estudiantes apadrinó la entrada en la Fiesta a la Comparsa de Zíngaros. AI acceder a la presidencia de la Junta Central, dio paso al frente de la comparsa a sus más directos fundadores; la familia Navarro. Ramón Navarro Poveda, que también participaba desde el año 1934 con la Comparsa de Estudiantes de Petrel, se ocupó de los desti nos de la comparsa en los primeros años, tomando el relevo su sobrino, Antonio Juan Navarro, «EI Patarras», que ejerció el cargo hasta el año 1964. La Fiesta de 1948 que se celebró del 29 de mayo al 1 de junio, tuvo como Aban derada a Ángeles Vera Masegosa, que ya lo hizo en 1947 junto al Capitán, Miguel Bellot, «EI Frasco» o«EI Negro». Estrenó cargo de Capitán, José Vera Juan, «Pepito Barata», honor que volvió a repetir 37 años más tarde con su hija María Salud Vera como Abanderada. Único de los fundadores que permanece en activo, con sus 75 años de edad y sus 53 fiestas oficiales vividas, más las de enero de 1943 y 1944, así como su participación en diversas poblaciones donde los Estudiantes figuran. Record difícil de igualar. Este año los Estudiantes tuvieron ^m cargo no oficial en la Fiesta actual, el de Paje, aunque éste sí lo era en los Moros y Cristianos que se celebraban en Elda en el siglo XIX. La niña Amalia Navarro Brazal, que posteriormente fue Aban derada en los años 1953, 1954 y 1955, ocupó este cargo, que acompañaba montada a caballo a la Abanderada. Ramón Navarro, Rafael Navarro, Antonio Juan, José Vera, Juan Mira, Joaquín Tordera, Isidro Aguado, José Navarro, José Tendero, son algunos de la veintena de Estudiantes que componían la comparsa en esta época, con la clá sica parada en la puerta del bar Negresco, donde los mayores «tomaban fuerzas», A siempre acompañados por la ^ Banda de Música «La Matra ^^ ca» de Játiva, precursores de los «caracoles» y la «metraIleta», donde uno a uno, iban los Estudiantes cayendo «muertos» al son de la caja de percusión, para después «resucitar» alegremente. Época donde la casa de la Abanderada se convertía du rante la Fiesta en cuartel. Época de capas negras, sin cin tas ni escarapelas. Época de bicornios, de cintos negros, de guantes blancos y grandes lápices de madera. Época del traje original. Miguel Martín Vergara González Cronista Comparsa de Estudiantes Año 19a8. Capitán: /osé Uera; Paje: Amalia Navarro; Ramón Nava rro, el primero por la izquiercla. E ^^d^ p ^^ 1997 Escuadra JUERGUISTAS ^ --^. ^ ^.`^^ ^^^^ ^ Escuadra TABANOS C^k^ y Ab^d^ u 1998 i Abanderada: M. NIEVES LEAL GISBERT Capitán: JUAN FERRERO ALGARRA Abanderada Infantil: M.a SALUD GIL BLEDA Capitán Infantil: ADRIÁN GIL RUIZ Com ^ut o pi^ o Ea ^YA^Q ^ If6^ ^ Ir d Presidente de Honor: JUAN MARTÍNEZ CALVO Presidente: JOSÉ ABELLÁN NAVARRO Vicepresidente: ANTONIO VALERO CASCALES Secretario: FRANCISCO JOSÉ EGIDO LÓPEZ Tesorero: MIGUEL JOSÉ CANDEL PAYÁ Vicesecretario: JOSÉ LUIS ANDREU RICO Contador: MIGUEL GRAS ASO Secretarias de Actas: MARÍA POVEDA GARCÍA TERESA ORGILÉS RODRÍGUEZ Cronista Oficial: JOSÉ ORTUÑO FALCÓ Relaciones Públicas: ANTONIO GÓMEZ RICO Delegados de Alardos y Embajadas: JOSÉ MARÍA GUIL BELLOT ANTONIO JOSÉ MAESTRE BAÑÓN ^ ^ S7 C^E^ y Ab^ddroda ► 1997 Gc ► 1^ ► iel (;^ ►► ^^« ► !^I^^r^ ► tall« ( ► i s t i ► ► ^ ► (; (UCl Cl ^ ► •ih^^lm•r^^^ ► Cap i E^ y A6^^ I^^I 1997 f ír(or R^ ►► iv ► t 21CO ^ ^. `^ JOS^ (;CIIYlQ i, I(1)( IC(17PCl ^ ii o éa dn ^ o ñ o Z^^^ n el último tramo de la preparación de las próximas fies tas de Moros y Cristianos, y ya metidos a finales de esta década de los 90, muchos de nosotros nos podemos hacer esta pregunta: zEstamos preparados para el próximo siglo? Sí, por supuesto, sí lo estamos, nos separan sólo 2 años, y en este tiem po, la Comparsa de Piratas y sus componentes, debemos esforzarnos en mantener y cumplir todo aquello que nos propongamos para encaminar nos en este siglo XXI, que tan cerca está. No debe haber pausas, como no la ha habido en todos estos años atrás desde el 1945. Muchas personas y grandes comparsistas por esta comparsa pasaron y huella dejaron. No ha sido fácil el pasar de estos años, pero haciendo memoria de allá por los 60. Cuando se hablaba del año 2000, se veía muy lejos, pero las novelas, libros, películas