viernes, 19 de abril de 2024

La aparadora eldense: un ejemplo de superación

José María Amat Amer
1 mayo 2015
11.542
La aparadora eldense: un ejemplo de superación
"La aparadora" óleo del pintor eldense Gabriel Poveda "Leirbag"

Si al esfuerzo y sacrificio en la industria del calzado hubiese que priorizarlos, indudablemente las aparadoras de la ciudad de Elda ocuparían unos de los primeros lugares.

Desde siempre, el trabajo de aparado ha sido uno de los más buscados y menos valorados en su total dimensión. Las aparadoras son las primeras en desarrollar la idea del diseño, al ensamblar las piezas del modelo creado y darle su primer y más preciso toque de calidad. Cuando el cortador pone en las manos de la aparadora las piezas del zapato para que se forme el corte cosido, una incorrecta interpretación de esos aparados y la calidad en el trabajo, pueden dar al traste un buen diseño.

Las personas que hemos crecido en Elda y comarca, sabemos lo que es ese "tac - tac" que escuchamos en nuestras propias viviendas o en las de los vecinos, especialmente por las noches. Un ruido que denota la proximidad de una aparadora colocando cinta de refuerzo y doblando los cantos en el dobladillado. Un "tac - tac" machacando (asentando) las costuras tras ese otro ruido tan familiar que indica la aceleración de la máquina de aparar al coser o hacer pespuntes.  Un "tac - tac", algo diferente, que indica los golpes de la picadora para hacer a pulso una "maría" en una pala o, sencillamente, un picado de adorno. Pero además, todos esos ruidos los soportamos a gusto hasta altas horas de la madrugada, cuando esas aparadoras han dejado la casa lista y los niños acostados, entonces la aparadora comienza  su especial jornada laboral. Esos ruidos que en otros lugares serían molestos en extremo, para nosotros supone la realización de nuestras señas de identidad y la confirmación de que la industria funciona. A la mañana siguiente habrá que entregar el producto de aquel trabajo que, por muy bien que pueda ser remunerado, siempre será inferior al sacrificio que han tenido que realizar para llevarlo a cabo. 

Las aparadoras de Elda, a base de interpretar miles de muestras y diseños, de realizarlas con extremada precisión y pulcritud, se han ganado merecidamente el nombre de "maestras del aparado", y prueba de ello es que firmas de marca y prestigio, asentadas fuera de nuestra localidad, buscan en Elda esa clase de profesionales que les asegurarán el éxito en una de las partes más importantes de los zapatos fabricados.

Se dice (quizás puedan tener algo de razón) que el aparado es la mayor fuente de trabajo clandestino en la industria del calzado, pero ¿qué mayor tributo se puede dar a la sociedad que el esfuerzo y el sacrificio de miles de mujeres, madres muchas de ellas, contribuyendo a la perfección de una industria que acapara prestigio y crea riqueza en el país? Quizás la Hacienda Pública no recaude, en dinero, todo lo que debiera por este trabajo, pero hay otras formas de recaudación que pueden llegar a ser mucho más importantes (sin que esto suponga una justificación a la economía sumergida que tradicionalmente ha venido produciéndose en esta fase de la fabricación). La mujer  eldense aporta una contribución inmaterial que llega donde el dinero no puede llegar. El aparado no es simplemente un trabajo, es el producto del reflejo de una sociedad creativa que busca la perfección, y esto no se improvisa. Los muchos años de profesión, la enorme complejidad de los aparados, especialmente en los tiempos en que la diversidad obligaba a cambios en el entramado de los diseños, han supuesto un gran aval para la industria del calzado, y esa riqueza la ha aportado la trayectoria de las aparadoras de Elda.  

José María Amat Amer
José María Amat Amer
Acerca del autor

José María Amat Amer, es un apasionado del calzado. Como ingeniero técnico, el destino lo encaminó hacia la industria de su ciudad. Como profesor de Tecnología del Calzado, llego a conocer investigando, la industria del calzado. Publicando algunos libros sobre tecnología, artesanía y desarrollo social; siempre con el calzado como única premisa. El Museo del Calzado fue una de las realizaciones que le llevó a pasar de técnico a un apasionado del zapato. Con la mejor de las intenciones, y siempre con la pretensión de prestigiar la industria y el calzado de la ciudad de Elda, colabora en este blog para crear más amigos con inquietudes similares.

Leer más

Bloqueador de anuncios detectado

Por favor, desactiva el bloqueador de anuncios o añade www.valledeelda.com a la lista de autorizados para seguir navegando por nuestra web.

Volver a cargar

Las cookies son importantes para ti, influyen en tu experiencia de navegación. Usamos cookies técnicas y analíticas. Puedes consultar nuestra Política de cookies. Al hacer click en "Aceptar", consientes que todas las cookies se guarden en tu dispositivo o puedes configurarlas o rechazar su uso pulsando en "Configurar".

Aceptar Configurar