¿Cómo es posible rechazar un Museo del Bolso de 600 piezas cedido de manera gratuita?
Pues sí, es lo que está ocurriendo después de que el patronato del Museo del Calzado haya dejado sobre la mesa por segunda vez el ofrecimiento de la colección de bolsos que José María Amat Amer ha reunido a lo largo de 20 años junto con su mujer María Teresa Rostoll Sellés hasta conseguir más de 600 piezas originales de todas las épocas y continentes que constituyen por sí mismas un auténtico Museo del Bolso. Solo se necesitan 150 metros cuadrados para exponerlos, porque cederían hasta las vitrinas.
Recordamos que el patronato del Museo del Calzado está compuesto por representantes de todos los grupos políticos municipales, de la Conselleria de Industria y Comercio, de la Conselleria de Cultura, el IMPIVA , la Diputación de Alicante, FICE Vinalopó, AVECAL, Fundación FICIA e INESCOP , las empresas patrocinadoras como Hidraqua, la rama de Piel del IES La Torreta, José María Amat como fundador, además del alcalde, Rubén Alfaro en calidad de presidente y de la directora del Museo, Loles Esteve. Si bien, algunos patronos suelen acudir a las reuniones, sobre todo de Diputación -aun no ha nombrado patrono- y la Generalitat. Por otra parte, los empresarios no hacen ninguna aportación económica ni las instituciones zapateras.
Amat propuso ceder sin coste alguno su colección de bolsos al Museo del Calzado y así se planteó al patronato de esta entidad el año pasado, pero se quedó sobre la mesa a falta de un estudio de viabilidad. La última reunión del patronato, celebrada hace unas semanas, retomó el tema, pero de manera sorprendente volvió a quedarse en punto muerto, ya que no concretaron qué institución realizaría ese estudio que ha quedado de nuevo pendiente.
José María Amat considera que no existe interés en Elda para que su colección de bolsos complemente los fondos del Museo del Calzado, a pesar de que solo necesita 150 metros cuadrados de espacio para ubicar la veintena de vitrinas, que también ha adquirido con su propio dinero. Toda la colección de bolsos la cedería al Museo del Calzado con la única condición de que las piezas estén expuestas y no guardadas en cajas.
José María Amat no alberga ninguna esperanza de que su Museo del Bolso vea la luz algún día y hasta ha pensado en deshacerse de la colección completa vendiéndola por piezas, algo a lo que sus hijos se oponen dado los años de trabajo y gestiones realizados por su padre.
Ya el pasado año, un destacado artesano de Madrid también propuso ceder su colección de doscientas reproducciones de zapatos históricos al Museo del Calzado de Elda, una colección única y valiosa, pero que viajó finalmente al Museo de la Indumentaria de la capital ante la demora de una respuesta.
La concejala de Cultura, Rosa Vidal, afirma que no puede tomar una decisión sobre la colección de bolsos hasta que cuenten con el estudio de viabilidad, que pensaban iba a realizar el propio Museo del Calzado, según indica. Por su parte, la directora del Museo, Loles Esteve, asegura que mostrar los bolsos es muy interesante y “si tengo que hacer yo el estudio de viabilidad, lo realizo de inmediato”, declara.
Para darle una salida a su Museo del Bolso, José María Amat se entrevistó hace unos meses con representantes del Ayuntamiento de Petrer, que mostraron su interés por estudiar la viabilidad de un Museo del Bolso en su localidad, pero aún no han dado una respuesta.
Amat quiere dejar a un lado las polémicas como cosa del pasado, pues “a estas alturas de la vida, en la que me queda poco tiempo, no quiero que me recuerden por descalificar a nadie” y añade que “lo que no quiero es el rechazo o el desprecio porque no busco dinero”.
Bolsos de todas las épocas
La mayoría de bolsos los ha adquirido en subastas y cada uno de ellos cuenta una historia que ha documentado. El primer bolso que adquirió para la colección fue un portadocumentos de 1945 que supuestamente está pintado a mano por el propio torero Manolete con escenas de tauromaquia dedicado por él mismo y también por Álvaro Domeq, y que José María Amat llevó a Córdoba para certificar su autenticidad.
Además de las subastas, Amat hablaba con los responsables de las agencias de viajes de Elda y les pedía a las personas que iban a visitar otros países, que se trajeran bolsos típicos de allí, que luego él les pagaba.