y cómics, se encargaron de hacernos ver un año 2000 todo metalizado y automatizado, no habría coches e iríamos con pequeñas naves espaciales, surcando las ciudades, con edificios casi en el aire, ciudades protegidas de cualquier elemento exterior, por unas gigantescas burbujas. Se Ilegaría a otros planetas, e incluso se viviría en ellos. Pero volviendo a la realidad de estos momentos, todo esto puede que Ilegue, pero no dentro de poco, «nosotros no lo veremos». Lo que sí veremos en el año 2000 es una Fiesta de Moros y Cristianos mayor y tal vez algo cambiada, pues desde sus comienzos ha habido cambios en los trajes, forma de desfilar, itinerarios, costumbres y algunas cosas más. Como la masiva introducción de la mujer en la fiesta y todo ello para engrandecer, fortalecer, dar belleza y espectacularidad a nues tras fiestas de Morós^ y Cristianos de Elda, con sus aciertos y sus fallos, pues habrá de tocFo, y no soy quien para juzgarlos, «ahí están». Como lo están estos comparsistas de la Comparsa de Piratas, por la labor de engrandecer sus filás y caminar juntos, uniendo ideas para plasmarlas en realidades, apoyando a esta nueva directiva, que está dispuesta y prepa rada para dar el salto de un siglo a otro; que está dispuesta y preparada para sacar adelante esta Comparsa de Piratas durante muchos años más; hombres, mujeres y niños, sean una sola, reflejada en su insignia y su ban dera. Y para terminar este recorrido de futuro, presente y pasado, sólo quie ro decir que en este 1998 sean las mejores fiestas. Que el bueno de San Antón nos siga protegiendo y viva el pueblo de Elda y sus Fiestas de Moros y Cristianos. E i^^^áa p r^ d a 1997 _ Escuadra POLVORILLAS Escuaclra PESTACHES C^ y Ab^de^ 1 998 Abanderada: ALE)ANDRA PÉREZ LÓPEZ Capitán: JUAN PÉREZ VERDÚ Abanderada Infantil: PALOMA GRACIA MARTÍNEZ Capitán Infantil: DAVID MICÓ SEGURA Co ^ npa n a Con^ ^ abon ói^ Ea Q ^ ^ z .Q Ñ ^. ^ Q Presidentes de Honor: Presidente: Vicepresidente 1 °: Vicepresidente 2:: Tesorero: Secretario: Vicesecretario: Contador: Moderador: Secretaría de Actas: Delegado de Cobros: Relaciones Públicas: Relaciones Prensa: Vocales: Compromisarios Junta Central: Dele g ados Comisión Alardo: Delegado Asuntos Legales: Cronista Comparsa: ^vnEn Di^e^Ei v o VICENTE VICENT VIDAL - JOAQUÍN PUCHE IBÁÑEZ ANTONIO SIRVENT JUAN JUAN SÁNCHEZ MIRALLES ANA HURTADO MARTÍNEZ FRANCISCO VERA BELTRÁN JORGE BELTRÁN LLORÉNS rNGEL NAVARRO GUILLO ADELARDO LOPEZ PEREZ ALBERTO GALIANO SANTOS NIEVES RICO CARRIÓN BERNARDO REQUENA SÁNCHEZ IRENE SIRVENT CAURÍN IVANNA M. CEBRIÁN OLAYA ANDRÉS SIRVENT POVEDA - FRANCISCO GANDÍA LÓPEZ - FRANCISCO SIMÓN LÓPEZ PEDRO CORREOSO MÍNGUEZ - RAFAEL PASTOR RICO - ISRAEL MONTESINOS GARCÍA JOSÉ MALLEBRERA RICO - JOSÉ ROMERO TORTOSA GERARDO SÁNCHEZ GARCÍA-SOTO - ANTONIO SÁNCHEZ ALARCÓN RAMÓN RICO MOLERO - JOAQUÍN PUCHE IBÁÑEZ - ANTONIO AMAT SÁNCHEZ FENELÓN GARCÍA CARBONELL - ANTONIO M. ESPAÑOL GONZÁLEZ JORGE BELTRÁN LLORÉNS - JUAN SÁNCHEZ MIRALLES FRANCISCO CABRERA TOMÁS JUAN DELTELL JOVER i %5^ C^^ y Ab^de ^ ► d^ 1991 ^llClll !^^^f^ 11P^ ^.^.^ ^ ^1(P1l1^PS `^ ^LIlIPS ^C11Í Cl ^(bY)I2Cl ^ltlll0 OhVCIIeS , ^. ,^ . : -a_^ ^ 1 94 1 A6^^ I ^E , ► se^^Í^ Gc^rcía ^eve^°t ^at^^li^t ^3o^e ^ S^lvc^ ^^^ ^d^ ié a^ i o n d t n día cualquiera, en el local social Contrabandista, alguien me propuso: haz un artículo sobre las fiestas, sobre la com parsa. Me puse entonces a pensar en los Moros y Cristianos, y me di cuenta que después de cuarenta años en ellos, naci do en una familia de Contrabandistas, n^mca había meditado fríamente sobre lo que la fiesta significaba para mí. Pensado entonces con la cabeza analítica, desapasionadamente, la conclu sión es: ;no es posible!, todo esto no lo hago yo. EI ser festero contrabandista de Elda entregado, no es un acto racional, es otra cosa: una pasión, una religión, un impulso. Toda mi vida con la Fiesta dentro de mí, pensando, preparando todo el año, semana tras semana de dedicación, grandes dispendios económicos y de tiempo. Luego en las fiestas vas corriendo, cansado, durmiendo poco o nada, más gastos, termina... y necesitas otra semana para recuperar el cuerpo. Todo el año se quema, como fuego fatuo