Alejandro Ruiz con 18 años será el concejal más joven de la historia de Petrer
El joven petrerense Alejandro Ruiz inicia mañana con ilusión su etapa como concejal, y lo hará convirtiéndose en el edil más joven de la historia del municipio, pues solo tiene 18 años. Se muestra ilusionado y motivado, espera dar lo mejor de sí mismo por la localidad, de hecho, considera esencial que los jóvenes den un paso adelante, se involucren y ayuden a mejorar Petrer.
Actualmente estudia primero de Psicología en la Universidad Miguel Hernández de Elche, formación que espera poder compaginar con su cargo durante los próximos cuatro años, pues es una carrera que le apasiona. Es festero de nacimiento y hasta hace unos años desfiló por tradición familiar con los Labradores, pero ahora es moro Berberisco tras formar una filà con sus amigos. También es músico, toca el clarinete con la Unión Musical de Petrer, aunque ha tenido que dejar en un segundo plano esta faceta. Afirma que como músico, la sensación más bonita es tocar el pasodoble Petrel en la Plaça de Baix.
La política siempre le ha atraído, de hecho, su abuelo, el socialista Carlos Cortés, expresidente y exconcejal del PSOE, entró a formar parte de la primera corporación petrerense de la democracia española en el año 1979, en la delegación de Fiestas. Cuando Irene Navarro lo llamó y le ofreció formar parte del proyecto socialista, no lo dudó, aunque admite que “al principio fue un shock, pero creo que es la mejor forma de ayudar a Petrer y conseguir aportar y mejorar la vida de los petrerenses, en especial, de los jóvenes”.
Espera ser un ejemplo para que los más jóvenes den un paso adelante. Está agradecido con la oportunidad que le ha dado Irene Navarro y aunque todavía no sabe qué concejalía ostentará, espera que sea Juventud o una que pueda ayudar a las nuevas generaciones a ilusionarse por Petrer. Cree que aunque se ha hecho mucho en estos cuatro años, todavía faltan más talleres y actividades para los más jóvenes.
Se siente muy arropado, tanto por su familia, como por sus amigos –que ya le han insinuado que se quieren apuntar a las Juventudes para acompañarle en su aventura-, y también por sus compañeros de partido.
Ahora ya cuenta las horas para que se celebre mañana la investidura. La única pena que siente es que su abuelo, Carlos Cortés, que falleció hace unos meses, no podrá verlo.