Así fue creciendo una colección que cuenta con auténticas joyas como el bolso realizado en la reserva india de los Mohawk de Estados Unidos en 1905, el bolso chino de 1600, el de un coronel del ejército mexicano de 1930 o un bolso conmemorativo del armisticio de la I Guerra Mundial. Son numerosas las limosneras del siglo XIX con bastidores de plata y bordadas con miles de diminutos cristales de agremán. También hay bolsos de la Revolución Francesa, que destacan por tener un tamaño considerable porque los trajes se estrecharon y las mujeres ya no podían guardar el monedero debajo de la falda. Por otra parte, ha recibido donaciones de bolsos de tafilete de los años 50 y 60.
Para mostrar la colección, lo ideal sería, según comenta, que cada bolso fuera acompañado de un zapato de la época que le corresponda.
La actual directora del Museo del Calzado, Loles Esteve, asegura que, “frente a las personas del patronato que opinan que el bolso no tiene que ver con el Museo del Calzado, yo veo que sí, que es una industria paralela, aunque se asocia más a Petrer, y muchos eldenses trabajan en la marroquinería, del mismo modo que petrerenses lo hacen en el calzado en nuestra localidad. Somos una conurbación y hay que dejarse de localismos”, indica y recuerda que una parte de los bolsos se expusieron en Modacalzado y Futurmoda y “la gente se quedó maravillada”, comenta.
Loles Esteve afirma que el Patronato funciona bien y que el Ayuntamiento con el alcalde a la cabeza, está interesado en promoverlo. Respecto a la donación de bolsos, afirma: “No soy experta, pero es una extensa colección muy interesante que nos ceden de forma gratuita y se puede ubicar en el museo o en otro lugar, pero no perderla. En el Museo tenemos la Sala Ficia de exposiciones que es enorme”. La directora se ha mostrado dispuesta a que el Museo se encargue del estudio de viabilidad, aunque considera que deberían realizarlo los técnicos de la Concejalía de Cultura.
El Museo del Calzado dispone de dos salas vacías, además de las cuatro salas ocupadas por exposiciones permanentes, junto al salón de actos y, en la parte derecha, un edificio anexo donde se ubicó el Museo Etnológico. Cada una de estas salas podría acoger el Museo del Bolso, dado que necesita poco espacio.
“O Elda es zapatera o pasará a la irrelevancia”
Cabe recordar que José María Amat lleva muchos años luchando porque Elda haga bandera de su prestigio como la ciudad en la que se elaboran los mejores zapatos del mundo, pero, según dice, “es algo que comparte poca gente, cuando yo veo muy claro que o Elda es zapatera o pasará a la irrelevancia, ya que en estos momentos no hay alternativas y abordar una diversificación industrial con efectos inmediatos es utópico y costaría mucho dinero”.
Amat tampoco se muestra esperanzado con el futuro del Museo del Calzado si no hay más implicación por parte del empresariado comarcal. Para él, Elda no puede competir en infraestructuras con ciudades como Elche, sin embargo, poseemos un valor único que es el prestigio: “Tenemos una ciudad muy poderosa y gran fuerza que es Elche, y lo que nosotros hagamos, lo harán ellos multiplicado por diez, en cuanto a marcas, calidad, producción… así que nuestro valor es el zapato de calidad, y con él el prestigio, y para eso hace falta un museo como el que tenemos, pero con este tipo de cosas no tengo esperanza en su futuro, y en cuanto demos un paso atrás, Elche lo tendrá”.
Su propuesta es que “Elda debe rezumar calzado, empezando por el propio urbanismo: “¿Por qué no hay un bulevar de la Mejor Calzada, con sus nombres en placas en el suelo?, ¿por qué no crear una calle del Calzado en el centro de Elda? Yo vi que en Milán hay farolas con la forma de zapatos de tacón, donde el poste es el tacón de aguja, ¿por qué no hacer algo así aquí?, ¿por qué no hacer exposiciones de zapatos, no ya para vender, sino para mantener el prestigio de la ciudad que ya fue pionera en ese tipo de manifestaciones?, los políticos deben enseñar a pescar, dar la caña, no solamente el pescado”, concluye.
Para José María Amat, donde menos se valora el Museo del Calzado es en Elda y recuerda viajó hasta Guanajuato en México porque la Cámara de Comercio del Calzado y los dirigentes del sector lo llamaron para pronunciar una conferencia ante 200 empresarios en el Centro Tecnológico de Monterrey porque querían abrir allí un Museo del Calzado. Un proyecto que no se llegó a realizar porque se produjo un cambio político.
De su interés por proyectar la ciudad de Elda habla el último libro que acaba de publicar José María Amat, titulado La apasionante historia del calzado, que incluye un recorrido por el calzado de todas las épocas, así como un apartado sobre la historia del Museo del Calzado, los carteles de las primeras ferias, las fotos de todas las Mujeres Mejor Calzada, los premios Lápiz de Oro… y que se vende en el Museo, a cuyo mantenimiento destina la recaudación.