en cinco días... Todo esto zpara qué? Yo me pregunto: zcompensa ser contrabandista y festero? Y he aquí, en la respuesta a mí mismo a esta pregunta, es en donde reside el mi lagro. Para mí, la satisfacción que produce es inexplicable, intangible, es como las mejores cosas que tiene la vida. Como la amistad, la comprensión, el amor, el placer de alcanzar una cima después de gran esfuerzo. La sonrisa de un niño... en suma el placer. Es como las sensaciones intrínsecas a la cualidad más íntima del ser humano. Mi hija de niña lo describió muy acertadamente y en idioma «elderico»: «Papa» cuando oigo música de fiestas me da cosquillicas la barriga. Cuando los Contrabandistas, como las demás comparsas, terminamos un ejercicio festero; y como siempre estamos satisfechos de cómo ha ido todo, hemos trabajado cientos, juntos aunando esfuerzos, ilusiones, amor a la fiesta, en los días en los que toda la comparsa es uno solo. Todo unido a la empatía total con nuestro público entusiasta, que se palpa en el aire, unas vibraciones etéreas que se entremezclan con ondas de nuestra alegre música, con las vibraciones del movimiento de nuestras escuadras y cabos, el sonido de las voces entonanclo «Contrabandistas» canciones, todo todo explotando juntos en la indescriptible verbena de fuegos artificiales, colorista arcabucería anímica, que son los actos de nuestras fiestas. Mis palabras no son bastante expresivas para contener, describir, el irracio nal, pero maravilloso impulso que nos mueve a trabajar todo el año para que durante cinco días, disfrazados y desinhibidos, cambiar totalmente la habitual forma de vivir, como Serrat cántó: «Revolotean las faldas bajo un cielo de guir naldas... EI prohombre y el villano... cantan juntos y se dan la mano... todos com parten su pan...». ^ Sí, ahora después de pensarlo y comparando con el prosaico día a día que tenemos, ya entiendo y doy todo por bueno. iVIVAN NUESTRAS FIESTAS! iVIVA LA COMPARSA DE CONTRABANDISTAS! iVIVA SAN ANTÓN! ^^^ E ^ d ^a p ^^^ 1497 Escuadra TARANTOS Escuadra GAZPACHO ANDALUZ C^^, y Ab^d^ 1998 Abanderada: IVANNA MARÍA CEBRIÁN OLAYA Capitán: FELIPE CEBRIÁN FERRIS Abanderada Infantil: ALBA RAMIREZ GRAN Capitán Infantil: ALEJANDRO ABAD GRAN C OA IP A f1 A C fltil AAO t ^un^a Di ree ^ i^•^ ► Presidente: PABLO MAESTRE CAPO Vicepresidente: BLAS SERRANO OLIVER Secretario: JESÚS SARABIA GÓMEZ Tesorero: VICENTE QUINTANILLA RODRÍGUEZ Contador: LUIS JAVALOYAS SEBASTIÁ Vocales: JOSÉ EMILIO MARTÍNEZ REQUENA MIGUEL ÁNGEL GUILL ORTEGA VICENTE QUINTANILLA COLOMINA JOSÉ JOAQUÍN HERNÁNDEZ JUAN CARIDAD RUBIO MAÑAS JOSÉ PASCUAL PÉREZ NAVARRO PEDRO SARABIA GÓMEZ FRANCISCO MANUEL MUÑOZ SANZ RAMÓN RODRÍGUEZ NAVARRO Delegados Alardo y Embajadas: JESÚS SARABIA GÓMEZ 10SÉ PASCUAL PÉREZ NAVARRO ^ C^^ y Ab^d^^ 1997 C a piEó n y Abonóe^ds ^^ ^^^ ►► ^ «^^ ^. ^ 1^r^^z ^^ ► ^ ► ^^ ►► ^^ ^E^I 1 991 C ^„ ^ ^ ^o ^ 97 nte el entusiasmo que despierta nuestra Fiesta de Moros y Cristianos, y ante la pasión que embargan a cuantos la miran, después de varios años siendo partícipe y colaborador de la misma me pregunto, zqué es en sí la fiesta? iDónde está la fiesta? zQué le falta a nuestra fiesta? Me pregunto si merece la pena el esfuerzo de unos pocos, para que muchos presuman de la misma. No basta decir, somos festeros, sino que hay que trabajar por ella. No basta alquilar un traje y salir en los desfiles, hay que trabajar por ella. Se habla últimamente mucho de la palabra «ILUSIÓN», pero me gustaría apli car el símil al refrán de nuestros abuelos. «No sólo de pan vive el hombre...» y deciros: «Que no sólo de ilusión vive la fiesta de Moros y Cristianos». Parece un tópico, pero Zcuántos trabajan por la fiesta? Unos cuantos. zCuántos presumen de la fiesta? Unos muchos. Quizás oigáis e interpretéis mis palabras como crítica, pero nada más lejos de la realidad, mis palabras quieren ser una reflexión y un apoyo y estima para esos cuantos que antes mencionaba. A veces nos preguntamos, zqué podemos ofrecer a aquellas personas que desean integrarse en la fiesta, y que por diversos motivos no pueden o no saben qué hacer? Ahí es donde debemos incidir para atraer a esas personas, ahí es donde debe surgir la imaginación. Pero, zquién y cómo debe hacer se? A nuestras fiesta le falta «imaginación, distribución de ideas que adormecen en festeros y festeras a las que un pequeño empujoncillo les ayuda ría a salir a flote». zQué le sobra? Protagonismo de unos pocos. Qué duda cabe que nos superamos año tras año, que echamos raíces en la árida tierra de nuestra fiesta, que poco a poco florecemos en el jar dín que ocupa nuestra fiesta en el ámbito cultural y social de nuestra ciu dad. iCristianos aguerridos, ánimo! iCómo envenena el breve gusanillo de esta breve fiesta! Hoy compartimos nuestra ilusión amena, pero en el porvenir... yo sé que a poco está, nos vendrá el auge con modestia. No dará nuestra comparsa grandes números sobre el gris suelo de las calles nuestras, pero si alguien osa hablar, será sin «peros» de aquellos que hoy honran nuestra fiesta con sus más y con sus menos. Ramón Rodríguez Navarro E ^^ ^^^ p^ ^ ^ 1947 Escuadra ARQUEROS Escuadra ALGUNOS CRISTIANOS BUENOS C^^ y Ab^d^ 1998 Abanderada y Capitán 1998: ESCUADRA DON PELAYO Abanderada Infantil: YOLANDA RODRÍGUEZ SALAS Capitán Infantil: ALFREDO PÉREZ JIMÉNEZ }.7^^ 1 ^, , , ^1 1 11 1 1 .i 1 1 ^ i 1•1 ^ 1 i i ^ ••11 • ^i i^ 1 11 1• 1 • i i i 1 ^ i ^• ii 1 i ^ 11 1 1 i ^ •^ i 1 ^• i i ^• ,^^ ^^ ^ 1 1 1 1 1, 1 1 ^ ^ ,^, :^.,. I; IC • • 1 ^ 1 11 • 1 ^ ^ ^ 1 1 1 i. ^ 1 1 b 1 ^^^^ ;:.m^^^^ ; ^, ,^^ , ^ 1• / ^ 1 ^^ ^ 11 • 1 ^ • 1 1 ^1 1 1 1 1 1 1 i c^. 1 ^ il • • 1 1 1/ 1 /^ ^ ^ 1 I ^ 11 1 11 1 11 ^ ^,, / 1 1 LL^1S! LL^^ 1 1 ^ ^ 1 ^^.1 1 ^ . ^ ^ 1 • 1 1 / {^+^ - .,__ . . _ 1 1 ^ ^^ : ^. ^,^ ^ ^r. 1 1 1 1 / • 1 1 • 1 / 1 ^ 1 , ^ ^ / / / 1 i• 1 ^ 1 1 / ^ 1 ^ 1• 1 ^ / / ^/ /1 / 1 / i ( 1 ^ ^• 1 i 1 1 NoEa d^l Co^ ^f610 S omos un grupo de amigos y en honor a San Antón, celebramos una fiesta que es de gran tradición. Esta tiesta ha madurado, pues... a primeros de enero en la Casa de Cultcu^a con gran dosis de ilusión, nuestro primer congreso ya ha sido celebrado, con rigor y seriedad los temas fueron tratados, primero fue Sirvent Mullor, el día de la inauguración pronunció su ponencia marco, anuncio preconizando, el trailer de lo que pronto se vendría desgranando. A la mañana siguiente se estrena Ginés Pardo, nos habla de nuestro patrón del cariño y el respeto, que cada uno a su manera le profesa a nuestro santo, encasilla a varios tipos con perfiles bien distintos que se mezclan desfilando, todos con buena intención algcmos fanfarroneando, por no callar, meten la pata pero siguen ignorando. La familia Amat Piqueras padre e hijo nos deleitan, Ilegan conferenciando, uno de participación no le gusta conjugar el verbo masificando, ^ pide alteza de miras rechaza números clausus aplaude que cada uno elija comparsa y bando, sin tocar a los nenicos que están muy bien destilando. EI otro, el percusionista, aconseja a los festeros vayan despabilando, sin dejarse engatusar amarrar al contratado, sin consentirle al violín las algaradas nocturnas, ni salirse de lo hablado apretar en partituras, pues mucho es lo solteado aconseja que la entrada sea el concierto soñado. Del uso del traje festero el embajador moro ha hablado, riñéndole a «to er mundo» que ya no va bien uniformado, en los actos oficiales no hay que hacerse el despistado sin excusas ni pretextos siempre ir de punta en blanco, desterrando «toas» las prendas que a la vista hacen daño, para ir «descamisao» tiempo tienes todo el año, es momento de mudarse po.nerse hecho un figurín y atender bien al foráneo. Cerró Manolo Sánchez, mi aniiguico, el del banco, que en tocante a monedicas el rubio sabe un rato largo, hizo unas comparaciones, tanto tengo... tanto luzco, tanto gasto... tanto gusto, y nos Ilevó sin pensarlo al frío convencimiento que la fiesta queda pobre lejos del Ayuntamiento, el billete es necesario para pegar buenos truenos, la venta de sillas es poco, «tie» que aportar el Testero con una cuota sencilla, el vídeo y también la revista que esto va de enero a enero. Guapo ha quedado el congreso con eso de ser el primero, aunque eso estaba «cantao» gracias a la infraestructura del cemento bien acolao», pues Cachi, Basi, Cañabate, Nieves^y mi Juan Carlos amasando Ilevan meses «pa» que esté todo afraguao». También los comunicandos que hicieron otro tanto en repetidas ocasiones, Mallebrera Barcala y Amo, Ávila, Manoli y Tenes también subieron a informar Hernández, Valero «casao» JJ y algún otro que en este momento no caigo, recuerdo a mi moderador Ilamándole la atención a uno de pelo entrecano debía ser el empollón siempre subido al estrado. Moderaron muy sensatos, Laguna, Poveda, García, con Gil y Quintanilla que hicieron lo acordado. Mozas y mozos varios hacen el secretariado, Miguel Ángel, Magdalena, José Ángel y Mari Carmen por último queda Milán que cierra con el del banco. Se barajan conclusiones de ellas hay un buen mazo, no quiero escuchar agoreros que aseguran un Yiasco, apuesto por el estudio de todo lo escuchado, y si algún planteamiento puede ser aplicado, tenemos la obligación al menos de intentarlo ensanchar nuestras fronteras apuntar a lo más alto, exportemos nuestra fiesta el turista está esperando, aderecémosle un plato que tan sólo con olerlo se lo espolse sin mirarlo, quedando el tío satisfecho y su semblante tan grato, que allá donde estuviere de Elda sea embajador, y a todos los de su calle los traiga año tras año. Jorge Bellod López =5 ^ ^ t ° o • ^ • o ( o I • • • • • • ^, ^ ^ ,^ ^ ^ ^ :ti ^ , • • P oet^a Pasan los contrabandistas P or la calle Rey Juán Carlos vienen los Contrabandistas iluminando su paso con la luz de las sonrisas que también van floreciendo en los que en ellos se miran. Música de pasodobles suena cuando ellos desfilan, y dobles son los aplausos que el espectador les brinda, doble es también ante ellos la sensación de alegría, y doble es, si puede ser, la belleza y la hiclalguía de sus hermosas escuadras de hombres, mujeres o mixtas. Trenzan sus cabos al aire encajes de fantasía que el cielo mira pensando que para sí los querría. Sombreros que al sol ocultan para que no sienta envidia. EI rumor de sus pisadas ahoga el de quienes suspiran pensando en fiestas lejanas pero que ya no se olvidan. Ellos y ellas, desfilando siembran amor y caricias que el aire va repartienclo. Pasan los Contrabandistas. Y, aquellos que los ven sienten en su alma más dicha. ^OSÉ A. $IRVENT MULLOR A los capitanes y abanderadas Juntos, juntos, tú y el, juntos, junto a la sombra resplandecéis tú y él, juntos, junto a la sombra. ÉI, gallardo y activo, tú, cándida y misteriosa, él, desenfrenado y altivo, tú, ufana y hermosa. AI paso, juntos a caballo temblorosos clesfiláis, y al paso, juntos, sin vasallo, las miradas cautiváis. La espera sonríe a vuestro paso -capitán y abanderada y rompen en palmas, cautivadas, al veros ufanos paso a paso. Calle abajo saludáis a lomos de las monturas, y calle abajo escucháis palabras dulces y puras. Temple mostráis, y grandeza, recorriendo de Castelar a Manjón, gallardía brindáis, y entereza, entre aplausos y músicas al son. Las miradas siguen vuestras figuras como sigue la noche al claro día, miradas que ven arte y aventura, que admiradas ven audacia y fantasía; y de la fiesta su belleza y su hermosura, y aclmiten de sus rostros la alegría del encanto de jinetes y córceles, que al trote vais ufanos, por nobeles. Sueño es, abanderada y capitán, mas se os vuelve fantasía, cuando a lomos de alazán desfilando vais, noche y día, mostrando colorido y ademán, mostrando arrogancia y simpatía. Queda escrito en tiempo de ahora, queda para siempre y para otrora. Un recuerdo en vosotros imborrable dejará la fiesta en honda huella, crn recuerdo que, a poco, es igualable al dulce sabor del beso de doncella. La fiesta pasó... iOh, tiempo afable! Te fuiste fiesta con el beso de ella; opaca luz que la mente ciegas, tiempo futuro que... a otra fiesta Ilegas. Con otras formas, con diverso estilo, con variopintos géneros, cabalgando vais, con lanza, con espada de filo, con estandartes, con ademán burlanclo, con gallardía, altie^os y tranquilos, con paso lento, pero mandando, como está escrito en tiempo antaño, lo dice la historia, yo... no engaño. Acabáis vuestro anual reinado con lágrimas que afloran de emoción, cedéis el sueño, ahora consumado, pasó junio, enero y San Antón, pasó el pasado, Ilegó lo esperado, y a unos y otros tiembla el corazón. Unos, os vais con pena, pero altaneros, y otros, a empezar nuevos senderos. RAMON RODRÍGUEZ NAVARRO Fiestas de Moros y Cristianos Y a están aquí las fiestas Ilenas de luz y alegría ya está aquí lo más bonito de nuestra Elda querida. Moros y Cristianos, todos, vivimos en general unos días de alegría y de gran solemnidad. Porque eso es seguro, no se pueden igualar por que nuestras fiestas son como el más lindo rosal. Trajes de lindos colores abanderadas, capitanes, que nos hacen soñar con su ritmo señorial. Tristes nos dejan el día en que Ilegan al final pero nos queda ese sueño que el nuevo año vendrá. LOLA CiOMEZ VILLAR R e^ o ^ d^do : « Ha e e SO año ^» ieslas de «.lloros y crislíazros^ en Ilda, la cirrdad qrcerida de nrreslros lrabajos y nrzeslras alegrías. ^^%ueva reileraciórz arrual de los f rslos ,fe la Rei ouqrzisla eu este sirfuzlacro qut es gracia, qrre es arte y es co^rtenlo. •tié en^alarra la cirzdad con ^-rírrz1iolas y^allardetrs qzzc lucen el rojo y ^ualda de Icz enseira Irispana. Cínzbalos y aiuzfles aszuycciart el cortejo de lvs cahalleros n-istianos, y las chirinzíns y los atabales a las abigrzr-nrdas Iruestes sarrezcezras Colorido, . música y eslruendo de la ^iól^^or^r en salvas de los arcabuces. Fie^fa en l^z patria chicrz ^or cuanta es lronra y gloria de la patria grandr, Es^iaiza. F_s^aira cristiana y lieróica, la de las leyendas, la dr las Jiisloriczs, dtsde Covadonga {iasta Granada, elesde do^i Pelayo a/sahel y Fers^ando. Ocle de crzslinuvs conlrrz rrroros. Cronología de reyes i nviclos, de re}^es sa^clos, }^ err la inragiuación, la ^,;rzra ^elrera, que escer^a del mar ^o dr la flr^furia en fios de la /_eyeyzda, el Cid. l^edle cónzo cabaiáa Irasta el rnczr de I_evartfe, ^or /)ios y por Casli íla, y cónrv, fiara cantar sus fiazair.as, nace una rureva leugua de ^irrlas, lez caslellasta. E1,Lrz, rrl r•enzo ^ar sus feslezs de •.Vloros y tiauos F, nruP^tra srr vitalidad, su pujarrza y su nraes lrí.z. :1v sirr acierlo ha szdo llanrada la indus tri^;a y/a inquiela. Hace u^r allo eic sus afanes, de ruérilos farr biezr lo^rados, ^ara, con alegría y n/^azara, celebrar las feslas de «lLloros ^^rfsliasros •^ . ) vaya esle ^r^oón por loda la ^ierrtos, ^or Dios, por Lspar`ra y por Flda. ^:^^^ ^f^L( i`dllld /^ llr •Ír,lrjus q(^ullns +511(rnnlrs qur pl ► r (rndirilin rI^ diru rl purh(o rir ^G(l(a u sn rsr(nrrril(u i} rxrrfso SAN ANi0N10 ABAD, organizul(os pnr (n `Junln (^rnlra( dr l.unlpursns lfr •^Iloros g Crisliunos y cun (u nprnbuiil^u 1(r( •^;xrr(rnlisiinn ^ Ililunlnmirnlo. 29 de i)tatyo, Sá? ► ada .-1 .rrs +rnce ^le Gr uucltr, j,rcci+, ,lisparo de lar^a v atronaclora tra ra, ^tnuncio cle los (estejos ^• E,^imer humenaje a^AN A•I•ONIO :li:i), conce:+trariGn cie Coml:usas ^•n la Ilata de ^osí Antonio, sol+urtales dri :^•untamiento, +loncle sc Íonnará la ^^YCI f2• /^CtYCtCt +lu+•, lrresirlida por las :uturicrades }• la Junta Central c inte^rada por las C+,mparsas c^+n sus resuecti^•as Ahancleracias, Capitanes y}3andas ^le lúsir:+, reconerá L+s siguicntes calles ^• pla•r.as: Purísima, G. 5an jurjo, laura, Generalísimo, G. lola, O ueip^ de I,lano, ^íártires de la h. . S., ( ;. lartínez Anido y Sagrado Corazón de Jesús, en cu^a plaza, a la Ilegacia, se disparará un monumental y fantástico ^a^^í^^^ c1.e ^uec^^^ ^Í.r^^ f íe^ate^ compuesto de carcasas, cohetes, cañones Colena, bombas, palmeras, culebrinas, rue•ias ^•olaloras, etc., obra pirotécnica de don 1•:nrique lonte;inos, rle (etrrl. 30 de i fLa^o, `l^a^.ixga .9 la.r siet^• r rrr^dia dr !a mairaxa, ^raizc^^osa Í^iaiza hor to+las las han+las de música, que recorrerán toda la ciu+lacl. .1 /,t.; urter^e, Ir5 1 hl?L:I):1, ^le es^ecial cumplimiento para tn ,los los a,mparsist.;s, así ^mc,ros+ como c^i^tiano^. .-I la; nrrrr•e r nrc•+Ga. cada lomparsa sc rewiir.í con su (^al,ilán, +•n cl domicilio +I^^ ^^ste, _ ^•, a su mancl^ ^• con su respecti^•a banila cie música, :rán a rv•a,^er a su Ahanci•ra+ia. ^•, ^•a inenr,^ora+ia, nor el tra^•ecto más cor(o se clirigirán a la Aceni^a de Ch:,hí hara nr^•,.^a•ar+•1 C^/![/IC^LOSO ^l ^ ^ CSf[^( :I la.r ^lir.?, de rlicho lugar empezac:í el desiile ENIRADA BRIELRNIE Y FAN1RS11CR +I^^ las Co^nharsas con sus preciosas ^• ^entiles Aban+lera+ias, su, ^ hi ru-ru^ . +:apitanes, ^ a lus alegres son+•s cle tius l,an+las tle mtísica +1es :+rS + + ++n ^ ^t+• +,nl^•n: CIZ[I-I:( )^, ::I^I^( rti, l:f )•I 1^:li: ._ ^c ^=..ees ^^^ I^ISIAS, ES1l;t)IAN 11?S, /,l^( i:hc ^:, 1:11:Kc )c )lll•a, IlSlI. IA1{S, IIk:•1:1S • hl•-:Ll5I^: i, segcin el siguiente itinerario: Acc,a• Chapi, i^ura, Genera:ísimu, ( ; lo:a, lo^ ( ^iles, Iglesia, kurí sima v plaza de Josc^ : lntonia, en cu^•u lugar, tras c^: cur:Es valuciu a las íiutoridades, se dislocará la (urmaciúr. .4 las cin,co t• rruciic Je la tcrnii, li^^ai^ I;ori^ida dc scis^ 1a^illo^, Ioriis pur los diestros ALL:I:1)hO G:Kla:. ^ic- liurus; I:Ol.c^ CA1^IU^i:, cle Se^•illa; ^• )c^til? I^UIf:l(íl•i•./. .OI(I.i.:, cle tie cilla. ^l.n carteles ^- Pro^ramas cle mano se dac:in n^:ís ,ietailes.l A las siete 1• ntedia, el ciisparo de una monumer.tal tiaca ar.w, ciará la salida dc- la DI-^t^®^c^SQ®^ ^^S(^^fl(Cfl ^Il^ a 1a que asistirán, todas las Comparsas, en (rr^oro^o homrnaje al in signe SAN A O;IO /13:U ^ rn testimonio de (e incluehrantable. I_a procesión recorrerá las calles Purísima, ( ^. ^anjurjo. ^laura, Gcne ralísimo, G. Iola }- los Giles, terminando en nuestro • 1•en^^piu. I?str acto religioso será presiciido por el I^e^errndo Clero Parruyuial. Exemo. A)untamiento, Autoridades cicilrs ^ iuílitare-s ^- junta l en tral de Comparsas. A las ouce de la rroclte, conciertos musicales ^- hailes, organiza dos por las Comparsas, en diferentes puntos dc• la locaiidad. 39 da Í tlayo, ^u.KSe A las siete-y nredi^r, eomo el día anterior, 1)1:1: por toclas las bandas de música. A!as clie_, a los sones de las chirimías, los hijos ^iel desierto, co q su cacienciosas marchas, formarán a;a eabeza det ^I U ír i^i ^r ^^ ^ ^^ i^ ^ ^011 Il Ĉ L° según el orden: I:I^ROOUIE^, IlSULLI•a, PI1^:T:S, KF.:1 LISCAS, CI:ISITAOS, A:1VAl:hOS, C[1^11::11;AiyI)ISIAS, h^ rLDI:^TES v%[(;^KOti. f^.l recorrido será el mismo del ciia precedente. . A las cincn r rrre^iia ^lc !a tarde, nutrido fucgo de arcabucería, ^^. Il-^ ^^ CL° Cl.ll-^ ^f^ ^QC^ IÍ`^ ji li- IL fl i^ ^nc^ticaclo por el atac(ue de las huestes cl^•1 Itani!c^ loro a la plaza e•^^ poder del 13ancío Cristiano. l,as fuerzas a^•anzarán en el siguic nte orcien: 7.INGAKOS, h.5IUUTATl?S, CO1•h:1t:1l)15-1-: i, ?^:.q I:It(S, CRiSTI:CS, [Ah1:UOt^[I:S, I[.Sl^l1.-1•:^,PIRAI•Ati ^^ REALISI^:S. Pur las calles A^•da. de Chapí, laura, ( ieneralísimo, (^. Iola, G. Arancia }Fe^•es (^ atcílicos, se dirigirán al lugar drl em plazamiedto ciel Castillo, solares dcl Irogrc•so, donde la Embajada de^ Moro a^ ^ristiano intimidará a c^ste hara due rincla I:c c^rtaleza clue clefiende la l,laza. Anle la negati^•a, se reanuda la lucha, la suerte es ad^•ersa a la Crui, v los moros, triunfantes, ducrius clei lastillc, izan en íl la handera de la ^.tedia Luna. A las cntce de la n^^clr^, baile^ ) conciertc^s en los mi^mus sitios e{ue el día anterior. ^ ^ a.{^µ{p^ ^RitiO .-I lrr^ ríir_ Y media, en la p!aza clc )ust^ .lntuniu• se reunirán Is )unta l^entral v las C:otnparsas }^ara,.l+rec^•clitlas Je las :•.utuririadcs tiirigirse al •I emyylu Yarruryuial a oir la ^ !i=-^1 U V ^ !i=-^1 ^ ^ ^ !r=-^l en acritín tle ;;ra^ias a ti: .•í•1 )IO :li:l), ufrecicla ( ^or los lr, rus y C^ristianos. O cuyiará la ^a};racia C:ilr^ira el I^Pterencío I). 1a nuel C^a^•uelas l^al,estr^r, C•ura 1árroco cie ^antas )usta ^• I^u(ina Jc l)rihuela ^• }^rolt•^or clel ^•-minarir^ de tlicha ciu+•t:td. I c•rminacia ia isa, Lr )unta C:cntral ^• Com}^arsas con ^us :han ricc•aclas. l-ay+itancs ^• músicas. Ilrcar.ín al+•^ría _^- consuelr+ a lus acu gi+los ^• enfermos dei [ [usy^ital Iunicinal. .-1 /,r.r rlr+c^ ; nr:rli,r. en el l asino I•.Idcns+•, l^( )l-li:l^•l^ t•I^,I^ I l--l•. :l !as tr:^s rlr Lr t,rrtle•, conciertos ^• hailcs hur el área +le la ciu t1ad. .-1 La .cri.c r ure^lia, rehr•cho cl lianclu Criti;iano, con ^•igor inusi ta+lu, en !l a ,^^^ ĉ ^vsa ^lrcc rr^ ^r ianca a rrconyuistar la plaza. I^.n orcír•n clr• atatyue, I^1-.:l.l^ I•: i III^A•I•:^, Il^l-l.1:I•:S, i:I:I:tt)l•ll•:^, CRIti•I I:r )ti, : :I:I:c )i, CO^I•1:.11,:I)1^f•:^. I•:^I^L•l;f:11•:S ^• /.1(;: ► :U5 Ir+r : rla. cle (hapí, Uuciyto de I.lano, }^laza cie It^s . L•írl^res cle l: I^. ^. _^^ ( ^ lartínez : i+io, a rrcunerar el C-:,sti+lo. Con parlatne•ntus nol^lt•s ^• curteses, la Embaja^a ^el ^ristiano a^ Moro incitará a éstr a que entrcgue la fortaleza. O ídas contestat.iones ^re suntuo^as ^ rleste•my^ladas, las fuerzas dc lus C^ahalleros cíc• Cristo ^^ I•:.yraria, tra5 encarnitacia lucha, recobian el Castillo ^- ^•uelee a on ucar cn t^i la ensctia de la Cruz. .-1 rns ouce•• con hailes ^• conciertos e•n tii^^crsos lugares de la po hLrritín ^• en el Casinu 1•:Idense, terminarán ios ft•stejos de• loros ^• l•ristianus. I^.Icla ^^ la^•o cle [9.1i; EI Alcalde, EI Cura Párroco, `^oaz i% l^tEín^¢ ^ionY^.^er ^oaé i%Iaa.ía ^maE POR LA 1UNT.A CENTRAL DE COMPARSAS: EI Presidente, EI Delegado de Programa, ^042 VetG. i/ Git^n i Í%G.ximi^iG.M.G YtC^t.t.Q^o uJa24tQ.^ N O 7 A 9 A LOS YEONGS •k les rueqa, especialm.enle a!os óe las caRes que non rula de áesiiles, procnián y guenillas, que enaa lanen e iluramen Ias Iacñadas, para maycr esplendor y reake de los Imleps SE ?ROHI3í U.NFNDIUDAD.--Por óetoro anle q^ienes nm ñonre+ acuóienáo a edas ledejos, los aqenla Ĉ e la aulorióad po^6rb+ lo^o telo en peneyuir la men^icirla^, prañióióa par tas Oráenantas Municipale^. krán uncionaóos no ,ilamenle los que la praniquen s•no hn^ién quienes la atinása. Aun cuaar)o Flria atienáe siempre a sus po óres, eo esios á ias conlribuyen espeialmenle a esla alencián los Nbrot y Cnfliana, A lG$ U%IANFS--k ins á ará+, por la lanla ( enlral, tas instrucciones perfinenln al mejx oróen, áiuiplina y puntualiáaá en tuanlof aAm se rmeñaa en el programa, las que ñ arán cumpfr ton loáo telo a rus ( ompsnas. A LOl FOIOGRAFOS.--k les ad.iede, aú a tos prolesionales como a los aHdonaóos, que pare sata• lotagralias áu los les leps áe ñloros y(ns6anos ñabrán de prereene de unalicenoa npecial que será iaciLta^a por la ) unla (eolral en w demKil,, tEQROS.- Fn el (asfelar, Coln^a, Cerranlt e láeal, á uranle lm á ia+ de liedn, urán proyeIs los uleclos programas á e cine. yERBFRAS Y CONCIERI^S.--De los organiraáat, opodunamenle se darin más ádalln. ,, ..^ a ^,^; ^ , - , ,. ^^..^-^ a, ^ ^y°•^+ ^ • ,h ^ ^ ,^ ! .- ;.^^ ^ e ia A l o ^ S O a ñot áe Z ín ^ auo a palabra Fiesta, dicha normal mente, es sinó nimo de alegría, mientras no se demuestre lo contrario y pre cisamente en Elda no hay ni que dudarlo, pues tan sólo con un tambor y una charami ta reunidos tenemos instru mentos musicales más que suficientes para que salgamos a la calle y podamos sentar las bases para el principio de una Fiesta. No puedo imaginar lo triste que sería que con cerca de 40 conjuntos musicales que logran reunirse en los días que se celebra la Fiesta de Moros y Cristianos en Elda, actuando sin descanso duran te tres días, de día y de noche, hasta bien entrada la madru gada. Nadie que nos conozca podía imaginarse que nuestro pueblo podría permanecer pasivo y no tomar parte activa en la Fiesta que suena a su alrededor. Unirse a esa alegría de Fiesta es cosa normal y esa conjunción de Pueblo con la Fiesta es la causa principal que nos diferencia de la misma Fiesta en otros pue blos. ^ Jenaro Vera Navarro ^^g .^ ^-^ ^ ^ ^ ^ _^ ; 2l; ^ ^uEVES, 4 ^ ;^A:o A las 800 de la tarde: Entrada de Bandas de Música. Interpretación del pasodoble «Ide Ila^. Gran traca. A las 1200 de la noche: Tradicional Retreta. 200 de la madrugada: Castillo de fuegos artificiales. 1 ► IERMES, S - ;` , : ^, A las 1100 de la mañana: ~Desfite de Co^ a Ermita de San Antón. A las 1200 de la mañana: Traslado del Santo anacoreta^^^e^ prestal de Santa Ana. A las T00 de la tarde: Desfile InfantiL , A las 1000 de la mañana: Alardo que inicia el Bando Cristiano seguido del Moro. SÁBADO, 6 d^ ;.^:e ajada Mora. Batalla de arcabucería y asalto al ^1 tas 600 de ta tarde: Triunfal Entrada Cristiana. DO^AINGO ^ 7 ^ ^YA^O A las 800 de la mañana: Diana Festera. A las 1100 de la mañana: Desfile-Ofrenda hasta la Iglesia de Santa Ana. A las 1230 de la mañana: Misa solemne concelebrada. A su término mascletá. A las 600 de la tarde: Majestuosa Entrada Mora. r^ ŝ tiana. Batalla de Arcabucería y asal to al Castillo. A las b30 de la tarde: Solemne Procesión y traslado de la imagen del santo a su ermita; a la entrada del santo se disparará una Alborada pirotécnica. w